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Entrevista a Allen Blue: “Lo más importante para contratar a alguien ya no es el título”

30 Octubre 2016/Fuente: El País/Autor: Ana Torres Menárguez

El cofundador de la red profesional LinkedIn cree que la clave está en demostrar lo que se sabe hacer con experiencias reales

Para Allen Blue (Chicago, 1967) lo más importante para conseguir un empleo es la conexión personal. El cofundador de LinkedIn, la plataforma online de contactos profesionales con más usuarios registrados en todo el mundo -más de 450 millones en 200 países-, reconoce que los encuentros cara a cara son más efectivos que los virtuales. Eso sí, asegura que su web es la mejor herramienta para la primera toma de contacto.

Ser el líder de una de las compañías más exitosas de Silicon Valley (Microsoft pagó el pasado junio más de 26.000 millones de dólares para adquirir LinkedIn) le hace tener un tesoro entre sus manos: millones de datos sobre el tipo de trabajos que buscan y realizan las personas. Sabe que los códigos de contratación de las empresas han cambiado y que los títulos, sean universitarios o no, ya no son lo que más cuenta. Son las habilidades, lo que el candidato es capaz de hacer y las experiencias reales que lo demuestran.

Graduado en Arte Dramático por la Universidad de Stanford, Blue es todo un ejemplo de lo que predica; la formación constante para adaptarse a los nuevos perfiles que demanda el mercado. De profesor de escenografía e iluminación en esa misma universidad, dio el salto al mundo de la empresa como diseñador web en una tecnológica. En 2003 cofundó LinkedIn -es el máximo responsable de estrategia de producto- y ahora también ejerce como asesor del departamento de Comercio del Gobierno de Estados Unidos.

El pasado miércoles, Blue visitó Madrid para inaugurar la tercera edición del South Summit, el evento de referencia del sur de Europa para las startups y los inversores. En su perfil de LinkedIn deja claro que su agenda está apretada: “Estoy abierto a debatir sobre cualquier proyecto, pero mi tiempo es limitado”. Rodeado de tres responsables de comunicación, Blue dispone de 30 minutos para responder a las preguntas de EL PAÍS.

Pregunta. ¿Cómo ha cambiado la forma de presentar el currículum en LinkedIn? ¿Saben ahora los usuarios venderse mejor?

Respuesta. En 2003 los perfiles eran muy básicos. Consistía en subir el currículum a una plataforma online. Hoy los usuarios pueden subir diferentes contenidos para enriquecer su perfil, como su portfolio, fotografías, artículos en los que se les mencione o contenidos publicados por ellos. Tienen la posibilidad de ofrecer información que va más allá de lo estrictamente profesional, como por ejemplo, hablar de sus voluntariados. El avance más importante es que ahora pueden añadir habilidades concretas y recomendaciones de terceros sobre su dominio de las mismas. Al principio el perfil lo que creabas tú solo, ahora es algo que puedes cocrear con tu red de contactos. Para las empresas es clave lo que los demás dicen sobre ti.

Según el informe de tendencias 2015 de LinkedIn, las tres palabras más utilizadas en todo el mundo por los usuarios para describirse fueron liderazgo, motivado y creativo. Desde la plataforma recomiendan evitarlas para diferenciarse de los demás.

P. ¿Qué hay que hacer para conseguir un trabajo a través de LinkedIn?

R. Hemos invertido una cantidad desorbitada en el desarrollo de herramientas para encontrar trabajo, como por ejemplo la App LinkendIn Job Search, con la que se pueden activar alertas de empleo en determinados campos, o una específica para estudiantes -LinkedIn Students- que les ayuda a identificar las nuevas profesiones e investigar en qué consisten. Lo más importante es que LinkedIn te permite construir una red de contactos para de verdad tener oportunidades de conseguir un empleo. Cuando sigues a una empresa, puedes ver las últimas noticias y actualizaciones de la compañía, las novedades del sector y estar al día también de las oportunidades laborales que ofrece. Y lo más importante, puedes conectar con trabajadores actuales o ex empleados y conseguir otro tipo de información. Cuando alguien está buscando trabajo no suele pensar en acercarse a alguien de la empresa, y ahí es donde está la clave. LinkedIn hace fácil esa tarea. Creo que también hay que escuchar cómo habla esa persona de la empresa para asegurarte de que quieres ir allí a trabajar.

P. Cada día manejan millones de datos sobre las búsquedas de empleo y los perfiles más buscados por las empresas. ¿Cuál es la nueva tendencia?

R. Ha habido un cambio en la forma en que los reclutadores miran los perfiles y un giro de 180 grados en los elementos que influyen a la hora de contratar a alguien. Ya no se basa tanto en el título como en las habilidades y los logros profesionales. Si creen que el candidato está lo suficentemente preparado, no importa el título que aparezca en su perfil. Este es un factor determinante en un mundo en el que las habilidades necesarias para encajar en un puesto de trabajo cambian tan rápido.

Al principio el perfil lo que creabas tú solo, ahora es algo que puedes cocrear con tu red de contactos

P. ¿Podemos entonces afirmar que en un futuro inmediato los títulos universitarios ya no van a ser necesarios?

R. La forma en la que la gente se presenta ha cambiado. Qué sabes hacer; ahí está el foco. Eso abre un gran abanico de posibilidades: los microcréditos, los microgrados o los llamados nanogrados, cursos muy específicos de corta duración y menor coste. Las universidades podrán crear pequeños formatos para certificar habilidades muy concretas, y así sustituir los cursos tradicionales. Las cosas han cambiado, la gente ya no tiene que acabar la universidad o tener un título específico, puedes demostrar lo que sabes hacer.

P. ¿En qué puede afectar a los usuarios de LinkedIn la adquisición de la compañía por parte de Microsoft? ¿Cómo pueden estar seguros de que no se hará un uso ilícito de sus datos?

R. Todavía no hemos cerrado el acuerdo, y por tanto, no podemos avanzar nada. Los datos que los usuarios nos proveen pertenecen a ellos, ellos tienen el control: pueden cambiarlos, actualizarlos o borrarlos. Linkedin cuenta con medidas de seguridad para prevenir que esos datos se exporten sin nuestro permiso. La confianza de los miembros en esta red social es la clave de nuestro éxito y Microsoft entiende y respeta esa relación especial que tenemos con los usuarios.

P. ¿Qué sectores emplean en mayor medida LinkedIn para reclutar nuevos perfiles?

R. Según nuestro informe de tendencias 2015, las industrias más técnicas y altamente especializadas, como los fondos de capital riesgo, las consultoras o las organizaciones políticas. La mayor aportación de LinkedIn es que permite reclutar el talento más raro y escaso, el más difícil de encontrar. Si una empresa está intentando detectar a un buen experto en datos, tiene casi garantizado que ya estará trabajando para alguien. El único lugar donde puede encontrar a ingenieros de datos en activo por todo el mundo es LinkedIn.

Mi consejo es que conectes con gente a la que quieras ayudar. Si no, ignora esa solicitud de amistad

P. Aceptar todas las solicitudes de amistad. ¿Sí o no?

R. No hay una manera correcta de hacerlo, pero mi consejo es que conectes con gente a la que quieras ayudar. Cuando te llegue una invitación, el test clave es: ¿le ayudaré en algún momento a conseguir sus objetivos? ¿Estaré dispuesto a hacer el esfuerzo? Si la respuesta es sí, entonces tendrá sentido conectar. Si no, es perfectamente aceptable ignorar esa petición.

P. ¿Qué ventajas tienen las cuentas Premium?

R. A los que buscan empleo, les permite conectar con gente que no forma parte de su red de contactos, obtener información de qué perfiles están buscando las empresas o saber quién mira su perfil. A los reclutadores, buscar de forma más fácil candidatos para un puesto y poder comunicarse con ellos. Otra de las ventajas es el acceso a LinkedIn Learning, un servicio de cursos enfocados a habilidades de rápido aprendizaje que lanzamos en 2015 y duran de dos a doce horas. Queremos asegurarnos de que estamos entrenando las nuevas habiliadades que los trabajores necesitan. Lo hacemos con empresas y universidades, como la Arizona State University, una pública muy innovadora.

P. ¿Qué hay que hacer para trabajar en LinkedIn?

R. No quiero sonar repetitivo, pero lo que ya he dicho antes: intentar desayunar o comer con algún empleado para entender qué hace la empresa y si encaja con lo que esperabas. Lo ideal es contactar con él a través de algún contacto común. Lo más importante es la conexión personal.

