Page 389 of 455
1 387 388 389 390 391 455

Entrevista: Diana de Horna y Diego Gutiérrez (Esto no es una escuela): “La escuela tiene que abrirse al mundo”

Entrevista a Diana de Horna y Diego Gutiérrez 

Esto no es una escuela es un proyecto puesto en marcha por Diana de Horna y Diego Gutiérrez que quiere acercar a la comunidad educativa y a las familias las escuelas innovadoras que han tenido oportunidad de visitar en diferentes países del mundo.

Su experiencia se podrá ver en un documental que se financia a través de una campaña de crowdfunding, en la que aún estáis a tiempo de colaborar. Hablamos con ellos sobre esta experiencia y sus impresiones.

Desde Educación 3.0 hemos tenido la oportunidad de contar vuestro proyecto ‘Esto no es una escuela’. ¿Cómo surgió la idea de embarcaros en esta iniciativa y buscar escuelas innovadoras?

Cuando nació nuestra hija hace 4 años empezamos a conectar otra vez con la infancia, volvimos a recordar cómo la habíamos vivido nosotros, pero no tanto desde lo racional sino desde las emociones. Y al recordar la escuela, el instituto o incluso la carrera, nos dimos cuenta de que queríamos otra cosa para nuestra hija, sobre todo porque redescubrir la curiosidad inmensa de una niña y su afán de aprender nos hizo replantearnos para qué y cómo educamos. Fuimos investigando y encontramos autores como John Holt, Alice Miller, María Montessori, Paulo Freire, John Dewey… que nos fascinaron. Así, al tirar del hilo nos topamos con experiencias educativas fantásticas que son muy poco conocidas y quisimos divulgarlas. ¿Qué mejor manera de hacerlo que con un viaje en familia y en bici compartiéndolo en redes sociales? De esta manera nació nuestro blog y también la idea deproducir un documental que reflejara esta experiencia y las iniciativas y personas que hemos conocido, y que forman parte de un cambio profundo en la forma en que educamos a nuestras hij@s.

esto no es una escuela2

¿Qué ha sido lo más llamativo de esta experiencia?, ¿es posible una escuela alejada de los métodos de enseñanza tradicionales?

Lo más llamativo ha sido encontrar espacios de aprendizaje en medio del bosque (lasWaldkindergartens  de Alemania), donde las niñ@s pueden correr y jugar al aire libre todo el día, sin más instalaciones que una simple cabaña, sin juguetes o sillas; o conocer una escuela pública con cerca de 1.500 estudiantes y una larga tradición que apuesta por eliminar los deberes y los exámenes, y aprender haciendo (St. John’s, en Inglaterra). También hemos encontrado una escuela pública donde los alumn@s, a partir de los 5 años, pueden votar en asamblea decisiones sobre el presupuesto, el currículum, las disputas y otras cuestiones que normalmente están reservadas a los adultos (Bealings, Inglaterra). Ver escuelas donde las chicas y chicos aprenden desde hace décadas siguiendo su propia curiosidad, sus intereses, sin asignaturas ni exámenes, y relacionándose en un plano de igualdad con los docentes, es posible como las iniciativas llevadas a cabo en el centroSands de Inglaterra o De Vallei en Holanda.

esto no es una escuelaTambién nos gustaría hablar de la escuela norteamericanaTinkering Scholl: está ubicada en una nave industrial y en ella los estudiantes aprenden a usar casi solos herramientas pesadas como taladros y radiales, recuperando la sensación de control y de confianza en sí mismos En nuestro país hemos tenido la oportunidad de conocer escuelas libres que llevan décadas funcionando como cooperativas, y escuelas públicas que están siendo pioneras en aplicar una metodología “viva y activa” que cambia por completo la experiencia de ir al cole.

Todas estas escuelas se alejan mucho de lo que habitualmente se hace en los colegios e institutos, no sólo por la metodología que emplean, sino por cómo y con qué objetivo están diseñados los espacios, la importancia que se da al juego y la iniciativa de los chic@s, así como el tipo de relaciones humanas que se promueven y que están basadas en la colaboración y la participación. Algunas de ellas llevan muchos años funcionando con éxito, pero no sin dificultades, porque desgraciadamente esta visión de la educación sigue encontrando desconfianza y mucha incomprensión.

¿Cómo son las escuelas innovadoras que os habéis encontrado en vuestro camino?, ¿y sus alumn@s?

Hemos visitado cerca de 30 escuelas en España, Alemania, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos. Algunas son centros públicos, otras son iniciativas privadas. Unas tienen ‘profesores’, otras tienen ‘acompañantes’ o ‘facilitadores’. Las hay que están en grandes ciudades, y otras han querido instalarse en plena naturaleza. Lo que todas comparten es un sentimiento de confianza en las capacidades de los chic@s, y donde la responsabilidad no nace de la obediencia sino de la confianza y la participación en la comunidad.

Entre los alumn@s, lo que más nos ha llamado la atención es la madurez de algunos de ellos, su sentido crítico y cómo son capaces de reflexionar acerca de su propia educación. Much@s son personas que han podido recuperar la autoestima y la esperanza gracias a la posibilidad de experimentar otro modelo de escuela más libre y menos basada en la competitividad.

Cada vez se está oyendo hablar más de nuevas metodologías de enseñanza: aprendizaje basado por proyectos, inteligencias múltiples, la clase al revés… ¿Cuáles son vuestras favoritas y por qué?

esto no es una escuelaCreemos que la mayor aportación de estas metodologías reside en poner en cuestión la forma en que la escuela viene funcionando desde sus orígenes, en obligarnos a replantearnos qué es aprender, para qué aprendemos y cómo hacerlo de forma que no anulemos la curiosidad, la motivación y el espíritu crítico de los estudiantes. No sirve de nada aplicar estas metodologías sin un cuestionamiento de la propia escuela, de sus fundamentos y de las relaciones humanas en que se basa, y esto nos obliga a revisar nuestros valores y forma de actuar. Hay que romper con esas ‘tradiciones educativas’ malsanas y con esa pedagogía tóxica que venimos arrastrando y que aún está muy basada en la obediencia, en los premios y los castigos, en los juicios y críticas. Esto no ayuda a aprender ni nos hace mejores personas, sino al contrario.

Es decir, aplicar las inteligencias múltiples es muy interesante siempre y cuando ello no nos lleve a encasillar a los estudiantes, a generar un nuevo corsé que les impide fluir con sus intereses, que pueden ser eclécticos y cambiantes; o ensayar el modelo de la clase al revés. Está bien, pero no debe impedirnos darnos cuenta de que es el alumn@ quien debería poder dirigir su aprendizaje desde lo que le motiva, porque es la única forma de que aprenda de verdad.

Una propuesta que nos parece muy interesante, precisamente por esa puerta que abre a una nueva concepción de la escuela, es la comunidad de aprendizaje. Creemos que la escuela tiene que abandonar las cuatro paredes del aula y abrirse al mundo, a las familias, al barrio, a las iniciativas sociales punteras, a la universidad, a los intercambios y diálogos con centros de otros lugares… al mundo de hoy en definitiva. Un aspecto que debería incorporarse más a la escuela (y a la vida en general) es el juego, el juego espontáneo como base del aprendizaje, como fuente de estímulo, de descubrimiento y de creatividad. El énfasis en la evaluación, en los exámenes y en las clasificaciones, echa por tierra el espíritu de juego que es requisito para querer aprender algo.

Por otro lado, el ser humano es ante todo un ser emocional: las emociones condicionan cómo y qué aprendemos, además de ser la base de la convivencia social y un elemento clave en la felicidad de una persona. La educación no puede seguir descuidando esto, y es necesario que los docentes tengan una formación adecuada en este sentido también, no como formación teórica sino desde la práctica cotidiana de herramientas como la comunicación no violenta. Y algo que echamos muy en falta en la escuela es la mezcla de edades, que los estudiantes no estén separados por cursos ni clases de forma rígida. Las posibilidades que brinda esto al desarrollo social y al aprendizaje (un aprendizaje significativo desde la perspectiva constructivista) son muchísimas y están relacionadas con el aprendizaje entre iguales (hay que recordar que el hecho de que dos estudiantes tengan la misma edad no implica que tengan el mismo nivel de habilidades en un área concreta).

