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El coronavirus no discrimina a las mujeres, las normas patriarcales de género sí

Noticia Global/ONUNOTICIAS

Más de uno de cada cuatro hogares de América Latina están a cargo de mujeres, la tasa más alta del mundo. Las mujeres y las niñas de la región se ven afectadas por la pandemia de manera desproporcionada, tanto por el riesgo a contraer la enfermedad como por las medidas de salud pública para contenerla. Las tareas de cuidado atribuidas a las mujeres y su mayor exposición a la precariedad del empleo están entre las causas que las exponen más al COVID-19.

La pandemia de coronavirus amenaza con empeorar los profundos niveles de desigualdad en la región de América Latina y el Caribe empujando a casi 16 millones de personas más a la pobreza extrema. Con esa cifra el número de personas pobres en la región alcanzaría los 214 millones, o el equivalente al 34% de toda la población de América Latina y el Caribe.

Un informe conjunto de la agencia humanitaria internacional CARE y ONU Mujeres concluye que, aparte de la persistente y omnipresente desigualdad entre los géneros en la región, uno de los grupos poblacionales más perjudicados por la enfermedad es el compuesto por las mujeres, las niñas y las personas LGBTIQ+.

Las altas tasas de participación en la fuerza de trabajo informal y la precariedad laboral propician que las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por las medidas de contención.

Pese a que los principales afectados por la COVID-19 son los hombres, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas y sistemas inmunológicos débiles, las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada tanto por el riesgo a contraer la enfermedad como por las medidas de salud pública para contenerla.

«Las normas patriarcales de género colocan la carga del trabajo de cuidado directamente sobre los hombros de las mujeres y las niñas, exponiéndolas a un riesgo adicional tanto en la esfera profesional como en la doméstica» destaca el informe.

La precariedad laboral afecta a las mujeres desproporcionadamente

Además, las altas tasas de participación en la fuerza de trabajo informal y la precariedad laboral propician que las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por las medidas de contención política, económica y social, ya que sus sectores de trabajo son los más afectados.

Más de uno de cada cuatro hogares de la región están a cargo de mujeres, la tasa más alta del mundo. Esta situación ahonda aún más la feminización de la pobreza y la vulnerabilidad de las mujeres a los efectos sanitarios y económicos de COVID-19, ya que muchas dependen del trabajo informal y precario para sus ingresos.

En comparación con el 93% de los hombres, sólo el 67% de las mujeres de América Latina y el Caribe participan en la fuerza de trabajo formal y más de 126 millones trabajan en el sector informal. Asimismo, sufren más complicaciones para acceder a las opciones de teletrabajo o generar ingresos a través del trabajo fuera de sus hogares.

Así, el escenario de interrupción laboral debido a la covid-19 provoca que las mujeres y niñas tengan más probabilidades de perder su fuente de ingresos que sus contrapartes masculinas y menos acceso a los mecanismos de protección social.

En especial, preocupa la situación de vulnerabilidad de las trabajadoras domésticas que se enfrentan a una mayor exposición al riesgo en los hogares de sus empleadores, así como a una mayor carga de cuidados.

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Trabajo en el hogar y desigual reparto de tareas

OPS
Una mujer y su hija en un hospital de Colombia durante la pandemia de COVID-19.

El cierre de escuelas, espacios públicos o guarderías como medida de respuesta a la pandemia agrava aún más las tareas no remuneradas de las mujeres en el hogar y la división de éstas. Antes de la aparición de la enfermedad, las mujeres latinoamericanas ya dedicaban casi 3 veces más tiempo al trabajo de cuidado no remunerado que los hombres.

«Esta carga de trabajo invisible es lo que ha sostenido a los hogares, los sistemas de salud y la economía a lo largo de la respuesta a la pandemia y ha sido esencial para respaldar las estrategias nacionales de salud pública a lo largo de COVID-19», indica el estudio.

Otra fuente importante de ingresos para los hogares de América Latina y el Caribe son las remesas y la interrupción de esta fuente de ingresos debido al coronavirus se prevé que «tendrá un impacto desproporcionado en las mujeres y sus familias, que dependen de estos recursos, afectando sobre todo a quienes viven en la pobreza y la extrema pobreza».

