El número de víctimas es el más alto de los últimos 10 años
Casi 1700 civiles, entre ellos 363 niños, murieron en el conflicto en Afganistán en la primera mitad de 2018, el número más alto alcanzado en los últimos diez años. Según los nuevos datos difundidos en el reporte la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA), los civiles heridos entre enero y junio fueron 3.430, entre ellos 992 niños.
Además, respecto al mismo período del año pasado, crecieron de modo preocupante los ataques armados a las escuelas, incluidos las 12 incursiones registradas en la provincia de Nangarhar solo en el último mes, resaltó la organización no gubernamental internacional Save the Children en una nota.
«Es muy preocupante asistir a un número así elevado de víctimas civiles en Afganistán, donde en los últimos años la situación de la seguridad empeoró continuamente», declaró Onno van Manen, director para Afganistán de Sava the Children.
«Se está convirtiendo en algo cada vez más peligroso para los afganos llevar una vida normal y lo es también para los niños respecto a la escuela. Más de 3,5 millones de niños fueron excluidos de la educación y el conflicto no puede más que empeorar esta situación», resaltó.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del Fondo Institucional (Foins), convoca a las revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica a presentar proyectos para incrementar de manera sustentable la calidad, visibilidad e impacto de sus revistas científicas editadas en México de acceso abierto.
El objetivo es instalar en las instancias editoras buenas prácticas de edición científica mediante la formulación de proyectos estratégicos orientados a mejorar aspectos esenciales de la publicación, que incidan positivamente sobre la calidad, visibilidad e impacto de las revistas editadas en México.
La revistas mexicanas cuya institución cuente con inscripción o preinscripción en el Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt) podrán presentar proyectos (en lo sucesivo el “Proyecto”) para incrementar de manera sustentable la calidad, visibilidad e impacto de sus revistas científicas editadas en México de acceso abierto, en formato electrónico, registradas en el Sistema de Clasificación de Revistas Mexicanas de Ciencia y Tecnología (CRMCYT) del Conacyt y que se encuentren indizadas en el Journal Citation Report (JCR)-WoS (solo las colecciones Sciences Citation Index®, Social Sciences Citation Index®) o bien en Arts & Humanities Citation Index® y/o en Scopus (cuando cuenten con indicadores de citación verificados en Scimago Journal & Country Rank, SJR), o que estén clasificadas como Revistas de Competencia Internacional o Revistas de Competencia Nacional. Las revistas clasificadas en el sistema CRMCYT como Revistas En Consolidación y En Desarrollo serán apoyadas vía el Convenio Foins-UNAM Fase V.
La universidad australiana de Adelaida se propone construir la primera batería cuántica del mundo, una nueva super batería con potencial de carga instantánea.
Una vez construida, podría reemplazar a las baterías convencionales utilizadas en pequeños dispositivos electrónicos. También se espera que baterías cuánticas más grandes puedan proporcionar oportunidades para el sector de las energías renovables.
El profesor James Quach, experto en física cuántica, es el encargado del desarrollo de la primera batería cuántica. Explica, en un comunicado de la citada universidad, que a diferencia de las baterías comunes, que tardan el mismo tiempo en cargar, no importa cuántas tengas, las baterías cuánticas se cargarían más rápido cuanto más baterías tengas.
«Si una batería cuántica tarda una hora en cargarse, dos tardarían 30 minutos, tres tardarían 20 minutos, y así sucesivamente. Si tuviera 10 mil baterías, todas se cargarían en menos de un segundo «, dice Quach.
Aunque parece contrario a la intuición, esto es posible gracias a una característica de la mecánica cuántica conocida como entrelazamiento. «Cuando dos objetos se entrelazan o enredan, significa que sus propiedades individuales siempre se comparten; de alguna manera pierden su sentido de individualidad. Gracias al entrelazamiento es posible acelerar el proceso de carga de la batería», explica Quach.
