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Las potencias mundiales acaparan las vacunas en detrimento de los países periféricos

Las potencias mundiales acaparan las vacunas en detrimento de los países periféricos

Estas últimas semanas, varias empresas farmacéuticas occidentales han anunciado que han desarrollado vacunas contra la covid-19. Es el caso, en particular, de la asociación de empresas Pfizer-BioNTech, de la farmacéutica estadounidense Moderna y de AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford. Los Estados imperialistas de uno y otro hemisferio se han apresurado a cursar pedidos y comprar a toda prisa el mayor número posible de dosis, en algunos casos incluso antes de la certificación de las vacunas por los organismos competentes. Esta auténtica rapiña imperialista de las vacunas está aniquilando de hecho las posibilidades de los países de la periferia capitalista de procurarse dosis para hacer frente a la pandemia.

Una actitud de predadores irracionales

Así, según el New York Times, “mientras que numerosos países pobres podrían estar en condiciones de vacunar como máximo al 20 % de su población en 2021, algunos de los países más ricos del mundo han reservado suficientes dosis para vacunar varias veces a sus propias poblaciones […]. Si les suministran todas las dosis que declaran haber pedido, la Unión Europea podría vacunar a sus habitantes dos veces, el Reino Unido y Estados Unidos cuatro veces y Canadá seis veces.” El mismo diario calcula que el número total de dosis que podría llegar a comprar EE UU a las diferentes empresas farmacéuticas asciende a 1.500 millones de unidades. Por su parte, las autoridades europeas afirman que han comprado más dosis de la vacuna “que las que hacen falta para todo el mundo en Europa”.

Además del poder financiero de estas potencias imperialistas, el principal argumento político que plantean para justificar esta prioridad de los poderosos es que estos Estados han invertido miles de millones de euros y dólares en apoyo a las investigaciones de las farmacéuticas privadas. Por su parte, países como India y Sudáfrica, a la cabeza de un grupo de países de renta baja o mediana, han solicitado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) una suspensión de los derechos de propiedad intelectual, como las patentes, sobre los productos asociados a la lucha contra la pandemia, informa The Lancet. No obstante, la industria farmacéutica y numerosos países de renta alta, “entre ellos el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Noruega y la UE, lo han rechazado categóricamente, afirmando que el sistema de propiedad intelectual es necesario para estimular nuevas invenciones de vacunas, pruebas de diagnóstico y tratamientos, que podrían estancarse en su ausencia.”

De este modo, en una situación que impone una urgencia al conjunto de la humanidad, estos gobernantes y multinacionales farmacéuticas consideran que únicamente el cebo de la ganancia y el afán de lucro pueden estimular la investigación y la innovación. Una lógica que revela la clase de mundo que defienden, pero que mucha gente combate, inclusive en el sector de la investigación y la innovación tecnológica. Sobre todo, al mostrarse incapaces de renunciar a la carrera por el beneficio en una situación de emergencia sanitaria mundial, los capitalistas obstaculizan la lucha contra la pandemia, demostrando una vez más el carácter absurdo del sistema que defienden.

El problema de la producción: el bluf de la industria farmacéutica

En efecto, la lógica del beneficio y de la propiedad privada está agravando un problema que podría afectar también a los países imperialistas: los límites de capacidad de producción de las empresas. El hecho de no compartir las patentes con los Estados periféricos y semicoloniales reduce la capacidad de producción de dosis de las vacunas, incluidas las demandadas por los países ricos. Así, el artículo del New York Times que ya hemos citado comenta a este respecto:

Ciertas empresas ya han revisado sus proyecciones en función de los problemas de producción. Pfizer declaró primero que produciría 100 millones de dosis de aquí al final del año, para reducir posteriormente esta cifra a la mitad. Novavax ha tenido que aplazar los ensayos clínicos en parte porque no podía producir un número suficiente de dosis. En otros casos, los fabricantes de vacunas o sus socios tal vez han prometido más dosis que las que pueden producir: se anunciaron 3.210 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, pero los contratos de fabricación suscritos solo suman 2.860 millones, según Airfinity. Johnson & Johnson prometió 1.300 millones, pero solo ha garantizado la producción de 1.100 millones.

