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Entrevista a Javier Sánchez Menéndez: «Muchísimos libros que se compran hoy no se leerán jamás»

18 Septiembre 2016/Fuente: larazon/Autor: Pepe Lugo

Cuando Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, 1964) abrió la hucha contó las monedas que había guardado durante años y se dio cuenta de que podía hacer realidad su sueño. No a todo el mundo le pasa, porque montar una librería en Sevilla no está al alcance de alcancías modestas ni de las fantasías más estrafalarias. La Isla de Siltolá hereda el nombre de la editorial que fundó en 2009 para acoger a la poesía descarriada que no tenía hueco en las grandes cadenas de distribución literaria. Ahora sus fondos y los de otras editoriales se pueden encontrar en un espacio dedicado a la literatura pero también al vino.

–¿Cómo se llega a la Isla de Siltolá?

–Pues no se llega con barcos, se llega con libros, con literatura, con cultura. No existe, pero está presente en todas las personas que amen estas tres cosas.

–Poeta-editor-librero, vaya secuencia, ¿no?

–En realidad, creo que es lo mismo, que está todo relacionado, aunque yo no me considero ni poeta, ni editor, ni librero. Ante todo soy lector y éste puede tener muchas caras, la de lector, la de poeta, la de librero.

–¿Le ha quedado algo de dinero en la hucha?

–Todavía me queda algo, lo suficiente para poder mantenerla hasta que se consolide. Los negocios empiezan poquito a poco y ahora el dinero se ha gastado en montarla para que dure unos pocos años.

–¿Qué sensación se tiene al vivir dentro de un sueño?

–Pues es una satisfacción inmensa, es ver hecha realidad una idea de muchísimos años que además se adapta perfectamente a la situación actual. Todos sabemos cómo está cambiando la sociedad, vivimos en un mundo de prisas, cuando la literatura es todo lo contrario. Hay que tratar a las cosas con amor y con mucha calma, entonces digamos que somos como una isla dentro de algo que se mueve muy rápido y a nosotros nos gusta ir muy despacito.

–Acaban de presentar el Iphone 7 y todo el mundo se ha vuelto loco por tener uno. Convénzame de que un libro es mejor.

–Dicen que el Iphone 7 sirve para cazar mejor los «pokemons», si la gente quiere seguir cazándolos…, todo es compatible. Siempre se puede compaginar con la cultura, pero si quieres te puedo decir que leer nos hace libres. Estas personas que dependen de un dispositivo que van cambiando a una velocidad vertiginosa no son libres, porque dependen de la tecnología para seguir siéndolo. En cambio, leer nos enseña mucho más que las aplicaciones de los móviles, que todos esos gimnasios y escuelas de adiestramiento. Considero que es la única manera de poder ser libres y de realizarnos como personas.

–Cuando en 2009 apareció la editorial, la crisis ya era una realidad. ¿Le ha costado más trabajo sacar libros o venderlos?

–Creo que la editorial, porque el panorama entonces era muy complicado. Cerraron muchas editoriales y las de poesía estaban contadas en este país. Bajaban los índices de lectura, bajaba todo, pero apostamos por un tipo de literatura por muchas razones. Por darle una oportunidad a voces nuevas que tenían muy complicado acceder a las grandes editoriales, difundir la poesía y distribuirla, porque no se distribuye bien en este país, y conseguir posicionarnos en casi todas las librerías españolas. Muchas también se cierran y las que surgen tienen poco que ver con el concepto tradicional, ya que aportan algo más en este cambio social que estamos viviendo.

–Pues todo el mundo dice que ahora la poesía está de moda, los recitales parece que se llenan de gente joven, se editan muchos libros de lírica. ¿Cuánto hay de estrategia para vender en esto?

–Es una técnica de mercado pura y dura, porque lo que más se vende se califica de poesía y no lo es. Es el género madre de la literatura y hay que seguir luchando para que llegue al mayor número de personas pero por amor a la literatura, no porque se vende y aparece como «top ten» de ventas. Eso no es poesía y lo sabemos todos.

–¿Entonces qué es?

–Pues es un divertimento, sabes que muchos de estos poetas son cantautores, que son magníficos y hacen una gran labor cultural por nuestro país, pero no es más que entretenimiento. No se puede confundir la literatura con la mediocridad.

–¿La cultura está al nivel del barro?

–Completamente, al nivel del barro y al de la rapidez que hablamos antes. Muchísimos libros que hoy se compran no se leerán jamás, de «youtubers», «best sellers», sólo para hacerse una foto con el autor y luego olvidarse. Las multinacionales hacen un daño terrible porque publican basura que venden, por lo que siguen publicando.

–Pero la gente tampoco es tonta, ¿no?

–Bueno, esto es como en política. Ciudadanos y Podemos, que aparecen todos los días en los programas de televisión, con sus seguidores en las redes sociales; pero en la urnas los españoles les han dicho que deben estar en la oposición y que tenemos que conocer sus actos antes de juzgarlos, porque son nuevos. En la literatura siempre pasa lo mismo, aquí la televisión y las redes sociales…, la gente de antes quería ser maestro, médico, trabajar en un banco y ahora todos quieren salir en YouTube, ser futbolista, un cantautor que escriba libros de poesía. Es un error porque se está perdiendo la identidad personal, no la social, que se perdió hace muchos años. ¿En qué nos enriquece todo esto? El ser humano necesita un alimento físico para desarrollarse y ser libre, pero no lo encuentro en esta gente.

–¿Rechaza muchos textos?

–Cada vez se rechaza más, porque el editor es el filtro de la literatura, debe ser tremendamente exigente y debe rechazar porque hay mucho aprendiz literario en España.

–¿Y usted, cómo poeta, cómo se califica?

–Bueno, yo soy un poeta lento, puedo tardar un año en escribir un poema, soy un poeta lector. Siempre procuro escribir el mismo poema, siempre estar con lo mismo, y me alimentan las lecturas. Ahora hace muchos meses que no escribo un poema, disfruto mucho leyendo.

–¿Cómo ve el panorama cultural actual?

–Pues el 90% de lo que se publica es basura, por lo que hay que buscar ese 10% que nos enriquece, hay que saber definir dónde está la basura y dónde la literatura. Eso lo deben hacer no sólo los editores sino también los libreros, pero sobre todo los lectores

Fuente de la entrevista: http://www.larazon.es/local/andalucia/muchisimos-libros-que-se-compran-hoy-no-se-leeran-jamas-IH13503281#.Ttt1lF1acqCe95Q

Fuente de la imagen:http://www.larazon.es/documents/10165/0/498×519/0c0/0d0/none/10810/APGV/image_content_5371966_20160912102154.jpg

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Entrevista a Graciela Morgade:“La educación sexual integral hace a la escuela más justa, pero también más interesante”

18 Septiembre 2016/Fuente:Página12 /Autor:Verónica Engler

La decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA fue una de las expertas convocadas para redactar los lineamientos curriculares para implementar la norma. Aquí, analiza el camino recorrido en esta década: el impacto en los docentes, los miedos que se fueron venciendo, el involucramiento de los gremios, lo que todavía falta.

Hace una década, en octubre de 2006, en la Argentina se sancionaba la Ley Nacional 26.150, con la cual se creaba el Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Así se iniciaba un arduo y promisorio camino para que en el país la escuela fuera un lugar mucho más amplio, integrador y respetuoso de las diferentes identidades que quieran asumir tanto quienes educan como quienes están aprendiendo. Los lineamientos curriculares de la ley definen la educación sexual desde un abordaje integral y no reducido al modelo ‘biomédico’, que se centra en la prevención de enfermedades o embarazos. Algunos de los temas de aprendizaje comunes y obligatorios –que deben adaptarse a la edad de alumnos y alumnas– se refieren a las distintas formas de organización familiar (que no se reducen al clásico mamá-papá-hija-hijo), el respeto a la intimidad propia y ajena, la prevención del abuso sexual, las relaciones de género entre varones y mujeres, el respeto por la diversidad de identidades, y la necesidad de luchar contra las discriminaciones y los estereotipos, entre otros. Todas cuestiones que, a simple vista, implicaban una revolución copernicana en las aulas si se tiene en cuenta que hace diez años en la sala del jardín de infantes las nenas solían jugar en el rinconcito de la cocina y los nenes en el de los bloques, o que en cualquier recreo cuando las chicas optaban por correr y gritar las maestras las podían reprender porque “se portan mal como los varones”, o que en las aulas del colegio para dar una clase de educación sexual se exponían láminas rosa para mostrar el aparato reproductor femenino y azul para el masculino (además dando por sentado que la opción correcta para todos y todas era la heterosexual, y no otras). ¿Ha comenzado esa revolución de los cuerpos y de las formas en que aprendemos a vivirlos? ¿Ha sido una década ganada? ¿En qué sentido? “Se ha iniciado un camino, pero todavía hay mucho por recorrer, mucho por investigar, por discutir”, señala Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y una de las expertas convocadas hace diez años por el Ministerio de Educación para redactar los lineamientos curriculares para implementar la ley.

–Usted investiga desde hace más de una década sobre educación sexual y sobre cómo aparecen los cuerpos y las sexualidades en las aulas. ¿Cómo empezó a trabajar en estos temas?

–Arrancamos en 2004, pero previamente yo había estado investigando varios años alrededor de la docencia en el nivel primario como trabajo femenino y la feminización del cuerpo docente, desde una mirada que se pregunta de qué modo el carácter femenino de las mujeres maestras se articulaba con las formas del trabajo docente. Pero en algún momento, a partir de diferentes experiencias históricas, comencé a preocuparme por una cierta dicotomía que veía en el movimiento social de mujeres entre las cuestiones de género y educación y las que tenían que ver con los derechos sexuales y reproductivos. Y esto también tiene que ver con cómo el concepto de género fue cambiando. Porque en un momento decíamos que el género era lo cultural y el sexo lo biológico. Entonces se empezó a criticar más fuertemente al concepto de género como excesivamente binario, y esto lo hicieron mucho los movimientos de gays, lesbianas, trans y travestis. Ahí la categoría de género ilumina lo que, desde nuestra perspectiva, es la mejor manera de entender el cuerpo y la sexualidad, que tiene que ver con las construcción social del cuerpo.

