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Grecia: La precocidad, clave de la alfabetizació

Agosto del 2017/http://es.unesco.org

Cada 8 de septiembre, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, recuerdo a las mujeres iletradas de mi infancia. Hace unas pocas décadas, en mi Grecia natal la pobreza y los conflictos étnicos eran profundos y causaban a la educación los mismos problemas que hoy.

En el decenio de 1930, cuando era raro que las niñas del campo fueran a la escuela, mis dos tías contrataron en Atenas a una joven campesina. Como eran maestras, le enseñaron concienzudamente a leer la ortografía griega, que es relativamente coherente. María aprendió las letras, pero nunca supo distinguir otra cosa que palabras aisladas. Terminó renunciando. Cuidó a niños que estudiaron, pero se fue iletrada de este mundo, cumplidos los 90 años.

Los conflictos étnicos y los desplazamientos privaron a mi tía paterna de escolaridad. Su familia huyó de Turquía a Grecia en 1922, sus padres murieron, y ella nunca fue a la escuela. Con cuarenta años cumplidos, aprendió los rudimentos de la lectura de su hija, que era docente. Vivió la mitad de su vida en una gran ciudad, rodeada de inscripciones. Cuando tenía 97 años examiné sus conocimientos y comprobé que solo reconocía las mayúsculas con muchas vacilaciones. A lo sumo podía leer el nombre de las líneas de autobús.

Sofía, que me crió, alcanzó un nivel muy diferente. Huida de Turquía también en 1922, comenzó la escuela primaria antes de acabar huérfana y sin hogar. Ella fue quien me ayudó cuando aprendí a leer. Leía nuestros manuales escolares con voz vacilante, haciéndonos reír. Pero como lograba leer frases enteras, continuó practicando y mejorando. Al final de su vida, se ponía las gafas, abría el periódico y le leía las noticias a mi madre.

Dislexia adulta

© Radu Dumitrescu

Muchos años después, siendo especialista en educación del Banco Mundial, examiné varios proyectos de alfabetización de adultos con el fin de evaluarlos. A pesar de los esfuerzos de gobiernos y ONG en materia de alfabetización de adultos en los años 1980 y 1990, las situaciones descritas en los informes me recordaron imágenes de mi niñez. En Bangladesh, después de haber estudiado un año entero, los estudiantes apenas balbuceaban. En Burkina Faso, al final de la formación, los adultos se detenían en cada palabra y les costaba descifrar incluso su propia escritura. Sin embargo, todos aquellos que habían ido a clase en la infancia, aunque fuera brevemente, leían con facilidad, igual que Sofía. El contraste era sorprendente.

No sólo leen con dificultad los adultos que no han estudiado. Los extranjeros educados que aprenden un idioma cuyo alfabeto es diferente del propio experimentan los mismos problemas. Un investigador o un trabajador humanitario “occidental” que haya vivido durante décadas en Etiopía o Bangladesh y hable el idioma local con fluidez quizá lo lea toda su vida como un niño de primer grado. Se enfrenta a una maraña de letras que debe desentrañar una a una. Puede que la lectura le resulte demasiado tediosa y entonces la evita.

Estos hechos ilustran un fenómeno singular que puede denominarse “dislexia del adulto neoalfabetizado”. Al parecer, se hace significativo a los 19 años y probablemente nos afecta a todos. Los estudiantes universitarios que deben aprender un nuevo alfabeto después de los 18 años leen lentamente y durante décadas tienen dificultades para descifrar un texto. Varios estudios cognitivos y neurocientíficos muestran dificultades de lectura persistentes entre los adultos. La dislexia de los adultos puede explicar en parte los malos resultados de los programas de alfabetización de adultos en todo el mundo. Pero ha pasado desapercibida. Los educadores atribuyen estos fracasos a problemas sociales, falta de motivación de los alumnos o a defectos de organización. Sin duda, estos factores deben tomarse en cuenta, pero los resultados son igual de decepcionantes en alumnos tenaces. Y como esta extraña dislexia permanece invisible, es poca la investigación directa que se le ha dedicado.

Pero, ¿qué es una lectura fluida?, y ¿por qué es importante? Percibida como un banal rito de paso de la niñez, requiere no obstante cambios cerebrales específicos.

“Vacunar” contra el analfabetismo a los niños

La lectura es el resultado del aprendizaje perceptivo; durante los primeros milisegundos, está desconectada de toda comprensión. Con la práctica, el cerebro aprende a reunir y descifrar al mismo tiempo el contorno de las letras. Lo hace más eficazmente cuando ha aprendido los símbolos por separado, insistiendo en las analogías formales. La práctica combina unidades pequeñas en unidades más grandes. Aprender algunos alfabetos y sistemas ortográficos requiere más tiempo que otros. Pero en todas las culturas, de Francia a China, el hombre utiliza las mismas estructuras cerebrales para leer.

En un primer momento, el alumno descodifica las letras por separado mediante un esfuerzo consciente. Después de docenas de horas de ejercicio, este tratamiento migra a una parte del cerebro que reconoce las palabras como si se tratara de rostros. A continuación, basta un vistazo para descifrar una secuencia de letras, como si fueran los rasgos de un rostro. Al mismo tiempo, la lectura se convierte en fácil, automática. No podemos ya dejar de leer, del mismo modo que no podemos dejar de reconocer los rostros de las personas que conocemos. La velocidad así alcanzada es de 45 a 60 palabras por minuto.

Con el aprendizaje perceptivo, el hombre puede aprender a reconocer una huella, la notación musical, los números, las ecuaciones matemáticas, las constelaciones o los signos tempranos del tiempo que va a hacer. Y puesto que esa función visual se adquiere y se ejerce con regularidad, permanece en la memoria. Podemos pues “inmunizar” a los niños contra el analfabetismo.

Curiosamente, no es necesario conocer un idioma o su escritura para poder leerlo de corrido. Con fines religiosos, millones de niños de todo el mundo aprenden a leer textos en un idioma que les es desconocido y cuya escritura difiere de la de su lengua nacional. El aprendizaje es mucho más fácil cuando existe correspondencia entre las letras y los fonemas, como en español o hindi, a diferencia del inglés o el jemer, cuyas ortografías no son coherentes. Pero para comprender un texto tiene que haber fluidez: las presiones de la memoria a corto plazo requieren velocidad. Un adulto educado lee de 250 a 350 palabras por minuto.