Habéis estado trabajando en un documental donde habláis de las escuelas que habéis visitado, la gente que habéis conocido y entrevistado… La financiación es a través de crowdfunding. ¿Qué les diríais a los docentes y padres para que se animen y con sus aportaciones contribuyan al proyecto?

Les diría que hay muchísimas personas que quieren avanzar hacia una escuela y una educación diferentes. Lo que necesitamos es una base sólida de información contrastada pero también una inyección de moral y de esperanza, algo que nos impulse a conseguir ese cambio. ‘Corriendo por las olas’ es un documental independiente y cofinanciado por ya por más de 300 personas que aúna la razón y la emoción, y que podrá verse de forma gratuita.

Esto no es una escuelaNuestra iniciativa no tiene afán comercial ni ánimo de lucro, pero para poder producir un documental independiente como éste, sin patrocinadores ni subvenciones, necesitamos apoyo, porque los costes de un proyecto así son altos (sobre todo si quieres hacer un trabajo profesional que aspire a tener una difusión importante). Por eso quienes colaboren estarán aportando su granito de arena para que estas iniciativas educativas tengan más visibilidad, que sean mejor entendidas, para que más docentes y familias se impliquen en esta revolución silenciosa.

¡Encima tenemos una sorpresa para quien participe! Además de aparecer en los créditos del documental, a quienes colaboren con la campaña les ofrecemos varios regalos: la edición en castellano del libro ‘Aprender en libertad’ de Peter Gray (un libro imprescindible para entender cómo debería ser la escuela del futuro), y el cuento ilustrado ‘Los náufragos de Tonga’, relato basado en un hecho real que cambiará la forma en que vemos a los niñ@s y que les ayudará a confiar en sí mismos. Os mostramos a continuación el vídeo de dos minutos con el que lanzamos la campaña.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/diana-de-horna-y-diego-gutierrez-esto-no-es-una-escuela-la-escuela-tiene-que-abrirse-al-mundo/31683.html

Comparte este contenido:

Entrevista a Marc Prensky : “Tenemos que dejar de imponer a los niños nuestra visión anticuada del mundo”

18 Septiembre 2016/Fuente y Autor: Semana Educación

El paso de Marc Prensky por Colombia fue polémico. Semana Educación habló con él, a quien se considera el mayor experto en la conexión entre tecnología y aprendizaje del mundo. Marc Prensky aterrizó en el país como uno de los protagonistas de la Cumbre Líderes por la Educación, organizada por esta publicación los días 14 y 15 de septiembre en Bogotá. La expectación era alta. No en vano, el estadounidense es el mayor experto en educación y tecnología a nivel mundial, y uno de los grandes críticos del actual sistema educativo: niños que memorizan pero no cuestionan lo aprendido.

Su intervención sobre currículo y contenido no dejó a nadie indiferente. Mientras sus seguidores le aplaudieron hasta desgastarse las manos; sus detractores salieron conmocionados. Los pasillos del Cubo de Colsubsidio, donde se organizó el evento, eran un hervidero entre elogios y críticas una vez él se bajó del escenario.

¿Cómo puede decir que comprar libros de textos es la peor forma de invertir en el futuro de los niños, que es un gasto de plata?, se le oyó decir a una mujer roja de la indignación.

Este hombre no sabe de lo que habla, le respondía su acompañante, igual de rojo y encolerizado.

Prensky tiene razón, la educación tiene que cambiar porque va a quedar obsoleta en 20 años, razonaba un hombre pegado a su frondosa barba.

Sí, hay que repensar el modelo para formar a nuestros hijos de cara al futuro, reconoció una mujer de tacones imposibles.

Prensky sabe que tiene un discurso polémico, pero no parece importarle. Habla con pocas pausas, mucho ritmo y seguridad, mirando a los ojos fijamente. Y no deja de sonreír. Sí, parece que las críticas le traen sin cuidado.

Semana Educación habló con él para conocer más impresiones de este experto internacional que no puede vivir sin su celular.

Semana Educación: Usted acuñó los términos ‘Nativo digital’ e ‘Inmigrante digital’, ¿qué significan?

Marc Prensky: Se tiende a creer que los nativos digitales saben todo sobre la tecnología, pero eso no es verdad. Son personas que han nacido en la era de la tecnología y crecieron con ella, creen que determinadas herramientas y valores son importantes, entonces las emplean. Por ejemplo, utilizar una grabadora en el ejercicio periodístico. Imagináte que un periodista de hace 50 años te dice que tienes que hacer entrevistas sin la grabadora. Ellos pensarían que está loca por emplearla y tú que ellos lo están por negarse a hacerlo. Cambia la perspectiva y los puntos de vista sobre las cosas. Por ejemplo, la cuestión de la privacidad. La gente antes pensaba que la privacidad era lo más importante y ahora no piensan igual: comparten su vida en Internet, se comunican por medio de la web y vuelcan contenido disponible para cualquiera que lo quiera ver.

S.E.: Entonces, es una cuestión de cambio de prioridades

M.P.: Sí, esa es la actitud que define a un nativo digital, mientras que los inmigrantes digitales son aquellos que nacieron sin tecnología o muy poca y tratan de imponer su visión antigua del mundo a sus hijos que ya son nativos digitales. “No tendrías que usar el computador más de una hora al día”, les dicen. ¿Y por qué no? Tú no tenías computadores cuando eras un niño, entonces no entiendes lo que es crecer con uno. Es su vida, son sus tiempos. Pero eso no significa que los adultos no puedan enseñar nada a los niños. Simplemente tenemos que ser muy cuidadosos en no adoptar actitudes de otras épocas que ya no se adecuan a las de la actualidad y no imponer esa visión anticuada a los niños.

S.E.: Bueno, pero es que quizá si el niño está 10 horas delante del computador, deja de hacer otras actividades que le pueden beneficiar, como leer

M.P.: No necesariamente. Ahora mismo puedes leer libros a través de tus oídos, escuchándolos. La razón por la que leemos libros es para aprender sobre el comportamiento humano. Entonces, ¿por qué no aprender pero haciendo uso de los diferentes formatos disponibles? Los libros han evolucionado, así que, no es una cuestión de dejar de leer libros, sino de combinar todas las posibilidades que ofrece la tecnología para leer un libro.

S.E.: ¿Como padre fomenta esa actitud de nativo digital en su hijo?

M.P.: Mi equilibrio en la enseñanza de mi hijo es mi mujer. Ella tiene objetivos diferentes en relación con la educación de nuestro hijo: quiere que aprenda a respetar los tiempos de las otras personas, que aprenda a comportarse bien, ella es estricta. Yo, en cambio, motivo otras habilidades, por ejemplo, que consuma toda la tecnología que quiera. Pero si no le gusta, está bien, no le fuerzo. Pero lo que hay que entender es que hoy todo es tecnología: el deporte, la música, las películas… Así que, sea lo que sea lo que le interesa, le aliento a que aprenda y utilice las nuevas herramientas tecnológicas que existen a cerca de esa materia.

S.E.: Hay sectores que alegan que la tecnología aisla y radicaliza a los niños. ¿Qué le parecen estas afirmaciones?

M.P.: Tomemos el ejemplo de Isis y cómo emplean Internet para difundir su ideología fundamentalista. Mi consejo es que hay que tener acceso a las ideas radicales pero también a las que no lo son. Lo que no se puede hacer como padres, maestros, gobierno es permitir que la tecnología se use solo en un sentido por medio de la censura. Necesitamos un mundo en el que todo el mundo tenga acceso a toda la información que le brindan las nuevas tecnologías. De este modo, las personas podrán sacar sus propias conclusiones del mundo que las rodea. Es estúpido criticar la tecnología porque ya forma parte de la vida, es una realidad. Todo es tecnología, desde la ropa que usamos, hasta las gafas que llevo puestas o el maquillaje. Las usamos y normalizamos. Pero cuando son algo nuevo nos asustamos y decimos: «Oh, no, esto lo va a cambiar todo y va a ser terrible». Y no lo es. El problema no es la tecnología, sino cómo se consume.

