El Parlamento danés ha abierto hoy la puerta a una histórica victoria en la lucha por los derechos de las personas transgénero al adoptar la decisión de no seguir estigmatizando las identidades transgénero como enfermedades mentales, ha declarado Amnistía Internacional.
“Esta alentadora iniciativa de Dinamarca sienta un firme ejemplo en el ámbito internacional para la eliminación del estigma en torno a las personas transgénero y preparar el camino a unos procesos rápidos y transparentes para el reconocimiento legal de la identidad de género”, dijo Leda Avgousti, asesora de Orientación Sexual e Identidad de Género de Amnistía Internacional.
Es vergonzoso que globalmente la norma es que las personas transgénero estén incluidas en la categoría de enfermedades mentales debido a su identidad de género.
“Es vergonzoso que globalmente la norma es que las personas transgénero estén incluidas en la categoría de enfermedades mentales debido a su identidad de género. Esta etiqueta obliga a las personas transgénero a ser sometidas a evaluaciones psiquiátricas traumatizantes y humillantes para cambiar legalmente de género o incluso para poder acceder a tratamientos de reasignación de género.”
La decisión de hoy coloca a Dinamarca en la vanguardia en la mejora de los derechos de las personas transgénero en el mundo, al aumentar la presión sobre la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que deje de clasificar la identidad transgénero como enfermedad mental en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).
La OMS tiene previsto revisar la CIE en 2018. Eliminar las identidades transgénero de esta clasificación de enfermedades mentales alentaría a los países del mundo a hacer lo mismo.
La decisión de Dinamarca se ha producido tras una campaña de Amnistía Internacional y de otras organizaciones y activistas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) y de derechos humanos.
Para estudiar en Australia, deberás presentar una solicitud de admisión ante la institución elegida y también una solicitud para Visa/Visado de Estudiante ante el gobierno australiano.
Deberás seguir una serie de pasos, entre ellos:
Decidir cuál es el curso y la institución de tu preferencia.
Presentar tu solicitud ante la institución.
Recibir y aceptar una Carta de Oferta.
Recibir tu Confirmación de Inscripción (CoE).
Solicitar la Visa/el Visado de Estudiante.
También hay una serie de requisitos de ingreso que deberás cumplir para la solicitud de admisión ante la institución y la solicitud de tu Visa/Visado de Estudiante. Entre ellos se encuentran los siguientes:
Requisitos académicos.
Requisitos de idioma inglés.
Constancia de solvencia para pagar tus estudios.
Cobertura médica para estudiantes extranjeros.
Si ya vives o trabajas en Australia, todavía tienes posibilidades de presentar una solicitud para estudiar en el país como estudiante internacional.
Agentes de Estudio autorizados
Los agentes de estudio que trabajan en tu país también te pueden ayudar con las gestiones para matricularte en un curso para estudiar en Australia. Es obligatorio bajo la ley ESOS que todas las instituciones australianas tengan un listado de agentes autorizados por ellas y que dicho listado sea publicado en su sitio web. Por favor, visita el sitio web de la institución educativa australiana donde deseas estudiar para acceder al listado de agentes que se encuentren localizados cerca de ti.
We know that poverty often pushes children to work, yet when children leave school early to enter the labor force they are more likely to end up in occupations that limit their chances of breaking out of poverty.
June 12 is the World Day Against Child Labor and while the number of children 5-17 who work has declined by 30% since 2000, there are still 168 million child laborers worldwide according to the International Labour Organization (ILO). More than half, 85 million, are in hazardous work.
In the 2015 report Child Labour and Education – Progress, challenges, and future directions the ILO analyzes the role of child labor in keeping children away from school, as well as the lack of accessible, affordable and good quality schooling as a factor for children to enter the workforce.
The findings outlined in the report include:
Child labor lowers net primary enrollment ratios.
There is a strong negative effect of child labor on school attendance. In some countries, school attendance rates of working children are only about half of those of non-working children.