El sector sanitario es mayoritariamente femenino

Las mujeres representan un 74% de la fuerza de trabajo en el ámbito sanitario y social por lo que muchas de ellas entrarán en contacto directo con los pacientes de COVID-19 y corren un mayor riesgo de contraer el virus.

«Aunque las mujeres constituyen más que la mayoría de este sector, ocupan pocos puestos de liderazgo y de toma de decisiones, y los hombres ocupan el 75% de todos los puestos de liderazgo en el sector de la salud», añade el informe.

Recomendaciones clave del estudio

  • Las distintas organizaciones deberían seguir invirtiendo en el análisis de género e intersectorial, especialmente a medida que evolucionan las respuestas de los gobiernos
  • Además, deberían asegurarse de que todos los nuevos informes se compartan ampliamente y de que la programación y las políticas se adapten a las necesidades continuas y cambiantes a medida que se modifican las respuestas a la pandemia
  • A medida que los gobiernos comiencen a levantar los cierres de salud pública y otras medidas de COVID-19, será esencial que los actores humanitarios y los responsables de la formulación de políticas se aseguren de que se incluya una perspectiva de género en todo el proceso de respuesta y recuperación

Otras recomendaciones

  • Realizar análisis de género e intersectoriales específicos por país con recomendaciones de respuesta contextualizadas para diversos grupos de mujeres, hombres, niños, niñas y personas LGBTIQ+; especialmente aquellos que actualmente están subrepresentados en los datos.
  • Recopilar sistemáticamente datos desglosados por sexo y edad (como mínimo) en todas las esferas pertinentes para la respuesta de COVID-19 en materia de salud, social, económica y política.
  • Asociarse con diversas mujeres y organizaciones de LGBTIQ+ y apoyar su participación y liderazgo como piedra angular de una respuesta y recuperación eficaces de COVID-19
  • Garantizar que todas las actividades de respuesta y recuperación de la COVID-19 proporcionen entornos laborales bien informados sobre el padecimiento, favorables a las mujeres e inclusivos.
  • Identificar y abordar la división desigual del trabajo relacionado con los cuidados de personas, y el trabajo doméstico no remunerado, como elemento esencial de la respuesta económica y de salud pública de emergencia.
  • Ofrecer el apoyo socioeconómico adecuado a las mujeres y niñas que prestan servicios de cuidado como piedra angular de todo el diseño de programas humanitarios y de todas las políticas de recuperación, desde la definición de «trabajadores esenciales» hasta los programas de transferencia de efectivo y/u otros apoyos humanitarios sectoriales.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/06/1475492

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Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente 2020: Los docentes reconocidos como los héroes de la crisis de COVID-19 en la educación

Noticia Global/Noticia IE

La 10ª edición de la Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente (ISTP) se celebró el pasado 2 de junio de 2020 de manera virtual. La ISTP, que cuenta como anfitrionas con la Internacional de la Educación y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reunió a los ministros de educación y los sindicatos de la educación en torno a un debate sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación y sobre cómo garantizar que los sistemas educativos salgan fortalecidos de esta crisis.

La 10ª edición de la Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente (ISTP) se celebró el pasado 2 de junio de 2020 de manera virtual. La ISTP, que cuenta como anfitrionas con la Internacional de la Educación y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reunió a los ministros de educación y los sindicatos de la educación en torno a un debate sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en la educación y sobre cómo garantizar que los sistemas educativos salgan fortalecidos de esta crisis.