S.E.: Algunos argumentan también que la tecnología nos hace menos sociable.

M.P.: No, nos hace más sociables, mucho más. Mi hijo está en contacto con sus amigos todo el rato a través del celular. La tecnología nos hace la vida más fácil porque hay momentos en los que no queremos enfrentarnos al cara a cara y la tecnología evita que lo hagamos. Por ejemplo, cuando quieres romper con tu pareja. La tecnología nos ofrece más posibilidades en las relaciones interpersonales.

S.E.: En un contexto de posconflicto, ¿qué importancia puede tener la tecnología ligada a la educación?

M.P.: Bueno, llegados a este punto lo importante es no retroceder a un contexto de guerra. Seamos razonables, ¿quién puede querer la guerra? (se ríe). 50 años de guerra es suficientemente terrible, ¿quién querría volver a eso?

Así que, teniendo eso claro, la pregunta es cómo empleamos la tecnología para no devolvernos a un contexto de guerra y sí para seguir avanzando.

La respuesta debe ser a través de la colaboración, el trabajo conjunto y sabiendo qué se quiere alcanzar. Si nuestro objetivo es un escenario de paz, bueno, habrá que emplear la tecnología para combatir esas acciones que quieren volver a instaurar la guerra. Cada  persona tiene una visión diferente y propone soluciones diferentes, la educación y la tecnología pueden permitir llegar a un punto en común entre posturas y dar soluciones efectivas.

Fuente de la entrevista: http://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-a-marc-prensky-sobre-educacion-y-tecnologia/494206

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/9/17/494204_1.jp

Comparte este contenido:

Entrevista a Orlando Terré Camacho: “Si no emocionamos al cerebro, no hay aprendizaje”

18 Septiembre 2016/Fuente y Autor: rosario3

El reconocido educador cubano Orlando Terré Camacho brindará una charla en Casilda sobre su novedoso método de estimulación temprana en la educación infantil basado en las inteligencias múltiples.

El experto en educación infantil, Orlando Terré Camacho, presidente de la Organización Mundial de Educación y Desarrollo Infantil (OMEDI) y de la Asociación Mundial de Educación Especial (AMEE), vino a la Argentina nuevamente para brindar una capacitación gratuita dirigida a maestros, especialistas en educación, neuroestimuladores infantiles, psicológos, pediatras, fisioterapeutas y a las familias en general, acerca del Método NeuroPoint, del cual es creador y entrenador en todo el mundo.

Fiel abanderado de la educación inclusiva y una de las voces internacionales reconocidas en temas de infancia, estará en el día de hoy, de 18:30 a 21:30, en la ciudad de Casilda (Teatro Dante) compartiendo sus experiencias prácticas y habilitando un debate que según él describe será “un encuentro de ´ciencia y amor´: “Por un lado vamos a debatir algunas temáticas sobre el desarrollo infantil temprano y la primera infancia, intentando traducir a cada docente una mirada en torno a las prácticas reales que deben darse en el programa de estimulación del crecimiento del potencial de inteligencia del niño. Por otro lado, es un encuentro de amor porque realmente cuando hablamos de niños y de familia tenemos que tener un lenguaje coloquial seductor, que llegue a las personas”.

Orlando es creador del Método NeuroPoint, un método que se basa en la estimulación de niños y niñas en edades tempranas comprendidas entre los 0 a 6 años de vida, en la que a través de diferentes recursos metodológicos y técnicas de avanzada se potencia el área de desarrollo infantil propiciando aprendizajes tempranos y el desarrollo de las inteligencias.

Consultado acerca de en qué consiste la estimulación temprana, el especialista explica que es un modelo de intervención que se ocupa de analizar cómo estimular a través de grupos de actividades relacionadas con el desarrollo según la edad del niño y producir un efecto: “La estimulación al desarrollo está encaminada a niños y niñas en edades tempranas, para cada grupo etario hay habilidades rectoras y es ahí donde el experto, el desarrollista del proceso, debe focalizar la enseñanza”, cuenta Terré Camacho.

“Yo describo el potencial del niño a través de la teoría de Howard Gardner, que habla de la multiplicidad o las inteligencias múltiples, que son siete. El método de NeuroPoint utiliza el instrumento EBO (la evaluación basada en la observación). En esta observación siempre se detecta una marcada inteligencia, el especialista debe saber especificar cuál es esa inteligencia, por ejemplo, inteligencia musical, kinestésica, etc. La estimulación tiene que saber destinar para cada niño, un programa de estimulación, porque independientemente que esté en un mismo salón de clases, tenga una misma edad cronológica, y que creamos que tienen todos el mismo potencial, hay un potencial de inteligencia en cada uno que hay que detectar”, sostiene el especialista.

Sin embargo, este método de estimulación no se encuentra en la mayoría de las instituciones escolares. Al respecto, Terré Camacho expone: “No se aplica en primer término porque nos hemos declarado que hacemos estimulación temprana y simplemente abordamos niños. Segundo, muchas veces creemos que todo lo sabemos en relación con la infancia y no estamos trabajando con las familias. Otras veces el tradicionalismo en las prácticas educativas nos maneja. La estimulación es una cosa y la enseñanza es otra. El ejercicio de la estimulación es un ejercicio encaminado al desarrollo del potencial”.

Otro aspecto que remarca el investigador es que si no emocionamos al cerebro, no hay aprendizaje y eso parte justamente de la dinámica de las empatías del niño, de su creatividad, y sus emociones: “Para cada niño hay unidades rectoras, individualidades, por eso es importante adecuar cada programa pedagógico a esas unidades”, explica Terré Camacho y enfatiza: “Las emociones cuentan. Hay que buscar un lenguaje seductor, la sonrisa, invitar al abrazo, para que vuelva a ser la escuela de la alegría, que forma pensando en el otro, desde la diversidad. Tenemos que tener el aula preparada para que los niños aprendan felices”.

El método diseñado para la primera infancia procura una serie de metodologías prácticas para el desarrollo de las habilidades potenciales. Como explica el experto: “Incidimos en el crecimiento del niño, exploramos las fases fértiles de su desarrollo, implementamos una programación que va encaminada al éxito y la felicidad en el aprendizaje”.

Si bien el método es llevado por todo el mundo para que sea adoptado y aplicado, Orlando sostiene que el objetivo no es mercantilizar, sino formar. “Hoy reuniremos en Casilda a más de 300 docentes, de manera gratuita, no para divulgar el método sino celebrar el Día del Maestro regalando un debate. El objetivo es reflexionar en torno a lo que podemos hacer por una infancia exitosa y feliz. Por eso si nosotros no asumimos la práctica investigativa desde el soporte de una formación de los especialistas ejecutores principales de este método, nada podemos hacer”.

Por otro lado, el especialista sostiene que esta implementación debe ir acompañada de una política de Estado que acompañe las prácticas: “Las políticas de ejecución deben basarse en estudios científicos y no medidas arbitrarias. A veces aparece una metodología, nos casamos con ella, no medimos los impactos, y obligamos a los docentes a que la apliquen. Muchas veces miramos a Harvard y no miramos a otros países latinoamericanos que están desarrollando muchos proyectos educativos y que tienen realidades más cercanas. Los modelos están, hay que saber cómo llevarlos a la práctica”.

Fuente de la entrevista: https://www.rosario3.com/noticias/Si-no-emocionamos-al-cerebro-no-hay-aprendizaje-20160914-0009.html

Fuente de la imagen:  https://www.rosario3.com/__export/1473853454109/sites/rosario3/img/2016/09/14/educ.jpg_1572130063.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista a Javier Sánchez Menéndez: «Muchísimos libros que se compran hoy no se leerán jamás»

18 Septiembre 2016/Fuente: larazon/Autor: Pepe Lugo

Cuando Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, 1964) abrió la hucha contó las monedas que había guardado durante años y se dio cuenta de que podía hacer realidad su sueño. No a todo el mundo le pasa, porque montar una librería en Sevilla no está al alcance de alcancías modestas ni de las fantasías más estrafalarias. La Isla de Siltolá hereda el nombre de la editorial que fundó en 2009 para acoger a la poesía descarriada que no tenía hueco en las grandes cadenas de distribución literaria. Ahora sus fondos y los de otras editoriales se pueden encontrar en un espacio dedicado a la literatura pero también al vino.

