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German lessons for America: Second Look

Alemania/Junio de 2017/Fuente: USA Today

Resumen: Estoy de acuerdo con el editorial de USA TODAY «Lo que Estados Unidos puede aprender de Alemania». Sé que los esfuerzos de Alemania para tener trabajadores bien formados, fabricación fuerte y una avanzada base industrial y tecnológica es un modelo para que Estados Unidos aprenda. Pero viene de la ayuda del gobierno. Este enfoque debe incluir el respeto por la ciencia, que carece de esta administración. También podemos hacer mejor en dar a americanos el acceso a la educación comprable – los alemanes consiguen la educación universitaria libre. Alemania también proporciona atención de salud universal que hace para una mano de obra más productiva.

Letter to the editor: 

I wholeheartedly agree with USA TODAY’s editorial “What U.S. can learn from Germany.” I know that the German efforts to have well-trained workers, strong manufacturing and an advanced industrial and technology basis is a model for America to learn from. But it does come from government help. This approach must include respect for science, which is lacking in this administration. We can also do better in giving Americans access to affordable education — Germans get free university education. Germany also provides universal health care that makes for a more productive workforce.

I have to disagree with the idea of a national sales tax (also called a value-added tax). It is regressive and would weigh on the majority of Americans with a modest income. It’s better to increase personal taxes on the rich and get rid of our many loopholes in our tax system that favor them.

But above all, we need to increase international trade, encourage competition, and build an economy that respects science rather than discredits or denies facts. We need to make sure that much of our infrastructure investments concentrate not only on physical elements — such as bridges and railroads — but also on education, access to universities and advanced research. That is the opposite of what the president’s 2018 budget will do, and his effort at privatizing is only going to be more costly to taxpayers and ultimately counterproductive.

Fuente: https://www.usatoday.com/story/opinion/2017/06/11/german-lessons-america-second-look/102556612/

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Los intelectuales judíos y el giro conservador de la historia

Por: Gastón Gutierrez

Imágenes

El libro comienza con el relato de una imagen reveladora: León Trotsky y Karl Radek asisten en 1917 a una reunión en Brest-Litovsk como representantes de la revolución rusa, escandalizando a los diplomáticos del imperialismo alemán, no tanto porque la política bolchevique desnudaba la diplomacia secreta entre los Estados imperialistas, sino especialmente porque la presencia de dos parias judíos les repugnaba. Con esta imagen como referencia, Traverso señala que para encontrar un acontecimiento similar en nuestros días habría que imaginar la entrada de una delegación de Al Qaeda en una cumbre del G8; allí los “parias” estarían formalmente por fuera del marco civilizatorio. A pesar del agudo contraste entre la política revolucionaria bolchevique y el islamismo político reaccionario1, el efecto sería sin dudas comparable.

El relato siguiente de la introducción del libro se sitúa medio siglo después y vemos a Henry Fotomontaje: Carmen Torrieri Kissinger en 1973, miembro del gobierno de Nixon, firmando el tratado de paz con Vietnam. Allí un judío podía representar la contrarrevolución, el napalm y los golpes de Estado en América Latina. Trotsky y Kissinger, arquetipos del judío revolucionario y del judío contrarrevolucionario, serían característicos de dos periodos históricos muy diferentes en donde el lugar del judío se habría alterado notablemente. Estos paradigmas antinómicos del intelectual de procedencia judía son tomados por Traverso para ilustrar una mutación histórica.

Una reversión paradójica

La tesis de El final de la modernidad judía. Historia de un giro conservador2, de Enzo Traverso, es que el período de la Ilustración en la historia judía, que arranca en el periodo de la Emancipación y el Decreto de la Asamblea Nacional francesa de 1791, y que supuso la salida de los judíos de los muros del particularismo para insertarse en el mundo, llegó a su fin con el Holocausto. Desde entonces, asistimos a un declive conservador y a una resolución reaccionaria de la “cuestión judía” cercenada en la conformación del Estado colonialista de Israel; produciendo, a su vez, la aparición de una “cuestión palestina” que reproduce las mismas condiciones parias que eran propias de aquella. Como señala el autor: “La modernidad judía, por consiguiente, ha agotado su trayectoria. Después de haber sido el principal foco del pensamiento crítico del mundo occidental –en la época en la que Europa era el centro de éste–. Los judíos se encuentran hoy, por una suerte de reversión paradójica, en el corazón de sus dispositivos de dominación”3.

El propósito de Traverso es dar cuenta tanto de aquellos aspectos de un legado crítico de la modernidad judía que le permitan explicar su rol activo en el pensamiento de la primera mitad del siglo XX, como de aquellos elementos que llevaron a esta reversión y situarlos en el contexto de la historia. El interés de Traverso en la historia judía está alejado de cualquier preocupación teológica, es un investigador especialista en el tema, que aprendió a leer el yiddish pero solo porque la historia judía del siglo XX no es más que un “prisma a través del cual podemos leer la historia del mundo”4. Elaboró su tesis Los marxistas y la cuestión judía (1989) bajo la dirección de Michael Löwy (autor por su parte de Redención y utopía. El judaísmo libertario en Europa central) pasando revista a la larga historia que va del conocido texto de Marx de 1843 a La concepción materialista de la cuestión judía del joven trotskista belga Abraham León en 1943 (asesinado luego en Auschwitz en 1944). Su tesis describía la historia de la intelligentsia marxista-judía de Europa central y oriental, y el final del movimiento obrero judío en Europa cuyo último acto es la insurrección del gueto de Varsovia. En este nuevo libro Traverso se propone realizar un marco interpretativo del pronunciado giro producido en las décadas siguientes. Los 7 capítulos que lo componen ofrecen una periodización de esta etapa de la historia judía, que abarca los dos siglos entre 1750 y 1950, y el periodo posterior que se continúa hasta nuestros días; una tipificación de los distintos modos de “ser judío” prevalecientes en la Europa moderna, comparando las diferentes trayectorias nacionales de la diáspora judía y los desplazamientos continentales que tendrán lugar en el siglo XX; la reconstrucción de los diferentes momentos intelectuales y las oposiciones entre figuras revolucionarias, reaccionarias y republicanas en el ciclo de la intelectualidad judía; y, por último, propone una mirada desde el presente hacia las metamorfosis de la judeofobia en islamofobia como principal racismo de nuestros días. El libro no se presenta como una historia lineal, las piezas que componen cada uno de los capítulos del libro, siguen el método historiográfico de Traverso que intenta ser un aporte a una historia intelectual inserta dentro de una historia general, compuesta de múltiples influencias y, por lo tanto, alejada de cualquier reduccionismo textualista. Apegado a los aportes de la historia conceptual, Traverso, en parte influenciado por su formación en el marxismo, sigue sus propias reglas de composición histórica: contextualización, historicismo crítico, comparatismo histórico, conceptualización y una lectura comprometida desde el presente, que se propone seguir los preceptos de Walter Benjamin5.