Esto significa que es muy probable que en 2021 no se puedan cumplimentar en su totalidad los pedidos cursados, mientras que, en lo que respecta a los países de la periferia capitalista, ciertas fuentes calculan que muchos de ellos tendrán que esperar hasta 2024 para conseguir vacunar e inmunizar al conjunto de su población. Otros expertos consideran que para entonces mucha gente podrá haberse contagiado y haber adquirido una forma de inmunidad natural, reduciendo la demanda de vacunas. Aunque esta posibilidad fuera real, se trata de un cálculo cínico, en el que se espera que la gente pobre se inmunice naturalmente, eso sí, arriesgando su vida, mientras que la ciudadanía de los países desarrollados esté protegida a base de vacunas cuyo desarrollo y producción han sido posibles en buena parte gracias al expolio de los países semicoloniales por parte de las potencias imperialistas.

Imperialismo y subdesarrollo

Claro que los recursos financieros no explican todo. Hay otros factores, que por mucho que estén vinculados con la cuestión económica, determinan esta desigualdad entre países. En efecto, las vacunas desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna tienen una eficacia de más del 90 %, pero estas vacunas tienen que conservarse a temperaturas muy bajas: –70 ºC. Esto implica que los países que adquieren dosis de estas vacunas han de disponer de la infraestructura necesaria para mantenerlas a estas temperaturas, pero normalmente solo los laboratorios de investigación disponen de esta clase de congeladores. Ni los hospitales, ni las farmacias los tienen, ni siquiera en los países capitalistas desarrollados.

En este sentido, Alex Berezow, especialista en ciencias, tecnología y sanidad pública, afirma que “los desafíos logísticos que supone la cadena de frío imposibilitan prácticamente que una vacuna llegue a las regiones cuyas infraestructuras son mediocres y el suministro eléctrico poco fiable”. Dicho de otro modo, para muchos países de África, Asia y América Latina, y otras regiones del planeta (incluidas ciertas zonas de los países imperialistas), el almacenamiento de las dosis de vacunas resulta casi imposible, y por tanto también la vacunación de la población.

Desde este punto de vista, la vacuna desarrollada por AstraZeneca presenta una ventaja, ya que puede almacenarse en congeladores como los que suelen emplearse en los hospitales y farmacias, a temperaturas no tan bajas. Sin embargo, la eficacia de esta vacuna es de apenas el 62 %. Por consiguiente, es más que probable que, en el caso de que se resuelva el problema de la producción, será este tipo de vacuna menos eficaz la que llegue primero a los países periféricos y semicoloniales.

Evidentemente, esta situación está lejos de ser una fatalidad, fruto de la suerte de unos países y la desgracia de otros. En realidad, el subdesarrollo de la gran mayoría de países del mundo es el resultado del funcionamiento del propio capitalismo, en que un puñado de potencias se reparten las riquezas producidas en el conjunto del planeta. Su desarrollo depende del subdesarrollo de otros países. Es el imperialismo el que impide el desarrollo de las infraestructuras mínimas que permitan a la población gozar de unas condiciones de vida mínimamente dignas.

Todos contra todos

Pero nos equivocaríamos si pensáramos que existe una especie de entendimiento armonioso entre las diferentes potencias imperialistas contra los países de la periferia capitalista. En realidad, como vimos en las primeras semanas de la pandemia y a lo largo de todos estos meses, las potencias capitalistas compiten encarnizadamente entre ellas, incluso para procurarse productos elementales para hacer frente a la pandemia, como mascarillas, gel antiséptico o respiradores.

Ahora, con la vacuna, un producto mucho más complejo y sofisticado, esta lucha encarnizada prosigue, si cabe con más brutalidad. En efecto, puesto que todo parece indicar que las empresas farmacéuticas no podrán cumplir sus promesas de suministro para el año 2021, es más que probable que las potencias imperialistas se libren a una competencia feroz para hacerse con las dosis de vacunas. No está descartados que asistamos a escenas de piratería moderna, a formas de saqueo a gran escala. Porque más allá del aspecto sanitario, la inmunización de la población constituye una gran baza económica: el país que reciba más dosis de vacunas podrá tratar de relanzar su economía antes y de este modo obtener una ventaja con respecto a los capitalistas de los demás países.

