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UNICEF: El año más frío del resto de su vida

El año más frío del resto de su vida

Proteger a la infancia frente al impacto creciente de las olas de calor

La crisis climática se está acelerando con rapidez, lo cual trae consigo olas de calor cada vez más prolongadas, intensas, extendidas y frecuentes. Cerca de 559 millones de niños ya están expuestos al aumento de la frecuencia de las olas de calor y casi 624 millones de niños están expuestos a otro de los tres indicadores del calor extremo: la larga duración de las olas de calor, la gran intensidad de las olas de calor o las temperaturas extremadamente altas.

El presente informe aporta aún más pruebas de que los niños y niñas están en la primera línea de la crisis climática.

Según las previsiones, en el año 2050 casi todos los niños y niñas del planeta –más de 2.000 millones– deberán soportar olas de calor más frecuentes, tanto si en dicha fecha el mundo alcanza un escenario de “bajas emisiones de gases de efecto invernadero” con un calentamiento estimado de 1,7 °C, como si se da un escenario de “emisiones muy elevadas de gases de efecto invernadero” con un calentamiento estimado de 2,4 °C.

Estas conclusiones subrayan la necesidad urgente de adaptar los servicios destinados a la infancia a medida que se revelan las inevitables consecuencias del calentamiento global. Asimismo, el informe defiende una mayor reducción de las emisiones con el fin de prevenir los peores efectos del resto de manifestaciones del calor extremo. Millones de niños más quedarán expuestos a olas de calor muy intensas y a temperaturas extremadamente altas, en función del grado de calentamiento global que se alcance. Para 2050, los niños de las regiones septentrionales enfrentarán los aumentos más drásticos en cuanto a intensidad de las olas de calor, mientras que, en África y Asia, casi la mitad de todos los niños y niñas estarán expuestos de manera constante a temperaturas extremadamente altas.

El calor es especialmente nocivo para la salud de los niños y afecta a su educación y su subsistencia futura. Los países deben actuar ahora para:

Proteger a la infancia frente a la devastación climática adaptando los servicios sociales.

Preparar a todos los niños y niñas para que puedan vivir en mundo con una nueva situación climática.

Priorizar a la infancia y los jóvenes a la hora de asignar financiación y recursos relacionados con el clima.

Prevenir una catástrofe climática reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para mantener el calentamiento global en 1,5 °C.

Casi todos los países están sufriendo olas de calor variables. Las acciones que cada gobierno emprenda ahora determinarán la supervivencia de quienes son los menos responsables de esta crisis: nuestros niños, niñas y jóvenes.

Autor: UNICEF

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/informes/el-ano-mas-frio-del-resto-de-su-vida

 

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UNICEF: #ReforzarLaInmunidad

#ReforzarLaInmunidad

Una campaña mundial para llegar a los niños y niñas que han dejado de recibir vacunas

Millones de niños y niñas en todo el mundo han dejado de recibir las vacunas de rutina durante la pandemia de COVID-19.

Como consecuencia de ello han reaparecido enfermedades que hasta ahora habían estado bajo control, tales como el sarampión, la poliomielitis o la difteria.

Ha llegado el momento de poner al día a estos niños y niñas con las vacunas que no han recibido y #ReforzarLaInmunidad para protegerlos a ellos, así como a sus familias y a sus comunidades.

El problema

Durante la pandemia de COVID-19, hemos asistido al mayor retroceso continuado de las tasas de vacunación infantil en una generación.

Durante la pandemia de COVID-19, casi 67 millones de niños y niñas dejaron de recibir las vacunas de rutina que los mantienen a salvo de enfermedades mortales.

Este retroceso se produjo debido a la incapacidad de los programas de vacunación sistemática para llegar a tantos niños y niñas como antes. Con la pandemia se interrumpieron los servicios sanitarios, se cerraron los centros médicos y se paralizaron las importaciones y exportaciones de viales, jeringuillas y otros suministros médicos. Por su parte, las familias se vieron afectadas por los confinamientos y no podían desplazarse con facilidad, al tiempo que se daba prioridad a los recursos financieros y al personal médico en la respuesta frente al COVID-19.

En estos momentos estamos viviendo las predecibles consecuencias de todo ello. Algunas enfermedades que pueden prevenirse con vacunación, como el cólera, el sarampión y la poliomielitis, están irrumpiendo justo en los países donde los niños y las niñas no han sido vacunados.

La solución

Existe una solución. Las campañas de vacunación de rescate a gran escala son una opción inmediata para proteger a los niños y niñas que no han recibido sus dosis en años anteriores.

Se trata de un primer paso importante para ayudar a las comunidades y a los sistemas sanitarios a recuperarse de la conmoción provocada por la pandemia. Las vacunas protegen a las familias y a las comunidades —a todos, en definitiva— de brotes epidémicos capaces de traspasar las fronteras nacionales, sobrecargar los sistemas sanitarios y paralizar nuestras economías y sociedades, tal y como tuvimos ocasión de ver durante la pandemia de COVID-19.

