Redacción: La Voz de Austria
Hablar de Eleuterio Quintanilla es hacerlo de uno de los pedagogos asturianos más destacados de todos los tiempos. Desde hace 25 años su nombre es también el de un grupo de docentes de educación Primaria, Secundaria, Universitaria y de adultos que nació con varios objetivos comunes: gestionar la llegada a los centros educativos de jóvenes inmigrantes, acogerles y adaptar su enseñanza a ese contexto. En definitiva, resolver las incógnitas que plantea una sociedad plural como la actual, con un absoluto rechazo del racismo y la intolerancia.
Estos días el grupo, sección de enseñanza del Ateneo Obrero de Gijón, celebra sus 25 años de reflexión, debate, publicación de material de apoyo para maestros y puesta en marcha de exposiciones. Una buena cifra para mirar atrás, reflexionar acerca de lo caminado hasta la fecha y de los vigente que están su filosofía y labor en tiempos de auge de extremismos como los que corren. Rosa Calvo, una de las integrantes del núcleo fundacional del grupo Eleuterio Quintanilla, explica el contexto en el que nació. «En los años 90 se puso en marcha una reforma educativa, la LOGSE, y Asturias a nivel educativa estaba muy activa. Habían tenido lugar movimientos de renovación pedagógica y a principios de la década sentimos la necesidad de reunirnos y debatir», recuerda.
Fue en este momento cuando «se creó lo que llamamos en su momento la Plataforma Asturiana de Educación Crítica». En este sentido, «el Ateneo Obrero siempre nos facilitó espacios para reunirnos y allí nos encontrábamos gente de toda Asturias, desde Infantil y Primaria hasta universidad, muy variada en etapas educativas y en manera de pensar, pero todos con el denominador común de que aquella reforma educativa tenía que partir desde la base». Resalta que de aquella plataforma empezaron a surgir grupos en torno a determinadas áreas o temas de interés. «Nació uno, el nuestro, de educación intercultural. Nos empezó a preocupar la llegada de niños inmigrantes a las aulas y queríamos saber de manera fundamentada qué podíamos hacer», afirma.
La clave era aprender «cómo atender a esta nueva población que iba llegando, cómo acogerlos y cómo enseñarles la lengua española». Juan Nicieza, otro de los miembros fundadores, reconoce que esos inicios se desarrollaron «dando muchos palos de ciego, porque nos metíamos en un terreno que no conocíamos y cada uno tenía una formación académica determinada, que no tenía nada que ver con lo que nos encontrábamos», si bien explica que se trató de una época «intelectualmente muy excitante, porque te abre un mundo».
Apunta que ya en esos primeros años el objeto de trabajo del Grupo Eleuterio Quintanilla se amplió de la acogida al alumnado extranjero «al mundo de la diversidad y el respeto de los derechos humanos de personas que pertenecen a una minoría».
Rosa Calvo explica, en este sentido, que pronto tuvieron claro que no se querían limitar «a seguir haciendo reuniones de debate, lectura y reflexión teórica, sino que queríamos dotarnos de materiales que nos ayudaran». En este sentido, en el 96 se publica Materiales para una educación antirracista: Educación antirracista y diversidad cultural en el Estado Español, «que era una lista de libros desde seis años a secundaria, que contemplaran historias de encuentro y conflicto cultural. Fue una selección de materiales para la educación intercultural», un «punto de inflexión» para su actividad.
El grupo, desde 1994, se ha mantenido vivo e incorporando a nuevos integrantes. María Louzao es una de esas nuevas llegadas. «Soy la última que me incorporo, el curso pasado», explica y reconoce que siempre tuvo la imagen del grupo «como plataforma de reflexión y de trabajo que traspasa con mucho lo que se hace en Asturias».