 

Fuente de la entrevista: http://economia.elpais.com/economia/2016/10/09/actualidad/1476037626_750776.html

Fuente de la imagen: http://ep01.epimg.net/economia/imagenes/2016/10/09/actualidad/1476037626_750776_1476037941_noticia_normal_recorte1.jpg

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Entrevista a David Roberts: “La mayoría de universidades del mundo van a desaparecer”

30 Octubre 2016/Fuente:El País /Autor:Ana Torres Menárguez

El experto en innovación y miembro de Singularity University, la universidad de Silicon Valley, cree que la certificación ya no es útil

Cuando David Roberts era pequeño, su padre le contó que Thomas Edison había hecho mucho más por la humanidad con el descubrimiento de la bombilla que cualquier político en la historia. Esa idea marcó su camino. Roberts es uno de los mayores expertos en tecnología disruptiva del mundo y también uno de los rostros más conocidos de Singularity University, la universidad de Silicon Valley creada en 2009 con el apoyo de la NASA y de Google.

Roberts considera que el negocio de las universidades tiene los días contados y que solo sobrevivirán aquellas que tengan una gran marca detrás. Singularity University ha roto con el modelo de certificación; no expide títulos ni existen los créditos. Su único objetivo es formar líderes capaces de innovar y atreverse a romper las normas para alcanzar el ambicioso reto que se ha marcado la universidad desde su creación. Sus alumnos están llamados a utilizar la tecnología para resolver los 12 grandes desafíos del planeta: alimentar a toda la población, garantizar el acceso al agua potable, la educación para todos, la energía sostenible o cuidar el Medio Ambiente, entre otros. Todo en menos de 20 años.

Roberts atiende a EL PAÍS en la Oslo Innovation Week, un encuentro organizado por el gobierno noruego estos días para detectar las nuevas tendencias en innovación que están transformando la economía.

Pregunta. En Singularity University (SU) los cursos no están acreditados. Eso quiere decir que están rompiendo con los títulos oficiales. Las universidades y los gobiernos hacen negocio con ello. ¿Creen que están dispuestos a cambiar el modelo?

Respuesta. No, no creo que estén abiertas a transformarse. Estos años estamos viendo la mayor disrupción de la historia en la educación y la mentalidad habitual ante estas transformaciones tan radicales suele ser la de pensar que lo anterior es mejor. Sucedió en el mercado estadounidense cuando llegaron los coches japoneses; eran más baratos y todos pensaban que de peor calidad, hasta que se demostró que eran mejores. Con la educación va a pasar lo mismo; las grandes universidades no quieren ofrecer sus contenidos online porque creen que la experiencia de los alumnos será peor, que no hay nada que pueda igualar el cara a cara con el profesor en el aula. Mientras ignoran la revolución que está sucediendo fuera, la experiencia de aprendizaje online irá mejorando.

Los programas académicos cerrados y la acreditación ya no tienen sentido porque en los cinco años que suele durar los grados los conocimientos se quedan obsoletos. Nosotros no ofrecemos grados ni créditos porque el contenido que enseñamos cambia cada año.

P. ¿Hay alguna plataforma de aprendizaje online que esté destacando sobre las demás?

R. Udacity. En 2011 el profesor de la Universidad de Stanford Sebastian Thrun, el mejor experto en Inteligencia Artificial de los Estados Unidos, se planteó impartir uno de sus cursos en Internet, gratis y para todo el mundo. Casi 160.000 estudiantes de más de 190 países se apuntaron y el porcentaje de alumnos que obtuvo una A (un sobresaliente) fue superior al de las clases presenciales. Thrun dejó Stanford y montó Udacity, donde ha desarrollado una metodología de enseñanza totalmente nueva. Además, ha creado un nuevo modelo de negocio: si terminas el curso a tiempo te devuelven tu dinero y si no consigues un trabajo tres meses después, también. ¿Te imaginas esto en una universidad tradicional? Las únicas universidades que van a sobrevivir son las que tienen una gran marca detrás, como Harvard o Stanford, o en el caso de España las mejores escuelas de negocios. Las marcas dan caché y eso significa algo para el mundo. El resto, van a desaparecer.

P. Uno de los programas que ofrece SU, el Executive Program, cuesta 14.000 dólares (unos 12.800 euros) y tiene una duración de seis días. Ese precio se aleja bastante de uno de sus retos: la educación accesible para todos.

R. La nuestra es una universidad excepcional. No se trata solo de adquirir información o aprender algo muy específico online, como sucede, por ejemplo, con Khan Academy. Nosotros vamos más allá. Ofrecemos una experiencia que cambia tu mentalidad, que transforma a la gente y cuando se marchan no vuelven a ser los mismos. A mí me sucedió. Unos años después del 11-S me puse a disposición del Gobierno y me incorporé como oficial de las fuerzas aéreas. Cuando escuché que querían crear una universidad para resolver los grandes problemas del mundo, tuve claro que participaría. Y lo hice; primero como alumno y después como vicepresidente y director del Global Solutions Program. Allí te das cuenta de que la vida es corta y de que puedes hacer cosas ordinarias o extraordinarias. Cuando estás en clase con otras personas, empiezas a darte cuenta del potencial que tienes, tu visión de ti mismo y de futuro cambia. No llegas a ese punto con el método habitual de recibir información únicamente.

P. ¿Cuál es hoy es principal problema de la educación?

R. La educación se ha roto. Hemos enseñado a la gente de la misma forma durante los últimos 100 años y, como hemos crecido en ese sistema, creemos que es normal, pero es una locura. Enseñamos en las escuelas lo que los colonialistas ingleses querían que aprendiese la gente: matemáticas básicas para poder hacer cálculo, literatura inglesa… Hoy no tiene sentido. Tenemos que enseñar herramientas que ayuden a las personas a tener una vida gratificante, agradable y que les llene. Algunos son afortunados de tener unos padres que les ofrecen eso, pero la mayoría no. Los programas académicos están muy controlados porque los gobiernos quieren un modelo estándar y creen que los exámenes son una buena forma de conseguirlo. Otro de los grandes dramas es la falta de personalización en las aulas. Cuando un profesor habla, para algunos alumnos irá demasiado rápido, para otros muy despacio y para cuatro a la velocidad idónea. Luego les evalúan y su curva de aprendizaje no importa, les aceleran al siguiente curso. Hoy sabemos que si nos adaptamos a los diferentes tipos de inteligencias, el 98% de los alumnos obtendrán el mejor resultado.

P. ¿Qué materias deberían ser imprescindibles?

R. La idea de aprender mucho, solo por si algún día hace falta, es absurda. Quizás deberíamos sustituir la idea de educación por la de aprendizaje y permitir que la gente aprenda en tiempo real, según sus necesidades. El verdadero propósito de la escuela debería ser crear curiosidad, gente hambrienta de aprender, ahí es donde los profesores tienen que ser buenos. Las habilidades emocionales van a jugar un papel muy importante en la nueva economía. Pongo un ejemplo. Los conductores de Uber en Estados Unidos son puntuados por los clientes de uno a cinco. Si alguno de los conductores tiene menos de 4,6 o más de tres opiniones negativas, directamente se le saca de la plataforma. Lo mismo sucede con los usuarios, si tienen menos de 4,6, ningún conductor les recogerá. ¿Quién me enseña hoy a ser honesto, íntegro y a tener compasión?

P. Se ha hablado mucho de que en menos de 50 años los robots terminarán con la mayoría de trabajos. ¿Cómo será el nuevo mercado laboral?

R. Hace 50 años éramos granjeros. Todos estaban preocupados porque las máquinas nos quietarían el trabajo, era la única manera de ganar dinero: tener una granja y vender comida. Hoy las cosas cambian 50 veces más rápido; hace 20 años nadie sabía lo que era un desarrollador web y ahora hay miles, es muy fácil y cualquiera puede hacerlo. Todo el mundo se pregunta en qué trabajo seremos mejores que los ordenadores. En ninguno. Esa no es la pregunta correcta. Hay que plantearse qué tareas no queremos que hagan, aunque lo puedan hacer mejor. No los queremos como militares, ni como alcaldes, tampoco que decidan qué presos pueden abandonar la cárcel. Eso es lo que tenemos que enseñar a la gente a decidir.