Una semántica ambigua

La posición con la que Traverso pasa revista a los distintos componentes de esta historia, considera que la modernidad judía presentó un reverso crítico que acompañó el desarrollo capitalista durante el tiempo en que se mantuvo la condición de no-reconocimiento por parte de la sociedad. Si repasamos las características del pueblo de la diáspora, como el cosmopolitismo, la ausencia de lazos nacionales, el carácter urbano, la des-territorialización, el textualismo, el manejo del mercado dinerario, la comunicación, la movilidad y circulación a través de culturas diversas y la especialización intelectual y la facilidad hacia la abstracción, es difícil negar que éstas mantienen una afinidad electiva con la economía mercantil. No por nada en los imperios del siglo XIX que contenían diversas nacionalidades en su seno y eran por lo tanto pluriculturales, plurirreligiosos y multilingüísticos, la “cuestión judía” pareció adaptarse mejor a las mismas condiciones comunes de otras opresiones religiosas o nacionales. Por el contrario, estos judíos “mercuriales” (extranjeros y móviles) se vieron perjudicados con el auge de los nacionalismos “apolíneos” (sedentarios y guerreros) que protagonizaron la emergencia de los Estados-nación, lo que les significó a los judíos volver a aparecer como un cuerpo extraño, cuya posición fue marginalizada nuevamente. El término antisemitismo apareció entonces en la historia precisamente en la década de 1880, conjuntamente con el auge colonialista, el racismo y el comienzo del imperialismo. Si por un lado, con la emancipación los judíos fueron puestos en el centro de la modernidad capitalista, el mismo desarrollo de ésta los circunscribió a una minoría con determinadas características que la hacían susceptible de formar parte de la élite, de la cual a su vez eran rechazados en la mayoría de los escenarios nacionales. Esta semántica ambigua de la condición judía moderna se desarrollaba a su vez en un contexto producido en el desarrollo desigual y combinado de la historia europea del siglo XIX y XX, que sumado al fenómeno migratorio del este al oeste, produjo una generación intelectual alienada de una consagración adecuada a sus expectativas en los marcos del sistema. Mientras que el sionismo buscaba ¨normalizar¨ el pueblo judío como un Estado, una nación, una soberanía, serán los mismos atributos propios de esta semántica ambigua, de un pueblo que no es un pueblo nación, los que, paradójicamente, formarán el sustrato de una posición privilegiada para desarrollar el pensamiento crítico. En los contextos en que pudieron desarrollarse, aunque sea parcialmente, renovó el pensamiento del siglo en una zaga de figuras compuesta apenas por Proust, Kafka, Freud, Chagall, Marx, Rosa Luxemburgo, Trotsky, Simmel, Durkheim, Einstein, Schönberg, Adorno o Benjamin. De ahí que un lugar destacado de la investigación de Traverso sean las diferentes actitudes intelectuales que surcan el fenómeno de la modernidad judía6. Citando el interrogante de Veblen de por qué “los judíos han aportado más que nadie a la vida intelectual de la Europa moderna”, Traverso quiere recuperar la figura de los “judíosno judíos”, como los denominó Isaac Deustcher, porque ellos componen una voz disonante de la modernidad capitalista. Herejes que tienen una larga prosapia, desde Spinoza, Heine o Marx, y características comunes: cosmopolitismo, ateísmo, inconformismo político y marginalidad social. Representantes o herederos de una ilustración radical, los “judíos no judíos” se enmarcan para Traverso en “la implosión del mundo judío tradicional y el ascenso del antisemitismo moderno (que) fueron las premisas de su surgimiento, lo que implicaba una doble superación: por una parte el alejamiento del judaísmo, que se hizo necesario ante la fisura radical que se abría entre la tradición judía y la modernidad; por otra, la superación de las identidades y las culturas nacionales que rechazaban la alteridad judía”. De algún modo para Deustcher esta manera de mantenerse vinculado a “lo judío” tenía puntos de contacto con el “marranismo” español y portugués de los orígenes de la modernidad que buscaba sortear las prohibiciones de profesar la fe por parte del catolicismo, pero cuando podía volver a convertirse ya no podía encontrar lugar en la vida confesional por estar abiertos a una vida cosmopolita. Su judaísmo era existencial y crecientemente adoptaba perspectivas profanas, seculares o innamentistas (Spinoza). De ahí emergen los primeros “judíos no judíos” que anunciaban la salida del culto y la emancipación política. Con el tiempo esta figura alejada de su comunidad de origen, pero que comparte las penurias de la misma, pasa a ser vocero de una especie de “cosmopolitismo posnacional” que se traducirá de diversos modos en la historia. En los comienzos del siglo XIX, como humanismo y democracia radical y, posteriormente, como internacionalismo proletario y comunismo7. Desde ya que esa tradición compartirá las vicisitudes comunes al movimiento revolucionario de entreguerras.

Una mutación conservadora

Traverso señala que además del modelo oriental del “judaísmo paria” (exclusión social y política) y del modelo alemán (integrado económicamente, asimilado culturalmente, pero excluido políticamente) hay que considerar un tercer modelo, el de los “judíos de Estado” de occidente, que se conformaron como una élite en Francia, Italia y Reino Unido y que sirven para entender el giro conservador. En Francia la adhesión al republicanismo fue su marca y aunque eso no los salvó del régimen de Vichy, se mantuvieron fieles al Estado francés, como podemos ver en la trayectoria de Raymond Aron. En Italia los “judíos de Estado” fueron un aliado importante de la formación del Estado nacional en oposición a la Iglesia, participaron en las formaciones de derecha e incluso fueron parte del régimen de Mussolini hasta 1938. En Gran Bretaña el primer ministro Disraeli era un conservador y nacionalista feroz y protagonista de la política imperialista hacia las colonias. Comparando las trayectorias nacionales vemos que en todos los casos el ascenso del nacionalismo perjudicó incluso estas vías de integración por derecha y que el cataclismo de la II Guerra con la barrida nazi por la Europa central, la conquista continental y el genocidio, terminó desplazando primero hacia EE. UU. y posteriormente hacia Israel estas tendencias de integración con el Estado.

Para dar cuenta de que ese fenómeno no fue unívoco, Traverso recurrirá a Hannah Arendt, porque para él es una figura todavía “entre dos épocas”. Del conjunto de producción de la filósofa política, Traverso destaca su oposición al sionismo y a la formación colonialista del Estado de Israel. Para ella la cuestión judía no podía encontrar su resolución en los marcos de un Estado nacional judío, sino en una disociación entre la forma Estado y el contenido de la nacionalidad. En esta polémica Arendt reivindica el federalismo de la revolución rusa y la autodeterminación de las naciones en su seno, más allá de que ya constituía un principio pisoteado por el estalinismo. Por otro lado, Arendt reivindicaba la constitución de un ejército judío para pelear en la II guerra mundial pero no apoyaba la política colonialista en Palestina. A propósito de esta cuestión, Traverso va más allá y repone la lectura de la Naqba (catástrofe) investigada por Ilan Pappé como una limpieza étnica planificada a la que hay que oponerle el punto de vista del pueblo palestino y el derecho al retorno al territorio y la autodeterminación nacional en su propio Estado8. Con sus teorías de la democracia y del espacio público Arendt mantuvo para Traverso las características del intelectual “paria”, exiliado, que por “flotar libremente” (Mannheim) escapa al “habitus” mental dominante y a los estereotipos nacionales. Ese inconformismo llevará a que Arendt se interese por los soviets en Hungría del ‘56 y por Mayo del ‘68. Aunque su apego a un prisma generalizado de la “cuestión judía” capaz de ser resuelta sin atender a la emancipación social dará un carácter limitado a su crítica, entre otras cosas como le señala Traverso, a través de su incomprensión de la opresión racial negra en Norteamérica.

En sentido divergente al ejemplo de Arendt, las trayectorias de K. Popper y de I. Berlin dan cuenta de cómo el americanismo y el sionismo, respectivamente, fueron las variantes mayoritarias de “asimilación imperialista” de la intelectualidad judía consolidando esta mutación conservadora de manera definitiva. Otro tanto ocurría con los orígenes del neoconservadurismo político de la mano de Leo Strauss. Del mismo modo, rupturas significativas por parte de intelectuales de izquierda produjeron la reconciliación de la derecha y los judíos, como ejemplifican los intelectuales americanos I. Kristol, J. Burnham y otros que pasaron de la crítica antiestalinista a un anticomunismo radical y macartista. Esta mutación se irá consolidando en el transcurso de la guerra fría, y estaría muy presente ya en la “Guerra de los 6 días” de 1967, logrando su momento de consolidación en el ascenso conservador de los ‘80. Había emergido así una intelectualidad judía neoconservadora que había transformado el universalismo en occidentalismo.

