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Belgica: asegura que invertir en la educación en zonas de conflicto significa «invertir en paz»

Europa/España/18 Marzo 2017/Fuente: Expansión

El comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, ha asegurado este viernes que invertir en la educación en zonas de conflicto significa «invertir en paz» y en el futuro.

«Cada niño debe tener la oportunidad de aprender», ha señalado Stylianides en un desayuno informativo del Fórum Europa. «Cuando invertimos en educación, invertimos en paz y estabilidad, en el progreso y, por su puesto, invertimos en el futuro», ha añadido.

El comisario europeo ha recalcado que la educación es «la base de todo lo demás» y que sirve de escudo protector para los niños que viven en zonas de conflicto.

«Con la educación podemos protegerles de muchos tipos de violencia. Podemos protegerles para que no sean reclutados por grupos terroristas o de la mano de obra infantil», ha asegurado Stylianides.

Según el comisario europeo, la educación también da a los niños «un sentido de dignidad y normalidad» y, además, sirve para prevenir a las generaciones perdidas.

«Todos reconocemos que la educación es un derecho humano. Al menos 40 millones de niños no están escolarizados en las zonas de conflicto», ha asegurado. «Debemos cerrar esta brecha», ha señalado.

Para resolver esta situación, Stylianides ha asegurado que un 60 por ciento de la financiación europea para la educación va destinada a zonas de conflicto.

COOPERACION Y COORDINACION

«Sólo obtendremos resultados sólidos si todos nos coordinamos y cooperamos mejor», ha señalado Stylianides. «Todos debemos prevenir antes que curar», ha añadido.

El comisario europeo ha advertido que para mejorar la situación también hay que involucrar al sector privado y «tener en cuenta la experiencia de sus expertos» y apoyar a la mejora de la capacidad de los profesores. «Sin maestros cualificados, no puede haber una educación», ha asegurado.

Disponible url: http://www.expansion.com/agencia/europa_press/2017/03/17/20170317124503.html

 

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Robotización y ecología, retos de la sociedad y la educación

Por: Pablo Gutiérrez Álamo

La iniciativa Diálogos por la educación de La educación que nos une pretende extender la discusión sobre el sistema educativo ahora que se está hablando tanto de pacto.

Yayo Herrero (Ecologistas en Acción) y Francisco López Rupérez (expresidente del Consejo Escolar del Estado) hablaron de los retos que nos esperan a la vuelta de la esquina, una robotización, automatización, de gran cantidad de procesos y trabajos, en un mundo que está aguantando unas tensiones ambientales, sociales y políticas que hay que tener presentes.

Ambos fueron los encargados de abrir el ciclo de Diálogos por la Educación organizado por La educación que nos une, en colaboración con el Ateneo de Madrid, el Ayuntamiento y El Diario de la Educación.

Ante una creciente robotización y automatización de los procesos productivos en un futuro muy cercano, López Rupérez defendió una educación apoyada por igual en dos pilares: los conocimientos y las competencias personales. Capaz de dar herramientas, en ambos sentidos, para estos desafíos que las personas de los países desarrollados habrán de enfrentar, en un mercado de trabajo de alta cualificación. Conocimientos profundos para poder alcanzar trabajos de cierta cualificación, al mismo tiempo que competencias relativas a la gestión de la incertidumbre.

Pero ¿seremos capaces de sostener la vida en este escenario de mecanización? Yayo Herrero centró su mirada en la necesidad de proteger la vida, los ecosistemas, y mirar a las personas, fundamentalmente mujeres, que son responsables principales de la reproducción y sostenimiento de la vida. Una mirada puesta en qué clase de sociedad queremos, con la que definir qué educación necesitamos.

En un futuro que efectivamente parece cada vez más mecanizado y robotizado, Herrero se pregunta si será sostenible dados los costes en materiales y energía que supondrá esa enorme transformación.

En cualquiera de los dos casos, la educación tiene un papel principal, no tal vez como responsable de todos los cambios y mejoras, pero sí como transmisora de los valores que la sociedad quiere transmitir.

También vive en un momento de encrucijada que la obliga a grandes transformaciones. Tanto Francisco López Rupérez como Yayo Herrero entienden que ha de haber una mayor implicación e interconexión entre las enseñanza de las humanidades y de las ciencias, un mayor peso de la investigación neurocientífica relacionada con la importancia de las emociones en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Todo esto con un currículo “insoportablemente extenso”, en palabras de López Rupérez, que debe pensarse de otra manera, para generar aprendizajes profundos para evitar “surfear por la superficie” de los contenidos. Un diseño curricular que podría hacerse por etapas educativas, y no por cursos concretos.

