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Unesco: El método Kodály, aprender música no debe ser nunca un sufrimiento

12 enero 2017/Fuente: Semana

El sistema de enseñanza musical fue incluido recientemente en la lista de patrimonio inmaterial de la Unesco, pues facilita que estudiantes de primaria y secundaria conozcan, valoren e interpreten la música folclórica.

El aprendizaje de la música no debe ser un sufrimiento, sino un placer para los estudiantes, consideraba el compositor húngaro, Zoltán Kodály, cuyo sistema de enseñanza musical y de conservación de la música popular fue incluido recientemente en la lista de patrimonio inmaterial de la Unesco.

Para Kodály (1882-1967), la música popular, «que él y su contemporáneo, el también húngaro Béla Bartók (1881-1945), elevaron a la alta cultura», es uno de los valores más importantes que hay que conservar y que, al mismo tiempo, sirve de base para el aprendizaje musical, explica a Efe el presidente de la Sociedad Kodály, Mihály Ittzés.

En este sentido, la Unesco recientemente justificó la decisión de incluir el «método Kodály» en el registro de buenas prácticas de salvaguardia, pues «permite que los alumnos de la enseñanza primaria, secundaria y superior aprendan a conocer y valorar la música folclórica, así como a interpretarla».

«Kodály aseguraba que solo un verdadero material artístico, como la música popular, puede ayudar a los niños en el aprendizaje», agrega Ittzés.

Es que el compositor de obras como el coral «Psalmus Hungaricus» (1923) no solo observó con preocupación un cierto desgaste de la música popular en Hungría, sino también del nivel de la enseñanza musical en general.

Por eso desarrolló con sus colegas su sistema o método para hacer más fácil y menos académico el aprendizaje, partiendo de la idea de que los niños deben encontrarse con la música lo más pronto posible.

«El canto, la voz humana es el instrumento más importante: ofrece experiencias personales y colectivas», decían Kodály y sus discípulos.

En la práctica eso se traduce en que, desde el inicio de la escuela, los niños representan en las clases piezas musicales compuestas a base de cantos y costumbres folclóricos, una experiencia colectiva que sería el primer paso en el aprendizaje de la música.

«Es un juego, pero también un trabajo con el que podemos preparar nuestra mente a aceptar grandes obras», explica Ittzés.

Kodály, quien entre 1946 y 1949 dirigió la Academia de Ciencia de Hungría, decía que «lo académico puede venir después, primero el niño necesita experiencias musicales».

«Si alguien no tuvo esa experiencia entre los 6 y 16 años, más tarde será más difícil», recalca Ittzés.

 Una vez adquirida la capacidad de representar esas canciones, (pentatónicas, en el caso de la música popular húngara), los estudiantes aprenden a leer y escribir música, muchas veces tocando en instrumentos las mismas piezas con las que ya habían trabajado, pero también incluyendo obras de compositores.

El método también ofrece en esa fase posterior técnicas que facilitan el trabajo.

Kodály retomó, entre otros, el llamado «sistema de solfeo relativo», en el que las notas, dependiendo de la tonalidad, pueden cambiar el lugar siempre y cuando se mantenga la relación de los sonidos entre sí y no su valor absoluto, determinado por la frecuencia.

Hoy lo más probable es que cualquier niño que finalizó en Hungría la escuela primaria aprendió el solfeo con ese método.

«Todos aprendimos la música a través de este sistema. Para nosotros, los húngaros, es muy natural este relativismo», explica a Efe Emma (38 años), cantante de un coro que interpreta cantos populares y religiosos.

La reivindicación de Kodály de comenzar la enseñanza musical desde el primer nivel escolar se convirtió en una realidad después de la Segunda Guerra Mundial no solo en su país.

Desde la década de los 1960, el sistema se copió íntegramente en muchas escuelas de Estados Unidas, mientras que en Europa fue adaptado a las condiciones locales.

Ittzés subraya que tanto en la Península Ibérica, como en Argentina, Colombia, Chile, México y Brasil, hay iniciativas para utilizar este método.

No obstante, para el jefe del Departamento de Pedagogía de la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), Ignasi Gómez, hay también dificultades.

«El método está pensado para la cultura húngara y es difícil de encajar en muchas culturas europeas», explica Gómez en conversación telefónica con Efe.

Aún así, el experto confiesa que él usa mucho el solfeo relativo y reconoce que recoger ideas, principios o propuestas que el método ofrece, es un aporte para mejorar el trabajo de los pedagogos musicales.

Otros métodos «se quedan muy en los inicios, en edades muy iniciales, mientras que el de Kodály es un método que puede seguir usándose perfectamente con 16 con 18 años», explica.

«Yo creo que globalmente es un método excelente, que permite que los chicos construyan de forma natural y organizada todo el conocimiento teórico-práctico», concluye el profesor de música.

Fuente:http://www.semana.com/cultura/articulo/metodo-kodaly-sistema-de-ensenanza-musical-patrimonio-inmaterial-de-la-unesco/511253

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Entrevista a Emilia Ferreiro: Si los docentes no leen, son incapaces de transmitir el placer de la lectura

Fuente: OEI

Entrevista realizada por Mariana Otero a Emilia Ferreiro

La educadora argentina Emilia Ferreiro, quien revolucionó la lectoescritura, asegura que si los docentes no leen son incapaces de transmitir placer por la lectura. Dice que todos los chicos pueden aprender si los maestros se lo proponen. Para la investigadora, la escuela es muy resistente a los cambios porque siguen instaladas viejas ideas.

Emilia Ferreiro casi no necesita presentación. Para el mundo de la educación es un referente indiscutible, que revolucionó la enseñanza de la lectoescritura y que realizó numerosos aportes a la alfabetización en el mundo.

Es argentina, pero está radicada en México desde hace más de dos décadas. Su tesis de doctorado fue dirigida por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra. Hace años que recorre América y Europa dando conferencias y capacitaciones a docentes; es autora de innumerables artículos científicos y libros y fue reconocida varias veces como doctora honoris causa por diversas universidades, entre ellas la Universidad Nacional de Córdoba (1999).

La investigadora del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México estuvo en Córdoba invitada por la Facultad de Psicología de la UNC. En diálogo con La Voz del Interior , aseguró que el docente no puede seguir haciendo tareas burocráticas, que debe profesionalizarse, que todos los chicos pueden aprender si tienen un maestro que crea que pueden lograrlo y que la escuela se resiste a los cambios que no genera ella misma. A continuación, un extracto de una larga charla.

–¿Qué puede hacer la escuela para evitar el fracaso escolar?

–El fracaso escolar tiene varias caras (…) Voy a hablar de los aprendizajes vinculados con la lengua. La alfabetización inicial o tiene lugar en los primeros años de la primaria o es un déficit que se arrastra muy mal. Incluso en casos donde no hay percepción de fracaso puede haber fracaso con respecto a lo que significa alfabetizar. Hoy nadie puede considerarse alfabetizado si está en situación de comprender mensajes simples, saber firmar o leer libros con léxico y sintaxis simplificada. Desde finales del siglo XX estamos asistiendo a una revolución en la que la digitalización de la información es parte de la vida cotidiana y la escuela ni se ha dado cuenta. Entonces sigue preparando para leer un conjunto limitadísimo de textos, sigue haciendo una alfabetización para el pizarrón. Trabajar con la diversidad de textos y alfabetizar con confianza y sin temor a circular a través de los múltiples tipos de textos y de soportes textuales del mundo contemporáneo es indispensable.

¿Se puede decir que la escuela sigue siendo demasiado conservadora para niños de la era tecnológica?

–El sistema escolar es de evolución muy lenta. Históricamente ha sido muy poco permeable a cambios que la afectaban. Dos ejemplos: cuando apareció la birome, la primera reacción del sistema educativo fue “eso no va a entrar acá porque arruina la letra”, y la escuela le hizo la guerra a ese instrumento: una guerra perdida de antemano (…) Lo mismo hizo cuando aparecieron las calculadoras de bolsillo y dijeron “eso va a arruinar el cálculo escolar y no van a entrar”. Y entraron con muchas dificultades, hasta que en algunos lugares descubrieron que podía hacerse un uso inteligente de la máquina de calcular. En ese contexto hay que ubicarse. La institución escolar siempre ha sido muy resistente a las novedades que no fueron generadas por ella.

–Ahora se resiste a la computadora.

–Es una tecnología de escritura y tiene ventajas innegables para la enseñanza. La primera reacción es de desconfianza. El primer acto reflejo es que si nos traen una, la ponemos con llave.

–¿Se puede alfabetizar igual en diferentes contextos sociales y culturales y con recursos distintos?

–Hay cosas que van a ser iguales y otras que son necesariamente distintas. Algo que les digo siempre a los maestros es: “¿Usted no sabe qué hacer el primer día? Lea en voz alta”. La experiencia de escuchar leer en voz alta no es una experiencia de todos los chicos antes de entrar a la escuela y es crucial para entender ese mundo insólito que tiene que ver con que hay estas patitas de araña (muestra las letras) en una hoja y que suscitan lengua.