Los niños que abandonan la escuela después de haber adquirido esa automaticidad son capaces de leer las inscripciones presentes por su entorno y de ejercitarse lo suficiente como para mantener y mejorar sus habilidades de lectura. Tal fue el caso de Sofía, mi ama de llaves. Pero si salen de la escuela sin ser capaces de leer con fluidez, el descifrar letra por letra se hace demasiado tedioso. Como María y mi tía paterna, pueden pasar ante un cartel o el nombre de una calle sin poder leerlos.

Por desgracia, esta capacidad de automatizar la lectura de un gran número de símbolos tiene una vida limitada. Algunos circuitos neuronales subyacentes a la percepción tienen períodos sensibles y experimentan en la adolescencia una desaceleración gradual. Si el proceso de automatización se interrumpe durante varios años, el niño puede perder un tiempo valioso que ya no podrá volver a recuperar.

La fluidez debe adquirirse antes de los 18 años

El desplazamiento masivo de refugiados en el siglo XXI ha provocado una grave crisis de analfabetismo. Muchos niños han visto sus estudios interrumpidos en una edad crucial. Trasplantados de Siria a Grecia y a Alemania, tal vez nunca automatizarán el conocimiento perceptivamente exigente de los caracteres árabes. Para algunos, la ruptura, sin duda, será definitiva. Y el exilio no es la única amenaza que pesa sobre la alfabetización de los niños. Los países de bajos ingresos han ampliado sus sistemas escolares sin saber bien cómo enseñar a los desfavorecidos, produciendo una generación de analfabetos escolarizados. Esta situación se ve agravada por el uso del inglés o del francés, de ortografía compleja. Por lo que un gran número de estudiantes africanos son capaces, a lo sumo, de descifrar algunas letras o palabras en ambos idiomas. Algunos asistirán de adultos a clases de alfabetización, pero según el Banco Mundial es probable que sea demasiado tarde para que puedan adquirir los automatismos necesarios.

Estas realidades neurológicas también tienen implicaciones para los Objetivos de Desarrollo Sostenible(link is external). Según el ODS 4.6, de aquí al año 2030 los gobiernos deben garantizar que todos los jóvenes y una considerable proporción de hombres y mujeres adultos puedan leer, escribir y contar. Para facilitar el aprendizaje y apoyar a los maestros en su tarea, debe existir una implicación de la investigación neurocognoscitiva.

Activar la función del aprendizaje perceptivo no requiere actividades pedagógicas especialmente elaboradas. Los docentes deben enseñar las analogías grafofonológicas y multiplicar, debidamente comentados, los ejercicios en clase. El ejercicio práctico ayuda a vincular las unidades pequeñas a las grandes, las palabras y las frases. Es esencial usar libros voluminosos o una gran cantidad de libros para facilitar el desarrollo de la competencia de reconocimiento “facial”. Los libros deben estar impresos en letras grandes y espaciadas para satisfacer las necesidades visuales del cerebro. La escritura apoya la lectura, debemos pues adquirir vocabulario para comprender los textos. Como el proceso de lectura es universal, de 45 a 60 palabras pueden ser el criterio aproximativo del automatismo en casi todos los idiomas y alfabetos. Para que el niño aprenda por los textos el placer de la lectura esta velocidad debe alcanzarse a fines del segundo grado.

Los donantes y los gobiernos reciben una gran cantidad de consejos confusos en materia de lectura. Los métodos tradicionales de aprendizaje letra por letra, más adaptados al funcionamiento del cerebro, se han sustituido por un enfoque global de las actividades del lenguaje que refleja los puntos de vista de la clase media. Esto puede tener graves consecuencias para los pobres. Los alumnos de lenguas gráficamente coherentes pueden desde el primer año progresar en lectura lo suficiente como para resistir a las interrupciones ulteriores de la escolaridad. Esto era posible con los antiguos silabarios. Pero la introducción de métodos “modernos” ralentiza este proceso y expone a los escolares a los imponderables de la vida, así como al riesgo de convertirse en analfabetos funcionales.

El Día Internacional de la Alfabetización nos recuerda que debemos asegurar la automaticidad desde la infancia. Como esta función tiene un límite temporal, es preciso que a los 18 años a más tardar todos los niños lean con soltura en uno o más alfabetos. En el futuro, puede que la investigación biomédica mitigue este fenómeno neurológico, pero de aquí a 2030 el objetivo es claro. Las guerras y los desplazamientos de poblaciones parecen ser inherentes a la evolución humana, y la comunidad educativa debería estar dispuesta para afrontar estos fenómenos. Los gobiernos y los donantes deben aplicar las investigaciones existentes para la adquisición de la automatización desde el primer año de escuela. Así, si una emergencia llegara a interrumpir el proceso educativo, los adultos tendrán un futuro similar al de Sofía, y no al de María.

Helen Abadzi

Helen Abadzi (Grecia) es psicóloga e investigadora en la Universidad de Texas (Arlington, EE.UU.). Trabajó durante 27 años como especialista principal de educación en el Banco Mundial. Sus investigaciones se basan en la psicología cognitiva y la neurociencia para mejorar los resultados de las inversiones en educación. Desde 2015 hasta junio de 2017 fue uno de los cinco miembros del jurado de los Premios Internacional de Alfabetización de la UNESCO. En 2016 presidió este organismo.

Fuente: http://es.unesco.org/courier/2017-julio-septiembre/precocidad-clave-alfabetizacion

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/1cTraSp-nWhWmBbHKokiQHq_Hkqg612qKAVgVZWvVxZYHgDPawwieFCUcOOsLRjdYdk_qQ=s85

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Alumnos asturianos y griegos se unen a través de las leyendas y las TIC

24 agosto 2017/Fuente: Educacion Tres Punto Cero

Desde hace ya varios años, el IES David Vázquez Martínez, en Pola de Laviana, Asturias, realiza su proyecto eTwinning, permitiendo a sus alumnos trabajar con jóvenes de otros países. ¡Ana Isabel García Espina, docente del centro y responsable del proyecto ‘Legends’, nos lo cuenta!.

etwinning‘Legends’ es el tercer proyecto eTwinning que realizo con María Vassilopoulou, docente de un instituto de la localidad de Acharnes, en Attiki, Grecia. En esta ocasión, nos dirigimos a alumnos de 4º de ESO, sin experiencia previa en estas actividades. Para su desarrollo, partimos de tres leyendas británicas, como lanzadera para abordar un sinfín de actividades creativas e innovadoras. Los objetivos que perseguíamos eran aumentar la dimensión europea del centro, potenciar la creatividad tanto en alumnos como en profesores, mejorar sus destrezas y competencias, utilizar recursos TIC, estimular el pensamiento crítico y la resolución de problemas de modo colaborativo, incrementar la seguridad y autoestima e enriquecer culturalmente la vida de nuestro centro.