El ejemplo de las vacunas muestra una vez más el carácter devastador y reaccionario del capitalismo. Es esta lógica, guiada por el beneficio, la que alimenta la desconfianza de gran parte de la población con respecto a las vacunas y sirve de caldo de cultivo para las teorías conspiranoicas más absurdas. El hecho es que, de momento, la única solución a esta pandemia parece ser la vacuna. Y en esta situación, los capitalistas actúan como de costumbre: tratando de beneficiarse. Si la clase obrera puede extraer aunque solo sea una lección de toda esta pandemia, es que habría que nacionalizar la industria farmacéutica y la investigación científica, bajo el control de sus trabajadoras y trabajadores, financiadas por elevados impuestos sobre las grandes fortunas. Es así como la lucha contra pandemias como la covid-19, que no será la última, podrá guiarse únicamente por la urgencia sanitaria y no por imperativos económicos.

16/12/2020

http://www.revolutionpermanente.fr/Covid-19-Les-puissances-mondiales-s-accaparent-les-vaccins-au-detriment-des-pays-peripheriques

Traducción: viento sur

Fuente de la Información: https://vientosur.info/las-potencias-mundiales-acaparan-las-vacunas-en-detrimento-de-los-paises-perifericos/

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El juicio contra Julian Assange: una prueba de fuego para la libertad de prensa

El juicio contra Julian Assange: una prueba de fuego para la libertad de prensa

El próximo 4 de enero una corte británica decide si extradita o no a Estados Unidos al cofundador de WikiLeaks y periodista australiano, Julian Assange. Políticos alemanes piden sacarlo del aislamiento.

La presión es grande: una celda en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Londres. Nils Melzer, Relator especial de la ONU sobre la Tortura, le dice a DW que Assange es mantenido bajo confinamiento solitario. Tras siete años de asilo en la embajada de Ecuador y ante la amenaza de pasar el resto de su vida detrás de los muros de una prisión estadounidense, Melzer considera esto como una «tortura». Durante 10 años, el australiano Julian Assange ha sido perseguido por las autoridades de EE. UU. como un enemigo de Estado. El 4 de enero, la jueza Vanessa Baraitser en Londres anunciará su decisión sobre si el periodista de investigación será extraditado o no a Estados Unidos.

Para Margit Stumpp, parlamentaria de los Verdes, este juicio es una «prueba de fuego para Occidente y sus valores». Ella es fundadora del grupo parlamentario «Libertad para Julian Assange», compuesto por representantes de diversos partidos alemanes. Según la política alemana, «en el curso de los procedimientos de extradición se está violando el Estado de derecho», dice a DW. Esto comienza con la negación al acceso al juicio como observadora. «Ni en Turquía, en donde he estado varias veces, tuve problemas para entrar a los tribunales», afirma. Una comparación poco halagüeña con Inglaterra.

Los dictadores se alegran

Los dictadores ya lo saben: la credibilidad del mundo occidental como defensor de los derechos humanos ha sido socavada por el enjuiciamiento de Julian Assange. ¿Un ejemplo? A principios de noviembre, la corresponsal de la BBC, Orla Guerin, se enfrentó al Presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, con preguntas críticas sobre la libertad de prensa en su país. Aliyev respondió diciendo que, en vista del tratamiento de Assange, Inglaterra no tenía derecho a reprochar a otros estados en materia de derechos humanos y libertad de prensa.

Nils Melzer no solo es Representante Especial de la ONU para la Tortura. También enseña derecho internacional en la Universidad de Glasgow y está familiarizado con el derecho británico. Su veredicto sobre el manejo de Julian Assange es certero: «El proceso viola claramente las normas básicas de los derechos humanos, el debido proceso y el Estado de derecho». Además, dadas las revelaciones de Assange sobre los «crímenes de guerra, corrupción y otros crímenes graves» cometidos por las tropas estadounidenses, la motivación es obvia para Melzer: «EE. UU. está tratando de criminalizar el periodismo de investigación en Europa. Y el sistema británico, desafortunadamente, está siguiendo la pauta de Washington». El 21 de diciembre, Melzer apeló al presidente de EE. UU., Donald Trump, para que perdonara a Assange en sus últimos días en la Casa Blanca, algo que hasta ahora no ocurrió.