–Es otra forma de enseñar a leer y escribir…

–Más que empezar con la pregunta típica de cómo hago para enseñar a leer y escribir, primero hay que enseñar algo acerca de lo que es la escritura y para qué sirve. El maestro tiene que comportarse como lector, como alguien que ya posee la escritura. La gran diferencia entre los chicos que han tenido libros y lectores a su alrededor y los que no los han tenido es que no tienen la menor idea del misterio que hay ahí adentro. Más que una maestra que empieza a enseñar, necesitan una maestra que les muestre qué quiere decir saber leer y escribir. Cuanta menos inmersión haya tenido antes, más hay que darle al inicio.

–¿El docente es consciente de que esta es una buena manera de enseñar a leer y escribir? Hay investigaciones que dicen que los maestros no leen.

–Ese es uno de los dramas del asunto porque se habla mucho del placer de la lectura, pero ¿cómo se transmite ese placer si el maestro nunca sintió ese placer porque leyó nada más que instrucciones oficiales, libros de “cómo hacer para”, leyó lo menos posible. Es muy difícil que ese maestro pueda transmitir un placer que nunca sintió y un interés por algo en lo que nunca se interesó. En toda América latina el reclutamiento de maestros viene de las capas menos favorecidas de la población. En muchos casos no hay aspiración a ser maestro. Y en ese sentido cambió, pasó de ser una profesión de alto prestigio social a una con relativo bajo prestigio social.

–¿Cuánto influye eso en la alfabetización de los niños?

–Mucho, porque si alguien está haciendo lo que hace porque no pudo hacer más, se va a sentir frustrado; y la frustración profesional no ayuda al ejercicio profesional.

Una escuela vieja. –¿Se avanzó en el modo de alfabetizar?

–Hay una visión muy instrumentalista que piensa lo mismo desde hace tantas décadas que da hasta lástima decirlo. Dice: “Primero vas a aprender la mecánica de las correspondencias grafofónicas y para eso mejor que ni pienses porque es un ejercicio mecánico de asociación de correspondencias. Después vas a aprender de corrido, y después vas a entender lo que estás leyendo y después, quizá, te venga esa cosa desde algún milagro llamada placer por la lectura”. En realidad, el placer por la lectura entre los chicos que tienen lectores a su alrededor es lo primero que se instala (…) Es lo primero, no lo último.

Esta tendencia del placer antes que lo instrumental no está en práctica; seguimos con las viejas teorías. ¿Cómo se revierte eso?

–No es fácil. Lo que no consigo es que me den la lógica de la visión opuesta. Por ese lado hice investigaciones que revelan que los chicos piensan sobre la escritura antes y que lo que piensan es relevante y que es bueno tenerlo en cuenta.

–¿Sigue en vigencia esa idea de que el maestro es la autoridad que les enseña a niñitos que no saben nada?

–Siguen instaladas viejas ideas que son parte de la lentitud del sistema para reaccionar. A veces con el razonamiento de que si siempre se hizo así para qué cambiar (…) Una de las tendencias es regalarle el fracaso a la familia o al niño y no asumir la responsabilidad de que todos los chicos pueden aprender y deben aprender. Andan buscando desde antes que empiece el año escolar quiénes van a repetir o quiénes son los disléxicos o los que tienen alguna patología por la cual la cosa no va a andar. Y realmente todo cambia muy fuerte cuando el maestro dice “aquí no va a haber repetidores” y cuando asume desde el inicio que “aquí van a aprender todos”. Eso exige un involucramiento fuerte del maestro con el aprendizaje; ahí entramos en otra vertiente, en la que el oficio del maestro se ha ido burocratizando cada vez más y desprofesionalizando al mismo tiempo. Recibe instrucciones y las ejecuta: esa es la definición de un burócrata. En tanto, el profesional es el que sabe lo que está haciendo, por qué lo está haciendo y tiene una racionalidad y una especificidad que puede defender profesionalmente.

–¿Cómo se hace para sacar adelante a niños que concurren a escuelas donde hay un libro cada 40 alumnos, sin biblioteca ni computadora y el docente, además, atiende situaciones familiares, psicológicas?

–Enseñar a leer y escribir bajo los bombardeos es difícil. Cuando un maestro está convencido de que puede hacer algo termina descubriendo la manera de hacerlo, y si deja que el malestar general lo apabulle no va a poder hacer nada. Si acepta estar ahí es porque cree que algo puede hacer. Si forma parte de la desesperación colectiva, si se deprime junto con el ambiente, no va a poder hacer nada. Pero hay maestros creativos que consiguen llevar adelante algo que da esperanza… El maestro tiene que decir “aprender es posible”, como el médico decir “la salud es posible”.

Fuente: Redes OEI

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La Educación: Entre la inquietud de sí y el emplazamiento del poder-saber para “ser”

Jorge Díaz Piña

diazjorge47@gmail.com

 

Sin el propósito de simplificar lo que es complejo, podemos proponer  que pese a las demás determinaciones que las envuelven, y  de las que nos ocuparemos después,  las prácticas educativas que regulan los procesos de enseñanza-aprendizaje o “prácticas pedagógicas interactivas de resignificación constructiva” en la educación escolar a diferentes  niveles, éstas se encuentran condicionadas por la relación tensa entre la inquietud de sí mismos de los estudiantes y el emplazamiento del poder-saber para “ser” que la institución o dispositivo escolar propicia sobre aquellos.

La noción inquietud de sí mismo (epimeleia heauteu) es recuperada y actualizada de la cultura griega antigua por Michel Foucault en su texto Hermenéutica del sujeto (2009), atribuyéndole el significado siguiente, “la epimeleia heauteu es una actitud: con respecto a sí mismo, con respecto a los otros, con respecto al mundo… implica cierta manera de prestar atención a lo que se piensa… acciones que uno ejerce sobre sí mismo” (p. 28).  Este ocuparse o preocuparse reflexivamente de sí mismo por parte del sujeto,  según Foucault (ob. cit.), también implica su relación con “la verdad”, o régimen de verdad hegemónico e histórico impuesto en una sociedad dada,  asumiéndolo como efecto y causa del poder-saber.  Para el caso que nos ocupa, la verdad se relaciona con los discursos o regímenes veridictivos  de los otros, esto es, de los discursos  legitimados como verdaderos por el poder-saber de los docentes y de la institución escolar (sus saberes, sus  conocimientos, sus hipercorrecciones, sus exhortaciones e imperativos éticos y morales, etcétera).  En Foucault (1978), “la ‘verdad’ está ligada circularmente a  los sistemas de poder que la producen y la mantienen y a los efectos de poder que induce y que la acompañan” (p. 189)

Estos últimos discursos, en tanto los otros pretenden incidir en la conducta o modos de ser de los estudiantes, son acciones o prácticas discursivas de poder que se articulan con los saberes producidos con anterioridad sobre ellos para  normalizarlos (tecnologías disciplinarias) como cuerpos dóciles y útiles en términos foucaulteanos (saberes examinadores, psicológicos, sociológicos, médicos, diagnosticadores prácticos, etcétera), por consiguiente, son formas de poder-saber ya que para Foucault (1985), “es efectivamente en los discursos donde poder y saber vienen a articularse” (p. 231).  De aquí que se considere a la institución escolar como un dispositivo de emplazamiento del poder-saber para “ser” que actúa sobre la inquietud de sí de los estudiantes, ”estudien para ser alguien en la vida” se les reitera predicativamente. Aquí el término “ser” está referido a su uso generalizado para indicar al tipo de hombre o mujer, presuntamente realizador de estos, que declarativamente  los sistemas educativos manifiestan querer producir ideológicamente para la reproducción o transformación de las sociedades.

Actuación institucional o normalizadora, o de la gubernamentalidad –a decir de Foucault–, sobre los estudiantes que registra una dimensión tensional graduada según sea mayor o menor la discrepancia o distancia entre la inquietud de sí y el emplazamiento del poder-saber para “ser”.  Que pudiera traducirse desde el imaginario del estudiante como la tensión  entre lo que “yo soy o quiero ser” y “lo que la escuela quiere que yo sea”. Tensión que puede expresarse en comportamientos estudiantiles que irían desde la franca resistencia a las imposiciones del poder-saber hasta manifestaciones de renuencia,  o evasión, abarcando además,  las de adecuación simulada y las de adaptación por el cese  transitorio  o definitivo de las resistencias y renuencias.  Con respecto a los efectos de rechazo que produce el poder por más que este  enmascare y justifique su fuerza o coacción  persuasora, el mismo Foucault (1985), advierte que “allí donde hay poder hay resistencia” (p. 116).