El trabajador de la salud Ghada Ali Obaid vacuna a Aheen Fahd, de 5 años, durante una campaña de vacunación contra la polio en Yemen.

Llamamiento a la acción de UNICEF

Los países con un elevado número de niños y niñas que no recibieron algunas o todas las vacunas sistemáticas durante la pandemia deben reasignar fondos y restablecer la inmunidad.

  • Reasignar fondos. El dinero sobrante de la respuesta a la COVID-19 se encuentra todavía en fondos nacionales, regionales y mundiales. Dichos fondos deben reasignarse urgentemente y canalizarse hacia actividades de inmunización sistemática, empezando por aquellos países con el mayor número de niños y niñas que no han recibido vacunas.
  • Restaurar la inmunidad. Los gobiernos deben dar prioridad y comprometerse a atender a los niños y niñas que no han recibido vacunas a través de campañas de vacunación de rescate destinadas a restablecer su inmunidad, acabar con las muertes infantiles evitables y prevenir nuevos brotes epidémicos. Se trata de un primer paso importante en lo que debería ser un plan a largo plazo destinado a retomar los esfuerzos en materia de vacunación tras la pandemia y reforzar la atención primaria de salud.

 

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UNICEF: Seis violaciones graves de los derechos de la infancia en tiempos de guerra

Seis violaciones graves de los derechos de la infancia en tiempos de guerra

Así es como los niños se han convertido en el principal objetivo de los conflictos armados

Asesinatos, mutilaciones, secuestros, violencia sexual, reclutamiento en grupos armados y ataques a escuelas, hospitales e instalaciones de agua esenciales: los niños que viven en las zonas de conflicto de todo el mundo siguen sufriendo ataques a una escala aterradora.

Para monitorear, prevenir y frenar con mayor eficacia los ataques contra los niños, el Consejo de Seguridad de la ONU identificó y condenó las siguientes seis violaciones graves contra los derechos de la infancia en tiempos de guerra: el asesinato y la mutilación de niños; el reclutamiento y el uso de niños por parte de fuerzas y grupos armados; los ataques a escuelas y hospitales; las violaciones y otros actos de violencia sexual contra los niños; y la denegación a los niños de acceso a la ayuda humanitaria.

El derecho internacional humanitario obliga a las fuerzas y grupos armados a tomar medidas para proteger a los civiles, incluidos los niños, que son especialmente vulnerables en tiempos de guerra.


Leer: 25 años de conflictos armados y la infancia: Actuar para proteger a los niños y niñas en la guerra


 

Mali. Una niña desplazada se apoya en una muleta para caminar.
UNICEF/UN0332638/Rose
Una niña camina con una muleta en un campo de desplazados en Sévaré, Mali.

1. El asesinato y la mutilación de niños se producen cuando los niños son el objetivo directo o indirecto de los ataques, y puede incluir acciones como la tortura. La muerte y la mutilación de niños pueden producirse como consecuencia del fuego cruzado, las minas, las municiones de racimo, los artefactos explosivos improvisados u otros dispositivos, o en el contexto de operaciones militares, demoliciones de casas, campañas de búsqueda y captura o atentados suicidas.

Por todas estas razones, el uso de armas explosivas, especialmente en zonas pobladas, sigue teniendo un efecto devastador sobre los niños. Solo en 2020, por lo menos el 47% de todas las víctimas infantiles lo fueron debido a las armas explosivas y los restos explosivos de guerra. Entre 2005 y 2022 se confirmaron más de 120.000 casos de niños muertos o mutilados en conflictos armados.

Dos niños ex soldados se abrazan
UNICEF/UN0202141/Rich
Dos niños participan en una ceremonia para liberar a niños de las filas de grupos armados en Yambio, Sudán del Sur.

2. El reclutamiento y el uso de niños por parte de fuerzas y grupos armados se refiere al reclutamiento o alistamiento forzoso o voluntario de niños en cualquier tipo de fuerza o grupo armado. Los niños siguen siendo reclutados y utilizados por las partes en conflicto a un ritmo alarmante. Las fuerzas y grupos armados reclutan a niñas y niños para que desempeñen diversas funciones, como combatientes, cocineros, porteadores, mensajeros y espías, o para explotarlos sexualmente.

Entre 2005 y 2022 se han confirmado más de 105.000 casos de niños reclutados y utilizados por grupos de beligerantes, pero es probable que el número real de casos sea mucho mayor. Los Grupo de Tareas de las Naciones Unidas en el país sobre vigilancia y presentación de informes, o sus equivalentes, han confirmado el reclutamiento y el uso de al menos 1.000 niños por país en al menos 15 países durante este periodo.

