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España: El 57% de las familias ha echado en falta recursos educativos durante la pandemia

Un estudio indica que casi el 68% confiesa que su mayor conflicto fue gestionar las emociones, ante la falta de tiempo para dedicar a sus hijos en las horas de trabajo

El 57 % de los españoles opina que durante la pandemia han carecido de los recursos adecuados para hacer frente a problemas educativos, según la encuesta ‘Pandemia, Familia y Educación’ realizada por Educar es Todo.

La encuesta refleja que las familias con mayores dificultades son aquellas formadas por dos hijos (47,91 %) y con pequeños de edades comprendidas entre seis y doce años.

La investigación ha hecho que los padres reflexionen acerca del valor de la actividad docente, afirmando el 64,92% que la crisis del Covid ha cambiado su concepción sobre esta labor y el 76,47 % que aprecian el trabajo de los profesores durante este período. «La pandemia nos ha servido a todos para  darnos cuenta de la importancia de la figura docente y del contacto presencial con este y los compañeros de clase», indicaba uno de los participantes en el sondeo.

Un 67,74% confiesa que su mayor conflicto fue gestionar las emociones, ante la falta de tiempo para dedicar a sus hijos en las horas de trabajo. En la misma línea, el 67,5 % resalta que el teletrabajo ha entorpecido la conciliación laboral, familiar y personal y les ha llevado a “hacer malabares para llegar a todo”, ya que, entre otros motivos, ha prolongado la jornada laboral.

El confinamiento ha implicado, también, el aumento del uso de tecnologías en las casas, admitiendo el 88,83 % de los encuestados llevar a cabo esta práctica debido al teletrabajo y las clases online, entre otras razones. A pesar de esto, el 47,67 % puso barreras y condiciones para no exceder el tiempo de uso de los dispositivos electrónicos, señalando el 86,52 % que las alternativas que llevaban a cabo eran actividades como juegos, cocinar o ver películas juntos.

Ha habido un gran cambio al pasar todo el peso educativo a casa. Por eso, los encuestados señalan lo necesario que es que los hijos tengan un bienestar psicológico en el hogar. El ejemplo como padres y madres y el “testimonio de vida que les damos” es lo que más les educa, apuntan.

Para llegar a este bienestar, hemos intentado hacer de las situaciones de adversidad momentos en los que unirnos más como familia. Así, para un 43% de las familias el confinamiento forjó mayores lazos de unión, frente al 47% que señala que la pandemia provocó momentos con discusiones, aunque el 26% supo cómo gestionarlas como familia.

Alejando el foco de la educación, seis de cada diez personas opinan que se recriminó de forma injusta a los jóvenes durante la pandemia, calificando de ejemplar el comportamiento de la gran mayoría.

Fuente de la información:  https://www.abc.es/familia

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Desde Reino Unido, Jeremy Corbyn: La crisis climática es una cuestión de clase

Que los científicos de todo el mundo declaren una alerta roja para la humanidad es grave.

El informe del IPCC habla por sí mismo: se registraron los cinco años más calientes de la historia reciente, se triplicó el aumento del nivel de los mares y el hielo ártico y los glaciares siguen retrocediendo.

Pero nada de esto es nuevo. Los científicos adoptaron un tono urgente porque vienen haciendo esta misma advertencia hace décadas y todas las intervenciones que buscaron evitar el calentamiento global fracasaron.

En efecto, Exxon, una de las empresas petroleras más grandes del mundo, predijo el cambio climático en los años 1970 y luego se dedicó a negar públicamente su existencia durante décadas.

El sistema político y económico en el que vivimos no genera accidentalmente el cambio climático: está en su propia naturaleza, recompensa a los agentes contaminantes más nocivos y a los que obtienen superganancias mediante las prácticas extractivistas.