Equipos transnacionales

A través del twinspace —un espacio común facilitado por eTwinning— realizamos diversas actividades por equipos, la mayoría compuestos por un alumno español y dos griegos. Por ejemplo, se llevó a cabo la presentación personal a través de Word on line, la cual después sus compañeros tuvieron que analizar y convertir en presentación oral y/o escrita. Para ello, se utilizaron distintas herramientas como TagxedoPadlet Aurasma, para la grabación de vídeo, audio e incluso realidad aumentada.

etwinning

Otra actividad fue la denominada ‘Criaturas fantásticas’, que dio lugar a descripciones y dibujos que después se compartieron con otros compañeros del centro. De igual modo, se retó a los alumnos a resolver misterios a través de la utilización de códigos QR. También se trataron varios temas relacionados con el mundo de las leyendas, en las que los alumnos de ambos centros aportaron su opinión y plasmaron sus ideas para posteriormente llevarlos a debate. Y, por último, crearon una leyenda a partir de Storybird, una herramienta de escritura en conjunto. Los equipos vivieron con gran intensidad este ejercicio, observando cómo alguno de sus compañeros daba giros inesperados a su historia, mientras ellos desesperadamente intentaban controlarlo.

etwinningLa evaluación corrió a cargo de los alumnos, quienes a lo largo de todo el proyecto tuvieron que pararse a reflexionar sobre cada tarea realizada y observar su grado de satisfacción, no sólo pensando en el resultado sino también en el proceso.

 

En definitiva, ‘Legends’ nos dio la oportunidad de utilizar una gran diversidad de aplicaciones y programas, aprendiendo a valorar la tecnología como algo útil y no solo como un elemento de ocio.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/alumnos-asturianos-griegos-leyendas/52354.html

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La precocidad, clave de la alfabetización.

En momentos en que el éxodo masivo de refugiados trastorna la
escolarización de decenas de miles de niños, la especialista en educación Helen Abadzi –
cuyos trabajos contribuyeron a que el dominio de la lectura desde el inicio de la primaria sea
hoy una prioridad internacional de primer orden– aboga con fervor por una “vacunación” precoz de
los niños contra el analfabetismo, antes de los 18 años.

Por:Unesco.

Cada 8 de septiembre, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, recuerdo a las mujeres iletradas de mi infancia. Hace unas pocas décadas, en mi Grecia natal la pobreza y los conflictos étnicos eran profundos y causaban a la educación los mismos problemas que hoy.

En el decenio de 1930, cuando era raro que las niñas del campo fueran a la escuela, mis dos tías contrataron en Atenas a una joven campesina. Como eran maestras, le enseñaron concienzudamente a leer la ortografía griega, que es relativamente coherente. María aprendió las letras, pero nunca supo distinguir otra cosa que palabras aisladas. Terminó renunciando. Cuidó a niños que estudiaron, pero se fue iletrada de este mundo, cumplidos los 90 años.

Los conflictos étnicos y los desplazamientos privaron a mi tía paterna de escolaridad. Su familia huyó de Turquía a Grecia en 1922, sus padres murieron, y ella nunca fue a la escuela. Con cuarenta años cumplidos, aprendió los rudimentos de la lectura de su hija, que era docente. Vivió la mitad de su vida en una gran ciudad, rodeada de inscripciones. Cuando tenía 97 años examiné sus conocimientos y comprobé que solo reconocía las mayúsculas con muchas vacilaciones. A lo sumo podía leer el nombre de las líneas de autobús.

Sofía, que me crió, alcanzó un nivel muy diferente. Huida de Turquía también en 1922, comenzó la escuela primaria antes de acabar huérfana y sin hogar. Ella fue quien me ayudó cuando aprendí a leer. Leía nuestros manuales escolares con voz vacilante, haciéndonos reír. Pero como lograba leer frases enteras, continuó practicando y mejorando. Al final de su vida, se ponía las gafas, abría el periódico y le leía las noticias a mi madre.

Dislexia adulta

© Radu Dumitrescu

Muchos años después, siendo especialista en educación del Banco Mundial, examiné varios proyectos de alfabetización de adultos con el fin de evaluarlos. A pesar de los esfuerzos de gobiernos y ONG en materia de alfabetización de adultos en los años 1980 y 1990, las situaciones descritas en los informes me recordaron imágenes de mi niñez. En Bangladesh, después de haber estudiado un año entero, los estudiantes apenas balbuceaban. En Burkina Faso, al final de la formación, los adultos se detenían en cada palabra y les costaba descifrar incluso su propia escritura. Sin embargo, todos aquellos que habían ido a clase en la infancia, aunque fuera brevemente, leían con facilidad, igual que Sofía. El contraste era sorprendente.

No sólo leen con dificultad los adultos que no han estudiado. Los extranjeros educados que aprenden un idioma cuyo alfabeto es diferente del propio experimentan los mismos problemas. Un investigador o un trabajador humanitario “occidental” que haya vivido durante décadas en Etiopía o Bangladesh y hable el idioma local con fluidez quizá lo lea toda su vida como un niño de primer grado. Se enfrenta a una maraña de letras que debe desentrañar una a una. Puede que la lectura le resulte demasiado tediosa y entonces la evita.

Estos hechos ilustran un fenómeno singular que puede denominarse “dislexia del adulto neoalfabetizado”. Al parecer, se hace significativo a los 19 años y probablemente nos afecta a todos. Los estudiantes universitarios que deben aprender un nuevo alfabeto después de los 18 años leen lentamente y durante décadas tienen dificultades para descifrar un texto. Varios estudios cognitivos y neurocientíficos muestran dificultades de lectura persistentes entre los adultos. La dislexia de los adultos puede explicar en parte los malos resultados de los programas de alfabetización de adultos en todo el mundo. Pero ha pasado desapercibida. Los educadores atribuyen estos fracasos a problemas sociales, falta de motivación de los alumnos o a defectos de organización. Sin duda, estos factores deben tomarse en cuenta, pero los resultados son igual de decepcionantes en alumnos tenaces. Y como esta extraña dislexia permanece invisible, es poca la investigación directa que se le ha dedicado.

