La droga que causa mayor deserción escolar en Paraguay es la marihuana. Según datos de la Senad, 7 de cada 100 alumnos de entre 12 y 18 años alguna vez la probó y 4 de ellos la fuman habitualmente. Destacan la necesidad del acompañamiento familiar.
La marihuana es la droga que más “autoexpulsa” a los adolescentes de las instituciones educativas, según Graciela Barreto, directora de la oficina de Reducción de la Demanda de la Secretaría Nacional Antidrogas, Graciela Barreto. “Siete de cada 100 alumnos de colegio alguna vez probó marihuana; cuatro de ellos ya la consumen habitualmente y uno de ellos es mujer”, detalló esta mañana en contacto con ABC Cardinal.
Barreto explicó que numerosos adolescentes dejan de ir al colegio una vez que se convierten en fumadores habituales de marihuana, una de las drogas cuyo principal efecto secundario es la apatía y el desgano. “La marihuana es la que más conflictos en el comportamiento nos está generando; genera mucha deserción”, agregó.
En ese contexto, destacó que la problemática va acompañada de la “autoexpulsión” de sus casas. “Los primeros cinco meses los padres ni se dan cuenta”, afirmó.
La representante de la Senad dijo que han cambiado el método de intervención en los colegios, debido a que las charlas grupales ya no brindan resultados y hasta se convierten en una pérdida de tiempo. Por ese motivo, los funcionarios de la entidad trabajan con los referentes de las instituciones educativas: maestros, empleados administrativos y familiares de los adolescentes.
Destacó que el principal problema justamente es la falta del acompañamiento de los padres o familiares de los alumnos, ya que a las reuniones convocadas asiste un porcentaje ínfimo. Además, aseguró que los chicos solo escuchan a las personas cercanas a su entorno y, a la hora de decidir si drogarse o no, recuerdan solo lo que les dijeron sus padres o seres queridos sobre las consecuencias.
Entre las causantes, destacó en primer lugar los problemas del hogar, ya que los estudiantes siempre alegan consumir las drogas para huir de ellos. Es seguido por la curiosidad, la presión de los amigos y la soledad. Esta última causante suele derivar luego en los suicidios, agregó.
Barreto advirtió además que las drogas no distinguen clases sociales y que en cualquier institución educativa, sin importar su nivel económico, puede haber grandes cantidades de consumidores.
La directiva de la Senad precisó también que en el país se perciben “consumos muy evidentes de marihuana, de crack y de alcohol”, esta última sustancia habitual entre un 52% de los paraguayos entre 12 y 18 años, según datos publicados por la agencia EFE ayer.
El acceso a los servicios en las zonas rurales de un país siempre es más complicado. Este es el caso de Colombia, un país en el que la educación pública en las zonas urbanas cosecha mejores resultados que en las zonas rurales.
Según datos del Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), llevado a cabo por el Ministerio de Educación del país, en el que se evalúa el progreso, el desempeño, la eficiencia y el ambiente de los centros escolares, en determinadas zonas rurales se encuentran los colegios con peores resultados.
Las diferencias en acceso y calidad educativo siguen siendo inmensas en Colombia si comparamos las zonas más urbanizadas con aquellas más rurales. Según el documento ‘Reflexiones innegociables en educación básica y media para 2018-2022’, publicado por la Fundación Empresarios por la Educación, en 2015 había más de 5 millones de menores fuera del sistema educativo nacional, lo que se corresponde con un tercio de los menores del país.
De estos cinco millones de niños, niñas y adolescentes que no acudían al colegio, el 40 por ciento vivían en zonas rurales –dato preocupante teniendo en cuenta que están menos pobladas–, la mayor parte de ellas afectadas por el conflicto armado. A pesar del Acuerdo de Paz, las consecuencias de décadas de guerra se mantienen.
Las diferencias educativas dentro del mismo territorio son preocupantes. El ISCE revela datos como la media de años que los menores permanecen dentro del sistema educativo colombiano, una media de 9,6 años en el caso de las zonas urbanas y de 5,5 años en las zonas rurales. El documento detalla que «un niño de la ciudad está recibiendo más de un 50 por ciento adicional de educación que uno del campo».
Las cifras de abandono escolar también son preocupantes: el doble de menores en primaria y secundaria abandonan el colegio. De hecho, el informe recoge que el 13,8 por ciento de los menores entre 12 y 15 años que viven en zonas de campo no van al colegio.