Este es nuestro legado histórico. En el Reino Unido, las fortunas de la época imperial surgieron sobre todo del petróleo extraído en el Golfo Pérsico. De hecho, en los años 1950, Gran Bretaña promovió un golpe de Estado con el único fin de preservar las ganancias de la Anglo Iranian Oil Company (AIOC). Luego, AIOC se convirtió en British Petroleum, empresa que sigue enviando cientos de millones de toneladas de carbono a la atmósfera en el Golfo de México y en el mar Caspio. Las instituciones financieras de Londres, especializadas en la administración de las ganancias petrolíferas, gestionan una buena parte del dinero que genera el combustible fósil en todo el mundo.

Se avecinan más desastres

Aun cuando argumentan que están empezando a tomar medidas, los gobiernos de todo el mundo siguen actuando en función de las redes del combustible fósil.  Boris Johnson llegó a imitar el lenguaje de la Revolución Industrial Verde que desarrollamos en el Partido Laborista. Pero imita solo las palabras, no las acciones. En junio, el Comité contra el Cambio Climático del Reino Unido demostró que, de mantener el ritmo actual, el gobierno ni siquiera logrará alcanzar sus tristemente humildes objetivos.

En 2019, durante el Día del Trabajador, como líder de la oposición logré presentar un proyecto en el parlamento para que Gran Bretaña declarara la emergencia climática: fuimos el primer parlamento del mundo en hacerlo. Estaba y estoy convencido de que el Partido Laborista y nuestro movimiento en general deben tomarse muy en serio la crisis climática y medioambiental.

Si este sistema no encuentra ninguna oposición, pronto comprobaremos cómo aumenta rápidamente el ritmo de los incendios, las inundaciones y las sequías. Es lo que estamos viendo en Australia, Siberia, Columbia Británica, África del Este, California y una buena parte de Europa. Durante este siglo, las grandes tormentas aumentaron su frecuencia en un 40%. Las más intensas son 75% más fuertes que las de los años 1950 y los huracanes son cada vez más comunes.

Pero no son solo las consecuencias físicas de estos eventos las que deben preocuparnos: son también las políticas. En Grecia, la austeridad, la desregulación y la negligencia de los bomberos multiplicaron el impacto de los terribles incendios desatados en Eubea. En Texas, a comienzos de año, el Estado habilitó a las empresas energéticas a que aumentaran los precios de la electricidad de emergencia y las deudas de los ciudadanos son impagables.

Y tanto en EE. UU. como en la UE, los gobiernos están invirtiendo en tecnología de control y equipamiento militar para atacar a los refugiados que genera la crisis ambiental. Esos miles de millones de dólares que se gastan en intervenciones militares y drones en el Mediterráneo son el dinero que no se gasta en la transición verde y que ingresa al circuito de rentabilidad de la industria de la guerra, profundamente anclada en la economía fósil. El parlamento británico está debatiendo un terrible proyecto de ley sobre nacionalidad y fronteras, que pretende ilegalizar el salvamento de refugiados en el océano, es decir, que plantearía un desacuerdo de base con el derecho marítimo universal.

El increíble aumento de los presupuestos militares de los países más poderosos indica que estos se preparan para el conflicto, no para la cooperación. Esa es la forma en la que piensan lidiar con la emergencia climática. Estas soluciones falsas aumentarán nuestros padecimientos en general, aunque, como siempre, favorecerán a unos pocos y castigarán a la mayoría, entre los que se cuentan tanto los pobres a los que se les inundan sus casas en Inglaterra como los que mueren huyendo de África del Norte.

El cambio es posible

Pero no tiene que ser así y debemos actuar con esperanza, no con miedo. Los científicos nos dicen con precisión forense lo que sucederá con el nivel de los mares, la escasez de agua y la biodiversidad en caso de que la temperatura aumente 1,5, 3 o 5°C. Con todo, el motivo por el que no pueden predecir la magnitud del calentamiento es que es imposible predecir nuestras decisiones. Como nos recuerda el IPCC, estas últimas siguen corriendo por nuestra cuenta.