UK Ai Weiwei protestiert gegen mögliche Auslieferung von Assange

Defensores de derechos humanos conmocionados

Reporteros sin Fronteras (RSF) ha seguido el proceso de cerca bajo «lamentables circunstancias», revela Christian Mihr a DW. El director ejecutivo de RSF en Alemania estuvo en Londres durante el juicio y acusa a las autoridades británicas de «tratar de bloquear sistemáticamente a los observadores internacionales». Incluso el acceso a las grabaciones del proceso en video, inicialmente garantizado, fue retirado con poca antelación. A los pocos observadores no se les permitió entrar en la propia sala; tuvieron que seguir una mala transmisión de vídeo en una sala separada, en condiciones extremadamente incómodas, con frías temperaturas. Al final, Reporteros sin Fronteras fue la única ONG presente en el tribunal en cada día del juicio.

En cuanto a los testimonios de los testigos -la mayoría de los cuales fueron llamados por la defensa-. Mihr dice que no solo quedó claro que «esto es una cuestión de libertad de prensa». También ha quedado claro que «es una cuestión de vida o muerte para Julian Assange». Psicólogos y psicoterapeutas, e incluso un psiquiatra de la fiscalía, expusieron el preocupante estado de salud de Assange. «Existe un riesgo agudo de suicidio en las condiciones de confinamiento solitario», dijo Mihr.

En cuanto al veredicto del 4 de enero, Mihr tiene pocas esperanzas: «Siempre he dicho que este es un juicio político, con una inmensa presión política. Así que no me sorprendería que el tribunal accediera a extraditarlo».

Apelación ante Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Cualquiera que sea el veredicto, ambas partes tienen la opción de apelar. Después de dos posibles instancias en el Reino Unido, el procedimiento de extradición podría acabar en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así que la pregunta de si Julian Assange será extraditado a EE. UU. podría seguir pendiente por años.

Es por eso que el 8 de diciembre, el experto en tortura de la ONU Nils Melzer pidió a las autoridades británicas sacar inmediatamente a Assange de la prisión. Mientras duren los procedimientos de extradición, las autoridades británicas podrían ponerlo bajo arresto domiciliario. Melzer insistió en que Assange no era un delincuente condenado, sino que estaba detenido únicamente como medida preventiva hasta que se determinara el resultado de los procedimientos de extradición.

Hay ejemplos destacados de arresto domiciliario en tales casos. Al dictador chileno Augusto Pinochet, por ejemplo, se le permitió esperar su procedimiento de extradición en la comodidad de una mansión en las afueras de Londres en los años 90. En Navidad, al criminal de lesa humanidad se le permitió incluso pedir un sacerdote que voló exclusivamente a Londres.

London Festnahme Julian Assange (Reuters/H. Nicholls)

Fuente de la Información: https://www.dw.com/es/el-juicio-contra-julian-assange-una-prueba-de-fuego-para-la-libertad-de-prensa/a-56077533

 

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La COVID-19 y la contradicción Capital-Vida

Por: Daniel Álvarez González

EL SISTEMA TIENE QUE ELEGIR ENTRE SU COLAPSO A FAVOR DE LA VIDA O SU SUPERVIVENCIA EN DETRIMENTO DE ÉSTA. Y PARECE QUE EL CAPITALISMO AGONIZANTE PREFIERE MORIR MATANDO PARA PODER SEGUIR EXPLOTANDO UN DÍA MÁS.

Esta pandemia que se ha extendido por todo el globo está demostrando ser de gran interés sociológico, pues como afirma Luis Gonzalo Seara (1983) la sociología es el acercamiento crítico a la realidad, la cual se presenta como una aventura dialéctica que hay que descifrar. Y esta situación de crisis sanitaria representa todo un reto que han de abordar también los científicos sociales.

Los aspectos políticos, económicos, culturales y sociales de esta epidemia global deben tratarse desde una perspectiva que tenga en el punto de mira el sistema capitalista, pues es la clave para comprender con mayor precisión los procesos que se están sucediendo y están por suceder alrededor del mundo por culpa del contexto de crisis que estamos viviendo. Esto ha de ser así porque las contradicciones del sistema se agudizan y pasan a ser más claras, más fáciles de identificar. Los problemas estructurales derivados de la pandemia muestran con más evidencia las disfunciones del capitalismo.  Para comprender el porqué podemos recurrir a lo que Ulrich Beck (2002) llamó “la sociedad del riesgo” y de cómo esta tiene un marcado carácter de clase. Estamos siendo observadores de cómo los gobiernos al servicio del capital atienden con urgencia y preponderancia los asuntos económicos y tratan la emergencia sanitaria como algo secundario que hay que superar a cualquier coste –humano- para salvaguardar los intereses de la economía de mercado. Frente a esta situación cobra más sentido que nunca el concepto de nuda vida que plantea Giorgio Agamben (1998), pues la vida no vale nada, el coste social de la pandemia ha de ser alto para que el sistema pueda sobrevivir. La mercancía trabajo, el factor humano, es prescindible y sustituible gracias a que el capitalismo se ha procurado tener siempre a mano un gran ejército de reserva disponible para que, en caso necesario, ocupe los puestos en sus máquinas para que todo siga funcionando.