Las diferencias en las cifras se reflejan también en los servicios básicos con los que cuentan los centros educativos, incomprensibles dentro del mismo estado. Ejemplo perfecto de esto es el hecho de que solo el 37 por ciento de los colegios rurales cuentan con agua potable, mientras que en las ciudades la cifra es del 100 por cien.
Si se pone el foco en otros servicios, como el acceso a internet, ocurre lo mismo: el 91 por ciento de los centros en áreas urbanas cuentan con él mientras que en el caso de colegios rurales solo son el 53 por ciento. Lo mismo ocurre con la electricidad o la línea telefónica, factores que aumentan la brecha entre el campo y la ciudad.
El mayor índice de pobreza en las zonas rurales, el inmenso impacto que ha tenido el conflicto armado y cierta dejadez por parte de los diferentes gobierno ha supuesto que la brecha entre ricos y pobres se asocie a rural-urbano, una brecha que no deja de crecer. «Se estima que de seguir al mismo ritmo de los últimos años, Colombia pasará a ser el país con mayores brechas entre ricos y pobres para finales del próximo gobierno», incluye este documento.
Estas diferencias repercuten en que los resultados de los estudiantes en las zonas urbanas y en las rurales disten mucho de estar cerca. La subdirectadora de la Fundación ExE, Luz Emith Castro, ha declarado que este es el reflejo de la desigualdad que sufre el país: «Tenemos una deuda histórica con la ruralidad. Las condiciones educativas de las zonas abandonadas por el Estado y afectadas por el conflicto armado son críticas. Estamos profundizando iniquidades y condenando a generaciones completas a condiciones de pobreza estructural, y eso tiene que cambiar».
La situación de la educación en el campo es precaria, lo que produce una brecha social y económica que no ha hecho más que crecer. La promoción de políticas de desarrollo integral se hacen fundamentales para la mejora de la situación del campo, una deuda que el estado arrastra desde hace décadas y la que, con la entrada de un nuevo presidente en La Casa Nariño este domingo 17 de junio, podría tener solución.
Un estudio desvela la escasa propensión de estos centros a aceptar estudiantes afrocaribeños
Los últimos datos revelados por la Universidad de Cambridge muestran que seis de sus 29 facultades han admitido menos de 10 estudiantes negros entre el 2012 y 2016. Una de ellas, el St Edmund’s College, no aceptó ningún estudiante negro de entre los 35 que solicitaron una plaza durante estos cinco años. Estos datos han sido revelados por el diario Financial Times, que solicitó una acta de libertad de información, que permite reclamar una información concreta a entidades públicas.
Estos datos ven la luz después de que el mes pasado se supiera que una de cada cuatro universidades de Oxford no aceptó a ningún estudiante de origen afrocaribeño entre 2015 y 2017 y que los estudiantes blancos tenían el doble de opciones de ser admitidos en igualdad de condiciones.
Propósito de enmienda
La Universidad de Cambridge ha admitido la existencia de este déficit, pero también ha explicado que este año se ha incrementado el número de estudiantes negros en un 62%. También ha dicho que están trabajando para cambiar esto pero que “aun hay que hacer mucho más” y que no lo pueden hacer ellos solos sino que necesitan la ayuda de las escuelas.
Cambridge destaca que han aumentado la partida económica destinada al programa Objetivo Oxbridge, que ofrece asesoramiento individual, cara a cara, a los estudiantes negros en las escuelas, para que se preparen mejor para poder entrar en Oxford y en Cambridge, las dos universidades más prestigiosas del país.
Marcar la pauta
En este sentido, el diputado laborista de origen guyanés, David Lammy, explicó que cuando un joven estudiante negro con las mejores notas de un barrio complicado solicita entrar en Cambridge y lo rechazan, “al año siguiente los vecinos de su misma etnia, brillantes estudiantes, ya no intentan entrar”. El año pasado Lammy, que abandera la lucha contra la falta de diversidad en las universidades, ya acusó el año pasado a Oxford y Cambridge de “apartheid social”.
El Grupo de los Siete (G7) y el Banco Mundial anunciaron hoy que destinarán 2.9 mil millones de dólares estadunidenses para apoyar el acceso de las niñas y mujeres a la educación en regiones en situación de emergencia y conflicto.
Los recursos para el periodo 2018-2020 serán utilizados para combatir las múltiples barreras que las niñas y mujeres enfrentan al querer acceder a las escuelas.