There is a significant negative correlation between levels of economic activity of children aged 7-14 years and youth literacy rates in the 15-24 age bracket.
Rural working children tend to be among the most disadvantaged.
Boys and girls often do different jobs. Girls are usually overrepresented in non-economic activities such as work in their “own household“. They also often bear the double burden of work outside and inside the house, often with little time left for schooling.
For children who manage to combine work and education, performance at school often suffers.
We know that poverty often pushes children to work, yet when children leave school early to enter the labor force they are more likely to end up in occupations that limit their chances of breaking out of poverty.
The achievement of the Sustainable Development Goal for Education rests on children being free to go to school rather than working to support their families, while ensuring decent work (SDG 8) and eliminating all child labor will be impossible without quality education for all children. Therefore, it is essential that we continue to work on exploring and addressing the links between education and child labor.
Link original: http://www.globalpartnership.org/blog/child-labor-hinders-childrens-education
Menos del 20 % de las personas tienen acceso a las instituciones terciarias en el continente africano
PRETORIA.—La presidenta de la Comisión de la Unión Africana (UA), Nkosazana Dlamini-Zuma, advirtió que la educación sigue siendo hoy uno de los mayores retos para el continente.
Menos del 20 % de las personas tienen acceso a las instituciones terciarias. Los bajos porcentajes de ingreso a la educación superior sugieren que solo es nivel para la élite, expresó Dlamini-Zuma a los participantes en un foro de negocios con sede en la provincia sudafricana de Gauteng, este jueves, reportó Prensa Latina.
Dijo que debe concretarse una mayor inversión en la educación y la calificación de los africanos.
“Tenemos que hacer una revolución de las capacidades en este continente”, subrayó al sugerir “más énfasis en la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática”.
La funcionaria de la UA destacó que Etiopía es uno de los países de la región que está “aumentando su educación terciaria y coloca el 70 % de sus esfuerzos” en esa dirección.
También instó a formar el capital humano en un sector esencial en esta parte del mundo como la minería; además se refirió a la necesidad de industrializar la agricultura.
Para Dlamini-Zuma es esencial el desarrollo de las habilidades en función de disponer de los propios recursos y utilizarlos a favor de la industrialización de su economía.
Fuente: Foro Económico Mundial / 13 de Junio de 2016
Nota de OVE: ¡¡¡¡¡INSÓLITO Y ESCALOFRIANTE!!!!!:
Interrogation is far too important to be left to amateurs. Obtaining actionable and reliable intelligence can be crucial to activities ranging from everyday law enforcement to preventing acts of terror. That’s why interrogation techniques should be based on brain and behavioral sciences, not on the fevered imaginings of Hollywood producers that are believed by politicians, supported by lawyers, and carried out by amateur torturers.
Image: Amnesty International
Torture has been with us for all of human history – even if it has not always been called by that name. Democracies, for example, tend to use torture secretly and prefer techniques that target core psychological, neural, and physiological functions. These methods – near-drowning, suffocation, shackling, or stress positions to inflict physical pain, as well as sensory assaults such as freezing temperatures, loud noises, or bright lights – often leave no physical evidence. But they – together with psychological methods, including enforced nakedness, social isolation, threats using guns, drills, or attack dogs, and fabricated assaults on a victim’s loved ones – can be devastating.
As abhorrent as these methods may be, they seldom lack defenders, who argue that they are needed to obtain information that can save lives. Extreme stress, they argue, causes the subjects to reveal what they know.
But there is no evidence that this is true. In fact, torture undermines the very goals it is supposed to achieve. Confessions elicited through torture can be voluminous, but they are just as often nonsensical. Consider, for example, how many women confessed under torture that they were witches, or how the mere threat of torture induced Galileo Galilei to deny the proposition that the earth travels around the sun. Experienced interrogators uniformly repudiate torture, knowing that it does not yield usable, verifiable, or actionable intelligence.