–¿Cómo se llega a la Isla de Siltolá?

–Pues no se llega con barcos, se llega con libros, con literatura, con cultura. No existe, pero está presente en todas las personas que amen estas tres cosas.

–Poeta-editor-librero, vaya secuencia, ¿no?

–En realidad, creo que es lo mismo, que está todo relacionado, aunque yo no me considero ni poeta, ni editor, ni librero. Ante todo soy lector y éste puede tener muchas caras, la de lector, la de poeta, la de librero.

–¿Le ha quedado algo de dinero en la hucha?

–Todavía me queda algo, lo suficiente para poder mantenerla hasta que se consolide. Los negocios empiezan poquito a poco y ahora el dinero se ha gastado en montarla para que dure unos pocos años.

–¿Qué sensación se tiene al vivir dentro de un sueño?

–Pues es una satisfacción inmensa, es ver hecha realidad una idea de muchísimos años que además se adapta perfectamente a la situación actual. Todos sabemos cómo está cambiando la sociedad, vivimos en un mundo de prisas, cuando la literatura es todo lo contrario. Hay que tratar a las cosas con amor y con mucha calma, entonces digamos que somos como una isla dentro de algo que se mueve muy rápido y a nosotros nos gusta ir muy despacito.

–Acaban de presentar el Iphone 7 y todo el mundo se ha vuelto loco por tener uno. Convénzame de que un libro es mejor.

–Dicen que el Iphone 7 sirve para cazar mejor los «pokemons», si la gente quiere seguir cazándolos…, todo es compatible. Siempre se puede compaginar con la cultura, pero si quieres te puedo decir que leer nos hace libres. Estas personas que dependen de un dispositivo que van cambiando a una velocidad vertiginosa no son libres, porque dependen de la tecnología para seguir siéndolo. En cambio, leer nos enseña mucho más que las aplicaciones de los móviles, que todos esos gimnasios y escuelas de adiestramiento. Considero que es la única manera de poder ser libres y de realizarnos como personas.

–Cuando en 2009 apareció la editorial, la crisis ya era una realidad. ¿Le ha costado más trabajo sacar libros o venderlos?

–Creo que la editorial, porque el panorama entonces era muy complicado. Cerraron muchas editoriales y las de poesía estaban contadas en este país. Bajaban los índices de lectura, bajaba todo, pero apostamos por un tipo de literatura por muchas razones. Por darle una oportunidad a voces nuevas que tenían muy complicado acceder a las grandes editoriales, difundir la poesía y distribuirla, porque no se distribuye bien en este país, y conseguir posicionarnos en casi todas las librerías españolas. Muchas también se cierran y las que surgen tienen poco que ver con el concepto tradicional, ya que aportan algo más en este cambio social que estamos viviendo.

–Pues todo el mundo dice que ahora la poesía está de moda, los recitales parece que se llenan de gente joven, se editan muchos libros de lírica. ¿Cuánto hay de estrategia para vender en esto?

–Es una técnica de mercado pura y dura, porque lo que más se vende se califica de poesía y no lo es. Es el género madre de la literatura y hay que seguir luchando para que llegue al mayor número de personas pero por amor a la literatura, no porque se vende y aparece como «top ten» de ventas. Eso no es poesía y lo sabemos todos.

–¿Entonces qué es?

–Pues es un divertimento, sabes que muchos de estos poetas son cantautores, que son magníficos y hacen una gran labor cultural por nuestro país, pero no es más que entretenimiento. No se puede confundir la literatura con la mediocridad.

–¿La cultura está al nivel del barro?

–Completamente, al nivel del barro y al de la rapidez que hablamos antes. Muchísimos libros que hoy se compran no se leerán jamás, de «youtubers», «best sellers», sólo para hacerse una foto con el autor y luego olvidarse. Las multinacionales hacen un daño terrible porque publican basura que venden, por lo que siguen publicando.

–Pero la gente tampoco es tonta, ¿no?

–Bueno, esto es como en política. Ciudadanos y Podemos, que aparecen todos los días en los programas de televisión, con sus seguidores en las redes sociales; pero en la urnas los españoles les han dicho que deben estar en la oposición y que tenemos que conocer sus actos antes de juzgarlos, porque son nuevos. En la literatura siempre pasa lo mismo, aquí la televisión y las redes sociales…, la gente de antes quería ser maestro, médico, trabajar en un banco y ahora todos quieren salir en YouTube, ser futbolista, un cantautor que escriba libros de poesía. Es un error porque se está perdiendo la identidad personal, no la social, que se perdió hace muchos años. ¿En qué nos enriquece todo esto? El ser humano necesita un alimento físico para desarrollarse y ser libre, pero no lo encuentro en esta gente.

–¿Rechaza muchos textos?

–Cada vez se rechaza más, porque el editor es el filtro de la literatura, debe ser tremendamente exigente y debe rechazar porque hay mucho aprendiz literario en España.

–¿Y usted, cómo poeta, cómo se califica?

–Bueno, yo soy un poeta lento, puedo tardar un año en escribir un poema, soy un poeta lector. Siempre procuro escribir el mismo poema, siempre estar con lo mismo, y me alimentan las lecturas. Ahora hace muchos meses que no escribo un poema, disfruto mucho leyendo.

–¿Cómo ve el panorama cultural actual?

–Pues el 90% de lo que se publica es basura, por lo que hay que buscar ese 10% que nos enriquece, hay que saber definir dónde está la basura y dónde la literatura. Eso lo deben hacer no sólo los editores sino también los libreros, pero sobre todo los lectores

Fuente de la entrevista: http://www.larazon.es/local/andalucia/muchisimos-libros-que-se-compran-hoy-no-se-leeran-jamas-IH13503281#.Ttt1lF1acqCe95Q

Fuente de la imagen:http://www.larazon.es/documents/10165/0/498×519/0c0/0d0/none/10810/APGV/image_content_5371966_20160912102154.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista a Graciela Morgade:“La educación sexual integral hace a la escuela más justa, pero también más interesante”

18 Septiembre 2016/Fuente:Página12 /Autor:Verónica Engler

La decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA fue una de las expertas convocadas para redactar los lineamientos curriculares para implementar la norma. Aquí, analiza el camino recorrido en esta década: el impacto en los docentes, los miedos que se fueron venciendo, el involucramiento de los gremios, lo que todavía falta.

Hace una década, en octubre de 2006, en la Argentina se sancionaba la Ley Nacional 26.150, con la cual se creaba el Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Así se iniciaba un arduo y promisorio camino para que en el país la escuela fuera un lugar mucho más amplio, integrador y respetuoso de las diferentes identidades que quieran asumir tanto quienes educan como quienes están aprendiendo. Los lineamientos curriculares de la ley definen la educación sexual desde un abordaje integral y no reducido al modelo ‘biomédico’, que se centra en la prevención de enfermedades o embarazos. Algunos de los temas de aprendizaje comunes y obligatorios –que deben adaptarse a la edad de alumnos y alumnas– se refieren a las distintas formas de organización familiar (que no se reducen al clásico mamá-papá-hija-hijo), el respeto a la intimidad propia y ajena, la prevención del abuso sexual, las relaciones de género entre varones y mujeres, el respeto por la diversidad de identidades, y la necesidad de luchar contra las discriminaciones y los estereotipos, entre otros. Todas cuestiones que, a simple vista, implicaban una revolución copernicana en las aulas si se tiene en cuenta que hace diez años en la sala del jardín de infantes las nenas solían jugar en el rinconcito de la cocina y los nenes en el de los bloques, o que en cualquier recreo cuando las chicas optaban por correr y gritar las maestras las podían reprender porque “se portan mal como los varones”, o que en las aulas del colegio para dar una clase de educación sexual se exponían láminas rosa para mostrar el aparato reproductor femenino y azul para el masculino (además dando por sentado que la opción correcta para todos y todas era la heterosexual, y no otras). ¿Ha comenzado esa revolución de los cuerpos y de las formas en que aprendemos a vivirlos? ¿Ha sido una década ganada? ¿En qué sentido? “Se ha iniciado un camino, pero todavía hay mucho por recorrer, mucho por investigar, por discutir”, señala Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y una de las expertas convocadas hace diez años por el Ministerio de Educación para redactar los lineamientos curriculares para implementar la ley.