Y si avanzamos contra los poderosos y nos deshacemos de los incentivos que el sistema otorga a quienes queman el planeta, las cosas pueden ser distintas. Esto implica que los trabajadores de todo el mundo se movilicen a favor de la aprobación de un Green New Deal global en la COP 26 de este año. El proyecto debería ser capaz de eliminar el carbono de la atmósfera, de llevar dinero a los bolsillos de los trabajadores y enfrentar la injusticia y la desigualdad en el Sur Global. No existe ninguna ciudad del mundo que no se beneficiaría de un transporte público verde, de la reforestación de los bosques, del uso de energías renovables a nivel local y de los empleos que generarían las nuevas industrias verdes.

El cambio climático, la pobreza y la desigualdad, el enorme y riesgoso fracaso colectivo que representa la falta de vacunas contra el COVID-19 en los países más pobres, son todas consecuencias de un sistema que prioriza a los multimillonarios por sobre el resto de la humanidad. La crisis climática y medioambiental es una cuestión de clase. Es la gente más pobre de los barrios obreros, de las ciudades contaminadas y de las islas situadas a una altura cercana nivel del mar la que sufre las consecuencias más graves de la crisis.

Pero tenemos la capacidad de cambiar esta situación. En 2019, de la noche a la mañana, los estudiantes que se manifestaron contra el cambio climático cautivaron la imaginación y la atención de todo el mundo. Si ellos pueden, nosotros también. Nuestra respuesta a la alerta roja debe ser el compromiso en nuestros barrios, en las instituciones políticas, en las escuelas y en las universidades, en nuestros lugares de trabajo y en nuestros sindicatos, con el fin de exigir y lograr un planeta habitable y un sistema que ponga la vida humana y el bienestar en primer lugar.

Fuente: https://vientosur.info/la-crisis-climatica-es-una-cuestion-de-clase/

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España: «Hay que empezar el colegio con las mismas medidas que el curso pasado»

Europa/España/20-08-2021/Autor: ÁLVARO SOTO/Fuente: www.elcomercio.es

Asesor del Gobierno para el retorno a las aulas, el epidemiólogo y pediatra aboga por mantener las ratios y por avanzar en la vacunación de los estudiantes.

España sacó muy buena nota el curso pasado en la difícil asignatura de la covid-19, pero el nuevo año escolar está a la vuelta de la esquina y las autoridades sanitarias y educativas están preparándose para el siguiente examen. Semanas antes de la vuelta al cole, el epidemiólogo y pediatra Quique Bassat (Barcelona, 1974), asesor del Gobierno en el protocolo del regreso a las aulas, pide no caer en la relajación.

–¿Cómo será este próximo curso?

–Existen dos grandes diferencias respecto al anterior. Por un lado, la variante Delta, que es más contagiosa y supone un mayor riesgo. Pero por otro, tenemos el arma de las vacunas. En mayo éramos optimista porque estábamos saliendo de la cuarta ola, acabó el estado de alarma y todos esperábamos un verano más tranquilo. En ese momento planeamos este curso sobre dos pilares: que la incidencia fuera baja y que los adolescentes tenían que haber empezado a vacunarse. Se está cumpliendo la segunda premisa, pero la primero no, así que, desde mi punto de vista, no deberíamos tocar nada de las recomendaciones del año pasado. Hay que empezar el curso con las mismas medidas. Debería mantenerse el uso de mascarillas, los grupos burbuja, la ventilación, la distancia de 1,5 metros entre los alumnos, no acercarse a las escuelas si se tiene fiebre… Y además, seguir avanzando en la vacunación de los estudiantes.

–¿Serán medidas suficientes para que las clases sean presenciales en todos los niveles, como quiere el Ministerio de Educación?

–Serán medidas suficientes si se avanza rápido en la vacunación de los adolescentes. Por ejemplo, en mayo planteamos que se pudiera reducir la distancia porque la situación era mejor y no existía Delta. Ahora me parecería inadecuado reducir la distancia.

–El Gobierno ha pedido a las comunidades que mantengan la ratio profesor/alumnos, pero algunas ya han anunciado que despedirán docentes.