P. ¿Cómo podemos estar seguros de que habrá trabajo para todos?

R. La cuestión que me preguntas es si el dinero va a ser más o menor importante en el futuro. Yo solía pensar que la evolución de la tecnología hace que los costes bajen y que la gente pague menos por los mismos servicios. Siguiendo esa predicción, se podría pensar que vamos a trabajar menos porque no necesitaremos tanto dinero y vamos a tener más ocio. Es incorrecto. El ser humano va a seguir creando productos excepcionales, como el iPhone; todo el mundo querrá uno. Tendremos que ser capaces de crear valor para generar dinero y poder comprar esas cosas. La realidad virtual, la impresión 3D, o la salud van a ser algunos de los campos que nos van a sorprender. El mundo seguirá girando alrededor del dinero, que es la energía para hacer cosas o cambiarlas. Esos nuevos inventos te inspirarán a trabajar para poder comprar.

P. La clave del éxito, ¿está en la confianza en uno mismo? ¿Se aprende eso en SU?

R. Como alumno, yo aprendí que una sola persona puede impactar positivamente a todo el planeta. Ese don no está reservado a personas especiales, sino a gente normal, como tú y yo. La gente se convierte en lo que piensa. ¿Qué potencial tiene un bebé? La mayoría de la gente responde que es ilimitado, pero si les preguntas sobre su potencial, no responderán lo mismo. Mi misión ahora es viajar por el mundo bajo la marca de Singularity University para mostrar a los gobiernos, empresas e instituciones que el poder para innovar está ahí, solo tienen que dar el primer paso: cambiar su mentalidad.

P. ¿Cree que los universitarios deben cambiar también su mentalidad?

R. Sí. La aspiración no debe ser que una empresa te contrate. Eso significa que te van a pagar menos de lo que mereces. No tenemos que enseñar cómo conseguir un trabajo, sino cómo crearlo.

Fuente de la entrevista: http://economia.elpais.com/economia/2016/10/23/actualidad/1477251453_527153.html?id_externo_rsoc=FB_CC

Fuente de la imagen: http://ep01.epimg.net/economia/imagenes/2016/10/23/actualidad/1477251453_527153_1477251859_noticia_normal_recorte1.jpg

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Entrevista a Dídac Ramírez: “Al alumno que busca una carrera hay que decirle: ‘¡Arriesga!”

30 Octubre 2016/Fuente:El País /Autor:Pilar Álvarez

El rector de la UB, el campus español mejor posicionado en el ‘ranking’ de Shanghái, advierte de que ya no vale solo un título: «Hay que formarse toda la vida»

Para elegir carrera hay que dejarse guiar por la pasión. Dídac Ramírez (Barcelona, 1946) es un firme defensor de esta idea, sobre la que reflexiona en una entrevista que tuvo lugar recientemente, aprovechando una breve visita a Madrid. Doctor en Economía, Ciencias de la Educación y Ciencias Económicas, el rector de la Universidad de Barcelona desde 2008 analiza los éxitos de su campus, que aparece sistemáticamente entre los mejores de España en los rankings internacionales. Considera que estas clasificaciones no son la verdad absoluta, pero, advierte, sí pueden ayudar a evitar universidades “que casi regalan el título”.

Pregunta.Su universidad siempre sale bien clasificada en los rankings. Por ejemplo, es la única española entre las 200 primeras del más famoso, el de Shanghái.

Respuesta.No en todos los rankings la de Barcelona es la primera. Y, por cierto, no está muy lejos del grupo de universidades españolas consolidadas en el tiempo y de excelente calidad. No hay que sacar el juicio de mejor/peor, sino considerar sencillamente que los criterios que se utilizan benefician más a unas que a otras. En el caso de Shanghái, por ejemplo, si una universidad tuviera dos premios Nobel nos pasaría por delante. Otros tienen en cuenta la producción científica o la reputación, qué se dice en el entorno. El hecho de aparecer varias veces en el grupo de los primeros puede reforzar mantenerse en ese grupo.

“Se precisa educación generalista que permita ir adaptándose a las situaciones que se presenten”

P.¿Fijarse en un ranking es un buen sistema para que los alumnos elijan universidad?

R.El alumno estudia para tener conocimientos, competencias y habilidades. Para eso, tiene presentes diversos criterios. Uno de ellos, y más en España por la escasez de becas, es la proximidad. Es muy importante que esté cerca de casa si tiene estudios que se adecuan a la vocación. Lo más importante es que ponga pasión en ello. Las universidades españolas ya tienen profesores de calidad. Y que haya buenos investigadores, lo que suelen valorar los rankings, no va a determinar su formación, al menos no al principio. Un estudiante con ganas en una universidad menos buena obtendrá mejores resultados que otro que esté en una mejor pero desmotivado. También le digo que el mercado laboral sí valora de donde es el título. Y digo esto porque están apareciendo universidades que podríamos llegar a pensar que regalan los títulos o casi.

P.¿A cuáles se refiere?

“Seguimos en crisis de financiación. Soy incapaz de asegurar que en 2017 no habrá estrecheces”

R.No le voy a decir los nombres porque son pocas. Pero según la manga ancha de los respectivos Gobiernos, podríamos tener un problema. Una universidad bien posicionada en un ranking hace que el valor de estas otras caiga y no puedan dar gato por liebre.

P.Hablaba de la pasión. ¿Es más importante que fijarse en el mercado laboral?

R.Debe pensarlo todo. Unos alumnos están más orientados por razones familiares, de contexto o ambiente a ganar dinero, otros a conocimientos más genéricos. Mi recomendación es que piense en el campo que le guste porque es en el que será mejor. Y, en segundo lugar, saber también que no siempre se puede hacer lo que nos gusta y que deben adquirir unas competencias para ganarse la vida. Cuando entran son muy jóvenes y, a esa edad, lo que hay que decirles es: “¡Arriesga!”.

Cuando empecé a dar clases en Economía, tenía alumnos de economía de empresa que se consideraban de segunda clase frente a los de economía general porque ellos se ocupan de cosas más prosaicas. Yo les decía: “Si venís a la universidad porque queréis ser ministros, estudiad economía general. Si lo que queréis es ayudar a las empresas, habéis elegido la carrera adecuada”. Creo que ayudé a subirles un poco la autoestima.

P.A veces es difícil tenerlo claro.

R.El estudiante nunca debe dejar de lado la vocación. Por eso es tan importante que los sistemas universitarios establezcan cursos iniciales en carreras que contemplen pasarelas para que pueda cambiar.

P.Entonces, el posgrado le serviría para apuntalar un poco más lo que ha elegido.

R.Hay que tener muy presente que con el grado y el posgrado no se acaba la formación de un individuo. Al estudiante que me pidiera consejo, le diría: “Mentalízate de que te vas a estar formando toda la vida”. Antes uno hacía una carrera, se colocaba y con sus conocimientos ya tenía suficiente. Hoy en día, el cambio es muy acelerado. Los robots de aquí a 2020 van a hacer tareas que ahora hacen los humanos. Así que el que sepa hacer esas tareas se tendrá que reciclar y aprender a hacer robots. Hay que huir de la enseñanza muy especializada al principio. Se necesita formación generalista que te permita ir adaptándote a lo largo de la vida a las situaciones que se puedan presentar.

P.¿Sigue la crisis en la universidad?

R.Si se refiere a la crisis de la financiación, seguimos en crisis. No hemos salido, pero ¿estamos en lo más profundo de la crisis? Espero que no. ¿Estoy convencido de que el año que viene remontamos? No. ¿Lo deseo? Sí, pero con las incertidumbres que hay en todos los niveles soy incapaz de asegurar que en 2017 no habrá estrecheces. La cuestión es que muchos países durante la crisis han aumentado la financiación pública y aquí no. Si no renuevas un laboratorio, puedes tener grandes investigadores pero no podrán trabajar en un lugar deteriorado. Y tampoco podrás traer profesorado de fuera para mejorar porque si ven que están mal financiadas no querrán venir.

P.¿Cómo puede ser que una carrera en una universidad pública de Cataluña cueste como dos en Galicia o hasta tres en Andalucía?

R.En Cataluña ocurrió que, con la grave situación económico-financiera, el Gobierno del presidente Mas se vio obligado a hacer recortes, como todos. Y ahí cada cual ordenó sus prioridades. Él pensó que la sociedad no le aceptaría recortar en todo y no en universidades. Por eso se planteó subir las matrículas pero manteniendo la equidad. Que las familias con más recursos compensaran parte de esos recortes de forma que el estudiante de una familia de renta baja no tuviera ese aumento.