La igualdad de género fue uno de los temas que Canadá, en su calidad de presidente del G7, puso en la agenda de asuntos prioritarios en la 44 cumbre de los países más industrializados más la Unión Europea (UE), que concluye este sábado sus trabajos.
El compromiso de Canadá es aportar 400 millones de dólares canadienses para este plan global, mientras la UE aportará 72 millones de euros, Alemania 75 millones de euros, Japón 200 millones de dólares, Reino Unido invertirá 187 millones de libras y el Banco Mundial dos mil millones de dólares.
En esta cumbre los gobernantes de Canadá, Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia e Italia, acompañados de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se reunieron con integrantes del Comité Asesor de Igualdad de Género.
Los fondos anunciados serán utilizados para equipar a niñas y mujeres con las habilidades para los trabajos del futuro, mejorar el entrenamiento de maestros para proveer mejor currículum para este sector e implementar innovadores métodos de enseñanza, sobre todo para los grupos más vulnerables, como los refugiados y desplazados.
Así como para ayudar a los países en desarrollo para que las niñas completen al menos 12 años de educación básica.
A finales de 2016 se registraron 65.5 millones de desplazados a nivel global, la mitad de ellos eran personas menores de 18 años, según el gobierno canadiense.
“Necesitamos trabajar juntos para asegurar que todas las mujeres y niñas tengan acceso a una educación de calidad desde la escuela primaria hasta la secundaria y más allá», indicó el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
«Sabemos que las mujeres y las niñas generarán un cambio positivo y ayudarán a construir una mejor vida para ellas, sus familias, sus comunidades y, a su vez, el mundo”, dijo Trudeau, quien fue el anfitrión de la cita del G7.
El organismo dice que se trata de un «deber religioso» erradicar la ablación por su «impacto negativo en el bienestar físico y psíquico» de las mujeres
El país encabeza la clasificación mundial de población sometida a esta práctica por delante de Etiopía o Nigeria
Tiene apenas 12 años pero hace unas semanas sufrió el desgarro de la mutilación genital femenina, una práctica común todavía entre musulmanes y cristianos egipcios a pesar de arrastrar una década de prohibición. Su caso ha terminado en los tribunales después de una fuerte hemorragia y ha obligado a una de las principales autoridades musulmanas del país a promulgar una fatua (edicto religioso) que la declara como una intervención no islámica en respuesta a algunos clérigos que la consideran «una necesidad».
«La fiscalía general de Egipto ha abierto una investigación al doctor que supuestamente realizó la mutilación general a la niña en la provincia de Sohag [a unos 400 kilómetros al sur de El Cairo]», confirma a EL MUNDO Suad Abu Dayyeh, investigadora de la organización Equality Now. La menor tuvo que ser atendida de urgencia en un hospital tras sufrir una hemorragia. Una decena de organizaciones locales han presentado una demanda en los tribunales exigiendo el inicio del ajuste de cuentas.
La alarma ha llegado hasta las autoridades religiosas. El Dar el Ifta -un organismo oficial responsable de publicar edictos religiosos- ha indicado públicamente que la ablación no está mencionada en la legislación islámica y que se trata de «un deber religioso» erradicarla por «su impacto negativo en el bienestar físico y psíquico» de la población femenina.
«Esta práctica no tiene origen religioso. Procede de tradiciones y costumbres heredadas. La mayor prueba de que no es una obligación para las mujeres es que el profeta Mahoma no circuncidó a sus hijas», arguye el comunicado de la organización en respuesta a las fatuas (edictos religiosos) difundidos por algunos miembros de la Universidad de Al Azhar, con sede en El Cairo, defendiendo que la mutilación es una necesidad religiosa basada presuntamente en «hadices» (dichos y hechos del profeta).
A juicio de la entidad, la ablación ha sido practicada durante siglos por algunas tribus árabes «conforme a unas circunstancias que han cambiado». Dar el Ifta presenta como razones «la investigación científica de organizaciones de salud internacionales y acreditadas instituciones médicas que demuestran las consecuencias negativas de la mutilación» y alerta contra quienes promulgan edictos sin tener conocimientos médicos o religiosos. «Prohibir esta práctica es la decisión más adecuada y consecuente con la sharia (legislación islámica)«, agrega la nota.