–Por lo menos en las primeras semanas, no debemos reducir las ratio, deben mantenerse las del año pasado. Cuando pusimos sobre la mesa la posibilidad de volver a ratios prepandémicas, estábamos en una incidencia de 150 y la situación era mejor. Ahora tenemos la evidencia de los brotes en colonias de verano, en viajes de estudios… Estamos avisados y si tomamos decisiones en contra de esos avisos, nos equivocaremos. Otra cosa es que la situación mejore y se pueda replantear la situación, pero no mientras la incidencia esté alta.

–Con la relajación de medidas de junio se dispararon los contagios entre los jóvenes. ¿No podría ocurrir lo mismo en el inicio de curso?

–La vuelta al cole puede ser positiva porque ayudará a los adolescentes a insertarse en la rutina de unas medidas de protección que en verano son más difíciles de seguir. En la escuela, los chavales están obligados a llevar mascarilla, no hay otra posibilidad, y se acaba el problema.

–¿Qué porcentaje de alumnos prevé que estén vacunados al principio de curso?

–No creo que se supere el 20% con pauta completa. Lo que sería sensato es montar la infraestructura para que los servicios médicos de las escuelas o los agentes covid puedan vacunar allí.

–La OMS ha pedido a los países ricos que no vacunen a los adolescentes y destinen esas dosis a las zonas donde la inmunización sigue siendo minoritaria.

–Yo me dedico a las enfermedades de los países pobres y sin duda, es una urgencia global que se tiene que resolver. Pero es un falso debate, por vacunar a los adolescentes en España no vamos a solucionar problemas en otros países, eso no funciona así. Las vacunas que están aquí difícilmente van a poder ser reencaminadas a otros países. Lo que sí hay que hacer de forma urgente es ayudar a Covax y que las farmacéuticas cumplan sus compromisos de producción.

–¿Se vislumbra de alguna manera el final de la pandemia?

–Seguro que hay una luz al final del túnel, solo hay que mirar al pasado y ver lo que ha ocurrido en otras pandemias, como la de 1918, de la que se tardó en salir tres años porque tuvo dos grandes olas. Los virus tienden a perder virulencia y es probable que eso ocurra cuando todo el mundo esté vacunado. No nos libraremos de él fácilmente, pero nos acabaremos habituando a que esté entre nosotros y a que en vez de olas, haya brotes Eso sí, no sabemos las fechas. Nosotros somos vecinos de África y ahí pueden surgir nuevas variantes. Por eso es tan importante vacunar.

–¿Puede aparecer una variante que escape de las vacunas y todo empiece de nuevo?

–Es una posibilidad realista. Científicos británicos publicaron hace unas semanas varios escenarios de futuro y uno de ellos, con la aparición de una variante muy contagiosa y muy letal, era apocalíptico. De nosotros depende que no pase, no dándole tiempo al virus para evitar que aparezca una nueva mutación así. Vacunación y medidas, incluso en vacaciones. Hay que seguir haciendo sacrificios.

–¿Ha estado la sociedad a la altura de la pandemia?

–Yo les pondría un 10 a los científicos, que han logrado tener una vacuna lista en pocos meses, y le daría mucho peor nota a algunos políticos, que han tomado decisiones temerarias sin base científica. La dicotomía entre prudencia y libertad nos ha hecho daño a todos. El aplauso que recibían los sanitarios debe hacerse extensible a todos los que han seguido las normas a rajatabla.

Fuente e Imagen: https://www.elcomercio.es/sociedad/salud/empezar-colegio-medidas-20210816182651-ntrc.html

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Reforma laboral en Grecia: ataque histórico contra la clase obrera

Por:  Oriol Sabata

El gobierno griego, encabezado por el Primer Ministro Kyriakos Mitsotakis (Nueva Democracia), aprobó el pasado 17 de junio una reforma laboral que supone uno de los mayores ataques contra la clase obrera en décadas.

Los grandes medios de comunicación apenas hablan de ello pero esta nueva legislación que se ha aprobado en Grecia significa un retroceso histórico en los derechos conquistados por los trabajadores.