Y una metamorfosis

La consecuencia de esto es tanto el declive del antisemitismo moderno, como una nueva composición ideológica racista bajo la forma de la islamofobia. Actualmente el antisemitismo constituye tan sólo un residuo de lo que fue, ha perdido legitimidad. Al contrario, se ha extendido una “religión civil” compuesta por la memoria del Holocausto y los derechos humanos que aparentemente reina en el mundo occidental. Las clases dominantes realizan un ejercicio de memoria del genocidio al mismo tiempo que invaden países en Medio Oriente y ponen centros de internamiento para los sin papeles. La derecha europea ya no levanta el antisemitismo a riesgo de perder toda posibilidad de intervención pública: “En la Europa contemporánea el inmigrante asume básicamente los rasgos del musulmán. La islamofobia desempeña en el nuevo racismo el papel que fue antaño el de los judíos en el antisemitismo”9. El retrato del nuevo paria se construye del mismo modo que el antiguo: son sus prácticas religiosas, sus costumbres, sus indumentarias, sus costumbres alimenticias. Para Traverso el dispositivo sólo ha realizado una “transferencia de objeto, el antisemitismo, se ha transmutado en islamofobia”10.

¿Queda algo del judaísmo crítico?

Traverso culmina el libro reponiendo la comparación de I. Berlin entre Disraeli y Marx, ambos “outsiders” que quisieron “liderar”, uno a la élite aristocrática, el otro al proletariado mundial. Trayectorias divergentes de la intelectualidad judía y al mismo tiempo reflejo de los dilemas de la intelectualidad en relación con el poder. Si el modelo de Marx fue seguido en la primera mitad del siglo XX, el periodo posterior al genocidio abrió la vía al “judaísmo del orden”. La cuestión judía, analizada por Marx, al no desembocar en una emancipación universal quedó presa de un reconocimiento conformista y en muchos casos incluso reaccionario. Traverso culmina citando a E. Said cuando decidió presentarse desafiante ante el periódico israelí Haaretz como “el último intelectual judío”. Conocer la contribución de Traverso sobre este giro de las cosas sólo puede conducir a la conclusión de que si el antisemitismo se transformó en islamofobia, entonces la causa palestina y por la emancipación del pueblo árabe en su conjunto es la herencia del “judío no judío” en nuestros días.

1. Ver “Medio Oriente o la geopolítica del caos” de Claudia Cinatti y “Reseña de Isis el retorno de la Yihad” de Juan Duarte, en IdZ 20.

2. Enzo Traverso, El final de la modernidad judía. Historia de un giro conservador, Buenos Aires, FCE de Argentina, 2014.

3. Ibídem, p. 13.

4. Ibídem, p. 17.

5. Enzo Traverso, La historia como campo de batalla. Interpretar las violencias del siglo XX, Buenos Aires, FCE de Argentina, 2012.

6. Una constante preocupación de Traverso; ver Gastón Gutiérrez, “Las ideas y las piedras. A propósito de ¿Qué fue de los intelectuales?” de Enzo Traverso, IdZ 14, octubre 2014.

7. Acerca de las vicisitudes de la cuestión judía y su resolución profana en Marx ver Daniel Bensaïd, “‘En y por la historia’. Volviendo sobre la cuestión judía”, en Volver a La cuestión judía, Barcelona, Gedisa, 2011.

8. Ilan Pappé, La limpieza étnica de Palestina, Barcelona, Editorial Crítica, 2008.

9. Traverso, ob.cit., p. 166.

10. Ibídem, p. 167.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/los-intelectuales-judios-y-el-giro-conservador-de-la-historia/

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El lado oscuro del examen más difícil del mundo, que se hace en China

Por: Hector G. Barnés

Entre el 7 y el 9 de junio ha tenido lugar en el país asiático el ‘gaokao’, célebre por su dificultad, y que es una de las pocas maneras de prosperar socialmente en dicho país.

Es probable que esta semana haya oído hablar del ‘gaokao’ (Examen de Entrada Nacional a la Educación Superior), el equivalente chino de nuestra Selectividad, acompañado de la coletilla “el examen más difícil del mundo”. La coincidencia de fechas de este año ha dado lugar a odiosas comparaciones: hay quien lamenta, de manera un tanto apocalíptica, el bajo nivel del sistema educativo español, y ofrece como ejemplo esta exigente prueba en la que los adolescentes chinos deben, por ejemplo, responder preguntas tan abstractas como “¿tienen color las alas de la mariposa?” o “¿a quién admiras más, a un investigador de biotecnología, a un ingeniero técnico o a un fotógrafo?”

Es una comparación un tanto improcedente, sobre todo porque lo que se interpreta como la expresión máxima de la cultura del esfuerzo oriental puede ser en realidad una manifestación de las grandes dificultades de ascenso social que aún caracterizan a China, donde la mayor parte de la población proviene un entorno rural. Para cientos de miles de los 9,4 millones de estudiantes que este año 2017 han realizado el examen, es la única posibilidad que tendrán en su vida de abandonar el pueblo y estudiar en una de las 2.236 facultades situadas en las grandes ciudades.

Una escuela de Hebai instaló vallas en las ventanas de las habitaciones de los estudiantes después de que dos alumnos saltasen al vacío

Una situación que pone a muchos de los alumnos al límite, hasta el punto de que en el año 2014 tuvieron que instalarse barreras antisuicidio en algunos centros para evitar que los estudiantes acabasen son su vida, como ocurrió en una escuela de Hebai, que instaló vallas en las ventanas de las habitaciones de los alumnos después de que dos de ellos saltasen al vacío durante los meses anteriores a la realización del ‘gaokao’. Algo que no hemos visto ni probablemente veremos en las pruebas de acceso a la universidad española, que a pesar de condicionar igualmente el futuro del estudiante, no resultan ni de lejos tan estresantes.

Como puso de manifiesto el Libro Azul de la Educación chino publicado en 2014, el 93% de los 79 suicidios de los estudiantes estaban relacionados con la presión ejercida por padres y profesores para que sacasen buenas calificaciones. Que se llegue a dichos extremos dice mucho tanto de la configuración del sistema educativo chino como de su sociedad, puesto que estos casos no solo se dan entre aquellos que están a punto de realizar el examen a los 18 años, sino también a una edad mucho más temprana. En julio de 2016, un niño se arrojó al tráfico después de discutir con su madre acerca de los deberes.

La industria del ascenso social

No es por lo tanto sorprendente que se haya erigido alrededor del ‘gaokao’ una industria del engaño que, desde la distancia, parece pintoresca, pero que examinada con mayor atención revela el drama asociado a estas pruebas, en las que ni la mitad de los que se presentan (3,7 millones de 9,4) conseguirán acceder a una universidad. Pero debido a la gran diferencia que existe entre los mejores centros y los peores, no se trata únicamente de la posibilidad de disfrutar de estudios superiores, sino de matricularse en centros como la Universidad de Tsinghua, la de Pekín o la de Fudan, las mejores del país, que puede garantizar por sí mismo el futuro de los estudiantes.

Los padres son capaces de pagar una gran cantidad de dinero a estudiantes aventajados para que hagan el examen en lugar de sus hijos

De ahí que la astucia de los alumnos y, sobre todo, de sus padres, se haya agudizado a medida que las autoridades públicas han intentado hacer frente a esta picaresca. La táctica más escandalosa quizá sea la que reportó el ‘Global Times’: padres que pagan miles de yuanes (cantidades que rondan los 4.000 euros) a otros adolescentes más habilidosos para que se hagan pasar por sus hijos y realicen los exámenes en su lugar, una estrategia habitual en la región de Jiangxi investigada por el Ministerio de Educación. Ello ha provocado que desde el pasado año hacer trampas en el examen se considere un crimen. También se ha prohibido mudarse para hacer el examen en una de las regiones “fáciles”, donde la competencia con otros estudiantes es menor.

No ha sido la única estrategia establecida con el objetivo de conseguir unos puntos más en el examen. La adopción de la tecnología de última generación (móviles, pinganillos en la oreja y relojes inteligentes) han provocado que se instalen detectores de metales a la entrada de los centros donde se realizan los exámenes. El año pasado se llegaron a introducir drones para detectar señales inalámbricas y pruebas dactilares para identificar a los posibles suplantadores. En algunos lugares se proporcionan píldoras contraceptivas a las niñas para retrasar su regla e inyecciones a los niños para ayudar a que se concentren.