Las resistencias, las renuencias y las evasiones estudiantiles contribuirían, en su vinculación con otros condicionamientos que trataremos, a explicar la mal denominada deserción estudiantil, ya que consideramos que la escuela por reproductora  es  su propiciadora principal por “desertógena”,  debido a sus excluyentes prácticas de emplazamiento del poder-saber para “ser”.  Asimismo, ayudarían a comprender la ideológicamente manipulada estigmatización de los estudiantes culturalmente resistentes, renuentes y evasivos como de “bajo rendimiento académico”, y de los docentes y escuelas públicas que los toleran al  no excluirlos por la “baja calidad  educativa” que se les endilga por ello, sin que dicha tolerancia implique el reconocimiento dignificador de su otredad cultural, su  modo de ser diferente al que prescribe la escuela.

En los casos de los estudiantes que son inducidos a excluirse o “desertar”, opera además su reflexión evaluadora del tiempo existencial suyo  comparado con la temporalidad de permanencia en las instituciones escolares para egresar definitiva o certificadamente en correspondencia con las posibilidades de manutención del contexto sociofamiliar de procedencia popular o de clase empobrecida y marginada socioeconómicamente.  El tiempo de permanencia escolar para “ser” es percibido como muy prolongado y excesivo para mantener su trayectoria o recorrido en él, presionando para su exclusión consentida o “deserción”. En estos casos, opera la significación de “ser” dada por Heidegger (2010), en su obra El ser y el tiempo: el sentido del ser es el tiempo.

Lo expresado anteriormente respecto a los docentes, no obsta para señalar que además de ser reproductores del discurso emplazador del poder-saber de “ser” de la gubernamentalidad ante los estudiantes, registran una ambivalencia, por cuanto muchos de ellos son también portadores-continuadores  de su inquietud de sí estudiantil pasada pero perdurable en el tiempo, no sin modificaciones, que resiste, es renuente, evasiva  y simuladora de su adecuación institucional a la escuela. Producto tanto de su  procedencia social clasista de sectores excluidos, marginados o populares, de su origen étnico o condición de género, como de su recorrido escolar para optar por “ser docentes”, y de las vicisitudes o experiencias no-realizadoras o des-realizadoras por contraventoras de la gubernamentalidad transitadas en su trayectoria de vida profesional.  Los docentes estarían así, envueltos en una dialéctica del sí mismo y las obligaciones institucionales contraídas.

Es de resaltar que el acervo sociocultural que portan  los docentes de origen popular o no-moderno, pese a su ambivalente adecuación a la cultura moderna durante  su trayectoria de formación y ejercicio profesional escolar, es refractaria a la naturaleza sociocultural clasista dominante, hegemónica o moderna de la escuela capitalista. Naturaleza que es legitimada ideológicamente como neutral, universal o científica, y que le justifica establecer estándares meritocráticos de evaluación compulsiva de comparación  jerarquizadora o calificadora-descalificadora de  docentes, estudiantes y escuelas.  Esto,  bajo la apariencia de un presunto propósito igualador  de la calidad educativa. Estándares establecidos con base en predeterminadas pruebas con un  baremo que parten de establecer desempeños anticipados descalificadores por elitescos socioculturalmente, o a sabiendas que son  logros que pocos pueden alcanzar, es decir, son reveladores del oculto trasfondo sociocultural desigual  clasista de la sociedad.  Instrumentos complementados con desempeños de dificultad media o baja, u otras gradaciones,  para revestirlos de objetivos,  equilibrados o justicieros.  Asimismo, son  revelados como estimulantes de la rivalidad  entre docentes, estudiantes y escuelas, en función de articularlos a la supuesta competitividad económico-empresarial neoliberal globalizadora.

Ello explicaría muchas de las conductas docentes descomprometidas o disfuncionales para la gubernamentalidad respecto de  la institución escolar, y su “resistencia al cambio”, por lo que los culpan del “bajo rendimiento” de los estudiantes y de la “baja calidad” de las escuelas, y no a la estructura reproductora clasista de la institución escolar que provoca su relativa disfuncionalidad con relación a la eficacia cualificadora de la fuerza de trabajo  acorde con las exigencias de la capitalista división del trabajo; relación también estimada perversamente por capitalizadora de un bien  considerado público por gratuito, desde la lógica mercantil economicista de la rentabilidad costo-beneficio del capital por la tecnocracia contracultural  neoliberal que desea privatizarlo. Por consiguiente,  se les descalifica e indignifica al no querer comprender la ambivalencia que los atraviesa, ya que es debida a las contradicciones clasistas y socioculturales que cruzan al dispositivo reproductor de la institución escolar que se ve obligado, por la  propia dinámica desigualadora y excluyente que le es congénita al capitalismo, a cooptar o escoger a los educadores de los sectores sociales distintos a los dominantes. Contradicciones clasistas y socioculturales que no puede admitir el sistema capitalista ya que se sustenta ideológicamente en la irreal y fetichista  “igualdad social” jurídico-liberal.

Por otra parte, la ambivalencia que sufre el tipo de docente referido, le ocasiona patologías severas que afectan su bienestar físico y mental, al verse obligado sin convicción interna  a realizar su oficio profesional.  Patologías que van desde su estresamiento hasta afecciones psicosomáticas más severas.  De la cuales no se sobrepondrá  si no hace conciencia de las causas que originan su situación y no se dispone reflexiva y comprometidamente a contrarrestar las dinámicas institucionales de poder que lo coaccionan y, que a su vez,  le hacen coaccionar a los estudiantes, impidiéndole atenuar y superar sus efectos.  Sin hacerse ilusiones pedagogistas en las cuales refugiarse y reguardarse ya que éstas si no se encuentran articuladas a posibilidades  de cambio de las estructuras reproductoras, no incidirán en la transformación de las relaciones escolares. De aquí que deba  incluir en sus reflexiones y prácticas,  alternativas radicales de transformación que le puedan llevar a optar estratégicamente a luchar por  nuevas instituciones educativas de contrapoder, incluso  desescolarizadas, correspondientes  anticipadamente a una nueva sociedad sin estructuras de dominación y reproducción clasistas principalmente, no únicamente.

Retomando el hilo en torno al  modo de ser de los estudiantes, señalamos  que además de marcar su inquietud de sí, tiene que ver con la formación sociocultural de su habitus, su código  y su identidad personal.  El habitus, categoría propuesta por Bourdieau (1977), define las relaciones entre las disposiciones y tomas de posición en los individuos a partir de las determinaciones que produce su origen de clase social.  Las estructuras sociales objetivas preexistentes predisponen las conductas en tanto estructuras de percepción, pensamiento y acción en el mundo sociocultural; esto es el habitus, estructuras estructurantes “heredadas” por transmisibles y reiterables en un contexto dado, de disposiciones perdurables en los sujetos. Es un haber histórico o “biográfico” de los individuos o grupos,  un acumulado sociocultural hecho ser o corporeidad.   A diferencia del código, con el que guarda también semejanzas, concepto incorporado por Bernstein (1998), que refiere a la gramática seleccionadora e integradora subyacente y reguladora de la orientación prevaleciente de los  significados  relevantes, las formas de su realización y los contextos evocadores en los individuos, adquiridos tácitamente según su procedencia sociocultural familiar y de clase social.

Ambos conceptos, inciden en la constitución subjetivadora e individuante de las identidades personales y grupales o comunitarias como identificaciones con valoraciones, concepciones, creencias, normas, representaciones, etcétera, que permiten reconocer y reconocerse a las personas en su singularidad social, y como  disposiciones adquiridas y posicionamientos duraderos del carácter  ante sí, ante los otros y ante el mundo o entorno.  Aunque las disposiciones duraderas del carácter que identifica a los individuos perduren, no son invariables, ya que, de acuerdo con  Ricoeur (1996), la identidad, a través de someterse a su despliegue narrativo como modalidad reflexiva de sí, –identidad narrativa–, puede sufrir variaciones al restituirle el relato su movimiento retrospectivo, permitiéndole así a los sujetos la reapropiación personal de su historicidad.

No obstante estos condicionamientos del  habitus, del código y     de las disposiciones adquiridas que configuran las identidades,  –imprescindibles para comprender  la actuación de la inquietud      de sí de los estudiantes que resisten, son renuentes, simuladores de su adecuación y evasivos frente al emplazamiento escolar del poder-saber para “ser” al tratar de imponer ideológicamente su instituida cultura escolar,  que igualmente responde a concepciones y representaciones   clasistas de los grupos  sociales dominantes y hegemónicos en la sociedad, y que provocan el desencuentro y la confrontación socioeducativos causantes de esos comportamientos estudiantiles al no reconocerles su condición ético-cultural dignificadora diferente–, deseamos agregar las determinaciones de base  que reivindica Guattari (1996), las semióticas asignificantes y las significantes que constituyen desde su más  temprana edad a los individuos y preconfiguran sus disposiciones posteriores como, por ejemplo, las de aprender.