Todos los ponentes reconocieron el papel fundamental del personal educativo para atravesar esta crisis, superar los desafíos y garantizar la continuidad de la educación por el bien de los estudiantes. Por su parte, todos los ministros que intervinieron en la Cumbre elogiaron el liderazgo, la resiliencia, la adaptabilidad, la creatividad y la dedicación del personal educativo para con sus estudiantes.
En la inauguración de la ISTP, la Internacional de la Educación y la OCDE compartieron las percepciones mundiales sobre los efectos de la pandemia en la educación y el camino a seguir.
Andreas Schleicher presentó las conclusiones del nuevo informe de la OCDE Schooling Disrupted, Schooling Rethought, que analiza cómo la pandemia de COVID-19 está cambiando la educación. El informe se basa en una encuesta realizada entre el 25 de abril y el 7 de mayo de 2020 en la que participaron funcionarios del gobierno, responsables de la educación, maestros y directores de establecimientos educativos de 59 países.
La Presidenta de la Internacional de la Educación, Susan Hopgood, destacó el documento informativo de política de la Internacional de la Educación para la Cumbre (en inglés), que incluye una Guía para la reapertura de escuelas e instituciones educativas. Hopgood subrayó el papel crucial de una asociación eficaz entre los gobiernos y los docentes antes, durante y después de la crisis para reforzar la resiliencia del sistema y apoyar a los estudiantes. Asimismo, explicó que la crisis ha puesto de relieve, y no socavado, la importancia de las comunidades escolares para el aprendizaje de los estudiantes y ha dejado al descubierto los límites de la tecnología en la educación. Hopgood hizo hincapié en el impacto desproporcionado que la crisis ha tenido en los estudiantes en situación de vulnerabilidad y propuso que los gobiernos y la profesión docente trabajen juntos para evaluar el grado de equidad en las escuelas con el fin de identificar a los estudiantes más afectados, evaluar sus necesidades y proporcionarles el apoyo adecuado. La presidenta de la Internacional de la Educación concluyó su intervención con un llamamiento a los gobiernos para que protejan e incrementen la financiación de la educación tras la pandemia tomando como base la equidad y la satisfacción de las necesidades de los estudiantes.
Los debates de la cumbre se articularon en torno a cuatro temas, de modo que tanto los gobiernos como los sindicatos tuvieran tiempo para expresar sus posiciones mediante un diálogo constructivo.
Tema 1: Diálogo social y político entre los gobiernos y los sindicatos de la educación
Contar con una asociación sólida entre los gobiernos y los sindicatos de la educación es fundamental, tanto durante el cierre de establecimientos educativos en todo el mundo como durante el periodo de transición a la educación presencial.
En muchos países, la crisis ha intensificado las consultas y la colaboración entre los gobiernos y los sindicatos de la educación en beneficio de los estudiantes. El modelo de asociación ha demostrado ser muy satisfactorio y ha sido de gran ayuda para fomentar la confianza de la ciudadanía en las soluciones propuestas para la transición hacia la educación presencial.
Además, los sindicatos de la educación se han convertido en una fuente vital de información y apoyo para los docentes y el personal de apoyo educativo en momentos de crisis, pues ayudan a garantizar la continuidad educativa de los estudiantes.
Tema 2: Innovaciones durante la crisis y su relevancia para el futuro
Si bien los gobiernos y los sindicatos coinciden en que la crisis ha hecho progresar el uso de las tecnologías de la educación, la brecha digital es un importante motivo de preocupación. Además, pocos docentes tenían experiencia con la educación de emergencia en línea antes de la crisis, lo cual pone de relieve la urgente necesidad de formar al personal docente en el uso de las tecnologías para la educación.
Los sindicatos expresaron su preocupación por el hecho de que en la crisis económica provocada por la pandemia los gobiernos puedan recurrir a la tecnología y la comercialización para reducir los gastos en educación. Tanto los sindicatos como los gobiernos reconocieron que la enseñanza y el aprendizaje son procesos sociales y acordaron que, si bien la tecnología puede proporcionar apoyo, nunca podrá sustituir el trabajo de los docentes. Como dijo uno de los ministros, «la tecnología y la infraestructura son importantes, pero lo más importante para una educación de calidad es la calidad del personal docente».
Si bien en el futuro se aplicarán modelos mixtos, el papel de los docentes seguirá siendo fundamental para la educación, pero los sindicatos hicieron hincapié en que es necesario abordar los problemas de la carga de trabajo asociados al aprendizaje mixto.
Los participantes también destacaron que, para aprender las lecciones de esta crisis, tenemos que llevar a cabo investigaciones exhaustivas para determinar lo que ha funcionado y desarrollar soluciones basadas en datos contrastados para el futuro.
Tema 3: El profesionalismo docente, el desarrollo profesional y la colaboración
Los ministros elogiaron el liderazgo de los docentes durante la crisis, la forma en que se unieron como comunidad para compartir ideas, conocimientos y experiencias con el fin de apoyar a sus estudiantes. Un ministro hizo referencia a la movilización de los docentes como el «precioso resquicio de esperanza de la crisis».
Si bien los docentes se han embarcado en una notable mejora de sus competencias para poder mantenerse en contacto con sus estudiantes durante el cierre de los establecimientos educativos, en el futuro necesitarán más apoyo mediante actividades de formación estructuradas y desarrollo profesional.
Tema 4: Desigualdades generalizadas y construcción de un futuro educativo más inclusivo
Los numerosos problemas de equidad que la crisis ha dejado al descubierto se plantearon como la principal preocupación tanto de los sindicatos como de los ministros. Los efectos de la crisis han sido desiguales y han afectado especialmente a los estudiantes en situación de vulnerabilidad. Tal como indicó uno de los ministros, «las escuelas son vitales para los niños de hogares desfavorecidos». Les ofrecen un ambiente seguro, una comida, socialización y aprendizaje.
Muchos estudiantes en situación vulnerable no han tenido acceso a la educación a distancia. Además, algunos habrán sufrido traumas durante la cuarentena. Por tanto, tal como señaló un sindicato, la prioridad al volver a la escuela no debería ser ponerse al día académicamente, sino apoyar a los estudiantes para que puedan recuperarse y volver a relacionarse. Entre las cuestiones más urgentes se planteó el bienestar del alumnado y del personal docente, así como las desventajas para los estudiantes.
Los sindicatos pidieron a los gobiernos que proporcionen la tan necesaria inversión para garantizar que los sistemas educativos sean inclusivos y equitativos.
Según un dirigente sindical, «los estudiantes cuentan con que los gobiernos y los sindicatos trabajen juntos por su bien».
En su discurso de clausura, el Secretario General de la Internacional de la Educación, David Edwards, destacó que solo podremos garantizar la calidad y la equidad que deseamos para los sistemas educativos si se proporciona a los docentes las herramientas adecuadas, el tiempo necesario para formarse y colaborar, y la confianza mutua entre los sistemas y las personas.
Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16814/cumbre-internacional-sobre-la-profesi%c3%b3n-docente-2020-los-docentes-reconocidos-como-los-h%c3%a9roes-de-la-crisis-de-covid-19-en-la-educaci%c3%b3n
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La desigualdad de género le da ventaja al cambio climático