Esa batería revolucionaria podría usarse en pequeños dispositivos electrónicos como un reloj, teléfono, iPad y ordenador, o cualquier otro producto que dependa de la energía almacenada.
Pero “el objetivo a largo plazo es aumentar la escala, construir baterías más grandes que respalden las tecnologías de las energías renovables, al permitir el suministro continuo de energía sin importar las condiciones climáticas: lluvia, granizo o sol», concluye Quach.
Iniciativas para el empoderamiento y la educación de las niñas en Nigeria y programas que pretenden enfrentar la crisis de educación en África son algunos de los ganadores de este premio que resalta el trabajo de distintas organizaciones en pro de la educación del mundo.
La Cumbre Mundial para la Innovación en Educación (WISE, por sus siglas en inglés), instaurada por la Fundación Qatar en el año 2009, es un punto de referencia mundial en los temas de enfoques en la educación. La cumbre que se celebra cada dos años es una plataforma para el pensamiento creativo y el debate del sector.
Esta organización reconoce anualmente seis proyectos innovadores y con éxito que abordan los desafíos mundiales de la Educación y los galardona con el Premio WISE. Este año ya se anunciaron a los ganadores que recibirán 20.000 dólares, además de visibilidad global y networking con otros líderes educativos.
“Los proyectos abordan una serie de cuestiones educativas apremiantes, incluida la educación de las niñas, la educación en la primera infancia, la crisis de refugiados, el intercambio cultural, los valores de la ciudadanía, el empleo juvenil, el emprendimiento en comunidades desfavorecidas, la educación para sordos, la motivación docente y el pensamiento crítico y creativo” afirma la organización.
‘Safe Spaces Clubs for Girls’ es uno de los ganadores. Su trabajo se enfoca en promover la educación, la salud y el empoderamiento de las adolescentes en el norte de Nigeria a través de programas innovadores, defensa, investigación y alianzas estratégicas. La mayoría de las 600 millones de adolescentes en los países en desarrollo están marginadas, y sus vulnerabilidades y limitaciones son particularmente graves en el África occidental. El matrimonio precoz y el embarazo en particular limitan en gran medida las perspectivas de vida de las adolescentes. A enfrentar esa situación apunta el proyecto.
También fue premiada la organización ‘Generation’ de Estados Unidos. Ellos están orientados a la capacitación de jóvenes desempleados. Crearon una nueva forma de desarrollar habilidades y preparación para el trabajo y la aplican en industrias de alto crecimiento como la salud, la tecnología, el servicio al cliente, las ventas y la venta minorista. “’Generation’ se creó en 2014 para ayudar a cerrar esta brecha, a gran velocidad y escala. Nuestra misión tiene dos vertientes: capacitar a los jóvenes para construir carreras prósperas y sostenibles y proporcionarles a los empleadores el talento altamente capacitado y motivado que necesitan”, afirman.
Y otro de los ganadores es la iniciativa ‘Partners for Possibility’, de Sudáfrica. Hablan de la idea de mejorar la calidad de la educación, mejorar el entorno escolar y fomentar el compromiso entre padres y docentes, pues para ellos son objetivos significativos y alcanzables que proporcionarían una espiral ascendente de cambio real en la sociedad. Es una asociación de aprendizaje conjunto entre directores de escuela y líderes empresariales, que permite la cohesión social a través de asociaciones y permite a los directores convertirse en líderes de cambio en sus escuelas y comunidades. El Programa facilita alianzas intersectoriales recíprocas entre las empresas, el gobierno y el sector social, afirman.
Los Premios WISE 2018 también se entregaron a las iniciativas de ‘One Village One Pre-School’, en China; ‘Technology-Based Deaf Education’, de Pakistán y ‘1001 Nights Life Skills and Citizenship Education Program’, en Canadá.