P.¿El Brexit afectará a las Erasmus?

R.No tiene por qué. Desde la LERU [Liga Europea de Universidades Investigadoras, en sus siglas en inglés, de la que forman parte la Universidad de Barcelona, Cambridge, Oxford y University College London, entre otras] trabajamos intensamente para establecer acuerdos que dejen efectos mínimos o nulos en las universidades. Algunas de las principales fundadoras de LERU, como Cambridge o University College London, estuvieron haciendo campaña por Europa, y son las principales interesadas en que no haya efectos.

Fuente de la entrevista: http://politica.elpais.com/politica/2016/09/16/actualidad/1474038980_664731.html

Fuente de la imagen: http://ep02.epimg.net/politica/imagenes/2016/09/16/actualidad/1474038980_664731_1474042395_noticia_fotograma.jpg

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Alberto Croce hablando del Encuentro «Voces y Sentidos para Transformar la Secundaria»

América del Sur/Argentina/29 Octubre 2016/Fuente: radiocut

Horacio Finoli entrevista al Director Ejecutivo de Fundación Voz, sobre el Encuentro Nacional sobre la Escuela Secundaria, realizado el 27 y 28 de octubre de 2016 en la Usina del Arte y el Centro Cultural Kirchner

Reproducir entrevista en: http://radiocut.fm/audiocut/alberto-croce-hablando-del-encuentro-voces-y-sentidos-para-transformar-la-secundaria/

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Humberto Maturana: el arte de soltar las certidumbres

Por Alejandro Czerwacki

Habla despacio, en calma, con mirada inquieta y escucha atenta. Indudablemente sabio, Humberto Maturana Romesín todavía tiene el alma del rebelde que desafió los dogmas de la ciencia en su enfoque, saliendo del laboratorio científico para incursionar en la antropología, la psicología y la sociología hasta nadar con facilidad en la “biología cultural”. A los 88 años, sigue debatiendo cada particularidad del ser como cuando su vida estaba rodeada de moléculas, por el que a fines de los años cincuenta obtuvo el doctorado en Biología de la Universidad de Harvard. Nacido en Chile, donde actualmente reside, Maturana pasó de ser una eminencia en neurofisiología y epistemología, aportando al estudio de la percepción y el conocimiento, a convertirse en referente en el fluir de las conversaciones de los seres humanos en las organizaciones.

Las teorías de Don Humberto impactaron en las comunidades científicas y en las sociedades por conceptos filosóficos como la “biología del amor” o su emblemática tesis central de que los seres vivos se organizan por “autopoiesis”, en sistemas cerrados, en continua producción de sí mismos. Maturana, humilde, busca tomar distancia de halagos y continuos premios o evocaciones, como las dos candidaturas al Nobel de Medicina: “He tenido una habilidad y es abrir la mirada para ciertas situaciones o configuraciones relacionales –explica. Yo me doy cuenta del reconocimiento (hace un prolongado silencio) pero uno hace observaciones o distinciones que no resultan importantes para el otro de modo inmediato … Mi habilidad ahora es soltar lo que tengo para ver todo desde otra perspectiva. Cada vez que soltamos el sostener alguna verdad o creencia, aparece algo nuevo. Es una apertura de la mirada reflexiva. Dejar de saber para ponerse en la posibilidad de no saber, lo cual es un cambio”.

Por estos días se prepara para volver a Buenos Aires, luego de un paréntesis de cuatro años, para participar en el workshop “Conversaciones Colaborativas en el Con-vivir Organizacional”, organizado por AL Grupo Humano, que se realizará el 18 de octubre. La jornada, de intercambio reflexivo con los participantes, está dirigida a psicólogos, sociólogos, consultores, coaches, empresarios, emprendedores, gerentes, cuyas responsabilidades, quehaceres y preocupaciones giran alrededor del factor humano en cualquier organización. Ahí estará Maturana junto a Ximena Dávila, con quien fundó en 2000 la Escuela Matríztica de Santiago. “El escuchar es fundamental en cualquier circunstancia relacional entre personas –cuenta con interés sobre el foco de su estudio actual. Para eso se requiere una actitud sin prejuicios ni expectativas que nosotros llamamos `soltar las certidumbres`. Si uno está centrado en lo que uno sabe interfiere en la relación del escucharse recíprocamente, por eso hay que soltar la certidumbre para encontrarse con el otro sin supuestos ni expectativas ni prejuicios”.

Maturana parece volver al niño interior a cada momento, para “curiosear”, como le gusta decir, y reflexionar en silencio esperando que algo aparezca aunque no sepa bien de qué se trata. “La curiosidad abre caminos”, sostiene con mirada soñadora. Y así, como dos infantes, dice que se sintió junto a su amigo, el Dalai Lama, en sus diferentes encuentros dialogando sobre “preocupaciones en nosotros” y las que tienen que ver con la educación, la ética y el bienestar y felicidad de la humanidad. “Nos hicimos amigos en una conversación sobre la historia de su niñez y la mía –confiesa con una sonrisa. Los encuentros han tenido que ver con la apertura reflexiva. El dice que yo le enseñé el desapego y que le demostré que para poder creer como científico tengo que soltar lo que sé. Y ahí entendió la naturaleza del desapego y eso generó una relación”.

En los años ‘60, Maturana vivió a pleno su vuelta a su país dedicándose a la docencia, cuando participó de la fundación de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Durante el gobierno de Salvador Allende asesoró a miembros del equipo sobre las características del sistema biológico autopoiético, cuyos procesos aplicados a la gestión gubernamental fueron muy reconocidos. Con tanta muerte y exilio que significó la llegada de Pinochet, Maturana resistió educando a sus alumnos, casi como un sostén para soportar el apocalipsis. “No me siento un sobreviviente porque no sentí riesgo de morir –revela sin dudar. Yo estuve involucrado con la biología del conocimiento y viví interrogatorios, muchas cosas … (ahora hace un silencio mientras piensa aquellos horrores), pero no estuve en riesgo. Me siento como alguien que pasó la tormenta y se enriqueció en el entendimiento”.

Fuente: http://www.clarin.com/opinion/Humberto-Maturana-arte-soltar-certidumbres_0_1673232795.html

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«No estoy segura de que la humanidad quiera sobrevivir» Entrevista a la escritora y activista india Arundhati Roy

Asia/India/29 octubre 2016/Autor: Joseph Confavreux/Fuente: Rebelión

La novelista, activista y ensayista india Arundaty Roy, prosigue en su intento de «despertar nuestra imaginación» contra el chovinismo, el capitalismo y los procesos en apariencia inofensivos que les permiten prosperar. Arundhati Roy, autora de El dios de las pequeñas cosas acaba, 20 años después, una nueva novela que se publicará en inglés el año próximo y en francés a comienzos de 2018. Mientras tanto, publica dos obras que se inscriben en el combate contra los nacionalistas hindúes y el capitalismo voraz. El primero, Espectros del capitalismo (Capitán Swing), en realidad, es una recopilación de artículos centrada en las tensiones de Cachemira y la forma en las que las ONG, las fundaciones filantrópicas, las becas de estudio, los discursos tranquilizadores sobre la diversidad y el arte sirven de vehículo para el acaparamiento de tierras y la destrucción de los imaginarios en una India donde el desarrollo económico exponencial es compatible con el hecho de que «más del 80% de la población vive con menos de 50 céntimos al día». Frente a esto, Arundaty Roy da cuenta de las luchas que intentan resistir a estos rodillos financieros e ideológicos. Si el análisis es oscuro sobre la suerte que espera una humanidad que ha aniquilado las formas de pensar diferente, suprimiendo unas formas de vida para imponer otras, Arundaty Roy sigue exigiendo el «derecho a soñar en un sistema que ha intentado transformar a todos los individuos en zombis hipnotizados hasta el punto de confundir el consumismo irreflexivo con la felicidad y la plenitud». El segundo se titula Que devons-nous aimer? (Gallimard). Firmado junto con el actor y realizador John Cusak, es el resultado de un encuentro con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, el antepasado de los «denunciantes», en el origen de la filtración de los «Papeles del Pentágono» durante la guerra de Vietnam. Fundamentalmente, consiste en una reflexión sobre el patriotismo, en nombre del cual dicen haber actuado Ellsberg y Snowden mientras que Arundaty Roy llama a redefinir nuestras prioridades: «un bosque virgen, una cadena de montañas o un valle fluvial son más importantes y sin duda, más dignos de amor que cualquier país jamás llegará a serlo. Podría llorar por un valle fluvial, y eso ya me ha sucedido. ¿Pero por un país?”