Un grupo de niños en un salón de clases
UNICEF/UN0300571/Filippov
Una niña mira hacia arriba en un salón de clases en el este de Ucrania.

3. Los ataques a escuelas y hospitales implican el ataque a instalaciones educativas o médicas con el objetivo de destruirlas parcial o totalmente. Las escuelas y los hospitales deben ser espacios protegidos donde los niños se sientan seguros, incluso en tiempos de conflicto. Sin embargo, los repetidos ataques a estas instalaciones ponen de manifiesto el impacto catastrófico de los conflictos armados sobre los derechos de los niños, incluidos los de la educación y la salud.

Entre 2005 y 2022, las Naciones Unidas confirmaron más de 16.000 incidentes, entre los que se incluyen ataques directos o indiscriminados contra instalaciones educativas y sanitarias y personas protegidas, como estudiantes y niños hospitalizados y personal médico y escolar.

Estos ataques no sólo ponen en peligro la vida de los niños, sino que también interrumpen su aprendizaje y limitan su acceso a la atención médica, lo que puede tener efectos permanentes en su educación, sus perspectivas económicas y su salud en general.

Una niña presiona su mano contra la malla de alambre de una ventana en Nigeria.
UNICEF/Kokic
Una niña presiona su mano contra la malla de alambre de una ventana en Nigeria.

4. La violación y otros tipos de violencia sexual contra los niños también incluyen la esclavitud sexual o la trata de personas, la prostitución forzada, la esterilización, el embarazo o el matrimonio forzados, o la explotación o el abuso sexual de los niños. En algunos casos, la violencia sexual se utiliza intencionadamente para humillar a la población u obligar a las personas a abandonar sus hogares.

Entre 2005 y 2022, las partes beligerantes violaron, casaron a la fuerza, explotaron sexualmente y perpetraron otras formas graves de violencia sexual contra al menos 16.000 niños y niñas. Sin embargo, debido al estigma asociado con la violación y la violencia sexual en muchos lugares, los casos de niños víctimas de violencia sexual en los conflictos no se denuncian con la frecuencia suficiente. La violencia sexual afecta de forma desproporcionada a las niñas. Entre 2016 y 2020, las niñas representaron el 97% de los casos.

Un niño mira por una ventana en Sudán del Sur
NICEF/UN0202117/Rich
Un niño que fue secuestrado por un grupo armado mira por la ventana de un centro de cuidado infantil apoyado por UNICEF después de ser liberado en Sudán del Sur.

5. El secuestro de niños y niñas se refiere a la captura, la detención o la desaparición forzada de un niño, ya sea temporal o permanentemente. Tanto si es intencionadamente violento como si se trata de ejercer represalias, de infundir miedo a la población o de reclutar por la fuerza o explotar sexualmente a los niños, el secuestro es una de las violaciones más extendidas que se cometen contra los niños en situaciones de conflicto armado.

Entre 2005 y 2022, se confirmó que al menos 32.500 niños fueron secuestrados por las partes en conflicto. Los varones representan las tres cuartas partes de los secuestros de niños confirmados. Sin embargo, las niñas también corren el riesgo de ser secuestradas, especialmente con fines de violencia y explotación sexual. En muchos casos, los niños secuestrados son también víctimas de otras violaciones graves, como asesinatos, mutilaciones, violencia sexual o reclutamiento por parte de grupos armados. También pueden ser retenidos como rehenes o detenidos arbitrariamente.

Municiones sin detonar en el este de Ucrania.
UNICEF/UNI200697/Filippov
Municiones sin detonar en un suburbio de Donetsk, en el este de Ucrania.

6. La denegación del acceso humanitario a los niños es la obstrucción y privación intencionada por parte de los beligerantes de la asistencia humanitaria esencial para la supervivencia de los niños, impidiendo incluso que los agentes humanitarios u otros agentes pertinentes accedan a los niños afectados por situaciones de conflicto armado y les presten asistencia.

Las Naciones Unidas han confirmado al menos 14.900 incidentes de denegación de acceso humanitario a los niños entre 2005 y 2020; el 80% de estos casos verificados se produjeron entre 2016 y 2020, lo que subraya la necesidad de aumentar los esfuerzos para documentar y verificar estos incidentes. Las partes en conflicto suelen negar a los agentes humanitarios el acceso a los necesitados o tratan de evitar que la ayuda no llegue a la población civil.  También se niega la ayuda a los civiles cuando los trabajadores humanitarios son un objetivo de guerra o se les considera una amenaza.

Entre 2005 y 2022 se han confirmado más de 315.000 casos de violaciones graves contra los niños cometidas por las partes en conflicto en más de 30 conflictos de África, Oriente Medio y América Latina. El número real es sin duda mucho mayor, ya que las dificultades de acceso y seguridad, así como los sentimientos de vergüenza, dolor y miedo de las supervivientes, impiden a menudo la denuncia, documentación y confirmación de estas violaciones.