–Usted investiga desde hace más de una década sobre educación sexual y sobre cómo aparecen los cuerpos y las sexualidades en las aulas. ¿Cómo empezó a trabajar en estos temas?

–Arrancamos en 2004, pero previamente yo había estado investigando varios años alrededor de la docencia en el nivel primario como trabajo femenino y la feminización del cuerpo docente, desde una mirada que se pregunta de qué modo el carácter femenino de las mujeres maestras se articulaba con las formas del trabajo docente. Pero en algún momento, a partir de diferentes experiencias históricas, comencé a preocuparme por una cierta dicotomía que veía en el movimiento social de mujeres entre las cuestiones de género y educación y las que tenían que ver con los derechos sexuales y reproductivos. Y esto también tiene que ver con cómo el concepto de género fue cambiando. Porque en un momento decíamos que el género era lo cultural y el sexo lo biológico. Entonces se empezó a criticar más fuertemente al concepto de género como excesivamente binario, y esto lo hicieron mucho los movimientos de gays, lesbianas, trans y travestis. Ahí la categoría de género ilumina lo que, desde nuestra perspectiva, es la mejor manera de entender el cuerpo y la sexualidad, que tiene que ver con las construcción social del cuerpo.

–¿Cómo es esa construcción social del cuerpo?

–Ya no diríamos que está lo biológico por un lado y lo social, lo cultural, por otro. Esa construcción del cuerpo social implica que la materialidad que en cada sujeto tiene que ver con lo biológico, en un mundo social se vive de una determinada manera, se disfruta o se padece de una determinada manera, y eso tiene mucho que ver con los significados que se le da a la cuestión de las feminidades o las masculinidades, por ejemplo. También entran en juego las identidades abyectas o prohibidas, lo que llamamos disidencia sexual. Entonces, no hay solamente dos maneras de vivir el cuerpo, hay muchas maneras de vivir el cuerpo sexuado, y tiene que ver con muchas posibilidades distintas que ya no es femenino/masculino, mujer/varón, heterosexual necesariamente, sino que el deseo, la forma de vivir el cuerpo, la forma de estar en el mundo tiene muchas alternativas.

–¿Qué encontraron en las aulas al investigar sobre educación sexual?

–En ese momento, en 2004, se estaban discutiendo leyes de educación sexual, por eso nos metimos de lleno para ver qué concepto había en las aulas en el momento de esa discusión. Lo que encontramos al principio, y que en muchos casos hoy sigue en pie, es la visión biologicista. O sea: que hay un sexo y que el sexo está determinado por una configuración genética, biológica, y entonces, para abordar la sexualidad se habla del aparato reproductor. La ley (Nacional de Educación Sexual Integral, N° 26.150) finalmente se votó en 2006 y los lineamientos curriculares, los contenidos, en 2008; y la documentación y todos los materiales que se fueron produciendo a partir de ahí, fueron intentando desplegar lo que está en la ley, que es el concepto de sexualidad desde una perspectiva integral. Esta perspectiva implica pensar que hay, efectivamente, una dimensión biológica, pero también hay una dimensión histórica y cultural, una dimensión ética, que tiene que ver con los valores, una dimensión emocional, psicológica, que todas esas dimensiones configuran la sexualidad. Y la educación sexual se tiene que hacer cargo de todas esas dimensiones, y por lo tanto no tiene que ser biología solamente.

–La Ley Nacional de Educación Sexual Integral supone una mirada sobre la sexualidad que no se limita al aspecto biológico de la misma y que incluye la perspectiva de género. ¿Me puede contar en qué consiste esta otra mirada que propone la ley?

–La perspectiva de género es una perspectiva que es crítica, que critica la desigualdad, la relaciones sociales de poder. Entonces, no se trata solamente de hablar de sexualidad en todas las materias, sino de hacer una crítica de las formas en que ciertas relaciones de poder implican padecimiento para los sujetos, porque sufren discriminación o sufren físicamente, o emocionalmente, o quedan en una situación de subordinación, inclusive a veces aceptándola, porque puede haber procesos de autoconvencimiento que atraviesan las personas. La ley habla de integralidad, y todos los documentos posteriores fueron abriendo la cuestión, hacia una manera compleja de entender la sexualidad, multidimensional, altamente diversa, y es fuertemente igualitaria en un sentido político, que es el poder decir que todas las identidades sexo-genéricas tienen derechos.

–Posteriormente a la sanción de la ley usted ha investigado particularmente el nivel de la escuela media. En esta década transcurrida, ¿cuáles fuero los cambios que se registraron?

–Cuando nosotras entramos en las escuelas nos decían que había educación sexual porque la profesora de biología daba las clases de sexualidad o porque iban agentes externos a vender elementos para la intimidad femenina. Pero cuando trabajamos con profesoras y profesores que tienen interés en hacer una mirada desde la ley y desde la perspectiva de género y derechos, lo que empezó a pasar es que se dieron cuenta de que su formación de base, su formación disciplinar no había incluido esta mirada.

–¿No se sentían capacitados para abordar la propuesta que hace esta ley?

–Claro, entonces hay un primer nivel, que es que si se visibiliza la cuestión de los derechos y se habla de los estereotipos, se entiende que hay una crítica social a la falta de oportunidades. Y para esto es más o menos sencillo ver que hay pocas mujeres presidentas, o que todavía hay discriminación hacia las lesbianas y los gays. Este primer nivel de conocimiento social fue visibilizado: está la ley de matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, por ejemplo. Pero lo que nos preocupa hoy es que en cada materia escolar hay una crítica de género para hacer, hay una crítica al androcentrismo, ya no es esta cuestión meramente descriptiva, tiene que ver con una mirada de cómo se construye el conocimiento. Por ejemplo, tenemos profesorados de lengua y literatura o de letras, y la crítica del sexismo en el lenguaje es una dimensión que es tremendamente interesante en el castellano, que es una lengua particularmente sexista. Pero además, cuando se trabaja en literatura está el tema del canon de la literatura: ¿se leen mujeres? ¿qué mujeres? Y otra cuestión: ¿hay temas que tienen que ver con sexualidades en los textos? Realmente hay una enorme cantidad de temas que entran en la crítica al androcentrismo en el caso de la lengua y la literatura. Lo mismo en historia o en biología.

–Claro, como cuando se enseña el proceso de hominización, que va de un mono a un hombre.

–Sí, varón, y además en general del tipo caucásico, blanco, es un hombre europeo, alto. O imágenes de familias prehistóricas, en las que está mamá, papá y los chicos, por ejemplo. En biología todavía hay mucho camino por recorrer. Y el sexismo, la mirada patriarcal del mundo, se transmite por esos canales también. No es suficiente, aunque es mejor que nada, hacer una clase sobre sexualidad, una clase sobre la discriminación en la mujer, una clase sobre el matrimonio igualitario. El problema es que se discuta en todas las clases lo mismo. Hay mucho por recorrer. El programa nacional (de Educación Sexual Integral) hizo muchísimo, pero son temas que van a llevar muchos años, porque para que haya una crítica y un análisis del androcentrismo en la formación docente, tiene que haber mucha investigación y mucha discusión.

–¿Qué sucedió con los docentes a medida que accedían a los diferentes momentos de formación que prevé la ley?