–¿Cómo es esa construcción social del cuerpo?

–Ya no diríamos que está lo biológico por un lado y lo social, lo cultural, por otro. Esa construcción del cuerpo social implica que la materialidad que en cada sujeto tiene que ver con lo biológico, en un mundo social se vive de una determinada manera, se disfruta o se padece de una determinada manera, y eso tiene mucho que ver con los significados que se le da a la cuestión de las feminidades o las masculinidades, por ejemplo. También entran en juego las identidades abyectas o prohibidas, lo que llamamos disidencia sexual. Entonces, no hay solamente dos maneras de vivir el cuerpo, hay muchas maneras de vivir el cuerpo sexuado, y tiene que ver con muchas posibilidades distintas que ya no es femenino/masculino, mujer/varón, heterosexual necesariamente, sino que el deseo, la forma de vivir el cuerpo, la forma de estar en el mundo tiene muchas alternativas.

–¿Qué encontraron en las aulas al investigar sobre educación sexual?

–En ese momento, en 2004, se estaban discutiendo leyes de educación sexual, por eso nos metimos de lleno para ver qué concepto había en las aulas en el momento de esa discusión. Lo que encontramos al principio, y que en muchos casos hoy sigue en pie, es la visión biologicista. O sea: que hay un sexo y que el sexo está determinado por una configuración genética, biológica, y entonces, para abordar la sexualidad se habla del aparato reproductor. La ley (Nacional de Educación Sexual Integral, N° 26.150) finalmente se votó en 2006 y los lineamientos curriculares, los contenidos, en 2008; y la documentación y todos los materiales que se fueron produciendo a partir de ahí, fueron intentando desplegar lo que está en la ley, que es el concepto de sexualidad desde una perspectiva integral. Esta perspectiva implica pensar que hay, efectivamente, una dimensión biológica, pero también hay una dimensión histórica y cultural, una dimensión ética, que tiene que ver con los valores, una dimensión emocional, psicológica, que todas esas dimensiones configuran la sexualidad. Y la educación sexual se tiene que hacer cargo de todas esas dimensiones, y por lo tanto no tiene que ser biología solamente.

–La Ley Nacional de Educación Sexual Integral supone una mirada sobre la sexualidad que no se limita al aspecto biológico de la misma y que incluye la perspectiva de género. ¿Me puede contar en qué consiste esta otra mirada que propone la ley?

–La perspectiva de género es una perspectiva que es crítica, que critica la desigualdad, la relaciones sociales de poder. Entonces, no se trata solamente de hablar de sexualidad en todas las materias, sino de hacer una crítica de las formas en que ciertas relaciones de poder implican padecimiento para los sujetos, porque sufren discriminación o sufren físicamente, o emocionalmente, o quedan en una situación de subordinación, inclusive a veces aceptándola, porque puede haber procesos de autoconvencimiento que atraviesan las personas. La ley habla de integralidad, y todos los documentos posteriores fueron abriendo la cuestión, hacia una manera compleja de entender la sexualidad, multidimensional, altamente diversa, y es fuertemente igualitaria en un sentido político, que es el poder decir que todas las identidades sexo-genéricas tienen derechos.

–Posteriormente a la sanción de la ley usted ha investigado particularmente el nivel de la escuela media. En esta década transcurrida, ¿cuáles fuero los cambios que se registraron?

–Cuando nosotras entramos en las escuelas nos decían que había educación sexual porque la profesora de biología daba las clases de sexualidad o porque iban agentes externos a vender elementos para la intimidad femenina. Pero cuando trabajamos con profesoras y profesores que tienen interés en hacer una mirada desde la ley y desde la perspectiva de género y derechos, lo que empezó a pasar es que se dieron cuenta de que su formación de base, su formación disciplinar no había incluido esta mirada.

–¿No se sentían capacitados para abordar la propuesta que hace esta ley?

–Claro, entonces hay un primer nivel, que es que si se visibiliza la cuestión de los derechos y se habla de los estereotipos, se entiende que hay una crítica social a la falta de oportunidades. Y para esto es más o menos sencillo ver que hay pocas mujeres presidentas, o que todavía hay discriminación hacia las lesbianas y los gays. Este primer nivel de conocimiento social fue visibilizado: está la ley de matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, por ejemplo. Pero lo que nos preocupa hoy es que en cada materia escolar hay una crítica de género para hacer, hay una crítica al androcentrismo, ya no es esta cuestión meramente descriptiva, tiene que ver con una mirada de cómo se construye el conocimiento. Por ejemplo, tenemos profesorados de lengua y literatura o de letras, y la crítica del sexismo en el lenguaje es una dimensión que es tremendamente interesante en el castellano, que es una lengua particularmente sexista. Pero además, cuando se trabaja en literatura está el tema del canon de la literatura: ¿se leen mujeres? ¿qué mujeres? Y otra cuestión: ¿hay temas que tienen que ver con sexualidades en los textos? Realmente hay una enorme cantidad de temas que entran en la crítica al androcentrismo en el caso de la lengua y la literatura. Lo mismo en historia o en biología.

–Claro, como cuando se enseña el proceso de hominización, que va de un mono a un hombre.

–Sí, varón, y además en general del tipo caucásico, blanco, es un hombre europeo, alto. O imágenes de familias prehistóricas, en las que está mamá, papá y los chicos, por ejemplo. En biología todavía hay mucho camino por recorrer. Y el sexismo, la mirada patriarcal del mundo, se transmite por esos canales también. No es suficiente, aunque es mejor que nada, hacer una clase sobre sexualidad, una clase sobre la discriminación en la mujer, una clase sobre el matrimonio igualitario. El problema es que se discuta en todas las clases lo mismo. Hay mucho por recorrer. El programa nacional (de Educación Sexual Integral) hizo muchísimo, pero son temas que van a llevar muchos años, porque para que haya una crítica y un análisis del androcentrismo en la formación docente, tiene que haber mucha investigación y mucha discusión.

–¿Qué sucedió con los docentes a medida que accedían a los diferentes momentos de formación que prevé la ley?

–Creo que en general el impacto ha sido positivo en el sentido de que se pudieron ir bajando ciertos temores en las maestras y en los maestros. Por un lado, el miedo a no saber, y por otro lado el miedo a oposición de las familias. Pero además hay una especie de fantasma que recorrió y recorre todavía las escuelas, o el sentido común, que es que si hablamos de sexualidad, habilitamos el “libertinaje”, y ahí hay un tema ético; o que se impulsa la iniciación sexual, aunque está bastante demostrado que no es así. En los países en donde la temática de la educación sexual está muy presente, la iniciación sexual se demora, porque, por ejemplo, a veces los varones se sienten obligados a debutar para demostrar virilidad. Y modificar eso solamente es posible criticando la definición patriarcal de virilidad, para que esos chicos puedan entender que los procesos son personales y que son intersubjetivos. O en el caso de las chicas, que todavía cuesta que exijan el uso de un preservativo, y todavía hay una sospecha de la chica que tiene en su cartera un preservativo, porque parece que es “rapidita”. Y esos temas culturales, cuando se puede producir una situación de reunión con cierta calma, las maestras y maestros, los profesores y profesoras, se dan un espacio para reflexionar. Es evidente que es la Educación Sexual Integral (ESI) es una llave para entrar al mundo subjetivo, y a los estudiantes eso les interesa, y eso también atraviesa la propia vida del sector docente. Y no estoy diciendo que hay que hablar de la vida privada, sino que se pueda tomar la dimensión de la identidad y de las historias desde una perspectiva que es muy significativa para los niños y niñas, y jóvenes. La ESI no es una política exclusivamente de la escuela, es una política pública, que es social, y que se tiene que articular con el sector de salud, de desarrollo social y con la justicia, para que no queden solas las maestras y los maestros con la cantidad de temáticas que afloran cuando se habla de sexualidad. Porque tampoco es el rol o el trabajo de la maestra que se termine haciendo cargo de situaciones personales de alguna familia, por ejemplo. Entonces, esa red de instituciones hace que las maestras no tengan miedo.

–¿Y se da efectivamente esta articulación institucional? Si una maestra se encuentra con una situación de abuso o violencia en el aula, ¿tiene a dónde recurrir?

–La articulación institucional hasta ahora fue bastante dispar. Hay ciudades en donde esto funcionaba bien, como en Rosario, en donde la municipalidad tenía un Instituto de la Mujer, o aun en la ciudad de Buenos Aires, que tiene defensorías y que tiene una red importante de organizaciones de la militancia. En algunas provincias, donde hay áreas llamadas de la mujer o defensorías en el sector de la justicia, donde hay fiscalías que pueden tomar ciertos temas y adonde pueden acudir las y los docentes, las escuelas están menos solas, y en algunas ciudades del país se dio esta articulación. Pero yo creo que en general ese puente no está todavía suficientemente tendido

–¿Hoy los y las docentes están mejor preparados para llevar a las aulas los contenidos que prevé la ley?

–En estos años hubo, tanto por dentro de las escuelas como por fuera, en el debate público, una tematización de las dimensiones que tiene que ver con las sexualidades muy interesante. La sexualidad era uno de los temas tabú de la escuela, no se hablaba de religión ni de sexualidad. Creo que la dimensión tabú de la sexualidad, por muchos debates sociales que se fueron produciendo, está bajando. Algunas de las discusiones que se dieron, como la de la ley de matrimonio igualitario y la de la ley de identidad de género, o la presencia de algunas compañeras travestis en la televisión hicieron mucho por la ESI, inclusive más que la capacitación docente, porque van creando un clima de aceptación democrático. Pero yo creo que tiene que haber mucha más continuidad en la capacitación, y validación del programa ESI para que se profundice.

–Y en esta coyuntura en la que hay importantes reducciones de personal en áreas clave para la implementación de la ESI, no sólo en el Ministerio de Educación sino también en el Ministerio de Salud, por ejemplo, ¿cómo le parece que puede seguir este proceso iniciado con la sanción de la Ley?