Un currículo, reflejo de lo que la sociedad cree que es importante, dijo Herrero, quien ve la necesidad de que se conecte con los problemas que vivimos (escasez de materiales, de energía fósil, de aumento de las desigualdades y la violencia), frente a un conocimiento parcelado por materias.

Un aprendizaje, además afirmó Herrero, que debe estar conectado con los cómos, un aprender haciendo, colaborando el alumnado y conectado con el entorno de cada centro. Eso sí, que no olvide la importancia de los conocimientos, como base imprescindible sobre la que trabajar las competencias, dijo López Rupérez.

En definitiva, vivimos un momento de profundo y acelerado cambio que nos exige pensar profundamente en qué sociedad queremos y qué educación necesitamos para alcanzarla.

La próxima mesa se desarrollará el 29 de marzo y tratará sobre la doble red, pública y concertada y los retos que también se plantean en un ciclo temporal que ha endurecido las posiciones sobre el papel que debe cumplir cada una de ellas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/10/robotizacion-y-ecologia-retos-de-la-sociedad-y-la-educacion/

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España, entre los países de Europa con menos escuelas públicas

Europa/España/18 Marzo 2017/Fuente: RNV

España es el cuarto país de Europa donde menos escuela pública hay en Secundaria y el tercero en Primaria. En concreto, un 69% de los alumnos españoles de Secundaria acuden a centros públicos (68% en Primaria), un porcentaje que en todo el continente solo baten Bélgica, Reino Unido y Malta, según datos de Eurostat (los de Holanda están en revisión). En el otro extremo, países como Irlanda, Rumanía, Croacia, Alemania o Finlandia superan el 90% de sus alumnos en centros públicos.

España ocupa también el cuarto lugar en cuanto a la presencia de colegios concertados (privados sostenidos por fondos públicos), que suman el 28% de la oferta educativa estatal, tanto en Primaria como en Secundaria. El restante 3% estudia en un centro privado. Esta categoría replica la tabla de la escuela pública: Bélgica, Reino Unido y Malta son los países con más escuelas “privadas dependientes del Gobierno”, como las denomina la Unión Europea, según se observa en el gráfico elaborado por Statista, desglosado entre Primaria y Secundaria.

La escuela concertada no es por tanto una anomalía del sistema español. Podría serlo su alta presencia, pero ni siquiera es el país europeo que más tiene. Sin embargo, sí que está enmarcada en un grupo de cuatro naciones, junto a las tres ya referidas, que se sale mucho de la composición típica europea del sistema educativo. Mientras estos cuatro países no alcanzan un 70% de escuela pública, el resto de la UE de los 28 no baja del 80%. La media europea es de un 81% de escuela pública, 13% de concertada (en cada país con sus características) y 6% de privada.

El 60%, en manos de la iglesia

El debate sobre escuela concertada sí o no es recurrente en España. Estos centros surgieron a mediados de los años 80, cuando tras la dictadura el gobierno socialista quería universalizar la educación pública y gratuita, pero no tenía los colegios públicos necesarios para ello ni los fondos para construirlos.

Así que Felipe González tiró de centros privados, a los que pagaría los salarios de los docentes y otros gastos generales a cambio de que se integraran en el sistema público. Colegios públicos y concertados forman parte de la misma red hoy en día, comparten derechos y deberes al menos en teoría. Treinta y algún años después, la red concertada se ha hecho con aproximadamente dos millones de alumnos y 130.000 profesores repartidos por 3.500 centros.

En los últimos años, bajo el Gobierno del PP y su ley educativa, la escuela concertada se ha beneficiado de un empujón político. La LOMCE privilegia la elección de centros por parte de las familias, lo que en la práctica supone un impulso a la educación privada y concertada en detrimento de la pública, ya que antes se garantizaban plazas suficientes en centros públicos y ahora simplemente “garantizarán la existencia de plazas suficientes”.

En regiones como Madrid se ha impulsado la cesión de suelo público para colegios privados sostenidos con fondos estatales. Según UGT, entre los años 2000 y 2013 se cedieron 82 parcelas para construir este tipo de colegios. En los barrios de nuevo desarrollo, por ejemplo, es habitual que se abran más centros concertados que públicos.

