Algunos sectores de la izquierda criticaron la medida a la que calificaron como una «policía de la ropa» y una decisión «característica de un rechazo obsesivo de los musulmanes».
Las escuelas públicas francesas han enviado a casa a decenas de niñas por negarse a quitarse las abayas (túnicas largas y holgadas que usan algunas mujeres y niñas musulmanas) el primer día del año escolar, según el ministro de Educación, Gabriel Attal.
Desafiando la prohibición de la prenda considerada un símbolo religioso, cerca de 300 niñas se presentaron el lunes por la mañana vistiendo abayas, dijo Attal el martes a la emisora BFM.
El ministro francés de Educación confirmó que está nueva medida forma parte de la estricta prohibición que hay en las escuelas francesas de utilizar cualquier símbolo religioso.
Des policiers dans un lycée pour contrôler les tenues des élèves. Aussi obscène que ces agents traquant il y a quelques années les femmes trop vêtues sur les plages. Le dévoiement de la laïcité en deux images.#abayas#burkinipic.twitter.com/tAWbraNMC1
El Gobierno considera que las abayas son un vestido de identificación religioso que se contrapone al laicismo, sin embargo varias voces críticas en Francia alzaron la voz para considerar que es una acción islamofóbica.
El debate se ha profundizado en los medios de prensa y redes sociales en Francia sobre la conveniencia de aplicar una norma tan estricta en la medida que afecta las libertades
En este sentido, el Consejo de Estado, la máxima instancia judicial administrativa en Francia, examina este martes la petición de una asociación que defiende los derechos de los musulmanes en la que pide la suspensión de una ley que prohíbe vestir abayas en las escuelas públicas, que entró en vigor este lunes.
La Acción de los Derechos de los Musulmanes (ADM), la asociación demandante, quiere una suspensión de una medida aprobada por el Gobierno de Emmanuel Macron el pasado 27 de agosto, pues alega que esta «estigmatiza» a las personas de credo musulmán y «representa una amenaza a sus derechos fundamentales en el plan social».
Se espera que el Consejo de Estado examine la demanda con carácter de urgencia, a partir de las 15H00 horas de este martes. La Corte tendrá el plazo mínimo de 48 horas y el máximo de un mes para pronunciarse.
Francia ha llevado a cabo una serie de polémicas prohibiciones y restricciones de la vestimenta islámica, que a menudo han desatado la ira de países musulmanes y organismos internacionales.
Desde hace varios años, el gobierno francés aplica políticas neoliberales. Esto provocó fuertes movilizaciones, en las que destacan los chalecos amarillos en 2018-2019, el movimiento contra la reforma de la pensión en 2019-2020 y luego en 2023 a un nivel más local y en temáticas ambientales, varias movilizaciones en contra de mega-proyectos que el gobierno nacional denomina como “desarrollo”.
En el mismo periodo hubo un aumento drástico de la represión política, bien sea en la calle, durante las marchas o a nivel judicial en contra de militantes de organizaciones o asociaciones. La policía de Francia es la más letal de toda Europa, en 2021 sus intervenciones dejaron un muerto semanal.
El asesinato del joven Nahel Merzouk el 27 de junio incendió Francia cuando un video difundido en redes dejó ver que el único delito del muchacho fue no obedecer una orden en un sencillo control de identidad.
Miles de personas resultaron heridas por el accionar de la policía, y numerosos procesos judiciales fueron abiertos en contra del movimiento social. Otra forma de represión que ha surgido de índole administrativa consiste en la disolución o amenaza de disolución de asociaciones o movimientos declarándolas ilegales.
Protestas en Francia el pasado 22 de junio
Prohibición de la protesta y los movimientos sociales
Tras el anuncio del Gobierno de Emmanuel Macron de disolver la organización Levantamientos de la Tierra, esta denunció: “Tras arrojarnos granadas mutiladoras a la cara, afirman que ya no tenemos derecho a existir juntos ni a organizarnos. Ahora pretende disolver una revuelta por todos los medios, incluso deteniendo a activistas en sus casas, como ocurrió el pasado 20 de junio”.
Este fenómeno antidemocrático inició con la disolución de asociaciones musulmanas después de los atentados de 2015 y 2016, con el pretexto de supuestos vínculos de estas asociaciones con grupos terroristas. Esta razón oficial era claramente infundada, pero tenía el objetivo de señalar a la gente musulmana como enemiga de la sociedad. Luego siguió el proceso contra otros sectores.