–Creo que en general el impacto ha sido positivo en el sentido de que se pudieron ir bajando ciertos temores en las maestras y en los maestros. Por un lado, el miedo a no saber, y por otro lado el miedo a oposición de las familias. Pero además hay una especie de fantasma que recorrió y recorre todavía las escuelas, o el sentido común, que es que si hablamos de sexualidad, habilitamos el “libertinaje”, y ahí hay un tema ético; o que se impulsa la iniciación sexual, aunque está bastante demostrado que no es así. En los países en donde la temática de la educación sexual está muy presente, la iniciación sexual se demora, porque, por ejemplo, a veces los varones se sienten obligados a debutar para demostrar virilidad. Y modificar eso solamente es posible criticando la definición patriarcal de virilidad, para que esos chicos puedan entender que los procesos son personales y que son intersubjetivos. O en el caso de las chicas, que todavía cuesta que exijan el uso de un preservativo, y todavía hay una sospecha de la chica que tiene en su cartera un preservativo, porque parece que es “rapidita”. Y esos temas culturales, cuando se puede producir una situación de reunión con cierta calma, las maestras y maestros, los profesores y profesoras, se dan un espacio para reflexionar. Es evidente que es la Educación Sexual Integral (ESI) es una llave para entrar al mundo subjetivo, y a los estudiantes eso les interesa, y eso también atraviesa la propia vida del sector docente. Y no estoy diciendo que hay que hablar de la vida privada, sino que se pueda tomar la dimensión de la identidad y de las historias desde una perspectiva que es muy significativa para los niños y niñas, y jóvenes. La ESI no es una política exclusivamente de la escuela, es una política pública, que es social, y que se tiene que articular con el sector de salud, de desarrollo social y con la justicia, para que no queden solas las maestras y los maestros con la cantidad de temáticas que afloran cuando se habla de sexualidad. Porque tampoco es el rol o el trabajo de la maestra que se termine haciendo cargo de situaciones personales de alguna familia, por ejemplo. Entonces, esa red de instituciones hace que las maestras no tengan miedo.

–¿Y se da efectivamente esta articulación institucional? Si una maestra se encuentra con una situación de abuso o violencia en el aula, ¿tiene a dónde recurrir?

–La articulación institucional hasta ahora fue bastante dispar. Hay ciudades en donde esto funcionaba bien, como en Rosario, en donde la municipalidad tenía un Instituto de la Mujer, o aun en la ciudad de Buenos Aires, que tiene defensorías y que tiene una red importante de organizaciones de la militancia. En algunas provincias, donde hay áreas llamadas de la mujer o defensorías en el sector de la justicia, donde hay fiscalías que pueden tomar ciertos temas y adonde pueden acudir las y los docentes, las escuelas están menos solas, y en algunas ciudades del país se dio esta articulación. Pero yo creo que en general ese puente no está todavía suficientemente tendido

–¿Hoy los y las docentes están mejor preparados para llevar a las aulas los contenidos que prevé la ley?

–En estos años hubo, tanto por dentro de las escuelas como por fuera, en el debate público, una tematización de las dimensiones que tiene que ver con las sexualidades muy interesante. La sexualidad era uno de los temas tabú de la escuela, no se hablaba de religión ni de sexualidad. Creo que la dimensión tabú de la sexualidad, por muchos debates sociales que se fueron produciendo, está bajando. Algunas de las discusiones que se dieron, como la de la ley de matrimonio igualitario y la de la ley de identidad de género, o la presencia de algunas compañeras travestis en la televisión hicieron mucho por la ESI, inclusive más que la capacitación docente, porque van creando un clima de aceptación democrático. Pero yo creo que tiene que haber mucha más continuidad en la capacitación, y validación del programa ESI para que se profundice.

–Y en esta coyuntura en la que hay importantes reducciones de personal en áreas clave para la implementación de la ESI, no sólo en el Ministerio de Educación sino también en el Ministerio de Salud, por ejemplo, ¿cómo le parece que puede seguir este proceso iniciado con la sanción de la Ley?

–Creo que tenemos un camino de lucha por delante. Hace unas semanas generamos con varios grupos una declaración que tuvo muchas firmas que dice “Sin Educación Sexual Integral no hay Ni Una Menos”. Fue importante, porque hubo muchas organizaciones del movimiento feminista, tenemos mucho apoyo de Ctera y de la CEA, que son dos confederaciones importantes. Y esto no es menor, porque somos muchos y muchas que hacemos una crítica, de alguna manera intentamos mostrar que la ley tiene que ser cumplida. La discontinuidad, la desarticulación de los programas, lo único que hace es atrasar, porque se frena una política, aunque no se elimine. El día que el ministro (Esteban) Bullrich presentó el Compromiso por la Educación (el 12 de julio pasado), la Ctera, la CEA y la Conadu hicieron un acto bastante importante en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y cuando la secretaria general de Ctera habló del desmantelamiento de las políticas públicas se refirió a la ESI. Esto implica que se ha recorrido un camino impresionante, porque los sindicatos también son espacios en donde hay discriminación de género y durante mucho tiempo fueron reticentes a tomar el tema porque parecía que no era tan urgente. Esta adhesión de los sindicatos docentes fue una muy interesante evidencia de que algo pasó, que fue una política en donde se combinó la decisión del gobierno, los movimientos sociales, la Academia y un equipo de trabajo bárbaro. Me sorprendió el nivel de apoyo que hay en estos sindicatos docentes, que crearon sus líneas de trabajo y tienen su capacitación propia. Se lee que hay un potencial, porque creo que la ESI hace a la escuela más justa, pero también más interesante.

Fuente de la entrevista: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-309170-2016-09-12.html

Fuente de la imagen:http://www.pagina12.com.ar/fotos/20160912/notas/na17fo01.jpg

Comparte este contenido:

Jurjo Torres: “La clave del sistema educativo es que sirva para construir a las personas optimistas»

Luján Palacios entrevista a Jurjo Torres Santomé

Europa/España/LA NUEVA ESPAÑA,

Jurjo Torres, catedrático y director del departamento de Pedagogía y Didáctica de la Universidad de A Coruña, participó el pasado sábado en las jornadas educativas organizadas por el Colegio Andolina de Gijón. El experto habló sobre “Los centros escolares y las familias en las sociedades democráticas”, y advirtió de la necesidad de formar a las personas en valores por encima de otras materias.

“Tras los ‘papeles de Panamá’ hay buenísimos profesionales de finanzas y derecho, pero carecen de ética y formación humanística, lo que no miden las reválidas ni PISA”

Luján PALACIOS – ¿Qué papel juegan los centros educativos en las sociedades democráticas?

Jurjo – Tienen un papel fundamental porque son espacios fundamentales, donde socializamos a los chicos, donde aprenden a vivir con personas diferentes. Y eso es fundamental sobre todo en una sociedad donde las familias son cada vez más reducidas en su número de miembros y la socialización se hace rnás difícil. Los espacios que había externos como los parques, jardines, calles … o están privatizados o son peligrosos. Es un espacio en el que van a pasar mucho tiempo y donde les vamos a enseñar las cuestiones más elementales, desde conocer a las personas que están a su alrededor a desmontar los mitos, ayudarles a vivir con otras personas y capacitarlos para entender el mundo en el que estamos viviendo, para imaginar otros mundos y ser capaces de corregir los defectos de nuestro mundo presente. En ese sentido es una institución clave, para desarrollar las capacidades personales, para pensar críticamente y movernos en este mundo de la sociedad de la información. Nosotros tenemos como ciudadanos que aprender a leer y analizar críticamente.

Luján PALACIOS – ¿Es complicado en el sistema educativo actual?

Jurjo – Si es así quiere decir que este sistema educativo lo diseñó alguien con trampa. Para mí hay urna dimensión clave en el sistema educativo, que es construir a las personas optimistas. Y a todas, no sólo a determinado colectivo social.

Luján PALACIOS – ¿Qué quiere decir?

Jurjo – Una sociedad optimista es una sociedad en la que sabemos diagnosticar los problemas, pero sabemos que esos problemas tienen que tener solución. Y por lo tanto tenemos que dedicarnos todos a buscar soluciones para construir una sociedad más democrática, más justa, mucho más solidaria en la que podamos vivir todos más plenamente como seres humanos.

