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Estados Unidos: Maestros en huelga piden aumento salarial en estado norteamericano

América del norte/Estados Unidos/01 Marzo 2018/Fuente: Prensa Latina

Miles de maestros continúan hoy una huelga iniciada desde el jueves en el estado norteamericano de Virginia Occidental y piden una reunión con el gobernador Jim Justice sobre sus demandas salariales.
Los docentes, cuyos sueldos se ubican entre los más bajos del país, se congregaron este lunes en las afueras del Capitolio del estado y prometieron mantener el paro hasta que se escuchen sus quejas, pues consideran que los aumentos salariales propuestos hasta el momento son insuficientes.

Representados por la Federación Estadounidense de Maestros (AFT), la Asociación de Educación de Virginia Occidental y la Asociación de Personal de Servicio Escolar de ese territorio, los profesores quieren llevar a la mesa de negociaciones tanto a Justice como a los líderes del Senado y la Cámara de Representantes del estado.

Hasta que eso suceda, la huelga de maestros continuará en los 55 condados, manifestó Christine Campbell, presidenta del capítulo de la AFT en Virginia Occidental, citada por el diario USA Today.

De acuerdo con la dirigente gremial, hubo conversaciones por separado con varias autoridades, pero no con el gobernador, quien ayer tuvo apariciones públicas en las ciudades de Wheeling, Martinsburg y Morgantown.

Justice aprobó aumentos salariales de 808 dólares para el año próximo y de 404 para los dos siguientes, pero los profesores sostienen que tales incrementos no son los adecuados, sobre todo en comparación con el ascenso de los costos de la atención médica.

El portal digital Huffington Post señaló que el paro de los docentes, el primero de su tipo registrado en el estado en 28 años, constituye una demostración de fuerza sin precedentes por parte de maestros y empleados públicos en todos los condados.

Además de exigir que se eleven los sueldos, los trabajadores y sus sindicatos demandan más fondos para el plan de salud de los empleados públicos, y expresan su preocupación por la grave escasez de maestros y el hecho de que los más jóvenes deciden irse a otros territorios.

Según el Huffington Post, una serie de recortes de impuestos a las empresas dejó al estado con poco dinero para dar a los trabajadores públicos, quienes esperaban aumentos significativos.

En la actualidad Virginia Occidental se ubica en el lugar 48 entre los 50 estados y el Distrito de Columbia en cuanto a remuneración de maestros, y fue uno de los cinco lugares que redujeron el salario promedio de los docentes en 2016.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=155858&SEO=maestros-en-huelga-piden-aumento-salarial-en-estado-norteamericano
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Qué está pasando en Brasil, el país con más asesinatos de personas LGTB del mundo

Por: El Salto/28-02-2018

En 2017, al menos 445 personas fueron asesinadas en crímenes homofóbicos o transfóbicos en Brasil, la cifra más alta del mundo.

En el mes de agosto del año pasado Sérgio Rodrigo, estudiante de doctorado en Comunicación en la Universidad Federal de Bahia (UFBA), salía del cine. Era un día como cualquier otro y en un gesto automático encendió su móvil al terminar la película. Su teléfono vibró frenético: un torrente de mensajes de odio lo sorprendió.

El día anterior había asistido a una muestra de arte en la que un performer se desnudaba para, acto seguido, exponer su cuerpo para la libre manipulación por parte del público. Sérgio nunca se imaginó que después de compartir un vídeo sobre dicha performance sería acosado violentamente por haterstrolls y personas desconocidas en las redes sociales.

“Había ido a ver la performance La Bête, la publiqué en mi Instagram con el nombre de la exposición, el nombre del artista y los etiqueté. Ahí me fui al cine, desconecté el celular y cuando lo encendí otra vez estaba recibiendo centenas de ataques. Personas que me llamaban pedófilo. Otras decían que iban a cortar mi mano, mi miembro, que me iban a cortar la cabeza, que tenía que ser fusilado. Tuve que cerrar el acceso a Instagram con un candado virtual porque muchas personas me mandaban invitaciones. Luego comenzaron a buscarme en otras redes sociales. Primero me buscaron en Twitter y después en Facebook”.

A primera vista quizá resulte complicado vincular la vivencia de Sergio con las recientes noticias acerca del radical aumento de las muertes violentas de personas LGBT en este país. Se denuncia que 445 personas murieron víctimas de crímenes homofóbicos o transfóbicos durante 2017, un 30% de aumento con respecto a 2016, según un informe publicado por el Grupo Gay de Bahía basado en las noticias publicadas en medios de “comunicación tradicionales, internet e informaciones personales”. Es el mayor número de muertes que se registra en ese estudio en 37 años. Entre ellas, 179 víctimas son transexuales y travestis y el 80% son negras, de acuerdo con la reciente investigación de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (Antra) publicada en el Día Nacional de la Visibilidad Trans.

LAS CAUSAS

Las razones del aumento de los crímenes de odio contra personas LGBT en Brasil no responden a una causa única ni reciente. El aumento de la violencia, especialmente después del proceso de impeachment que expulsó del Gobierno a la presidenta Dilma Rousseff, responde a una trama compleja que incluye una mayor militarización en el territorio, una agenda político-económica conservadora y reaccionaria movida por el establishment del gigante del sur.

Sonia Onufer Corrêa es antropóloga, experta en políticas sexuales y coordina el observatorio de políticas sexuales (Sexuality Policiy Watch – SPW) en Rio de Janeiro. Apunta a que no es posible mirar los datos de violencia, en este caso marcada por rasgos de género —mujeres y personas LGBT—, si no se los enmarca en un contexto de violencia estructural: “Esto también pasa en México, Colombia y Centro América. En Brasil hay 62.000 asesinatos por año, una ciudad entera que se va cada año, hay que ubicarla en una situación de guerra civil de baja intensidad”.