Escribe que India es actualmente una superpotencia como las otras, «con bombas nucleares y una escandalosa desigualdad»… En 1988, en El fin de la imaginación, ya había declarado:»Si protestar contra la instalación de una bomba nuclear en mi cabeza es antihindú y antipatriótico, entonces yo me separo. Por la presente me autoproclamo república itinerante independiente». Casi 20 años después, ¿cómo es su relación con India?

–En India, el discurso nacionalista se ha convertido en terrorífico; eso ha desembocado en ensayos nucleares. Quienes no han celebrado esto como una señal de una gran nación han sido acusados de traición. La diferencia es que quienes estigmatizaban como antihindú a los pocos que no comulgaban con el culto de la gran potencia nuclear hoy están instalados en el poder y atrincherados detrás de sus convicciones de extrema derecha. Claro, la región está lejos de la situación siria o iraní, pero un gobierno con Modi a la cabeza, azuzando el conflicto en Cachemira y la tensión con Pakistán, ofrece razones para inquietarnos porque ahí se habla de potencias que poseen bombas nucleares.

¿Está personalmente en el punto de mira de los nacionalistas hindúes?

–El gobierno opera subcontratando su descontento frente a las voces divergentes a la gente. Así se organizó una manifestación delante de mi domicilio organizada por el ala femenina del BJP, pidiendo mi detención. Y en el último abril, los estudiantes de la universidad Nerhu organizaron una discusión por el ahorcamiento del cachemir Afzal Guru, sobre el que escrito varios textos. Algunos grupos increparon a los estudiantes y un periodista de una cadena en continuo preguntó: ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Por qué está aún en libertad? Los medios de comunicación propiedad de grandes empresas intiman a las voces independientes a callarse y el gobierno subcontrata la censura a la multitud encolerizada.

¿Cómo explicar que el crecimiento exponencial de India haya desembocado en una situación en la que las 100 personas más ricas del país detentan más de un cuarta parte del PIB? ¿Por qué la teoría del «trickle don», según la cual el crecimiento permite que la riqueza «gotee» hacia las clases desfavorecidas, se ha revelado falsa y, al contrario, hemos asistido a un masivo «gushup»(literalmente, surgimiento), proceso por el cual la concentración de la riqueza opera en detrimento de las clases pobres?

–Eso ocurre en todo el mundo; eso se llama capitalismo; no es necesario tener un diploma en economía para comprenderlo. Pero en India, este fenómeno es doble porque, al contrario que el desarrollo chino permitido por la producción y exportación de bienes manufacturados, el crecimiento indio se basa enteramente en la extracción de recursos naturales y minerales. Históricamente, los británicos y los franceses han colonizado el mundo para extraer sus preciados recursos. Hoy, en India, una elite está colonizando su propio país. Además, el capitalismo indio es especial en esto ya que las grandes empresas, como Tata por ejemplo, abarcan todos los campos de la vida, de la extracción minera a la educación o ¡los cosméticos! No son solo los pobres los que son rechazados por este sistema, sino también los pequeños comerciantes o los agricultores, entre los que los suicidios son frecuentes, mientras India se ha convertido en una economía muy potente.

¿En qué sería el capitalismo, como escribe, una «historia de fantasmas?

–Me refiero a una cita de Marx que juzgaba que el capitalismo «de unos medios de producción e intercambio tan potentes, parece un mago que no sabe dominar las fuerzas infernales que ha convocado». Las fábricas han cerrado, los empleos han desaparecido, los sindicatos se han evaporado. Se ha dirigido a las personas que integraban el proletariado las unas contra las otras: hindúes contra musulmanes, castas contra castas, regiones contra regiones… Pero el capitalismo se ha convertido en una religión sin ninguna lógica. Ha desencadenado una psicosis colectiva. Sabemos que seguir viviendo como lo hacemos acarreará el fin del mundo y de la humanidad. Sabemos eso. Pero saber no es suficiente para cambiar el curso de las cosas.

¿Por qué piensa que las viejas recetas que han permitido al capitalismo superar las crisis pasadas, por ejemplo, «la guerra y el mercado» sencillamente no van a funcionar?

–La fuerza del capitalismo reside en su creatividad y su capacidad de adaptación… Sí, es creativo. Es suficiente para ver hasta qué punto mientras el capitalismo supuestamente tiene por principio la competencia, y el comunismo estaría basado en la unidad, los capitalistas están unidos mientras que los comunistas están completamente divididos y son incapaces de ponerse de acuerdo. Pero estamos en una situación en la que la rapidez de circulación del dinero y del capital, altera los parámetros de la comprensión humana y hunde nuestra alma de tal manera que somos incapaces de entender. Estamos en un gran problema como especie.

Tiene palabras muy duras para las fundaciones filantrópicas y las ONG. ¿Por qué?

–Sin duda, algunas ONG hacen un excelente trabajo pero la «onegización» de todo, permitida por la financiación «filantrópica» de algunas empresas, plantea problemas. Cuando el Estado se retira de la educación, la salud, la mayoría de los espacios que deben ser considerados como derechos inalienables, a partir de ese momento, hay que recurrir a la caridad de estos filántropos y a la acción de estas ONG. Es una quimera. Otro problema de las ONG se debe a que describen el mundo de una determinada manera. Toma a las ONG feministas, por ejemplo. Son importantes para luchar contra la mutilación sexual o los estereotipos de género. Pero la lucha de las mujeres de Chhattisgarh contra el acaparamiento de sus tierras o la de las mujeres de Orissa contra la construcción de una presa no se consideran como combates feministas dignos de ser financiados como tales. La lucha de las mujeres contra la agenda imperialista y capitalista jamás ha sido considerada como una lucha feminista digna de apoyo. Lo que es financiado por las ONG no es malo pero es fundamental mirar qué es financiado en relación con lo que no lo es. Empresas como Rockefeller o Carnegie que tienen beneficios descomunales tuvieron la idea a comienzos del siglo XX, de reservar un pequeño porcentaje de sus beneficios para las obras filantrópicas y asegurarse de esta forma un control menos visible de la elaboración de políticas que les son útiles. Mire la manera en la que estas grandes fundaciones -Gates, Ford, Carnegie, Rockefeller- invirtieron en la industria de la educación y transformaron la idea misma de la pedagogía.

En Estados Unidos, existen excelentes universidades, con una verdadera diversidad de procedencia del alumnado que captan al conjunto de las elites del Tercer Mundo, esgrimiendo esta bandera. Pero en estos lugares, no se cuestiona en profundidad la desigualdad, el funcionamiento del capitalismo, la lucha de clases. Es una forma de adoctrinamiento perfecta porque no se parece a un miembro de la KGB que viene a buscarte y te amenaza con un arma para enviarte a un campo de reeducación. Pero sigue siendo una reeducación suave. De las filas de las grandes universidades británicas o norteamericanas, han salido buenos investigadores y universitarios pero también los primeros ministros, ministros de economía, economistas y banqueros que han contribuido a abrir la economía de su país a las corporaciones mundiales. Se ignora y se olvida a todas aquellas personas que plantean cuestiones molestas y se atemperan las formas de pensar. Se ha hecho desaparecer toda una parte de nuestra posibilidad de imaginar un mundo diferente. La manera como han sido destruida la gente que tenía imaginarios distintos, como los pueblos de los valles de Chhattisgarh o de Orissa, es catastrófica. Pensando sin duda en desprenderse del pasado, en realidad, han destruido el futuro.

¿Hay ejemplos de la desactivación de protestas radicales debidas a la financiación de las fundaciones?

–Esto se vio durante el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos, cuando las fundaciones Ford y Rockefeller financiaron con becas, subvenciones o formación, a organizaciones negras «moderadas». Más recientemente, en África del Sur, las fundaciones norteamericanas, para contrarrestar la influencia de la URSS en la ANC, decidieron financiar esta organización permitiéndole eliminar a organizaciones más radicales como el Black Consciousness Movement, de Steve Biko. Y cuando Nelson Mandela se convirtió en el primer ministro negro de África del Sur, se plegó completamente al consenso de Washington e hizo desaparecer cualquier rastro de socialismo del programa de la ANC. Incluso dio la más alta distinción honorífica de África del Sur al general indonesio Suharto que mató a centenares de miles de comunistas en Indonesia… Hoy, África del Sur está gobernada por antiguos militantes que se mueven en Mercedes, pero esto es suficiente para mantener el mito de la liberación de los negros. En India, al menos transcurrieron 50 años entre la descolonización y el neoliberalismo capitalista que es una forma de colonización de su propio país por las elites. En África del Sur, no hubo ninguna transición entre estas dos dominaciones. La revolución no puede ser financiada por las ONG o por empresas que tienen interés en el statu quo y se acomodan fácilmente a una existencia domesticada y suavizada.