Entre las principales pegas que ponen los críticos a la escuela concertada está que la Iglesia controla alrededor de seis de cada diez centros de este tipo a través de Escuelas Católicas, por lo que el Estado estaría financiando a estas entidades. El resto pertenecen a cooperativas o agrupaciones de distinta índole.

A este sector también se le acusa de seleccionar a su alumnado, algo que en el sistema público no se puede hacer y en teoría el privado concertado tampoco, de manera que los estudiantes con más necesidades o necesidad de atención diversa podrían quedar fuera de estos centros.

¿Más caros o más baratos?

Una de las principales quejas de los colegios concertados es que el módulo reciben es insuficiente para sufragar sus gastos, casi la mitad del gasto real. La educación concertada, afirman los sindicatos del sector y Escuelas Católicas, es más barata que la pública para el Estado. Pero no porque cueste menos, sino porque el Gobierno les paga de menos. Según datos del Consejo Escolar del Estado, estos centros recibieron en el curso 2012/13 unos 6.300 millones de euros, lo que supondría 6 de cada 10 euros de sus ingresos.

Así, el coste para el Gobierno de cada alumno en la escuela concertada sería de 2.670 euros en los colegios concertados frente a los 5.348 euros de los centros 100% públicos, según un estudio del CIS.

Sin embargo, un informe de Izquierda Unida rebatía estas cifras y las achacaba a las circunstancias en las que operan unos colegios y otros. Los profesores en la escuela concertada cobran menos y tienen más alumnos. Generalizando, los colegios tienen ratios más altas pero no alumnos que necesiten atención especial en clase o desdobles, aspectos que abaratan la educación. IU concluía que, a igualdad de condiciones, el gasto sería el mismo en una red u otra: 4.185 euros por alumno.

En el eterno debate hay una evidencia. Acabar con estas escuelas, como llegó a proponer Podemos y exigen IU y otros partidos y agrupaciones de izquierdas, plantea varios problemas. Qué se hace con los alumnos de estos centros, que la red pública no puede asumir. Si se pueden cerrar algunas unidades sí y otras no, de manera que incluso dentro de un mismo centro coexistan diferentes aulas. O qué ocurriría con sus profesores, que tendrían que equiparar su estatus y condiciones con los de sus compañeros funcionarios.

Fuente: http://rnv.gob.ve/espana-entre-los-paises-de-europa-con-menos-escuelas-publicas/

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Combatir el absentismo, prevenir el abandono

Por: Saray Marqués

Intervenciones lentas, medidas que coaccionan y no motivan, ¿cómo estamos fallando con los alumnos que dejan de asistir a clase?

Mejoramos, pero no lo suficiente. Según el último informe PISA los alumnos españoles que faltaron al menos una jornada escolar en las dos semanas previas a la prueba, realizada en 2015, rondaba el 25%. En 2012, alcanzaba el 28%. Esto convierte a España en una de las pocas naciones que avanza en este apartado, en que la media de la OCDE pasó del 15 al 20%.

Mucho más que pellas

La brecha con respecto a la OCDE se reduce, pero seguimos por encima de la media en una cuestión no menor. Según PISA, faltar a clase, además de hacer que el alumno pierda oportunidades de aprender (en Ciencias, puntuaron 36 puntos menos que los alumnos que no faltaron -29 descontando el nivel socioeconómico del estudiante y del centro-, el equivalente a casi un año de escolarización), puede convertirle en disruptivo y afecta también al centro, dando lugar a un “ambiente disciplinario”, y a los compañeros, que pueden querer imitarlo.

El absentista de hoy es el desertor de mañana y está expuesto en mayor medida a trabajos precarios, embarazos adolescentes o abuso de drogas y alcohol.

El porcentaje de alumnado absentista en la enseñanza obligatoria es minoritario, no rebasa el 5%. El profesor de Lengua y Literatura y director del IES Bovalar de Castelló, Toni Solano, asegura que es el caso de su centro, pero que ese 5% “ocupa una atención de cerca del 60% de la jornada laboral” del equipo directivo entre informes, expedientes, derivaciones al aula de convivencia, protocolo de absentismo, llamadas y entrevistas a las familias y elaboración de programas. Y lo que es peor, “siempre deja la impresión de que no se resuelve favorablemente”.