Un autobús abandona el instituto de Maotanchang con estudiantes que realizarán el 'gaokao'. (Reuters/Jason Lee)
Un autobús abandona el instituto de Maotanchang con estudiantes que realizarán el ‘gaokao’. (Reuters/Jason Lee)

Algunas ciudades, como Maotanchang, montan “campamentos” en los que 20.000 estudiantes se preparan para el examen por una cantidad que ronda los 7.000 euros. La disciplina bordea lo militar, y no se permiten ni aparatos electrónicos ni ninguna clase de distracción: el ambiente es de estudio extremo. Otro recurso habitual es que los padres de las familias más pudientes contraten a una especie de carabinas-profesores que acompañen a sus hijos durante los últimos días de preparación para resolver sus dudas al mismo tiempo que les ayudan con los quehaceres diarios (cocina, limpieza, etc.).

La barrera final

Consciente de la importancia que esta prueba tiene –y el estrés que causa entre aquellos alumnos que deben realizarla–, el pasado verano Stephen Hawking publicó en Weibo una nota de apoyo a los estudiantes. “La culminación de este trabajo duro marca el principio de vuestros brillantes futuros”, explicaba. “Ya queráis ser médicos, profesores, científicos, músicos, ingenieros o escritores, no sintáis miedo al perseguir vuestras aspiraciones. Sois la próxima generación de grandes pensandores y líderes que darán forma al futuro para la generaciones venideras”. Unas palabras de aliento que probablemente serían un alivio para algún que otro alumno estresado.

Sin el ‘gaokao’, millones de niños de entornos rurales como yo no habríamos tenido ninguna esperanza

Muchos de ellos, provenientes de las zonas más desfavorecidas del país. Es lo que ocurrió con Yu Minhong (también conocido como Michael Yu), fundador de New Oriental Education & Technology Group, uno de los grandes conglomerados de educación privada chinos. “Es un camino muy estrecho, pero fue la única manera que tuve para abandonar el campo y prepararme para el mundo”, explicaba. “El ‘gaokao’ presenta muchas oportunidades para los niños, tanto en zonas rurales como urbanas. Sin él, millones de niños de entornos rurales, incluido yo, no habríamos tenido ninguna esperanza”.

Durante los últimos años, el gobierno chino ha hecho un esfuerzo especial para que esa esperanza no se convierta en una obsesión. El descenso demográfico ha sido de particular ayuda, ya que ha provocado que el récord alcanzado en 2008 con más de 10 millones de alumnos se haya relajado en casi dos millones menos para repartirse las plazas disponibles. Este año, ‘China Daily’ recordaba que los colegios preparaban métodos heterodoxos para aliviar el estrés, como golpear muñecos de plástico, pero que ya no incluyen romper libros, que también ha sido prohibido.

El ‘gaokao’ está compuesto por tres asignaturas obligatorias (Chino, Matemáticas e Inglés) y una optativa, dependiendo de si los estudiantes han seleccionado el itinerario de letras (Ciencias Políticas, Geografía e Historia) o el de ciencias (Física, Química y Biología). Esa es otra de las críticas habituales al sistema educativo chino, el hecho de que cuando un alumno selecciona una asignatura al entrar al instituto deja de lado por completo las de la rama opuesta. Son nueve horas diarias de examen, el gran salto adelante para muchos jóvenes que, de no superar el examen, tendrán que volver a su casa familiar, viendo cómo pasa por delante de sus narices el que quizá sea el último tren que les podría haber llevado a una nueva vida.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-06-10/gaokao-examen-china-lado-oscuro_1396787/

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Gramsci, la revolución y El Capital

Por: Salvador López Arnal

Esta carta, enigmática a ratos, sugiere por ciertos matices que Gramsci empezará a comprender que el médico del penal, Cisternino…, estaba asesinándole. Por otra parte, el aferrarse a peregrinas explicaciones disimuladoras de la tuberculosis sugiere que esa ancestral reacción de los hombres de clases y países pobres ante dicha enfermedad ha ayudado a Cisternino en su asesinato. En cuanto a ésta, Zucàro (Vita del Carcere di Antonio Gramsci, Milano-Roma, 1954) ha escrito tras una entrevista con Cisternino y sin que éste lo haya desmentido: «El doctor Cisternino le abandona (MSL: a Gramsci), y hasta le dice en una ocasión que, como fascista que es, lo único que desearía es su muerte (MSL: de Gramsci)».

Manuel Sacristán (1969)

Sobre todo Gramsci subraya el modo en que la ideología y el sentido común tienen dimensiones sociales complejas. No son meros repertorios de ideas falaces que reflejan automáticamente los intereses materiales de las clases dominantes y que colonizan como un virus la mente de los subalternos. Están engranados en las formas de vida, en los sistemas de solidaridades, intereses y dependencias de grupos sociales heterogéneos. Este es el sentido de la «hegemonía», un concepto que Gramsci recogió tanto de los debates de los revolucionarios rusos como de sus estudios lingüísticos.

César Rendueles (2017)

No hay en El siglo soviético ninguna referencia a Antonio Gramsci pero conviene detenernos en un artículo breve suyo -apenas tres, cuatro o cinco páginas según las ediciones- que ha sido citado merecidamente, desde diferentes perspectivas, una y mil veces más: La revolución contra El Capital. Aparecido en Avanti, edición milanesa, el 24 de noviembre de 1917 y fue reproducido en el Il Grido del Popolo el 5 de enero de 1918.

Presento aquí la traducción de Manuel Sacristán, la de su Antología para Siglo XXI de 1970, reeditada por Akal en 2013 (recuperada también por Rendueles en su edición de Escritos. Antología, Alianza editorial, 2017). Son siete pasos en total.

En nota de su traductor (Sacristán): Artículo «La revolución contra El Capital«, en A. En IGP aparece el mismo día un artículo proponiendo un «club de vida moral» o asociación de cultura socialista, organismo intermedio entre el partido político y el sindicato. Es la primera manifestación de la búsqueda por Gramsci de organismos políticos (socialistas) de masas».

Un comentario general de un profesor e historiador de la UAB, maestro de muchos, José Luis Martín Ramos:

El texto no tiene un formato lógico maduro y, en efecto, puede contradecirse (el enredo entre ideología y hechos, porque utiliza los términos en dos sentidos diferentes). Se le puede aplicar el cuento que él aplica a Marx y los «marxistas». La «revolución contra El capital» es la revolución de los que eran acusados de no ser marxistas -de no tener en El Capital- por los menches y los marxistas de cátedra. No hay manera de entender la invectiva sino teniendo en cuenta que esa es una argumentación polémica también con los marxistas positivistas del propio socialismo italiano (Turati). Eso del libro de los burgueses va en el mismo sentido de lo que podríamos decir de la recomendación de Macron para que la gente lea El Capital. Gramsci recoge la crítica a los marxistas de cátedra como burgueses. El termino «crítica» no es en el sentido de «crítica de/contra» sino de «crítica histórica» -término que utiliza más adelante en el artículo, de «ciencia positiva». «Los bolcheviques reniegan de Carlos Marx» reniegan de ese Marx positivo. Hay algo de provocación y algo de confusión. Está todavía influido por Croce. La frase del siguiente párrafo es significativa: «no reniegan, en cambio, de su pensamiento vivificador, inmanente (…) viven el pensamiento marxista, el que nunca muere, que es la continuación del pensamiento idealista italiano y alemán y que, en Marx, se había contaminado con incrustaciones positivistas y naturalistas» y parece que esté hablando más del Marx de Engels que del Marx de Marx. Desde luego no es contra Marx sino contra una concepción economicista de Marx. La argumentación es más sugestiva que sistemática. Hay que ir con tiento con los escritos de Gramsci en sus primeros años; expresan siempre su posición política del momento, pero esa posición cambia y su argumentación mejora con el tiempo. Un ejemplo, sería exagerado deducir de los escritos sobre los consejos obreros turineses y las ocupaciones de fábricas que Gramsci es un consejista; él mismo revisó más tarde esas posiciones.