ONUNOTICIAS

Las mujeres son las más afectadas por el cambio climático, y la discriminación que aún sufren a nivel socioeconómico intensifica las consecuencias que el calentamiento global está teniendo sobre su alimentación, hogar y medios de vida. Las normas machistas también impulsan a los hombres a la violencia cuando se ven enfrentados a los impactos del clima. Comprender la interconexión entre el bienestar económico, la paz y la igualdad de género es vital para garantizar un futuro mejor para el planeta y toda la humanidad.

Las mujeres son las más afectadas por el cambio climático, y la discriminación que aún sufren a nivel socioeconómico intensifica las consecuencias que el calentamiento global está teniendo sobre su alimentación, hogar y medios de vida. Las normas machistas también impulsan a los hombres a la violencia cuando se ven enfrentados a los impactos del clima. Comprender la interconexión entre el bienestar económico, la paz y la igualdad de género es vital para garantizar un futuro mejor para el planeta y toda la humanidad.

La violencia de género y la desigualdad estructural limita las capacidades de las comunidades para adaptarse a los efectos del cambio climático, así como para alcanzar la paz y la seguridad sostenibles, asegura un nuevo estudio realizado por varias agencias de la ONU.

El cambio climático actualmente impacta cada rincón del planeta, en algunas regiones sequías severas y temperaturas en aumento causan hambre, así como pérdida del hogar y de medios de vida.  Millones de personas están en grave riesgo, especialmente las mujeres y las niñas, que son tradicionalmente las proveedoras de comida, agua y energía, pero cuentan con menos recursos para adaptarse a las condiciones cambiantes.

“Estas dinámicas de género aún son relativamente desconocidas a nivel internacional, y hay una falta de legislación. Este informe demuestra la conexión intrínseca entre género, clima y seguridad”, asegura en el prólogo la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen.