Solano, autor del reciente post Absentismo: matar moscas a cañonazos, cree que muchas veces la escuela actúa en solitario, sin apoyo real de toda la comunidad educativa: “Sabemos que, con estos alumnos, un chaval salvado de las garras del abandono escolar es todo un éxito. No dedicarles horas y esfuerzo los convertirá en personas que necesitarán en el futuro subsidios o atenciones sociales mayores, y que repetirán sobre sus hijos este mismo modelo. En los centros nos tomamos muy en serio a estos alumnos, aunque tenemos que elegir a veces entre el derecho de unos y las obligaciones de otros”.

Alude al dilema entre el derecho de todo el grupo a una educación de calidad y la obligación de asistir de un alumno que no quiere hacerlo, “en ocasiones incompatibles”. Tanto, que en casos extremos el centro puede llegar a dejar de notificar ciertos casos de absentismo si ve que cada vez que el alumno vuelve se producen problemas graves de convivencia.

Protocolos en entredicho

Para Solano, los protocolos son lentos, farragosos, y poco o nada efectivos: “Requieren que se detecte la acumulación de faltas (un mes), la notificación del tutor a las familias (15 días), la revisión por parte del equipo directivo (otros 15 días) y el aviso a Servicios Sociales (una semana). Unos dos meses de burocracia -todo se ha de enviar por correo ordinario siguiendo el procedimiento administrativo- en que el alumno puede estar faltando más o menos de continuo. Cuando interviene Servicios Sociales firmará un compromiso de asistencia que quizá incumpla de nuevo pasadas unas semanas, con lo que volvemos a empezar el ciclo”.

Pero, ¿cuál es la alternativa? Solano considera que han de buscarse medidas sancionadoras distintas, “educadoras y, en la medida de lo posible, correctoras”, para que el alumno no vea en el expediente y expulsión una vía de escape, y más personal especializado en convivencia, y con más horas. Algo ilusorio en centros que se las tienen que apañar hoy con un orientador para 650 alumnos y en los que los profesores de compensatoria, “si los hay”, se suelen centrar en el alumnado con necesidades educativas especiales.

También aboga por replantearse la condición de la asistencia a clase para obtener la renta mínima de inserción. A su entender, deberían existir filtros más rigurosos (no un mero certificado de matrícula, como a veces sucede) y podrían establecerse ayudas con dos tramos, uno fijo y uno variable, en función del aprovechamiento educativo del alumno, medido según su esfuerzo, actitud e interés.

Matiza Solano que no cuestiona a los profesionales de los institutos ni de Servicios Sociales sino el sistema. Un sistema que, desde su perspectiva, comienza a hacer aguas en la transición a Secundaria, en la que falla el trasvase de información -“En junio no sabemos quién va a sumir las tutorías de 1º de ESO, así que resulta complicado establecer criterios comunes entre los maestros de 6º y los profesores de 1º”- y en la que muchas familias pierden contacto con el profesorado -“Los perciben como lejanos y dispersos, pues de un tutor pasan a tener 10 o 12 profesores”, mientras que todavía existen padres y madres que creen que con Primaria es suficiente, sobre todo si hacen falta manos en casa o si surgen problemas en clase.

1º de ESO, un curso crítico, en que las tasas de promoción suelen desplomarse, lo es también para el absentismo. Es en ese curso cuando comienza a fraguarse el desapego hacia la institución educativa, “hasta considerarla una cárcel a la que las autoridades te obligan a asistir, sobre todo si cuentas con la tolerancia de tu familia ante el absentismo y si tu grupo de amistades lo refuerza”, analiza el director.

Trabajo de todos

Desde el Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Barcelona, Ariadna Munté coincide a medias. Sí lo hace en que el del absentismo es un trabajo de todos y en que han de darse soluciones desde Servicios Sociales, la familia, el barrio y la escuela para lograr una escolarización diferente: “La voluntad del padre y de la madre interviene, pero no es el único factor. Hay que detectar a tiempo qué hace que una familia no lleve a su hijo a la escuela, porque con los años cederá a las presiones de éste”.