Esta es la lógica del capitalismo, inhumana pero racional. Sopesa pros y contras, los costes y beneficios de no parar la economía. La contradicción fundamental se da entre la vida en un sentido humanista y colectivo, y la acumulación a través de mandar a una muerte segura a aquellos que generan la riqueza que acaba en manos privadas. El sistema tiene que elegir entre su colapso a favor de la vida o su supervivencia en detrimento de ésta. Y parece que el capitalismo agonizante prefiere morir matando para poder seguir explotando un día más. Se ha hecho manifiesto –como en otras ocasiones a lo largo de la historia- que para que la rueda del capital pueda seguir girando tienen que llevar al matadero a la clase obrera para lubricar con su sangre los engranajes de la máquina del Das Kapital. La élite burguesa occidental no parece que vaya a sacrificar sus ganancias y propiedades, pero sí parece que están dispuestas a que miles de trabajadores pasen a formar parte de las estadísticas que recogen los fallecimientos por la Covid-19. Es el daño colateral necesario para que no caiga su imperio del dinero. Queda demostrado así que los riegos se acumulan “abajo” y las riquezas “arriba” (Beck, 2002), que son los trabajadores los que dan su vida para que otros puedan vivir cómodamente.  Aunque lo quieran ocultar, la lucha de clases está muy presente en esta pandemia y, desgraciadamente, será la clase trabajadora la que pagará doblemente esta crisis: primero con su vida y después con el sudor, precariedad y explotación más severa que vendrá con la recesión económica que dejará la pandemia. Como siempre, los desposeídos serán los encargados de reanimar al monstruo estertoroso que nos condenará, más si cabe, a ser los esclavos que lo mantengan en su fase terminal.

Pero quizá podamos aprender algo de aquellos países que con su actuación han demostrado anteponer la vida a la economía porque son conscientes de que ésta última está subordinada a la anterior, no al revés. Me refiero al caso particular de la gestión de la crisis del Gobierno chino, cuyo país ha sido vilipendiado por la prensa occidental –mercenaria y sensacionalista que no ha sido nada rigurosa- que ha repetido constantemente que China mentía y ocultaba datos. La realidad es que el Gigante Asiático ha demostrado ser un ejemplo en la lucha contra el Coronavirus –incluso la OMS, nada sospechosa de ser prochina, ha apoyado las políticas llevadas a cabo por su gobierno-, pero en parte esto no sólo ha sido gracias a las medidas adoptadas de un confinamiento estricto o a la gran capacidad de movilizar medios y recursos para construir un hospital totalmente equipado en 10 días para atender y tratar a los afectados por el virus en la ciudad epicentro de la pandemia. Hay un elemento que hay que tener en cuenta para comprender el porqué del éxito –si lo comparamos con países occidentales- de las medidas adoptadas, y es que la sociedad china ha demostrado tener un gran sentido de la responsabilidad colectiva ligada, a su vez, a una tradición de la disciplina. Quizá estos valores tan importantes –entendidos por algunos pensadores occidentales como técnicas de dominación- sean herencia del socialismo chino, que han elevado la consciencia colectiva de gran parte de su sociedad, demostrando que son un pilar fundamental en tiempos difíciles.

Pero no sólo tenemos el ejemplo de China, sino que otros países asiáticos como Vietnam han demostrado su madurez ejemplar con la estrategia adoptada para frenar al Coronavirus, dejando al descubierto la decadencia de las sociedades occidentales.