Luján PALACIOS – ¿Son conscientes las familias de la importancia del sistema educativo?

Jurjo – Yo creo que cada vez son más conscientes, entre otras cosas porque tienen menos hijos. Si sólo se tiene un hijo o dos es más fácil caer incluso en un problema, la sobreprotección. La inmensa mayoría de los chicos y chicas de las clases medias y medias altas se enfrentan al riesgo de que los protejamos tanto que los hagamos inútiles. No queremos que se esfuercen ni que se lastimen, que les hagan daño.

Luján PALACIOS – ¿Qué valoración hace de las sucesivas reformas del sistema educativo?

Jurjo – Tenemos que ser conscientes de que el sistema educativo está gestionado por un Ministerio de este gobierno. No es que el Ministerio de Educación esté haciendo una política peculiar. Se está haciendo la misma que en sanidad, en servicios sociales, en la reforma de la justicia. Van todas en la misma dirección, con un gobierno que aplica un tipo de política en todos los campos. En el sistema educativo alguien está condicionando y decidiendo cómo quieren que sean las personas del mañana, porque lo que se está haciendo es educar y formar el sentido común, que es 1o más importante que hace el sistema educativo. El gobierno está preocupado por hacernos ver lógico que la Sanidad tiene que estar privatizada, que la Justicia tiene que estar al servicio de quien tiene poder, que la precariedad laboral es lo lógico y que lo que estuvimos haciendo hasta ahora es vivir por encima de nuestras posibilidades. Así, se inculca que lo importante son sólo determinadas áreas de conocimiento como las matemáticas o las ciencias.

Luján PALACIOS – ¿Puede ser más concreto?

Jurjo – Sólo tenemos que pensar en el caso de los “papeles de Panamá”. Detrás de ellos debe de haber buenísimos profesionales para poder montar ese entramado financiero pala evadir impuestos, robar y delinquir. Saben mucho de finanzas, de matemáticas y derecho. Pero lo que les falta es ética; no tuvieron formación humanística, no son capaces de pensar en las condiciones y efectos de los actos que están haciendo, en las personas que sufren el hecho de que roben. Y eso no estaba en las materias que miden PISA y las reválidas.

Luján PALACIOS – ¿Qué hacer entonces?

Jurjo – La importancia de los sistemas educativos radica en su capacidad para desarrollar nuestras capacidades, nuestro pensamiento, para ayudamos, 1o primero, a ser personas y a saber que hay personas que lo pasan mal y de las que yo soy corresponsable en cierta medida.

Luján PALACIOS – ¿Cuánta frustración genera en el profesorado esta deriva?

Jurjo – Mucha. Vivimos en una sociedad en la que nos están diciendo que no se puede hacer otro tipo de proyecto. Los profesores tienen miedo a quedar mal, las evaluaciones externas son tramposas y sirven para construir la privatización.

.Entrevista La Nueva España

Fuente: http://jurjotorres.com/?p=4982

Comparte este contenido:

“La presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existían internet, smartphones, Twitter o Facebook”

Entrevista a Jon E. Illescas sobre «La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados» (II)

-Estábamos en Marx. Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. ¿Y cómo consigue eso la producción? ¿Cómo nos producen para el consumo del objeto? ¿Tan estúpidos y alienados estamos?

-“Bañándonos” dictatorialmente con un flujo ininterrumpido de contenidos aparentemente variados pero en lo fundamental iguales que, al final, por la presión social, la ley del mínimo esfuerzo y las pocas horas de ocio disponibles para la mayoría de asalariados, crea consumidores adiestrados para digerir esos productos que la oligarquía financia. No es cuestión de si somos estúpidos o alienados, es cuestión de que las mayorías viven bajo una dictadura cultural. Del mismo modo que es más sencillo comprar y leer 50 sombras de Grey en cualquier librería en lugar de, por ejemplo, El Capital de Marx o uno más sencillo, El Estado y la revolución de Lenin; lo es ver un videoclip de Rihanna en lugar de otro de Kenny Arkana, artista anticapitalista francesa. Y alguien diría ingenuamente: pero las dos artistas están en YouTube. Eso da igual, porque en YouTube y fuera de él, Rihanna es promocionada insistentemente por grandes capitales creando la necesidad de seguir sabiendo de ella y la producción de Arkana, autoproducida o auspiciada bajo pequeños sellos, sólo la visualizará gente que ya la conoce o que es consumidora de música similar. Por eso Rihanna obtiene con sus videoclips entre 200 y 300 veces más visualizaciones que la artista francesa, una de las cantantes de izquierda más populares.

-El videoclip influye en la juventud, en toda la juventud del mundo si quieres. De acuerdo, no discuto ese punto. Pero mucha gente no somos jóvenes y la juventud, como sabes, es una enfermedad (perdona mi tontería) que pasa rápidamente. Luego por tanto, se podría decir, todo esto es limitado. Dura unos años y se pasa. Sería algo así como los tebeos de hazañas bélicas de hace 50 años o las canciones de los Sirex, los Brincos o incluso las de Concha Velasco o Mari Trini por ejemplo. ¿No influía Camilo Sesto en la juventud de los setenta?

-Supongo que en parte sí, pero como científico no puedo pronunciarme ya que desconozco el impacto real de esos populares artistas en su época. Conozco el de Katy Perry y Justin Bieber en la actual. En principio no creo que sean comparables cuantitativamente ya que la presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existía Internet, smartphones ni Twitter o Facebook. Antes estaba la televisión, pero ahora la duración total del consumo de “pantallas” en superior con la suma de soportes.

El punto central es que la juventud, no sólo es una enfermedad pasajera sino también un regalo temporal. Y desde un punto de vista político tiene un potencial impresionante.

Primero, porque por la revolución biológica que sufren los jóvenes y su incremento en las descargas hormonales que sufren relacionadas con el despertar sexual, tienen un potencial brutal a desarrollar respecto a la música y también las causas sociales. Los jóvenes se pueden indignar vehementemente contra las injusticias y contestar políticamente. Vienen de una época, la infancia, donde todo parecía “estar en orden” y luego descubren toda la inmundicia del sistema. Y como la música la viven con más intensidad (por esos picos hormonales) que en ninguna etapa vital anterior ni posterior, el potencial de manipulación a través de la misma alcanza su grado más alto.

Segundo, porque los jóvenes disfrutan de una especial protección política de la sociedad (en el caso de los menores) y parental (económica de los padres y/o tutores) lo que permite que no sean tan vulnerables por el Estado ni tan dependientes del jefe de la empresa, etc. Su “colchón” económico familiar les permite, por ejemplo, experimentar más con su forma de vestir que, pongamos el caso, un padre de familia con 50 años y una hipoteca que pagar que no debe desagradar a su jefe. ¿Quién de los dos es potencialmente más peligroso para el sistema? Entonces, si desactivas ese potencial juvenil con esta seductora cultura de la alienación en masa mediante la música del capital obtienes un triunfo político importante para la clase dominante y el sistema que la nutre. Si como oligarquía canalizas esa rebeldía inmanente en que los jóvenes cambien el color de pelo, se pongan piercings o modifiquen la amplitud del escote en lugar de que se afilien a una organización contestataria, estarás desactivando un peligro objetivo para tus intereses de clase.

Aunque la juventud se marcha como el resto de etapas vitales, no creo que pueda haber ninguna revolución social favorable a los desposeídos sin la participación de los jóvenes. Ni cultural, ni política ni económica. Si la juventud está neutralizada, la izquierda sólo puede ser marginal o convenientemente domesticada. Es normal, el corazón le late más lento.

-Insisto un poco más, si un joven no mirase, no estuviera al día en ese mundo de los videoclips, ¿no quedaría un poco marginado, no sería un bicho raro a ojos de sus amigos y compañeros? Si no ves, si no consumes, no puedes hablar, no puedes relacionarte.