Qué hace UNICEF

Un niño refugiado sirio sostiene una caja de suministros de UNICEF en el Líbano
UNICEF/UN0326770
Un niño refugiado sirio sostiene una caja de suministros de UNICEF en el Líbano.

UNICEF y sus aliados siguen proporcionando atención y protección a los niños que viven en situaciones de guerra, abogando en su nombre y comprometiéndose con todas las partes en conflicto para garantizar que se respeten sus derechos. Además de proporcionar asistencia de emergencia y a largo plazo a los niños, UNICEF y sus aliados también han ofrecido formación en materia de protección de la infancia a funcionarios gubernamentales y a los componentes de las partes beligerantes, y han concienciado a los gobiernos, las comunidades y las familias sobre los riesgos a los que se enfrentan los niños en los conflictos armados.

Sin embargo, se necesita una presión pública y política sostenida para garantizar que los niños dejen de ser el objetivo de la guerra. Por este motivo, UNICEF ha hecho un llamamiento a la acción para proteger a los niños en situaciones de conflicto. Lea el Programa de Acción para la Protección de los Niños en los Conflictos Armados de UNICEF.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/historias/ninos-en-la-mira-seis-graves-violaciones-contra-ninos-en-tiempos-de-guerra

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UNICEF: El número de niños y niñas desplazados alcanza un nuevo máximo de 43,3 millones

El número de niños y niñas desplazados alcanza un nuevo máximo de 43,3 millones

Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, UNICEF advierte que el creciente número de desplazados pone de manifiesto la incapacidad del mundo para hacer frente a las causas de los desplazamientos y ofrecer soluciones para los niños en tránsito

Sashko, de 6 años, de la ciudad de Ukrainka, camina hacia la frontera entre Ucrania y Eslovaquia.

NUEVA YORK, 14 de junio de 2023 – A finales de 2022, una cifra sin precedentes de 43,3 millones de niños y niñas vivía en situación de desplazamiento forzado, muchos de ellos durante toda su infancia, según estimaciones de UNICEF.

El número de niños y niñas desplazados forzosamente de sus hogares se duplicó en la última década a pesar de los esfuerzos para incluir y proteger a todos aquellos que se encuentran refugiados o están internamente desplazados. La guerra en Ucrania ha obligado a más de 2 millones de niños y niñas ucranianos a huir del país y ha desplazado a más de 1 millón dentro de Ucrania.

“Durante más de una década, el número de niños y niñas que se ven obligados a huir de sus hogares ha aumentado a un ritmo alarmante, y nuestra capacidad mundial de respuesta sigue sometida a una gran presión”, declaró Catherine Russell, Directora Ejecutiva de UNICEF. “El aumento es un reflejo de los conflictos, crisis y desastres climáticos que se producen de manera constante en todo el mundo. Pero también pone de manifiesto la insuficiente respuesta de muchos gobiernos para garantizar que todos los niños y niñas refugiados y desplazados internos puedan seguir aprendiendo, mantenerse sanos y desarrollar todo su potencial”.

De los 43,3 millones de niños y niñas que tuvieron que huir de sus hogares por la fuerza a finales de 2022, casi el 60% (25,8 millones) habían quedado desplazados internamente debido a los conflictos y la violencia. El número de niños y niñas refugiados y solicitantes de asilo alcanzó los 17,5 millones, una cifra también sin precedentes que ni siquiera incluye a los nuevos desplazados en 2023 por el conflicto en Sudán, entre otros. UNICEF calcula que hasta la fecha más de 940.000 niños y niñas han tenido que desplazarse a causa de un conflicto. Además, los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones en Pakistán y la sequía en el Cuerno de África, provocaron otros 12 millones de desplazamientos de niños y niñas a lo largo de 2022.

De todos los desplazados internos y refugiados, los niños y niñas suelen estar entre los más vulnerables. A muchos se les niega el acceso a la educación y la atención de la salud, no reciben la vacunación sistemática y no pueden acceder a la protección social.

Para muchos niños y niñas, el desplazamiento es cada vez más prolongado. La mayoría de los que están desplazados hoy en día suelen pasar en esa situación toda su infancia. Además, se prevé que los desplazamientos inducidos por el clima aumenten rápidamente si no se toman medidas urgentes para mitigar el calentamiento global y preparar a las comunidades que viven más expuestas a la crisis climática.

“Se necesita una mayor voluntad política para abordar las causas de los desplazamientos y ofrecer soluciones a largo plazo para los niños y niñas que se desplazan”, afirmó Russell. “El número sin precedentes de niños y niñas refugiados, migrantes y desplazados –una población mundial que es casi la misma de Argelia, Argentina o incluso España– exige una respuesta acorde. Hemos comprobado que se produce un cambio sostenido cuando los gobiernos invierten adecuadamente en la inclusión de los niños y las familias desplazadas. Si trabajamos juntos podemos lograr que sigan aprendiendo y mantenerlos seguros, sanos y protegidos”.