–Creo que tenemos un camino de lucha por delante. Hace unas semanas generamos con varios grupos una declaración que tuvo muchas firmas que dice “Sin Educación Sexual Integral no hay Ni Una Menos”. Fue importante, porque hubo muchas organizaciones del movimiento feminista, tenemos mucho apoyo de Ctera y de la CEA, que son dos confederaciones importantes. Y esto no es menor, porque somos muchos y muchas que hacemos una crítica, de alguna manera intentamos mostrar que la ley tiene que ser cumplida. La discontinuidad, la desarticulación de los programas, lo único que hace es atrasar, porque se frena una política, aunque no se elimine. El día que el ministro (Esteban) Bullrich presentó el Compromiso por la Educación (el 12 de julio pasado), la Ctera, la CEA y la Conadu hicieron un acto bastante importante en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y cuando la secretaria general de Ctera habló del desmantelamiento de las políticas públicas se refirió a la ESI. Esto implica que se ha recorrido un camino impresionante, porque los sindicatos también son espacios en donde hay discriminación de género y durante mucho tiempo fueron reticentes a tomar el tema porque parecía que no era tan urgente. Esta adhesión de los sindicatos docentes fue una muy interesante evidencia de que algo pasó, que fue una política en donde se combinó la decisión del gobierno, los movimientos sociales, la Academia y un equipo de trabajo bárbaro. Me sorprendió el nivel de apoyo que hay en estos sindicatos docentes, que crearon sus líneas de trabajo y tienen su capacitación propia. Se lee que hay un potencial, porque creo que la ESI hace a la escuela más justa, pero también más interesante.

Fuente de la entrevista: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-309170-2016-09-12.html

Fuente de la imagen:http://www.pagina12.com.ar/fotos/20160912/notas/na17fo01.jpg

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Jurjo Torres: “La clave del sistema educativo es que sirva para construir a las personas optimistas»

Luján Palacios entrevista a Jurjo Torres Santomé

Europa/España/LA NUEVA ESPAÑA,

Jurjo Torres, catedrático y director del departamento de Pedagogía y Didáctica de la Universidad de A Coruña, participó el pasado sábado en las jornadas educativas organizadas por el Colegio Andolina de Gijón. El experto habló sobre “Los centros escolares y las familias en las sociedades democráticas”, y advirtió de la necesidad de formar a las personas en valores por encima de otras materias.

“Tras los ‘papeles de Panamá’ hay buenísimos profesionales de finanzas y derecho, pero carecen de ética y formación humanística, lo que no miden las reválidas ni PISA”

Luján PALACIOS – ¿Qué papel juegan los centros educativos en las sociedades democráticas?

Jurjo – Tienen un papel fundamental porque son espacios fundamentales, donde socializamos a los chicos, donde aprenden a vivir con personas diferentes. Y eso es fundamental sobre todo en una sociedad donde las familias son cada vez más reducidas en su número de miembros y la socialización se hace rnás difícil. Los espacios que había externos como los parques, jardines, calles … o están privatizados o son peligrosos. Es un espacio en el que van a pasar mucho tiempo y donde les vamos a enseñar las cuestiones más elementales, desde conocer a las personas que están a su alrededor a desmontar los mitos, ayudarles a vivir con otras personas y capacitarlos para entender el mundo en el que estamos viviendo, para imaginar otros mundos y ser capaces de corregir los defectos de nuestro mundo presente. En ese sentido es una institución clave, para desarrollar las capacidades personales, para pensar críticamente y movernos en este mundo de la sociedad de la información. Nosotros tenemos como ciudadanos que aprender a leer y analizar críticamente.

Luján PALACIOS – ¿Es complicado en el sistema educativo actual?

Jurjo – Si es así quiere decir que este sistema educativo lo diseñó alguien con trampa. Para mí hay urna dimensión clave en el sistema educativo, que es construir a las personas optimistas. Y a todas, no sólo a determinado colectivo social.

Luján PALACIOS – ¿Qué quiere decir?

Jurjo – Una sociedad optimista es una sociedad en la que sabemos diagnosticar los problemas, pero sabemos que esos problemas tienen que tener solución. Y por lo tanto tenemos que dedicarnos todos a buscar soluciones para construir una sociedad más democrática, más justa, mucho más solidaria en la que podamos vivir todos más plenamente como seres humanos.

Luján PALACIOS – ¿Son conscientes las familias de la importancia del sistema educativo?

Jurjo – Yo creo que cada vez son más conscientes, entre otras cosas porque tienen menos hijos. Si sólo se tiene un hijo o dos es más fácil caer incluso en un problema, la sobreprotección. La inmensa mayoría de los chicos y chicas de las clases medias y medias altas se enfrentan al riesgo de que los protejamos tanto que los hagamos inútiles. No queremos que se esfuercen ni que se lastimen, que les hagan daño.

Luján PALACIOS – ¿Qué valoración hace de las sucesivas reformas del sistema educativo?

Jurjo – Tenemos que ser conscientes de que el sistema educativo está gestionado por un Ministerio de este gobierno. No es que el Ministerio de Educación esté haciendo una política peculiar. Se está haciendo la misma que en sanidad, en servicios sociales, en la reforma de la justicia. Van todas en la misma dirección, con un gobierno que aplica un tipo de política en todos los campos. En el sistema educativo alguien está condicionando y decidiendo cómo quieren que sean las personas del mañana, porque lo que se está haciendo es educar y formar el sentido común, que es 1o más importante que hace el sistema educativo. El gobierno está preocupado por hacernos ver lógico que la Sanidad tiene que estar privatizada, que la Justicia tiene que estar al servicio de quien tiene poder, que la precariedad laboral es lo lógico y que lo que estuvimos haciendo hasta ahora es vivir por encima de nuestras posibilidades. Así, se inculca que lo importante son sólo determinadas áreas de conocimiento como las matemáticas o las ciencias.

Luján PALACIOS – ¿Puede ser más concreto?

Jurjo – Sólo tenemos que pensar en el caso de los “papeles de Panamá”. Detrás de ellos debe de haber buenísimos profesionales para poder montar ese entramado financiero pala evadir impuestos, robar y delinquir. Saben mucho de finanzas, de matemáticas y derecho. Pero lo que les falta es ética; no tuvieron formación humanística, no son capaces de pensar en las condiciones y efectos de los actos que están haciendo, en las personas que sufren el hecho de que roben. Y eso no estaba en las materias que miden PISA y las reválidas.

Luján PALACIOS – ¿Qué hacer entonces?

Jurjo – La importancia de los sistemas educativos radica en su capacidad para desarrollar nuestras capacidades, nuestro pensamiento, para ayudamos, 1o primero, a ser personas y a saber que hay personas que lo pasan mal y de las que yo soy corresponsable en cierta medida.

Luján PALACIOS – ¿Cuánta frustración genera en el profesorado esta deriva?

Jurjo – Mucha. Vivimos en una sociedad en la que nos están diciendo que no se puede hacer otro tipo de proyecto. Los profesores tienen miedo a quedar mal, las evaluaciones externas son tramposas y sirven para construir la privatización.

.Entrevista La Nueva España

Fuente: http://jurjotorres.com/?p=4982

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“La presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existían internet, smartphones, Twitter o Facebook”

Entrevista a Jon E. Illescas sobre «La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados» (II)

-Estábamos en Marx. Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. ¿Y cómo consigue eso la producción? ¿Cómo nos producen para el consumo del objeto? ¿Tan estúpidos y alienados estamos?

-“Bañándonos” dictatorialmente con un flujo ininterrumpido de contenidos aparentemente variados pero en lo fundamental iguales que, al final, por la presión social, la ley del mínimo esfuerzo y las pocas horas de ocio disponibles para la mayoría de asalariados, crea consumidores adiestrados para digerir esos productos que la oligarquía financia. No es cuestión de si somos estúpidos o alienados, es cuestión de que las mayorías viven bajo una dictadura cultural. Del mismo modo que es más sencillo comprar y leer 50 sombras de Grey en cualquier librería en lugar de, por ejemplo, El Capital de Marx o uno más sencillo, El Estado y la revolución de Lenin; lo es ver un videoclip de Rihanna en lugar de otro de Kenny Arkana, artista anticapitalista francesa. Y alguien diría ingenuamente: pero las dos artistas están en YouTube. Eso da igual, porque en YouTube y fuera de él, Rihanna es promocionada insistentemente por grandes capitales creando la necesidad de seguir sabiendo de ella y la producción de Arkana, autoproducida o auspiciada bajo pequeños sellos, sólo la visualizará gente que ya la conoce o que es consumidora de música similar. Por eso Rihanna obtiene con sus videoclips entre 200 y 300 veces más visualizaciones que la artista francesa, una de las cantantes de izquierda más populares.

-El videoclip influye en la juventud, en toda la juventud del mundo si quieres. De acuerdo, no discuto ese punto. Pero mucha gente no somos jóvenes y la juventud, como sabes, es una enfermedad (perdona mi tontería) que pasa rápidamente. Luego por tanto, se podría decir, todo esto es limitado. Dura unos años y se pasa. Sería algo así como los tebeos de hazañas bélicas de hace 50 años o las canciones de los Sirex, los Brincos o incluso las de Concha Velasco o Mari Trini por ejemplo. ¿No influía Camilo Sesto en la juventud de los setenta?

-Supongo que en parte sí, pero como científico no puedo pronunciarme ya que desconozco el impacto real de esos populares artistas en su época. Conozco el de Katy Perry y Justin Bieber en la actual. En principio no creo que sean comparables cuantitativamente ya que la presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existía Internet, smartphones ni Twitter o Facebook. Antes estaba la televisión, pero ahora la duración total del consumo de “pantallas” en superior con la suma de soportes.

El punto central es que la juventud, no sólo es una enfermedad pasajera sino también un regalo temporal. Y desde un punto de vista político tiene un potencial impresionante.