Sobre los marxistas de cátedra. Un apunte de Sacristán de sus clases de doctorado del curso 1984-1985, el último que pudo impartir:

El período más brillante y más célebre de la escuela histórica es el protagonizado por Schmoller. Esta época es la de mayor influencia de esta escuela. En cuanto a características ideológicas son las mismas de antes, la concepción de la investigación económica como investigación monográfica de base histórica y no una investigación teórica con pretensión universal. En el caso de Schmoller la influencia en Alemania y en Centroeuropa en general no es sólo teórica. Fundó además una asociación llamada «Asociación de Política social» que ha sido el punto de origen de casi toda la ideología socialdemócrata europea. En esta asociación se creó ese tipo de pensamiento del socialismo reformista que en el plano político era sobre todo un socialismo de catedráticos y que se traducía en un tipo de práctica política más bien ilustrada, dirigida por los jefes con poco movimiento de bases. Más bien, con técnicas políticas de tipo tradicional, de élites políticas.

Vayamos al texto gramsciano. La revolución de los bolcheviques, la de Octubre, señala Gramsci, «se ha insertado definitivamente en la revolución general del pueblo ruso». Los maximalistas, es decir los bolcheviques, «que hasta hace dos meses fueron el fermento necesario para que los acontecimientos no se estancaran, para que no se detuviera la marcha hacia el futuro produciendo una forma definitiva de reajuste -reajuste que había sido burgués-, se han hechos dueños del poder», han asentado, afirma Gramsci, su dictadura, su dominio, quiere decir, «y están elaborando las formas socialistas en las que tendrá que acomodarse, por último, la Revolución para seguir desarrollándose armoniosamente, sin choques demasiado violentos, partiendo de las grandes conquistas ya conseguidas». Los choques, como se sabe, sí que fueron violentos a lo largo de toda la guerra desencadenada por los ejércitos blancos.

La Revolución de los bolcheviques, prosigue el autor de los Quaderni, «está más hecha de ideología que de hechos». Por eso, añade, «en el fondo, importa poco saber más de lo que sabemos ahora». Es la Revolución contra El Capital, de Marx, el activismo, la organización, las creencias de las gentes (lo que llama ideología) contra la supuesta determinación económica inexorable de la historia. Dicho rápido y mal: rige la voluntad transformadora contra el supuesto inmovilismo inferido de una lectura marxista clásica y con poca cintura de la situación.

El Capital, de Marx, era en Rusia el libro de los burgueses más que el de los proletarios, continua Gramsci, era «la demostración crítica de la fatal necesidad de que en Rusia se formara una burguesía, empezara una era capitalista, se instaurase una civilización de tipo occidental, antes de que el proletariado pudiera pensar siquiera en su ofensiva, en sus reivindicaciones de clase, en su revolución». La mirada ortodoxa de la situación: en Rusia como en Occidente, no hay más; El Capital lo ha «demostrado».. No hay otra. Los hechos, aquí parece haber un cambio de significado del término, los hechos equivaldrían a la acción, «han superado las ideologías». Los hechos, en este sentido, «han provocado la explosión de los esquemas críticos en cuyo marco la Historia de Rusia habría tenido que desarrollarse según los cánones del materialismo histórico». Los bolcheviques, comenta AG de forma provocativa, reniegan de Marx, «afirman con el testimonio de la acción cumplida, de las conquistas realizadas, que los cánones del materialismo histórico no son tan férreos como podría creerse y como se ha creído». Es decir, no reniegan propiamente de Marx, no es contra Marx, contra El Capital, sino contra una lectura «mecanicista», sin intervención de las clases en lucha, una interpretación poco creativa de la tradición.

Y, sin embargo, estamos ahora en el punto 3 del artículo, «también en estos acontecimientos hay una fatalidad, y si los bolcheviques reniegan de algunas afirmaciones de El Capital, no reniegan, en cambio, de su pensamiento inmanente, vivificador». No son «marxistas», es decir, no siguen a Marx de forma repetitiva, poco o nada creativa, su marxismo es una marxismo de vida, de lucha, «y eso es todo; no han levantado sobre las obras del maestro una exterior doctrina de afirmaciones dogmáticas e indiscutibles». Como diría Francisco Fernández Buey, practican, crean, generan, un marxismo sin ismos… y con vida y lucha. La formulación, la copio, es muy potente, muy hábil: «no han levantado sobre las obras del maestro una exterior doctrina de afirmaciones dogmáticas e indiscutibles». Vale la pena retenerla: no son marxistas dogmáticos. «Viven el pensamiento marxista, el que nunca muere», que es la continuación, en opinión del Gramsci joven, «del pensamiento idealista italiano [Croce] y alemán [Hegel]», y que en Marx, en opinión del Gramsci de 1917, «se había contaminado con incrustaciones positivistas y naturalistas». ¿Quiso decir científicas? ¿O más bien, de incrustaciones que tendían a pensar la Historia de manera autónoma, con leyes propias, sin la intervención creadora de los seres humanos? ¿Positivistas, naturalistas, equivale aquí a ciencia sin política, conocimiento sin vida, sin seres humanos que luchan y transforman? Desde luego, como ha señalado Martín Ramos, el contexto político, la lucha teórica de Gramsci contra tendencias marxistas italianas de aquellos años, explica las formulaciones.

(Abro un paréntesis. Sobre el Gramsci joven conviene repasar o leer por vez primera el artículo -que tiene su origen de una conferencia de Sacristán dictada en un Ateneo de Pontevedra- sobre «La formación del marxismo en el joven Gramsci». Se publicó en Realidad, la revista teórica del PCE, n.º 14, 1967. Puede verse ahora, 50 años después, en M. Sacristán, Sobre Marx y marxismo, Barcelona, Itaca, 1973, pp. 62-84. Cierro paréntesis).

Y ese pensamiento, de nuevo habla Gramsci, «no sitúa nunca como factor máximo de la historia los hechos económicos en bruto», la visión digamos economicista, tradicional, la ortodoxa e indiscutible en aquellos momentos para algunas tendencias, sino -el paso es más que brillante- «siempre el hombre, la sociedad de los hombres, de los hombres que se reúnen, se comprenden, desarrollan a través de esos contactos (cultura) una voluntad social, colectiva, y entienden los hechos económicos, los juzgan y los adaptan a su voluntad» hasta que ésta, la voluntad, «se convierte en motor de la economía, en plasmadora de la realidad objetiva, la cual vive entonces, se mueve y toma el carácter de materia telúrica en ebullición, canalizable por donde la voluntad lo desee, y como la voluntad lo desee». Gramscismo en estado puro.

El idealismo, por decirlo en términos usuales, es obvio, es evidente, pero es también clara la voluntad de transformación, de lucha, de superación de los límites fijados. Digamos que los caminos del señor tal vez sean inescrutables, pero algo parecido ocurre con el pensamiento radical, revolucionario: el idealismo filosófico de Gramsci (que podemos considerar erróneo o alejado de la tradición marxista bien entendida) le mueve, le orienta a posiciones revolucionarias. La voluntad (transformadora( contra el destino (inexorable).

Dejo aquí por el momento el artículo de Gramsci.

Las siguientes palabras de Manuel Sacristán de una entrevista de 1979 que permaneció inédita más de quince años pueden ayudarnos a cerrar esta aproximación:

Eso tiene que contar mucho entre los factores de mi inhibición. A mí me parece que la historia de Gramsci es la historia de una catástrofe. Por eso, entre otras cosas, no me puedo poner ahora a cultivar la moda Gramsci. ¿Cómo va a haber esperanza de nada en la historia de una catástrofe? Uno puede tenerle mucho amor a Gramsci; yo se lo tengo, desde luego; es un figura muy digna de amor; pero no porque sea una perspectiva de éxito del movimiento obrero, sino que como cualquier mártir es digno de amor.