Y es que la crisis climática se extiende mucho más allá del clima, y abordarla efectivamente requiere respuestas que aborden los vínculos entre género, clima y seguridad, afirma el informe que revela cómo aquellos países que tienen un mayor avance en la lucha contra la desigualdad de género, también muestran signos positivos de acción climática.

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PNUD
Una mujer cultivando piñas en Zambia.

Un vínculo demostrado a través de casos

Las mujeres y las niñas enfrentan cargas económicas desproporcionadas debido a los diferentes tipos de marginación; las expectativas de género pueden llevar a hombres y mujeres a recurrir a la violencia cuando los medios de vida tradicionales fallan; e importantes cambios socioeconómicos pueden resultar de cambios en los patrones de migración.

Los autores utilizan casos de estudio para evidenciar esta interconexión, y ayudar a los Gobiernos y legisladores a que encuentren oportunidades para desarrollar sociedades resilientes, inclusivas y pacíficas.

Por ejemplo, en el norte de Nigeria, las normas de masculinidad, como el deseo de proteger la riqueza familiar, intensifican los conflictos intercomunales, lo que a su vez motiva a los hombres jóvenes a unirse a grupos armados como Boko Haram, mientras que el cambio climático está destruyendo la naturaleza que es la base de la alimentación en la región.

En Chad, la violencia diaria en contra de las mujeres y las niñas genera un estrés económico y atenta contra las capacidades de las comunidades de adaptarse a los cambios ambientales. La inseguridad económica también hace más vulnerables a las adolescentes a un matrimonio temprano, y a los jóvenes a ser enlistados en grupos armados. Esta problemática también causa migración.

En Egipto, el rápido aumento de la población y la cantidad limitada de suministro de agua dulce ha hecho al país vulnerable a los impactos del cambio climático. Los cambios en la disponibilidad del agua pueden tener graves consecuencias sobre la seguridad alimentaria y energética, así como sobre el empleo, la sanidad, la educación y la salud. El estudio asegura que el riesgo es muy serio para las mujeres, que están ampliamente marginalizadas en las esferas económicas, políticas y sociales.

Otro ejemplo que plantea el informe es el de Sierra Leona, donde la rápida urbanización, combinada con lluvias más fuertes y el aumento del nivel del mar ha resultado en la intensificación de deslizamientos de tierra e inundaciones que dejan a los más vulnerables sin hogar. Sin embargo, a pesar de que existe una gran brecha en la cantidad de mujeres que participan en la esfera política, aquellas que están involucradas en los gobiernos locales están haciendo aportes importantes para que la comunidad sea más resiliente.

Programa de materias primas verdes del PNUD
La empresa costarricense Flor Agroindustria ha introducido una política de discriminación cero, así como la igual remuneración entre hombres y mujeres.

En el oeste de Papúa, en Indonesia, las mujeres indígenas son afectadas desproporcionadamente por los impactos de la degradación de la tierra causada por las industrias extractivas, que es exacerbada por el cambio climático. Las mujeres además se enfrentan a la inseguridad, la violencia sexual, la marginalización y el desplazamiento.

En Pakistán, la conexión entre la violencia de género y el cambio climático es aún más clara, ya que las mujeres sufren violencia doméstica cuando no pueden proveer agua a sus hogares. La falta de agua y energía a causa del cambio climático también lleva a los hombres a movilizarse con grupos criminales.

En América Latina, los autores del informe citan un ejemplo positivo:  En Colombia, El Salvador y Ecuador, enfoques basados en el género para la adaptación al cambio climático y la creación de cohesión social fomentados por el Programa Mundial de Alimentos, han logrado importantes contribuciones para fortalecer la seguridad alimentaria y la resiliencia.

En el Corredor Seco de América Central, las mujeres denuncian que ahora tienen que viajar cada vez más lejos para conseguir agua, y pasar más tiempo cuidando de familiares a causa del aumento de enfermedades, como el Zika, y el dengue, cuyas epidemias son exacerbadas por el cambio climático. Asimismo, cuando los hombres del hogar se ven obligados a migrar por la falta de alimentos, las responsabilidades aumentan para las mujeres, en medio de una sociedad que aún las discrimina para ser dueñas de la tierra.