Primero, porque por la revolución biológica que sufren los jóvenes y su incremento en las descargas hormonales que sufren relacionadas con el despertar sexual, tienen un potencial brutal a desarrollar respecto a la música y también las causas sociales. Los jóvenes se pueden indignar vehementemente contra las injusticias y contestar políticamente. Vienen de una época, la infancia, donde todo parecía “estar en orden” y luego descubren toda la inmundicia del sistema. Y como la música la viven con más intensidad (por esos picos hormonales) que en ninguna etapa vital anterior ni posterior, el potencial de manipulación a través de la misma alcanza su grado más alto.

Segundo, porque los jóvenes disfrutan de una especial protección política de la sociedad (en el caso de los menores) y parental (económica de los padres y/o tutores) lo que permite que no sean tan vulnerables por el Estado ni tan dependientes del jefe de la empresa, etc. Su “colchón” económico familiar les permite, por ejemplo, experimentar más con su forma de vestir que, pongamos el caso, un padre de familia con 50 años y una hipoteca que pagar que no debe desagradar a su jefe. ¿Quién de los dos es potencialmente más peligroso para el sistema? Entonces, si desactivas ese potencial juvenil con esta seductora cultura de la alienación en masa mediante la música del capital obtienes un triunfo político importante para la clase dominante y el sistema que la nutre. Si como oligarquía canalizas esa rebeldía inmanente en que los jóvenes cambien el color de pelo, se pongan piercings o modifiquen la amplitud del escote en lugar de que se afilien a una organización contestataria, estarás desactivando un peligro objetivo para tus intereses de clase.

Aunque la juventud se marcha como el resto de etapas vitales, no creo que pueda haber ninguna revolución social favorable a los desposeídos sin la participación de los jóvenes. Ni cultural, ni política ni económica. Si la juventud está neutralizada, la izquierda sólo puede ser marginal o convenientemente domesticada. Es normal, el corazón le late más lento.

-Insisto un poco más, si un joven no mirase, no estuviera al día en ese mundo de los videoclips, ¿no quedaría un poco marginado, no sería un bicho raro a ojos de sus amigos y compañeros? Si no ves, si no consumes, no puedes hablar, no puedes relacionarte.

-Por supuesto, todo aquel que se aparte del punto medio de hegemonía cultural o político quedará como un bicho raro para las mayorías más adoctrinadas por el poder. Cuanto más lejos se encuentre de ese punto, mayor será la marginación que obtenga cuando se exprese. Del mismo modo que siendo adulto es más sencillo manifestar en una reunión con amigos que “todos los políticos son unos ladrones” o que “la educación pública debe ser de calidad” que abogar por “la sociabilización de bancos y principales empresas”, para los jóvenes es más sencillo y se sentirán más adaptados socialmente (lo que es una necesidad todavía mayor que para los adultos) cuando digan que quieren ir a un concierto de Justin Bieber o Shakira que cuando digan que les gusta el metal progresivo de Dream Theater o el rap combativo de Los Chikos del Maíz.

-¿Son tan dioses los dioses de la música a los que haces referencia? ¿No exageramos un poco? Yo suelo leer los diarios y de los que citas en el apartado “oro” sólo conozco a cuatro; de los de plata, apenas tres. ¿Soy demasiado viejo para entender todo esto?

-Lamento decirte que sí Salvador. Pero tranquilo, pese a mis 33 años, yo también soy demasiado viejo. Lo que opinemos nosotros no importa en absoluto. Date cuenta que en Twitter, la red social con el público más joven, el principal tema de conversación es la música y las tres cuentas más seguidas, por encima de la de Barak Obama, el presidente más popular, son de estrellas de la canción. En una relación nueve veces superior a las cuentas de estrellas del deporte o del cine. Hablamos de poder en mayúsculas. De hecho, que a tu edad conozcas al 35% de los 20 artistas más importantes que cito en el libro es muestra de su popularidad, ya que no eres parte del público al que van dirigidos…¡y pese a ello sabes quiénes son! ¿Ocurriría al revés con los autores de los libros que lees o la música que escuchas y su conocimiento por la mayoría de los jóvenes? Lamento decirte que Shakira es parte de la iconosfera-mundo y Manuel Sacristán o incluso Rossini, no.

-¿Cuáles son las principales empresas que están detrás de todo esto? ¿Son usa-corporaciones en su mayor parte? ¿Lo suyo es una cuestión de pasta, de mal gusto, de penetración cultural? ¿Están al servicio de los centros de poder del sistema?

-Son tres grandes discográficas, de mayor a menor: Universal (francesa, propiedad del conglomerado Vivendi), Sony (japonesa, de Sony Corporation) y Warner (la única estadounidense, propiedad de Access Industries). Sin embargo, la mayor parte de su producción se realiza en los Estados Unidos porque es el territorio donde hay más (y mejores) profesionales de la industria cultural y donde la superestructura jurídica garantiza un mayor retorno a sus inversiones. Por otra parte, la mayor difusora, YouTube, donde se consumen el 70% de los vídeos, es de propiedad mayoritariamente estadounidense pese a que también cuenta con capitales franceses y emiratíes. Guardan muy buena relación con los centros de poder, ya que la salud de sus negocios depende de lo bien que se lleven con ellos, como cualquier gran empresa.

-La ideología, la horrible ideología que subyace en muchos de los videoclips a los que haces referencia detallada, ¿influye realmente en el vivir, en el hacer de los jóvenes? Por ejemplo, muchos jóvenes españoles ven vídeos de Lady Gaga o de Eminem pero no entienden nada o casi nada de lo que dicen y cantan. Ni tan siquiera a veces conocen la temática de la canción. Les llaman la atención las imágenes, nada inocentes desde luego, y el ritmo y acaso la voz. Y ya está.

-Desde luego si conocen la letra y aun así les gusta, la penetración ideológica es mayor. En la actualidad, aunque nuestro país va a la cola de los más desarrollados, vivimos con la generación de jóvenes más angloparlantes de la historia. Por otra parte los chicos ya no tienen que comprarse un libro de letras para saber qué dicen las canciones de sus ídolos, simplemente han de consultar los vídeos subtitulados por los mismos fans colgados en YouTube. El esfuerzo es mínimo: mover y clicar el ratón. Pero es que además de eso, las imágenes muchas vecen hablan por sí mismas. Cuando aparece en un videoclip mainstream un rapero en una mansión rodeado de un harén de bellas mujeres bebiendo y celebrando orgiásticas fiestas con sus amigos, nadie le tiene que decir a los jóvenes qué significa todo aquello. Son lo suficientemente inteligentes.

-Un capítulo lleva por título: “Se llama capitalismo”. ¿Qué es para ti el capitalismo?

-Lo mismo que para Marx, un modo de producción basado en el enfrentamiento estructural entre dos clases principales: los capitalistas o empresarios y los trabajadores asalariados. Los primeros poseen los medios de producción y los segundos, como no los poseen, sólo pueden vender su fuerza de trabajo para ganarse la vida (esto es, sus habilidades profesionales). La fuerza de trabajo es la única mercancía que pueden y deben vender en el mercado diariamente para obtener un sustento. El capitalismo se rige por una ley absoluta: la producción de plusvalor, es decir, de excedente social generado por los trabajadores que va a parar a la clase capitalista trasnacional. Y no vuelve ni puede volver como sueñan los keynesianos de izquierda y en general los partidarios de la redistribución en la esfera de la circulación. Por eso, pese a los golpes de pecho y los programas de la ONU o los impuestos a las grandes fortunas, el año pasado se alcanzó la máxima desigualdad mundial: el 1% más rico tenían lo mismo que la mitad de la población global. Dentro del marco capitalista no hay otra solución, porque ninguna política redistributiva puede comprometer el margen de beneficio que garantiza la inversión privada.

Por otra parte, aunque el capitalismo no es el único modo de producción que convive entre nosotros, es de lejos el hegemónico y por eso es el que más incide en la formación de la sociedad-mundo actual. Y como todos los modos de producción anteriores, tiene fecha de caducidad: tuvo su origen, tiene su desarrollo y tendrá su fin. Igual que cualquier organismo. La gracia del asunto es que nosotros, dentro de ciertos límites, podemos acelerar su final para no demorar el sufrimiento de las mayorías y de paso evitar que su lógica abstracta y compulsa acabe con gran parte de la humanidad, el ecosistema y lo mejor de la civilización.

-¿En qué autores marxistas te has inspirado en tu reflexión? ¿Cuáles son tus marxistas preferidos?

-Para el libro han sido fundamentales Karl Marx, Friedrich Engels y Antonio Gramsci. También el gran psicólogo soviético Lev Vigotsky y uno de mis marxistas contemporáneos favoritos: el inimitable Terry Eagleton. Para desarrollar el armazón teórico económico a partir de la teoría del valor-trabajo fue clave descubrir la transformación de la atención del público en mercancía y su posterior venta a los anunciantes de manos de un filomarxista como el comunicólogo Dallas W. Smythe y su perfeccionamiento por el joven profesor de la Universidad de Ontario Tanner Mirrlees. Para conectarlo con la base económica del sistema han sido muy importantes los análisis de Diego Guerrero y Rolando Astarita, pero también de Xabier Arrizabalo o Anwar Shaik.

Otros marxistas a los que tengo gran aprecio son David Harvey, Neil Davidson, Ernst Mandel, John Berger, Robert W. McChesney Chris Harman, Minqi Li, Michel Löwy, Fredric Jameson, Ferrucio-Rossi Landi, Georg Lukács, Adolfo Sánchez Vázquez, Guy Debord o Vicente Romano. Desde un punto de vista más político, Lenin, Trostsky, Rosa Luxemburg o Antoni Domènech son personalidades que me han marcado pese a mis discrepancias con ellos. Por otra parte, he aprendido mucho leyendo a autores críticos influidos por el marxismo como Theodor Adorno, Charles Wright Mills, Raymond Williams, Marvin Harris, Armand Mattelart, Immanuel Wallerstein, Rafael Díaz-Salazar, Gordon Childe, Erich Fromm o Vincent Mosco. Por supuesto, me han influenciado muchos otros que me sabe mal no nombrar porque no quiero ser injusto, pero me temo que si lo hiciera parecería la lista de agradecimientos de los créditos de un filme.