Los seis galardonados han sido distinguidos entre un grupo de 413 proyectos, y evaluados de acuerdo a un estricto criterio. Los proyectos tenían que cumplir varios puntos educativos ya establecidos, innovadores y que hayan demostrado un impacto transformador en los individuos, las comunidades y la sociedad en la que trabajan. También era necesario que estuvieran económicamente estables, que contaran con un plan de desarrollo claro, y que fueran escalables y replicables.
El líder de Aloja afirma que los centros educativos no quieren adaptarse a la actualidad.
Abdiel Barranco líder del modelo educativo denominado «Aloja» señaló que en el país, los centros educativos no quieren aceptar la adaptación a los nuevos retos. Según Barranco, han acudido a presentar «Aloja» a diferentes escuelas del país de manera gratuita, y estas se rehúsan a su utilización. Barranco invitó a aquellos interesados a sumarse a la campaña.
Redacción: Noelia Celina Gutierrez/ El Nuevo Diario
Consecuencias. Expertos analizan las opciones que se pueden implementar para que los estudiantes no pierdan el año escolar, afectado por la crisis.
Los niños y adolescentes en edad escolar han sido afectados indirectamente por la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde hace tres meses. Los centros escolares públicos, que debían volver oficialmente de vacaciones a partir de ayer, lunes 16 de julio, han registrado poca asistencia tanto por la inseguridad ciudadana en el país como por obstáculos en vías y carreteras que conducen a dichos centros.
“Ya llevamos alrededor de 45 días lectivos afectados, si sumamos todas las horas que se han perdido de clases”, considera Alex Bonilla, investigador en temas educativos del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
Aunque en total, según el Artículo 95 de la Ley General de Educación, el calendario escolar debe tener una duración de 200 días de clases, todo hace indicar que esa normativa no se cumplirá este año.
Ante esas circunstancias, tanto Bonilla como Rafael Lucio Gil, doctor en Educación y Didáctica de las Ciencias, coinciden en que el Ministerio de Educación (Mined) debe elaborar un plan remedial que garantice que los estudiantes de educación básica y media del país logren finalizar el año escolar con las garantías de calidad necesarias.
Propuesta del Mined
El pasado 2 de julio, el Mined aseguró que implementaría un Plan Extraordinario de Reforzamiento Escolar, para “recuperar el período perdido de clases y estudiar contenidos priorizados” en el 8% de los centros escolares a nivel nacional, una cifra que, según el ministerio, es la que se ha visto “afectada por tranques y acciones violentas”.
El asesor presidencial para todas las modalidades educativas, Salvador Vanegas, aseguró que el 92% de los centros educativos “funcionan con normalidad”. Sin embargo, docentes y padres de familia consultados por El Nuevo Diario aseguraron que, al menos en Managua, no ha habido clases en secundaria desde mayo y que en primaria la inasistencia en los últimos meses es alta.
Aunque el Mined no especificó cuáles serían los componentes específicos de ese plan extraordinario, oficialmente se aseguró que este se realizaría “por medio de guías de estudio”.
También se informó que el 16 de julio iniciaría el segundo semestre del curso escolar para todas las modalidades educativas.
Docentes de colegios públicos consultados, quienes prefirieron el anonimato, aseguraron que la orientación del Mined es que, una vez que inicie el segundo semestre, se asignarán trabajos sobre los contenidos del segundo parcial (que abarca abril, mayo y junio) y simultáneamente se impartirán clases con los contenidos correspondientes al tercer parcial. Estos trabajos especiales servirían como sustitución de los exámenes para completar las notas parciales y del primer semestre.
– a inicios del año se celebró una matrícula en primaria y secundaria de 1.7 millones de niños y adolescentes. –
Estas medidas, sin embargo, contemplaban la posibilidad de que la mayoría de estudiantes se reintegraran el 16 de julio a los centros escolares, algo que, con el clima de inseguridad que aún impera en el país, era improbable.
“Las familias prefieren no enviar a sus hijos cuando sienten que no cuentan con la seguridad necesaria”, destacó Bonilla.
¿Son efectivas las guías?