Él utiliza las categorías de semiótica asignificante y semiótica significante para tratar los componentes semióticos que contribuyen a producir la subjetividad, teniendo en cuenta la obra de Stern (2005), El mundo impersonal del infante.  En esta obra, la subjetividad pre-verbal se expresa a través de semióticas simbólicas asignificantes en una relación problemática y complicada con la máquina social lingüística o semiótica significante.  Esa subjetividad pre-verbal, pre-cognitiva o pre-individual, que subyace a todos los modos de subjetivación, es encubierta e ignorada.  Antes de la adquisición del lenguaje, los niños y niñas construyen activamente formas de percibir, de expresarse y de experimentarse a sí mismos en el mundo por medio de una semiotización no verbal diversificada y diferenciada.

El texto de Stern (ob.cit.),  socava la supuesta unidad del sujeto al enumerar la multiplicidad de “sis” o “yoes”, de relaciones y de afectos pre-verbales que lo constituyen.  Él distingue tres sentidos de sí.  Un sentido de sí emergente, de sí nuclear y de sí intersubjetivo que preceden la aparición del sentido de sí verbal.  El sentido de sí, en los tres primeros casos, no significa un concepto de sí, ni un conocimiento de sí, ni una conciencia de sí ya que esas experiencias no son traducidas o expresadas por el lenguaje, la consciencia o la representación.  Los distintos sentidos de sí, anteriores al sentido linguístico de sí, no constituyen etapas pero si son niveles de subjetivación o vectores de subjetivación no verbales que se manifiestan en el transcurrir de la vida de manera paralela con el habla y la conciencia.

La relación consigo mismo presupone un posicionamiento que es existencial o afectivo antes de ser linguístico o cognitivo, y que es el centro de la subjetividad. Más aún, es a partir de ese núcleo asignificante que podrá haber significación y lenguaje.  Este asunto tiene implicaciones importantes para nuestros planteamientos ya que sobre esa subjetividad asignificadora que perdura a lo largo de la vida, actúa el emplazamiento del poder-saber para “ser”, que trata de manipular los afectos, las percepciones,  los ritmos, los movimientos, las duraciones, las intensidades y otras semióticas asignificantes.  Actúa tratando de  controlar y modular los efectos de subjetivación y des-subjetivación.

Una estrategia para neutralizar, ordenar y normalizar o disciplinar la acción de las semióticas simbólicas y asignificantes de la inquietud de sí que exceden las significaciones dominantes en la escuela, esto es, la representación y los significados, consiste en jerarquizar estas últimas.  La subjetivación asignificante o afectiva funciona fuera de la conciencia y  expresa la matriz existencial desde la que se asimilan las experiencias a partir de las cuales surgen  pensamientos, formas percibidas, actos identificativos y sentimientos verbalizados.  Es un reservorio en el cual toda experiencia creativa puede prosperar.  Asimismo, todo acto de aprendizaje en última instancia, depende del sentido de sí emergente en los meses iniciales.

Guattari (ob. cit.) indica que es desde estas subjetividades de sí articuladas como universo protosocial, de carácter pre-verbal, que son  adquiridos los caracteres familiares, étnicos, de clase, etcétera, a modo de inconsciente cultural por medio de la comunicación contigua, es decir, el habitus, el código sociocultural y las disposiciones duraderas del carácter que forman la identidad, y en definitiva, la inquietud de sí.

Después de haber expresado nuestras consideraciones respecto a la dialéctica de la inquietud de sí  de los estudiantes y docentes, y del emplazamiento escolar del poder-saber para “ser” sobre ellos, queremos cerrar señalando una posibilidad  terapéutica liberadora, en cuanto atención a sí mismos, para contrarrestar los efectos de las acciones de poder de la gubernamentalidad escolar.

Creemos que es posible inscribir la inquietud de sí en el contramarco de la reconstrucción hermenéutica crítica de la subjetividad alienada o del cuidado de sí,  cura sui, en tanto tecnología del yo, de repensarse y hacer retroacciones terapéuticas sobre sí mismos a partir de la revelación narrativa de las sujeciones institucionales de la escuela que los han constituido, a semejanza de lo referido con anterioridad sobre la identidad narrativa en Ricoeur (1996).

 Terapéutica de autoanálisis socioinstitucional recíproco de interpelaciones  y co-interpretaciones entre estudiantes, entre docentes y, entre docentes y estudiantes, funcionando como agenciamientos colectivos de enunciación, propuesta formulada por Félix Guattari. 

Agenciamientos  que reflexiva  y satisfactoriamente corroan las subjetivaciones de poder interiorizadas  como   significaciones y representaciones  sujetantes dentro de sí (semióticas significantes), hasta donde sea realizable como experiencias de “conversión”.  Sin creer que se puede hacer coincidir plenamente el sí mismo consigo mismo, pero que gratifican y potencian placenteramente el deseo reiterable de emancipación que se manifiesta al renombrar el mundo o de resignificar lo significado para cambiarlo (semióticas asignificantes y contrasignificantes), cuando se sentidiza que no se debe ser objeto de poder, sino ser sujetos con poder de transformación de sí y de la sociedad.

REFERENCIAS

Bernstein, B.  (1998).  Pedagogía, control simbólico e identidad. Madrid: Editorial Morata.

Bourdieu, P.  (1977).  La reproducción.  Barcelona: Editorial Laia.

Foucault, M.  (1978).  Vigilar y castigar. México: Siglo XXI Editores.

—————–  (1985).   Historia de la sexualidad (I). La voluntad de saber.  México: Siglo XXI Editores.

__________  (2009). Hermenéutica del sujeto. México: FCE.

Guattari, F.  (1996).  Caosmosis. Buenos Aires: Editorial Manantial.

Heidegger, M.  (2010).  El ser y el  tiempo.  México: FCE.

Ricoeur, P.  (1996).   Sí mismo como otro. Madrid: Editorial Siglo XXI.

Stern, D.  (2005).  El mundo interpersonal del infante. Buenos     Aires: Editorial Paidós.

Imagen Autor: Frato

Correo: diazjorge47@gmail.com

 

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Perú: Ampliar edad límite para acceder a Educación Inicial afectará autoestima y aprendizajes de niños

América del Sur/Perú, 31 de diciembre de 2016. Fuente: Minedu

Ante la decisión del Congreso de la República de aprobar una norma que modificaría la edad límite de acceso a la Educación Inicial, el Ministerio de Educación (Minedu) –en su calidad de órgano rector del sistema educativo peruano– solicitó al Ejecutivo observar ese proyecto de ley por ser perjudicial para el desarrollo emocional y cognitivo de los niños y niñas.

Basándose en investigaciones, evidencias científicas, pedagógicas y psicológicas, tanto nacionales como internacionales, el Minedu estableció –como en años anteriores— que solo los menores que cumplan tres, cuatro y cinco años hasta el 31 de marzo podrán ingresar a Educación Inicial. También determinó que los niños y niñas de 6 años cumplidos hasta esa fecha podrán matricularse en Primaria, tal como consta en la Resolución Ministerial N° 627 -2016 – ED del 14 de diciembre.

El Congreso plantea extender la matrícula hasta la edad cronológica del 31 de julio, para que menores de 3 años accedan a Educación inicial y menores de 6 años ingresen al primer grado de Primaria.

Sin embargo, esto afectaría el desarrollo integral y la maduración equilibrada de las dimensiones social, emocional, afectiva, cognitiva de los niños y niñas al exponerlos a situaciones inadecuadas para su edad. Igualmente, podría tener un impacto en los aprendizajes posteriores de los menores, advirtió Angélica Montané, asesora del despacho del Viceministerio de Gestión Pedagógica del Minedu.

Los niños y las niñas deben iniciar la escolaridad en la edad que corresponde y no antes, porque no es recomendable adelantarlos en su proceso escolar, subrayó al indicar que exponerlos a situaciones para las que todavía no están maduros, impacta negativamente en su personalidad y desarrollo.

Señaló que la norma del Minedu sí respeta el proceso de desarrollo de los niños y niñas considerando sus necesidades y bienestar y no solo el aspecto intelectual del aprendizaje; asegurando de ese modo que ganen seguridad y confianza en sí mismos. Teniendo en cuenta que en los primeros años de nacidos la diferencia de meses es significativa en términos de aprendizaje, explicó que los niños menores se sienten frustrados o estresados cuando no alcanzan los mismos progresos o logros que los mayores.

Según diversos investigadores la existencia de rangos de edad muy dispersos en primer grado podría afectar el proceso de aprendizaje. Los niños que ingresan con 6 años tienen ventajas sobre los niños que llegan con 5 años y meses de edad, en aspectos relacionados a habilidades perceptivas y motoras, de razonamiento, aptitud numérica, constancia de forma, memoria inmediata y elaboración de conceptos.

Por eso, respetar el límite de edad establecido por el Minedu, al 31 de marzo, no significa una pérdida de tiempo, por el contrario, generará oportunidades que les permitirán sentar las bases para su desarrollo integral de manera natural y amable, agregó Montané.

Se debe anotar que el Minedu presentó en noviembre al Congreso los argumentos técnicos que advertían sobre los perjuicios que podría provocar un cambio de la edad límite. Con esos mismos argumentos, el ministerio ha solicitado al Poder Ejecutivo observar el proyecto legislativo y mantener la norma vigente tal cual está.