-Te pregunto ahora por grandes nombres del sistema

-Me voy preparando.

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La vanguardia estudiantil en Francia sigue movilizada y combativa

Europa/Francia/17 Septiembre 2016/Autor: Josefina L. Martínez/Fuente: La izquierda diario

En el marco de la  jornada de movilizaciones del 15 de septiembre en Francia entrevistamos a Camille Münzer, estudiante de la Escuela Normal Superior de París.

Camille es estudiante de París y militante del la CCR en la juventud del NPA. Lo primero que nos comenta es que este verano fue muy diferente a los demás. En general en este período se paraliza toda la actividad política, pero esta vez no ocurrió de la misma manera.

“A pesar del verano, la movilización continuó hasta el mes de julio inclusive. Y el verano se politizó mucho por la ofensiva reaccionaria del gobierno contra el burkini, por la muerte de un joven inmigrante de los barrios populares, y por el atentado de Niza antes.”

“Podríamos decir que ‘La situación es prometedora y dramática al mismo tiempo’, tomando lo que escribió Juan Chingo en Revolutión Permanente sobre la situación francesa, que combina la continuidad de la movilización con una ofensiva de la derecha muy importante”, agrega.

En Francia las clases comenzaron la semana pasada para algunas universidades y esta semana para otras. Le preguntamos a Camille cuál es la orientación que están buscando llevar adelante en el movimiento estudiantil. “La política que nosotros impulsamos es a buscar que la vanguardia no se disperse”, responde.

Explica que la movilización del jueves 15 no viene tan bien preparada como se necesita, por la política de la burocracia sindical: “Los sindicatos llamaron una demostración para “salvar el honor” pero sin preparar un verdadero plan de lucha. La llamaron como para mostrar al gobierno que están, pero sin preparar la movilización. El único lugar donde se preparó más la manifestación fue en la región portuaria de Le Havre, una zona portuaria del norte de Francia con una tradición muy combativa”.

Sobre la política que llevan adelante en las universidades, desde la CCR y la juventud del NPA, dice que la clave es mantener a la vanguardia organizada.
“Nuestra política hacia la juventud es que la vanguardia amplia que surgió se mantenga organizada. En las universidades lo que hicimos fue llamar a que se reúnan de nuevo los comités de organización, organismos que son emanaciones de las asambleas generales, donde se reagrupa la vanguardia más consciente y donde se desarrolla la lucha de tendencias más fuerte en el movimiento estudiantil. Es allí donde están los nuevos elementos de la vanguardia juvenil en Francia.”

“Y en universidades donde antes no hubo asambleas muy grandes y donde había un comité de movilización que existía, los comités de organizaciones se reunieron y reagruparon a varias decenas de estudiantes la semana pasada.”

“Esto muestra que la vanguardia sigue movilizada, sigue con expectativas, no hubo una desmoralización de la vanguardia ni sacó conclusiones conservadoras, sino que hay una continuidad de la combatividad de la vanguardia estudiantil. Esto es lo más importante del momento actual.”

“Otro hecho que estamos viendo estos días es que en las asambleas de las universidades se han sumado jóvenes, muy jóvenes, que antes del verano estaban en los colegios secundarios, liceístas, que ahora se suman a las asambleas universitarias, que están listos para continuar movilizándose. También pasó en París I, jóvenes que el año pasado eran secundarios, ahora van a la asamblea como estudiantes de primer año de la universidad con la experiencia que ya hicieron antes.”

“Hay varios polos de la movilización estudiantil en la región parisina. Una de las universidades que más se movilizó fue parís VIII que está ubicada en Saint Denis, en un barrio popular en la periferia norte de París. Y hay otra universidad que se moviliza mucho que es Paris I, en el centro de París, donde varias asambleas tuvieron lugar en la facultad de La Sorbona y en otro centro, que es el centro de la vanguardia estudiantil con fuerte luchad e tendencias, que es Tolbiac. Tiene una gran historia de movilizaciones estudiantiles, le dicen “Tolbiac la Roja”.

En el movimiento estudiantil la lucha entre diferentes tendencias es muy importante. Dos corrientes se reforzaron durante la movilización, el movimiento autónomo y la corriente de la juventud anticapitalista en el NPA y la CCR.

“En Tolbiac, los autonomistas, junto con gente que llamaron de otras facultades, lograron votar el bloqueo de la facultad para la mañana del 15, una medida que fue minoritaria porque por el momento no cuenta con el apoyo de sectores más amplios del movimiento estudiantil.”

La crisis de la casta política en Francia

¿Cómo se percibe desde el movimiento estudiantil la situación del gobierno de Hollande y el lanzamiento de las campañas políticas electorales desde la derecha y la extrema derecha?

“Hollande recibió recientemente un “baldazo de agua fría”, un golpe político, con la dimisión de su ministro de economía, Emmanuel Macron. Un banquero que no era un miembro del PS, que lo llamaron para fortalecer el gabinete de ministros, y que por lo tanto su renuncia fue un golpe para el gobierno.”

“La campaña electoral francesa comenzó con un tono bastante reaccionario, con el asunto de la prohibición del burkini y lo que se puede ver es que todo el campo político está corrido hacia la derecha, tanto en las propuestas económicas como sociales y políticas.”

Hollande se lanzó como posible candidato hace unos días, a pesar de que está muy debilitado en la intención de voto. ¿Cómo está ubicado el gobierno frente a esta crisis?

“El gobierno lo que intentó con su discurso es demostrar que ‘sigue en carrera’, a pesar de que está muy debilitado y su principal adversario es Nicolás Sarkozy. Pero la legitimidad de la casta política francesa es extremadamente baja. Hollande ahora se juega el ‘todo por el todo’ en esta campaña, pone en juego todo para tratar de salvar su reputación política.”

Pero en la derecha las contradicciones políticas también son muy fuertes…

“Sarkozy también está bastante desprestigiado, porque después de que salió del gobierno empezaron a surgir decenas de escándalos de corrupción, ha sido llamado varias veces a declarar a la justicia, etc. Y la carta que juega Sarkozy es robarle algunos votos al Frente Nacional de Marine Le Pen sobre la base de un programa ultra reaccionario. Y no solo Sarkozy, en las elecciones primarias de la derecha también hay propuestas cada vez más reaccionarias, como por ejemplo obligar a los estudiantes a llevar uniforme y hacer el saludo a la bandera todos los días en el colegio, cosas así.”

¿Qué sucede con la ‘izquierda’ reformista francesa? ¿Cuál es el papel del Front de Gauche de Melenchon?

“Este giro a la derecha del campo política lleva a que una parte de la ‘izquierda’ también esté tentado de adoptar un discurso más proteccionista y nacionalista, por ejemplo, el Front de Gauche de Melenchon.”

“Melenchon hizo declaraciones durante el verano sobre los trabajadores inmigrantes que “roban el pan” a los franceses. Esto fue un escándalo, obviamente y mucha gente de izquierda lo criticó, y Melenchon lo único que respondió fue ‘lo asumo, mi internacionalismo no es un internacionalismo abstracto como la extrema izquierda’, etc. Y dijo que nunca se había posicionado a favor de la libre instalación de inmigrantes. De hecho, los medios le dijeron que la razón por la cual en 2012 no logró ir más allá electoralmente es porque su discurso era ‘demasiado internacionalista’. Y ahora él analiza eso como un error, que no debía haber tenido un discurso tan abierto hacia la inmigración, etc. Ahora intenta volver a un discurso más proteccionista y nacionalista, para poder disputar votos al espacio del Frente Nacional.”

Hay un giro a la derecha en el mapa político por arriba, pero hay también una vanguardia muy amplia que rompió con el PS y giró a izquierda. ¿Hay alguna alternativa política que exprese esta nueva situación?

“No hay todavía una alternativa política para expresar lo que fue el movimiento en las calles. En 2010 después de un movimiento impresionante contra las jubilaciones, con huelgas y movilizaciones, apareció la perspectiva de las elecciones del 2012 y apareció Melenchon presentándose como alternativa política, y estaba fuerte la idea de que el Partido Socialista iba a reemplazar a la derecha, la idea de la “alternancia”. Mucha gente de izquierda voto a Hollande como “mal menor” contra Sarkozy.”

“En cambio, ahora, la gente ya hizo una experiencia con el Partido Socialista. En las movilizaciones uno de los slogans era no solo “Todo el mundo odia a la policía”, sino también “Todo el mundo odia al Partido Socialista”. Y hubo acciones tipo ‘escraches’ contra los locales del Partido Socialista, donde la gente iba al final de las manifestaciones y rompía el local del Partido Socialista. Ahora no aparecen fuertes estas alternativas como políticas. Tal vez sea Marine Le Pen quien pueda capitalizar un poco más el descontento hacia el gobierno. Lo que nosotros decimos es que la candidatura de Philippe Poutou, a pesar de todas las contradicciones, podría ser llevada adelante como una vía de politización, una alternativa para gente que después de la movilización se plantea cuestiones más políticas. Desde la CCR en el NPA estamos peleando por desplegar una campaña política que exprese esto.”

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com.ve/La-vanguardia-estudiantil-en-Francia-sigue-movilizada-y-combativa?id_rubrique=5442

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Entrevista con Angela Davis: Raza, género y clase son elementos entrelazados

Entrevista con Angela Davis, histórica activista e investigadora sobre feminismo, racismo y sistema penitenciario

“Raza, género y clase son elementos entrelazados”

Por: Maria Colera Intxausti

Angela Davis, filósofa, profesora de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, histórica dirigente del Partido Comunista de EE.UU., ex miembro de las Panteras Negras e investigadora especializada en feminismo, marxismo, abolicionismo del sistema penitenciario, teoría crítica y estudios afroamericanos.