Pero, ¿qué es una lectura fluida?, y ¿por qué es importante? Percibida como un banal rito de paso de la niñez, requiere no obstante cambios cerebrales específicos.

“Vacunar” contra el analfabetismo a los niños

La lectura es el resultado del aprendizaje perceptivo; durante los primeros milisegundos, está desconectada de toda comprensión. Con la práctica, el cerebro aprende a reunir y descifrar al mismo tiempo el contorno de las letras. Lo hace más eficazmente cuando ha aprendido los símbolos por separado, insistiendo en las analogías formales. La práctica combina unidades pequeñas en unidades más grandes. Aprender algunos alfabetos y sistemas ortográficos requiere más tiempo que otros. Pero en todas las culturas, de Francia a China, el hombre utiliza las mismas estructuras cerebrales para leer.

En un primer momento, el alumno descodifica las letras por separado mediante un esfuerzo consciente. Después de docenas de horas de ejercicio, este tratamiento migra a una parte del cerebro que reconoce las palabras como si se tratara de rostros. A continuación, basta un vistazo para descifrar una secuencia de letras, como si fueran los rasgos de un rostro. Al mismo tiempo, la lectura se convierte en fácil, automática. No podemos ya dejar de leer, del mismo modo que no podemos dejar de reconocer los rostros de las personas que conocemos. La velocidad así alcanzada es de 45 a 60 palabras por minuto.

Con el aprendizaje perceptivo, el hombre puede aprender a reconocer una huella, la notación musical, los números, las ecuaciones matemáticas, las constelaciones o los signos tempranos del tiempo que va a hacer. Y puesto que esa función visual se adquiere y se ejerce con regularidad, permanece en la memoria. Podemos pues “inmunizar” a los niños contra el analfabetismo.

Curiosamente, no es necesario conocer un idioma o su escritura para poder leerlo de corrido. Con fines religiosos, millones de niños de todo el mundo aprenden a leer textos en un idioma que les es desconocido y cuya escritura difiere de la de su lengua nacional. El aprendizaje es mucho más fácil cuando existe correspondencia entre las letras y los fonemas, como en español o hindi, a diferencia del inglés o el jemer, cuyas ortografías no son coherentes. Pero para comprender un texto tiene que haber fluidez: las presiones de la memoria a corto plazo requieren velocidad. Un adulto educado lee de 250 a 350 palabras por minuto.

Los niños que abandonan la escuela después de haber adquirido esa automaticidad son capaces de leer las inscripciones presentes por su entorno y de ejercitarse lo suficiente como para mantener y mejorar sus habilidades de lectura. Tal fue el caso de Sofía, mi ama de llaves. Pero si salen de la escuela sin ser capaces de leer con fluidez, el descifrar letra por letra se hace demasiado tedioso. Como María y mi tía paterna, pueden pasar ante un cartel o el nombre de una calle sin poder leerlos.

Por desgracia, esta capacidad de automatizar la lectura de un gran número de símbolos tiene una vida limitada. Algunos circuitos neuronales subyacentes a la percepción tienen períodos sensibles y experimentan en la adolescencia una desaceleración gradual. Si el proceso de automatización se interrumpe durante varios años, el niño puede perder un tiempo valioso que ya no podrá volver a recuperar.

La fluidez debe adquirirse antes de los 18 años

El desplazamiento masivo de refugiados en el siglo XXI ha provocado una grave crisis de analfabetismo. Muchos niños han visto sus estudios interrumpidos en una edad crucial. Trasplantados de Siria a Grecia y a Alemania, tal vez nunca automatizarán el conocimiento perceptivamente exigente de los caracteres árabes. Para algunos, la ruptura, sin duda, será definitiva. Y el exilio no es la única amenaza que pesa sobre la alfabetización de los niños. Los países de bajos ingresos han ampliado sus sistemas escolares sin saber bien cómo enseñar a los desfavorecidos, produciendo una generación de analfabetos escolarizados. Esta situación se ve agravada por el uso del inglés o del francés, de ortografía compleja. Por lo que un gran número de estudiantes africanos son capaces, a lo sumo, de descifrar algunas letras o palabras en ambos idiomas. Algunos asistirán de adultos a clases de alfabetización, pero según el Banco Mundial es probable que sea demasiado tarde para que puedan adquirir los automatismos necesarios.

Estas realidades neurológicas también tienen implicaciones para los Objetivos de Desarrollo Sostenible(link is external). Según el ODS 4.6, de aquí al año 2030 los gobiernos deben garantizar que todos los jóvenes y una considerable proporción de hombres y mujeres adultos puedan leer, escribir y contar. Para facilitar el aprendizaje y apoyar a los maestros en su tarea, debe existir una implicación de la investigación neurocognoscitiva.

Activar la función del aprendizaje perceptivo no requiere actividades pedagógicas especialmente elaboradas. Los docentes deben enseñar las analogías grafofonológicas y multiplicar, debidamente comentados, los ejercicios en clase. El ejercicio práctico ayuda a vincular las unidades pequeñas a las grandes, las palabras y las frases. Es esencial usar libros voluminosos o una gran cantidad de libros para facilitar el desarrollo de la competencia de reconocimiento “facial”. Los libros deben estar impresos en letras grandes y espaciadas para satisfacer las necesidades visuales del cerebro. La escritura apoya la lectura, debemos pues adquirir vocabulario para comprender los textos. Como el proceso de lectura es universal, de 45 a 60 palabras pueden ser el criterio aproximativo del automatismo en casi todos los idiomas y alfabetos. Para que el niño aprenda por los textos el placer de la lectura esta velocidad debe alcanzarse a fines del segundo grado.

Los donantes y los gobiernos reciben una gran cantidad de consejos confusos en materia de lectura. Los métodos tradicionales de aprendizaje letra por letra, más adaptados al funcionamiento del cerebro, se han sustituido por un enfoque global de las actividades del lenguaje que refleja los puntos de vista de la clase media. Esto puede tener graves consecuencias para los pobres. Los alumnos de lenguas gráficamente coherentes pueden desde el primer año progresar en lectura lo suficiente como para resistir a las interrupciones ulteriores de la escolaridad. Esto era posible con los antiguos silabarios. Pero la introducción de métodos “modernos” ralentiza este proceso y expone a los escolares a los imponderables de la vida, así como al riesgo de convertirse en analfabetos funcionales.