La SPW publicó un resumen de noticias durante el mes de septiembre de 2017, llamando la atención sobre varios episodios graves de censura artística e intelectual vinculados con el micro caso de Sérgio. A causa de la presión de grupos evangélicos pero también del grupo neoconservador y de derechas Movimiento Brasil Libre (MBL), la exposición de arte Queermuseu: cartografías de la diferencia en América Latina fue cancelada el 10 de septiembre de 2017 en el centro cultural Santander en Porto Alegre. La medida repercutió en el cierre de otras exposiciones.

Estas olas de censura y pánico moral confluyen en una necropolítica que hace de “Brasil un campeón mundial de asesinatos de personas LGBT”

Al poco tiempo se canceló la pieza El Evangelio según Jesus, Reina del cielo, que protagonizaba una actriz trans en el papel de Jesús en el centro cultural SESC Jundiaí. En el sur de Mato Grosso, un cuadro titulado Pedofília fue retirado de una exposición después de la denuncia de diputados de ese Estado. No obstante, señalan varios medios de comunicación brasileños, la ola de censura artística no es nueva aunque se viene intensificando en los últimos años.

Estas olas de censura y pánico moral en el escenario brasileño enmarcadas en el ataque a la homosexualidad y a los cuerpos trans confluyen, tal como apuntan desde la SPW, en una necropolítica que hace de “Brasil un campeón mundial de asesinatos de personas LGBT. Es, en un país en el que cada 23 horas muere una persona cuyo género y sexualidad difiere de la norma dominante, que el gobierno (de huelga) redujo a cero el financiamiento de las políticas contra la discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género”.

Desde la organización llaman la atención sobre las decisiones del Supremo Tribunal Federal que consideró la enseñanza religiosa confesional como un derecho constitucional, y fue por tal razón objeto de crítica por parte de juristas y activistas de los derechos a la educación. Tales decisiones favorecen las campañas contra la sensibilización en temas de género en el sistema público de educación, son ataques a visiones plurales que tendrán consecuencias nefastas en el futuro de niñas, mujeres, jóvenes y personas adultas LGBT.

FUNDAMENTALISMO Y CRÍMENES DE ODIO

Bárbara Alves, activista lesbiana integrante del Fórum Bahiano LGBT señala dos factores en confluencia desde los cuales entiende el aumento de los crímenes de odio “es la extensión del sistema capitalista en tensión con el propio sistema y el aumento del fundamentalismo religioso. Ese fundamentalismo que solo intensifica el odio” reflexiona en un mensaje de audio. Consultada acerca de su percepción sobre los impactos de la violencia describe: “Nos quieren demostrar que la calle no nos pertenece, que tenemos que volver para los guetos, que podemos ser asesinadas en cualquier momento. Es mi mirada aquí en Salvador, después de diez años de actuación, de ser combativas, de estar en la lucha, construyendo políticas públicas. De ser consciente de que no somos una aberración. Hoy esa violencia lleva al suicidio en muchos casos. Tanto que la última vez que me puse a observar esta problemática pude notar que del 1 al 10 de enero ocurrieron nueve suicidios de mujeres. Con los gays, la forma es tornarlos invisibles, que seamos conscientes de nuestra sexualidad pero que no transitemos por espacios heterosexuales. Es muy complicado el momento que estamos viviendo”.

“Nos quieren demostrar que la calle no nos pertenece, que tenemos que volver para los guetos, que podemos ser asesinadas en cualquier momento”

El estudio difundido por el Grupo Gay de la Bahia constituye un punto de inflexión, una alarma para la toma de medidas de precaución. Sin embargo, Corrêa señala que no existe una base sólida de información sobre crímenes LGBT en Brasil. “El estudio que hace el GGB lo hace en base a artículos de prensa, no hay aún en Brasil un estudio serio para identificar en esa base de datos quiénes son las personas LGBT, por que la única manera en que se consigue esa información es a través de investigación cualitativa. La base de datos cuando hay un registro de asesinatos esta desagregada por los ítems femenino / masculino y raza. Si quieres captar información mas fina, es complicado. Por ejemplo, miras la base del GGB y miras una zona del país en donde se ve que hay violencia muy concentrada. Después debes ir a la base de datos de homicidios, luego ir a buscar a la familia o amigos y averiguar haciendo un trabajo profundo y multidisciplinario para saber si la persona era trans o lesbiana”.

DOGMATISMOS RELIGIOSOS Y ATAQUES

Brasil fue uno de los principales escenarios de ataque por parte de los dogmatismos religiosos frente a quienes piensan de forma teórica las políticas sexuales. En noviembre del año pasado esto se visibilizó con el ataque de fanáticos conservadores contra Judith Butler. A fines de octubre, una petición firmada por una variedad de sectores conservadores repudiaban la visita de la teórica queer y pedían que el evento fuese cancelado.

Después el 7 de noviembre, se sucedieron manifestaciones callejeras en las que una imagen de Butler fue incinerada. Unos pocos días más tarde, cuando la referente queer-feminista embarcaba en San Pablo hacia Rio de Janeiro, Judith Butler y su compañera Wendy Brown fueron agredidas otra vez.

“Creo que la LGBTfobia siempre fue muy grande en Brasil, el aumento tiene que ver con la identificación del crimen como LGBTfobia. Tiene que ver con sujetos LGBT orgullosos de ser quiénes son y encontrándose víctimas de violencia por ser quiénes son”, resalta Sérgio quien estudia el devenir de las subjetividades trans en internet. Por otro lado, para muchas de las personas entrevistas en Brasil se vive un momento único. Según defienden llegó la hora de nombrar esa violencia como una violencia dirigida a personas con opciones e identidades sexuales diferentes y disidentes.

Corrêa explica que “desde hace muchos años en Brasil se ataca el aborto y la homosexualidad. Pero los ataques se realizan [ahora] de manera muy concentrada”

Las cuestiones de género y sexualidad están bajo ataque. Esto no es nuevo y está sucediendo en toda América Latina. Responde a algunos avances visibles sobre la agenda LGBT, en especial relativas al casamiento igualitario y las leyes de identidad de género. Son cuestiones de naturaleza política en las que las fuerzas conservadoras y religiosas, aunque no exclusivamente, se colocan en un lugar central de la disputa, pujando hacia la restauración de un orden conservador. Corrêa explica que “desde hace muchos años en Brasil se ataca el aborto y la homosexualidad. Pero los ataques se realizan de manera muy concentrada, con campañas contra lo que llaman la ‘ideología de género’ con fuerza desde 2015 cuando culminan con un ataque a Judith Butler. Pero hay muchas otras señales como todas las intervenciones legislativas para suspender los planes de estudio que incluyen estos debates en las escuelas. Estamos hablando del dogmatismo religioso, no de la religión per se, son actores institucionales clericales, dogmáticos y conservadores. No son todas las comunidades religiosas”.

