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Entrevista a Ignacio Ramonet: “La pandemia está estableciendo la crisis del modelo neoliberal”

Por: Miguel Muñoz 

 

Su nombre está asociado desde hace décadas a la publicación periodística Le Monde Diplomatique tanto en Francia como nuestro país. Este periodista y catedrático de teoría de la comunicación fue también el impulsor del movimiento ATTAC, protagonistas en el movimiento antiglobalización con eventos tan destacados como el Foro Social de Porto Alegre y las sucesivas ediciones. Prolífico autor de libros, premiado en diferentes ocasiones y Doctor Honoris Causa por varias universidades. Durante el inicio del confinamiento estuvo en Cuba. Desde allí, Ignacio Ramonet (Redondela, Galicia, 1943) escribió un extenso ensayo con su reflexiones sobre el mundo actual y futuro en medio de una pandemia sin precedentes. De esos pensamientos, y ya desde París donde reside habitualmente, tenemos el placer de hablar con él en cuartopoder.

-Ha definido la pandemia como un “hecho social total”. ¿Qué significa?

Es una expresión que algunos sociólogos utilizan. En particular, un sociólogo de gran referencia como Norbert Elias. ¿Qué es un hecho social total? Pues a veces en la historia se producen acontecimientos, por ejemplo una guerra, que tienen repercusiones en todos los ámbitos de la sociedad. Primero en la organización misma de la sociedad, en la economía, en la cultura, en la política, en la organización de la vida de la gente. La pandemia, tal y como nos ha sorprendido, ha funcionado y está funcionando como un hecho social total. Realmente hay pocos espacios en nuestra vida cotidiana y en la de las sociedades que no se hayan visto afectadas de manera particularmente impactante por la pandemia.

-Ha señalado, al igual que otras muchas personas, que el mundo y la vida no va a ser igual cuando acabe todo. Parece que lo tenemos todos claro

-Yo creo que sí. Bueno, todos no, ha habido una serie de intelectuales que han dicho que todo sería exactamente igual. Por ejemplo aquí en Francia, Michel Houellebecq escribió un texto diciendo que después de la pandemia todo será igual. ¿En qué sentido todo seguirá igual? Bueno, seguiremos en una sociedad vertical, el capitalismo no se habrá derrumbado, las grandes empresas seguirán teniendo un rol determinante…En ese aspecto no cabe duda de que la estructuración, el esqueleto portador de la sociedad, probablemente no se va a mover, al menos en un primer tiempo. Pero sí que muchas cosas ya se están moviendo. Y podemos decir quizás que muchas han cambiado ya. Por ejemplo la cuestión del teletrabajo. Hoy día es conocido que, en particular en nuestras sociedades desarrolladas, cantidad de gente piensa que ir a la oficina cada día tiene cada vez menos sentido. Y que durante estos meses se ha demostrado que se puede trabajar perfectamente igual desde casa.

«Vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia»

Por otro lado, una parte del consumo virtual se ha podido hacer de manera virtual. Globalmente la aceleración de toda la virtualidad, de todo el universo de internet, no cabe duda de que aunque ya estaba bien anclada en nuestras sociedades, ha conocido una aceleración muy notable. No es una casualidad que precisamente las empresas del GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple) sean las que más han ganado y las que menos han sufrido con esta pandemia. Así podríamos decir que muchas cosas se han modificado. Probablemente también, aunque decía antes que el capitalismo se va a mantener, el neoliberalismo como lo habíamos conocido hasta ahora probablemente no va a ser posible. Porque esta pandemia tiene tres tiempos. Estamos viviendo el tiempo sanitario, que es el más importante en esta fase. Pero ya está viniendo el tiempo económica, y la pandemia económica va a ser de una brutalidad desconocida. Las cifras últimas publicadas sobre las expectativas de la economía española, la situación de los bancos en España…Todo esto da una idea de la colosal tempestad que están viviendo las economías. Y el tercer tiempo va a ser el social. No cabe duda de que si las economías sufren, quienes van a sufrir van a ser los trabajadores a todo nivel. Por consiguiente eso va a producir aquí y allá protestas o revueltas. Y sea electoralmente o por otras vías, vamos a ver muchos Gobiernos cambiar de color por los efectos de la pandemia.

-Se está haciendo también mucho hincapié, especialmente a nivel europeo, en que la crisis no la paguen los de siempre como ocurrió en 2008. ¿Debemos ser algo optimistas con esto?

-Por ejemplo, un país del Sur cualquiera. ¿De qué vive? La mayoría viven de tres cosas. La mayoría de países de África, América Latina, de gran parte de Asia, viven de tres cosas. O bien de las exportaciones de los productos del suelo o subsuelo, la minería o la agricultura. Segundo, de las remesas que envían sus trabajadores emigrados. Y tercero, en algunos de ellos, del turismo. Estas fuentes de recursos hoy día están muy impactadas por la pandemia. El turismo está con un encefalograma plano. Las remesas, como la mayoría de estos trabajadores está en los países desarrollados, y que evidentemente, van a entrar en una crisis colosas, van a disminuir masivamente. Como por otra parte la economía está medio paralizada, las exportaciones también están de capa caída. Entonces, imagina cuando en un país se caen estos tres recurso, obviamente el número de quiebras va a ser colosal. Cuando quiebran las empresas, quienes sufren son los bancos. Porque han dado créditos para que las empresas funciones. Por tanto, el propio sistema bancario se puede derrumbar en muchos países.