UNICEF pide a los gobiernos que tomen las medidas siguientes para no dejar a ningún niño ni niña atrás:

  • Reconocer a los niños y niñas refugiados, migrantes y desplazados como niños y niñas ante todo, con derechos a la protección, la inclusión y la participación
  • Proporcionar vías seguras y legales para que los niños y niñas se desplacen, soliciten asilo y se reúnan con sus familias
  • Garantizar que no se detiene a ningún menor de edad debido a su situación migratoria ni se le devuelve sin garantías, a menos que se haya determinado que la devolución responde a su interés superior
  • Reforzar los sistemas nacionales de educación, sanidad, protección de la infancia y protección social para incluir sin discriminación a los niños y niñas desplazados
  • Invertir en sistemas nacionales de protección de la infancia para atender mejor a los niños y niñas que se desplazan y corren el riesgo de sufrir actos de explotación y de violencia, en particular los que no están acompañados
  • Escuchar a los niños y niñas desplazados e implicarlos de forma significativa en la búsqueda de soluciones sostenibles e integradoras que puedan ayudarles a desarrollar todo su potencial.

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Notas para los editores:

* Esta cifra incluye a solicitantes de asilo, refugiados y personas en situación similar a la de refugiado bajo mandato del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y los refugiados palestinos registrados en el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, así como a los niños y niñas que se encuentran entre “otras personas necesitadas de protección internacional”, según informa por separado el ACNUR.

Las estimaciones sobre el número de desplazamientos internos de niños y niñas como consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos se basan en los datos comunicados por el Centro para el Monitoreo del Desplazamiento Interno.

UNICEF preside la Secretaría de la Alianza Internacional de Datos para los Niños en Movimiento, que coordina los esfuerzos mundiales para mejorar la disponibilidad y la calidad de los datos con el fin de mejorar los resultados para los niños y niñas en tránsito. Más información aquí.

Contactos de prensa

Tess Ingram
UNICEF Nueva York
Teléfono: +1 934 867 7867
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/numero-ninos-desplazados-alcanza-nuevo-maximo-43-millones

 

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UNICEF: Niños en la mira

Niños en la mira

Los niños son víctimas de conflictos en todo el mundo. No podemos aceptar esto como una «nueva normalidad»

Los ataques contra los niños siguen produciéndose de manera incesante en todo el mundo. El número de países en los que hay conflictos violentos activos es el más alto de los últimos 30 años. Como resultado de esos conflictos, más de 30 millones de niños han tenido que desplazarse. Muchos de ellos son víctimas de la esclavitud, la trata, el abuso y la explotación. Otros viven en un limbo jurídico, ya que carecen de un estatus migratorio oficial y no tienen acceso a la educación ni a la atención de la salud. Desde Afganistán hasta Malí, Sudán del Sur, Yemen y otros países, las partes beligerantes están desobedeciendo una de las normas de guerra más básicas: la protección de la infancia.

Los niños se han convertido en el blanco de primera línea. Esta es una crisis moral de nuestra era, y en ningún caso podemos considerarla la “nueva normalidad”.

Con el fin de mejorar la supervisión, así como prevenir y poner fin a los ataques contra los niños, el Consejo General de las Naciones Unidas ha distinguido y condenado seis violaciones graves contra los niños en tiempos de guerra: el asesinato y la mutilación de niños; el reclutamiento o la utilización de niños en fuerzas y grupos armados; los ataques contra escuelas y hospitales; las violaciones y otras formas graves de violencia sexual; el secuestro de niños; y la prohibición del acceso de la asistencia humanitaria para los niños.

Entre 2005 y 2022, se verificaron más de 315.000 violaciones graves cometidas contra los niños por parte de las facciones beligerantes en más de 30 situaciones de conflicto en África, Asia, Oriente Medio y América Latina. Sin lugar a dudas, la cifra real es mucho más alta.

No más ataques contra los niños

Lo que necesitan los niños para crecer bien es que haya paz. Es fundamental para ellos que se redoblen los esfuerzos para poner fin a los conflictos armados actuales, aparentemente incesantes. Sin embargo, los niños no pueden estar esperando a que llegue esa protección: mientras las guerras continúan, jamás debemos aceptar los ataques contra niños.

Treinta años después de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño y 70 años después de los cuatro Convenios de Ginebra (la base internacional jurídica de la protección de civiles en tiempos de guerra), ha llegado la hora de decir “¡Basta! Basta de atacar a los niños”.

Lo que podemos hacer para lograr el cambio:

Los ciudadanos de todo el mundo pueden empezar por no apartar la mirada del sufrimiento de los niños, ya sea porque les parece muy lejano o porque la política del conflicto es demasiado compleja.