Brasil es uno de los países que más avanzó en la discusión y obtención de derechos LGBT aunque la discusión sobre el aborto, como en casi todos los países de la región, se ve continuamente bloqueada en su avance hacia la despenalización. El año pasado, el derecho al aborto fue directamente atacado en las opciones de acceso para interrupciones legales de la gestación. Los derechos pospuestos de mujeres y personas de las disidencias sexuales son, actualmente, la moneda de cambio en una sociedad dominada por una clase política de corte conservador con un Congreso de mayoría evangélica. Por otro lado, el debate, la discusión y la polémica que generan las controversias y la visibilidad sobre estos temas puede ayudar a que la opinión pública cambie su postura hacia visiones más progresistas, aunque no siempre esto se da de manera lineal.

Los derechos de mujeres y personas LGTB son la moneda de cambio en una sociedad dominada por una clase política de corte conservador con un Congreso de mayoría evangélica

Los ataques organizados en enjambre por grupos homofóbicos en redes sociales digitales, la censura en museos y las violencias directas contra los cuerpos de las personas LGBT están siendo constantemente repudiados por los movimientos sociales. En Brasil, el clima de inestabilidad política es mayor a causa de un año electoral plagado de persecuciones judiciales y campañas mediáticas de descrédito dirigidas al expresidente Lula da Silva, quien cuenta con la mayor aprobación e intención de voto en el presente. La postura de los partidos progresistas y la izquierda es más bien refractaria a la hora de un compromiso continuado sobre los temas de género, sexualidad y aborto. Serán los propios movimientos y los colectivos LGBT y transfeministas quienes jugarán un papel clave para el avance en el derecho a una vida libre de violencias.

https://www.elsaltodiario.com/brasil/brasil-un-actual-escenario-violento-para-la-diversidad-sexual

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México: Consejo Técnico Escolar, ¿Progreso en los aprendizajes?

Por: SEP/28-02-2018

Han transcurrido más de 100 día efectivos del actual ciclo escolar 2017-2018, de los 200 días que oficialmente componen el año lectivo. A estas alturas del camino recorrido, la sociedad mexicana se pregunta: ¿Qué hacen los maestros, las maestras, los asesores técnicos y directivos en las sesiones de Consejo Técnico Escolar (CTE), que se llevan a cabo el último viernes de cada mes?, día en el que se suspenden clases, pero que se ocupan para realizar sesiones de trabajo como colegio, es decir, como «reunión de colegas». ¿Cuál es el significado y las ventajas que ofrecen dichas sesiones internas?

Como parte de la Reforma Educativa actual, la SEP ha decidido reactivar, desde 2013, las reuniones mensuales de Consejo Técnico como estrategia operativa específica para tomar decisiones pedagógicas relevantes, por escuelas o zonas escolares; es un espacio y tiempo en el cual las figuras educativas analizan el proceso (o microprocesos) en que transcurren de las actividades académicas y administrativas, con la finalidad de gestionar, de manera planificada y participativa, los avances educativos en términos de aprendizajes escolares.

Durante cada ciclo escolar se llevan a cabo 8 sesiones ordinarias de CTE, aparte de una sesión llamada «intensiva», que se realiza antes de iniciar cada ciclo escolar. Justamente el pasado 23 de febrero (viernes), se celebró la quinta sesión ordinaria del CTE, en la cual los equipos académicos reflexionaron «acerca de los logros alcanzados por alumnos, con relación a los aprendizajes y las necesidades identificadas al inicio del ciclo escolar con la finalidad de avanzar en su mejora.» (1) También destacaron «aquellas estrategias didácticas que han impactado de forma positiva, así como las que requieren reorientarse o fortalecerse para concretar, en lo que resta del año lectivo, los aprendizajes de grado que todos los estudiantes deben alcanzar al concluir el ciclo escolar.»

Cabe mencionar que la SEP, a través de la Subsecretaría de Educación Básica, entrega, vía internet y en forma digital, una Guía del CTE por nivel educativo (Educación Inicial, Preescolar, Primaria y Secundaria). Así mismo, prepara un documento indicativo para realizar el análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA), como herramienta de planificación estratégica (SIC).

La SEP indica en la introducción de la Guía de Primaria (febrero) que: «En el primer apartado de la guía, se plantea la comparación de los resultados obtenidos por los alumnos en la evaluación diagnóstica contra los obtenidos hasta este momento, con la finalidad de retomar, reencauzar o generar nuevas acciones que permitan alcanzar los aprendizajes esperados. También habrán de identificar aquellos niños y jóvenes en riesgo de no alcanzarlos para brindarles la atención correspondiente.» …»En el segundo apartado se destacan las dificultades que persisten y los alumnos con bajos resultados, reconocer lo que no se ha hecho y determinar lo que se puede hacer desde ahora y hasta el final del ciclo escolar.»… «En el tercer apartado, con base en un conjunto de pautas y orientaciones propuestas, se propone al colectivo docente preparar su participación para la sexta sesión de CTE, donde habrá de encontrarse con otros maestros en la modalidad de Aprendizaje entre escuelas

«Por último, en el cuarto apartado, el colectivo conocerá algunos conceptos básicos acerca de la Autonomía Curricular, para tenerlos presente en la implementación de este componente del Plan y los programas de estudio que entrarán en vigor en el ciclo escolar 2018-2019.»