«En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar»

Esto es lo que normalmente podría haber ocurrido en Europa. No va a ocurrir por el acuerdo que se logró. Porque la UE que ve venir esta situación, está dispuesta a endeudarse sin límite para que precisamente todo el sistema bancario, que es un poco el sistema de riego sanguíneo de la economía europea, no dé quiebra y colapse. En Europa va a haber una gran sufrimiento social aunque haya mucho capital para ayudar. Pero eso no va a cambiar el hecho de que mucha gente vaya a perder su empleo. En Francia, por ejemplo, el propio presidente anunció hace dos semanas que se espera en otoño próximo la pérdida de un millón de puestos de trabajo. Es enorme, si piensas que cada puesto de trabajo hace vivir a dos o tres persona.

-Cambiando de tema, hay muchas referencias, y también las describía usted en el artículo, sobre la irrupción de la vigilancia masiva digital. Supongo que en este tipo de situaciones hay riesgos y beneficios dentro de una crisis sanitaria

-La era digital, en la que ya estábamos desde hace unos 30 años, ahora ha alcanzado una normalidad. El mundo actual es el mundo de la virtualidad. Para los que aún dudaban de si estábamos en una prolongación de la era industrial, pues ahora estamos en la era virtual y de la ciber actividad. Por consiguiente, eso significa que cada vez que toco una tecla en mi computadora, teléfono o Ipad, estoy dejando una huella de lo que hago. Por consiguiente, no cabe duda de que ahora sí que se confirma algo que algunos ya habíamos predicho desde hace bastante tiempo. Y es que los datos que cada uno damos de nosotros pasan a ser una materia prima de alto valor y que probablemente pueden transformarse en la materia prima de la era digital. Eso va a tener un valor económico en la medida en la que en el mundo del 5G y Big Data, se va a trabajar exclusivamente con datos. En el mejor de los casos para conocer mejor desde el punto de vista comercial o publicitario todas las simpatías y deseos de los individuos. Pero además eso va a permitir a las grandes empresas digitales y a los Gobiernos e institutos de inteligencia para tener un conocimiento muy fino de cada uno de nosotros.

Entonces, la idea de que precisamente haya una especie de Big Brother que conozca a cada uno de los 7.000 millones de habitantes del planeta, o los 5.000 que usan constantemente internet, eso, que era ciencia ficción cuando Orwell escribió 1984, está siendo cada día más real. Yo escribí hace poco un libro llamado El imperio de la vigilancia y creo que me quedé corto. Porque con la pandemia esto se ha confirmado completamente. Antes podían decir que era un poco paranoico y cosas así pero ahora es la realidad.

-Una de las cosas por las que más se le conoce fue su lucha en el movimiento antiglobalización y la fundación de ATTAC. Han pasado varias décadas pero, ¿cómo se relacionan las críticas que ya se hacían entonces sobre el mundo con la realidad actual en plena pandemia?

-Nosotros lanzamos el movimiento hace unos 20 con la idea de “Otro mundo es posible” y con el Foro Social. La crisis de 2008, que fue financiera y de crédito, ya nos dio la razón de que obviamente la globalización, es decir el neoliberalismo globalizado, nos conducía hacia un mundo en el que cada vez habría más gente cada día más rica y gente cada vez más pobre relativamente. Hoy, el 1% de la población más rica posee más de la mitad de la riqueza del mundo. Hoy día, si quieres esta desigualdad salta tanto a la vista que el escándalo se ha generalizado.

La pandemia está estableciendo también la crisis del modelo neoliberal. Por ejemplo, hemos visto como muchos países se han cerrado, como muchos países apuestan por el mercado interior. La crisis ha demostrado que, por ejemplo, en Europa no se fabricaban mascarillas, paracetamol, respiradores…Sabemos que habrá otras crisis, porque en los últimos 15 ha habido otras tres crisis epidemiológicas aunque no hayan concernido a Europa. El SARS y el MERS han sido crisis muy graves para Asia. Nadie puede decir que no habrá otra crisis pandémica de aquí a 5 o 10 años. No tenemos autonomía en materia de producción de lo que es mínimamente indispensable para combatir una amenaza de este tipo. Todo este modelo que consistía en fabricarlo todo con trabajadores mal pagados en el otro lado del mundo es que el hoy tenemos, a la vez por razones económicas, sanitarias y ecológicas. No nos olvidemos de una importante, que la pandemia no es más que una manifestación de la crisis ecológica. Porque el virus ha surgido por el desprecio a la naturaleza, por el ataque constante a ella y en particular a los animales salvajes. Y el virus ha saltado precisamente por ese desprecio. No podemos seguir fabricando una camisa al otro lado del mundo que va a ser transportada y consumiendo una cantidad excepcional de petróleo y energía para luego ser vendida a un precio ridículo. Es impensable. Este tipo de modelo es al que hoy, por razones económicas, ecológicas y políticas, la sociedad debería rechazar.

-A nivel geopolítico nos preguntamos mucho el papel que van a cumplir ahora China y EEUU. ¿Podemos ver algún cambio en el equilibrio entre fuerzas?

«Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista»

-En el aspecto geopolítico vamos a decir algo que es lo más central. Es la primera vez desde el principio del siglo XX que hay una crisis mundial y que EEUU no tiene un rol de protagonista. Esto no se ha visto nunca hasta ahora. Su intervención en la I Guerra Mundial fue decisiva, en 1944 también. Y desde los años 50, EEUU ha estado en todas las partes. Esta vez no han enviado una mascarilla a nadie. No han enviado una jeringuilla ni personal médico a nadie. Esta ausencia da una idea de la debilidad de EEUU. El país más impactado por la pandemia es EEUU, por una conducción política completamente errática, equivocada, con un problema de liderazgo enorme que pone en riesgo la continuidad de Trump, tal y como lo dicen los sondeos. Solo esto ya es una indicación de cómo la pandemia está modificando la geopolítica. Por otra parte también, la pandemia detuvo todos los conflictos en el mundo durante unas semanas, con mucha más eficacia que la ONU. Otra cosa, las Naciones Unidas han estado absolutamente ausentes en esta crisis. No se han oído iniciativas. Por tanto, hay algo en la estructuración y funcionamiento geopolítico hasta ahora que demuestra que tal y como funcionaba el mundo, éste no era eficaz.

Sobre China podríamos decir dos cosas. Primero, tiene una responsabilidad en la medida que el virus surgió allí y no pudo impedir que saliera. Por otra parte, China ha combatido con gran eficacia la pandemia y es el país que ha ayudado enormemente a otros países, enviando medicamentos, médicos, etc.

-Estuvo en Cuba durante las primeras semanas de confinamiento. Ha alabado su gestión de la pandemia, ¿por qué?

-Cuba ha combatido la pandemia con mucha eficacia sin declarar un confinamiento obligatorio, pero con mucha disciplina social, con mucho voluntarismo y de manera bastante inteligente, y con una organización social muy eficaz. Por otra parte también, Cuba no ha dudado en enviar a cerca de 45 países brigadas médicas con personal: Italia, Andorra, las posesiones de Francia en el Caribe, en América Latina o África. Cuba sí ha dado muestras de un internacionalismo solidario y creo que esto vale la pena subrayarlo. Infelizmente los grandes medios de comunicación europeos no lo subrayan. Por otra parte observamos que la UE ha publicado una lista de los países con los que se puede aceptar viajero y veo que no está Cuba, que es uno de los países que menos casos tiene en el mundo. Para darte una idea, Cuba tiene más o menos la misma población que Bélgica, 10-11 millones de habitantes. Bélgica tiene 9.000 muertes. Cuba sólo 85. Entonces, evidentemente hay una manera de afrontar esta cuestión desde el punto de vista sanitaria que demuestra lo que se sabía ya, que Cuba es una gran potencia médica. Pero que es una gran potencia con una generosidad y solidaridad espectacular cuando muy pocos países en el mundo han enviado ayuda a tantos países.

Fuente e imagen: cuartopoder

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Francia: La batalla contra la supuesta «cura» de la homosexualidad

Europa/Francia/16-08-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

«Cuando tenía 15 años fui con mis padres a una reunión ecuménica en una comunidad ahora conocida por varios escándalos de ritos sectarios y pedofilia. Delante de miles de personas el cura empezó a decir que Harry Potter era una Biblia satánica para los jóvenes. Tonterías enormes», recuerda.

Benoit Berthe vive hoy lejos del apacible lugar en el que pasó las peores horas de su infancia. A sus 30 años ha logrado pasar la página de las homoterapias de grupos religiosos franceses que intentaron convencerlo de que «lo sanarían», y ahora lucha a diario para que otros no pasen por el mismo calvario.

Criado en una familia católica, muy involucrada en la comunidad religiosa de Gien, el pueblo del centro de Francia en el que vivían, Berthe (París, 1989) empezó a entender a los diez años que lo que le habían contado de la adolescencia no se parecía a lo que sentía.

«Me di cuenta de que me atraían los chicos. Me hice la promesa de esconderlo y durante algunos años rehuí esa conversación», explica a EFE desde su casa de Londres, donde vive desde hace siete años.

Su escapatoria fueron los libros de Harry Potter, de la británica J.K. Rowling, y fue también el mago quien lo sacó del armario.

«Cuando tenía 15 años fui con mis padres a una reunión ecuménica en una comunidad ahora conocida por varios escándalos de ritos sectarios y pedofilia. Delante de miles de personas el cura empezó a decir que Harry Potter era una Biblia satánica para los jóvenes. Tonterías enormes», recuerda.

«Quiero que haya leyes para animar a la gente a denunciar y desanimar a quienes hacen las terapias. Y quiero que la Iglesia pida perdón y evite estas derivas»

Aquello le incomodó y decidió defender a su héroe ante sus padres.

«Mis padres asociaron mi encierro con la lectura y me pareció tan injusto que decidí decirles que si estaba así es porque había descubierto que me atraían los hombres», cuenta.

Berthe no olvidará jamás las dos preguntas que le hizo su madre después de recibir la noticia: ¿Había tenido relaciones sexuales con hombres? Y si no había sido así, ¿lo había tocado algún cura cuando era monaguillo?

No y no.