El Día Internacional de la Alfabetización nos recuerda que debemos asegurar la automaticidad desde la infancia. Como esta función tiene un límite temporal, es preciso que a los 18 años a más tardar todos los niños lean con soltura en uno o más alfabetos. En el futuro, puede que la investigación biomédica mitigue este fenómeno neurológico, pero de aquí a 2030 el objetivo es claro. Las guerras y los desplazamientos de poblaciones parecen ser inherentes a la evolución humana, y la comunidad educativa debería estar dispuesta para afrontar estos fenómenos. Los gobiernos y los donantes deben aplicar las investigaciones existentes para la adquisición de la automatización desde el primer año de escuela. Así, si una emergencia llegara a interrumpir el proceso educativo, los adultos tendrán un futuro similar al de Sofía, y no al de María.

Fuente: http://es.unesco.org/courier/2017-julio-septiembre/precocidad-clave-alfabetizacion

Imagen: http://es.unesco.org/sites/default/files/styles/img_688x358/public/courier/photos/cou_02_17_news_literacy_02.jpg?itok=NXEOjsDm

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Ser griego

Por: Uri Avnery

Todo el mundo ha expresado a estas alturas su opinión sobre la crisis griega, tenga o no una, de modo que siento la obligación de expresar también la mía.

La crisis es algo inmensamente complicado. Sin embargo, a mí me parece bastante simple.

Los griegos gastaron más de lo que ganaban. Los acreedores, en su increíble desfachatez, quieren recuperar su dinero. Los griegos no tienen dinero y, de todos modos, su orgullo no les permite pagar.

Entonces, ¿qué hacer? Todos los comentaristas, desde los economistas laureados con el Nobel hasta mi taxista de Tel Aviv, tienen una solución. Por desgracia, nadie los escucha.

Angela Merkel y Alexis Tsipras siguen combatiendo la Segunda Guerra Mundial. Pero las relaciones entre las dos naciones jugaron un papel en mi familia mucho antes de eso.

Cuando era niño, mi padre era alumno de una escuela secundaria alemana «humanista». En aquellas escuelas los alumnos aprendían latín y griego clásico en lugar de inglés y francés. Así que escuché refranes latinos y griegos antes de ir a la escuela y de comenzar estudiar yo mismo latín durante medio año, antes de que afortunadamente saliéramos de Alemania para Palestina en 1933.

Los alemanes cultos admiraban a los romanos. Los romanos eran gente de principios rectos que hacían leyes y las obedecían, casi como los propios alemanes.

A los alemanes les encantaban los antiguos griegos, y los despreciaban. Como dijo su poeta más importante, Wolfgang von Goethe: «Das Griechenvolk, es taugte nie recht viel» (el pueblo griego nunca valió gran cosa).

Los griegos inventaron la libertad, algo con lo que los antiguos hebreos ni siquiera soñaron. Los griegos inventaron la democracia. En Atenas, todo el mundo (excepto los esclavos, las mujeres, los bárbaros y otra gente inferior) participaba en los debates públicos y en la toma de decisiones. Eso no les deja mucho tiempo para trabajar.

Así era como los veía mi padre, y así los ven ahora los alemanes decentes. Gente agradable para codearse con ellos en vacaciones, pero no gente seria para hacer negocios. Demasiado perezosos. Demasiado hedonistas.

Sospecho que estas actitudes arraigadas influyen en las opiniones de los líderes y votantes alemanes actuales. Ciertamente, influyen en las actitudes de los líderes y votantes griegos hacia Alemania. ¡Al diablo con ellos y su obsesión por la ley y el orden!

He estado varias veces en Grecia, y siempre me agradó su gente.

A mi esposa Rachel le encantaba la isla de Hydra y me llevó a visitarla. Encontrar un barco para ir hasta allí desde El Pireo fue toda una odisea. Eso era, por supuesto, antes de la llegada de Internet. Cada agencia marítima tenía un horario para sus barcos, pero no existía un horario general. Eso habría sido demasiado ordenado, demasiado alemán. (Si El Pireo hubiera sido Haifa habría habido una lista integral de horarios colgada en el escaparate de cada tienda.)

Fui invitado a participar en varias conferencias internacionales en Atenas. Una de ellas la presidió la maravillosa Melina Mercouri, tan inteligente y hermosa, a la sazón ministra del gabinete. Era una conferencia sobre cultura mediterránea y estuvo aderezada con un montón de buena comida y bailes folclóricos. En cierta ocasión actué como anfitrión de Mikis Theodorakis en Tel Aviv.

Así que no tengo prejuicios contra los griegos. Todo lo contrario. Antes de las últimas elecciones griegas recibí un mensaje de correo electrónico de una persona a la que no conocía y que me pedía que firmara una declaración internacional de apoyo al partido Syriza. Tras leer el material firmé el manifiesto. Me solidarizo con su lucha heroica.

El asunto griego me trae a la memoria la «revuelta de los marineros» que tuvo lugar en Israel a principios de 1950. Fue un levantamiento contra la burocracia gobernante. La apoyé de todo corazón y fui incluso arrestado durante unas horas. Cuando todo terminó en una gloriosa derrota, me encontré con un famoso general de izquierdas de quien esperaba recibir alguna alabanza. Me dijo: «¡Sólo los necios comienzan una lucha que no pueden ganar!»

Todo se reduce a esto: los griegos deben un dineral. Una cantidad desorbitada de dinero. En estos momentos es irrelevante cómo se acumuló esa deuda y quién es el culpable. Europa (el nombre mismo es griego) no tiene ninguna posibilidad de recuperar esos miles de millones. Pero se cortará un brazo antes de seguir arrojando más dinero a ese pozo sin fondo. ¿Cómo puede sobrevivir Grecia sin más dinero?

No lo sé. Tengo la firme sospecha de que nadie más lo sabe, ni siquiera los economistas laureados con el Premio Nobel.

Para mí, el aspecto más importante de esta catástrofe es el futuro de los dos grandes experimentos: la Unión Europea y el euro.

