Estudios constatan que las escenas sexuales son positivas para los jóvenes cuando son realistas
Las escenas que tienen el sexo o la sexualidad como protagonistas pueden convertirse en el mejor maestro para los adolescentes. Algunos ejemplos: uno de los episodios de Friends gira alrededor de un preservativo que se rompe y que deriva en un embarazo no deseado; en el caso de la serie Urgencias, se dedican un par de capítulos a hablar de las enfermedades de transmisión sexual y los anticonceptivos de emergencia. Según el libro El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores, de Editorial UOC y Aresta, los jóvenes estadounidenses encuestados demostraron que tenían más conocimiento de los temas relacionados con la sexualidad después de ver estos capítulos.
En el ámbito estatal, hay otro ejemplo claro con la serie Merlí. En uno de los episodios, el personaje de Tània es la única chica del grupo de amigos que es virgen y, cuando lo confiesa, recibe el apoyo de sus amigas, quitándose de encima el peso de una etiqueta que la perseguía desde hacía tiempo. Merlí también ha dedicado capítulos a cuestiones como las relaciones gais, los tríos, los desengaños y las infidelidades, para destacar algunas.
Para Amalia Gordóvil, doctora en Psicología, profesora colaboradora de la UOC, los medios de comunicación son «agentes socializadores a partir de los cuales los adolescentes toman modelos y normalizan patrones de conducta». Por lo tanto, «es positivo que en las series aparezcan personajes con los que los adolescentes se puedan sentir identificados».
El estudio Televised Sexual Content and Parental Mediation: Influences on Adolescent Sexuality, elaborado por científicos del Instituto del Pacífico para la Investigación y la Evaluación (PIRE), de Estados Unidos, concluye que el contenido erótico de buena parte de las series y las películas que se proyectan en la televisión influye directamente en los pensamientos, los comportamientos y las expectativas sexuales de los adolescentes. El trabajo, publicado en Media Psychology y dirigido por Deborah Fisher, ha contado con la participación de 1.012 jóvenes de entre 12 y 16 años.
Esta investigación alerta también de las consecuencias negativas que pueden tener algunas escenas sexuales para los jóvenes sin experiencia, sobre todo a la hora de exagerar los resultados positivos de las relaciones y cuando se omiten los mensajes sobre los riesgos potenciales, las precauciones y la responsabilidad. Estas representaciones que no son realistas pueden desembocar en actitudes y comportamientos de riesgo de los adolescentes, alertan los investigadores. En cambio, constatan que las escenas sexuales son positivas para los chicos y las chicas cuando son historias realistas, con personajes, por ejemplo, que toman medidas y luchan con las consecuencias negativas de las malas decisiones que han tomado.
En la misma línea está el estudio Presuming the influence of the media: teenagers’ constructions of gender identity through sexual/romantic relationships and alcohol consumption. Fruto del trabajo con grupos de discusión formados por adolescentes de entre 13 y 15 años, los autores concluyen que los medios de comunicación influyen sobre su concepción de las relaciones sexuales y románticas, en la medida que las toman como modelos de identidades de género.
PERSONAJES FEMENINOS HIPERSEXUALIZADOS
El libro mencionado anteriormente, El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores, también alerta de la hipersexualidad con la que se presentan algunos personajes femeninos, que son descritos con «connotaciones excesivamente sexuales». Las autoras advierten que este fenómeno puede llevar a los más jóvenes a sentirse «descontentos con sus cuerpos» y a acabar sufriendo trastornos alimentarios.
Para Gordóvil, estos contenidos audiovisuales son «transmisores de falsas creencias», puesto que vinculan el uso del cuerpo y de la imagen con determinados resultados en cuanto a la relación con las otras personas, tales como tener poder, éxito o control sobre los demás, a la vez que promueven el culto al cuerpo.
FOMENTAR LA CONCIENCIA CRÍTICA DESDE NIÑOS
«La falta de autoestima», añade Gordóvil, «ocurre si la valoración que hago de mí misma depende únicamente de mi imagen y no de lo que tengo dentro», aclara. Por eso es necesario «fortalecer el espíritu crítico» de lo que se ve desde muy niños. Según la psicóloga del centro GRAT, la escuela y la familia son los principales pilares para que los niños y los jóvenes crezcan con conciencia crítica y lleguen a la adolescencia con una buena base de autoestima. Revalorizar atributos de la personalidad de los niños y de los jóvenes más allá de lo físico es una herramienta de trabajo para los padres y los maestros que la psicóloga da.
Las autoras del libro El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores exponen la misma solución y sugieren que los profesores pueden tener un papel importante por medio de la alfabetización mediática. Concluyen que la escuela debe ayudar a los alumnos a «desarrollar un pensamiento crítico» a la hora de consumir estos contenidos y evitar así que lo hagan en un «estado letárgico».