Recientemente, la Ligue des Droits de l’homme (Liga por los Derechos Humanos) fue amenazada a pesar de ser una asociación muy reconocida en el país. Es en este contexto que el 21 de junio de este año, el Ministro del Interior, Bruno Le Roux, anunció la disolución del movimiento de los “Levantamientos de la Tierra” (Soulèvements de la Terre, SdT).
Los Levantamientos de la Tierra son un movimiento de ecología política y protesta en Francia. Fundado en enero de 2021, el movimiento se opone al acaparamiento de tierras y lucha contra determinados proyectos de desarrollo, tales como los “Mega-Pozos”, los de la multinacional Monsanto y varios proyectos de autopistas, así como la línea de tren de alta velocidad Lyon-Turín.
El movimiento expresó sus reivindicaciones mediante manifestaciones y realizó varias acciones de desobediencia civil y sabotaje de infraestructuras industriales que considera contaminantes.
Agrupa a un centenar de asociaciones y colectivos (sindicatos campesinos de izquierda, asociaciones ambientalistas, grupos anarquistas, movimientos alternativos y algunos partidos pequeños), y a más de 110.000 personas y personalidades públicas que afirman pertenecer al movimiento. Sus acciones públicas logran reunir a muchas personas, llegando a ser espectaculares y con una importante presencia en los medios de comunicación.
El 25 de marzo 2023, los SdT convocaron una gran movilización en contra de los proyectos de “mega-pozos”. Estas consisten en unos reservorios superficiales gigantescos de agua, comparables a unas lagunas artificiales, con el único objetivo de surtir agua para el sector agropecuario en temporadas cada vez más frecuentes y largas de sequía.
Estas reservas de aguas son extraídas de fuentes subterráneas, lo cual seca los pozos de los pequeños productores. El acceso es restringido, ya que son priorizados los grandes monocultivos. La creación de estos pozos, lejos de mitigar los efectos del cambio climático responsable de las sequías, empeoraría muy probablemente la situación, según varios estudios.
La represión francesa
La movilización del 25 de mayo congregó a unas 30.000 personas que realizaron charlas y una marcha hacia el sitio de obras. El Estado movilizó 3.000 policías antimotines con un despliegue más visible que de costumbre. Cuando parte de la marcha intentó acercarse al pozo, el cual estaba vacío y en obra, estalló una confrontación que llenó las redes sociales de imágenes de guerra.
Más de 200 personas resultaron heridas, de las cuales varias quedaron en un grave estado, incluyendo pérdida de manos, ojos, o con la cara definitivamente destruida. Dos personas terminaron en coma.
La policía impidió el paso de las ambulancias que llegaban a atender a las personas heridas y disparó en toda la marcha con balas de gomas y varios tipos de granadas. Mientras que las imágenes de la represión provocaron un escándalo en el país, la respuesta del gobierno francés fue acusar al movimiento como una organización ecoterrorista.
La carta gubernamental del “Eco-terrorismo”
Desde hace varios meses que el Gobierno utiliza el término de “eco-terrorismo” para referirse a los SdT, calificando de terrorismo acciones colectivas sin daños humanos. Esto abre la posibilidad de actuar en el marco legislativo del antiterrorismo, que permite actuar más rápido y con más contundencia en contra de las personas que serían parte del movimiento.
El 20 de junio, 15 personas fueron detenidas durante casi 96 horas por la Subdirección Antiterrorista tras su participación en una protesta en contra de la multinacional cementera Holcim.
Las detenciones se llevaron a cabo con diversos pretextos, algunas en relación con la investigación sobre el desmantelamiento de la fábrica de cemento de la empresa Lafarge en Bouc-Bel-Air, que fue difundida por SdT, y otras en relación con un proceso iniciado a raíz de la manifestación de Sainte-Soline del 25 de marzo, en contra de los mega-pozos.
Estas detenciones ocurrieron en vísperas de la disolución del movimiento SdT y permitieron mantener bajo custodia policial durante 4 días a algunas de las personas citadas en el procedimiento de disolución.
La extrema derecha contra las organizaciones ambientales
Es bastante notable que los movimientos ambientalistas generan en este momento mucha resistencia desde todos los rincones del planeta, y los SdT ofrecen una propuesta para unir a las diferentes fuerzas de oposición en este tema.