Como se puede apreciar, las sesiones de CTE en la red de instituciones educativas de todo el país, de nivel básico, tanto del sector público como privado, cuentan con una agenda nacional que les permite gestionar los aprendizajes de una manera planificada y consensuada, sin embargo, esta dinámica de trabajo no está ajena a diversos retos y dificultades que son inherentes a toda institución social. Planteo a continuación, de manera breve, algunos de éstos.

Las reuniones se tornan rutinarias, poco motivantes y carecen de participación activa por parte de sus propios integrantes, debido a que la planificación de la propia agenda nacional se ha dado de manera centralizada, desde las oficinas de la SEP. Si bien es importante que la administración federal proponga algunas pautas pertinentes y oportunas para gestionar los aprendizajes (de hecho, así lo deja ver el texto de la Guía), también resulta de especial relevancia que los propios docentes y directivos tomen en sus manos la agenda específica de cada escuela y asuman el liderazgo del proceso de gestión de los aprendizajes escolares, de forma situada.

Como su nombre los indica, el documento centralizado que prepara la SEP es, en efecto, una «Guía», pero la propia comunidad escolar interpreta ese mismo acto, esa acción y ese medio, como una indicación o una instrucción burocrática que pasa por alto la realidad concreta de la escuela y de su comunidad inmediata. Los docentes se preguntan, por ejemplo, ¿Qué sentido tiene preparar un análisis FODA hoy, cuando el colectivo de la escuela ya ha realizado este ejercicio varias veces? ¿Se podría ocupar el tiempo del CTE de manera diferente, con una agenda de trabajo diseñada por cada zona escolar o centro educativo de acuerdo con y en atención de sus necesidades específicas?

Otra de las cuestiones que destacan las maestras y los maestros durante las sesiones de CTE, es que los productos que espera recoger la autoridad educativa estatal y federal, tienen un significado burocrático, de «control», pues exigen el llenado de formatos, cuadros, fichas o tablas que en poco o en nada sirven para retroalimentar el trabajo cotidiano de docentes y directivos. Piensan con razón que dichos productos son sólo insumos de control o registro burocrático, que no se sabe quién los revisa, analiza o interpreta en las oficinas centrales, y que, por lo tanto, no existe la adecuada devolución evaluativa (como seguimiento) y profesional sobre lo que debe cambiar en la escuela, de manera concreta.

Por otra parte, una de las cuestiones que docentes y directivos más señalan, como observación crítica hacia la estructura y funcionamiento de los CTE, es que las Guías nacionales dejan de lado los problemas cotidianos que vive el personal educativo y de apoyo a la escuela, y que son vividos (o padecidos) por la comunidad social y escolar: Violencia intrafamiliar, alcoholismo, delincuencia, adicciones, acoso escolar, vandalismo, robo a las propias instalaciones escolares, extorsión al personal y un clima general de inseguridad en torno a cada centro escolar.

Aun cuando las propias autoridades educativas hacen un esfuerzo de flexibilidad discursiva para suavizar las interpretaciones de «autoritarismo» que pudieran filtrarse en los textos de las Guías, el colegio de docentes, asesores y directivos leen de manera diferente los «guiones» que les entrega la SEP. La lectura que se da es en el sentido del «control», de la amenaza velada si no se cumple con lo solicitado. «En el medio está el mensaje», dirían los clásicos de la comunicación humana. En la forma cómo se dicen y se envían los mensajes, se encuentra el contenido profundo de éstos.

Después de todo, uno de los indicadores de la gestión educativa que permite valorar el avance o retroceso de la estrategia de reactivación de los CTE, son los mismos procesos y resultados educativos, en términos de aprendizajes. La pregunta que cabe formular frente a esto es la siguiente, luego de cinco años de poner en práctica esta idea de «parar» (un día cada mes) la escuela para tales fines: ¿El CTE ha producido cambios trascendentes en términos de aprendizajes? O dicho en otras palabras ¿El CTE ha traído cambios pedagógicos profundos y se ha traducido en un factor de progreso o de avance en los procesos y resultados de los aprendizajes escolares?

Referencia:

(1) Fuente consultada de la SEP:

http://basica.sep.gob.mx/multimedia/RSC/BASICA/Documento/201802/201802-RSC-mhpB6ZnQzY-Primaria5aSesionCTE2017-18.pdf

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Chile: El alto costo del abandono en la educación superior

Por: Universia.cl/28-02-2018

El abandono universitario acarrea importantes problemas a la economía familiar y social del país.

  • Chile pretende tomar medidas ante las alarmantes cifras de abandono de la educación en la etapa universitaria.
  • Las instituciones educativas intentan detectar los motivos de este problema y poner fin a los altos costos que supone este problema en la educación superior.
  • Las medidas a tomar aún son difusas, pero por ahora se descarta que la gratuidad de la enseñanza superior tenga algún efecto en la reducción del abandono.

Chile se enfrenta a un importante problema, en relación al funcionamiento de su sistema de educación superior. Los datos de los últimos informes califican de preocupante la situación.

El estudio de la Catedra Unesco sobre Inclusión en la Educación Universitaria, realizado por la Universidad de Santiago, recoge que el país pierde anualmenteunos 565 mil millones de pesos en financiar los estudios superiores, de alumnos que acaban abandonando el sistema educativo.

Es un dato grave, ya que esta pérdida de dinero afecta a toda la sociedad chilena y en concreto a las economías familiares, que dedican un 67% de sus recursos en los gastos relacionados con la educación. Por su parte, el Estado se hace cargo de un 33%, por ello que sea un problema que afecta a todos, si el caso es que esa inversión no consigue su objetivo: conseguir una titulación universitaria.

Posibles motivos del abandono

El Servicio de Información de Educación Superior del Mineduc calcula que el promedio de deserción en el sistema de educación superior es de un 27,9%.

Las razones que se dan a esta preocupante cifra son varias, aunque ninguna de ellas concluyente.

Casi todo apunta a que este problema de deserción se debe achacar a la Prueba de Selección Universitaria, que no predice en buena medida el éxito académico de los estudiantes.

Paradójicamente, la PSU predice muy bien la evolución en la trayectoria de los alumnos que consiguen buenas puntuaciones, pero no consigue lo mismo con los que acceden con resultados más modestos. Por esto motivo que se estén planteando cambios en la ponderación de las pruebas de la PSU, como cambiar el puntaje de ciertas materias.