«Para ellos la homosexualidad venía del exterior. Se atrapa como una enfermedad. No es algo con lo que naces», explica Berthe, que hoy dirige en Inglaterra su propia empresa sobre cine de animación y publicidad.

«CURACIÓN DE HERIDAS PROFUNDAS»

PARÍS, Francia.- Benoit Berthe, posa en París, Francia donde este sábado en una entrevista con la Agencia Efe ha asegurado que a sus 30 años ha logrado pasar la página de las homoterapias de grupos religiosos franceses que intentaron convencerlo de que "lo sanarían", y ahora lucha para que otros no sufran el mismo calvario. EFE/ Benoit Berthe PARÍS, Francia.- Benoit Berthe, posa en París, Francia donde este sábado en una entrevista con la Agencia Efe ha asegurado que a sus 30 años ha logrado pasar la página de las homoterapias de grupos religiosos franceses que intentaron convencerlo de que «lo sanarían», y ahora lucha para que otros no sufran el mismo calvario. EFE/ Benoit Berthe

«Unos meses más tarde, mis padres se informaron en su entorno, donde les propusieron estas sesiones de curación de heridas profundas, lo que muestra que ya consideraban que es algo anormal que viene de una herida del pasado. En ellas había homosexuales, personas que habían sufrido violaciones, jóvenes y adultos», cuenta.

Estos encuentros se desarrollaban a menudo en forma de fines de semana o semanas de aislamiento, como si se tratase de un campamento, en el que había enseñanzas de la Biblia y conferencias sobre la homosexualidad donde les presentaban un «futuro terrorífico».

De esos tres años, recuerda experiencias desagradables como que los obligaran a compartir sus deseos, sus pensamientos más íntimos, incluso lo que pensaban cuando se masturbaban.

«Había pasajes de rezo muy intensos. Había mucho silencio, no teníamos derecho a hablar entre nosotros. Las comidas eran ligeras y había un padre espiritual, una especie de gurú religioso y psicológico que nos acompañaba. Mezclaban psicología y espiritualidad sin tener ninguna formación», critica.

Berthe reconoció su sexualidad ante sus amigos a los 18 años. Habían ido al cine a ver «Brokeback Mountain» y se echó a llorar. A la salida, decidió confesarse ante ellos.

Cuando dejó la casa de sus padres para estudiar en la universidad, en París, empezó el auténtico autodescubrimiento, un sinfín de conversaciones con homosexuales que le contaban su experiencia y que le sirvieron para comprender que lo que le habían dicho «estaba muy lejos de la realidad».

Sus padres acabaron por aceptarlo y vieron el daño que aquellas sesiones habían tenido en su hijo. Berthe, alejado hoy de la Iglesia, eligió también perdonarlos.

COLABORACIÓN CON LA LEY

En Francia, donde este tipo de terapias no están reguladas, una diputada de la mayoría gubernamental presentó en junio en la Asamblea Nacional una proposición de ley para prohibirlas y sancionar a sus organizadores.

Berthe ha participado en su elaboración con su testimonio y en el documental de «Arte» «Homoterapias, conversiones forzadas», que pone el foco en la red de organizaciones religiosas que dicen curar la homosexualidad.

«Quiero que haya leyes para animar a la gente a denunciar y desanimar a quienes hacen las terapias. Y quiero que la Iglesia pida perdón y evite estas derivas», zanja el joven.

Junto a otros afectados, Berthe ha creado un colectivo para compartir sus experiencias y seguir de cerca los avances de la situación. Se llaman «Nada que curar». EFE

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/la-batalla-contra-la-supuesta-cura-de-la-homosexualidad-8847162.html

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Francia: Universidades reabrirán en septiembre con medidas sanitarias

Europa/Francia/06 Agosto/2020/prensa-latina.cu

El Ministerio de la Enseñanza Superior de Francia anunció hoy que las 74 universidades del país reabrirán el 1 de septiembre, regreso a clases marcado por medidas contra la Covid-19, entre ellas la recomendación de usar máscara.
Cerradas desde marzo por el azote del coronavirus SARS-CoV-2 y la cuarentena general decretada para frenar su propagación, las casas de altos estudios no volvieron a acoger a estudiantes tras el comienzo del proceso de desconfinamiento, el 11 de mayo, lo cual sí ocurrió en otros niveles de la educación.

En una circular, el ministerio precisó que el objetivo de las acciones sanitarias previstas es recibir a la mayor cantidad de alumnos posible.

Trabajamos con las instituciones para garantizar que en el retorno a las aulas estén protegidos del virus los profesores, el personal de apoyo y los estudiantes, en aras de privilegiar la modalidad presencial, subrayó el titular francés de Enseñanza Superior, Frédérique Vidal, citado en el texto.

Respecto al uso de la máscara, la entidad gubernamental insistió en que será fuertemente recomendado en clase, medida que acompañará a otras como el respeto a la distancia de un metro y un puesto vacío entre los universitarios en espacios cerrados.

Cuando la distanciación no sea posible, la utilización de máscara pasará a ser obligatoria, adelantó.

De acuerdo con el Ministerio de la Enseñanza Superior, la situación sanitaria del país es menos tensa, lo que permite prever la reapertura de las universidades, aunque el coronavirus SARS-CoV-2 sigue circulando y no puede perderse de vista.