Rosa Rodríguez Macías también es una de las integrantes más noveles. «El grupo se mantiene muy activo en información a los institutos y centros de Asturias y también recaba información de los docentes», comenta y rememora que «a través de una de esas listas de correo de Juan Nicieza» fue como tuvo su primera toma de contacto. Luego conoció «a Juana Lobo, nos hicimos amigas y me dijo que me pasara por el grupo». Explica que prácticamente todos los docentes de la región «conocemos la labor del grupo a través de libros, charlas o conferencias»
Idoya Martínez-Díaz apunta que siempre le «fascinó que se trabajase tanto sin una causa concreta más allá que la enseñanza pura y dura». «El grupo me enganchó, ya que funciona, está muy vivo y cuando lo que hablas aquí lo llevas a clase ves que funciona», recalca. En esta línea, Martínez-Díaz fue una de las coordinadoras de la obra Recuperando la memoria. Sufrir la guerra, buscar refugio, un proyecto desarrollado con los alumnos del instituto de Llanes y Grado.
Pese a que han pasado 25 años desde el nacimiento del grupo, con los consiguientes cambios sociales, políticos y económicos, sus planteamientos antirracistas, de acogimiento intercultural y respeto siguen hoy más vivos que nunca. Ana Gloria Blanco Orviz destaca que, hoy en día, cada centro educativo de Asturias «acoge en función de la persona que esté al frente, es algo que no está institucionalizado». Considera que el rechazo al diferente y a lo que viene de fuera se produce «muchas veces es por mero desconocimiento. Cada uno acepta lo que ya está en disposición de aceptar. Si ya piensas que los inmigrantes te van a quitar algo y lees un bulo en esta línea te lo vas a creer».
A lo largo de este mes y de diciembre el grupo está desarrollando una serie de exposiciones, conferencias y encuentros celebrando sus 25 años. No obstante, esto no detiene la actividad editorial y el trabajo en su seno. Manuel Juan Martínez comenta que «está a punto de salir Los marroquíes en los cortometrajes españoles, un trabajo a partir de doce cortometrajes españoles. Hay una introducción extensa que hizo Chema Castiello y un estudio de cada uno de los cortometraje. Cada uno de ellos tiene una aplicación didáctica, para que los profesores puedan usarlo, con una serie de actividades pensadas para los chavales».
En este cuarto de siglo el grupo ha tenido que decir adiós a alguno de sus miembros muy queridos, como José Angel Álvarez Cienfuegos, José Luis Testa, María Viejo y Juana Lobo. Rosa Calvo tiene claro que si han llegado lo lejos que han llegado «ha sido por la gran labor de Chema Castiello, una persona de gran capacidad, admirable y ejemplar».
Este mes y el siguiente el grupo seguirá conmemorando sus 25 años. Hasta el 18 de noviembre se puede disfrutar en la sala de exposiciones de la Biblioteca Pública Jovellanos de la muestra Pensad que esto ha sucedido. Lecciones del Holocausto. Hasta el 19 de noviembre, en la Escuela de Comercio, estará la exposición Refugiados, bienvenidos (exposición para Educación Primaria). También se podrá visitar hasta el 21 de noviembre en el colegio público Laviada. Hasta el 1 de diciembre, el vestíbulo de la segunda planta del Centro de Cultura Antiguo Instituto acogerá Sufrir la guerra, buscar refugio. Asturias 1936-1937.
Asimismo, hoy tendrá lugar la charla Inmigración: los retos para nuestra sociedad, a cargo de Peio Aierbe, de SOS Racismo-Gipuzkoa, en la Escuela de Comercio. El martes tres de diciembre será el turno de la conferencia 25 años del Grupo Eleuterio Quintanilla, a cargo de Aida Terrón, profesora titular de Historia de la Educación del Departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo y José Luis San Fabián, catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Oviedo, en el salón de actos del Centro de Cultura Antiguo Instituto. Todas estas charlas, de acceso libre, comenzarán a las 19.30 horas.
Fuente: https://www.lavozdeasturias.es/noticia/gijon/2019/11/13/maestros-lucha-contra-racismo-1994/00031573665717285914458.htm