La Federación Nacional de Sindicatos Agrícolas (FNSEA) es el principal sindicato agrícola francés (es de ultraderecha) y considera al Movimiento SdT como una amenaza importante para sus actividades.
Para esto, usó su considerable capacidad de presión sobre el Gobierno Nacional para que disolviera la asociación, amenazando con “no poder controlar a sus tropas” en caso de que el gobierno no prohíba la existencia de los SdT.
Lo resumieron en la siguiente declaración: “si no quieren una guerra civil, el gobierno tiene que anunciar su disolución”.
Siguiendo el mismo impulso, la FNSEA presionó al gobierno para que criminalice a la Confederación Campesina, un sindicato campesino de izquierda que forma parte de la Vía Campesina.
Las organizaciones sociales vislumbran que la intención del Gobierno de Macron es derribar a la oposición política del movimiento ambiental.
En su pronunciamiento, el movimiento “Levantamientos de la Tierra” explicó que son un intento de construir una red de luchas locales al mismo tiempo que fomentan un movimiento de resistencia y redistribución de la tierra a mayor escala. Afirman que buscan “establecer una verdadera correlación de fuerzas con miras a arrebatar la tierra de la devastación industrial y comercial”.
El Movimiento SdT dijo: “Somos jóvenes rebeldes que hemos crecido con el desastre ecológico como telón de fondo y la precariedad laboral como único horizonte. Hemos luchado contra la reforma laboral, la violencia policial, el racismo, el sexismo y el apocalipsis climático”.
Agregan además: “Somos campesinas y campesinos. Ya casi no quedan agricultores en Francia. Nos esforzamos por establecer una relación de cuidado cotidiano de la tierra y los seres vivos para alimentar a nuestros semejantes”.
Protestas en Francia
Levantamientos de la Tierra: “Lo que crece en todas partes no puede disolverse”.
Esta frase no es solo una consigna. Esta organización social es una red que cuenta con 110.000 integrantes declarados, 180 comités locales y otras tantas personas implicadas en la vida pública, los colectivos y los sindicatos.
Este movimiento supuestamente prohibido es colectivamente imparable y, aunque está en la mira de las autoridades, tiene arraigo en las regiones, está presente en los lugares de trabajo y en las escuelas, en los graneros y en las trastiendas, incluso están en el corazón mismo de los departamentos gubernamentales.
A pesar de las amenazas del Gobierno francés, esta poderosa organización social propuso una red de resistencia durante los próximos días y semanas: “Vamos a trabajar juntos para hacer que los «Levantamientos de la Tierra» aparezcan de 1.000 maneras diferentes en el espacio público”.
En los próximos días este movimiento realizará acciones en bares, centros sociales, en reuniones abiertas, usando antenas internacionales, inscripciones en las paredes, banderines y fiestas, entre otras actividades.
La conflictividad social sigue en estado máximo en Francia y todo parece indicar que va a continuar en las próximas semanas.
Así lo confirman hechos como que la disolución anunciada por el Gobierno el 21 de junio solamente sirvió para llenar las calles de militantes de esa organización social, el asesinato de Nahel a manos de la policía el 27 de junio produjo motines. Mientras tanto, la lucha contra el decreto que alarga la vida laboral y aplaza las pensiones de la clase trabajadora no ha terminado.
Las izquierda francesa denuncia el comunicado conjunto de Alliance Police National y Unsa Police, que dibuja un escenario «en guerra» después de tres jornadas de disturbios
«No es el momento de la acción sindical, sino de la lucha contra estos “parásitos”», recoge un comunicado conjunto emitido este viernes por los sindicatos de policía franceses Alliance Police Nationale y Unsa Police, en el marco de la cuarta jornada de disturbios tras la muerte del joven Nahel a manos de un agente del suburbio parisino de Nanterre.
«Hoy, la policía está en combate, porque estamos en guerra. Mañana estaremos en resistencia, y el Gobierno tendrá que darse cuenta de ello», subraya la misiva, cuyo contenido ha desatado una oleada de reacciones en redes sociales y críticas procedentes de los sectores de la izquierda francesa.
Personalidades de la izquierda francesa de la talla de Jean-Luc Mélenchon, excandidato presidencial de La Francia Insumisa, o de la secretaria nacional de Europa Ecología Los Verdes (EELV), Marine Tondelier, criticaron a los agentes por el contenido del comunicado, que calificaron como una «amenaza de sedición» y un claro «llamamiento a la guerra civil».