Debemos insistir a los dirigentes nacionales e internacionales en que proteger a los niños durante conflictos armados es la piedra angular de una humanidad compartida.

Hemos de exigir un liderazgo que esté preparado para tomar medidas con el fin de prevenir ataques y violencia contra los niños atrapados en zonas de guerra.

Los gobiernos y todas las partes beligerantes de los países asolados por conflictos deben actuar para cumplir con sus obligaciones para proteger a los niños y permitir el acceso a servicios de respuesta especializados para niños afectados por la violencia.

Es necesario ayudar a las comunidades de zonas afectadas por conflictos a crear entornos protectores para niñas y niños.

Los gobiernos que apoyan o tienen influencia en las partes beligerantes deben usar toda esa influencia para asegurarse de que los niños reciben la protección que dictan las normas de derecho internacional.

Instituciones de seguridad y paz internacional como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y organizaciones regionales pueden hacer más para priorizar la seguridad y el bienestar de los niños atrapados en conflictos armados.

La comunidad internacional puede esforzarse más para promover programas dedicados a proteger a los niños contra la violencia, abuso y explotación y prestar los servicios necesarios para ayudar a los niños a superar conflictos con la esperanza de un futuro mejor.

Si protegemos a los niños de los ataques en conflictos armados, mantendremos viva la esperanza y comenzaremos a prepararlos para construir futuros pacíficos para sí mismos y para sus países. Si actuamos juntos, podremos lograr que los ataques contra los niños dejen de ser algo normal y preservar la humanidad.

Los niños no pueden esperar. Debemos actuar de inmediato.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/ninos-en-la-mira

 

 

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UNICEF: Cómo abordar el acoso con la escuela de tu hijo

Cómo abordar el acoso con la escuela de tu hijo

Consejos para madres y padres

El equipo directivo de la escuela y los profesores son aliados importantes para prevenir y abordar el acoso. El acoso suele producirse en las clases y en los pasillos de la escuela, donde los profesores y administradores pueden intervenir. Además, la clase es el lugar ideal para educar a los niños acerca del acoso, hablarles sobre el daño que puede ocasionar y crear una cultura de respeto e inclusión. Las siguientes propuestas te pueden servir de ayuda para trabajar con la escuela de tu hijo para abordar el acoso:

Conoce tus derechos

Los niños tienen derecho a ir a la escuela y aprender en un entorno seguro. Las escuelas y profesores desempeñan un papel importante en la protección de los niños. Los adultos que dirigen centros educativos o trabajan en ellos tienen el deber de crear entornos que respalden y promuevan la dignidad, el desarrollo y la protección de los niños.

Estos derechos están escritos de manera explícita en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. La Convención dicta que la educación debe respetar la dignidad de los niños y su derecho a participar en la vida escolar. También pide que se tomen medidas para proteger a los niños contra todas las formas de violencia física, sexual o mental.

El primer paso es la prevención

¿Cómo puedo trabajar con la escuela de mi hijo para prevenir el acoso?

Las clases, reuniones y/o programas educativos específicos han demostrado ser medidas de prevención efectivas para reducir el acoso en las escuelas. Estos son algunos consejos para hablar con el profesor de tu hijo para empezar por la prevención:

  1. Establece relaciones con los empleados de la escuela. Conoce al profesor de tu hijo y a otros adultos que desempeñen funciones de liderazgo en la escuela para fomentar la confianza e iniciar un diálogo. Hazles saber que quieres trabajar con ellos para fomentar una cultura contra el acoso.
  2. Encuentra a otras madres y padres con la misma mentalidad. Crear o unirte a un grupo de madres y padres, una asociación de madres, padres y profesores o a un comité de seguridad en la escuela puede ayudarte a definir un espacio para compartir recursos e inquietudes con los profesores y el equipo directivo de la escuela.
  3. Participa como voluntario. Busca otros ámbitos de la escuela en los que puedas contribuir a crear una atmósfera positiva, como actividades extracurriculares o eventos escolares.
  4. Pregunta por la capacitación para profesores y estudiantes. Una buena forma de enseñar a los niños qué es el acoso y cómo prevenirlo es a través de planes de estudio y programas educativos, que pueden ampliarse para abarcar también la alfabetización digital y el comportamiento seguro en Internet. Así, los estudiantes podrán aprender a mejorar sus habilidades emocionales, crear entornos inclusivos y saber actuar si se es testigo de un caso de acoso.