En caso de rebrote de la Covid-19, las decisiones adoptadas serían reevaluadas, advierte en el comunicado.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=387619&SEO=francia-universidades-reabriran-en-septiembre-con-medidas-sanitarias
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Desterrados en París: un drama sin fin para los inmigrantes

Por: Eduardo Febbro

El impacto económico de la pandemia obligará a más personas a desplazarse.

Desde que se reabrieron las fronteras hace algunas semanas, inmigrantes de Somalia. Afganistán, Libia, entre otros, llegaron a la capital francesa para terminar amontonados, en su mayoría, en un suburbio del que acaban de ser desalojados.

Desde París

 La primera vez se asustó y se sintió agredido, la segunda salió corriendo, la tercera y cuarta trató de recuperar sus cosas y la quinta, es decir, ayer, dejó que todo ocurriera sin intervenir. Salió de la carpa, fue hasta el bus de la policía y miró desde allí “todo ese absurdo y esa injusticia que nos seguía cortando el camino”. Idil vivió este 29 de julio su quinta evacuación por la fuerza desde que llegó a Francia proveniente de Somalia. Junto a otros 2.000 inmigrantes oriundos de Sudán, Somalia, Tchad, Etiopía o Afganistán Idil se había instalado en uno de los campamentos improvisados que los inmigrantes van montando en la periferia Norte de París hasta que la policía los desaloja y trata de reubicarlos en hoteles y gimnasios de la zona. La víspera, el Prefecto de París, Didier Lallement, les había dado un plazo de “12 horas para abandonar el lugar”. La mayoría se quedaron y a la seis de la mañana el operativo comenzó a orillas del canal Saint-Denis, en la localidad de Aubervilliers.

La

situación era doblemente nociva: para los mismos inmigrantes expuestos ahora al calor y la insalubridad, y para las autoridades, interpeladas pos los vecinos debido a la suciedad y las peleas entre comunidades distintas. ”De todas formas, no sabemos ni siquiera a dónde vamos a ir a parar. Lo más esencial es que alguien nos ayude porque ya no podemos más”, cuenta Saidi, un afgano con unos cuántos meses de residencia en la calles, primero en París, luego en las afueras. La evacuación es tensa. Hay mucha gente, muchos niños en las carpas, muchos policías y militantes de las asociaciones de protección al migrante (France Terre d’Asile, Solidarité Migrants Wilson), muchos gritos y nervios y miedo e incomunicación. Un destierro sobre muchos otros destierros. Cada respiración es una bocanada de tragedia. De un lado están los buses para los hombres solos, del otro el reservado a las familias. Michel, una militante de la asociación Utopía 56 que asiste a la evacuación, anticipa la crueldad del futuro:” volverán aquí u a otro lugar. Ni ellos tienen donde ir, ni el Estado la responsabilidad y la voluntad de asumir la situación. La gran mayoría de la gente que está aquí regresará a la calle dentro de un tiempo. Es un ciclo infernal”. Michel y otros militantes de France Terre d’Asile y Solidarité Migrants Wilson se apresuran para recuperar los utensilios y las carpas. Hay más de seiscientas (representan unos 10.000 euros) y, en un par de meses cuando llegue el invierno, salvarán unas cuantas idas.

Los inmigrantes son personas muy pobres, perseguidas en sus países, torturadas también, que saltaron al Mediterráneo en un barco cualquiera desde las costas de Libia y se salvaron porque un navío humanitario las rescatóOtros, como en el caso de los afganos, emprendieron un terrorífico viaje a través de Irán, Turquía y Grecia hasta llegar a Francia. Las cosas son ahora peor que antes. La pandemia no arregló el mundo, al contrario. Robert (France Terre d’Asile), desliza una frase que hiere como un latigazo por su carga de lúcida veracidad: «esta gente está más allá de la posibilidad de que algo cambie para ella, incluso si en un mes el liberalismo o las bolsas se vienen abajo. No son ni pobres ni ricos, ni víctimas de la desigualdad de los sistemas. Son las voces del otro lado de la fractura provocada por la improvisación occidental. Siempre los dejarán solos”. Ningún barco humanitario opera ya a lo largo de las costas de Libia para socorrer a los migrantes. Los últimos dos, el Ocean-Viking y el Sea-Watch, fueron, una vez más, víctimas del ardor perverso de los guarda costas italianos. Desde que se reabrieron las fronteras hace algunas semanas, los inmigrantes, sin embargo, continúan llegando para terminar amontonados, en su mayoría, en este un suburbio del que acaban de ser desalojados. 

Las cifras son imparables: durante los dos meses del confinamiento, en las orillas del canal Saint-Denis había unas 200 personas, luego, dos meses después del fin del encierro, ya sumaban 2.300. Su viaje no empieza por mar sino por tierra, a menudo en la frontera entre Irán y Turquía o en la misma Grecia a través de la no menos terrorífica “ruta de los Balcanes” (Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Croacia, Hungría). Desde allí zanjan todos los peligros que un ser humano pueda imaginar con tal de llegar a un país europeo seguro: los traficantes de personas, las autoridades turcas, las cárceles de Turquía, los robos, las violaciones, las agresiones, la corrupción de los policías de Albania, de Grecia, Croacia, Serbia o Hungría (les roban su dinero, sus pasaportes y sus teléfonos), las denuncias, los malos tratos o la persecución.