Para Rafael Lucio Gil, las guías de estudio pueden dar resultado, pero depende desde qué objetivos se elaboren y qué ayuda tendrán los alumnos para completarlas.
Las guías de estudio ideales serían aquellas que “exigen un análisis, una posición crítica, un cuestionamiento de situaciones actuales y prácticas”, según Lucio Gil, quien lamenta que en el país se realicen guías netamente “reproductoras”.
“El estudiante va rellenando con palabras, nombres que se encuentran en las mismas lecturas del libro. Así no me parece que puedan tener resultados, eso sería engañarnos”, considera.
Alex Bonilla agregó que las guías por sí mismas no garantizan el aprendizaje del estudiante.
“Estaría de acuerdo si estas guías solo van a servir de autoestudio en el hogar. Pero se requiere la mediación pedagógica del maestro en el aula para que el estudiante pueda desarrollar una competencia de una manera más efectiva”, comentó.
Bonilla también apuntó que las guías no lograrían cubrir los indicadores de calidad educativa que se buscaban durante este año escolar. Por ejemplo, no lograría que los niños de primer grado finalicen el curso leyendo adecuadamente o que los estudiantes de undécimo grado se bachilleren con conocimientos básicos para llegar a la universidad.
Por lo anterior, el investigador del Ieepp considera necesario que el Mined revele cómo subsanará ese objetivo de calidad.
“Hasta el momento no se conoce ningún plan oficial que diga cuál va a ser la estrategia: si solamente se va a tratar de recuperar la jornada y los días perdidos de clases, o si la estrategia del plan remedial con guías es para consolidar el aprendizaje de los estudiantes pensando en su siguiente nivel educativo”, apuntó.
Reponer días perdidos
Hasta la fecha, el Mined no ha anunciado cambios al calendario escolar más allá de la reducción de las vacaciones intersemestrales, que pasaron de dos a una semana (del 9 al 15 de julio).
Sin embargo, Bonilla considera que la reposición de los días de clase perdidos garantizaría la permanencia en el sistema escolar.
“El Mined todavía tiene la posibilidad de actuar rápido para recuperar a los estudiantes que ya no están llegando a las escuelas”, considera el especialista en educación, quien insiste en que, si el clima de inseguridad continúa en el país, deben considerarse otras opciones.
Una de las opciones que recomienda Lucio Gil para reponer estos días perdidos, es alargar el curso escolar hasta enero del 2019, además reduciendo el tiempo que se invierte en la planificación y prácticas para la celebración de las fiestas patrias en septiembre y aprovechando el mes de diciembre.
Lucio Gil, incluso cree que podría considerarse utilizar los sábados como días lectivos.
El curso escolar, tal como estaba programado desde inicios de año, culminaría el 29 de noviembre.
“Habrá que hacer una planificación de calendario, pero también de cada asignatura”, plantea Lucio Gil, refiriéndose a que los contenidos deben seleccionarse por orden de prioridad.
Bonilla cree que debería haber una adecuación del currículum, “tomando en cuenta que hay contenidos fundamentales para que los estudiantes puedan desarrollar con un nivel satisfactorio las competencias educativas del grado en el que están”. Aunque el experto prevé que “van a querer cumplir en un mes lo que no se ha podido cumplir en tres meses”.
Alumnos de educación media, los más afectados
Tanto Alex Bonilla, investigador en temas educativos del Ieepp, como Rafael Lucio Gil, doctor en Educación y Didáctica de las Ciencias, consideran que los estudiantes más afectados ante la actual situación escolar serán los que cursan el último año de educación media, quienes en años anteriores han mostrado dificultad para aprobar satisfactoriamente los exámenes de admisión en las universidades.
“Si ya de por sí tienen algunas limitaciones en su desempeño académico, este año van a estar más afectados”, considera Bonilla, quien cree que el Mined podría aplicar alguna “medida contingente” en conjunto con el Consejo Superior de Universidades (CNU) para brindarles “facilidades” a estos estudiantes, con el fin de ser admitidos en las universidades públicas.