En el ensayo ‘¿Están las prisiones obsoletas?’ (Democracia de la abolición. Prisiones, racismo y violencia. Editorial Trotta 2016), hablas del encarcelamiento masivo de los pobres y de los migrantes ilegales. El capitalismo considera a estas personas como seres prescindibles pero los utiliza como mano de obra esclavizada barata al mismo tiempo que los convierte en consumidores cautivos del excedente de producción, excedente que se sitúa en el origen mismo de una crisis económica que, la vez, genera pobreza y migración, en un bucle perfecto.

¿Observas algún paralelismo entre estas políticas de encarcelamiento y el proceso desarrollado durante la transición del feudalismo al capitalismo, en el que millones de personas fueron expulsadas de las tierras que hasta entonces habían sido su medio de reproducción y fueron forzadas a la esclavitud del salario?

Ciertamente, existen paralelismos entre ambas épocas, pero lo que quizá es más importante es constatar que también hay diferencias considerables entre los dos períodos. En la transición del capitalismo al feudalismo, tal como Marx la describió, los cercamientos y otros procesos de desposesión privaron a la gente de las tierras que constituían su fuente de subsistencia y, de manera simultánea, generaron una clase de personas a quienes no les quedó nada más que su fuerza de trabajo. Así, pues, se convirtieron en la mano de obra necesaria para que el capitalismo naciente pudiera incrementar su riqueza. Aquellas personas fueron liberadas de los constreñimientos del feudalismo, pero se vieron forzadas a cambiar una forma de opresión por otra.

Si bien es cierto que suele resultar inútil hacer un ranking de las diferentes formas de opresión, se puede afirmar que, a pesar de que el capitalismo depende total y absolutamente de la explotación, el hecho de dejar atrás la esclavitud y el feudalismo supuso cierto grado de progreso. Algunos trabajadores al menos encontraron su camino hacia el empleo, por degradante que fuera y siga siendo el trabajo.

Por otra parte, el complejo penitenciario industrial global es ciertamente rentable, pero su rentabilidad reside en las tecnologías destinadas a relegar ingentes cantidades de personas a unas vidas marginales, improductivas y cargadas de violencia. El encarcelamiento masivo de personas negras, de color e inmigrantes en EE UU, Australia y partes de Europa, junto con la persistencia de un racismo y una xenofobia estructurales, son prueba del fracaso absoluto del capitalismo global a la hora de responder a las necesidades de personas reales en todo el mundo.

Se podría argumentar, igualmente, que ello también es la prueba más convincente de la necesidad de concebir un sistema socioeconómico más allá del capitalismo. Así, pues, el movimiento abolicionista contemporáneo, en su llamamiento a desmantelar el complejo penitenciario industrial, se presenta como un movimiento anticapitalista que exige igualdad racial, puestos de trabajo con salarios vivibles, vivienda asequible, sanidad y educación gratuitas y justicia medioambiental para todos los seres vivos.

Abogas por la justicia restaurativa, en lugar de la punitiva. ¿Cómo se restauran la desigualdad y la injusticia causadas por el proceso de acumulación primitiva que conforman la base del capitalismo? En otras palabras, ¿qué forma tendría una justicia restauradora destinada a reparar el ‘pecado original’ de explotación y acumulación que se encuentra en el origen de las desigualdades de redistribución de nuestras sociedades?

Efectivamente, a menudo he utilizado el término ‘justicia restauradora’, junto con otros, como ‘justicia reparadora’ y ‘justicia transformadora’, como alternativas a la justicia punitiva o retributiva. De hecho, prefiero el término ‘justicia transformadora’, ya que no presupone la existencia de un estado ideal que sea necesario restaurar.

Respondiendo a tu pregunta, me gustaría destacar la importancia de la memoria histórica, especialmente en cuanto a la necesidad que hay hoy en día de un análisis explícitamente anticapitalista. «La llamada acumulación originaria» es uno de los capítulos más importantes de El capital, precisamente porque desenmascara la expropiación, injusticia y violencia que marcaron el inicio del capitalismo y que, aunque pudiera parecer que ya no es así, siguen en el centro del proceso capitalista. A finales del siglo XX, el complejo penitenciario industrial comienza a mostrar el grado en que las sociedades capitalistas continúan basándose en ideologías racistas y coloniales a la hora de fabricar tecnologías de violencia, reflejo, a su vez, de la violencia histórica ligada a la esclavitud y a la colonización.

Has hablado de nuestra problemática reacción automatizada con que a menudo respondemos al crimen y al delito, recurriendo a las instituciones jurídico-policiales, en vez de diseñar soluciones desde dentro de la comunidad. En el caso concreto de la violencia sexual, abogas por la autodefensa, lo cual nos lleva al tema de las mujeres y la violencia. En ‘¿Están las prisiones obsoletas?’ haces referencia a la «necesidad de cuestionar las premisas imperantes según las cuales la única relación posible entre las mujeres y la violencia implica que las mujeres sean víctimas». ¿Qué opinas del uso disuasorio y disciplinandor de la violencia feminista como mecanismo dirigido a defendernos a nosotras mismas? ¿Qué es la autodefensa feminista para ti?

Siempre he tenido un cuidado especial en la manera en que utilizo el término ‘violencia’. Como estudiosa de la teoría crítica, siempre me recuerdo a mí misma que las herramientas conceptuales que decido utilizar podrían estar haciendo un trabajo que, en realidad, contraviene lo que pretendo expresar. Así, pues, trato de no equiparar ‘autodefensa’ y ‘violencia contra el agresor’. Y mi apuesta por la formación en autodefensa se inserta en un contexto más amplio, basado en un análisis que vincula la violencia misógina con los sistemas de dominación de raza, género y clase, dentro de una estrategia que pretende purgar nuestras sociedades de toda forma de explotación y violencia.

En ‘Mujeres, raza y clase’ (Akal, 2004) desmontas el mito del violador negro y explicas que «fue una invención claramente política», propaganda construida con el fin de consolidar y justificar los linchamientos, como método de ‘contrainsurgencia’ destinado a evitar que los negros alcanzaran sus derechos. El pasado fin de año asistimos al despliegue de este mismo mito en Colonia, en este caso en los cuerpos de hombres «de apariencia árabe o norteafricana», en un nuevo ejemplo de ‘purple washing’ o utilización de una supuesta defensa de las mujeres para criminalizar a los solicitantes de asilo y a los residentes ilegales, de una manera que parece estar lanzando el mensaje de que «a nuestras mujeres sólo las podemos violar nosotros». ¿Cómo interpretas esta utilización de los derechos de las mujeres (velo, violador negro, opresión de las mujeres afganas …) para otras cruzadas?

En su libro ‘Arrested Justice: Black Women, Violence, and America’s Prison Nation’ [La justicia bajo arresto: mujeres negras, violencia y la nación prisión de América], Beth Richie expone los peligros de confiar en tecnologías de criminalización como supuestas soluciones a los problemas de la violencia de género. Su argumento es que el movimiento antiviolencia predominante en EE UU dio un giro peligrosamente equivocado cuando comenzó a apoyar la represión policial y el encarcelamiento como principales estrategias destinadas a proteger a las «mujeres» de la violencia masculina. Era fácilmente previsible que quienes más estarían el punto de mira de estas iniciativas destinadas a garantizar la seguridad de las «mujeres» serían los hombres de comunidades ya sometidas a una hipervigilancia de la policía y que ya contribuían de manera desproporcionada al incremento de la población penitenciaria.

Resulta, sin embargo, que el uso generalizado de la categoría ‘mujer’ escondía una racialización clandestina operativa dentro de esta categoría, según la cual ‘mujeres’ en realidad significaba ‘mujeres blancas’ o, aún más concretamente, ‘mujeres blancas acomodadas’.

El caso de Colonia y el discurso sobre el violador árabe, que pretende consolidar aún más las representaciones colonialistas de los hombres árabes como agresores sexuales, nos recuerdan la importancia de las teorías y prácticas feministas que cuestionan la instrumentalización racista de los ‘derechos de las mujeres’ y enfatizan la interseccionalidad de las luchas por la justicia social.

En las últimas décadas, hemos experimentado lo que Nancy Fraser define como «desacoplamiento de las llamadas ‘políticas identitarias’ de las políticas de clase», en lo que se ha convertido en una lucha por el reconocimiento, en lugar de por la redistribución, con un desplazamiento del sujeto colectivo hacia uno individual(ista). Tú, en cambio, siempre has defendido las ‘comunidades de lucha’, al considerar que «las comunidades son siempre proyectos políticos». ¿Qué opinas sobre las políticas identitarias y cuáles son, en tu opinión, las luchas y los proyectos políticos que deberían situarse en el centro, en la actual era de hegemonía neoliberal?

Lo que encuentro más problemático de las políticas identitarias es la manera en que las identidades muy a menudo se naturalizan y no son consideradas como un producto de la lucha política, de modo que no se sitúan en relación con las luchas de clase y antirracistas.

Recientemente, el movimiento trans, por ejemplo, se ha convertido en un importante territorio donde luchar por la justicia. Con todo, hay una diferencia fundamental entre las representaciones dominantes de las cuestiones trans, que habitualmente hacen hincapié en la identidad individual, y los movimientos trans interseccionales, que consideran que tanto la raza como la clase son elementos fundamentales en las luchas de las personas trans. En vez de centrarse en el derecho de la persona a ‘ser’ él mismo, ella misma, o ell@ mism@, estos movimientos trans afrontan la violencia estructural (en manos de la policía, la prisión, el sistema sanitario, el sistema de la vivienda, el ámbito laboral, etc.) que las mujeres trans de color tienen más probabilidades de experimentar que ningún otro grupo de la sociedad. En otras palabras, luchan por unas transformaciones radicales de nuestras sociedades en contraposición a la asimilación en un estado de cosas determinado e inamovible.

Continuando con el tema de la identidad, por lo que dices sobre la interseccionalidad, entiendo que apuestas por una confluencia de luchas (Ferguson, Palestina), más que por una conjunción de identidades diferentes, diversas y múltiples, en un momento en que gran parte de las defensoras de las políticas interseccionales afirman y naturalizan las identidades, en vez de cuestionarlas, ignorando a menudo el contexto material e histórico que rodea estas identidades. ¿Cómo entiendes la interseccionalidad y en qué términos resulta productiva hoy en día?