Además exhorta a los padres y a las madres de familia comprender que esta medida pedagógica protege la seguridad emocional de sus hijos e hijas. En esa misma línea el Minedu ha recibido el apoyo del Consejo Nacional de Educación la Red de Promoción de la Infancia, el Grupo Impulsor de Educación Inicial, la Organización Mundial de Educación Inicial, UNICEF, Save the Children, Grade, así como de institutos y universidades.

Por tal motivo la Ley Nº 28044 – Ley General de Educación establece que el Estado garantice que el tiempo educativo se equipare a los estándares internacionales y el Minedu recuerda a los padres y madres de familias asegurar la matrícula oportuna de sus hijos.

Fuente noticia: http://www.minedu.gob.pe/n/noticia.php?id=41325

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Education and religion around the world

31 de Diciembre de 2016. Fuente: PewResearch Center

Resumen: Basándose en encuestas realizadas en 151 países, un estudio analiza el logro educativo entre creyentes de las principales religiones monoteístas del planeta. ¿Existirá una relación entre educación y religión? Veamos que reseña el informe del estudio.

Jews are more highly educated than any other major religious group around the world, while Muslims and Hindus tend to have the fewest years of formal schooling, according to a Pew Research Center global demographic study that shows wide disparities in average educational levels among religious groups.

These gaps in educational attainment are partly a function of where religious groups are concentrated throughout the world. For instance, the vast majority of the world’s Jews live in the United States and Israel – two economically developed countries with high levels of education overall. And low levels of attainment among Hindus reflect the fact that 98% of Hindu adults live in the developing countries of India, Nepal and Bangladesh.

But there also are important differences in educational attainment among religious groups living in the same region, and even the same country. In sub-Saharan Africa, for example, Christians generally have higher average levels of education than Muslims. Some social scientists have attributed this gap primarily to historical factors, including missionary activity during colonial times. (For more on theories about religion’s impact on educational attainment, see Chapter 7.)

Drawing on census and survey data from 151 countries, the study also finds large gender gaps in educational attainment within some major world religions. For example, Muslim women around the globe have an average of 4.9 years of schooling, compared with 6.4 years among Muslim men. And formal education is especially low among Hindu women, who have 4.2 years of schooling on average, compared with 6.9 years among Hindu men.

Yet many of these disparities appear to be decreasing over time, as the religious groups with the lowest average levels of education – Muslims and Hindus – have made the biggest educational gains in recent generations, and as the gender gaps within some religions have diminished, according to Pew Research Center’s analysis.

At present, Jewish adults (ages 25 and older) have a global average of 13 years of formal schooling, compared with approximately nine years among Christians, eight years among Buddhists and six years among Muslims and Hindus. Religiously unaffiliated adults – those who describe their religion as atheist, agnostic or “nothing in particular” – have spent an average of nine years in school, a little less than Christian adults worldwide.1

But the number of years of schooling received by the average adult in all the religious groups studied has been rising in recent decades, with the greatest overall gains made by the groups that had lagged furthest behind.

For instance, the youngest Hindu adults in the study (those born between 1976 and 1985) have spent an average of 7.1 years in school, nearly double the amount of schooling received by the oldest Hindus in the study (those born between 1936 and 1955). The youngest Muslims have made similar gains, receiving approximately three more years of schooling, on average, than their counterparts born a few decades earlier, as have the youngest Buddhists, who acquired 2.5 more years of schooling.

Over the same time frame, by contrast, Christians gained an average of just one more year of schooling, and Jews recorded an average gain of less than half a year of additional schooling.

Meanwhile, the youngest generation of religiously unaffiliated adults – sometimes called religious “nones” – in the study has gained so much ground (2.9 more years of schooling than the oldest generation of religious “nones” analyzed) that it has surpassed Christians in average number of years of schooling worldwide (10.3 years among the youngest unaffiliated adults vs. 9.9 years among the youngest Christians).

Gender gaps also are narrowing somewhat. In the oldest generation, across all the major religious groups, men received more years of schooling, on average, than women. But the youngest generations of Christian, Buddhist and unaffiliated women have achieved parity with their male counterparts in average years of schooling. And among the youngest Jewish adults, Jewish women have spent nearly one more year in school, on average, than Jewish men.

These are among the key findings of Pew Research Center’s new demographic study. A prior study by researchers at an Austrian institute, the Wittgenstein Centre for Demography and Human Capital, looked at differences in educational attainment by age and gender.2 The new study is the first comprehensive examination of differences in educational levels by religion. Wittgenstein Centre researchers Michaela Potančoková and Marcin Stonawski collaborated with Pew Research Center researchers to compile and standardize this data.

Religions vary in educational attainment

About one-in-five adults globally – but twice as many Muslims and Hindus – have received no schooling at all

Despite recent gains by young adults, formal schooling is neither universal nor equal around the world. The global norm is barely more than a primary education – an average of about eight years of formal schooling for men and seven years for women.

At the high end of the spectrum, 14% of adults ages 25 and older (including 15% of men and 13% of women) have a university degree or some other kind of higher education, such as advanced vocational training after high school. But an even larger percentage – about one-in-five adults (19%) worldwide, or more than 680 million people – have no formal schooling at all.

Education levels vary a great deal by religion. About four-in-ten Hindus (41%) and more than one-third of Muslims (36%) in the study have no formal schooling. In other religious groups, the shares without any schooling range from 10% of Buddhists to 1% of Jews, while a majority of Jewish adults (61%) have post-secondary degrees.3

Hindus and Muslims have made big advances in educational attainment

The study finds the religious groups with the lowest levels of education are also the ones that have made the biggest gains in educational attainment in recent decades.

Over three recent generations, the share of Hindus with at least some formal schooling rose by 28 percentage points, from 43% among the oldest Hindus in the study to 71% among the youngest. Muslims, meanwhile, registered a 25-point increase, from 46% among the oldest Muslims to 72% among the youngest.

Christians, Buddhists and religious “nones” have made more modest gains in basic education, but they started from a higher base. Among the oldest generation in the study, large majorities of these three religious groups received at least some formal education; among the youngest Christians, Buddhists and religious “nones,” more than nine-in-ten have received at least some schooling.

The share of Jews with at least some schooling has remained virtually universal across generations at 99%.

Declining gender gaps in formal education

In this study, more women than men have no formal education: As of 2010, an estimated 432 million women (23% of all women ages 25 and older) and 250 million men (14% of all men) lacked any formal education.

In some religious groups, the gender gaps in acquiring any formal education are particularly large. For example, just over half of Hindu women (53%) have received no formal schooling, compared with 29% of Hindu men, a difference of 24 percentage points. Among Muslims worldwide, 43% of women and 30% of men have no formal schooling, a 13-point gap. In other religions, the gender differences in the shares with no formal schooling are smaller, ranging from 9 points among the religiously unaffiliated to just 1 point among Jews.

But Hindus have substantially narrowed the gender gap in primary schooling, as shares of Hindu women with no formal schooling decreased across the three generations studied. Among the oldest Hindus, 72% of women and 41% of men have no formal schooling. But among the youngest Hindus in the study, the gender gap is smaller, as 38% of women and 20% of men have no formal schooling.

Muslims also have reduced the gender gap across generations by 11 percentage points. But in the youngest generation, a 10-point difference remains: 33% of Muslim women and 23% of Muslim men have no formal schooling. Among religiously unaffiliated adults and Buddhists worldwide, meanwhile, the gender gap in the shares with no formal schooling has virtually disappeared.

Reversal of some gender gaps in higher education

Worldwide, among all adults in the study, slightly more men than women hold post-secondary degrees (15% vs. 13%). But across generations, women have been outpacing men in reaching higher levels of education. As a result, in the youngest generation, the share of women with post-secondary degrees is comparable to the share of men (17% each).

In the youngest generation of three faith groups – Jews, Christians and the religiously unaffiliated – the gender gap in higher education has actually reversed. The biggest reversal has happened among Jews. Among the oldest generation of Jews, more men (66%) than women (59%) hold post-secondary degrees. But among the youngest Jewish adults worldwide, 69% of women and 57% of men have such degrees. In other words, a 7-point gender gap in the oldest generation (with more men than women holding advanced degrees) is now a 12-point gender gap in the other direction, with more women than men in the youngest generation of Jews holding degrees. (See Chapter 6 for details.)

Christians and religiously unaffiliated people have experienced similar – although not as dramatic – reversals of the gender gap in post-secondary education. Among Christians, the gender gap among those in the oldest adult cohort – 21% of men with higher education vs. 17% of women – has flipped among the youngest so that more women than men now hold degrees (25% of women vs. 20% of men). Similarly, among religiously unaffiliated people, the 3-point gender gap in the oldest generation (with more men than women having higher education) is now a 3-point gap in the other direction in the youngest generation, with more women than men earning post-secondary degrees.

