Refugiados, desplazados y apátridas

El problema de las personas refugiadas, de las que buscan refugio huyendo de las guerras, del hambre, etc., no es un problema más y no es un problema nuevo

Según Antonio Guterres, alto comisionado de Naciones Unidas, se trata de “la crisis humanitaria más dramática a la que se ha enfrentado el mundo desde hace mucho tiempo”.

No es un problema nuevo. Durante el siglo pasado, a este grupo pertenecen por orden cronológico millones de rusos, centenares de miles de armenios, miles de húngaros, centenares de millares de alemanes y de medio millón de españoles…”

Hoy la historia se repite. Los desplazados y desplazadas no son europeos sino sirios, iraquíes, palestinos o saharauis, o de otros países asiáticos o africanos.
En pocos meses los gobiernos europeos han pasado de hablar de acogida a primar la expulsión de quienes buscan refugio.
Actualmente, en el año 2023 más de 110 millones de personas se han visto obligadas a huir. Las causas son diversas: guerras, hambrunas, el cambio del clima y la desigualdad social, etc., causas cada año más intensas y numerosas.

Los países con más desplazados son:

– Siria, el país con más de 10 años de guerra, 6,5 millones de desplazados y 600.000 muertos. (Aunque hoy, sin embargo, apenas se informa de ello.)
– Ucrania, con 6,5 millones de exiliados, 9600 muertos, 17500 heridos. 4,2 millones encontraron refugio, siendo en 2023 la nacionalidad con más acogidas
– Palestina es un caso especial. El número de desplazados externos es de 5,9 millones; pero, además de un desplazamiento que dura más de medio siglo, hay que sumar los desplazados internos, de modo especial los 2,7 millones encerrados en Gaza, sufriendo varios años de ataques con bombas de efectos terribles que han matado a más de 40.000 personas, en especial niños y personas indefensas. Hay que añadir la ocupación de Cisjordania, con más de 4 millones de palestinos sometidos al ejército y gobierno de Israel.
– Congo y Sudán son hoy países de los que no se habla, a pesar de que tienen una situación de conflictos causantes de miles de muertos y desplazados. Sudán del Sur fue primeramente un país que acogió a 220 000 personas que huían de las guerras de países próximos; pero ahora son más de medio millón los que huyen de Sudán del Sur por las guerras que abrasan el país.

Los muertos en el mar:

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Un aspecto de especial gravedad tanto por el número de muertos, cuanto por su forma de intentar el refugio, es el de los que perdieron sus esperanzas y sus vidas en el mar. En Europa, en el mar Mediterráneo y en el Atlántico han muerto más de 4000 personas buscando llegar a nuestro continente (sin contar los muertos desconocidos en el mar). En las aguas de Canarias murieron 1.109 personas.
La ruta de Libia y Túnez está siendo la más mortífera. Solo niños se cuentan más de 10.000. No existen números registrados… no se conoce el número de personas desaparecidas ¡¡¡no hay palabras!!!.

En España en 2023 hemos tenido 163000 solicitudes de asilo, un récord histórico. Las peticiones se han incrementado un 82% en relación al 2022. Aunque España ha mejorado en la tasa de asilo, un 16%, sigue siendo inferior a la media europea, un 38%.
En España las dificultades que tienen que superar para lograr solicitar el asilo son absolutamente vergonzosas. Para la solicitud les lleva entre 6 y 8 meses para conseguir que les den cita, solo un papel con su número para ser recibidos y poder exponer sus motivos y circunstancias por los que piden asilo.
Al respecto hay que señalar una clara discriminación entre la atención a los refugiados de Ucrania, y la de otros países como Nicaragua (un país con un gobierno muy represivo), o Venezuela, que 122.035 están pendientes de resolución. Hoy son los venezolanos y colombianos los que más intentan entrar en España.

La legalidad internacional se halla ahora sistemáticamente vulnerada por un buen número de países de una Unión que, hipócritamente, dice defenderla. Solo la política basada en los derechos de las personas representa una garantía de seguridad común. La historia del siglo XX ha demostrado, una y otra vez, que sin derechos no hay seguridad, sino abusos, violencia e inestabilidad, así como un incremento del poder de los traficantes y por ende, de la ilegalidad y la muerte.

Fuente de la información e imagen:  https://loquesomos.org

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