El concepto de interseccionalidad, tal como yo la entiendo, tiene una genealogía muy interesante, que se remonta al menos al período de finales de los años 1960 y principios de los 1970. Como ahora no puedo entrar en gran detalle, me limitaré a mencionar alguno de los elementos fundamentales que me gustaría destacar: la creación de la organización Alianza de Mujeres Negras, como respuesta a la voluntad de plantear un debate sobre cuestiones de género dentro del Comité de Coordinación Estudiantil No Violento (SNCC), principal organización juvenil del Movimiento por la Libertad del Sur.

La Alianza planteaba que no era posible entender el racismo en toda su complejidad sin incorporar un análisis del sexismo y, para sustentar esta tesis, en 1970 Fran Beale escribió un artículo que tuvo gran difusión, titulado «Double Jeopardy: To Be Black and Female» [Riesgo doble: ser negra y mujer]. Poco después de la publicación del artículo, de resultas del hecho de tener conocimiento de luchas como las de las mujeres puertorriqueñas contra la esterilización forzosa, la Alianza de Mujeres Negras se convirtió en Alianza de Mujeres del Tercer Mundo y publicó un periódico titulado Triple Jeopardy, en referencia al racismo, el sexismo y el imperialismo. Aquello implicaba una militancia sobre el terreno que abordaba de manera simultánea el racismo, la misoginia y la guerra imperialista.

Es con el espíritu de aquellos esfuerzos intelectuales orgánicos de comprender las categorías de raza, género y clase como elementos conectados, entrelazados y entrecruzados que entiendo actualmente los conceptos feministas de interseccionalidad.

En un ciclo de conferencias recientemente celebrado en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, con el título «La frontera como centro. Zonas de ser y de no ser [migra y colonialidad]», la representante del partido Indigènes de la République Houria Bouteldja afirmó lo siguiente: «No sé quién es blanco, pero la policía francesa lo sabe perfectamente. Nunca se equivoca a la hora de decidir a quién discriminar y a quien apalear». Igualmente, la feminista vasca Itziar Ziga, en una entrevista en Argia, decía que «Soy una mujer porque es así como he sido violentada física, afectiva, económica y simbólicamente… Proclamo que soy mujer, pero no por lo que tengo entre las piernas». En estos dos casos, el sujeto se define políticamente para/desde el locus de opresión y, por tanto, de lucha. En este sentido, ¿qué es para ti ser mujer y qué ser negra?

Ambas categorías se han ensanchado y expandido más allá de cualquier límite que hubiera podido imaginar en anteriores fases de mi vida. De modo que, si pretendiera aferrarme a modos de ser históricos, continuaría sintiéndome obligada a basarme en definiciones políticas del género y la raza en ambos casos, tal y como planteas en tu pregunta, tanto desde el punto de vista de las estructuras de dominación y sus ideologías asociadas como desde el punto de vista de los movimientos colectivos que buscan desmantelar estas estructuras y hacer frente a estas ideologías.

Al mismo tiempo, siempre he insistido en la prioridad de la práctica radical por encima de la identidad pura y simple. Importa más qué haces para facilitar la transformación radical que cómo te imaginas que eres. Y, claro, como ya he indicado, las categorías de género y raza, al igual que la sexualidad y la clase, sólo son significativas dentro de unas interrelaciones más complejas.

En relación con el panorama político estadounidense, has destacado «el reto de complicar el discurso», en vista de que «la simplificación de la retórica política facilita la adopción de posturas extremistas». En los últimos años, en Europa, hemos sido testigos de la aparición de la autodenominada ‘nueva política’, que se opone a ‘los de arriba’, con miras a provocar una ‘revolución democrática’ por la vía de la ‘revolución de las sonrisas’. ¿Qué significa para ti la democracia en esta era del populismo despolitizador y de los significantes vacíos?

Está claro que los que nos situamos a la izquierda en Estados Unidos, y no sólo a la izquierda, sino también en algunos círculos conservadores, asistimos totalmente estupefactos a la creciente influencia de Donald Trump, el cual se está aprovechando la atracción que importantes sectores de las comunidades de clase trabajadora blanca sienten por este tipo de retórica política simplista, extremista y de tendencia fascista. Esto también ocurre con la peligrosa atracción hacia personajes y partidos de extrema derecha que está habiendo en Austria, Francia, Polonia y otros lugares de Europa, crisis masiva de los refugiados —la cual pone de manifiesto el impacto que la historia de esclavitud y colonialismo de Europa sigue teniendo—, ha hecho prosperar el populismo de extrema derecha, alrededor del racismo antinegros y antiinmigrantes, y ha reactivado la islamofobia, con espectáculos que traen a la memoria racismos del pasado.

No será posible hacer frente al populismo de extrema derecha y generar un diálogo sobre futuros democráticos –enfoques sustantivos y transformadores que desplacen el foco político de la representación neoliberal del individuo hacia las necesidades y aspiraciones de las comunidades–, si no somos capaces de construir movimientos potentes contra el racismo y la xenofobia en el mundo.

Preguntada por tu posición ante las elecciones presidenciales de EE.UU., recientemente has destacado la necesidad de un partido nuevo. ¿Por qué motivo? ¿Qué tipo de partido tienes en mente? Como ex candidata a la vicepresidencia por el Partido Comunista de EE UU, ¿qué similitudes y qué diferencias con el PC debería tener este partido nuevo? En cuanto a su programa, ¿consideras que sigue vigente el Programa de 10 puntos del Partido de las Panteras Negras? ¿Y cuál sería la base electoral de este nuevo partido?

La política electoral norteamericana lleva muchos años siendo rehén del sistema bipartidista. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano están absolutamente encadenados al capitalismo. Necesitamos una estructura política alternativa que no capitule ante las estructuras empresariales, sino que represente, en primer lugar, las necesidades de los trabajadores, de la gente pobre y de las personas de color. Esto es evidente desde hace muchos ciclos electorales, y cuando hace muchos años participé de manera directa en la política electoral, como candidata a la vicepresidencia por el Partido Comunista, fue precisamente para visibilizar esta necesidad de declarar la independencia respecto al sistema bipartidista.

Dada la respuesta que ha obtenido Bernie Sanders, ha quedado claro que hay un número considerable de personas que quieren una alternativa al capitalismo. Cada vez más gente está reflexionando seriamente sobre la necesidad de un partido que represente la clase trabajadora, los movimientos antirracistas, las cuestiones feministas y LGBTQ, las reivindicaciones contra la guerra y la justicia medioambiental.

En cuanto al Partido de las Panteras Negras, está claro que el Programa de 10 puntos está profundamente arraigado en las condiciones históricas de mediados del siglo pasado, pero, al mismo tiempo, todos y cada uno de sus puntos tienen un profundo vínculo con luchas radicales contemporáneas.

Continuando con las Panteras Negras, fueron pioneras en su política de womanism, que puso la lucha por los derechos de las mujeres al mismo nivel que la lucha de clases y racial, apoyó el derecho al aborto, organizó cuidados de niñas y niños durante sus reuniones, fomentó el modelo tradicional africano de familia extensa en contraposición a la familia nuclear burguesa, el diario del partido estuvo dirigido por mujeres, y hasta un 70% de su militancia era femenina. ¿Cómo se logró todo ello, más allá de que los hombres estaban siendo asesinados o encarcelados? ¿Qué lecciones pueden sacar los movimientos de liberación, y especialmente las feministas de estos movimientos, de la experiencia del Partido de las Panteras Negras?

En realidad, no debería sorprendernos excesivamente saber que la mayoría de militantes de las Panteras Negras eran mujeres, de la misma manera que no deberíamos sorprendernos por el papel fundamental que las mujeres jugaron dentro del Movimiento por la Libertad del Sur. Lo que sí resulta sorprendente es que medio siglo más tarde sigamos cautivos de visiones históricamente obsoletas sobre el liderazgo carismático masculino.

Históricamente, los paradigmas asociados al liderazgo de las mujeres –desde Ella Baker hasta Ericka Huggins– han tendido a enfatizar el liderazgo colectivo por encima del individualista. Los jóvenes de los actuales movimientos radicales están priorizando el liderazgo de las mujeres, el liderazgo queer y el liderazgo de las colectividades.

Como fuiste alumna de Marcuse, me gustaría hacerte una pregunta que él ya planteó en su Un ensayo sobre la liberación: «¿Cómo puede [el individuo] satisfacer sus necesidades sin [ …] reproducir, a través de sus aspiraciones y satisfacciones, su dependencia de un aparato explotador que, al satisfacer sus necesidades, perpetúa su servidumbre?». En otras palabras, ¿cómo podemos liberarnos de la mercantilización de nuestros sentimientos?

A estas alturas, no estoy segura de si es posible eludir completamente las consecuencias del deseo mercantilizado, ya que es esa la naturaleza del deseo contemporáneo; el capitalismo ha invadido hasta tal punto nuestras vidas interiores que nos resulta extremadamente difícil separar capitalismo y deseo. Sin embargo, creo que sigo la tradición filosófica de Marcuse cuando afirmo que deberíamos tratar de desarrollar una conciencia crítica sobre las maneras en que, en parte, estamos implicados en la propia reproducción del capitalismo, a través de la mercantilización de nuestros sentimientos. Es a través de este tipo de reflexiones negativas que podemos empezar a vislumbrar posibilidades de liberación.

Durante tu visita al País Vasco estuvimos hablando sobre la importancia del arte y la literatura como esferas donde expandir los límites de lo inteligible, desmontar los paradigmas del sentido común hegemónico, confrontar la camisa de fuerza de la verosimilitud, derribar el monopolio de la realidad y traducir, dar forma y ensayar nuestras nociones políticas. ¿Cómo se concreta todo esto?