Egipto encabeza la clasificación mundial de población sometida a ablación por delante de Etiopía, Nigeria o Indonesia. Una de cada cinco mutiladas reside en la tierra de los faraones, según Unicef. En total, 27,2 millones de mujeres mantienen fresco el recuerdo de la jornada en el que se convirtieron en víctimas. La sensibilización ha comenzado a cosechar sus frutos. Según datos estatales, el 92,3 por ciento de las egipcias casadas con edades comprendidas entre 15 y 49 años ha sufrido la práctica. La encuesta de demografía y salud de 2014 muestra una caída en la prevalencia entre los 15 y 17 años de edad del 13 por ciento respecto a la de 2008.
La práctica está más extendida en las zonas rurales, donde -según un estudio del ministerio de Salud- el 96 por ciento de las menores de edad ha sufrido la ablación frente al 85 por ciento de las zonas urbanas. A pesar de la prohibición y las campañas educativas, aún existen muchas voces que siguen justificando la práctica. En 2016 el médico Ahmed el Tahawi, por aquel entonces miembro del comité de Sanidad del Parlamento egipcio, defendió la necesidad de la ablación. El diputado aseveró: «cuando dejamos a la mujer sin circuncisión, esa zona de su cuerpo se contamina además de causar un estado no deseado de excitación sexual que podría originar graves problemas».
Los valedores de la mutilación -que, entre los países musulmanes de la región, solo está arraigada en Egipto y Sudán- aseguran que se trata de una practica religiosa que reduce la libido de las mujeres, preserva su virginidad hasta el matrimonio y elimina cualquier tentación de adulterio. Dar al Ifta subraya que la ablación sigue vigente «como normal social en las zonas rurales y más empobrecidas» del país. «En el islam proteger el cuerpo de cualquier daño es un deber. Si los padres consienten que sus hijas se sometan a esta horrenda cirugía, deberían ser castigados», asevera el organismo.
«Es bueno que se siga recalcando que no se trata de una exigencia religiosa. La práctica aún está en vigor y es llevada a cabo por quienes deberían cuidar de la población como médicos y enfermeras», indica Abu Dayyeh, empeñada en llevar ante la justicia a los facultativos que la realizan en la clandestinidad de clínicas privadas o viviendas particulares, en terribles condiciones higiénicas.
Una realidad que hace dos años llevó al Gobierno a endurecer la ley aprobada en 2008 multiplicando las penas de cárcel por efectuar la ablación. La norma elevó el castigo, de los entre tres meses y dos años de prisión previos a los entre cinco y siete años. Una de las últimas tragedias que impulsaron la reforma legislativa se produjo en 2013 cuando Soheir, una niña de 13 años perdió la vida tras someterse a la ablación. Por primera vez desde la prohibición, el doctor fue juzgado y condenado a dos años y tres meses de prisión.
Singapur, Estados Unidos y Mozambique: tres países distintos y con experiencias educativas totalmente diferentes. ¿Qué esperan aprender al tomar parte del Tercer Congreso Internacional en Formación Técnica y Profesional que se celebrará próximamente en Suiza?
Singapur tiene una tasa de paro de solo 2%, pero intenta expandir su horizonte educativo gracias a la formación técnica profesional. El caso de Mozambique es muy distinto, el país enfrenta una tasa de desempleo del 25% Enlace externo y ve en las formaciones profesionales un camino para ofrecer a sus jóvenes nuevas habilidades y oportunidades de empleo. En Estados Unidos, en tanto, el paro es de 4%Enlace externo, pero el reto es trabajar en lo que constituye su talón de Aquiles: el déficit de trabajadores cualificadosEnlace externoque tiene como nación.
El sistema de formación dual de Suiza -conocido en la mayoría de los países del mundo como educación técnica profesional-, ha sido capaz de combinar la formación en las aulas con el aprendizaje práctico realizado directamente en las empresas, lo que lo ha convertido en un modelo frecuente para otros.Enlace externo
Ong Ye Kung, ministro de Educación de Singapur
El ministroEnlace externo de Educación singapurense, bastante familiarizado con el sistema educativo suizo porque cursó una maestría en Administración de Empresas en el reputado IMD de Lausana, se dice honrado de haber sido invitado como orador en VPET 18. “Suiza y Singapur son naciones pequeñas, pero punteras en su región y destacadas por la manera en la que la gente se gana la vida. Y son países que han puesto un gran énfasis en el desarrollo de su gente. Sin embargo, aunque nuestro objetivo es el mismo, nuestros enfoques y políticas de educación y desarrollo de talentos son distintos porque nuestras circunstancias históricas y culturales también lo son. El Congreso permitirá un enriquecedor aprendizaje mutuo. De hecho, durante años, nuestros ministros de Educación han visitado Suiza, aproximadamente una vez al año, para aprender de su sistema”.