FAO/Mayak Akuot
Mujer cargando costales de semillas distribuidos a las familias en Sudán del Sur durante la pandemia de COVID-19

El papel de las mujeres en el futuro del planeta

A medida que los países se recuperan de los devastadores impactos sociales y económicos de la pandemia de COVID-19, la desigualdad de género está dando forma a la experiencia de la crisis, así como a las perspectivas de resiliencia y recuperación.

Las comunidades afectadas por el conflicto y el cambio climático enfrentan una doble crisis. La pandemia agrava aún más los impactos del cambio climático en la seguridad alimentaria, los medios de vida, la cohesión social y la seguridad. Esto puede socavar los logros del desarrollo, intensificar la violencia y también alterar los frágiles procesos de paz.

El informe deja en claro la necesidad urgente de una acción sensible al género para abordar estas crisis vinculadas. Las intervenciones en torno a los recursos naturales, el medio ambiente y el cambio climático, por ejemplo, brindan oportunidades significativas para el liderazgo político y económico de las mujeres y fortalecen sus contribuciones a la paz.

La programación sostenible de recursos naturales también ofrece oportunidades para mitigar la violencia sexual y de género en los conflictos. Reco5nocer que la paz y la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo son interdependientes, es vital para forjar un futuro mejor, afirman los autores.

«La desigualdad de género, la vulnerabilidad climática y la fragilidad del Estado están fuertemente interrelacionadas. Sabemos, por ejemplo, que los países con valores más altos en una de estas áreas tienden a obtener una puntuación más alta en las otras dos. Con el tiempo, la ayuda dirigida a iniciativas que empoderan a las mujeres y promueven la igualdad de género sigue siendo muy baja. Los ejemplos concretos de este tipo de iniciativas en acción que se muestran en este informe pueden ayudar a estimular más investigaciones e inspirar más oportunidades para reforzar los roles de las mujeres en la consolidación de la paz, que es fundamental para ayudarnos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, afirmó el administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner.

Banco Mundial/Dominic Chavez
Una mujer en Mali trabaja en un invernadero en Bamako.

Recomendaciones a los países

«Fortalecer el papel de las mujeres en la gestión de los recursos naturales también les brinda la oportunidad de actuar como constructoras de paz y manejar conflictos de manera no violenta», aseguró Oscar Fernández-Taranco, Subsecretario General de Apoyo a la Construcción de la Paz.

Los autores aseguran que las consideraciones de género también deberían reflejarse plenamente en las políticas y la programación emergentes sobre los riesgos de seguridad relacionados con el clima, no solo para fortalecer la conciencia y la comprensión de vulnerabilidades particulares, sino también para resaltar las oportunidades de liderazgo e inclusión de mujeres y grupos marginados en los procesos de toma de decisiones.

También se requiere más inversión para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en los estados vulnerables, incluidas las implicaciones para la movilidad humana, y especialmente en los sectores relacionados con los recursos naturales, donde es particularmente baja.

«Reconstruir mejor con una perspectiva de género significa garantizar que nuestras economías post-COVID aborden las desigualdades fundamentales en la sociedad y pongan fin a la violencia contra las mujeres«, dijo la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka. «Las mujeres son una fuerza poderosa para reconstruir las sociedades de manera más segura, desde proporcionar alimentos y refugio, hasta generar ingresos vitales y liderar un cambio sostenible».

El informe resume en cinco puntos las recomendaciones:

  1. Integrar las agendas de paz, cambio climático, igualdad de género y seguridad
  2. Realizar intervenciones que empoderen a las mujeres y los grupos vulnerables para abordar los riesgos del cambio climático
  3. Aumentar la financiación específica para estos programas
  4. Hacer un análisis más profundo de las dimensiones de género de los riegos del cambio climático, cómo de los desafíos de seguridad

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/06/1475742

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Declaración | La comunidad educativa mundial se reúne en defensa de la libertad académica en Hong Kong

Noticia Global

La Internacional de la Educación apoya firmemente a su afiliado, el Hong Kong Professional Teachers’ Union, y al personal que se enfrenta a declaraciones degradantes y amenazantes realizadas por la Directora General Carrie Lam.