Especialmente ahora que la posibilidad de liberación parece ser descartada por las mismas luchas políticas que pretenden mostrarnos vías hacia futuros mejores, podemos aprovechar lo que Marcuse llama ‘dimensión estética’ y Robin Kelley, ‘sueños de libertad’ o ‘imaginación radical’. Lo que el reino del capitalismo ha sofocado completamente es nuestra capacidad colectiva de imaginar una vida que no esté repleta de mercancías. Es por esta razón que necesitamos el arte, la literatura, la música y otras prácticas culturales, para educar nuestra imaginación de manera que consiga liberarse de las restricciones impuestas por la privatización.

Durante aquella visita, te organizaron un concierto de homenaje en Bilbao, donde hiciste mención de una canción preciosa de Nina Simone titulada ‘I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free’ [Ojalá supiera qué se siente al ser libre ], y que dice así: «I wish I could break all the chains holdin’ me, I wish I could say all the things that I should say, say ‘em loud, say ‘em clear for the whole ‘round world to hear» [Ojalá pudiera romper todas las cadenas que me retienen, ojalá pudiera decir todo lo que debería decir, decirlo todo bien alto, decirlo para todo el mundo lo oiga] .¿Qué significa ser libre para ti, y cuáles son las cadenas que tenemos que romper?

Recordé esa canción de Nina Simone no tanto porque quisiera dar a entender que medio siglo o más después yo tenga una respuesta definitiva a la cuestión subyacente a su anhelo de saber qué es sentirse libre, sino más bien porque seguimos rigiéndonos por este deseo de poner nombre y experimentar la libertad. En los EE.UU., este objetivo nos resulta mucho más complicado hoy en día que a mediados del siglo XX. De hecho, parece que, cuanto más nos acercamos a lo que originariamente habíamos imaginado como ‘libertad’, más nos damos cuenta de que se trata de algo mucho más complicado, de algo con un alcance mucho mayor…

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216558&titular=%93raza-g%E9nero-y-clase-son-elementos-entrelazados%94-

Fuente de la imagen: http://www.universidad.edu.uy/prensa/renderItem/itemId/34640

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¿A qué edad debería comenzar la educación ambiental y quién tendría que impartirla?

Entrevista/15 de septiembre de 2016/Fuente: huffingtonpost

Durante la primera quincena de septiembre más de ocho millones de estudiantes no universitarios inician el nuevo curso escolar. Son niños que empezarán las clases con un «déficit de naturaleza», termino acuñado por el periodista americano Richard Louv en su libro Last Child in the Woods. Es cierto que el creciente distanciamiento del ser humano respecto a su medio natural está provocando en los más jóvenes graves dificultades de adaptación. Además, la falta de contacto con el mundo natural está también en la base del grave «analfabetismo ecológico» que padecen los más jóvenes aumenta sus niveles de estrés y no favorece el desarrollo de una conciencia ecológica que promueva una cultura de sostenibilidad para el planeta.

En El Huffington Post hemos preguntado a varios expertos sobre juventud y educación ambiental: ¿cuándo debería comenzar este tipo de materia? ¿Quién debería impartirla y dónde? ¿Qué papel tiene la familia dentro de este proceso educativo?

Susana Calvo, jefa de servicio de coordinación de educación ambiental del Organismo Autónomo Parques Nacionales, considera que la Educación Ambiental (EA) en los jóvenes debe comenzar en la infancia. «Si esperas a que sean jóvenes será más difícil captar su interés. Creo que el aspecto más interesante sería el establecer los objetivos, o sea, para qué se hace».

«Los primeros valores y la base de la educación nacen en la familia», asegura Calvo.

Calvo considera que la sensibilización es un término débil, que no lleva muy lejos y que la EA debe estar enfocada hacia lo concreto, «qué se puede hacer». Por eso recomienda «partir de las ideas y conocimientos previos de un determinado grupo, y desde ahí ver cuáles son sus intereses y sus posibilidades de acción. Las recetas generales son de poca utilidad y últimamente ha faltado centrarse en lo concreto. Eslóganes como Salvar el Planeta o que Hemos roto el equilibrio de la naturaleza no sólo son banales, sino poco exactos desde el punto de vista científico».

La jefa de servicio del OA Parques Nacionales asegura que «los primeros valores y la base de la educación nacen en la familia. Creo que es clave crecer en un entorno familiar que favorezca el respeto tanto por lo natural como por lo urbano. También hay que mencionar los aspectos sociales, es decir, prestar atención a los aspectos socioambientales, que es lo que se dice cuando se habla de la EA actual».

Para María Pérez, profesora titular de Ecología de la Universidad Pablo Olavide, la Educación Ambiental «es una materia obligatoria para todo ciudadano desde el mismo momento en que nace, y alberga una importancia incluso superior a otras materias que se nos inculcan de forma oficial y reglada, pues de esta depende nuestra supervivencia».

Pérez explica que desde el mismo momento en que un nuevo ser es engendrado, socialmente se crea ante los padres y el nonato toda una parafernalia de signos orientados a aculturarlo y a hacerlo uno más del grupo. Eso pasa por crear un ambiente agradable donde recibirlo y acomodarlo, ropa adecuada para la criatura en cada momento, juguetes más o menos educativos, y a medida que crece se dedica un gran esfuerzo a la enseñanza del lenguaje, expresiones propias de cada familia, de cada grupo, modales, rutinas higiénicas, por no hablar de modos de supervivencia en un mundo más o menos hostil. Sin embargo, «de lo que parece que nos hemos olvidado los aculturadores es de que la hostilidad del medio la creamos nosotros mismos. Del mismo modo que para un Neandertal fue elemental limpiar su cueva y respetar los ciclos biológicos de las especies vivas que le servían de sustento, para un Homo Sapiens Sapiens del sigo XXI, el conocimiento de su entorno —el de todos, no sólo el suyo y el de su familia o grupo—, de los valores que nos aporta y de la necesidad de preservarlo debería serle inculcado desde que nace», insiste la profesora de la UPO.

La Educación Ambiental alberga una importancia incluso superior a otras materias que se nos inculcan de forma oficial y reglada. De esta depende nuestra supervivencia», asegura María Pérez.

María Pérez considera que se ha dejado pasar la oportunidad, a lo largo de numerosas generaciones, de reconocer estas necesidades, eludiendo la responsabilidad familiar y dejándola recaer en las instituciones educativas y en los medios sociales. Por eso insiste en que «la sociedad tiene que esforzarse en recuperar el tiempo perdido y promover que nuestros jóvenes aprendan y aprehendan el valor del medio que nos sustenta desde el minuto primero en que son escolarizados, no dejando para mañana lo que debió de hacerse ayer, y la familia aquí es crucial. Los mayores, en un porcentaje superior al deseable, han olvidado enseñar a los más jóvenes aquello que nuestros ancestros entendían como razones de supervivencia».

La profesora de Ecología comenta que estamos viviendo una paradoja ya que «los niños adquieren en los colegios y en actividades de carácter social la importancia y necesidad de reciclar, no contaminar, no incendiar un bosque, o simplemente no matar un insecto porque desconocemos su valor, y ellos son quienes están actuando de maestros de sus mayores. La esperanza reside en los más pequeños, que crecerán con estos valores integrados en sus vidas y volverán a ser los mentores de sus descendientes, como nunca debió dejar de ser».

EDADES DISTINTAS, LECCIONES DIFERENTES

La Educación Ambiental para José Antonio Corraliza, catedrático de psicología social y ambiental de la Universidad de Córdoba, es un conjunto muy variado de recursos educativos para promover valores, creencias y comportamientos proambientales. En este sentido considera que la EA «no tiene edad pero sí tienen edad las estrategias que se utilizan en la educación ambiental» e insiste en que «utilizar una estrategia de adoctrinamiento en los niños pequeños es inadecuada».

Corraliza asegura que las fases de la Educación Ambiental podrían ayudar a plantear los contenidos de la asignatura en los colegios. Serían cuatro niveles:

  1. Conseguir que los niños tengan emociones positivas sobre la naturaleza. Para ellos es muy importante establecer contacto con elementos naturales como el paisaje, la vegetación, los árboles, el agua, etc. Hoy los programas escolares están demasiado cargados y no hay tiempo para promover el contacto fuera del aula, algo que se soluciona poniéndoles un vídeo o con el ordenador. «Nosotros defendemos el contacto directo con la naturaleza».
  2. Una vez que hemos creado una relación positiva, se deben establecer hábitos proambientales, como por ejemplo cuidar un huerto, ahorrar agua, controlar el consumo de papel «pero no pretendiendo adoctrinarles sobre el tema sino creando hábitos».
  3. El tercer nivel lo encontramos a partir de los 12 años y es el de promover conciencias proambientales, es decir, que los niños busquen las razones de lo que hacen.
  4. En el cuarto nivel se busca promover estilos de vida proambientales, crear contextos donde integrar valores, creencias y emociones.

Según el catedrático de psicología ambiental, es muy importante el orden: no podemos empezar culpando a los demás y diciéndoles ‘qué malo eres, no respetas la naturaleza, gastas mucha energía pidiendo que te lleven siempre en coche’. Muchos niños no tienen autonomía suficiente para recibirlo y lo importante es que la educación ambiental utilice estas estrategias adaptadas a la edad, al nivel de desarrollo psicológico para alcanzar una cultura proambiental y que no sólo trate de «promover comportamientos aislados como muchas veces sucede y que si no se hace bien pueden producir ecofatigas, es decir la sensación de para qué vas a hacer algo si no puedes hacer nada».

El profesor recuerda que la escuela es una agencia de socialización que compite con otras muchas como la familia, los medios, los videojuegos «que van definiendo el curriculum oculto, es decir los contenidos que los niños aprenden no sólo porque se lo enseñan sino porque están implícitos en las actividades de su vida diaria». Así, la frecuencia de contacto que los padres tienen con la naturaleza influirá mucho en los tipos de relación que los niños establecen con la misma. «La familia determinará valores, emociones y sentimientos, para bien y para mal y debería ser el escenario que posibilite el desarrollo de los hábitos prombientales que los niños han aprendido».

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2016/09/14/ninos-educacion-reciclaje_n_11989524.html

Imagen: www.elpuertolibre.cl/epl/wp-content/uploads/2015/04/minvu-quiero-mi-barrio-seremi-minvu-medioamb.jpg

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