Osmane, un somalí con más de cinco años de residencia en Francia, espera tranquilo sentado en el bus. Cuenta que “los nuevos, los que llegaron hace dos meses, me dan un poco de pena. ¡Han hecho tanto, sufrido tanto para llegar hasta aquí !. Y mirá, mirá lo que les espera”. Osmane es el tango del migrante, la historia que, sin,- que sea contada, se refleja en la absorbente soledad de las miradas: en su caso huyó de Somalia para escapar de las milicias chabab, llegó a Francia, obtuvo los papeles, trabaja, pero nadie le alquila una casa, sea porque no le alcanza “sea porque no entiendo”, dice señalando a un hombre joven, conocido por todos debido a la adversidad de su historia. Es Chenar Gull Nasairi, el afgano. Pasó tres años en Alemania hasta que le negaron el asilo político. Se desplazó a Francia donde, este año, también se le negó el asilo. Aunque Gull Nasairi asegura que en Afganistán los talibanes le pusieron precio a su vida, la Corte Nacional del derecho de asilo no cree ni en su historia, ni en que sea afgano. Ya va por su tercer intento de suicidio. Hay otros ejemplos como él: les rechazan el asilo en Gran Bretaña, en Austria, en Alemania, en Francia y van así, con el correr de los años, probando de un país a otro.

Luis Barda, miembro de Médicos del Mundo, advierte que los flujos serán más importantes porque quienes estaban bloqueados por la pandemia y el cierre de las fronteras “ahora vuelven a los caminos”. Ismail y Faycal son hijos de ese flujo. Estos dos afganos estuvieron bloqueados en Serbia un par de meses y llevan apenas tres semanas en Francia. Recién ahora empiezan a entender que lo peor está por venir. Faycal cuenta con cierta desesperanza: «obtener una cita con la OFII (Office français de l’immigration et de l’intégration) para presentar un pedido de asilo es imposible”. Y hasta que no lo obtenga tampoco tendrá un estatuto, o sea, ayuda mínima. Por eso terminó a orillas del canal Saint-Denis. ”Fue una sorpresa. Después de todo lo que viví y ahora esto, la calle, las carpas, la policía, los periodistas, no sé, no sé…”.

El traqueteo y el ruido mundial que destapó la covid-19 silenció sus voces, pero su drama continúa siendo como un fino chorro de agua helada que cae sobre el rostro de mundo. Jagan Chapagain, Secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja, anticipa que “el desastre económico de la pandemia y sus efectos devastadores obligarán a muchas personas a desplazarse más allá de sus fronteras. Muchos inmigrantes sentirán que, pese a los riesgos, atravesar el mar será más seguro que permanecer en sus países porque habrá, también, la posibilidad de una vacuna contra el virus”. El canal Saint-Denis recupera su fisionomía. Pero en este paseo al que vuelven los ciclistas ha quedado como un dolor cautivo, una tensión latente. Dentro de unos meses regresarán los inmigrantes, aquí o un poco más al Norte. Volverá la policía, las asociaciones, la palabra y la indiferencia. Ellos están en la frontera de todas las fronteras. Ese lugar donde se acepta la fatalidad sin hacer demasiado para detenerla.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/281874-desterrados-en-paris-un-drama-sin-fin-para-los-inmigrantes

 

 

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Investigadores de Francia y Japón transforman el oro en vidrio transparente y fibra flexible

Investigadores franceses y japoneses han conseguido el sueño de los alquimistas: transformar el oro en cristal flexible, con aplicaciones para detectar contaminantes.

Los alquimistas estuvieron durante siglos tratando de convertir el plomo en oro.

Aunque que esta búsqueda resultó infructuosa, investigadores franceses y japoneses han conseguido ahora algo no menos significativo: transformar el oro en vidrio transparente y fibra flexible.

De hecho, la mezcla de una solución de precursores de oro con moléculas de azufre hizo posible, dependiendo de las condiciones de síntesis, formar un material amorfo que tenga las características del vidrio o fibras similares a las presentes en textiles.

Estos materiales, llamados polímeros de coordinación (supramoléculas) de tiolatos de oro, exhiben fuertes enlaces químicos entre el oro y el azufre y forman cadenas unidimensionales.

Además, estos materiales vidriosos y fibrosos, basados ​​en oro, emiten una luz roja intensa cuando se exponen a la radiación ultravioleta.

Por lo tanto, la formación de vidrios transparentes y textiles emisivos hace que estos compuestos sean atractivos para aplicaciones en la visualización o detección de trazas de contaminantes o medicinas dispersas en los ríos por formación in situ de nanopartículas de oro.

Referencias

Transparent and luminescent glasses of gold thiolate coordination polymers. S. Vaidya et al. Chem. Sci.202011, 6815. https://doi.org/10.1039/D0SC02258F.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/transforman-el-oro-en-vidrio-transparente-y-fibra-flexible.html

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Un rebrote de coronavirus opaca el verano europeo

Las débiles señales de una reactivación de la pandemia se están multiplicando.

Reconfinamiento, máscaras obligatorias en los lugares públicos, vuelta el teletrabajo, control estricto de los pasajeros y avisos de no viajar a ciertas regiones.