“Probablemente se les pedirá a las universidades que bajen el tono aún más para que los estudiantes (de undécimo grado) puedan entrar”, añadió Lucio Gil.
Ambos expertos creen que, ante la implementación de cualquier plan para rescatar el curso escolar, también es importante el rol que jugará la familia de los estudiantes.
“Es importante que la familia apoye la elaboración de la guía por parte del estudiante desde el hogar, que el rol de la familia no sea contemplativo”, sugiere Bonilla.
En Kenia, cada día 75 toneladas de alimentos acaban en el basurero solo por razones estéticas. Parte de ellos se están sirviendo en los menús escolares de los barrios más desfavorecidos del país.
Faith tiene hambre. Desde que se levantó, a las cuatro y media de la madrugada, no ha probado bocado. Y ha hecho muchas cosas. Ha caminado dos horas para llegar a la escuela. Ha correteado por el descampado y ha atendido en clase. En la de matemáticas. Y en la de inglés. Faith, 12 años y unas ganas enormes por sonreír, quiere ser una buena estudiante. Pero tiene hambre. Y así no hay quien se concentre en la pizarra. Lo que le dan en la escuela de Mcedo, en los subirbios de Nairobi, la capital de Kenia, es a menudo lo único que come en el día.
“Sí, muchos días es lo único que como”, reconoce mientras espera, con su jersey raído en el pecho, a que le llegue su ración. Hoy, como casi siempre, toca githeri, una mezcla de maíz y alubias hervidas. También hay naranjas. Y a Faith le encantan las naranjas. “Mucho. Mucho”, farfulla en inglés. A su espalda, una veintena de chicos, todos menores de 14 años, aguardan en la fila su plato de githeri. A algunos, como a Morientos Avugwi, el mayor de cinco hermanos, se les escapa una de esas barrigas hinchadas con las que ironiza la desnutrición. Mientras espera por su cuenco azul, infla los carrillos. Como si así pudiese engañar al hambre. Morientos Avugwi tiene hambre.
“Estamos hartas del githeri, es todos los días lo mismo. Queremos algo más. Queremos pollo”, se escucha desde el otro lado del patio. Es una voz que en realidad son cuatro, la de Lucy, la de Cynthia, la de Violet y la de Lydia, que es la que habla por todas. Son las compañeras de clase de Faith. Ellas también tienen hambre.
Mathare, una sucesión de slums en la periferia de Nairobi, es desde hace tiempo una de esas ciudades de sombra en las que familias llegadas desde las zonas rurales tratan de conquistar un futuro. “Nosotros llegamos hace 10 años desde una aldea de Kisumu”, en la ribera del lago Victoria, a este lado de la frontera con Uganda. Lo dice Milicent, la madre de Lydia. Pensaban que en Nairobi habría más oportunidades, pero a día de hoy apenas tienen que llevarse a la boca. “El padre está intentando ganar algo de dinero, pero no siempre lo consigue”. Trabajos precarios, en la construcción o en lo que salga, que no dan para los seis miembros de la familia. En Mathare es lo que hay: hambre.
Las sonrisas en Mathare cuestan 0,016 euros
A la escuela de Mcedo acuden a diario 485 chicos de la barriada. Más de 300 comen aquí gracias al programa de menús escolares apoyado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) desde 1980. En 2009, el Gobierno de Kenia se hizo cargo del grueso del proyecto, del que se benefician 1,2 millones estudiantes, mientras el PMA se mantiene como responsable de los complementos alimentarios de las zonas más complicadas: los cuatro condados afectados por la sequía, Garissa, Mandera, Turkana y Wajir, y los barrios chabolistas de Nairobi. En total, 393.904 alumnos que reciben su ración diaria de cereales, legumbres, verduras y, desde mediados de 2016, fruta fresca.