Meanwhile, the gender gap in higher education has narrowed for Buddhists (by 5 points) and Muslims (by 3 points). Among the youngest generations in those groups, roughly equal shares of women and men hold higher degrees – 19% each among Buddhists and 11% and 9% among Muslim men and women, respectively. The gender gap in post-secondary education among Hindus has held steady across generations. In the youngest cohort of Hindus, more men than women still have post-secondary degrees (17% of men vs. 11% of women).

Both religion and region matter for educational attainment

Within the world’s major religious groups, there are often large variations in educational attainment depending on the country or region of the world in which adherents live. Muslims in Europe, for example, have more years of schooling, on average, than Muslims in the Middle East. This is because education levels are affected by many factors other than religion, including socioeconomic conditions, government resources and migration policies, the presence or absence of armed conflict and the prevalence of child labor and marriage.

At the same time, this study finds that even under the same regional or national conditions, there often are differences in education attainment among those within religious groups. Here are some findings from this report that illustrate both the diversity within the same religious group across different regions of the world, and the diversity within the same region among religious groups:

  • There is a large and pervasive gap in educational attainment between Muslims and Christians in sub-Saharan Africa. By all attainment measures, Muslim adults in the region – both women and men – are far less educated than their Christian counterparts. For instance, Muslims are more than twice as likely as Christians in sub-Saharan Africa to have no formal schooling (65% vs. 30%). Moreover, despite growth in the share of adults with any formal schooling in recent decades, the Muslim-Christian attainment gap has widened across generations, largely because Muslims have not kept pace with educational gains made by Christians. (See Chapter 1 for more on the Muslim-Christian gap in sub-Saharan Africa, and Chapter 7 for a discussion of possible explanations.)
  • Also in sub-Saharan Africa, the Muslim gender gap in education has remained largely unchanged across generations – and even widened slightly by some measures of attainment analyzed in this study. Although the youngest Muslim women in this region are making educational gains compared with their elders, they are making them at a slightly slower rate than their male peers. This pattern differs from some other regions, where Muslim women are generally making educational gains at a faster pace than Muslim men, thus narrowing the gender gap. (See Chapter 1 for details.)
  • Christians have remained fairly stable at the global level in their overall educational attainment over three generations. But their attainment varies considerably by region. As the largest of the world’s major religious groups (numbering about 2.2 billion overall, including children, as of 2010), Christians also are the most widely dispersed faith group, with hundreds of millions of adherents in sub-Saharan Africa, the Asia-Pacific, Europe, North America and Latin America and the Caribbean. Christians in Europe and North America tend to be much more highly educated than those in sub-Saharan Africa, for instance, although African Christians are making rapid educational gains across generations. (See Chapter 2 for more detail on educational attainment among Christians.)
  • Jews also have remained stable in their already high levels of educational attainment over recent generations. But Jews, unlike Christians, are a much smaller and more localized population, with a large majority of all Jews worldwide living in just two countries – Israel and the United States – where educational attainment is relatively high overall. (Chapter 6 explores data on Jews in more detail.)
  • At the global level, religiously unaffiliated adults have 1.3 more years of schooling, on average, than religiously affiliated adults (8.8 versus 7.5). One possible reason for this is that unaffiliated people are disproportionately concentrated in countries with relatively high overall levels of educational attainment, while the religiously affiliated are more dispersed across countries with both high and low levels of attainment. However, the unaffiliated are not consistently better educated than their religiously affiliated compatriots when looked at country by country. In the 76 countries with data available on the youngest generation of unaffiliated adults (born 1976-1985), they have a similar number of years of schooling as their religiously affiliated peers in 33 countries; they are less educated in 27 countries, and they are more highly educated than the affiliated in 16 countries. (See sidebar in Chapter 3 for more details on the unaffiliated and secularization theory.)
  • Hindus in India, who make up a large majority of the country’s population (and more than 90% of the world’s Hindus), have relatively low levels of educational attainment – a nationwide average of 5.5 years of schooling. While they are more highly educated than Muslims in India (14% of the country’s population), they lag behind Christians (2.5% of India’s population). By contrast, fully 87% of Hindus living in North America hold post-secondary degrees – a higher share than any other major religious group in the region. (See Chapter 5 on Hindu educational attainment.)
  • Religious minorities often have more education, on average, than a country’s majority religious group, particularly when the minority group is largely foreign born and comes from a distant country. In these cases, immigrants often were explicitly selected under immigration policies that favor highly skilled applicants. In addition, it is often the well-educated who manage to overcome the financial and logistical challenges faced by those who wish to leave their homeland for a new, far-off country. For instance, in the U.S., where Christians make up the majority of the adult population, Hindus and Muslims are much more likely than Christians to have post-secondary degrees. And unlike Christians, large majorities of Hindus and Muslims were born outside the United States (87% of Hindus and 64% of Muslims compared with 14% of Christians, according to a 2014 Pew Research Center survey). 4

A note about this analysis

This report looks at average educational levels among adherents of five major world religions – Christianity, Islam, Hinduism, Buddhism and Judaism – as well as among the religiously unaffiliated.

Educational systems vary enormously around the world; this report does not attempt to analyze differences in educational quality, but focuses primarily on educational attainment in terms of number of years of schooling. It distinguishes among four broad levels of educational attainment: no formal schooling (less than one year of primary school), primary education (completion of at least one grade of primary school), some secondary education (but no degree beyond high school) and post-secondary education (completion of some kind of college, university or vocational degree beyond high school, also referred to in this report as “higher education”). For comparability across countries, these educational categories are based on the International Standard Classification of Education (ISCED 1997; see Methodology for more details).

To measure changes over recent generations, the report looks at three birth cohorts: the “oldest” (born 1936-1955), “middle” (born 1956-1975) and “youngest” (born 1976-1985). These generations roughly correspond, respectively, to people ages 55 to 74, 35 to 54 and 25 to 34 as of 2010, the most recent year for which detailed census data are available in many countries. Whenever this report refers to “adults,” it means people who were 25 or older in 2010 (or, in some cases, the most recent year for which data are available).

The report presents figures at the global and regional levels but also includes select country-level data as illustrations of larger trends. It includes data from 151 countries, collectively representing 95% of the 3.6 billion people around the world who were 25 or older in 2010. Analyses of change across generations include data from 130 countries with available data on all three birth cohorts, representing 87% of the world’s population in 2010 ages 25 to 74.

The approach in this report is primarily descriptive: It lays out the differences in educational levels among religious groups without attempting to explain the reasons for those differences. Chapter 7 outlines some of the ways that social scientists think religion may influence educational attainment.

In this study, the world is divided into six regions. It includes data from 35 countries in the Asia-Pacific region; 36 countries in Europe, including Russia; 30 countries in Latin America and the Caribbean, including Central America and Mexico; 12 countries in the Middle East-North Africa region; Canada and the United States in North America; and 36 countries in sub-Saharan Africa.

Countries with data on religion and educational attainment

Fuente: http://www.pewforum.org/2016/12/13/religion-and-education-around-the-world/

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Desde Perú: ¡2016 año de contrastes y derrotas! ¡2017, año de duras luchas!

Perú, 31 de diciembre de 2016.  Fuente y autor: Rebelión

Vivimos las últimas horas del año que concluye, caracterizado por contrastes y derrotas; y daremos muy pronto paso al 2017, que asoma en el escenario nacional y mundial como una etapa muy dura para pueblos y naciones. La crisis de la dominación capitalista se agrava golpeando a un espectro muy amplio; y arrecia la lucha de los pueblos e todos los confines del plan eta. Así, el mundo vive en el hilo de una peña, en tanto que en el Perú arrecia la lucha de clases. .

¿Se agudiza la crisis del imperio?

A casi dos meses de la elección de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, pocos dudan que, ese hecho, puso de manifiesto un nuevo escenario internacional. Su elección llevó a la superficie y a los ojos del mundo, un proceso global, de largo plazo, que permanecía más o menos oculto y que, desde nuestra percepción, alcanza hoy nuevos niveles de profundización. El fenómeno continúa preocupando a muchos y sigue siendo motivo de variadas interpretaciones y análisis. Sin embargo, no podemos ignorar, que muchos de sus elementos, eran contrastados empíricamente por investigadores, y sufridos por millones.

De acuerdo con Humberto Campodónico, allí los estados de Michigan, Wisconsin y Pensilvania (La Muralla Azul Demócrata), que tradicionalmente votaron por el Partido Demócrata, esta vez votaron por el Republicano y se sumaron a los Estados de Texas, Tennessee, Missouri y Alabama (La Muralla Roja Republicana). Juntos, formaron parte del cinturón industrial “más grande del siglo XX”, compuesto además –dice Campodónico- por Illinois, Indiana y Minnesota, entre otros. Desde hace 40 a 50 años se les conoce como el “cinturón oxidado” No obstante, en la votación directa, Trump perdió. Su rival obtuvo dos millones 800 mil votos más que él; pero las exquisiteces de la “democracia” yanqui no permitió que esto se afirmara en el sistema electo, y entonces el candidato Republicano se alzó con una victoria que fue una derrota, de acuerdo al total de votos emitidos.