Igualmente, es severa con las políticas llevadas a cabo en nombre de los Derechos Humanos. ¿Por qué?

–Es necesario matizar respecto a esta cuestión. No digo que la de los derechos humanos sea una mala política; muchos de mis mejores amigos son activistas de los derechos humanos. Pero digo que esto no es suficiente. Cuando debían constituir nuestros derechos mínimos, se han convertido en la única cosa que tenemos derecho a reclamar. El capitalismo ha reducido la idea de justicia únicamente a estos derechos mientras que el sueño de la igualdad se convertía en blasfemia. Sin embargo, los derechos humanos pueden ser un límite a nuestra imaginación política. El concentrarse estrechamente en esta cuestión permite también el interesarse solo en la violencia y las atrocidades, reprender de la misma forma a las dos partes de un conflicto así sean los maoístas y el gobierno indio o el ejército israelí y Hamas. En India, en el estado de Cachemira, de Orissa o de Chhattisgarh, existen movimientos de resistencia que no son pacifistas sino armados porque no tiene otra opción para luchar contra el saqueo de sus recursos. Pero aunque sus reivindicaciones son justas, no obtienen el apoyo de la clase media porque practican una «violencia» pretendidamente incompatible con los derechos humanos…

¿Qué se puede hacer frente a esto?

–No es como si nada se hubiera hecho. Se han llevado batallas. Los pobres han logrado parar a poderosas compañías mineras. Ha habido victorias pero a menudo se quedan sin visibilidad y no son famosas…

¿Se definiría como comunista?

–No. Pero pienso que las clases sociales son un dato esencial para comprender cómo funciona el mundo y analizarlo de forma justa. No pensar en términos de clase es como un cuerpo sin esqueleto ni estructura. Pero también creo que pensar solo en términos de clase, como lo hacen ciertos comunistas, es como un esqueleto sin cuerpo.

¿De qué puede estar formada esta «nueva imaginación» de la que escribe que necesitamos? ¿Se puede describir?

–Sí, se puede pero no en cuatro frases. Es lo que he intentado hacer en la nueva novela que estoy terminando.

«Quizás sea el tiempo de retomar la noche» escribe. ¿Qué significa este proyecto?

–Esta frase es una referencia al gigantesco edificio de Antilia, situado en Bombay, que pertenece al hombre más rico de India, Mukesh Ambani. Es la casa más cara jamás construida, con 27 pisos, tres helipuertos, seis plantas de parking, 600 empleados domésticos… Los vecinos se quejan de que este monstruo con todas sus luces les ha robado la noche. Pero reapropiarse de la noche es también una antigua reivindicación feminista y se inscribe en la necesaria recuperación de la naturaleza violentada sea el aire o el agua…

¿Su propuesta de suprimir la herencia le parece realista?

–La herencia es solo bienes financieros o materiales. Cuando se observa la imposición del sistema de castas en India, se comprenderá hasta que punto la herencia es también una cuestión de posición, de estatus, de derechos. Si se quiere cambiar las cosas, me parece importante empezar a pensar una forma de no perpetuar los privilegios y los bienes adquiridos.

¿A qué llama las «guerras del modo de vida» en el libro consagrado al encuentro que tuvo con Edward Snowden en compañía de Daniel Ellsberg, otro lanzador de alertas, responsable de la filtración de los «Papeles del Pentágono» durante la guerra del Vietnam?

–El modo de vida norteamericano se ha convertido en el modo de vida europeo y el modo de vida de la elite india. Snowden y Ellsberg tuvieron razón al denunciar la crueldad de la guerra de Vietnam o la vigilancia de la NSA pero sigue siendo necesario comprender por qué Estados Unidos hace estas guerras, tanto ayer como hoy. La razón es, antes que nada, el control de los recursos y la voluntad de aprovecharlos lo más rápidamente posible. Para ello, hay que preconizar un determinado modo de vida particular basado en un apetito de consumo infinito y desenfrenado.

Es Edward Bernays, el sobrino de Freud, uno de los primeros en cambiar la forma de vender estos productos insistiendo no en la necesidad de poseer esto o aquello sino en conseguir hacer creer que tal o cual producto participaban de tu propia personalidad, de tu necesaria realización. Es el imaginario de un consumo sin límites, esa idea de que la felicidad pasa por la posesión de más y más objetos, esa forma mediante la cual creemos que la civilización y el capitalismo son una sola y misma cosa es lo que hay que volver a plantear si queremos tener una posibilidad de supervivencia. Pero no estoy segura de que la humanidad quiera sobrevivir…

En este encuentro que tuvo con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, se percibe que sigue reticente a los motivos patrióticos de su acción. Dicen haber actuado en nombre de cierta idea de Estados Unidos que la guerra de Vietnam o la vigilancia de NSA «traicionan». Rechaza desde hace tiempo el chovinismo pero, si este causa algunas guerras, ¿los hombres, sin embargo, no han alcanzado los estados-nación para combatirse mutuamente?

–Yo no digo que no tengan que existir países o naciones sino que no deberían estar provistos de semejante poder esotérico como en Francia o en India, donde mucha gente estima que sus países encarnan una superioridad cultural o civilizadora. No es ninguna tontería. Hay que relajarse. ¿Cómo explicar el fracaso de escritores y artistas que proporcionan un imaginario menos mortífero que el de la bandera? Es muy frecuente que artistas y escritores se plieguen a las demandas del mercado incluso teniendo el deseo de experimentar, porque se espera de ti que experimentes pero dentro de ciertos límites. Cuando escribí mi primera novela, El dios de las pequeñas cosas, fui bien acogida; sentí que se esperaba que yo publicara, dos años después, otra novela y así sucesivamente. Pero si yo hubiera querido satisfacer esa demanda, no hubiera podido participar en ninguna de las luchas en las que he participado, ni escribir los ensayos que he escrito. Cuando he publicado, en lugar de una nueva novela, El fin de la imaginación, quienes me habían alabado sintieron una rabia loca y me detestaron. El imaginario de consumo infinito ha penetrado en el mundo artístico y asistimos a formas de «cultural washing» lo mismo que vimos con el «green washing». El mayor festival de literatura mundial se encuentra hoy en India, en Jaipur. Todo el mundo va allá, los editores, los escritores… Se habla de la libertad de expresión, del arte, mientras que las personas que financian el festival destruyen los pueblos de los bosques y apoyan un gobierno en el que el simple hecho de no ser hindú y nacionalista es considerado un crimen. Las compañías mineras financian festivales de cine o de literatura con gentes maravillosas que hablan bajo vigilancia de libertad de expresión mientras sus patrocinadores destruyen el mundo.

¿Qué debemos amar entonces para retomar el título de su libro?

–Hay que reflexionar mucho, es por lo que he terminado de escribir una nueva novela sobre ese tema. Pero creo que debemos acabar con la idea de que la naturaleza debe ser sojuzgada y dominada por los seres humanos. Debemos acabar con la convicción de que el ser humano debe estar en el centro del mundo y con todos los relatos que la atraviesa.

 

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La democracia en disputa. Una entrevista con Boaventura de Sousa Santos

La crisis económica

Emma Faviola & Roque: Parece evidente que el capitalismo mundial vive una crisis permanente de crecimiento y de agotamiento del modelo basado en el aumento continuo del consumo. ¿Cree usted que el decrecimiento económico y el agotamiento de los recursos va a influir en la construcción de cambio hacia una economía menos salvaje, menos utilitarista?