La respuesta al acoso

¿Cómo puedo trabajar con la escuela de mi hijo si está siendo víctima de acoso?
  1. Investiga. Averigua si la escuela cuenta con políticas o mecanismos de respuesta para el acoso. Asegúrate de que existen sistemas de apoyo tanto para tu hijo como para el perpetrador.
  2. Permite que la escuela tome medidas. Deja que la escuela asuma la responsabilidad de abordar el acoso atendiendo a sus propias reglas y normativas.
  3. Habla con consejeros escolares. Si la escuela de tu hijo tiene un consejero, cuéntale la experiencia de tu hijo para decidir la mejor forma de abordarlo.
  4. Pregunta por la capacitación. Trabaja con la escuela para crear un equipo de adultos y profesores capacitados para identificar y abordar todos los tipos de acoso, incluido el ciberacoso.
    ¿Cómo puedo trabajar con la escuela si es mi hijo quien está acosando a otros?
    1. Trabaja con la escuela para determinar las consecuencias. Si un niño que acosa no es reprendido por sus acciones, pensará que no habrá consecuencias si lo vuelve a hacer en el futuro. Habla con la escuela para decidir las consecuencias más adecuadas para tu hijo, de manera proporcionada a la gravedad de sus actos. La disciplina siempre debe ser inmediata, no violenta y centrada en corregir el comportamiento y la rehabilitación (no en la humillación ni el castigo)
    2. Habla con los consejeros de la escuela. Si en la escuela hay un consejero, organiza una reunión para hablar sobre el comportamiento de tu hijo. También podría servir de ayuda una reunión personal entre tu hijo y el consejero.

Toma medidas

Además de ser un apoyo para tu hijo y trabajar con las escuelas locales para lograr que se conviertan en lugares seguros para los estudiantes, también puedes colaborar con los legisladores locales o nacionales con el fin de cambiar políticas para prevenir y abordar el acoso.

Fuente de la Información:

https://www.unicef.org/es/end-violence/como-abordar-acoso-escuela-hijo

 

 

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UNICEF – La Infancia en Peligro: Máximo riesgo en el Sahel central

La Infancia en Peligro: Máximo riesgo en el Sahel central

Millones de niños y niñas necesitan ayuda humanitaria en medio de un conflicto armado cada vez más intenso y una crisis climática extrema

El Sahel lleva mucho tiempo siendo una de las regiones más vulnerables de África, pero los conflictos armados y la intensificación de los enfrentamientos militares se han convertido en una importante amenaza para las vidas y los medios de subsistencia de los niños y niñas del Sahel central, además de impedir su acceso a los servicios y suponer un grave peligro para su futuro.

En medio de una espiral de violencia encarnizada, los grupos armados no estatales que operan en amplios sectores de Malí y Burkina Faso, y cada vez más en Níger, han convertido a los niños y niñas en un blanco directo. Cientos de niños han sido secuestrados en los tres países, muchos de ellos niñas.

Desde 2021, los grupos armados no estatales han destruido las reservas de alimentos de una de las regiones más afectadas por el hambre y la malnutrición del planeta. Algunos grupos armados se oponen a la educación que gestiona el Estado, por lo que queman y saquean las escuelas, y amenazan, secuestran o asesinan a los maestros. En ese contexto, las operaciones de seguridad nacional contra los grupos armados han conllevado un gran número de muertes, lesiones y detenciones de niños y niñas, así como graves daños a muchas escuelas y hospitales en los tres países.

La inseguridad y los desplazamientos se están extendiendo más allá de las fronteras del Sahel central y están llegando a comunidades remotas con pocas infraestructuras y escasos recursos, donde los niños y las niñas ya tienen un acceso muy limitado a los servicios que necesitan para sobrevivir y recibir protección. La región que sufre esta situación es además una de las más afectadas por el cambio climático y la escasez de agua del mundo.

Esta crisis exige reforzar la respuesta humanitaria de inmediato, pero también requiere una inversión flexible y a largo plazo con vistas a lograr un desarrollo sostenible que contribuya a la consolidación de la paz dentro de estas comunidades, en especial para los niños y las niñas. Afrontar las causas subyacentes, fortalecer los servicios sociales y anticipar las crisis puede ayudar a los países a construir sociedades resilientes con una sólida cohesión social, donde los niños y las niñas puedan disfrutar de sus derechos y desarrollar todo su potencial.

Benín. Dos hermanos sentados al frente a su casa en Tanguieta, en el norte de Benin.

¿Qué está ocurriendo en el Sahel central?

Los niños y las niñas se encuentran atrapados en medio de los grupos armados, las operaciones de seguridad nacional y la violencia entre las comunidades, y se han convertido en un blanco directo para los grupos armados no estatales que operan en amplias zonas de la región. El año 2022 fue especialmente violento para los niños y niñas del Sahel central. Casi con total seguridad, fue el año más mortífero desde que estalló el conflicto armado en el norte de Malí hace más de una década.

En los primeros años de la crisis, los grupos armados centraban sus ofensivas en las infraestructuras y el personal de seguridad, y no solían atacar a los niños y a los civiles. Ahora, sus tácticas muestran que el objetivo real de muchos de esos grupos armados es infligir a las comunidades el máximo número de muertes y de sufrimiento. Además, las partes en conflicto se aprovechan de las rivalidades étnicas que enfrentan a las comunidades.