La reforma de Mitsotakis plantea suprimir la jornada laboral de 8 horas y ampliarla hasta 10 horas. La patronal no estará obligada a pagar las horas extra, que podrán ser compensadas por días libres, aunque se fija un máximo. Además, se amplían las horas extra anuales permitidas de 90-120 a 150.

Esta ley elimina a los sindicatos como intermediarios y dinamita los convenios colectivos, de manera que los empresarios negociarán directamente y de forma individual con el trabajador, que perderá fuerza y capacidad de presión. Los sindicatos advierten que sin procesos colectivos las empresas tienen todas las de ganar a la hora de imponer sus condiciones.

Otro punto alarmante es que se obliga a los sindicatos a registrar a todos sus afiliados y limita el derecho a huelga. A partir de ahora, para convocar una huelga, el sindicato deberá presentar una votación en las fábricas y centros de trabajo que deberá ganar con el 50+1. En caso de que tire adelante, por lo menos un 33% de los trabajadores deberán asistir a trabajar para mantener lo que considera el ejecutivo «servicios mínimos».

Cabe destacar que la clase obrera griega trabaja una media anual de 1.950 horas, siendo uno de los países de la Unión Europea donde más horas de trabajo se acumulan.

El Ministro de Trabajo Kostis Hatzidakis, afirmó que se trata de una normativa que “pone los cimientos para un ambiente laboral moderno”.

Dimitris Koutsoumbas, Secretario General del Partido Comunista Griego (KKE), respondió al Ministro de Trabajo: «si se trata de un proyecto moderno, ¿porqué las condiciones de trabajo retroceden un siglo atrás, convirtiendo a los trabajadores en esclavos en el siglo XXI?». Koutsoumbas advirtió que con esta ley se aumenta el mecanismo de explotación de los trabajadores y que este tipo de medidas se pretenden imponer en otros países de la Unión Europea.

Nikos Mavrokefalos, miembro de la Secretaría Ejecutiva del sindicato PAME, dijo que los trabajadores no se quedarán de manos cruzadas ante la explotación por parte de los grupos empresariales y agregó que la lucha de la clase obrera mandará a la basura esta ley.

Fuente de la información e imagen: https://nuevarevolucion.es

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España: La vuelta al cole presencial supone un ahorro de 285 euros para las familias frente a un modelo híbrido

Hasta un 87 por ciento de los padres piensan reciclar algunos materiales escolares como mochilas, bolsas escolares y uniformes

La vuelta al cole está cada vez más próxima. Las libretas y uniformes ya están empezando a sobrevolar en muchas casas, pero lo cierto es que aún no se sabe cómo arrancará el nuevo curso, si con una presencialidad total o si, por el contrario, habrá un modelo híbrido en el que los alumnos alternarán clases presenciales con online. Y no es un detalle menor, ya no solo por la calidad de la enseñanza, sino por el ahorro o el gasto que supone a las familias tener que adaptarse a cada uno de los modelos.

Y es que una vuelta al cole presencial es un 42% más barata que si se mantiene el modelo híbrido. Son datos de un estudio que ha elaborado el comparador de precios Idealo y que viene a demostrar que el modelo “de toda la vida” es el más adecuado para las familias desde el punto de vista económico, más teniendo en cuenta la situación de crisis de muchas de ellas.

Y aunque puede depender de la evolución de la pandemia y del aumento o no de los contagios, cabe recordar que España ha conseguido, a diferencia de otros países, mantener los centros educativos abiertos durante todo el curso escolar pasado, a pesar de las diferentes olas de la pandemia. Es por ello, entre otras cosas, por lo que el responsable de comunicación de Idealo, Kike Aganzo, no entendería que los niños se quedasen, aunque sea de manera parcial, en sus casas.