En una entrevista que presagia una represión gubernamental de los derechos y libertades en Hong Kong, la Directora General Carrie Lam dijo que «argumentos tendenciosos y falaces se han extendido en el campus». Continuó amenazando con que la educación no podía permanecer desatendida y que los estudios liberales serían «manejados por guardianes».

La Internacional de la Educación, la federación mundial de sindicatos de docentes que representa a más de 32,5 millones de educadores y educadoras, denuncia enérgicamente todos los intentos de los gobiernos de socavar la libertad académica. El hecho de que estas acciones tengan como objetivo el avance de una agenda antidemocrática hace que la situación sea aún más indignante.

«La autonomía institucional es una condición necesaria para el ejercicio de la libertad académica. Las limitaciones legislativas, reglamentarias y administrativas a la autonomía de las instituciones educativas, que van desde la interferencia del Estado en su gestión hasta los controles de sus programas académicos, socavan gravemente la capacidad del personal docente para llevar a cabo la enseñanza y la investigación y para realizar libremente investigaciones críticas. No se debe obstaculizar ni impedir a los docentes el ejercicio de sus derechos civiles como ciudadanos, incluido el derecho a contribuir al cambio social mediante la libre expresión de su opinión sobre las políticas estatales y las políticas que afectan a la educación», subraya David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación. 

Una fuerza de trabajo educativa fuerte es el factor más importante para asegurar una educación de calidad para todos. En todo momento, incluso durante la actual pandemia del Covid-19, los académicos y educadores han ido más allá para apoyar a sus estudiantes y continuar proporcionándoles la mejor educación exhaustiva posible, incluso fomentando las habilidades para la vida, el pensamiento crítico y la libertad de expresión. 

Todos los gobiernos deben actuar al servicio de sus ciudadanos. Con este fin, en lugar de antagonizar al personal educativo, las autoridades de Hong Kong deben centrarse en fortalecer la educación trabajando con los educadores y sus sindicatos, invirtiendo en la profesión, asegurándose de que se respeten los derechos de los académicos y se garanticen unas condiciones de trabajo decentes.

Fuente: https://www.ei-ie.org/spa/detail/16807/declaraci%c3%b3n-la-comunidad-educativa-mundial-se-re%c3%bane-en-defensa-de-la-libertad-acad%c3%a9mica-en-hong-kong
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La pérdida de empleos por el coronavirus, peor de lo que se esperaba

Noticia Global/ONUNoticia

Alrededor de 400 millones de empleos a tiempo completo se han perdido y las mujeres son las más perjudicadas por la pandemia, son algunas de las conclusiones del último informe de situación de la Organización Internacional del Trabajo, que presenta tres escenarios posibles de recuperación en función de la evolución del COVID-19 y de las medidas que se tomen.

En la primera mitad de 2020 se perdieron el equivalente a 400 millones de empleos a tiempo completo debido a la crisis del COVID-19, un número mucho más alto que el previamente estimado y se registró una caída del 14% en las horas de trabajo a nivel mundial, advirtió este martes la Organización Internacional del Trabajo.

Según la agencia, la recuperación incierta de lo que queda del año no será suficiente para volver a los niveles previos de la pandemia, e incluso en el mejor escenario se corre el riesgo de ver una pérdida continua de empleos a gran escala.

Las nuevas cifras reflejan el empeoramiento de la situación en muchas regiones durante las últimas semanas, especialmente en las economías en desarrollo. En las Américas se perdió la mayor cantidad de tiempo de trabajo con el 18,3%, seguido por Europa y Asia Central con 13,9%, Oriente Medio con el 13,2% y África con el 12,1%.

La gran mayoría de los trabajadores del mundo, el 93%, continúan viviendo en países con algún tipo de cierre de lugares de trabajo, y las Américas experimentan las mayores restricciones.

Tres escenarios diferentes

El Observatorio de la OIT: COVID-19 y el mundo del trabajo presenta tres escenarios para la recuperación en el segundo semestre de 2020: uno neutro, otro pesimista y otro optimista. El resultado a largo plazo dependerá de la trayectoria futura de la pandemia y de las decisiones políticas de los gobiernos.