Cuando la idea europea ganó terreno en el continente tras la fratricida Segunda Guerra Mundial, se produjo un gran debate sobre sus contornos futuros. Algunos propusieron algo así como los Estados Unidos de Europa, una unión federal en la línea de los EEUU. Charles de Gaulle, una voz muy influyente en aquel tiempo, se opuso enérgicamente y propuso la Europa de las Naciones, una confederación mucho más laxa.

Idéntico debate tuvo lugar en América antes de la decisión final de crear los Estados Unidos, y de nuevo cuando estalló la guerra civil. Al final, los federalistas ganaron y las banderas confederadas se siguen quemando incluso ahora.

En Europa ganó la idea de De Gaulle. No hubo una voluntad fuerte para crear un Estado europeo unido. Al cabo de algunos años los gobiernos nacionales estaban dispuestos a crear una unión de Estados independientes que transfieren a regañadientes algunos poderes soberanos al súper-gobierno en Bruselas.

(¿Por qué Bruselas? Porque Bélgica es un país pequeño. Ni Alemania ni Francia estaban dispuestas a permitir que la capital de la Unión se encontrara ubicada en territorio del otro país. Eso me recuerda al bíblico rey David, que trasladó su capital a Jerusalén, que no pertenecía a ninguna tribu, a fin de evitar los celos entre las poderosas tribus de Judá y Efraín.)

La burocracia de Bruselas parece ser cordialmente odiada por todos, pero su poder va creciendo inexorablemente. La realidad moderna favorece unidades cada vez más grandes. No hay futuro para los pequeños Estados.

Esto nos lleva a la cuestión del euro. La idea europea condujo a formación de un gran bloque en el que una moneda común podría fluir libremente. Para un profano como yo, parecía una idea brillante. No recuerdo a un solo economista prominente que advirtiera contra ella.

Hoy en día es fácil decir que el bloque del euro estaba viciado desde el principio. Incluso yo entiendo que no se puede tener una moneda única cuando cada Estado miembro formula su presupuesto nacional según sus propios caprichos e intereses políticos.

Ésa es la diferencia fundamental entre una federación y una confederación. ¿Cómo funcionarían los EEUU si cada uno de sus 50 Estados miembros gestionara su propia economía independientemente de los otros 49?

Tal como los economistas nos enseñan ahora, algo como la crisis del euro no puede suceder en los EEUU. Si el Estado de Alabama se encuentra en situación precaria desde el punto de vista financiero, todos los demás Estados intervienen de forma automática. El banco central (la Reserva Federal) inyecta dinero y ya está. No hay problema.

La crisis griega surge del hecho de que el euro no se basa en una federación de ese tipo. Si así fuera, el Banco Central Europeo habría puesto freno al desplome económico griego mucho antes de que se llegara a la situación actual. El dinero habría fluido de Bruselas a Atenas sin que nadie se diera cuenta. Tsipras podría haber abrazado a Merkel en su cancillería y habría anunciado felizmente: «Ich bin ein Berliner!» (Se me hace difícil imaginar a Merkel acudiendo a Atenas y proclamando «Ich bin eine del Griechin!«)

La primera lección de esta crisis es que la creación de una unión monetaria implica una disposición de todos los Estados miembros a renunciar a su independencia económica. Un país que no está dispuesto a hacer eso no puede integrarse en una unión de esa naturaleza. Cada país puede mantener su precioso equipo de fútbol, e incluso su sagrada bandera, pero su presupuesto nacional debe estar sujeto al super-gobierno económico conjunto.

Actualmente eso es muy claro. Por desgracia, no estaba tan claro para los fundadores del bloque del euro.

En este sentido, una nación gigantesca como China tiene una gran ventaja. Ni siquiera es una federación, pero en la práctica es un Estado unitario con una moneda unitaria.

Los Estados pequeños, como Israel, carecen de la seguridad económica que proporciona pertenecer a una gran unión, pero disfrutamos de la ventaja de ser capaces de maniobrar libremente y de fijar nuestra moneda, el shekel, de acuerdo con nuestros intereses. Si los precios de exportación son demasiado altos, se devalúa la moneda. Siempre y cuando tu calificación de crédito sea lo suficientemente alta, puedes hacer lo que quieras.

Afortunadamente, nadie nos invitó a unirnos al bloque del euro. La tentación habría sido demasiado fuerte.

Siendo esto así, estamos en condiciones de observar la crisis griega con alguna ecuanimidad.

Pero para quienes creemos que después de lograr la paz con el pueblo palestino y con todo el mundo árabe Israel debe integrarse en una especie de confederación regional, esta es una lección instructiva.

Escribí sobre esto incluso antes del nacimiento del Estado de Israel, llamando a la creación de una «Unión semita». Probablemente no sucederá en mi tiempo, pero estoy bastante seguro de que llegará antes de finales de este siglo.

No puede suceder mientras que la brecha económica entre Israel y los países árabes sea tan inmensa como lo es ahora -con un ingreso per cápita 25 veces mayor en Israel que en Palestina y en muchos países árabes. Pero una vez que los países árabes superen las turbulencias que los sacuden actualmente, pueden abrigar la esperanza de progresar rápidamente, como está sucediendo en Turquía y en los países musulmanes de Asia oriental.

En algún momento, en un futuro no muy remoto en términos históricos, el mundo estará formado por grandes unidades económicas que se esforzarán por crear un orden económico mundial eficiente basado en una moneda común.

Puede parecer una tontería pensar en ello en la situación actual. Pero nunca es demasiado pronto para pensar.

Sin olvidar jamás lo que Sócrates dijo: «La única verdadera sabiduría es saber que no sabes nada».

Fuente original: http://zope.gush-shalom.org

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=201627

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Ucrania y Georgia amplían la cooperación en el ámbito de la educación y ciencia

Ucrania/17 de Julio de 2017/Ukrinform

El Gabinete de Ministros ha aprobado hoy un proyecto de ley sobre la cooperación de los Gobiernos de Ucrania y Georgia en el ámbito de la educación y ciencia, informa un corresponsal de Ukrinform.

“Este proyecto prevé aprobar el proyecto de acuerdo entre el Gobierno de Ucrania y el Gobierno de Georgia sobre la cooperación en el ámbito de la educación y ciencia y autorizar al ministro de Asuntos Exteriores, Pavló Klimkin, a firmar este acuerdo”, ha dicho la ministra de Educación y Ciencia de Ucrania, Lilia Grynevych.