Según Bernie Sanders, en Estados Unidos, “Desde el 2001 han cerrado más de 60,000 fábricas y se han perdido 5 millones de empleos industriales.“. Por eso ha crecido la idea de terminar con los TLC que permiten cerrar las plantas y llevárselas a países con bajos salarios. Eso –dice Trump- tiene que terminar. “Tendremos políticas comerciales para que se creen los trabajos aquí y no en el extranjero”, afirma

Se calcula que los trabajadores afectados en el “cinturón oxidado” se acercan a 50 millones. Si sumamos los millones de ciudadanos de a pié y sectores medios perjudicados con el reventón de la ‘’burbuja financiera’’, crisis iniciada el 2008, los ciudadanos norteamericanos perjudicados resulta ser considerable. Todos ellos permanecían, sin embargo, ignorados por los grandes medios de comunicación controlados por las corporaciones internacionales, élites que controlan también el núcleo fuerte del sistema financiero internacional, la inmensa industria militar norteamericana. La gran masa de ese mundo sufriente, no tenía voz en el carril de la globalización empujada por la élite neoliberal. Esos hechos revelan la agudización de la crisis estructural del sistema y constituyen un indicador de que estamos acercándonos a su tramo final. Desde la aparición de la fase imperialista del capitalismo (fines del s. XIX y principios del XX), el sistema alcanza su mayor poderío económico y militar en siglo XX e inicia su fase declinante.

En el centro de esa dinámica, se puede ubicar el ritmo creciente del desarrollo de las fuerzas productivas y el avance de la socialización del trabajo a la vez que se profundizan los procesos de concentración y centralización de la producción. Se concentra la riqueza generada por el trabajo en muy pocas manos, al tiempo que se expulsa mano de obra (desempleo, informalidad) y se genera una tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Las mega-corporaciones y la élite neoliberal, trataron de revertir esa tendencia mediante el programa aprobado en el llamado “Consenso de Washington” en los años ochenta.

La práctica vivida a nivel mundial, constituye testimonio real de la consecuencia depredadora de los recursos humanos y naturales, que ha conllevado la aplicación de dicho programa. La gigantesca concentración de la riqueza generada (50 %) en el 1% de la población, se expresa en la pobreza del 90 % que pierden sus activos, sus empleos, el desmontaje del estado de bienestar europeo,

Las corporaciones se apoderan de los bienes y empresas públicas, se privatiza la educación, la salud y se depredan los recursos naturales. Todo lo anterior se manifiesta en una interminable secuela de deterioro de la calidad de vida de millones de trabajadores y ciudadanos del mundo; así como al incremento de la drogadicción, suicidios, inseguridad ciudadana, corrupción, narcotráfico, y el calentamiento global que tiende a tornarse irreversible.

Hoy se percibe con más claridad, una atmosfera insana que parece preanunciar una crisis más amplia y más profunda de la que imaginábamos. No ha sido mera casualidad que el artista estadunidense Garry Trudeau, ganador del premio Pulitzer, antes de las elecciones, declarara que las mismas serian en primer lugar un referéndum sobre‘’la salud mental’’ del pueblo norteamericano.. La paranoia anti rusa de la que hacen gala altos representantes del gobierno de EEUU y también algunos voceros de la derecha europea, parece ampliarse y profundizarse hasta extremos ridículos. Ello es un indicador que corrobora la afirmación del artista.

En los hechos la política internacional norteamericana, ha tenido como pivote, con ayuda de sus socios nativos, la opción militar, el sometimiento a sus intereses, de pueblos y naciones mediante la guerra, golpes de estado, cuando les falla otras opciones intervencionistas. Las repulsivas maniobras contra Venezuela en el MERCOSUR, lo evidencian nítidamente.

Hoy observamos que se ensanchan las grietas en el edificio imperial. La aparición más clara de un mundo multipolar, la alianza estratégica establecida entre China y Rusia, el importante papel que juegan -sobre todo China- en el desarrollo mundial con una filosofía política que plantea ganancias compartidas y empujan una nueva ‘’revolución industrial’’ en los países dependientes, de la ‘’periferia’’ y el respeto a la independencia y soberanía de los estados nacionales tal como disponen los mandatos de la ONU, evidencian la pérdida de la hegemonía mundial de EEUU y el derrumbe de los intentos por construir un gobierno mundial único en manos de la élite compuesta por un reducido grupo de mega corporaciones.

La reciente Liberación de Alepo constituye una victoria del ejército y el gobierno sirio con la ayuda rusa, el fracaso de la política de balcanización y la recomposición geopolítica que se está mostrando en el Medio Oriente, el término de la ‘’posición común’’ de la Unión Europea respecto a las relaciones con Cuba y los acuerdos anunciados sobre el restablecimiento de relaciones de colaboración expresan, la victoria neta de Cuba y la dignidad de su pueblo que como con el ejemplo de Fidel y su gobierno, nunca cedieron su independencia y soberanía y en cuestiones de principios. Todo ello enriquece el muestrario referido al proceso de degradación del imperio, y confirma los augurios de Fidel, que hoy encarna la historia.

Por si fuera poco recientemente uno de los halcones promotores de la política militarista de EEUU, Mc Caintacha calificó de ‘’fracaso absoluto’’ el liderazgo de EEUU con Obama, olvidándose olímpicamente que ellos fueron los principales gestores de una política internacional a la que estuvo encadenada la gestión Obama. Además el noticiero internacional Red Voltaire informó sobre una reunión cumbre entre la OTAN – Rusia en momentos que un grupo de oficiales de la Alianza Atlántica han sido detenidos en Alepo donde dirigían a los yihadistas que ocupaban parte de esa ciudad. Según se informa el Consejo de la OTAN no fue consultado para la realización de esta operación secreta, lo cual constituye una violación del artículo 9 de sus estatutos. El asesinato a mansalva de Andrei Kozlov , embajador ruso en Turquía, constituye, a más de una brutal provocación, la evidencia más concreta de la colusión entre los grupos extremistas y el Imperio.

Los hechos nos muestran una clara agudización de las contradicciones internas que afectan al poder imperial. Sin embargo el futuro no está escrito y aunque se otean vientos renovadores frescos, el panorama también está poblado de nubarrones que presagian grandes peligros para la humanidad entera. .

En el Perú la corrupcion gana espacios

En nuestro país la crisis se acentúa peligrosamente. El gobierno de PPK encuentra coincidencias con la Mafia fujimorista y el APRA y tiende a ceder constantemente a las demandas de la “prensa grande” que clama por un “acuerdo de gobernabilidad” que facilite los planes de la clase dominante. Buscan ese segmento, afirmar un camino de derrota para el pueblo y de imposición de los planes del neo liberalismo en todos sus extremos. Como parte de su estrategia, pretende colocar de rodillas al gobierno y demostrar la “fuerza” de la Mafia, capaz siempre de imponer sus condiciones en todos los terrenos. Para ese efecto se unen el Gran Capital, los medios de comunicación a su servicio, la jerarquía eclesiástica liderada por Cipriani y las camarillas partidistas con abrumadora mayoría parlamentaria.

La censura al Ministro de Educación del Gobierno ha confirmado eso. El nauseabundo “debate parlamentario” sirvió apenas para resaltar la vileza y la cobardía del fujimorismo, pero le permitió imponer su capricho a la mala, mostrando su efímero “poder”. Hoy ha logrado “reunir” a PPK y a Keiko Fujimori bajo el manto cardenalicio, en el empeño de promover una vergonzosa “convivencia” que merece el repudio masivo de los peruanos. Las recientes acciones juveniles –la última marcha del 12 de diciembre, pero también la anterior del martes 8 de noviembre- han tenido la virtud de demostrar que el pueblo no está dormido, ni ha perdido la conciencia. Constituye, por eso mismo, la principal trinchera nacional que mira hacia la perspectiva.

El “argumento” repetido hasta el cansancio por la derecha más reaccionaria, alude a la “unidad nacional” y a la necesidad de asegurar “la gobernabilidad” de país. Ambas formulaciones, a más de falsas e inconsistentes, son hipócritas. Dos o tres personas pueden “ponerse de acuerdo” para algunas acciones; pero la dignidad no puede coludirse con la mafia; la honradez no puede prohijar a la corrupción; la lucha por la vida no puede darse la mano con el crimen organizado, ni con el Terrorismo de Estado. Si el Presidente Kuczynski no entiende eso, terminará siendo víctima de su miopía política, o de su voluntad capituladora; pero no le hará ningún bien al país.