Indeed, numerous studies of military personnel, certain patient groups, and normal volunteers demonstrate that chronic and severe stressors compromise psychological functioning, causing tissue loss in brain regions supporting memory (the hippocampal formation), and decreased activity in brain regions supporting intention, planning, and regulating complex behavior (the frontal lobes). Extreme stressors also cause increased activity in brain regions associated with processing fear and threat-related information (which can trigger post-traumatic stress disorder).
Soldiers enduring sleep deprivation as part of their training show large decrements in psychomotor and general cognitive function, as well as profound memory deficits. Sleep deprivation also profoundly and negatively affects mood, further compromising cognitive function. Extended periods of sleep deprivation can cause polysensory hallucinations, psychotic-like episodes, and other neuropsychiatric phenomena. There is no evidence whatsoever that sleep deprivation in any way enhances access to memories stored in the brain.
Studies conducted with patients in chronic pain or with volunteers on whom pain is inflicted demonstrate that physical suffering impairs cognition, memory, and mood. Suffocation or near-drowning are similarly problematic techniques. Oxygen restriction reliably draws activity away from brain regions concerned with higher cognitive function and memory toward brainstem regions concerned with reflexive responses supporting immediate survival. This militates against truthful recall and favors confabulation.
Humans are bad at detecting lies – often doing little better than they would if they had flipped a coin. And they are markedly worse at lie detection when under heightened emotional strain. There is no evidence that torturers are better at lie detection than anyone else; on the contrary, there is plenty of evidence that torturers or their superiors routinely disbelieve their subjects’ testimony.
To make matters worse, torture is traumatic not just for the victim, but also for the perpetrator. Politicians who support torture never have to waterboard, starve, or physically abuse prisoners personally. But somebody has to carry out their policies, and those who do are terribly affected by it, for reasons that are deeply rooted in our brain circuitry. Humans have a specialized brain network (the “pain matrix”) that automatically and reflexively responds to distress, pain, and despair in another.
Engaging in physical and emotional assaults upon the defenseless in order to elicit worthless confessions and dubious intelligence is degrading, humiliating, and traumatizing. And when these acts are carried out at the request of a democracy, those who implement them have no secret society of fellow torturers to turn to for social support or comfort. Even if the welfare of the victims is ignored, torture is not cost-free; it damages the perpetrators, corrodes democratic institutions, and corrupts the rule of law.
Fortunately, the realization that brain and behavioral sciences should be at the core of interrogation practice and intelligence work is gaining ground. In the United States, for example, recent legislation should help to ensure that the best evidence-based practices will form the basis of non-coercive interrogation. Lives can indeed by saved when reliable and truthful information is obtained quickly. And that is exactly why torture in all its forms should be rejected.
La Unión Europea (UE) debe paralizar inmediatamente los planes de devolver a solicitantes de asilo a Turquía sobre la base ficticia de que es un “país seguro” para los refugiados, afirma Amnistía Internacional en un documento que publica hoy.
El documento, titulado, No safe refuge: Asylum-seekers and refugees denied effective protection in Turkey, detalla los defectos del sistema de asilo de Turquía y las dificultades que afrontan las personas refugiadas en ese país y que hacen que su devolución en aplicación del acuerdo UE-Turquía del 18 de marzo sea no sólo ilegal, sino inadmisible.
El documento muestra las dificultades que tiene el sistema de asilo de Turquía para hacer frente a más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados. Como consecuencia, los solicitantes de asilo pueden esperar años a que se estudien sus casos, tiempo durante el cual reciben poca o ninguna ayuda para encontrar alojamiento y sustento para sí y para sus familias, por lo que hay incluso niños de tan solo nueve años trabajando para mantener a sus familias.
“El acuerdo UE-Turquía es temerario e ilegal. Las conclusiones de Amnistía Internacional desenmascaran la idea ficticia de que Turquía puede respetar los derechos y cubrir las necesidades de más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados”, dijo John Dalhuisen, director para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.