Boaventura de Sousa Santos: Hoy es evidente que el desarrollo capitalista toca la capacidad límite del planeta Tierra. Se rompieron varios récords de riesgo climático en Estados Unidos, en la India, en el Ártico, y los fenómenos climáticos extremos se repiten con cada vez mayor frecuencia y gravedad. Ahí están las sequías, las inundaciones, la crisis alimentaria, la especulación con productos agrícolas, la creciente escasez de agua potable, el desvío de terrenos destinados a la agricultura para desarrollar agro-combustibles, la deforestación de bosques… Se va constatando que los factores de la crisis están cada vez más articulados y son, al final, manifestaciones de la misma crisis, que por sus dimensiones se presenta como crisis civilizatoria.

Todo está vinculado: la crisis alimentaria, la crisis ambiental, la crisis energética, la especulación financiera sobre los bienes y los recursos naturales, la apropiación y la concentración de tierras, la expansión desordenada de la frontera agrícola, la voracidad de la explotación de los recursos naturales, la escasez de agua potable y la privatización del agua, la violencia en el campo, la expulsión de poblaciones de sus tierras ancestrales para abrir camino a grandes infraestructuras y megaproyectos, las enfermedades inducidas por un medioambiente degradado, dramáticamente evidentes en la mayor incidencia del cáncer en ciertas zonas rurales, los organismos genéticamente modificados, los consumos de agro tóxicos, etcétera.

En varios países de América Latina, la valorización internacional de los recursos financieros permitió una negociación de nuevo tipo entre democracia y capitalismo. El fin (aparente) de la fatalidad del intercambio desigual (las materias primas siempre menos valoradas que los productos manufacturados), que encadenaba a los países de la periferia del sistema mundial al desarrollo dependiente, permitió que las fuerzas progresistas, antes vistas como “enemigas del desarrollo”, se liberasen de ese fardo histórico, transformando el boom en una ocasión única para realizar políticas sociales y de redistribución de la renta. Las oligarquías y, en algunos países, sectores avanzados de la burguesía industrial y financiera altamente internacionalizados, perdieron buena parte del poder político gubernamental, pero a cambio vieron incrementado su poder económico. Los países cambiaron sociológica y políticamente, hasta el punto de que algunos analistas vieron la emergencia de un nuevo régimen de acumulación, más nacionalista y estatista, el neo-desarrollismo, sobre la base del neo-extractivismo.

Sea como fuere, este neo-extractivismo se basa en la explotación intensiva de los recursos naturales y, por lo tanto, plantea el problema de los límites ecológicos (para no hablar de los límites sociales y políticos) de esta nueva (vieja) fase del capitalismo. Esto es tanto más preocupante en cuanto este modelo de “desarrollo” es flexible en la distribución social, pero rígido en su estructura de acumulación. Las locomotoras de la minería, del petróleo, del gas natural, de la frontera agrícola son cada vez más potentes y todo lo que se interponga en su camino y obstruya su trayecto tiende a ser arrasado como obstáculo al desarrollo.

¿Qué pasará cuando el boom de los recursos naturales termine? ¿Y cuando sea evidente que la inversión en los recursos naturales no fue debidamente compensada por la inversión en recursos humanos? ¿Cuando no haya dinero para generosas políticas compensatorias y el empobrecimiento súbito cree un resentimiento difícil de manejar en democracia? ¿Cuando los niveles de enfermedades ambientales sean inaceptables y sobrecarguen los sistemas públicos de salud hasta volverlos insostenibles? ¿Cuando la contaminación de las aguas, el empobrecimiento de las tierras y la destrucción de los bosques sean irreversibles? ¿Cuando las poblaciones indígenas, ribereñas y de los quilombos (afro-brasileños) que fueron expulsadas de sus tierras cometan suicidios colectivos o deambulen por las periferias urbanas reclamando un derecho a la ciudad que siempre les será negado?

Estas preguntas son consideradas por la ideología económica y política dominante como escenarios distópicos, exagerados o irrelevantes, fruto de un pensamiento crítico entrenado para dar malos augurios. En suma, un pensamiento muy poco convincente y de ningún atractivo para los grandes medios de comunicación.

Solo una conciencia y una acción ecológica robusta y anticapitalista pueden enfrentar con éxito la vorágine del capitalismo extractivista. Al “ecologismo de los ricos” hay que contraponer el “ecologismo de los pobres”, basado en una economía política no dominada por el fetichismo del crecimiento infinito y del consumismo individualista, sino en las ideas de reciprocidad, solidaridad y complementariedad, vigentes tanto en las relaciones entre los seres humanos como en las relaciones entre los humanos y la naturaleza.

E&R: ¿En qué momento las asociaciones voluntarias no gubernamentales sustituyen las obligaciones del propio Estado?

BDSS: El conjunto de políticas sociales que hacen efectivos los derechos sociales y económicos, y consolidan en el imaginario popular la idea de soberanía, fue ahora convertida en un anatema, vista como un obstáculo para el libre comercio y la globalización. Tal vez, para sorpresa de muchos, hay que señalar que esta actitud conservadora y antidemocrática fue apoyada por los activistas internacionales de derechos humanos que surgieron en ese periodo, defensores de que el Estado dejara de invertir en las prestaciones sociales, al considerarlo ineficiente, corrupto y abusivo, y de transferir la administración de esas prestaciones a la sociedad civil, a través de organizaciones no gubernamentales locales vinculadas a otras  igualmente internacionales, que a partir de entonces proliferaron como hongos. El 90 % de las organizaciones no gubernamentales internacionales que existen fueron creadas después de 1970. De ahí a la aparición de Estados fallidos, una de las creaciones más perversas del neoliberalismo, sólo hay un paso.

E&R: ¿Podemos replantear la cartografía económica global en términos de luchas por la deslocalización de hegemonías de poder?

BDSS: Hay una lucha entre poderes de la Unión Europea y Estados Unidos que han descubierto que expresan intereses distintos, pero tienen intereses comunes cuando se trata de Rusia y China. Entonces, habrá que unirse para impedir que la dinámica del capitalismo pase desde ese eje Europa-Norteamérica hacia un eje Rusia-China-India-Brasil. Por tanto, claro que hay una lucha por la hegemonía dentro del sistema mundial.

Por otro lado, Estados Unidos está haciendo lo que hacen siempre las potencias que están en declive, que es arrastrar a los otros, por eso se crean estas parcerías Transpacíficas y Transatlánticas (El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, y la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión, TPP y TTIP respectivamente, por sus siglas en inglés): para retardar su decadencia uniéndose a países más débiles. Esa es la lógica de los tratados.

E&R: En ese contexto, ¿cómo podemos pensar una descolonización de la economía?

BDSS: Para empezar es necesario des-mercantilizar. Esto significa mostrar que usamos, producimos e intercambiamos mercancías, pero que no somos mercancías ni aceptamos relacionarnos con los otros y con la naturaleza como si fuésemos una mercancía más. Somos ciudadanos antes de ser emprendedores o consumidores y, para que lo seamos, es imperativo que ni todo se compre ni todo se venda, que haya bienes públicos y bienes comunes como el agua, la salud, la educación.

Des-mercantilizar a partir de las epistemologías del Sur es el despensamiento de la naturalización del capitalismo. Consiste en sustraer vastos campos de actividad económica a la valorización del capital (la ley del valor): economía social, comunitaria y popular, cooperativas, control público de los recursos estratégicos y de los servicios de que depende directamente el bienestar de los ciudadanos y de las comunidades. Significa, sobre todo, impedir que la economía de mercado extienda su ámbito hasta transformar la sociedad en una sociedad de mercado (donde todo se compra y todo se vende, incluyendo valores éticos y opciones políticas), como está sucediendo en las democracias del Estado de mercado. Significa, además, dar credibilidad a nuevos conceptos de fertilidad de la tierra y de productividad de los hombres y de las mujeres que no colisionan con los ciclos vitales de la madre tierra: vivir bien a la vez que vivir siempre mejor.

La crisis de derechos humanos

E&R: Parece que la crisis económica está también apareciendo con fuerza en América Latina, y vemos como reacción un peligro de regresión democrática y marcha atrás en algunos logros recientes. ¿Cómo articulamos la crisis de representatividad y la crisis de derechos humanos en la región?