Mientras la Mafia busca obsesivamente “copar” espacios, el Presidente Kuczynski .-en penoso comportamiento- retrocede intimidado, La Oposición de Izquierda, por su parte, no atina a encontrar un derrotero que afirme la voluntad ciudadana. Las fuerzas progresistas en el interior del Congreso libran una lucha difícil, pero deben articularla con un esfuerzo más amplio por unir al pueblo, organizarlo, politizar sus demandas y alentar sus luchas. Y los que actúan fuera de ese escenario, tienen el deber de sumarse conscientemente a esa causa. Los propósitos de ella, no pueden ser meramente electorales. Resulta indispensable que, en la coyuntura, todo el pueblo se incorpore a la tarea de enfrentar a la Mafia y derrotarla; y así afirmar un camino elementalmente seguro para el país. Como señalan algunas personalidades progresistas el peligro de hoy radica en el crecimiento del “poder” de Keiko Fujimori que, ensoberbecida- buscará arrasar con todo a fin de imponerse.

La unidad es la única garantia de victoria

Hay que afirmar siempre la idea que la Unidad es la única garantía de victoria. Así ocurrió en el Perú en el pasado, cuando la unidad del Pueblo y la Fuerza Armada abrió paso a una ruta liberadora bajo la conducción del general Juan Velasco; y así ocurre en todo el continente cuando las fuerzas avanzadas de la sociedad latinoamericana promueven y alientan un proceso emancipador, que marcha en el marco de una dura confrontación con las fuerzas más reaccionarias, y el Imperio.

Para los pueblos de América Latina -y también para el nuestro- se augura un complejo proceso a partir de enero del 2017, cuando se instale en la Casa Blanca la nueva administración norteamericana y asome, una vez más, la garra de una nueva estrategia de dominación imperial. Gobiernos repudiables y en extremo corruptos, como el de Macri en Argentina y Temer en Brasil, actuarán a la ofensiva contra los pueblos y el proceso emancipador latinoamericano. Pero no podrán derrotar las masivas luchas ciudadanas destinadas a asegurar en todo el continente un rumbo progresista y liberador.

La Venezuela bolivariana consolidará su ruta y derrotará a sus adversarios. Se afirmarán los cambios en Ecuador y en Bolivia. Se cimentará el Sandinismo en la Nicaragua de Daniel Ortega; y en otros países de nuestro continente se afirmará la conciencia de millones, que batallan por la dignidad y la justicia.

Las continuas escisiones en los núcleos de la izquierda, afectan severamente la voluntad unitaria de la mayoría de la población. El distanciamiento entre “Tierra y Libertad” y la corriente de Verónica Mendoza; la decisión de este conglomerado de buscar su propia inscripción electoral, el reciente anuncio del congresista Arana orientado a excluí de su registro formal a la ex candidata presidencial del FA y la renuncia de un contingente juvenil a Patria Roja; no asoman como augurio deseable en nuestro tiempo y se perfilan más bien como un golpe contra el pueblo que no debe incubar ilusiones electorales de nin gun tiempo , sino mas bien acerar su propia línea de clase

El centenario de la Revolución Socialista de Octubre –que será celebrado en todo el mundo como un acontecimiento victorioso- señalará el camino de futuro. El reciente surgimiento de un Comité encargado de celebrar en nuestro país el centenario de la gesta Bolchevique del 17, es un signo alentador en nuestra lucha.

Los peruanos, siguiendo la ruta emancipadora de Túpac Amaru y las enseñanzas de José Carlos Mariátegui, buscaremos jugar nuestro rol en la historia luchando por construir un “ Perú Nuevo, en un Mundo Nuevo”

  En ese espíritu recibimos las fiestas de fin de año y deseamos fervorosamente que el 2017 sea mejor para las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias de nuestra Patria.

Fuente noticia: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=220954

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Agenda 2030, el desafío del primer año de implementación

Naciones Unidas, 31 de diciembre de 2016. Fuente: Prensa Latina (PL)
La comunidad internacional enfrentó durante 2016 el reto de avanzar en la implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.

Esta es una ambiciosa plataforma lanzada desde Naciones Unidas para transformar el mundo en un lugar de progreso humano inclusivo y armonía con la naturaleza.

Adoptada en septiembre de 2015 por los 193 Estados miembros de la ONU, la nueva agenda, que da continuidad a las metas del milenio fijadas para el período 2000-2015, consiste en 17 objetivos de desarrollo para los próximos 15 años, con la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades como centro.

A juicio del asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Agenda 2030 y el cambio climático, David Nabarro, aunque resta un largo camino por andar, el año que concluye deja significativos progresos.

‘Creo que lo más importante es que los gobiernos han reaccionado de una manera muy favorable, porque han colocado los objetivos de desarrollo sostenible en la prioridad de su gestión’, afirmó en entrevista con Prensa Latina.

 

De acuerdo con el experto, se apreció interés en internacionalizar la meta de no dejar a nadie atrás, consigna que guía la agenda, algo fundamental en un mundo de tantas diferencias entre ricos y pobres.

Necesitamos a partir de ahora el compromiso de los líderes mundiales y el decisivo aporte de todas las sociedades, para traducir en realidad los 17 objetivos trazados en septiembre de 2015, advirtió el médico británico, encargado de coordinar los esfuerzos para derrotar la epidemia de ébola en África Occidental y con la responsabilidad actual de hacer lo mismo con el cólera en Haití.

Nabarro consideró que el éxito de alcanzar las transformaciones propuestas pasa por una alianza entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y los académicos, con la cual los jóvenes se sientan plenamente identificados.

LO QUE BUSCA CAMBIAR LA AMBICIOSA AGENDA

El calificativo de ambiciosa encaja a la perfección en el caso de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, a partir del enorme sufrimiento humano que intenta superar.

Erradicar la pobreza en todas sus formas, el primero de los 17 objetivos, representa un complejo reto, porque el flagelo azota en su variante más extrema a 830 millones de personas; mientras la eliminación del hambre -la segunda meta- busca poner fin a la situación que viven alrededor de 800 millones de seres humanos.

La mayoría de los afectados por la pobreza extrema y la carencia de alimentos residen en los países en desarrollo.

Según la ONU, anualmente mueren más de seis millones de niños menores de cinco años, la mitad de ellos por una pobre nutrición, fenómeno concentrado en África Subsahariana y el sur del continente asiático.

No menos urgente y difícil resulta materializar los objetivos del acceso inclusivo a la salud, la educación y la sanidad, así como el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género.

Las estadísticas de Naciones Unidas reflejan a 57 millones de niños fuera de las aulas en el planeta, a una de cada tres féminas golpeadas por la violencia y a dos mil 400 millones de personas con falta de acceso a condiciones básicas de sanidad, en particular a baños o letrinas.

La Agenda contiene además las metas de llevar para 2030 la energía sostenible y moderna a todos, el impulso al crecimiento económico y el empleo decente, la promoción de ciudades y asentamientos humanos seguros e inclusivos y el alcance de patrones sostenibles de producción y consumo.

También establece la lucha contra el cambio climático, la protección de los océanos y los bosques, y el combate a la desertificación y la pérdida de la biodiversidad.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aseguró que la Agenda 2030 representa una oportunidad de hacer del planeta un lugar más digno, donde desaparezca la pobreza en todas sus formas.

Por su parte, el presidente de la Asamblea General en su 71 Período de Sesiones, Peter Thomson, destacó el objetivo central de la plataforma de progreso humano, no dejar a nadie atrás en el desarrollo sostenible.

Ambos coincidieron en la importancia de la voluntad política y del compromiso de los gobiernos y de toda la sociedad, en aras de traducir en progresos concretos la agenda.

PENSAR EN LOS MÁS VULNERABLES

De acuerdo con la directora del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, Paloma Durán, la implementación de los 17 objetivos constituye un desafío sin precedentes para la humanidad.

‘Lo que importa es que las personas en situación vulnerable mejoren su vida’, afirmó en entrevista con Prensa Latina.

Para la catedrática española, esa meta implica la responsabilidad de todos los países, tanto en desarrollo como industrializados, de invertir recursos y crear el clima social adecuado para la materialización de los objetivos de la Agenda 2030, una iniciativa adoptada el año pasado para reducir la pobreza y las desigualdades.

Esto requiere voluntad para la toma de decisiones, pero también posturas prácticas en sintonía con las situaciones en el terreno, subrayó.

A su juicio, se ha consolidado en este año la voluntad política de los Estados miembros de la ONU para convertir en resultados la nueva agenda, aunque es muy pronto para realizar evaluaciones sobre el progreso en la implementación.

Según Durán, el sistema de las Naciones Unidas hace su parte, trabajando en diferentes instrumentos para la correcta implementación de las metas acordadas en septiembre de 2015.

En el caso del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ejecuta programas en 22 países por 70 millones de dólares, precisó.

La experta aseguró que los resultados son alentadores, porque han mejorado la vida de al menos un millón de seres humanos.

Eso es nada comparado con las necesidades existentes, pero me parece que demuestra que los que hacemos tiene un impacto real en las personas vulnerables, destacó.

Fuente noticia: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=52691&SEO=agenda-2030-el-desafio-del-primer-ano-de-implementacion

Autor imagen: Paolo Calleri | Karikaturist

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