“Los menús escolares son una red de seguridad muy efectiva: atraen y retienen a los alumnos en la escuela, contribuyen a aliviar el hambre a corto plazo y para muchos niños suponen una parte importante de su ingesta diaria de energía y nutrientes», destaca el PMA. En la práctica se trata que los alumnos de Mcedo no piensen en otra cosa que seguir estudiando. Y que cada vez obtengan mejores resultados. “Antes se enfermaban más, tenían menos fuerzas. Ahora se les ve con energía. Además, ayuda a luchar contra el abandono escolar: si no vienen al colegio, no les damos comida”, asegura Mark Okwiri, el jefe de estudios.
Al otro lado de la cocina, una estancia coloreada por el humo negro que emana de la lumbre, Milicent asiente con la cabeza. “Es verdad, los niños se sienten mejor desde que está en marcha el programa”. Ella es una de las madres voluntarias que acude cada día al centro escolar a preparar el menú para para los más de 300 alumnos. Entre ellos, dos de sus hijas.
Incorporar fruta fresca ayuda a aumentar el valor nutricional de los menús escolares, a menudo la única comida diaria de muchos chicos
Llenar de sonrisas Mathere cuesta dos chelines. 0,016 euros al cambio. Es el precio que tiene incorporar las frutas frescas al programa. En total, cada menú cuesta 11 chelines al día (0,08 euros). Una vez al trimestre, Okwiri organiza un concurso entre los proveedores locales para adquirir, con los fondos del PMA, sal, aceite, alubias y maíz. “Las verduras las compramos cada semana, también en el mercado local”, señala. Esta fórmula, de la que se sirven 88 de las 91 escuelas —con 80.000 estudiantes en total— adheridas a la iniciativa en los suburbios de Nairobi, sirve además de catalizador para la economía vecinal, pues son los productores locales los que venden sus cultivos a la escuela.
El problema, apuntan los técnicos de la agencia internacional, es la fluctuación de los precios y las limitaciones de muchos centros para guardar los alimentos y prepararlos cada día. No en todas las escuelas hay personas como Milicent, dispuestas a pasar la mañana cocinando para los niños del barrio.
El país africano es uno de los grandes suministradores de frutas y hortalizas al mercado europeo. El 43,6% de los repollos importados por la Unión Europea proceden de Kenia. El sector hortofrutícola supone el 23% del PIB y da empleo, directa e indirectamente, a ocho millones de personas. Sin embargo, casi la mitad de los cultivos, el 44,5% según un informe de Feedback Global, son rechazados para su exportación por su aspecto: por ser demasiado grandes o pequeños, por tener manchas, imperfecciones, porque su color no es el deseado o, simplemente, porque su forma no resulta atractiva.
El programa de menús escolares es una herramienta contra la desnutrición y contra el abandono escolar
Sin embargo, “son perfectamente aptos para el consumo”. Feos pero nutritivos. Hasta ahora, continúa Dina Aburmishan, nutricionista del PMA, algunos de estos excedentes eran enviados a orfanatos o utilizados para alimentar animales, aunque la mayoría acababan inevitablemente en los vertederos.
El pasado curso, la agencia puso en marcha una iniciativa piloto bautizada como Transformers para aprovechar estos cultivos rechazados por su aspecto. Varias empresas exportadoras pusieron a disposición sus productos, que eran enviados a una empresa de catering encargada de elaborar los menús escolares para tres escuelas de Nairobi con 2.200 alumnos.
Está previsto que este verano el Gobierno keniano se haga cargo de la alimentación de las 1.095 escuelas que todavía están bajo el mandato del PMA. A Faith poco le importa quien se encargue de la comida mientras sigan trayendo naranjas. “Me gustan mucho”, insiste. El timbre de la tarde ha sonado ya y los estudiantes de Mcedo salen a la carrera. Algunos juegan al fútbol en el descampado, mientras otros se entretienen con el pilla-pilla entre pequeñas montañas de basura.
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