-Por supuesto, todo aquel que se aparte del punto medio de hegemonía cultural o político quedará como un bicho raro para las mayorías más adoctrinadas por el poder. Cuanto más lejos se encuentre de ese punto, mayor será la marginación que obtenga cuando se exprese. Del mismo modo que siendo adulto es más sencillo manifestar en una reunión con amigos que “todos los políticos son unos ladrones” o que “la educación pública debe ser de calidad” que abogar por “la sociabilización de bancos y principales empresas”, para los jóvenes es más sencillo y se sentirán más adaptados socialmente (lo que es una necesidad todavía mayor que para los adultos) cuando digan que quieren ir a un concierto de Justin Bieber o Shakira que cuando digan que les gusta el metal progresivo de Dream Theater o el rap combativo de Los Chikos del Maíz.

-¿Son tan dioses los dioses de la música a los que haces referencia? ¿No exageramos un poco? Yo suelo leer los diarios y de los que citas en el apartado “oro” sólo conozco a cuatro; de los de plata, apenas tres. ¿Soy demasiado viejo para entender todo esto?

-Lamento decirte que sí Salvador. Pero tranquilo, pese a mis 33 años, yo también soy demasiado viejo. Lo que opinemos nosotros no importa en absoluto. Date cuenta que en Twitter, la red social con el público más joven, el principal tema de conversación es la música y las tres cuentas más seguidas, por encima de la de Barak Obama, el presidente más popular, son de estrellas de la canción. En una relación nueve veces superior a las cuentas de estrellas del deporte o del cine. Hablamos de poder en mayúsculas. De hecho, que a tu edad conozcas al 35% de los 20 artistas más importantes que cito en el libro es muestra de su popularidad, ya que no eres parte del público al que van dirigidos…¡y pese a ello sabes quiénes son! ¿Ocurriría al revés con los autores de los libros que lees o la música que escuchas y su conocimiento por la mayoría de los jóvenes? Lamento decirte que Shakira es parte de la iconosfera-mundo y Manuel Sacristán o incluso Rossini, no.

-¿Cuáles son las principales empresas que están detrás de todo esto? ¿Son usa-corporaciones en su mayor parte? ¿Lo suyo es una cuestión de pasta, de mal gusto, de penetración cultural? ¿Están al servicio de los centros de poder del sistema?

-Son tres grandes discográficas, de mayor a menor: Universal (francesa, propiedad del conglomerado Vivendi), Sony (japonesa, de Sony Corporation) y Warner (la única estadounidense, propiedad de Access Industries). Sin embargo, la mayor parte de su producción se realiza en los Estados Unidos porque es el territorio donde hay más (y mejores) profesionales de la industria cultural y donde la superestructura jurídica garantiza un mayor retorno a sus inversiones. Por otra parte, la mayor difusora, YouTube, donde se consumen el 70% de los vídeos, es de propiedad mayoritariamente estadounidense pese a que también cuenta con capitales franceses y emiratíes. Guardan muy buena relación con los centros de poder, ya que la salud de sus negocios depende de lo bien que se lleven con ellos, como cualquier gran empresa.

-La ideología, la horrible ideología que subyace en muchos de los videoclips a los que haces referencia detallada, ¿influye realmente en el vivir, en el hacer de los jóvenes? Por ejemplo, muchos jóvenes españoles ven vídeos de Lady Gaga o de Eminem pero no entienden nada o casi nada de lo que dicen y cantan. Ni tan siquiera a veces conocen la temática de la canción. Les llaman la atención las imágenes, nada inocentes desde luego, y el ritmo y acaso la voz. Y ya está.

-Desde luego si conocen la letra y aun así les gusta, la penetración ideológica es mayor. En la actualidad, aunque nuestro país va a la cola de los más desarrollados, vivimos con la generación de jóvenes más angloparlantes de la historia. Por otra parte los chicos ya no tienen que comprarse un libro de letras para saber qué dicen las canciones de sus ídolos, simplemente han de consultar los vídeos subtitulados por los mismos fans colgados en YouTube. El esfuerzo es mínimo: mover y clicar el ratón. Pero es que además de eso, las imágenes muchas vecen hablan por sí mismas. Cuando aparece en un videoclip mainstream un rapero en una mansión rodeado de un harén de bellas mujeres bebiendo y celebrando orgiásticas fiestas con sus amigos, nadie le tiene que decir a los jóvenes qué significa todo aquello. Son lo suficientemente inteligentes.

-Un capítulo lleva por título: “Se llama capitalismo”. ¿Qué es para ti el capitalismo?

-Lo mismo que para Marx, un modo de producción basado en el enfrentamiento estructural entre dos clases principales: los capitalistas o empresarios y los trabajadores asalariados. Los primeros poseen los medios de producción y los segundos, como no los poseen, sólo pueden vender su fuerza de trabajo para ganarse la vida (esto es, sus habilidades profesionales). La fuerza de trabajo es la única mercancía que pueden y deben vender en el mercado diariamente para obtener un sustento. El capitalismo se rige por una ley absoluta: la producción de plusvalor, es decir, de excedente social generado por los trabajadores que va a parar a la clase capitalista trasnacional. Y no vuelve ni puede volver como sueñan los keynesianos de izquierda y en general los partidarios de la redistribución en la esfera de la circulación. Por eso, pese a los golpes de pecho y los programas de la ONU o los impuestos a las grandes fortunas, el año pasado se alcanzó la máxima desigualdad mundial: el 1% más rico tenían lo mismo que la mitad de la población global. Dentro del marco capitalista no hay otra solución, porque ninguna política redistributiva puede comprometer el margen de beneficio que garantiza la inversión privada.

Por otra parte, aunque el capitalismo no es el único modo de producción que convive entre nosotros, es de lejos el hegemónico y por eso es el que más incide en la formación de la sociedad-mundo actual. Y como todos los modos de producción anteriores, tiene fecha de caducidad: tuvo su origen, tiene su desarrollo y tendrá su fin. Igual que cualquier organismo. La gracia del asunto es que nosotros, dentro de ciertos límites, podemos acelerar su final para no demorar el sufrimiento de las mayorías y de paso evitar que su lógica abstracta y compulsa acabe con gran parte de la humanidad, el ecosistema y lo mejor de la civilización.

-¿En qué autores marxistas te has inspirado en tu reflexión? ¿Cuáles son tus marxistas preferidos?

-Para el libro han sido fundamentales Karl Marx, Friedrich Engels y Antonio Gramsci. También el gran psicólogo soviético Lev Vigotsky y uno de mis marxistas contemporáneos favoritos: el inimitable Terry Eagleton. Para desarrollar el armazón teórico económico a partir de la teoría del valor-trabajo fue clave descubrir la transformación de la atención del público en mercancía y su posterior venta a los anunciantes de manos de un filomarxista como el comunicólogo Dallas W. Smythe y su perfeccionamiento por el joven profesor de la Universidad de Ontario Tanner Mirrlees. Para conectarlo con la base económica del sistema han sido muy importantes los análisis de Diego Guerrero y Rolando Astarita, pero también de Xabier Arrizabalo o Anwar Shaik.

Otros marxistas a los que tengo gran aprecio son David Harvey, Neil Davidson, Ernst Mandel, John Berger, Robert W. McChesney Chris Harman, Minqi Li, Michel Löwy, Fredric Jameson, Ferrucio-Rossi Landi, Georg Lukács, Adolfo Sánchez Vázquez, Guy Debord o Vicente Romano. Desde un punto de vista más político, Lenin, Trostsky, Rosa Luxemburg o Antoni Domènech son personalidades que me han marcado pese a mis discrepancias con ellos. Por otra parte, he aprendido mucho leyendo a autores críticos influidos por el marxismo como Theodor Adorno, Charles Wright Mills, Raymond Williams, Marvin Harris, Armand Mattelart, Immanuel Wallerstein, Rafael Díaz-Salazar, Gordon Childe, Erich Fromm o Vincent Mosco. Por supuesto, me han influenciado muchos otros que me sabe mal no nombrar porque no quiero ser injusto, pero me temo que si lo hiciera parecería la lista de agradecimientos de los créditos de un filme.

-Te pregunto ahora por grandes nombres del sistema

-Me voy preparando.

Comparte este contenido:
Page 389 of 455
1 387 388 389 390 391 455