“Necesitamos ampliar las relaciones entre las instituciones educativas de los dos Estados, desarrollar diferentes formas de cooperación entre las instituciones educativas, facilitar el estudio de la lengua ucraniana en Georgia y la lengua georgiana en Ucrania”, ha añadido.

Fuente: https://www.ukrinform.es/rubric-culture/2264870-ucrania-y-georgia-amplian-la-cooperacion-en-el-ambito-de-la-educacion-y-ciencia.html

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Miles de niños refugiados, en la escuela pública griega

Grecia/22 junio 2017/Fuente: Euronews

Más de 72.000 migrantes llegaron a Europa, principalmente por mar, entre enero y principios de junio de este año.

A pesar de un descenso del 96% de las llegadas a Grecia, comparado con el mismo período del año anterior, 62.000 migrantes y refugiados permanecen bloqueados en este país.
Más de 20.000 de ellos son menores.

Abbas tiene diez años. Va al colegio a diario, de una y media a seis de la tarde. Es afgano, llegó con su familia al campo de refugiados de Malakasa hace año y medio. Es uno de los 2500 niños refugiados que viven en un centro de acogida que han empezado la educación reglada en escuelas griegas.

“Llevo tres meses yendo al colegio. Es muy importante estudiar, es importante para mi futuro”.

Abbas y los demás refugiados estudiantes asisten a 93 escuelas griegas gracias a un proyecto de transporte de la OIM, la agencia de migración de la ONU. La iniciativa comenzó el pasado octubre con cinco campos. Actualmente hay 32.

“Antes de la puesta en marcha del programa, los niños no participaban en ningún plan de educación formal”, explica Iannis Baveas, coordinador del proyecto. “Antes en los campos solo había educación no reglada. Es muy importante, porque todos los niños tienen derecho a ir a la escuela, la educación no es un privilegio, es un Derecho Humano básico”

73 autobuses en toda Grecia llevan a los niños a las escuelas seleccionadas, situadas en un radio de entre dos y 18 kilómetros de los campos. Abbas tarda quince minutos en llegar a la escuela primaria de Avlona, que cuenta con 235 estudiantes griegos, a los que ahora se suman veinte alumnos refugiados del campo de Malakasa.

“Muchos de estos niños no han ido nunca al colegio en sus países de origen, lo que significa que ni siquiera conocen las normas básicas de comportamiento en la escuela”, cuenta su maestro, Giannis Stefanidis.

“En dos meses han aprendido unas 300 palabras. Creo que es suficiente, aunque lo mejor es la gran sonrisa que tienen en la cara”.

Estudian griego, inglés, matemáticas, tecnología, arte y educación física. Empezaron a asistir a esta escuela a finales de marzo, el proceso de integración está en marcha.

Este es uno de los mejores ejemplos de lo que debería ser la escuela para todos los niños. No está aún claro cuántos niños refugiados en Grecia carecen de educación reglada.

En este proyecto participa el 80% de los niños refugiados de los campos situados en territorio continental griego. Los que viven en zonas urbanas asisten a clases en el turno de mañana junto a sus compañeros griegos. Pero las cifras reales son difíciles de obtener ante la gran movilidad de estos grupos. Es uno de los principales retos para llevar a estos niños a la escuela.

“A muchas de las familias ha sido difícil hacerles entender lo importante que es que los niños vayan al colegio, incluso aunque planeen marcharse a otro país”, explica Yorgos Kapranis, activista humanitario de la UE.

Entonces, ¿cuál es el objetivo de la Comisión Europea de cara al futuro?

“El programa es temporal, estas instalaciones no están pensadas para durar para siempre, son lugares de paso. Las familias ya se están desplazando a otros campos. La Unión Europea está pagando apartamentos y los niños entonces irán a clase por la mañana. Este programa les prepara para integrarse mejor en el sistema nacional”.

El padre de Abbas sueña con mudarse a Suiza. Está orgulloso de que sus hijos vayan al colegio. Durante los 21 años precedentes en los que vivió en Irán, una de sus principales preocupaciones fue el acceso a la educación.

“Espero que pueda seguir estudiando en escuelas oficiales, porque le gusta”, señala Mohamed Ibrahim Nuri. “Soy optimista respecto a su futuro, esperamos que pueda conseguir sus objetivos. Una de las razones por las que emigramos fue darles educación a nuestros hijos”.

El ministerio de Educación griego asegura que en septiembre los colegios reglados volverán a abrir sus puertas a los niños refugiados residentes en los campos. Y que entonces también compartirán pupitre, en turno de mañana, con sus compañeros griegos.

Fuente: http://es.euronews.com/2017/06/20/miles-de-ninos-refugiados-en-la-escuela-publica-griega

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Grecia: Uprooting anti-Semitism in Greece, starting in the classroom

Grecia/Junio de 2017/Fuente: Ekathimerini

Resumen: Los expertos están instando a las autoridades a tomar medidas activas para combatir el antisemitismo en Grecia después que un estudio reciente confirmó los altos niveles de odio hacia los judíos en el país – que se cree que es el más alto de Europa. Se cree que el antiemitismo, que se muestra prosperar en ambos extremos del espectro ideológico, es particularmente fuerte en Grecia como resultado de un profundo sentimiento de victimización colectiva alimentado por un sistema de educación excesivamente etnocéntrico. «Desafortunadamente, las conclusiones confirman encuestas más antiguas que muestran que Grecia tiene tasas de antisemitismo que coinciden con las registradas en países vecinos de Israel en lugar de en la Unión Europea», dijo a Kathimerini English Edition Elías Dinas, politóloga de la Universidad de Oxford.

Experts are urging authorities to take active measures to combat anti-Semitism in Greece after a recent study confirmed the high levels of hatred toward Jews in the country – believed to be the highest in Europe.

Αnti-Semitism, which is shown to thrive at both ends of the ideological spectrum, is believed to be particularly strong in Greece as a result of a deep-rooted sense of collective victimhood nurtured by an overly ethnocentric education system.

“Unfortunately, the findings confirm older surveys showing that Greece has rates of anti-Semitism matching those recorded in countries that neighbor Israel rather than ones in the European Union,” Elias Dinas, political scientist at the University of Oxford, told Kathimerini English Edition.