Este escenario implicaría que el recibo de la vuelta al cole sea más elevado fundamentalmente por los aparatos tecnológicos necesarios para seguir las clases. En concreto, Aganzo destaca que los ordenadores portátiles han subido de precio y «encarecen mucho la vuelta al cole» no solo por el hecho de que hacen falta tantos portátiles como menores haya en casa, sino porque con un modelo semipresencial, explica Aganzo, se utiliza tanto el ordenador como el libro de texto, «por lo que es como duplicar el gasto». Con todo ello, un formato semipresencial conllevaría un gasto medio de 678 euros.

La vuelta al cole de este año, no obstante, será un 3,97% más barata que la del curso pasado, todo a pesar de que las mochilas, el calzado deportivo y algunos materiales de papelería han aumentado su precio, situándose el gasto por menor en 393 euros siempre y cuando sea un regreso sin restricciones. Por gastos, según Idealo, las familias gastarán hasta 40,22 euros en papelería, cerca de 35 euros en mochila, por encima de los 30 euros en calzado, más de 25 euros en chándal y 259 euros en libros de texto.

Sin embargo, y como han podido comprobar en el estudio, tanto la vuelta presencial como la semipresencial se salen del presupuesto esperado por los padres. En total, el 61% de las familias encuestadas tiene previsto gastar entre 50 y 200 euros, mientras que un 13% de los encuestados planea desembolsar menos de 101 euros y solo un 26% más de 200 euros. Además, como consecuencia de la crisis económica, las familias son este año más partidarias de reutilizar material del curso pasado. Hasta un 87 por ciento de los padres piensan reciclar algunos materiales escolares como mochilas, bolsas escolares y uniformes.

Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es

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País Vasco: El comienzo de las obras del Museo de Bellas Artes de Bilbao se retrasa a noviembre

El comienzo de las obras del Museo de Bellas Artes de Bilbao se retrasa a noviembre

Las obras de ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao darán comienzo en noviembre después de que este lunes la fundación de la pinacoteca haya sacado a concurso, por 1,2 millones de euros, la contratación de la primera fase de acondicionamiento parcial de sus instalaciones, cuya ejecución está prevista que se prolongue entre cuatro y seis meses.

Salvo el inicio de las obras, el resto de plazos anunciados se mantiene, según han indicado fuentes del museo, incluida la finalización del proyecto, prevista para finales de 2023, y el presupuesto total, que rondará los 23 millones de euros.

El patronato confirmó en su día mantener el modelo de financiación de las obras previsto en el Plan estratégico del museo, que incluye la formalización de un préstamo a largo plazo suscrito por la Fundación y estimado en 25 millones de euros, y que será amortizado con las aportaciones de tres instituciones fundadoras: Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia y Gobierno Vasco.

Tal y como han sido proyectadas las obras de ampliación dentro del proyecto de Foster, el museo podrá seguir abierto parcialmente durante la práctica totalidad del periodo de ejecución de las obras.

Fuente de la Información: https://www.eitb.eus/es/cultura/arte/detalle/8243577/el-comienzo-de-obras-del-museo-de-bellas-artes-de-bilbao-se-retrasa-a-noviembre/

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Análisis: La universidad popular, un proyecto de los intelectuales del siglo XX. España

En Galicia perviven dos de estas peculiares instituciones educativas, con distinta suerte: mientras en A Illa el modelo no se cuestiona, en Ourense el gobierno local de Jácome quiere reformularlo.

A finales de junio, las calles del casco histórico de Ourense retumbaron con gritos de protesta. «Por activa e por pasiva, ¡a UPO sempre viva!», rimaban los cientos de asistentes a la manifestación en defensa de la Universidade Popular de Ourense convocada por la plataforma ciudadana Non ao peche da UPO. «La reformulación de esta institución [por parte del Concello de Gonzalo Pérez Jácome] va a suponer que mucha gente sin recursos se quede sin acceso a formación», explican desde la plataforma.

Hay dos universidades populares en Galicia, la de Ourense ahora en riesgo y la que se mantiene en A Illa sin grandes sobresaltos. Son «el lugar donde se aprende de manera satisfactoria y divertida. Estudiar suele ir unido a exámenes y evaluaciones, mientras que en estas universidades uno se forma por placer», explica Cándido Abril, director de la Universidad Popular de Palencia. «Lo llamamos educación a lo largo de la vida, es decir, un elemento fundamental que nos acompaña siempre», añade.