En las sociedades occidentales estamos viviendo un fenómeno de infantilismo que pone en riesgo la salud pública. Negar nuestra responsabilidad colectiva y anteponer los derechos individuales por encima de todo, es decir, la ideología dominante liberal del sistema capitalista, es un peligro para la vida. La superestructura ideológica del capitalismo amenaza la supervivencia en tanto en cuanto rechaza la responsabilidad colectiva para enfrentar la pandemia. Cuando se antepone el individuo a la sociedad, el egoísmo frente a la solidaridad, acabamos siendo testigos de protestas –en plena crisis sanitaria mundial- en las que se reivindica nuestro derecho a ir a la peluquería, al gimnasio o a la casa de la playa. Los aspectos más subjetivos del capitalismo son necesarios para que la contradicción vida-capital sean pasados por alto por la sociedad. La esfera ideológica sirve para agudizar, a la vez que para ocultar, los problemas sistémicos del capitalismo. La ideología imperante en occidente es un obstáculo más que dificulta la lucha contra el virus, pues alimenta y trata de legitimar sus lógicas. Poner la vista en Asia quizá estimule a la clase trabajadora para imaginar que otro modelo de sociedad es posible y que sí puede contenerse el virus. Y digo imaginar, porque el proyecto de la clase trabajadora ha de ser el de un proceso transformador que nos lleve al socialismo, pero en estos tiempos en los que anda desamparada y sin rumbo, necesita de un acicate que le dé esperanza.

Una cosa está clara y es que la pandemia más peligrosa, la que más mata y matará si no ponemos remedio, es la del Capitalismo.

Daniel Álvarez es graduado en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.

Fuente e imagen:  https://nuevarevolucion.es/la-covid-19-y-la-contradiccion-capital-vida/

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Necesitamos más humanización en tiempos de COVID-19

Por: Jesús Sánchez

La tristeza, la soledad, el miedo, la incertidumbre y la muerte han cobrado un especial protagonismo desde marzo de este año que está a punto de acabar, y que todos llevaremos en nuestra memoria y en nuestro corazón. Son muchas las cosas que han cambiado en el mundo y especialmente en el terreno de la afectividad, la emotividad y la comunicación humana; sin duda alguna hoy todos valoramos mucho más la salud y la protección de nuestras familias, especialmente la de nuestros hijos y nuestros mayores. Pero nos comunicamos de forma diferente entre nosotros; el teletrabajo, las videoconferencias, los WhatsApp, Twitter y el resto de redes sociales, se han apoderado de la comunicación más “humana”, basada en la cercanía, el feedback de nuestra mirada, nuestra sonrisa y el tacto.

El Coronavirus nos ha robado muchas cosas durante este año. Nos ha robado los abrazos y los besos, pero también la sonrisa que nos vemos obligados a tapar con la mascarilla para protegernos de su contagio; también nos ha robado la posibilidad de estrecharnos las manos o de acariciar a nuestros seres queridos, igual que nos ha robado de forma dramática y cruel, la posibilidad de acompañar a nuestros familiares y amigos cuando están ingresados por la COVID-19, y especialmente cuando mueren en soledad sin que nos podamos despedir como todos quisiéramos.

Pero no nos ha robado las ganas de vivir, de amar, de recordar todo lo positivo de la vida, y tampoco nos ha robado nuestra voz, tan importante en la comunicación humana gracias al tono, el ritmo, el volumen y los susurros.

Todos los años durante las Navidades abusamos demasiado de los mensajes por WhatsApp para felicitar a la familia o a los amigos. Este año, necesitamos potenciar la “humanización” y por ello deberíamos utilizar más el teléfono o las videoconferencias para poder vernos y escucharnos. Y si nuestra sonrisa esta oculta por la mascarilla, fijémonos en la mirada de quien nos habla y analicemos también la nuestra, porque siempre se ha dicho que “los ojos son el espejo del alma” y ahora, lo es mucho más. Se trata de aprovecharnos de los avances de la tecnología de la comunicación, pero sin olvidar la necesidad de humanizarla.

Si algo he aprendido durante estos largos nueve meses, es que es fundamental potenciar la humanización en todos los sentidos; en nuestra vida diaria, en nuestro entorno laboral, con nuestros amigos, pero también con todos aquellos a los que no conocemos. Es cierto que las alegrías son más alegrías cuando se comparten, pero también lo es que las tristezas son mucho menos tristes si se comparten con cariño, porque además de este modo, estaremos contribuyendo a disminuir el peso de la soledad.

Esta mañana hablaba con un amigo y compañero; era mediodía y me decía que estaba paseando con su sobrino y que estaba reflexionando, porque el año pasado y sin pandemia a esa hora, estaría tomando una cerveza con sus amigos, pero este año le daba mucha más importancia a disfrutar con la familia.