Ong afirma que, en Singapur, aún se requiere un cambio de mentalidadEnlace externo con respecto a la percepción que se tiene de la formación técnica profesional. “Se ha progresado, pero necesitamos animar aún más a las compañías a capacitar (directamente en sus instalaciones) a su fuerza laboral”. dice. Y refiere que crecen este tipo de iniciativas, por ejemplo, las formaciones que se basan en diplomas técnicoEnlace externos concedidos por el Instituto de Educación Técnica de Singapur o el programa SkillsFutureEnlace externo (que parte de la consigna de: aprender y ganar, un programa que combina estudio y trabajo en un programa de licenciatura universitaria).
“Ante todo, nuestro objetivo es desarrollar un sistema que ofrezca diversas posibilidades de educación. Uno en el que nuestros jóvenes puedan elegir entre múltiples opciones que abarquen el espectro académico universitario y también las formaciones técnicas profesionales, para hallar la ruta que más les conviene, la que les permite potenciar sus fortalezas y lograr carreras satisfactorias”.
Kathryn P. Castelloes, directora del Área de Formación en las Universidades Comunitarias de Carolina del Norte, Estados Unidos
Kathryn P. Castelloes (cortesía)
Castelloes está a cargo de supervisar los programas de formación impartidos en Carolina del Norte y de garantizar que cumplan con todos los requisitos estatales y federales en vigor. El modelo estatal, por ejemplo, combina las clases en las aulas con la formación en los centros de trabajo a través de una serie de programas concebidos para alumnos de todas las edades, incluidas las personas mayores. Más de 600 empleadores pagan un salario a los aprendices del estado, pero la intención de Carolina del Norte es que esta práctica siga creciendoEnlace externo.
Castelloes confía en que encontrará ideas innovadoras en el congreso y conocerá prácticas que permitan mejorar las que se aplican en su país. «Me gustaría aprender más sobre las políticas (relacionadas con la formación técnica profesional) que resulten viables en mi estado, para que nuestro sistema educativo pueda ofrecer nuevas formas de capacitación”, comenta.
Empresas como Daetwyler, firma de ingeniería de precisión, ya ofrecen formación técnica profesional en Carolina del Norte, teniendo como base el modelo suizo. «Daetwyler comenzó sus capacitaciones en 1995 y es líder nacional en la impartición de este tipo de cursos. Cada vez más, el sistema suizo es visto como un modelo que puede reproducirse en otros lugares. Es un sistema que atrae una atención creciente y que es cada vez más promovido porque aumenta el número de empresas comprometidas con él”, dice Castelloes.
Otra de las oradoras en el VPET 18 será la secretaria de Educación estadounidense, Betsy DeVos. Su presencia en Suiza tendrá lugar poco después de que el gobierno de Donald Trump anunciara un programa de impulso multimillonarioEnlace externo a las formaciones y programas de educación técnica profesional.
Mzikazi Ntuli, administradora de subvenciones y asesora en Programas de Desarrollo (ADPP) en Mozambique
Mzikazi Ntuli (cortesía)(ZVG)
«Un desempleo juvenil creciente y el subempleo son parte de los principales problemas de desarrollo socioeconómico que padecen la mayoría de los gobiernos de África. Y sin las destrezas técnicas necesarias para un desempeño laboral conveniente, ni jóvenes ni adultos pueden verse beneficiados con oportunidades de trabajo que les permitan acceder a un ingreso digno”, sintetiza Ntuli. Añade que los programas de formación técnica profesional no están bien desarrollados en Mozambique, nación en donde la mayor parte de las oportunidades de trabajo proceden del sector privado u oenegés, como la que ella representa.
Explica, no obstante, que la formación técnica profesional vive actualmente una metamorfosis que tendría que traducirse en un sistema educativo más orientado a responder a las necesidades del mercado y capaz de proporcionar a los alumnos las habilidades que requiere el sector productivo, generando con ello nuevas oportunidades de trabajo. Hoy en día, cerca de 80% de la fuerza laboral mozambiqueña no ha terminado siquiera la educación primaria, según confirman las cifras oficiales de este país.