Otra de las posibles razones para esta alta tasa de abandono se cree que puede estar, en la antelación con la que los estudiantes deben elegir carrera y universidad. La mayoría de ellos cuenta con escaso asesoramiento, apoyo tutorizado o escasa implicación familiar y la mayoría deciden en relación a factores económicos, cosa que suele ser el mayor obstáculo en su acceso universitario.

Mientras unos y otros deciden qué motivo tiene más peso en el alto abandono, todos coinciden en la necesidad de profundizar en las bases de la educación y comprobar su calidad y eficacia, comenzando por la educación básica y media.

Muchos expertos insisten que, aunque se modifiquen las ponderaciones y sistemas de acceso a la universidad, muchos alumnos seguirán sin llegar a ser egresados, si existe una importante brecha en la educación que han recibido anteriormente.

*Fuente: http://noticias.universia.cl/educacion/noticia/2018/02/27/1158703/alto-costo-abandono-educacion-superior.html

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Las Redes Sociales juegan su papel en la Violencia Étnica de Etiopía

Por:  James Jeffrey. Rebelión. 28/02/2018

En Etiopía, las redes sociales son un arma de doble filo, capaces de llenar una necesidad acuciante de mayor información, pero también de incidir en un contexto delicado que podría derivar en un desastre mayor.

Sucede que miles de personas siguen desplazadas por la violencia étnica que estalló en septiembre y que dejó entre 200.000 y 400.000 personas sin hogar en las provincias vecinas de Oromía y Somalí.

Tanto las personas desplazadas como las que las ayudan sostienen que se aviva el malestar entre comunidades con fines políticos.

“El problema es que muchas de las cosas consideradas chusmerío cuando se escuchan por ahí, cuando se leen en las redes sociales, se dan por hecho”: Lidetu Ayele.

Entre los responsables se encuentran desde personas influyentes del gobierno regional y federal hasta taxistas etíopes en Washington, que tuitean insultos y agravios de carácter étnico desde sus teléfonos celulares.

“El federalismo no es el problema, la gente hace lo que le dicen en las redes sociales”, opinó Abdishakar Adam, viceadministrador somalí de un campamento donde residen somalíes que escaparon de la provincia de Oromía.

Desde 1995, Etiopía aplica un modelo político particular de federalismo según distribución de los grupos étnicos para atender a una población heterogénea, unas 100 millones de personas que hablan más de 80 dialectos.

El modelo sirvió para mantener la estabilidad y generar un enorme crecimiento económico, pero con grandes costos.

Un gobierno autoritario y la falta de libertades civiles mantienen la estabilidad, mientras el crecimiento económico apenas tocó a millones de etíopes pobres, y en cambio benefició a una muy pequeña élite arreglada con el gobierno.

Ese contexto en la llamada República Democrática Federal de Etiopía, considerada una de las economías de mayor crecimiento del mundo, alimenta el resentimiento y las frustraciones.

La situación llegó al punto en que desde que estallaron las protestas por mala gestión del gobernante Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), a fines de 2015, entre el pueblo oromo, el mayor de este país y que concentra a 35 por ciento de la población, los disturbios no se detienen.

La comunidad amhara comenzó también a protestar en 2016, que junto con los oromos representan 65 por ciento de la población.

La duración sin precedentes de las protestas y su alcance hizo que las divisiones étnicas características de este país se volvieran más frágiles y susceptibles.

“El problema es que muchas de las cosas consideradas chusmerío cuando se escuchan por ahí, cuando se leen en las redes sociales, se dan por hecho”, indicó Lidetu Ayele, fundador del opositor Partido Democrático de Etiopía.

Las sucesivas olas de emigrantes generadas por las décadas de conflictos en este país crearon una vasta diáspora en el exterior de unas dos millones de personas. La mayor comunidad etíope en el extranjero se encuentra en Estados Unidos, donde viven entre 250.000 y un millón de etíopes.

Esas personas, como era de esperar, siguen los acontecimientos en su país con suma atención, y reniegan del actual gobierno autoritario, adoptan la televisión satelital y recurren a Internet para incidir en el acontecer político local.

Muchos etíopes huyeron de su país tras sufrir a manos del gobierno autoritario y tienen suficientes razones para que se vaya.

Las protestas se consideran una vía para derribar al gobierno, por lo que crece el movimiento de la diáspora como escritores, blogueros, periodistas y activistas que inciden en los acontecimientos que ocurren en su país.

Con las restricciones a la libertad de prensa y el bloqueo frecuente de Internet, la diáspora activa se convirtió en una fuente de información gracias a sus contactos en el país, que inunda Twitter y Facebook con vídeos y fotografías de las protestas en contra de la versión oficial de los hechos o de la de periodistas extranjeros confundidos por la falta de libre circulación.

“La diáspora no crea las noticias, informa lo que le llega de manifestantes y de organizaciones que operan bajo condiciones duras en Etiopía”, indicó Hassan Hussein, escritor y académico del estado estadounidense de Minnesota.

Oromos desplazados se alojan en un parque industrial a las afueras de la ciudad de Harar, en el este de Etiopía. Crédito: James Jeffrey/IPS

“Si quieren algo es que retorne la calma para sus seres queridos que quedaron allí”, acotó.

Pero hay otro uso de las redes sociales.

Tras los enfrentamientos entre la policía y manifestantes en el festival oromo Irricha, en octubre de 2016, que dejó más de 100 personas ahogadas y aplastadas por la estámpida, las redes sociales se encendieron denunciando que un helicóptero había disparado contra la multitud en pánico y que volaba en círculos lanzando panfletos deseándole a la gente un feliz festival.

Activistas en el extranjero llamaron a mantener “cinco días de rabia”. No queda claro qué efecto pudo tener, pero a la semana siguiente, empresas extranjeras, edificios gubernamentales y centros turísticos fueron blanco de ataques en la región de Oromía. Tras lo cual, el gobierno decretó el estado de emergencia por seis meses.