Aprovecho desde esta tribuna que me conceden @madridiario y @diariocritico, y especialmente su presidente y amigo @c_mediavilla, para desearles a todas y a todos la máxima salud y felicidad durante estas fiestas Navideñas y que 2021, sea un año lleno de venturas, esperanza y vida, gracias a que todos cumplamos con nuestra obligación personal, ética, moral y solidaria de vacunarnos contra la COVID-19.

¡Ganas de vivir! Es lo que nos dice Constantino Mediavilla en su cuenta de Twitter: “Para que no crean que voy a morirme, me pasa todo lo contario. Sucede que voy a vivirme, sucede que soy y que sigo…, se trata de que tanto he vivido, que quiero vivir otro tanto”. Como hago desde hace muchos años, recordaré una vez más, que “hoy es el primer día del resto de mi vida”, y por ello merece la pena vivirla y disfrutarla con la familia y los amigos, y cada día con más humanización.

Fuente e imagen: https://www.diariocritico.com/opinion/jesus-sanchez-martos/necesitamos-mas-humanizacion-en-tiempos-de-covid-19

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España: Lanzan una campaña en apoyo de las personas juzgadas por protestar contra el bus de HazteOír en Sevilla

El colectivo SOCORRE (Solidaridad Contra la Represión) y la Red de Maricones del Sur se unen para reunir el dinero suficiente que pague los costes del juicio en la reapertura del caso.

El colectivo SOCORRE (Solidaridad Contra la Represión) y la Red de Maricones del Sur se han unido en una campaña de la plataforma GoFoundMe con el objetivo de sufragar los gastos judiciales de las ocho personas que hacen frente a un nuevo proceso judicial en Sevilla, por su participación en las concentraciones contra el autobús de la asociación ultracatólica HazteOír el 29 de marzo de 2017. El llamamiento tiene como finalidad “poder asumir con dignidad la defensa en el proceso penal”, “apelar a la solidaridad” y “poner en aviso que este proceso judicial y represivo se ha reabierto y sigue en pie”, explican en un manifiesto.

El “transfobus”, llamado así por las organizaciones, fue una acción de la asociación HazteOír, fundada en 2001 por Ignacio Asuaga. El citado vehículo recorrió diferentes ciudades españolas en el año 2017, con mensajes homófobos y en contra de la enseñanza de diversidad sexual en las escuelas, como el polémico: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva”.

En Sevilla, como en otros puntos de España, se organizaron actividades de rechazo. Entre ellas, el 29 de marzo de aquel año hubo una concentración frente al mencionado autobús a su llegada al Palacio de San Telmo.

Mensajes de odio

Para SOCORRE y Maricones del SUR, “el autobús se dedicó a difundir mensajes de odio por toda la península contra las infancias transexuales, y las personas trans en general”. Este vehículo llegó a ser inmovilizado en la comunidad de Madrid y Barcelona, y en Sevilla también hubo una declaración institucional suscrita por grupos políticos en contra de sus mensajes.

Después de aquella jornada de protesta, varias personas participantes fueron identificadas y prestaron declaración. Una de las imputadas es Denis, que cuenta que fueron acusadas de “delitos contra la integridad moral, amenaza, coacción y daños materiales” pero el caso fue archivado por falta de pruebas.

“Éramos nueve, pero uno de ellos ha fallecido este año”, explica. “En casi todas las ciudades donde pasó el autobús hay juicios pendientes contra activistas. A mi juicio es una estrategia mediática. Provocan porque saben que tienen rechazo en la sociedad y aun así tienen el valor y la cara de sacar un autobús con un mensaje muy doloroso”, añade Denis.

Tras el recurso de HazteOir en 2018, la Audiencia provincial reabrió el caso y, en junio de 2020, la Policía presentó un nuevo informe donde se atribuye a estas ocho personas otros delitos, entre ellos “el delito de odio de carácter ideológico”. Este giro ha dado lugar a un nuevo proceso judicial que comenzó el pasado lunes 14 de diciembre.

“Pensamos que es una estrategia policial y judicial. Una de las cosas que alega el informe es que estábamos organizadas, pero entre las acusadas no nos conocíamos. Se presentan imágenes de aquel día y se mezcla la trayectoria política de cada una, organizaciones de las que fuimos parte, antecedentes o multas. Nos hacen un perfil político e incluso estético, como para agravar la peligrosidad que tenemos y para alegar que estamos organizadas y que hay un delito de odio, cuando en realidad precisamente nuestras protestas eran contra los mensajes de odio que hacia circular el autobús de HazteOír”, explica Denis.