En palabras de Ntuli, la contribución que hará a Mozambique el bagaje de conocimiento obtenido en el congreso suizo permitirá crear una «auténtica historia de éxito en África», subraya al referirse a dos proyectos respaldados por la ADPP para impulsar la generación de empleos y la actitud emprendedora entre los jóvenes, con énfasis particular en las mujeres mozambiqueñas.
Además de aprender de otros sistemas educativos, Ntuli también confía en que conocerá personas que han sabido maximizar las ventajas que la tecnología ofrece en materia de formación técnica profesional. “En África apenas comenzamos a incorporar la tecnología a la educación, en general, y a las formaciones (profesionales). Deseo aprender cómo ha funcionado esto en otros lugares y cuáles son las claves tener éxito en este ámbito”, precisa.
De acuerdo con los datos del INEGI, en México hay 29.34 millones de niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años de edad. De ellos, 27.21 millones asisten a la escuela, el resto, 2.12 millones no asisten a ninguna institución educativa. Es interesante observar las “razones” que el INEGI documenta como las causantes de la no asistencia escolar de las niñas y los niños.
En efecto, de los 2.12 millones que no tienen la oportunidad de estudiar, 255,812 (12% del total que no asisten), no asisten a la escuela por trabajo; y 291,936 (13.7%), no asisten por falta de recursos económicos; en sentido estricto, se puede aducir que ambas categorías tienen una relación muy fuerte, y en general, que el 25% de las niñas, niños y adolescentes que no van a la escuela lo hacen fundamentalmente por motivos de carencia económica.
A esa suma debe añadirse la relativa a los 111,306 niñas, niños y adolescentes que no asisten a la escuela porque deben desarrollar quehaceres domésticos en el hogar (5.2% del total). En este caso, es igualmente evidente que se trata de un segmento de la infancia que se encuentra en condiciones relevantes de pobreza y carencias.
Hay una categoría, entre las que reporta el INEGI, que debe discutirse. De acuerdo con el Instituto, 897,047 niñas, niños y adolescentes (42.2%) no asisten a la escuela: “por falta de interés, aptitud o requisitos para ingresar a la escuela”. La categoría más problemática entre estas tres mencionadas por el Instituto, es la de “falta de aptitud”: ¿qué significa que una niña o niño no es apto para estudiar?
La categoría llama a duda, porque puede indicar un sinfín de problemas, comenzando por la discriminación. Puede ser que se refiera a niñas y niños con alguna discapacidad; o bien, a niñas y niños con bajo desempeño académico que no tienen el promedio de calificaciones exigido para incorporarse a otros niveles. Y si esto es así, el indicador es revelador del carácter excluyente que mantiene el sistema educativo en sus diferentes modalidades y niveles.
En ese sentido, es relevante destacar que 109,547 (5.2% del total) no asisten por “inseguridad, discriminación y distancia de la escuela; mientras que 122,756 (5.8%) no asisten porque padecen alguna enfermedad, han tenido algún accidente o viven con alguna discapacidad.
El otro dato dramático es que hay 183,912 niñas, niños y adolescentes (8.7%), que no asisten a la escuela por embarazo, matrimonio o unión y motivos familiares. En este apartado es importante destacar que de esos 183,912, un total de 152,090 son niñas o mujeres adolescentes, cifra reveladora de las condiciones de desigualdad, no solo en el ámbito educativo, sino en general de los estereotipos y prácticas discriminatorias vigentes en nuestra cultura.
En este contexto, sólo 12.65 millones de las niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años han recibido alguna beca o ayuda, indicador que muestra la relevancia de universalizar el cumplimiento de los derechos y en esa medida, avanzar hacia la construcción de una sociedad igualitaria y auténticamente incluyente.
Asimismo, de los 29.34 millones que tienen de 5 a 17 años, hay 2.31 millones que trabajan (en su medición extendida, INEGI contabiliza 3.4 millones); y de esos 2.31 millones, 2.069 millones lo hacen en ocupaciones peligrosas o por debajo de la edad permitida por la Ley. Asimismo, entre quienes trabajan, se encuentran 915 mil de quienes, en el grupo de edad, no asisten a la escuela.
El trabajo infantil es una de las deformaciones más aberrantes del mundo del trabajo. Representa un fenómeno de explotación infame, y de inaceptable privación de los derechos de la niñez. Su permanencia normalizada en una sociedad es muestra de la ausencia de escrúpulos, de buena parte del sector privado, pero también y sobre todo del público.
El trabajo infantil es uno de los pasajes oscuros de nuestra modernidad podrida. Y es la hora de erradicarlo.
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