El líder de la izquierda francesa pidió al «poder político» que «tome las riendas de la policía», antes de concluir: «Los que quieren la calma no echan aceite al fuego».
El diputado rebelde François Ruffin también se pronunció en contra de la misiva: «Los sindicatos de policía dicen que están “en guerra”, y preparan la “resistencia”, incluso contra el Gobierno». En este sentido, la ecologista Tondelier tuiteó: «¿Ahora podemos decir que hay un problema estructural en la policía? Este texto es un llamamiento a la guerra civil». Su compañera de filas, Sandrine Rousseau, remató, calificando el comunicado como «una amenaza de sedición».
Pueblos indígenas y comunidades de México y países del mundo como Francia exigieron el pasado 22 de marzo un alto a la sobreexplotación y saqueo del agua por parte de empresas y gobiernos que despojan y mercantilizan el líquido, en el marco de la jornada global por el Día Mundial del Agua.
En la capital del país, integrantes del Congreso Nacional Indígena, de Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes y de la comunidad otomí residente en la Ciudad de México marcharon por avenida Reforma para denunciar el robo de agua a manos de trasnacionales como Bonafont-Danone en Puebla.
A la lucha contra Bonafont se unieron colectivos desde París, Francia, que con una jornada de conciertos, mítines y acciones frente a la sede de la empresa tiraron cientos de botellas «para recordar el papel de la empresa en la superproducción mundial de plástico», así como denunciaron el saqueo de los mantos acuíferos de México y Francia.
«Danone deseca y contamina al planeta», se lee en una manta que los parisinos usaron para protestar contra el corporativo francés en París.
Los pueblos de México también rechazaron los proyectos extractivos que amenazan el abasto de agua, despojan a las comunidades y contaminan los recursos, como las minas, las presas hidroeléctricas, los parques eólicos y las plantas industriales.
Finalmente, exigieron un alto a la criminalización de los defensores del agua en el país, como Miguel López Vega, de Puebla, a quien las autoridades estatales buscan encarcelar una vez más con delitos prefabricados.
La batalla contra la impopular reforma de las pensiones continuó este viernes con la multiplicación de protestas en Francia.
Carreteras cortadas, refinerías paralizadas, escuelas secundarias bloqueadas, toneladas de basura acumuladas en París. La batalla contra la impopular reforma de las pensiones continuó este viernes 17 de marzo con la multiplicación de protestas en Francia tras una polémica adopción.
«Estamos indignados», dijo Soumaya Gentet, sindicalista del supermercado Monoprix y una de las 200 personas que bloquearon durante media hora en la mañana la circunvalación que rodea París. «Aguantaremos hasta la retirada» de la reforma, subrayó.
El presidente liberal Emmanuel Macron decidió adoptar su reforma –cuya medida más simbólica es retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años–, sin someterla al voto de los diputados, al temer una derrota en el Parlamento, en virtud de un mecanismo legal pero controvertido: el artículo 49.3 de la Constitución.
Entre gritos de la oposición y cánticos del himno nacional, La Marsellesa, la primera ministra Élisabeth Borne lo formalizó poco después en la Asamblea Nacional, desatando protestas en Francia que dejaron más de 300 detenidos.
En París, la policía intervino en la noche del jueves 16 de marzo con cargas, gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes congregados en la plaza de la Concordia, cerca de la Asamblea. También se registraron incidentes en Rennes, Nantes y Lyon.
«La oposición es legítima, las manifestaciones son legítimas, el desorden no», aseguró en la radio RTL el ministro del Interior, Gérald Darmanin, refiriéndose a la ola de protestas en Francia y advirtiendo que el gobierno no permitirá la aparición de «manifestaciones espontáneas».
Jean-Luc Mélenchon «alentó» por su parte las «movilizaciones espontáneas»en todo al país, a la espera de la nueva jornada de protestas en Francia, convocadas por los sindicatos el próximo jueves 24 de marzo.
Protestas esporádicas y puntuales se multiplicaron en Francia con el bloqueo de centros de educativos, líneas de ferrocarril y plataformas de reparto de correo. En París, las montañas de basura siguen acumulándose y el gobierno prepara requisas de trabajadores en huelga.