“En sus constantes esfuerzos para impedir las llegadas irregulares a Europa, la UE está tergiversando a propósito lo que ocurre realmente en Turquía. Es de esperar que un nuevo sistema de asilo, en el país que acoge al mayor número de refugiados del mundo, tenga dificultades. Aunque es positivo apoyar y alentar a Turquía a que desarrolle un sistema de asilo totalmente operativo, la UE no puede actuar como si ya existiera.”
Turquía no protege a los refugiados
Pese a su actitud de bienvenida en general hacia los refugiados, el gran número de personas —cerca de 2,75 millones de refugiados sirios y 400.000 solicitantes de asilo y refugiados de otros países (principalmente Afganistán, Irak e Irán)— ha impuesto inevitablemente una considerable carga en el sistema de asilo de Turquía y su capacidad para cubrir las necesidades básicas de las personas.
El informe muestra que el sistema de asilo turco no pasa tres pruebas cruciales que exige superar el derecho internacional para que la devolución de solicitantes de asilo a Turquía sea legal: estatuto, soluciones duraderas y subsistencia.
1. Estatuto
Turquía carece de capacidad para procesar solicitudes de asilo, lo que significa que cientos de miles de solicitantes de asilo y refugiados permanecen años en un limbo legal. Las autoridades turcas se han negado a facilitar a Amnistía Internacional estadísticas sobre asilo. Sin embargo, en abril informaron de que habían procesado alrededor de 4.000 solicitudes, es decir, el 1,5 por ciento de las 266.000 solicitudes registradas en la Agencia de la ONU para los Refugiados en 2015.
2. Soluciones duraderas
Las personas refugiadas deben integrarse en el país de asilo, ser reasentadas en otro país o, si no hay riesgo, ser repatriadas a su país de origen. Sin embargo, Turquía niega el estatuto de refugiado completo, y con él la integración, a todas las personas refugiadas no europeas, mientras la comunidad internacional no proporciona ni de lejos opciones o plazas de reasentamiento suficientes. Esto deja a los refugiados en un dilema, pues no pueden construir una nueva vida en Turquía, pero tienen pocas esperanzas de que se les ofrezca la opción de reasentarse en otro país en los próximos años, si es que se les llega a ofrecer.
Faiza (nombre supuesto) y su hermana, ambas afganas, huyeron de sendos matrimonios forzados en Irán y fueron reconocidas como refugiadas en Turquía. Durante tres años esperaron en vano una entrevista en la embajada de un país de reasentamiento. Al final no vieron más opción que arriesgar la vida en el barco de un contrabandista para ir a Grecia.
Faiza dijo a Amnistía Internacional que si hubiera habido alguna perspectiva razonable de salir de Turquía sin riesgos y de forma regular, y algún apoyo mientras esperaban a que concluyera el proceso, ella y su hermana habrían esperado. Explicó: “Si hubiera habido alguna esperanza de reasentamiento, habríamos esperado. Nos aterrorizaba realmente el viaje a Europa porque sabíamos que era peligroso. Pero estábamos desesperadas. Nos dijimos: ‘Tal vez muramos, tal vez no lleguemos, pero no importa, porque no podemos quedarnos más tiempo en Turquía.’”
Tal vez muramos, tal vez no lleguemos, pero no importa, porque no podemos quedarnos más tiempo en Turquía.
3. Subsistencia
La inmensa mayoría de los refugiados sirios y de otros países se ven obligados a buscar alojamiento sin la ayuda del gobierno. Aunque las autoridades turcas han alojado a más de 264.000 refugiados sirios en campos en las provincias fronterizas del sur, no pueden razonablemente dar alojamiento al restante 90 por ciento (2,48 millones de personas) de refugiados procedentes de Siria. Mientras tanto, sólo ha proporcionado viviendas sociales a 100 de los 400.000 solicitantes de asilo y refugiados de otros países (el 0,025 por ciento). Esto significa que aproximadamente tres millones de solicitantes de asilo y refugiados se ven obligados a cubrir sus necesidades de alojamiento por su cuenta.