Digno de amor. Otro gran estudioso de Sacristán, Francisco Fernández Buey, recuérdese su Leyendo a Gramsci, solía recordar estas palabras. Emocionado.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227689&titular=gramsci-la-revoluci%F3n-y-%3Ci%3Eel-capital%3C/i%3E-

Imagen: http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/05/03/nuestro-gramsci-80-aniversario-de-su-muerte/#.WT27KJI1-00

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España: Educación elimina las vacaciones de Semana Santa del calendario escolar

España/Junio de 2017/Autor: José María Gutierrez/Fuente: El Diario Montañes

Las decisiones tomadas ayer en la reunión de la Mesa Sectorial de Personal Docente han acabado con la paciencia de las asociaciones de padres, tanto de la enseñanza pública como de la concertada. Cansadas de que su voz no sea escuchada cuando son «una parte más, tan importante como cualquier otra» de la comunidad educativa, no descartan acciones de protesta en los próximos días.

Vayamos por partes. Ayer, la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria y los sindicatos de la Junta de Personal Docente –STEC, CC OO, UGT y ANPE– aprobaron el calendario escolar del próximo curso. El modelo implantado este año no cambia, ya que los 175 días lectivos se reparten en cinco bimestres separados por cuatro periodos de vacaciones, pero sí su distribución. Tal y como se había acordado en las reuniones previas, se eliminan las vacaciones vinculadas a la Semana Santa, obviando así una festividad religiosa de gran calado en España y que las familias suelen aprovechar para tomar unos días de descanso. Así, los escolares sólo disfrutarán de los festivos, de Jueves Santo a Domingo de Resurrección, pero no tendrán más vacaciones ni por delante –como sucede en muchas comunidades autónomas– ni por detrás, durante la Semana de Pascua, como ha sido práctica habitual en Cantabria. En su lugar, se establece una semana de descanso en torno al puente del 1 de mayo.

El calendario elimina también las vacaciones vinculadas a una festividad laica como el Carnaval, también habituales. De esta manera, los periodos de descanso del próximo curso serán definitivamente del 30 de octubre al 5 de noviembre; del 23 de diciembre al 7 de enero (Navidades); del 22 al 27 de febrero; y del 30 de abril al 6 de mayo. Con esta modificación, los cinco periodos de clase se estructuran todos en torno a 32-35 días lectivos. «Esta distribución introduce una racionalización de los tiempos escolares más adecuada para procurar un mayor bienestar físico y emocional a los alumnos y una mejora del aprendizaje y los resultados académicos», defendió el consejero Ramón Ruiz.

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA), mayoritaria en la enseñanza pública, no ve con malos ojos la decisión de suprimir las vacaciones ya que «es una medida acorde a los planteamientos que defendemos desde hace años de que no es lógico que la programación del curso escolar tenga que depender del calendario religioso». Sin embargo, como no es una opinión unánime dentro de su colectivo, la FAPA destaca que no es una decisión en la que haya participado, «por lo que la responsabilidad de explicarla a los sectores reacios a ella corresponde a quienes sí han estado en las negociaciones».

Mucho más crítica se mostró la Concapa, asociación de padres referencia en la enseñanza concertada, que a través de su presidenta, Mónica Haro, mostró su disgusto por la eliminación de unas vacaciones como las de Semana Santa «muy unidas a la tradición y a las creencias de este país», además de los problemas de conciliación que supone trasladarlas a otras fechas.

Cansados de no ser escuchados

En los que sí unieron sus quejas la FAPAy la Concapa fue en el rechazo a otra de las medidas adoptadas ayer en la Mesa Sectorial:la Consejería y los sindicatos acordaron mantener la jornada reducida en septiembre y junio en la Educación Infantil y Primaria, desoyendo así la petición de ambas asociaciones de padres, que reivindicaban implantar en estos dos meses el mismo horario que el resto del curso para así contribuir a la conciliación de la vida familiar y laboral.

Ni siquiera se aumentará media hora la jornada reducida –de tres horas y media a cuatro–, tal y como había planteado la Administración como solución intermedia. Los sindicatos se negaron a esta opción y Educación ha terminado cediendo. «El consejero está rendido a los sindicatos; siempre nos ha dicho que estaba de acuerdo en eliminar la jornada reducida en septiembre y junio… ¡Y aprueba todo lo contrario!», criticaba Leticia Cardenal, presidenta de la FAPAy próxima máxima responsable de la Ceapa.

«Los únicos que parece que tienen algo que decir en la Educación son los sindicatos; la opinión de los demás está claro que no vale», asegura por su parte Mónica Haro. La presidenta de la Concapa justifica que el calendario escolar «no debe salir de una mesa de negociación en la que sólo están representados la Consejería de Educación y los sindicatos, sino del Consejo Escolar, donde está presente toda la comunidad educativa y de donde hubiera salido una propuesta de consenso. Es increíble que no se escuche a las familias, que son a quienes más afecta los horarios de sus hijos».

Ruiz confía en que las asociaciones de padres «comprendan» las razones pedagógicas y de organización que sustentan la decisión de mantener la jornada reducida de tres horas y media al principio y al final del curso. «En septiembre los niños tienen otros ritmos vitales tras la desconexión de las vacaciones largas del verano, por lo que se deben incorporan de forma progresiva, para acostumbrarse poco a poco a las clases y tareas escolares. Y en junio, están ya muy cansados y hay que reducir la carga lectiva», defendió el consejero tras la reunión de la Mesa Sectorial en una reflexión que fue compartida punto por punto por José Ramón Merino, Rus Trueba, Conchi Sánchez y Laura Guate, representantes de STEC, ANPE, CC OO y UGT.

Los sindicatos antepusieron los criterios pedagógicos a los laborales para justificar la resolución, que ha vuelto a poner a los profesores en el centro de las críticas sociales. Por ello, insistieron en que la jornada reducida «es para los alumnos, no para los profesores», recordando que son horas que los docentes utilizan para trabajar en «otras tareas más allá de dar clases», como son la coordinación, la programación, la reflexión conjunta o la homogeneización de criterios.

Pero no. Las asociaciones de padres no comprenden las razones para no suprimir la jornada reducida. «¿Cómo no van a poder los niños estar cinco horas en clase en septiembre después de todas las vacaciones del verano? Si es cuando más descansados están… La primera semana todavía se puede entender el tema de la aclimatación, pero después ya no», razona Haro.

Los asociaciones de padres están muy molestas y no descartan desenterrar el hacha de guerra. Están cansadas, hartas. Ayer los teléfonos ardían con llamadas de padres y madres indignados. El pasado año, la Mesa Sectorial aprobó un nuevo modelo de calendario sin contar con las familias, que se enteraron por los medios de comunicación. Y este año la Administración educativa no ha tenido en cuenta la petición común de la FAPA y la Concapa de establecer el mismo horario todo el curso, que la FAPA había respaldado hasta con una recogida de firmas. Ni una sola concesión.

Ambos colectivos no descartan «medidas de protesta y presión», aunque prefieren esperar a las reuniones que mantendrán este próximo lunes, por separado, con Ramón Ruiz. «Nos van a oír», avisa Leticia Cardenal. La proporción de esas medidas es hoy en día imprevisible ante el cariz que están tomando los acontecimientos.

Las evaluaciones se reducen

En la Mesa Sectorial se aprobó además reducir de cinco a cuatro las evaluaciones a las que se tendrán que enfrentar los alumnos el próximo curso, ya que se elimina la de febrero. Los sindicatos habían pedido que, manteniendo los cinco bimestres lectivos, se suprimiera el sistema de cinco evaluaciones que implantó la Consejería de Educación el pasado año «sin contar con nadie» una vez ya había sido aprobado el nuevo modelo de calendario y exigía volver a las tres evaluaciones clásicas para evitar la «sobrecarga» de trabajo que han sufrido los alumnos y profesores.