  • El modelo neutro se basa en un repunte de la actividad económica en línea con las previsiones actuales, el levantamiento de las restricciones en el lugar de trabajo y la recuperación del consumo y de las inversiones. Bajo esos supuestos, la disminución en la pérdida de horas de trabajo sería del 4,9% por ciento (equivalente a 140 millones de empleos a tiempo completo) en relación con el cuarto trimestre de 2019.
  • El escenario pesimista asume una segunda ola de la pandemia y el regreso de las restricciones, lo cual ralentizaría la recuperación de manera significativa. Como consecuencia se produciría un descenso de las horas de trabajo de 11,9% (340 millones de empleos a tiempo completo).
  • El escenario optimista asume que las actividades de los trabajadores se reanudarán rápidamente, impulsando de manera significativa la demanda agregada y la creación de empleos. Con esta recuperación excepcionalmente veloz, la pérdida de horas de trabajo disminuiría hasta 1,2 por ciento (34 millones de empleos a tiempo completo).
Khaled Abdul Wahab
Algunos sectores, como el de la restauración, se encuentran entre los más perjudicados por la pandemia.

Las mujeres, las más perjudicadas

El estudio constata además el impacto que la pandemia tiene sobre las trabajadoras quienes, de forma más desproporcionada han sido más afectadas, creando el riesgo de que algunos de los modestos progresos en materia de igualdad de género alcanzados en las últimas décadas se pierdan y de que las desigualdades de género relacionadas con el trabajo se agudicen.
El grave impacto de la COVID-19 sobre las mujeres está relacionado con su representación mayoritaria en algunos de los sectores económicos más afectados por la crisis, tales como la hostelería, la restauración, el comercio y la industria manufacturera. A nivel mundial, casi 510 millones de todas las mujeres empleadas, alrededor del 40%, trabajan en los cuatro sectores más afectados, frente a 36,6% de hombres.
Las mujeres también predominan en los sectores del trabajo doméstico, la asistencia sanitaria y los servicios sociales, donde corren mayores riesgos de perder sus ingresos, de infectarse y de transmisión del virus, y es menos probable que tengan protección social.

La distribución desigual del trabajo de cuidado no remunerado antes de la pandemia también ha empeorado durante la crisis, exacerbada por el cierre de los colegios y de los servicios de cuidado.

After surviving military
Las mujeres entre las más afectadas por la crisis del coronavirus.

Los principales desafíos del futuro

Si bien los países han adoptado medidas políticas con una velocidad y un alcance sin precedentes, el Observatorio destaca algunos de los desafíos que es necesario enfrentar:

  • Encontrar el equilibrio y la secuencia adecuados entre las intervenciones sanitarias y económicas, y entre las intervenciones sociales y políticas con el objetivo de producir óptimos resultados sostenibles en el mercado de trabajo
  • Implementar y mantener intervenciones políticas a la escala necesaria cuando es probable que los recursos sean cada vez más limitados
  • Proteger y promover las condiciones de los grupos vulnerables, desfavorecidos y más afectados para que los mercados de trabajo sean más justos y equitativos
  • Garantizar la solidaridad y el apoyo internacional especialmente para los países emergentes y en desarrollo
  • Fortalecer el diálogo social y el respeto de los derechos

“Las decisiones que adoptemos ahora repercutirán durante los próximos años y más allá de 2030. Si bien los países se encuentran en fases diversas de la pandemia y es mucho lo que se ha hecho, debemos redoblar nuestros esfuerzos si queremos salir de esta crisis mejor que cuando comenzó”, declaró Guy Ryder, director general de la Organización Internacional del Trabajo.
La próxima semana se ha convocado una Cumbre Mundial sobre la COVID-19 y el mundo del trabajo  virtual de alto nivel.

“Espero que los gobiernos, los trabajadores y los empleadores aprovechen esta oportunidad para presentar y escuchar ideas innovadoras, discutir las lecciones aprendidas y proponer planes concretos a fin de trabajar juntos y poner en práctica una recuperación con altos coeficientes de empleo, inclusiva, equitativa y sostenible. Todos nosotros debemos avanzar en el reto de construir un futuro del trabajo mejor”, concluyó Guy Ryder.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/06/1476782

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