El equipo de investigación de Amnistía Internacional entrevistó en Turquía a 57 personas refugiadas entre marzo y mayo de 2016. Todas describieron sus dificultades para sobrevivir sin apenas ayuda económica de las autoridades, pues la inmensa mayoría depende de la caridad de familiares, otros solicitantes de asilo o comunidades religiosas.
Contaron a Amnistía Internacional cómo viven en alojamientos precarios o improvisados, durmiendo a veces en mezquitas, parques y estaciones de metro porque no pueden pagar un alquiler. Dos familias afganas dormían bajo un puente en Estambul después de que tres de sus hijos se ahogasen en una travesía marítima fallida.
“Turquía es un anfitrión generoso con los refugiados, pero sus promesas a los líderes de la UE simplemente no se reflejan en la realidad. Los solicitantes de asilo y refugiados están atrapados durante años en Turquía y, mientras esperan, no se les da ni ayuda para subsistir ni el derecho a procurar su subsistencia”, dijo John Dalhuisen.
Esta es la realidad que deben ver los líderes de Europa.
“Esta es la realidad que deben ver los líderes de Europa. Puede que sea políticamente conveniente externalizar su obligación legal de ayudar a las personas que huyen del conflicto, pero si creen que pueden hacerlo legalmente o sin infligir un dolor adicional a personas que ya huyen de un sufrimiento terrible, están en un trágico y muy evidente error.”
Menores refugiados que trabajan para subsistir
El informe también advierte de que el trabajo infantil es habitual entre los refugiados en Turquía, pues las familias tienen dificultades para cubrir necesidades básicas.
Una siria madre de tres niños dijo a Amnistía Internacional que toda su familia de siete personas sobrevive con las 5-10 liras turcas al día (alrededor de 1,75-3,50 dólares estadounidenses) que gana su hijo de nueve años trabajando en una tienda de comestibles. Las heridas de metralla que sufrió su esposo en Siria le impiden trabajar.
La UE debe compartir, no externalizar, la responsabilidad
En lugar de trasladar sus responsabilidades a Turquía, la UE debería poner en marcha un ambicioso programa de reasentamiento para los refugiados que están actualmente en este país.
Mientras Turquía acoge a más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados, más que ningún otro país del mundo, los Estados miembros de la UE reasentaron colectivamente a sólo 8.155 refugiados de todo el mundo en 2015.
“La Unión Europea ha respondido a una de las catástrofes humanitarias más terribles de nuestra época levantando vallas, desplegando más guardias de fronteras y cerrando acuerdos dudosos con países vecinos para impedir que entre la gente. El resultado es dolor y sufrimiento, y más muertes en el mar”, concluyó John Dalhuisen.
Información complementaria: El acuerdo UE-Turquía ya está socavado por devoluciones desde Turquía a Afganistán, Irak y Siria
El 18 de marzo de 2016, la UE y Turquía firmaron un acuerdo sobre control de la migración de gran alcance (formalmente una declaración). A cambio de hasta 6.000 millones de euros, así como de concesiones políticas de la UE, Turquía accedió a aceptar de nuevo a todos los “migrantes en situación irregular” que llegasen a las islas griegas después del 20 de marzo.
La justificación del acuerdo UE-Turquía es la presunción de que Turquía es un país seguro al que pueden ser devueltos solicitantes de asilo y refugiados. Además de no respetar los derechos de las personas refugiadas dentro de Turquía (el tema de este informe), otra forma de calibrar si un país podría no ser “seguro” es si envía a personas a otros países donde estas corren el riesgo de sufrir violaciones graves de derechos humanos. Investigaciones anteriores de Amnistía Internacional ya han demostrado que a finales de 2015 y principios de 2016, se devolvió a solicitantes de asilo y refugiados que estaban en Turquía a lugares donde corren precisamente este riesgo: Afganistán, Irak y Siria.
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!