La medida se extendió y recién en agosto de 2017 se levantó el estado de emergencia. Pero el 12 de septiembre, un enfrentamiento en la oriental ciudad de Aweday, que dejó 40 personas muertas, desató más violencia étnica y desplazamientos masivos.

Jawar Mohammed es un conocido activista oromo y opositor que vive en Estados Unidos y lleva adelante una gran campaña en las redes sociales. Para muchos etíopes es una inspiración, pero para otros, tanto en Etiopía como en el extranjero, es una persona muy peligrosa.

“Viven en una democracia segura y se sienten libres de decir lo que quieran para crear el caos en Etiopía”, opinó Sandy Wade, exrepresentante de la Unión Europea en Adís Abeba durante las manifestaciones.

Los canales satelitales de la diáspora en Estados Unidos, como Oromia Media Network y Ethiopian Satellite Television, tienen información original decente. Pero son férreos opositores del EPRDF, así como sus programas y los artículos que difunden sus seguidores en las redes sociales.

Muchos de ellos son contrarios a los tigriñas por su convicción de que una élite tigriña dirige el EPRDF y es responsable de la corrupción, de las desigualdades y de todos los males del país.

Los tigriñas solo representan seis por ciento de la población del país, pero la mayoría son muy vulnerables en el actual contexto de agitación sectaria.

En medio de la tragedia, la rabia, la intriga, las comunicaciones interrumpidas y las dificultades para viajar, es difícil para los periodistas, diplomáticos extranjeros y el ciudadano etíope promedio comprender qué sucede realmente.

Por lo tanto, las redes sociales ofrecen una ventana para navegar entre el ruido y la confusión. Pero también pueden servir para fines más nefastos, en especial en el marco de la volátil situación de Etiopía, donde hay tanto en juego.

Como ha sucedido en la turbulenta historia de Etiopía, los ciudadanos de a pie, por lo general pobres que apenas subsisten, son quienes soportan las peores consecuencias de las actuales maquinaciones políticas mientras los distintos grupos de interés compiten por el poder, muchos sin mirar el costo humano.

Y Etiopía no es el único caso. Las elites políticas de muchos países africanos parecen especializarse en ese modus operandi. Pero la enorme influencia de la diáspora etíope sí es única y no fue valorada hasta que se hizo demasiado tarde.

Los etíopes se ríen con facilidad, pero también se enojan con la misma facilidad. El resentimiento y el rencor descomunal bulle bajo la superficie del país esperando salir.

Y hay grupos de jóvenes desempleados que no tienen esperanzas ni perspectivas de futuro. Eso ya derivó en conflictos en otros países africanos.

Fotografía: James Jeffrey

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=237984

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El cambio curricular en el Salvador en los años noventa.

Por: Luis Armando González. El Salvador. 25/02/2018

En 1995, la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo hizo pública su propuesta de reforma educativa; desde ese momento, se dio impulso a una reforma de la educación cuyos resultados más inquietantes no estaban contemplados, en su totalidad, ni en el contenido del documento elaborado por la Comisión ni, seguramente, en los ideales y propósitos de varios sus integrantes. Asimismo, objetivos importantes, de un fuerte carácter humanista y transformador, plasmados en el citado documento, se quedaron nada más como letra impresa, sin implicaciones en la realidad educativa del país.

A proposito de la reforma educativa salvadoreña de los años noventa es oportuno hacer notar que en algunos documentos, incluso de importancia internacional, se dan datos discutibles acarca de la misma e incluso datos equivocados sobre la historia salvadoreña. Por ejemplo, en el libro Perspectivas sobre la reforma educativa. América Central en el contexto de las políticas de educación en las Américas,  editado por Juan Carlos Navarro, Katherine Taylor,  Andrés Bernasconi y Lewis Tyler (publicado en 2000 por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Instituto de Harvard para el Desarrollo Internacional), se habla de una reforma educativa en 1993, dando a entender que ésta comenzó antes, pero no se hace mención alguna a la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo. Se afirma que “ya en 1993 el proceso de reforma educativa manifiesta características creativas y decisiones de mucha visión”(p. 349), lo cual es absolutamente falso, pues esa reforma sólo cobró fuerza a partir de 1995. Asimismo, se menciona en el texto  la “Constitución de 1995”, cuando en El Salvador la Constitución vigente entonces (al igual que ahora) era la de 1983.

Por otra parte, llama la atención que en su balance de las razones que impulsaron las reformas educativas de los años noventa, en Centroamérica, su autor –Juan B. Arrien — apunta una serie de factores que aparecen, de una u otra forma, en la propuesta que la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo entregó al Presidente Calderón Sol en 1995.

“La globalización con su impacto positivo o negativo en los aspectos financieros, sociales, políticos, institucionales, ambientales y culturales de la sociedad, y el reto de la inserción de los países de América Central en la competitividad internacional, sin atentar contra las soberanías nacionales.

El impacto de la tecnología y de los patrones de la modernidad.

La necesidad de superar la situación de pobreza y formas de exclusión de amplios sectores de la población.

El compromiso y nuevos paradigmas derivados de las grandes cumbres mundiales organizadas por las Naciones Unidas y centradas en el desarrollo humano sostenible y las exigencias impuestas por las nuevas sensibilidades colectivas como la paz, democracia, derechos humanos, enfoque de género, medio ambiente, etc.

El desgaste de los propios sistemas educativos con limitaciones y déficit importantes en la atención y en los procesos y resultados de aprendizaje.

La convicción generalizada respecto a la educación como factor clave y decisivo del desarrollo político, social, económico y cultural de los países.

El valor del conocimiento, inteligencia y capacidad de aprender como el capital del futuro en una sociedad mundial educadora.

El imperativo de mejorar la equidad, calidad, pertinencia y eficiencia de los sistemas educativos para influir en la equidad social y en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

La necesidad de generar y ampliar procesos de consensos sociales entre el estado y la sociedad civil, de participación de las comunidades y actores educativos del sector privado, por ejemplo, así como la aplicación de nuevos modelos de gestión descentralizada y protagonismo local” (p. 353).