Desde París

 

El coronavirus vuelve a rodear a más de la mitad de Europa con picos altísimos en España, Bélgica, Suecia, Rumania, Bulgaria y Francia. Aunque en el territorio francés no se constató un despegue masivo de la contaminación, el virus se propaga con una regularidad que, al igual que en otros países del mundo y del Viejo Continente, ha acarreado medidas suplementarias: reconfinamiento de ciertas zonas, máscaras obligatorias en los lugares públicos, vuelta el teletrabajo, control estricto de los pasajeros oriundos de 16 países (Francia), recomendaciones efusivas de no viajar a determinadas regiones de Europa como es el caso de Cataluña y nuevas cuarentenas impuestas a ciudadanos que lleguen de España (Gran Bretaña y Bélgica). La salud pública francesa advirtió que la cantidad de personas infectadas ha aumentado por tercera semana consecutiva. Los días del gran alivio que siguió al fin de la cuarentena empiezan a quedar atrás con el paso de las semanas. La Dirección General de la salud pública de Francia precisó en un comunicado que “hemos borrado una buena parte de los progresos realizados durante las primeras semanas del desconfinamiento”. La Organización mundial de la salud puso ahora el foco en Europa. La región fue objeto de un casi control de la pandemia para volver a ser una zona de alto riesgo. Más de 15,8 millones de personas fueron infectadas en el mundo desde finales de 2019 y otras 639.981 perdieron la vida. En Europa, la pandemia provocó la muerte de 207.599 personas e infectó a más de tres millones.

Lentamente, los países europeos empiezan a levantar nuevas murallas ante la evolución del virus y nadie descarta ya un confinamiento casi similar al de los meses de marzo, abril y mayo a partir mediados de septiembre. La indisciplina y el relajamiento son los principales motores que volvieron a reactivar la circulación del virus. El sueño con un verano normal ya no es más posible, lo mismo que la apuesta por una reactivación progresiva de la actividad y, por consiguiente, de la economía. De hecho, los desplazamientos de cientos de miles de seres humanos provocados por las vacaciones son un factor de alarma permanente. Se vuelve a tener la sensación de una imprecisión en las medidas preventivas y un cálculo demasiado optimista ante la persistencia del virus. Decenas de clúster reaparecen en todos los territorios de Europa. En el hospital de la Pitié-Salpêtrière de la capital francesa las carpas instaladas durante la peor fase de la pandemia ya fueron desmontadas.

 Los médicos aseguran que, si bien las señales débiles de una reactivación de la pandemia se están multiplicando, la aceleración brutal no se ha constatado todavía. El ministerio francés de salud contabiliza “un número de casos superior a los mil, es decir, un nivel compatible con el que se dio a finales del confinamiento”. En el curso de las últimas tres semanas el porcentaje de casos detectados aumentó en un 66 porciento para un total de 215 clusters epidémicos censados en el país. Entre el jueves 23 de julio y el sábado 25 10 personas murieron en Francia, donde la tasa de reproducción del virus llega a 1,3, lo que equivale a que cada persona contaminada transmite la enfermad a 1,3 personas. 

Francia impuso test para pasajeros oriundos de 16 países. En la lista no figura la Argentina, pero sí Estados Unidos, Brasil, Panamá y Perú. El resurgimiento de la pandemia se está globalizando. Entre el jueves y el viernes pasado se registraron 280 mil casos diarios en el planeta al mismo tiempo que los gobiernos, forzados a implementar medidas duras, pierden el respaldo de las poblaciones (Gran Bretaña y Estados Unidos, en primer lugar). Entre principios de julio y casi finales de mes 5 millones de personas fueron infectadas en todo el planeta con una marcada curva ascendente en Europa. Según el portavoz de la rama europea de la OMS “el resurgimiento del Covid-19 en ciertos países luego de levantamiento de varias medidas barreras es ciertamente una causa de preocupación”. Las autoridades sanitarias insisten en decir que “resulta más necesario que nunca volver a una disciplina colectiva”.

Esta, sin embargo, no se constata en la calle. La gente se olvidó rápidamente de respetar de forma masiva las consignas básicas aún en vigor. Europa se va de vacaciones, pero el virus regresa a su demoledor trabajo. En Bélgica, por ejemplo, se registró un aumento del 89% de las infecciones. Si se toma en cuenta la variable muertos por cada millón de habitantes, Bélgica, con 859,5 muertos, figura primero en la lista seguida de Gran Bretaña (688,3), España (608,5), Italia (58,8), Suecia (559,5), Perú (557,8), Chile (475,9), Francia (450,8), Estados Unidos 444,9) y Brasil (406,9). En esta lista que incluye a 50 países la Argentina recién aparece en el puesto número 46 (63,1).

Fuente e imagen:  https://www.pagina12.com.ar/280854-un-rebrote-de-coronavirus-opaca-el-verano-europeo

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COVID-19 : Ce que vous devez savoir sur l’éducation des réfugiés

By: Unesco.org.