Estos centros nacieron de la mano de intelectuales como Blasco Ibáñez, Carmen Conde o Machado, convencidos de que había que extender la educación a las clases obreras. La primera nació en el año 1901 en Oviedo y llegaron a ser aproximadamente 50 en España, pero su labor se vio paralizada por la dictadura. Con el regreso de la democracia, estas instituciones se han convertido en proyectos a cargo de los distintos gobiernos locales.

«La universidad popular es una oportunidad para aquellas personas que se hayan quedado fuera del sistema educativo», explica Montserrat Morales, coordinadora de la Federación Española de Universidades Populares (FEUP), que define estos centros como «un espacio de encuentro intergeneracional, en igualdad y que permite combatir la soledad no deseada».

Aunque nacieron con vocación de acabar con el analfabetismo —y todavía llevan a cabo programas que abordan esta problemática— hoy día el perfil de las personas que acuden a los cursos es muy variopinto. «La media está entre los 50 y 60 años, pero hay actividades para todas las edades», apunta Abril.

Gracias a su labor, no solo ayudan a la inserción laboral con actividades con certificado de profesionalización, sino que trabajan competencias básicas para desenvolverse en la vida y en la búsqueda de empleo, como la autoestima o el trabajo en equipo.

En la actualidad, España cuenta con alrededor de 400 universidades populares, dos de ellas en Galicia —en Ourense y A Illa de Arousa—, a las que pronto se les unirá una tercera en Santiago.

La experiencia en A Illa: «Participa gente de todo tipo, de jóvenes hasta muy mayores»

«Nuestra universidad popular no solo llega a la población de A Illa, sino a los alrededores. Viene gente de Vilagarcía, de Cambados, de Meis e incluso desde A Coruña», cuenta Rosa Viana, Concejala de Turismo, Cultura y Deporte del Concello de A Illa de Arousa. Como la mayoría de estos centros, la Universidad Popular de A Illa —y también la de Ourense— está gestionada y financiada por el propio municipio.

Quienes pasan por sus aulas pueden recibir educación transversal, como informática, igualdad de género u orientación laboral, e incluso módulos específicos como agricultura de proximidad y huertos urbanos o creación de empresas.

Esta iniciativa se enmarca dentro del trabajo para la recuperación de la memoria colectiva de las mujeres de la Escuela Paca Aguirre. Según Montserrat, el objetivo es «hacer acción feminista local para sacar del olvido a aquellas mujeres que aportaron cambios decisivos en ciertos oficios».

Fundada en 1910, por las aulas de la Universidad Popular de Ourense (UPO) han pasado miembros de la Xeración Nós como Ramón Otero Pedrayo o Vicente Risco. Después del paréntesis general durante el franquismo, volvió a abrir sus puertas hace 25 años.

Desde entonces, el número de alumnos que acuden a sus instalaciones ha ido subiendo hasta alcanzar los 3.000 este año, dejando a gente incluso en lista de espera. De hecho, la demanda alcanza tal nivel que existe un límite de elección de hasta cuatro cursos por persona.

Así lo explica Natalia Figueiras, portavoz de Non ao peche da UPO y profesora del centro. «Los convenios con academias de la ciudad desvirtúan la naturaleza de la universidad», apunta, y argumenta que «es un error creer que este formato suponía competencia desleal, pues la educación pública nunca se debe equiparar a la privada».

De momento, los más de 70 profesores que conforman la UPO se enfrentan al próximo curso con incertidumbre. «En circunstancias normales, en julio ya tendría que haber estado todo aprobado, pero por ahora ni si quiera se han hecho convocatorias», lamenta la portavoz.

Fuente: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/educacion/2021/07/14/universidades-populares-espacios-encuentro-intergeneracional/00031626262609105272331.htm

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