Solidaridad Colectiva

En este nuevo escenario, SOCORRE y Maricones del Sur, se ponen en contacto con las personas imputadas para llevar a cabo la campaña “Solidaridad contra la transfobia” y sumar esfuerzos en este proceso donde se añaden gastos judiciales importantes.

Denis relata que “en 2017 todas nos abrieron la vía de sanción administrativa, y el canal penal que es el que utiliza HazteOír para denunciarnos. En aquel momento, la mayoría fuimos con abogados de oficio y con apoyos de algunos letrados y letradas que se solidarizaron, como en mi caso. Ahora el costo judicial está estimado en torno a 1.200 euros para cada una; esto sin contar con otros gastos futuros, si bien esperamos salir absueltas por fin”.

El objetivo de la campaña es buscar apoyo económico, y dar un mensaje de unidad: “No queremos represión en silencio ni compañeras que se sientan solas”, concluye el manifiesto.

Fuente e imagen: https://www.elsaltodiario.com/lgtbiq/lanzan-campana-en-apoyo-de-las-acusadas-por-protestar-contra-el-bus-de-hazteoir

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Gobierno prohíbe reuniones de Navidad en Londres por aumento de casos de COVID-19

Sin reuniones de Navidad.  Londres, el sureste y este de Inglaterra pasarán este domingo al nivel 4, grave, de riesgo de COVID-19, con el cierre de tiendas no esenciales, por el alza de los casos del virus, anunció este sábado el primer ministro británico, Boris Johnson.

El primer ministro, que celebró este 19 de noviembre una reunión del Gobierno, comunicó en rueda de prensa que también se reforzarán las restricciones durante el periodo navideño en estas zonas tras detectarse una nueva variante del COVID-19.

Las autoridades indicaron que alertaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el hallazgo de esta nueva cepa, que se propaga con mayor velocidad si bien no hay pruebas de que sea más letal o que pueda tener un impacto en la efectividad de las vacunas desarrolladas contra la covid-19, si bien este extremo se está evaluando con urgencia para su confirmación.

Prohíbe reuniones de Navidad

Las tiendas que venden artículos no esenciales, los gimnasios, los cines y las peluquerías se verán forzadas a cerrar por un periodo de dos semanas, mientras que estará autorizada la reunión de una persona con otra que no viva bajo el mismo techo únicamente al aire libre, indicó el jefe del Gobierno.

Además, en Navidad, quienes vivan en este nivel 4 -grave- no podrán reunirse con otros fuera de su “burbuja” familiar.

El primer ministro pidió a las personas que están en los distintos niveles de restricciones en que está dividida Inglaterra, en función del número de casos, quedarse en sus lugares de residencia mientras que la población debe “considerar cuidadosamente si hay necesidad de viajar al extranjero”.

Además, quienes viven en áreas con el nivel 4, similar a un confinamiento, no estarán autorizados a viajar al extranjero, aunque con “excepciones limitadas”, como puede ser por trabajo.

Reuniones a tres grupos

El “premier” solicitó a los residentes del nivel 4 trabajar desde casa, mientras que modificó los planes para el periodo navideño al establecer que quienes estén en los niveles 1, 2 y 3 de restricciones -bajo, moderado y sustancial- solo puedan reunirse tres grupos de distintos techos únicamente el día 25.

Hasta ahora, estas reuniones estaban autorizadas entre el 22 y el 28 de diciembre, para dar flexibilidad a las familias.

Nueva cepa más rápida

El director médico de Inglaterra, Chris Whitty, indicó este sábado que a raíz de “datos preliminares y el rápido aumento de los casos en el sureste (de Inglaterra)”, el grupo asesor de Nuevas amenazas de virus respiratorios emergentes considera “que la nueva cepa se expande más rápidamente”.

“Hemos alertado a la OMS y seguimos analizando los datos disponibles para mejorar nuestro entendimiento” del virus, añadió.

Ante esta situación, “es ahora más vital que nunca que la población tome medidas en su área para reducir la transmisión”, puntualizó el director médico.

Fuente: https://efectococuyo.com/coronavirus/johnson-prohibe-reuniones-de-navidad-en-londres-por-aumento-de-casos-de-covid-19/

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