Munté propone comisiones sociales en los centros en que estén implicadas las familias, los maestros, Servicios Sociales. Y asegura que en Barcelona, donde trabaja, los protocolos de absentismo no acaban de funcionar porque no suponen una cobertura global: “Las escuelas hacen llegar a Servicios Sociales un caso de absentismo de larga duración, cronificado, y se nos pide que vayamos a hablar con la familia para ver qué pasa, que de algún modo les forcemos a llevar a sus niños al colegio empleando las ayudas sociales como coacción, y esto no creo que funcione, creo que más bien puede reproducir el problema”.

Advierte que al enviar la lista de absentismo a Servicios Sociales las escuelas sienten en ocasiones que la responsabilidad cambia de tejado: “Las escuelas también han de jugar un papel. El sistema no lo facilita, pero también ellas han de intervenir en el acompañamiento de las familias”.

Como las ayudas disuasorias, Munté ve en las aulas de escolarización externa un “parche”. Actuaciones de éxito serían, en cambio, para ella las llevadas a cabo en contextos como el barrio de La Milagrosa de Albacete, que, a punto de cerrarse en 2006, inicia un proyecto nuevo incorporando actuaciones de éxito y pasa de 105 niños, de los que 45 acuden regularmente, ese año, a 161, de los que 157 van todos los días, en 2009. Se trataría de ir resolviendo caso por caso con las familias, y de nunca bajar los brazos: “Siempre es posible reenganchar, incluso cuando un chico o una chica llevan toda una carrera de fracasos, lo que ha condicionado la construcción de su identidad personal como fracasado o fracasada”.

Alumno pasivo

También para Pedro Uruñuela, presidente de la asociación CONVIVES, hay posiciones que no tienen cabida frente al absentismo, como aquellas de “el instituto no es una ONG”, o los intentos de quitarse a esos alumnos de en medio, negociando con Inspección, o, incluso, con el propio alumno (“tú te quedas al final de la clase, no me molestas y yo no me meto contigo”). Y asegura que están ahí: “Es tirar la toalla. En su lugar, hay que pelear por esos alumnos, por cambiarlos”.

Uruñuela entiende que, antes de fijarse en el alumno absentista, el profesor ha de hacerlo en el pasivo, “el que no trae los apuntes ni el material, ni entrega los trabajos… el que empieza faltando a primera hora, a última, a una asignatura, un día, dos, el que de repente se transforma y ya no es pasivo y se dedica a molestar, a no dejar dar clase”. Actuar en “los pródromos de la enfermedad”, preguntándose cómo puede facilitarle a ese perfil de alumno el aprendizaje es en estos casos muy difícil, pero ineludible.

Menciona cómo, por ejemplo, en uno de los estudios llevados a cabo durante su etapa en el Observatorio Estatal de la Convivencia, uno de cada tres alumnos de Secundaria aseguraba que apenas se enteraba de lo que se explicaba en clase, y a dos de cada tres casi no les interesaba nada: “A los profesores se les valoraba, solo un 6% aseguraba tener algún problema con ellos, pero se detectaba un fallo en el planteamiento educativo, el currículum, que no se adaptaba a sus necesidades”.

Lección de Primaria

En muchos institutos el absentismo procede del colegio en hasta un 80% de los casos. Sin embargo, en Primaria también se encuentran fórmulas replicables.

Santiago Ferreiro, director del CEIP María Sanz de Sautuola de Santander, si bien reconoce que Secundaria tiene sus peculiaridades -“las familias están mucho más desarmadas”- explica que “la mayoría de las medidas eficaces son las que se toman dentro del entorno del centro, con puentes hacia ellas”.

Sabe de lo que habla. Su programa de absentismo fue premiado a finales de los noventa por el Ministerio de Educación. En esa década pasaron de tener numerosos alumnos que de 180 días lectivos iban 20 o 30 a la situación actual: de 400, 50 están supervisados por el programa de absentismo pero, de estos, 25 no llega al 20% de faltas de asistencia.