O sea, en la Propuesta de la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo se entretegían ideales de una reforma educativa, con un fuerte carácter humanista, pero también objetivos de una reforma educativa inspirada en el paradigma neoliberal, de contornos difusos en El Salvador de aquel momento, pero ya con un predominio claro en Sur América en donde la reforma económica neoliberal era boyante desde los años ochenta. Para el caso, Chile era en ese entonces el país emblemático del predominio del paradigma neoliberal en los años ochenta, tal como lo destacó Naomi Klein en su libro La doctrina del shock. Pero, además de ello, Chile contribuyó a la difusión de ese paradigma –no sólo para apuntalar procesos de reforma económica, sino también procesos de reforma educativa— en países como El Salvador de los años noventa, cuyos grupos empresariales emergentes –“los ricos más ricos de El Salvador”, los llamó María Dolores Albiac— estaban embelesados con el “milagro” económico chileno. Economistas graduados como Maestros y Doctores, principalmente, aunque no excluisivamente, en  universidades estadounidenses –formados con el rigor del cientificismo neoclásico y embebidos de las creencias y valores del economicismo neoliberal—, se convirtieron, como asesores o investigadores de fundaciones y gremios empresariales, no sólo en los ideólogos de los ricos más ricos, sino en los propagadores furibundos del credo neoliberal.

Así las cosas, no fue extraño que la reforma educativa que se iniciaba en El Salvador a mediados de los años noventa también tuviera como objetivo –un objetivo que quizás no era muy nítido en ese entonces, y que se fue haciendo más claro en la medida que la reforma iba avanzando— responder a las necesidades de los grupos  emergentes de poder económico en la recién iniciada postguerra. Estos últimos tenían el propósito de implementar, ya desde finales de los años ochenta, un modelo económico centrado en los servicios, la industria maquilera y las remesas que, siguiendo las recetas neoliberales probadas en otras países –por ejemplo, en Chile—, poco a poco se fue abriendo paso hasta convertirse, dos décadas después, en el predominante.

La reforma educativa siguió de cerca este afianzamiento de un modelo económico neoliberal, adquiriendo sus rasgos definitorios –desde el economicismo de sus marcos conceptuales, pasando por el practicismo e instrumentalismo de sus métodos de enseñanza/aprendizaje, hasta la identificación de sus objetivos con la formación personas aptas para el consumo y con las destrezas adecuadas para insertarse en el nuevo modelo económico— en paralelo con la consolidación de aquél. La experiencia salvadoreña, por cierto, no constituyó ninguna excepción a lo sucedido en los años ochenta y noventa en América Latina, pues el conjunto de las reformas educativas en la región se dieron en el contexto de la globalización neoliberal. Como anotan Jorge M. Gorostiaga y César G. Tello,

“La reforma – en muchos casos a través de la sanción e implementación de nuevas leyes generales de educación – fue un fenómeno común a casi todos los países latinoamericanos, en un movimiento que proponía los cambios educativos más profundos desde la instauración de los sistemas educativos nacionales de fines del siglo XIX y principios del XX. Estas reformas se produjeron en el marco de procesos de reestructuración neoliberal del Estado y la economía que incluían la apertura al comercio internacional y el fomento de la inversión extranjera, con el apoyo de diferentes organismos internacionales”.

Esos mismos autores destacan la perspectiva  “economicista” de algunas de esas reformas, según la cual la educación debe apuntalar la competitividad económica y la inserción “exitosa” de las economías nacionales en el orden económico mundial. Citan, al respecto, documentos del Banco Mundial (BM) y del Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (PREAL) que ilustran este economicismo educativo.

“Una de las principales debilidades de los países de ALC en el mercado mundial actual es la falta de capital humano, lo cual ha limitado severamente su capacidad de dedicarse a la investigación y de introducir innovaciones tecnológicas. Por lo tanto, sus posibilidades de responder al desafío de la competencia internacional dependerán de la rapidez con que puedan diversificar sus economías, actualizar las habilidades de su fuerza laboral actual, y preparar a los niños para adaptarse a las circunstancias económicas cambiantes cuando ingresen al mundo laboral” (Banco Mundial, 1999).

“El Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina (PREAL, 2001), enfatiza, en algunos pasajes con un tono dramático, la obligación de ‘avanzar al ritmo de las necesidades de la economía global’. A pesar de que se menciona repetidas veces la importancia de la educación para el fortalecimiento de la democracia y el aumento de la equidad, el acento parece puesto en el desarrollo económico y en la competencia con otros países. Se señala que Latinoamérica no está preparando a sus alumnos para competir en una economía globalizada. Además, se plantea la necesidad de otorgar poder de decisión a las escuelas, con metas de rendimiento y mecanismos de rendición de cuentas establecidos a nivel central, instando a que éstas participen en pruebas estandarizadas internacionales, ya que ‘la competitividad internacional exige que cada país tenga una clara comprensión del rendimiento de los alumnos’”.

Fue esa perspectiva economicista la que permeó a la reforma educativa salvadoreña a medida que la misma se implementaba. En ese proceso, se abandonaron los propósitos humanistas planteados en el documento que le dio origen, en tanto que una filosofía de la educación inspirada en los ideales y objetivos del neoliberalismo terminó por modearle y marcarle sus derroteros. Sólo unos pocos analistas cayeron en la cuenta de la tensión existente entre el humanismo y el neoliberalismo en la Propuesta de la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo –con la daba inicio la reforma educativa de los años noventa en El Salvador. Cabe destacar aquí la contribución de Ricardo Ribera, quien en un artículo publicado en 1995 –y titulado precisamente “Entre el humanismo y el neoliberalismo. Análisis político-filosófico del informe de la Comisión Nacional de Educación, Ciencia y Desarrollo” — planteó con lucidez crítica esa tensión. Una tensión que terminó por resolverse, en los 15 años siguientes, a favor del neoliberalismo.