Finalmente, se ha adoptado una solución intermedia y el próximo curso habrá cuatro evaluaciones: tres cuantitativas, las que cuentan para nota, antes de Navidades, Semana Santa y en junio; y una cualitativa, que se realizará antes de las vacaciones de principios de noviembre, un momento «muy apropiado», tras un mes y medio de clase, para realizar un «primer informe o diagnóstico» de los puntos positivos y dificultades que presentan los alumnos, y tomar a tiempo las medidas correctoras en caso de que sea necesario.

Otro de los puntos aprobados, por unanimidad, ha sido una nueva orden reguladora de la provisión de empleo docente interino en la enseñanza pública no universitaria. Así, se establece un sistema más flexible, menos encorsetado que el regulado en la orden 80, de 2013 que ahora se deroga, otorgando a los aspirantes a nombramientos interinos una mayor libertad a la hora de participar en las correspondientes convocatorias y solicitar los puestos que más se adecúen a sus circunstancias personales, familiares y laborales.

Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/cantabria/201706/09/educacion-sindicatos-aprueban-calendario-20170609114130.html

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¿Cómo de malo es que Trump abandone el Acuerdo del Clima de París?

España/Junio de 2017/Autora: Jennifer Morgan/Fuente: Greenpeace

Sí, es malo. Pero seguimos adelante.

Ahora el presidente de Estados Unidos, Donald  Trump anunciaba que Estados Unidos se retira del Acuerdo de París. ¿Es el momento de entrar en pánico o no pasa nada? Hemos recopilado algunas de las preguntas que contesta Jennifer Morgan, Directora Ejecutiva de Greenpeace Internacional y una de las principales expertas mundiales en políticas climáticas, para explicar lo que significa la retirada de Estados Unidos y lo que no.

¿Qué significa para el clima realmente la decisión de Trump de retirarse del Acuerdo de París?

Estados Unidos es uno de los mayores emisores de CO2, por lo que los recientes actos de Trump de revertir el plan nacional sobre el clima, junto con la retirada de París, hará más difícil mantener el clima bajo el umbral crítico de 1,5 grados centígrados de subida de temperatura.

Una vez dicho esto, la decisión de Trump no determinará mucho lo que pase internacionalmente o incluso dentro de Estados Unidos. Cerca de 200 países, que representan el 87% de las emisiones globales se han comprometido al Acuerdo de París. Lo mismo con el creciente número de Estados, ciudades y empresas dentro de Estados Unidos que han dejado claro que siguen dentro.

Trump no va a ser capaz de detener la revolución de las energías renovables, pero necesitamos responder, como una comunidad global, trabajando aún más para acelerar la acción climática.

¿Cómo de importante es el Acuerdo de París en la lucha contra el cambio climático?
El acuerdo de París es un acuerdo histórico, que define esta generación, la nuestra, que marca el final de la era de los combustibles fósiles. La rapidez con que casi todos los países del mundo se comprometieron con sus objetivos globales fue revolucionaria, y luego además ratificaron el acuerdo, señalando la urgencia de la amenaza a la que nos enfrentamos. Pero es sólo un paso en un largo camino. Lo que importa ahora es cómo cada país implementa el acuerdo y acelera el cambio. París fue sólo el comienzo, no el final de un viaje que nos liberará de la contaminación por CO2. Tenemos un largo camino por recorrer.

¿Significa que la retirada de EEUU ha matado al Acuerdo de París?
¡Por supuesto que no!. El Acuerdo de París está vivo y en buen estado de salud. En la Cumbre del G7, Europa, Canadá y Japón han reafirmado su firme compromiso para aplicar rápidamente el Acuerdo. Greenpeace pide a los líderes mundiales que aseguren que en la próxima Cumbre del G20 salga un compromiso aún mayor.

Trump puede echar hacia atrás parte de las políticas norteamericanas, pero el resto del mundo está mirando hacia delante. Desde noviembre de 2016, cuando Trump fue elegido, al Acuerdo de París se han unido formalmente 76 países más.

Los países siguen comprometidos porque son necesarios para  sus intereses nacionales, tanto en términos de prevención de riesgos climáticos como en el aprovechamiento de las oportunidades que ofrece una transición hacia las energías limpias. Y es realmente asombroso ver cómo el imposible se hace posible frente a nuestros ojos. Por ejemplo, la energía solar y eólica son ahora más baratas que los combustibles fósiles sin subvenciones en más de 30 países  y las inversiones en energías renovables superan a los combustibles fósiles en nuevas inversiones en generación de energía a nivel mundial.

Un mundo alimentado por energías renovables significa salud y economías sólidas. Como estadounidense, estoy profundamente frustrada viendo al Presidente de Estados Unidos rechazar este paso adelante para simplemente compensar a sus amigos de la industria de los combustibles fósiles.

Así que no, el Acuerdo de París no está muerto. Son las políticas de Trump las que están muertas y las que no están recibiendo las simpatías de muchos países.

Pero, ¿cómo pueden hacer esto los Estados Unidos? ¿Se enfrenta a consecuencias por abandonar el Acuerdo?

Bueno, si Trump realmente logra frenar la lucha por el clima, son los propios estadounidenses los que también pagarán un alto precio. El cambio climático es una amenaza muy importante para Estados Unidos, desde el aumento del nivel del mar hasta las olas de calor extremos y otros riesgos climáticos en todo el país o mayores riesgos para su seguridad.

A corto plazo, la mayor consecuencia para EEUU es política. Los principales países están invirtiendo en un exitoso Acuerdo de París y la retirada de EEUU menoscaba su capacidad para avanzar en sus prioridades de política exterior con esos mismos países.

Tras la Cumbre del G7, varios líderes indicaron que los gobiernos perderían la confianza en Estados Unidos como socio creíble que es firme a sus compromisos, no solo en cambio climático, sino en cuestiones como comercio, seguridad y otros. En realidad minará otras prioridades de Trump, ya que no será visto como socio de confianza.

¿Dónde deja esta decisión a los Estados Unidos?

Trump no representa a todo el país en cambio climático. Ciudades, Estados, ciudadanía y empresas, todos están avanzando y se están asociando a otros países para acelerar la acción climática y la adopción de soluciones.

En términos de su presidencia,  es evidente que Trump está cediendo su liderazgo a otros que están aprovechando el tirón para proteger a sus ciudadanos y transformar sus economías a una energía limpia. Estamos presenciando un terremoto mundial y China, Europa y otros lideran el camino.

Después del compromiso de París, solo un país de casi 200 ha decidido retirarse. Esto es lo lejos que está Trump del resto del planeta. Un cambio en el liderazgo mundial y como Estados Unidos se sale de ese mapa. Lideres de todo el mundo, CEOs y personas individuales pueden y están avanzando al futuro.

¿La decisión de Trump significa el resurgimiento del petróleo y el carbón?¿Qué pasará con las energías renovables?

No. Trump puede ser capaz de frenar la transición a las energías limpias en los EEUU y eliminar por tanto un montón de puestos de trabajo y las oportunidades económicas en el camino, pero no puede detener esa transición. La economía está en su contra.

A medida que la energía solar y eólica se hacen cada vez más baratas, el carbón está sufriendo el impacto en todo el mundo. El año pasado fue un asombroso punto de inflexión para el carbón ya que tres de los países del G7 anunciaron la paulatina eliminación del carbón, la construcción de nuevas centrales se congeló en más de 100 emplazamientos en China e India, continuó la retirada de centrales también en EEUU y la UE. El mundo registró una caída ni más ni menos del 62% en nuevos planes de centrales. El carbón es parte del pasado.