Concluye Ferreiro: “Normalmente el absentismo está asociado a otros problemas, y ayudando a resolverlos se puede atajar. Cuando participamos en el plan de realojo del poblado chabolista [de La Cavaduca, del que procedía la mayor parte del alumnado], las principales preocupaciones de las familias eran poder comer todos los días, resolver las goteras, acabar con las ratas, tener higiene, pues no contaban con agua corriente… Ir al colegio figuraba en el séptimo u octavo lugar. Cuando se logra una vivienda digna, la educación sube en esa escala hasta el segundo o tercer escalón. Ya no nace falta insistir. Medidas globales sí debe haber. Y análisis de cada caso: tenemos un niño de seis años al que no le gusta venir. Los padres intentan traerle pero llora… Se lo pasa bien el resto de la mañana, pero la entrada supone un conflicto. Cualquier intervención de Servicios Sociales sería un error. Necesita más tiempo que los demás para venir al cole con ganas, a gusto”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/13/combatir-absentismo-prevenir-abandono/

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Anuncian nueve candidatos a la dirección general de Unesco

18 Marzo 2017/UNESCO

El presidente del Consejo Ejecutivo de la Unesco, Michael Worbs, anunció los nueve candidatos a desempeñar el cargo de director general de esa organización, en remplazo de la actual titular, Irina Bokova.
Los aspirantes son Juan Alfonso Fuentes Soria, exvicepresidente de Guatemala; Polad BülbüloÄŸlu, exministro de Cultura de Azerbaiyán; Pham Sanh Chau, embajador de Viet Nam para Asuntos de la Unesco; Moushira Khattab, exministra de Familia y Población de Egipto; y Hamad Bin Abdulaziz Al-Kawari, exministro de Cultura de Qatar.

También están postulados Qian Tang, asistente de la directora general de la Unesco para temas de Educación; Salih al-Hasnawi, exministro de Salud de Iraq; Vera El Khoury Lacoeuilhe, asesora del Ministerio de Cultura del Líbano; y Audrey Azoulay, ministra de Cultura de Francia.

De acuerdo con el comunicado divulgado, el director general es propuesto por el Consejo Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y nombrado por la Conferencia General de la organización para un mandato de cuatro años.

El proceso de selección comienza ahora y se extenderá por varios meses hasta la celebración de la próxima Conferencia en noviembre, ocasión en la cual se tomará la decisión final.

Irina Bokova comenzó su mandato al frente de la Unesco en el 2009 y en 2013 fue reelecta para un segundo periodo.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=71401&SEO=anuncian-nueve-candidatos-a-la-direccion-general-de-unesco
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Mi compromiso como docente

Por: Pedro Badía

El docente tiene que ser más un intelectual que un instructor, además de ser capaz de entender, y compartir, el alcance político y social de su profesión.

No vivir la profesión en el día a día sino en lo que le queda por hacer. Vivir la profesión desde la perspectiva del intelectual, no desde la del instructor o la del reformador, que intenta juzgar el mundo con justicia e independencia. Los reformadores, como escribía Chesterton, son una parte esencial del mundo que reforman y suelen ser unos esnobs o unos especialistas. Hay políticas educativas y leyes que pretenden convertir la profesión docente en un trabajo más, y la educación en un negocio y que se lleva como cualquier otro negocio, que se dirige con la misma frialdad, el mismo distanciamiento y las mismas exigencias que una sucursal bancaria o una agencia de seguros.

La docencia, como la educación, está inspirada en una ética de la responsabilidad. “Quien se inspira en la ética de la responsabilidad piensa en cambio, no sólo en la pureza de sus valores, sino también sobre todo en las consecuencias de sus actos”, Claudio Magris. Nunca han estado los docentes como hoy llamados a ejercer la duda sobre su trabajo y a interrogarse sobre su sentido y sus consecuencias. Nunca llamados como hoy a no someter a su profesión a las leyes educativas más conservadoras, pero si a las personas a las que educa.

El docente no puede sustraerse a la responsabilidad de elegir valores universales cuando ejerce su trabajo intelectual. La educación, como escribía Hanna Arendt sobre los estudios, es comprender lo que sucede en el mundo, pero también elaborar juicios para entender y dar respuestas a los acontecimientos y para poder valorar los actos. Se trata de una tarea intelectual y moral, en medio de la complejidad de la situación del aula y de la falta de liderazgo moral de importantes componentes de la sociedad, que urgen al docente a que se ocupe de todo, con lo que deja de ser docente. En estos tiempos la docencia es una profesión de riesgo. Y un compromiso social y político que requiere de mucho coraje. Esta doble tarea intelectual y moral es la que va a permitir al docente educar a las personas “en un justo medio ideal entre un razonable relativismo cultural, respetuoso con la diversidad, y la medida necesaria de universalismo ético sin el cual no es posible una vida política, civil y moral”, Claudio Magris

Nuestra sociedad está fundada en el conocimiento y lo que el docente debe comunicar es el amor por el conocimiento a través de las distintas disciplinas, pero también la actitud cívica y moral necesaria para una convivencia pacífica donde el conflicto se gestione a través del diálogo. Una educación sin este doble componente es una educación incompleta. El conocimiento, necesariamente, no te convierte en ciudadano, como el título de profesor no te convierte en docente, aunque te habilite para impartir clases.