Conducted by a team of researchers based in Greece and the UK, the 50-page report brings together the findings of two opinion polls conducted in 2014 and 2015. It was published earlier this month by the Thessaloniki branch of the Heinrich Boll Foundation, a political think tank affiliated with the German Green Party.

Of the 1,000 Greeks polled, 65 percent said “Jews exploit the Holocaust to receive better treatment at global decision-making centers.” A similar percentage agreed with the statement that “Israel treats Palestinians exactly the same way that the Nazis treated the Jews” – a view seen as relativizing the Holocaust by placing it in the context of other acts of wholesale violence.

Just over 90 percent of respondents agreed with the statement that “Jews have a major influence in the business world.” About 21 percent said Jews should be prohibited from buying land.

More than 37 percent said they have zero level of trust in Jews. Overall, those polled said they trust Jews less than they trust the Orthodox Church, homosexuals, migrants or the European Union. Jewish people were said to be more reliable only when compared to the Greek Parliament, Turks and Americans.

The results echo the findings of an infamous 2014 survey by the Anti-Defamation League (ADL), which indicated that 68 percent of Greeks “harbor anti-Semitic attitudes” – on a par with Saudi Arabia and more so than Iran.

Valid criticism

Experts found anti-Jewish sentiment to be as strong on the far left of the political scale as on the right. But whereas anti-Semitism among the hard-right is mostly associated with denial or minimization of the Holocaust, hostility from the left is less straightforward and often animated by solidarity with the Palestinians.

“It is true that harder facets of anti-Semitism are more evident on the right, but the left is no stranger to conspiracy theory-driven anti-Semitic attitudes,” said Dinas.

Critics, mostly on the left, complain that the term “anti-Semitism” is often misused to stigmatize legitimate criticism of Israeli settlement policies. However, the report suggests that condemnations of Israel often cross the boundary from valid criticism into territory of denigration that can be considered anti-Semitic. Instances of anti-Semitism can include denying the Jewish people their right to self-determination; using symbols and images associated with classic anti-Semitism (for example claims that the Jews killed Christ or the classic anti-Semitic charge, known as the blood libel, that Jews use Christian blood for religious rituals) to characterize Israel or Israelis; drawing comparisons between contemporary Israeli policy and that of the Nazis; or holding Jews collectively responsible for actions of the state of Israel.

“It is sometimes helpful to keep in mind that Israel is the only democracy in the region and even if it’s fair to criticize it over for example its settlements policy, any comparisons to Nazi Germany or other autocratic regimes are clearly misplaced,” Dinas said.

Jewish monuments and graves are frequently desecrated across Greece. In the latest such incident, a memorial commemorating nearly 1,500 Jews from Kavala, northern Greece, who perished in Nazi death camps was vandalized late March. It was the second attack since it was erected last year.

Anti-Semitic comments are frequently aired by the country’s political class. MPs of the neo-Nazi Golden Dawn – which is the third political force in Greece despite its leadership being on trial on charges of running a criminal organization – have openly denied the Holocaust, even in Parliament. Jew-bashing is also common in the mainstream. Panos Kammenos, defense minister and head of the junior coalition partner Independent Greeks, has claimed that “Jews don’t pay taxes.” Conservative MPs Adonis Georgiadis and Thanos Plevris – both of whom defected to New Democracy from the ultranationalist LAOS – have in the past made anti-Semitic remarks, even though they have recently tried to distance themselves from their past sins. Anti-Semitic remarks, mostly in connection to Greece’s economic crisis, have also come from figures on the left-wing populist fringe such as Panayiotis Lafazanis and Rachel Makri.

Politicians aside, the Orthodox Church and the media have also played a role in spreading the seeds of hatred toward Jews. Senior clergymen of the Orthodox Church, which has not officially absolved the Jews for the death of Christ, often make anti-Semitic remarks. Newspapers regularly feature anti-Jewish conspiracy theories, as well as cartoons with anti-Semitic themes or caricatures.

Underdog culture

Typically, most of the problems seem to begin in the classroom.

“It is school that hits people in their impressionable years, particularly as the secularization process is gradually eclipsing the role of the Church,” Dinas said.

More than other institutions, experts say, Greek schools foster a feeling of victimhood, and serve for the socialization and reproduction of an underdog culture which is identified as the fundamental source of Greek anti-Semitism.

“There is this shared conviction that Greeks have been treated more unfairly and suffered more pain than any other people,” Dinas said.

“This creates a feeling of inferiority, envy and competition,” he said.

According to the poll, about 70 percent believe that Greek people have suffered a genocide that is worse or similar to that suffered by the Jews.

It is estimated that 6 million Jews died in Nazi death camps in the Second World War. Greece’s Jewish population, which stood at 73,000 before the war, is currently estimated at 5,000.

“As long as Greek society develops a competitive stance to the Jewish experience and seeks the role of the absolute victim of history and of the great powers that be, the harder it will be to deal with the phenomenon of anti-Semitism,” the report said.

Back to school

The Holocaust and human rights education are all but absent from the Greek school curriculum. In self-fulfilling fashion, 34 percent said they do not want the Holocaust to be taught in schools, the survey showed. Experts found a positive correlation between hatred of Jews and education.

“The results show that while general knowledge does not in the least influence anti-Semitic trends, specific [knowledge] about the Jews appears to drastically reduce levels of anti-Semitism,” the report said. Simply put, the more one knows about the subject, the less likely one is to harbor anti-Semitic prejudices.

So while experts propose a number of measures to fight anti-Semitism, including stricter policing of Jewish monuments, a more stringent code of ethics for politicians and the media, and tougher law enforcement, the findings suggest that the safest bet is to kill anti-Semitism at birth: Update textbooks, retrain teachers, organize school trips to former Nazi concentration camps.

“It is important for the government to recognize the existence of the problem and face it head on,” Leon Saltiel, a historian at the University of Macedonia and one of the authors of the report, told the newspaper.

“Measures to promote education, tolerance, respect and mutual understanding are the only way to build the strong foundations of a democratic and prosperous nation,” he said.

The report “Anti-Semitism in Greece Today: Manifestations, Causes and Tackling of the Phenomenon” was written by researchers Giorgos Antoniou, Spyros Kosmidis, Elias Dinas and Leon Saltiel. A PDF version of the report is available below.

Fuente: http://www.ekathimerini.com/218850/article/ekathimerini/comment/uprooting-anti-semitism-in-greece-starting-in-the-classroom

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