Incluso el mayor “jefe del carbón” en Estados Unidos, Robert Murray, admite que Trump no podrá devolver los puestos de trabajo en la minería del carbón, porque estos empleos se perdieron ante la competencia de las energías renovables. Y, de hecho, solo la solar emplea más del doble de estadounidenses que el carbón. La industria solar y eólica está creando empleos 12 veces más rápido que el resto de la economía estadounidense. No creo que estos sectores y la ciudadanía se queden sentados y esperen a ser arrastrados por las politicas de Trump. Lucharán y pronto Trump tendrá que hacerles frente.

Algunos países están haciendo lo correcto para frenar el cambio climático, ¿pueden estos países liderar los siguientes pasos adelante?

En el Foro de la Vulnerabilidad Climática un grupo de los 48 países más vulnerables al cambio climático, son los que probablemente más tienen que perder. Así que no es de extrañar que ahora lideren la transición a un futuro con energías 100% renovables y estén listos para tomar el liderazgo en el fortalecimiento de sus sus compromisos nacionales bajo el acuerdo de París.

China, por otra parte, es el mayor contaminador del mundo y muy dependiente del carbón. Asi que tiene un largo camino por recorrer. Pero la velocidad con la que China ha comenzado a transformar su sistema energético en los últimos años en enormemente alentadora. El carbón ha alcanzado su punto de inflexión en China. El país ya cuenta con la mayor capacidad instalada de energía eólica y solar en el mundo y se espera que en breve lideren el transporte libre de petróleo con vehículos eléctricos.

Alemania, como presidente del G20 este año, está haciendo lo adecuado al mostrar liderazgo político y asegurar que el cambio climático sigue siendo una prioridad nacional e internacional.

¿Cuáles son los compromisos básicos de los países en el Acuerdo de París?

El Acuerdo de París compromete a todas las partes a iniciar el proceso de abandono de los combustibles fósiles, parar la deforestación y otras prácticas dañinas. Cada país firmante debe elaborar un plan a largo plazo para transformar sus economías, trasladando los flujos financieros de problemas a soluciones y preparándose para los impactos que no se pueden prevenir y apoyando y protegiendo a los más vulnerables.

También se espera que los países cumplan con sus compromisos a escala nacional y que amplíen esa acción cada cinco años para alcanzar el objetivo a largo plazo,  una economía “carbono-cero”. El acuerdo es muy claro en el sentido que no se permite ningún retroceso o debilitamiento de las políticas nacionales.

¿Qué pueden hacer los gobiernos para luchar contra la decisión de Trump?

Los líderes mundiales deben mantener el rumbo y acelerar la acción climática. Esto hace daño a Trump porque Estados Unidos se perderá los beneficios económicos de esta transición. De hecho, todos los países deben avanzar hacia una mayor ambición para salvar la brecha que EEUU deja y para demostrar que Trump está equivocado.

¿Qué puede hacer la gente de a pie?

Cada persona importa y debemos tomar medidas, ya sea en la forma que participamos en los debates climáticos, lo que consumimos, con quien hablamos o a quien votamos. El cambio climático es un problema mundial, pero las soluciones deben ser implementadas a nivel local. Hay mucho que puedes hacer en tu día a dia. Debemos mantener la presión sobre nuestros líderes para que intensifiquen la lucha contra el cambio climático y responsabilizar a las grandes empresas y sus directivos por sus acciones.. Greenpeace trabaja para conseguir un mejor futuro para todos, más seguro y más justo.

¿Hay que tener algo de esperanza en un momento tan decepcionante como este?

Las personas que conozco en todo el mundo y que son activos y comprometidos es lo que me da esperanza. Desde el niño que enseña a sus padres, al padre o madre que se comprometen con su voto  a elegir los líderes adecuados, directores de colegios que instalan paneles solares en sus tejados es lo que marca y marcará la diferencia. Somos más grandes que los intereses que se oponen a la lucha contra el cambio climático. Tenemos que tenerlo en cuenta. Tenemos que ser optimistas y seguir apoyándonos los unos a los otros, especialmente frente a los desafíos más urgentes. Merece la pena la lucha, por el planeta y por todos los que dependemos de él.

Fuente: http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/cmo-de-malo-es-que-trump-abandone-el-acuerdo-/blog/59565/

 

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Bosnia Herzegovina: Los serbobosnios prohíben que se estudie el genocidio de Srebrenica en las escuelas

Europa/ Bosnia Herzegovina/11 Junio 2017/Fuente: playgroundmag/Autor:S.L.

La masacre de Srebrenica está considerada la mayor atrocidad cometida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. En julio de 1995 las tropas serbobosnias asesinaron a unas 8.000 personas de etnia bosnia musulmana en la región de Srebrenica. Un baño de sangre que quedó como testimonio de la crueldad de la Guerra de Bosnia y que a partir de ahora podría no volver a estudiarse en los colegios de la República de Sprkska.

La República de Srpska, para quien no lo sepa, es una de las dos entidades políticas que forman Bosnia y Herzegovina junto con la Federación de Bosnia-Herzegovina y se constituyó en 1995 al terminar la guerra.

Según informa Balkan insight, el presidente de la República, Milorad Dodik, anunció el martes en una rueda de prensa que no se hablará en las escuelas del genocidio de Srebrenica ni del sitio de Sarajevo. “Es imposible utilizar aquí los libros de texto de la Federación en los que se dice que los serbios cometieron el genocidio y que mantuvieron Sarajevo en estado de sitio. No es cierto y no va a ser estudiado aquí”, remarcó Dodik.

Los principales líderes serbobosnios han negado siempre que la masacre de Srebrenica fuera un genocidio, a pesar de que dos tribunales internacionales lo hayan declarado como tal.

Con estas declaraciones, el presidente Dodik muestra su apoyo a la controvertida decisión anunciada el lunes por el ministro de educación y cultura Dane Malesevic. El ministro explicó en rueda de prensa que los libros que traten el genocidio serán prohibidos y apoyó su decisión basándose en un acuerdo firmado en 2002 por todos los ministros de educación de Bosnia. En él, se comprometían a eliminar los temas relacionados bélicos de los libros de historia. “Es por su bien y por el bien de una convivencia sana en Bosnia Herzegovina”, añadió Malesevic.

La decisión de borrar de un plumazo los aspectos más negros de la historia reciente de Bosnia no ha pillado por sorpresa a la parte bosniaca o bosnia musulmana de la población. Muhizin Omerovic, representante de padres de niños bosniacos en una aldea de la República, considera que «teniendo en cuenta la situación, creo que lograrán prohibir los libros. Hemos estado luchando por el tema y el reconocimiento del idioma durante cuatro años y aún no hemos resuelto nada».

“Es por su bien y por el bien de una convivencia sana en Bosnia Herzegovina”

Omerovic hace referencia a otra de las grandes disputas dentro de la educación en el país. Mientras que la constitución estatal de Bosnia define los tres idiomas del país como bosnio, croata y serbio, la constitución de la República de Srpska explica que las lenguas oficiales son las de los “pueblos bosnios, serbio y croata”.  Una pequeña palabra que lo cambia todo para los bosniacos, quienes consideran que si su lengua se definiera como bosnio, se reafirmaría así la existencia de un patrimonio cultural e histórico común.

Esta controvertida prohibición es tan solo otro ejemplo más de la división existente en el país, que se mantiene más de 21 después de que terminara el conflicto entre serbobosnios, bosniocroatas y bosniacos.

El país balcánico sigue profundamente dividido en etnias y las heridas siguen sin cerrarse. Los estudiantes aprenden diferentes versiones de la Guerra de Bosnia, se segrega a los alumnos bajo la controvertida práctica de “dos escuelas bajo el mismo techo” (separar a los alumnos por etnias en diferentes clases) y las asignaturas se estudian de acuerdo a un “currículo nacional étnico”, lo que significa que cada etnia estudia asignaturas como religión o historia de manera diferente.

Fuente de la noticia: http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/genocidio_de_Srebrenica-sitio_de_Sarajevo-libros_de_texto_0_1988801126.html

Fuente de la imagen:

http://www.balkaninsight.com/en/file/show//Images/Images.New/Dodik%20Stance%20Referendum%20640.jpeg

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