BDSS: Hoy no se pone en tela de juicio la hegemonía global de los derechos humanos como discurso de la dignidad humana. Sin embargo, esa hegemonía convive con una realidad perturbadora: la gran mayoría de la población mundial no constituye ser sujeto de los derechos humanos, sino más bien el objeto de los discursos sobre derechos humanos. Hay siempre una parte de nuestras poblaciones – sean las mujeres, sean los indígenas, sean los afro-descendientes –  que son objeto de discursos de derechos humanos, porque no están en condiciones de ejercer sus derechos. Si llegan, por ejemplo, a un tribunal a representar una causa una indígena en México – y estoy hablando de experiencias concretas – en Veracruz, si eres una indígena, y vas a hablar con un oficial o un funcionario, seguramente que te vas a quedar para el fin de la cola. Todos van hablar primero, los blancos, los mestizos, por último quizás, hablará la mestiza. Ella no tiene derechos. Vive en una sociedad civil, incivilizada que no es una sociedad de derechos. Es tolerada por el derecho.

Cuando menos fuerte sea la democracia representativa, mayor será la exclusión social.

E&R: Ante la crisis de derechos humanos y la ausencia de derechos, ¿cuál es el desafío a la hora de tejer redes globales de solidaridad internacional?

BDSS: Fue eso lo que intentamos desde el 2001 cuando creamos el Foro Social Mundial. A pesar de sus limitaciones y de las críticas internas y externas, el Foro se ha constituido como un modo creíble de espacio global abierto, un grupo de encuentro para los movimientos y organizaciones más diversos, procedentes de los lugares más distantes del planeta, implicados en las luchas más diversas, ahora, ¿Esta mezcla de debilidad y fortaleza que ofrece el Foro como respuesta es sostenible a la larga? ¿expresándose en una cantidad babélica de idiomas, anclados en filosofías y formas de conocimiento occidentales y no occidentales, defendiendo diferentes concepciones de la dignidad humana, exigiendo una variedad de otros mundos que tendrían que ser posibles?

La respuesta es: el Foro no responde a la cuestión del por qué de dicha diversidad, ni para qué, en qué condiciones y en beneficio de quién. Pero ha tenido el acierto de hacer esta diversidad más visible y más aceptable para los movimientos y las organizaciones; las ha hecho conscientes del carácter incompleto o parcial de sus luchas, de sus políticas y sus filosofías; ha creado una nueva necesidad de inter-conocimiento, inter-reconocimiento e inter-acción; ha fomentado coaliciones entre movimientos hasta entonces separados y que sospechaban unos de otros. En suma, ha convertido la diversidad en un valor positivo, una fuente potencial de energía para la transformación social progresiva.

Después el foro perdió un poco su ánimo pero hubo muchas organizaciones de mujeres indígenas, de afros, de campesinos, que se organizaron en articulaciones internacionales. Por ejemplo, la Vía Campesina, es una de las organizaciones campesinas más fuertes del mundo. Yo mismo estuve con ellos en Zimbabwe y participamos en un taller de la Universidad Popular de los Movimientos Sociales, entonces realmente sí hicieron cosas.

E &R: ¿Estamos ante el fin del Estado-nación?

BDDS: Pienso que en el momento en que vivimos en América Latina, hay un contexto que es necesario tener en cuenta y que tiene que ver con la emergencia del concepto de plurinacionalidad. La idea de plurinacionalidad es hoy consensual en bastantes estados del mundo. Existen bastantes estados que son plurinacionales. Canadá es plurinacional, Suiza es plurinacional, Bélgica es plurinacional. Entonces, históricamente, hay dos conceptos de nación. El primer concepto de nación es el concepto liberal que hace referencia a la coincidencia entre nación y Estado; es decir, nación como el conjunto de individuos que pertenecen al espacio geopolítico del Estado y por eso en los Estados modernos se llaman Estados-nación: una nación, un Estado. Pero hay otro concepto, un concepto comunitario no liberal de nación, que no conlleva consigo necesariamente el Estado.

Por ejemplo, sabemos cómo los alemanes fueron, en Europa central y oriental, durante mucho tiempo, una nación sin Estado porque su identidad era una identidad cultural y no una identidad política. Aquí podemos ver que esta segunda tradición de nación, la tradición comunitaria, es la tradición que los pueblos indígenas han desarrollado. Este concepto de nación conlleva un concepto de autodeterminación, pero no de independencia. Nunca los pueblos indígenas han reivindicado, ni en el mismo Canadá, la independencia. Han reivindicado formas más fuertes o más débiles de autodeterminación. Entonces está aquí la idea de que la plurinacionalidad obliga, obviamente, a refundar el Estado moderno, porque el Estado moderno es un Estado que tiene una sola nación, y en este momento hay que combinar diferentes conceptos de nación dentro de un mismo Estado.

E&R: Entonces, ¿las reivindicaciones de las culturas minoritarias responden a un Estado débil?

BDSS: Primero tienes que saber qué es una cultura minoritaria. Durante mucho tiempo se consideró, por ejemplo en Bolivia, que los indígenas eran una cultura minoritaria cuando ellos son 62 por ciento de la población. ¿Qué es minoritario? Minoritario es una construcción social. No puedes decir que la cultura africana es una cultura minoritaria porque 54 por ciento de la población brasileña se considera negra o mulata.

Pienso que la sociedad, el capitalismo, tienen en su origen un elemento de barbarie muy fuerte, de destrucción muy grande, que fue de alguna manera domesticada a través de luchas sociales. Y es que el Estado liberal y la democracia liberal son contradictorios. Hay muchas cosas en el Estado, en la democracia, que están en proceso de lucha, como éste al que asistimos hoy en día, y es que el neoliberalismo está intentando desvincular el capital de los lazos políticos, que son todos nacionales. Nosotros no tenemos lazos políticos que sean transnacionales. Hay un derecho internacional, pero es muy débil; lo hemos visto en Afganistán, en Irak.

Entonces, la barbarie es la destrucción cada vez más grande de esos lazos políticos, que frenan de alguna manera el poder del más fuerte. Cuando el poder del más fuerte no tiene frenos, tenemos barbarie. Barbarie es cuando tenemos un contrato de trabajo entre un trabajador y un empresario, pero no hay un derecho laboral que proteja al trabajador. Pienso que ésta es una situación de barbarie a la que yo llamo fascismo social. Estamos caminando hacia sociedades que son políticamente democráticas y socialmente fascistas, porque los más fuertes tienen cada vez más poder para dominar al más débil, pues se están sobrepasando las reglas que existían. Por eso es necesario reinventar el Estado, la democracia y la emancipación social.

E&R: ¿Qué lugar ocupa la ciudadanía en la construcción de los derechos humanos?

BDDS: Desde el principio, los derechos humanos producen la ambigüedad de que su creación pertenece a dos grandes colectividades. Una de ellas es supuestamente la más incluyente, la humanidad, y de ahí los derechos humanos. La otra es una comunidad mucho más restringida, la de los ciudadanos de un Estado concreto. Esta tensión ha recorrido desde entonces los derechos humanos.

El propósito de adoptar declaraciones internacionales de derechos humanos y regímenes internacionales e instituciones de derechos humanos fue garantizar un mínimo de dignidad a las personas cuando no existieran derechos de pertenencia a una comunidad política o cuando estos fueran violados. Durante los últimos doscientos años los derechos humanos se han incorporado a las constituciones y prácticas jurídico-políticas de muchos países; fueron re-conceptualizados como derechos ciudadanos, garantizados de forma directa por el Estado y aplicados de manera coercitiva por los tribunales: derechos civiles, sociales, políticos, económicos y culturales.

Pero la verdad es que la eficacia de la amplia protección de los derechos de ciudadanía siempre fue precaria en la mayoría de los países. Y la evocación de los derechos humanos se produjo con mayor frecuencia en situaciones de erosión o de violaciones particularmente graves de los derechos de la ciudadanía. Los derechos humanos surgieron como el nivel más bajo de inclusión, como un movimiento descendente proveniente de la más densa comunidad de ciudadanos hacia la comunidad más diluida de la humanidad. Con la llegada del neoliberalismo y su ataque al Estado como garante de los derechos, y en particular a los derechos económicos y sociales, la comunidad de ciudadanos se diluye hasta el punto de llegar a ser indistinguible de la comunidad humana y de los derechos de la ciudadanía, tan trivializados como derechos humanos.

En el contexto actual, la prioridad atribuida a los derechos de la ciudadanía en materia de derechos humanos, antes llena de significado, se desliza hacia el vacío normativo. En este proceso los inmigrantes, y en particular los trabajadores inmigrantes indocumentados, descienden aún más abajo, a la “comunidad” de subhumanos. Para mí esto representa una derrota histórica.

Fuente: https://opendemocracy.net/democraciaabierta/boaventura-de-sousa-santos-fabiola-navarro-roque-urbieta-hernandez/la-democracia-e

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