Fotografía: transparenciaactiva

*Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-cambio-curricular-en-el-salvador-en-los-anos-noventa/

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EEUU: Education: A Last Chance

EEUU/ Author: Andrew Sunghyun Yoon / Source: Carnegie Council

Andrew Sunghyun Yoon, Third Prize High School Category, Essay Contest 2017

«I am a 15-year-old sophomore attending Seoul International School in South Korea. Born in the United States and raised in Asia, I feel my diverse experiences around the world have shaped and concretized my beliefs. I am extremely passionate about public speaking, international relations, and the humanities as a whole. I hope to use my voice and the power of the pen to advocate social causes particularly pertaining to the disenfranchised.»–Andrew Yoon

ESSAY TOPIC: In your opinion, what is the greatest ethical challenge facing the world today?

There is a girl in the rural areas of Western China, wiping crystal beads of sweat off her forehead as she cooks whatever’s left in the house for her siblings. She is cradled within the silence created by her parent’s absence, counting how many days remain until they return from their minimum-wage jobs in Beijing. Amidst the endless financial troubles and the fragmentation of her family, school simply was not an option. If destiny really did exist, hers didn’t include an education. There are hundreds of thousands more like her. A few hundred miles away in the sun-scorched outskirts of Kabul, a girl is reprimanded for resisting when she is told that she cannot go to school like her brother. There are hundreds of thousands more like her. Halfway across the globe in Baltimore, a city entangled in poverty and violence, there is a boy whose family’s survival hinges on food stamps and is forced to relinquish his dream of being the first in his family to attend college. There are, once again, hundreds of thousands more like him. These are all characters within the same story: a story about individuals who are stripped of the chance at a bigger and better future through education.

Without a doubt, countless other stories deserve to be heard as well: the one about devastated refugees fleeing decimated homes, the one about the unspeakable horrors of religious and ethnic persecution, the one about families subsisting on one meal a day as they cope with the dire truth of poverty, and just about a million more. Yet the issue of education resonates especially clearly as the most pressing ethical challenge of today’s generation because time and time again, governments and citizens alike are failing to address education systems that leave millions in the dark. Although education is perhaps the most substantial step toward addressing and eventually tackling the aforementioned global issues, it is perhaps one of the most overshadowed challenges of the century, burrowed beneath more immediate concerns stemming from political turmoil or economic advancements.

Today, governments have become complacent with flawed education systems, and citizens have subconsciously learned to coexist with a reality in which millions of children and young adults across the globe are forced to give up the chance to go to school. We continue to fail to recognize that education is not a privilege. It is a right. And it is an unforgettable ethical failure on our part for allowing this issue to be perpetuated.

The cause, details, and experiences of individuals barred from equal education may all be vastly different, but there exists a common thread intertwined among all who are a part of this narrative of injustice: education is and has always been the key to escaping a vicious cycle of inequality or poverty. On the racial and socioeconomic front, conspicuous gaps in access to education exist among the urban and rural, rich and poor, and along the spectrum of race or ethnicity. In the United States, despite institutional initiatives such as Affirmative Action, which aims to promote college admission among underprivileged minorities, many of these underprivileged individuals do not end up escaping the chains of racial and wealth inequality. Due to the intertwined nature of race and poverty in the United States, poverty is often concentrated in areas with higher percentages of racial minorities, which inevitably leads directly to a dead end. As part of a public education system dependent on local funding and support, such communities will consistently lack the teachers or resources that can sufficiently piece together a high-quality education for its children. Countries with a vast urban-rural divide, including China and India, experience this issue to an even greater extent because rural regions themselves are not equipped with the necessary human capital, technology, facilities, or apparatus.

On the gender front, the chasm is just as substantial. A single glance at relevant statistics is enough to illustrate the disproportionate number of women whose window to higher education is perpetually closed. According to the United Nations, 16 million girls—significantly higher than the number of boys—will never attend school in their lifetime, and girls comprise two-thirds of the 750 million adults who lack basic literacy skills. The root cause of gender discrimination in an educational context varies from country to country. In some, it has emerged out of deeply-rooted religious or cultural ideology, whereby it may be deemed unorthodox or unfitting for women to pursue high levels of education. In others, it is the inevitable result of issues such as early pregnancy or other social pressures that put girls at a disadvantage. In either scenario, however, the numerous barriers obstructing women’s access to education have created a stigmatized perception of women that feeds into gender inequality as a whole. Women’s rights movements that have emerged in developed nations indicate an increasingly progressive social atmosphere, but many of such movements have been unable to translate into direct and practical results in terms of access to education.

The reality of this pressing issue is ubiquitous; it’s plastered across news headlines, emphasized and re-emphasized by international organizations. Yet, the question at the crux of this issue is: Who should be accountable?

The first response should be the government. In 2006, in response to the alarming number of children without access to schools, the Chinese government revised its education law to especially accommodate the needs of children from rural areas. This reform included abolished tuition and other fees—e.g. textbooks or room and board—that rural students usually cannot afford. This legislation reform was an evident attempt to increase access to educational resources, especially in poor or rural regions, where such resources are often nonexistent to begin with. China’s leadership actively addressed the nation’s vast wealth and gender gaps, and took accountability for the situation of its citizens. But not all governments have made similar efforts, even in the presence of abundant resources. In order to address this ethical challenge, the most influential source of change stems from the government, who should work—through new legislation or reforms to the old—to ensure that children are bolstered by an educational system that is open and fair.

The other answer as to who should be accountable for ensuring education is a little less clear. There is no doubt that in the status quo, there are a number of countries whose first priority cannot be equal education. But if the government is too unstable at the present moment to secure an effective and fair education system due to more immediate concerns, who is accountable? It could be the United Nations, similar international organizations, smaller nongovernmental organizations, citizens, or a combination of all of the above. In any case, those outside of the government are also ethically responsible to respond to the government’s inability to install reforms or work among themselves through grassroots projects on local or national levels in order to initiate a change.

When individuals are barred from attending school due to social and economic pressure, they are closing perhaps the one and only door out of their current situation; they are being forced to let go of a fundamental right. Education is not a privilege. It is a right, and for many more individuals, it is a last chance at change and progress.

Source of the News:

https://www.carnegiecouncil.org/publications/articles_papers_reports/education-a-last-chance

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