«Los empleados elevaron el tono», dijo Éric Sellini, sindicalista de la CGT en el grupo TotalEnergies, al anunciar la suspensión de la actividad en la refinería de Normandia el fin de semana. Este sector es uno de los más movilizados en las protestas en Francia desde hace más de una semana.
El gobierno de Macron bajo presión por protestas en Francia
El gobierno está bajo presión. Para los observadores, el uso del artículo 49.3, en lugar de someter su plan a votación, es un «fracaso» y simboliza la «debilidad» de Macron, que se juega con esta reforma su capacidad de actuar durante su segundo mandato.
«El presidente podría salvar los muebles anunciando que la ley será derogada tras esta adopción antidemocrática. Pero no es propio de él escuchar a los franceses», reza el editorial del diario de izquierda Libération.
«No es un fracaso», dijo el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, a los medios RMC y BFMTV. «Nuestra vocación es continuar gobernando», abundó en la radio France Inter el vocero del gobierno, Olivier Véran.
La primera ministra aparece muy debilitada, tras defender durante meses el diálogo con la oposición para intentar aprobar esta reforma. Dos de cada tres franceses se oponen, de ahi la fuerza de las protestas en Francia.
Marine Le Pen, cuyo partido sale reforzado en los sondeos del conflicto social, ya anunció la presentación de una moción de censura contra el gobierno, la única manera de tumbar también la reforma.
El presidente de su partido Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, llamó a todos los diputados a apoyarla y aseguró que al mandatario liberal de 45 años «le produce un placer malsano organizar el caos en el país».
Sin embargo, la moción de censura que podría recabar el máximo apoyo es la anunciada por un grupo de diputados independientes, LIOT, que podría atraer a la izquierda y la ultraderecha, así como a los diputados desencantados de Los Republicanos (derecha).
El presidente de este partido, Éric Ciotti, indicó que no apoyarán la moción de censura contra un gobierno con el que negociaron la reforma. Sin embargo, algunos diputados, como Aurélien Pradié, indicaron en cambio que se lo pensarán, volviendo incierto el voto la próxima semana.
Avec des chiffres de grève et de participation aux manifestations très importants, en particulier le 19 janvier, la participation des personnels de l’éducation à la lutte contre la réforme des retraites n’est plus à démontrer, même si le secteur semble encore douter, à tort, du rôle qu’il peut jouer pour gagner contre Macron.
Même si pour la grande majorité des profs, dans le calcul actuel de la retraite, il faudrait aller jusqu’à 67 ans voire plus pour avoir une retraite complète, le rejet du recul de l’âge de départ de 62 à 64 ans est tout aussi profond qu’ailleurs. Il est l’expression d’un ras-le-bol qui englobe aussi la dégradation des conditions de travail, en accélération ces dernières années. Et les annonces de NDiaye, qui place sa politique dans la lignée de son prédécesseur, augmentent encore ce ras-le-bol. L’augmentation annoncée de 10 % pour touTEs s’éloigne chaque jour un peu plus tel un mirage dans le désert, et les déclarations sur le « pacte » montrent qu’il s’agit bien de dépoussiérer la vieille arnaque du « travailler (beaucoup) plus pour gagner (un peu) moins ». À ce jeu-là, on peut se demander si le ministre n’a pas surestimé la capacité d’encaissement d’une profession déjà largement pressurée.
Ancrer la grève reconductible dans les faits
Pour toutes ces raisons, le 7 mars a d’ores et déjà toutes les chances d’être une journée très forte dans l’Éducation nationale. L’enjeu maintenant est de voir au-delà, afin de vraiment déstabiliser la machine macronienne. Cela passe par l’impulsion d’une grève reconductible, dès le 8 mars qui a une signification très forte dans une profession aussi féminisée, mais aussi le jeudi 9 avec la jeunesse, afin d’ancrer la grève reconductible dans les faits, aux côtés d’autres secteurs comme les transports.
Il y aura pour cela quelques blocages à dépasser dans les jours qui viennent. La colère est présente, mais la conviction que l’on peut gagner et, surtout, que les travailleurs de l’Éducation ont le pouvoir de jouer un rôle déterminant dans le mouvement est encore largement à construire. Convaincre que nous pouvons gagner passe par la reconstruction d’une capacité d’action en partant du plus concret comme les banderoles d’établissement, les affiches, les tracts locaux, jusqu’aux AG de lutte. Cela se fera aussi en reliant cette lutte à celles qui nous ont permis de gagner par le passé. En 1995, en 2006 et en 2019, nous les avons fait reculer ! Ainsi qu’en s’inspirant des luttes victorieuses contre les expulsions d’élèves sans-papiers qui ont largement mobilisé les écoles avec des occupations.