Malgré un assouplissement relatif des fermetures d’écoles dues au COVID-19 et une tendance croissante à la réouverture, plus d’un milliard d’apprenants à travers le monde restent touchés par la fermeture d’établissements scolaires. La perturbation de l’éducation est sans précédent à cette échelle. Le COVID-19 laisse peu de vies et d’endroits intacts, mais son impact, y compris dans l’éducation, est plus dur pour les groupes qui sont déjà dans des situations de vulnérabilité comme les réfugiés.

Comment les fermetures d’écoles dues au COVID-19 affectent-elles l’éducation des réfugiés ?

Déjà avant le COVID-19, les enfants réfugiés avaient deux fois plus de probabilité d’être non scolarisés que les autres enfants et malgré l’amélioration de leur taux de scolarisation, seulement 63 % des réfugiés étaient inscrits à l’école primaire et 24 % dans l’enseignement secondaire. La pandémie risque d’engendrer un recul des modestes gains réalisés et d’être catastrophique pour des groupes tels que les adolescentes.

Ces dernières années, des efforts importants ont été déployés pour inclure les apprenants réfugiés dans les systèmes éducatifs nationaux, mais les obstacles à l’éducation persistent et pourraient même s’aggraver en raison de la pandémie. Il est aussi inquiétant de constater que la discrimination et la xénophobie à l’encontre des populations réfugiées augmentent, ce qui nuit à leur scolarisation et à leur maintien à l’école.

Que pouvons-nous faire pour assurer une éducation de qualité pour les apprenants réfugiés ?

La première étape consiste à défendre et à garantir le droit à l’éducation des réfugiés en veillant à ce qu’ils puissent tous apprendre à la maison et retourner à l’école en toute sécurité. Certains signes prometteurs montrent que les gouvernements accélèrent l’inclusion des réfugiés dans leurs réponses au COVID-19, ce qui offre l’occasion de travailler à la réalisation des engagements contenus dans le Pacte mondial sur les réfugiés.

Au fur et à mesure que l’on met moins l’accent sur l’apprentissage à distance et la fermeture des écoles, et plus sur la réouverture et le retour à l’école, il convient d’accorder une attention particulière aux inégalités existantes et exacerbées auxquelles sont confrontés les réfugiés, en particulier les filles en âge d’être scolarisées dans le secondaire, qui étaient déjà deux fois moins susceptibles de s’inscrire que leurs pairs masculins. On s’attend à une aggravation de ces conditions.

Le HCR estime que 20 % des filles réfugiées qui sont scolarisées dans le secondaire risquent effectivement de ne jamais retourner à l’école lorsque celle-ci rouvrira après le COVID-19. C’est dès maintenant que nous devons agir pour remédier aux inégalités et à la situation désastreuse auxquelles sont confrontés les apprenants réfugiés.

Pourquoi est-ce si urgent et qu’est-ce qui est en jeu ?

Les apprenants réfugiés sont confrontés pendant et après le COVID-19 à de nombreux enjeux. On s’attend à un accroissement important du décrochage, ce qui signifie que l’on perdra cette génération si elle est écartée de l’éducation. La situation éducative des réfugiés était déjà précaire dans de nombreux pays avant la pandémie, beaucoup ayant manqué plusieurs années de scolarité et devant travailler sans relâche pour rattraper leur retard. Ils doivent maintenant faire face à d’autres perturbations de leur apprentissage.

Ceux qui n’étaient pas inscrits dans des programmes d’éducation risquent encore plus de ne jamais revenir à l’apprentissage. Le manque d’accès aux infrastructures, au matériel et à la connectivité, les conditions de vie et l’éloignement de nombreuses zones accueillant les réfugiés signifient que les enfants réfugiés risquent également de ne pas pouvoir accéder aux programmes nationaux d’apprentissage à distance mis en place par les gouvernements dans le cadre de la réponse au COVID-19.

Que fait l’UNESCO pour faire avancer le droit à l’éducation des réfugiés ?

Par l’intermédiaire de la Coalition mondiale pour l’éducation, l’UNESCO facilite les partenariats entre plusieurs parties prenantes afin d’offrir des possibilités d’apprentissage aux enfants, aux jeunes et aux adultes, y compris aux réfugiés qui ont été touchés par la perturbation de l’éducation due à la pandémie.

L’UNESCO a pris un engagement et s’efforce de renforcer les systèmes éducatifs nationaux en fournissant aux États Membres une expertise et des orientations techniques pour la conception, la mise en œuvre et la planification de politiques en faveur de l’inclusion des réfugiés à tous les niveaux des systèmes éducatifs nationaux.

Le Passeport des qualifications de l’UNESCO destiné aux réfugiés et aux migrants vulnérables lancé en 2019 vise à faciliter l’intégration des apprenants dans le système éducatif et sur le marché du travail par le biais de procédures d’évaluation. Le processus assure la reconnaissance d’éléments clés tels que les qualifications, les compétences, l’expérience professionnelle pertinente et la maîtrise de la langue.

Le 13 juillet, de 16h à 17h30 CET, une table ronde de haut niveau virtuelle menée par le HCR et l’UNESCO réunira des réfugiés pour faire entendre leur voix sur leurs besoins et les réponses à apporter sur le terrain. L’événement est convoqué et présidé par l’Envoyée spéciale Angelina Jolie et co-organisé par le Canada et le Royaume-Uni.

Source of review: https://fr.unesco.org/news/covid-19-ce-que-vous-devez-savoir-leducation-refugies

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