Como docentes, no podemos permanecer indiferentes Hoy más que nunca la profesión docente debe estar vinculada a la moral, y a la ética, a la vida política, al desarrollo sostenible y a la ‘economía verde’ y no especulativa. El trabajo del docente tanto a título personal como colectivo debe ser capaz de activar ese “efecto mariposa” definido por el meteorólogo Edward Loren, en su teoría del caos, donde cada acción es importante por insignificante que parezca, pues puede provocar una reacción en cadena en cada persona que conocemos, en cada escuela, en cada niño y cada niña, como “el simple aleteo de una mariposa”, pues los problemas de otras personas, de otros países, no los podemos mirar con indiferencia porque ahora son nuestros problemas y en la resolución nos jugamos la vida de la sociedad y del planeta.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/03/13/mi-compromiso-como-docente/

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El aprendizaje personalizado, la nueva tendencia de las escuelas de formación

Por: www.interempresas.net/17-03-2017

El aprendizaje es una acción que funciona distinta en cada persona. Según el alumno, puede percibir la información de una forma u otra y a través de canales diferentes. Por ello, en Consulta International Business School, expertos en formación en nuevas tecnologías, han creado el modelo pedagógico propio ProMind, un método que personaliza las acciones formativas de los estudiantes para que obtengan un aprendizaje significativo y el rendimiento académico sea mayor y mejor.

A través de un test psicométrico inicial, se detecta el patrón de aprendizaje óptimo para cada individuo. Con esta información, se desarrollan unos contenidos y actividades adaptados al patrón que ha obtenido cada alumno. De este modo, se logra que los alumnos asimilen los contenidos con mayor facilidad y motivación.

“ProMind es fruto de muchos meses de investigación y desarrollo. Aunque las escuelas de formación no suelen tener un modelo pedagógico propio, queríamos darle un valor añadido a nuestro servicio y que el aprendizaje fuese útil para nuestros alumnos. Nuestro éxito es lograr optimizar su aprendizaje y que puedan aplicarlo al día siguiente”, afirma Cristina Revilla, directora de innovación tecnológica de Consulta International Business School.

La formación ofertada, de alto nivel de especialización, se diseña atendiendo a cuatro objetivos principales y a cuatro perfiles generales de aprendizaje, lo que incide de forma directa en la motivación y éxito del proceso. Cada patrón sigue una metodología didáctica propia para optimizar el aprendizaje según las características de cada perfil pero, en todos los casos, se seleccionan recursos audiovisuales y casos prácticos empresariales que garanticen un aprendizaje experiencial.

El claustro de profesores y directores académicos, diseñan los contenidos apoyándose en la metodología de cada patrón, generando recursos didácticos para perfil (vídeos, ejercicios de práctica, evaluaciones, esquemas, simuladores y cuantos recursos didácticos necesarios sean para lograr las metas de aprendizaje). De este modo, se combina tecnología y pedagogía, aplicando también conceptos de programación neurolingüística con el objetivo de lograr que el alumno logre convertirse en un experto profesional en la materia. Además, la Escuela inspirada en potenciar la innovación y formar a los profesionales del futuro, cuenta con un material académico actualizado, formación transversal y herramientas informáticas.

Para el curso 2017/18 la institución cuenta en su oferta académica con varios másteres y cursos para expertos enfocados a aumentar los conocimientos de todas las personas interesadas en las nuevas tecnologías como el Máster en Seguridad Informática y Hacking Ético con la visión de brindar al estudiante los conocimientos teóricos-prácticos en ciberseguridad o el Máster Big Data & Business Analytics para detectar, generar y obtener ventajas competitivas sustanciales en cualquier ámbito funcional de la empresa.

También se puede encontrar entre su oferta educativa otros cursos como Máster Human Capital Management, Máster International Business Management, Máster en Mobile Marketing y Publicidad Digital Interactiva y Máster Skill Development & Business Intelligence.

*Fuente:www.interempresas.net

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