L’Éducation nationale peut être un secteur « bloquant »
La période du confinement a fait la démonstration claire et sans appel de l’impact dans la société d’une fermeture des écoles, mais aussi des collèges et des lycées. Au-delà, le maillage des quartiers par nos établissements et la concentration de travailleurEs que nous représentons à cette échelle permettent d’envisager une territorialisation des actions de blocage et de visibilisation dans le sens d’une « gilet jaunisation » de la mobilisation (blocages et tractages aux ronds-points, réunions publiques de quartier en lien avec les parents, occupations d’écoles pour en faire des lieux d’organisation, etc.).
Après cinq ans d’un Blanquer autoritaire qui a imposé sa loi, les profs, et plus largement tout notre camp social, nous avons besoin d’une victoire afin de retrouver la confiance dans notre propre force. En 2023 c’est possible !
Éxito de la tercera jornada de movilización nacional.
La tercera gran jornada de movilización sindical en toda Francia del martes 7 de febrero 2023 se ha desarrollado con éxito, siendo la participación de la misma amplitud que el pasado 19 de enero. Dos millones de manifestantes en más de doscientas ciudades a lo largo y lo ancho del país. Algo inferior a la jornada del 31 de enero (2’8 millones), y en espera de la cuarta jornada anunciada para el próximo sábado 11 de febrero que se espera igualmente masiva.
Lo más significativo de este poderoso movimiento de protesta frente a esa contrarreforma de las pensiones, que la mayoría de los franceses consideran injusta e innecesaria, es que el nivel de participación en huelgas y manifestaciones se mantiene y se amplifica con el paso de los días en todo el territorio nacional y no solo en las grandes ciudades. En el parlamento, en la calle, en las empresas, en los liceos y universidades continúa la movilización con evidente determinación.
Por el momento la unidad sindical se mantiene intacta en su oposición a la contrarreforma de las pensiones, pero en los próximos días los sindicatos deberán dar un paso más allá en la extensión de la huelga general, si quieren obligar al gobierno a retirar su proyecto.
Macron han declarado una guerra social e ideológica a la mayoría de los franceses que se oponen a su contrarreforma. En este pulso social, la masiva movilización popular en las manifestaciones deberá ir acompañada de una huelga general interprofesional generalizada para llevar a la razón a la organización patronal, que será en último termino quien dicte su conducta responsable o irresponsable al jefe del Estado.
La movilización de los estudiantes será también importante en los próximos días en las universidades y liceos. Por el momento quince facultades universitarias han sido bloqueadas, y doscientos liceos se han movilizado para protestar contra el proyecto de Macron. La violenta represión policial contra los estudiantes esta semana pasada muestra bien que el gobierno teme particularmente esa extensión de la protesta popular a la juventud.
En el parlamento los diputados de izquierdas (NUPES, nueva unión popular ecológica y social), ganan cada día la batalla de la comunicación frente a un gobierno minoritario incapaz de justificar razonablemente un proyecto que pretende hacer trabajar dos años más a los franceses, siendo los más penalizados las mujeres y los trabajos penosos. En cuanto al voto del parlamento si tiene lugar, todo dependerá del apoyo que el minoritario Macron obtenga en las filas de la derecha y de la extrema derecha.
La intervención de Rakel Keke, parlamentaria franco marfileña de la NUPES (dirigente de una huelga histórica de las mujeres de la limpieza en el ibis de Batignolles en Paris) que pueden escuchar en internet, ha marcado con emoción los debates en la Asamblea Nacional. Dirigiéndose a la minoría gubernamental ha subrayado: «los ministros que quieren que los franceses trabajen dos años más y defienden la contrarreforma de las pensiones de Macron, no saben lo que es un trabajo penoso, porque nunca lo han vivido. Ustedes no tienen el derecho de poner de rodillas a la gente que mantiene Francia de pie (Vous n’avez pas le droit de mettre à genoux les gens qui tienent la France debut».
La diputada de Francia Insumisa ha concluido su intervención con el puño en alto afirmando: «¡ Votaremos contra vuestra reforma en el parlamento y en la calle !» y una nutrida ovación acogió su intervención en los escaños de la izquierda parlamentaria.
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