La inseguridad generalizada ha dado lugar a la aparición de grupos de autodefensa comunitarios, algunos de ellos apoyados por los gobiernos, y de otras milicias que consideran a los niños varones como adultos capaces de manejar armas. Para los grupos armados, esos grupos de autodefensa cuentan con el apoyo de sus comunidades, por lo que atacan sin distinción a los combatientes y a los civiles, lo que incluye a los niños y a las niñas.

¿A cuántas personas afecta esta crisis?

Diez millones de niños y niñas del Sahel central necesitan ayuda humanitaria. El conflicto armado ha obligado a cerca de 2,7 millones de personas a huir de sus tierras y a refugiarse en campamentos de desplazados o en comunidades de acogida vulnerables en los tres países. En Burkina Faso, en los primeros nueve meses de 2022 se registraron tres veces más muertes infantiles que en el mismo periodo de 2021, según datos de la ONU.

La inseguridad y los desplazamientos también se están extendiendo al otro lado de las fronteras del Sahel central, lo que pone en peligro a casi cuatro millones de niños y niñas en cuatro países costeros de África Occidental: Benin, Côte d’Ivoire, Ghana y Togo.

Una crisis marcada por los ataques contra las infraestructuras…

Burkina Faso. Una niña toma agua de un grifo en un parque infantil en Burkina Faso.

Una niña toma agua de un grifo en un parque infantil en Burkina Faso.

En Burkina Faso, los ataques incluyen el sabotaje de las redes de abastecimiento de agua (mediante cortes en el tendido eléctrico y destrucciones de generadores o cuadros eléctricos en las estaciones de bombeo que alimentan los sistemas urbanos de abastecimiento de agua) y la destrucción de las bombas manuales de agua y las instalaciones de almacenamiento. Las mujeres que se dirigen a los puntos de abastecimiento de agua sufren las amenazas de hombres armados que lanzan disparos de advertencia, y los puntos de agua están envenenados con combustible o cadáveres de animales.

…y contra la educación

Un niño escribe en una pizarra en Níger.

Algunos grupos armados se oponen a la educación que gestiona el Estado, por lo que queman y saquean las escuelas y amenazan, secuestran o asesinan a los maestros. En 2022, más de 8.300 escuelas habían cerrado en el Sahel central porque se habían convertido en un blanco directo de los ataques, porque sus maestros habían huido o porque los progenitores se habían visto obligados a desplazarse o estaban demasiado asustados para enviar a sus hijos a la escuela. En Burkina Faso, más de una de cada cinco escuelas han debido cerrar, y un 30% de las escuelas de la región de Tillaberi, en Níger, ya no funciona debido a la inseguridad.

Sin acceso a la educación, toda una generación de niños y niñas que vive en medio de los conflictos en África Occidental y Central crecerá sin las competencias necesarias para desarrollar plenamente su potencial, desempeñar el papel que les corresponde dentro de sus familias y comunidades y participar en el desarrollo de sus países y economías.

El cambio climático es el origen de numerosas crisis

Mujeres y niños recogen agua en Tougbo, en el norte de Costa de Marfil.

Mujeres y niños recogen agua en Tougbo, en el norte de Côte d’Ivoire.

El Sahel central es una de las regiones del planeta más afectadas por el cambio climático y la escasez de agua. Allí, con respecto a la media mundial, las temperaturas aumentan a una velocidad 1,5 veces mayor. Los niveles freáticos han descendido y es necesario perforar pozos hasta dos veces más profundos que hace una década. La contaminación por plástico, la urbanización creciente y la proliferación de superficies de asfalto y cemento impiden que el agua penetre en el suelo.

Al mismo tiempo, las lluvias se han vuelto más irregulares e intensas, lo que provoca inundaciones que reducen el rendimiento de los cultivos y contaminan las ya escasas reservas de agua. Estas condiciones dan lugar al agravamiento de enfermedades como la neumonía. El cambio climático arrebata a las familias sus medios de subsistencia, y en algunos casos también sus vidas.

Es hora de acabar con esta situación

Una niña saluda en un sitio para desplazados internos en Burkina Faso.

Una niña saluda en un sitio para desplazados internos en Burkina Faso.

UNICEF insta a los gobiernos del Sahel central y de los países costeros afectados, así como a los aliados técnicos y financieros, a centrarse en ampliar el acceso a los servicios y a la protección para avanzar hacia la paz y la seguridad. Sus medidas deben incluir el refuerzo de las capacidades de los trabajadores locales, que son los primeros en responder durante las crisis y los que tienen más posibilidades de llegar a los niños y niñas, incluso en las zonas de difícil acceso.

También es necesario prestar apoyo a los servicios comunitarios de nutrición, salud, protección de la infancia y agua, saneamiento e higiene, con acciones que incluyan la preparación para situaciones de emergencia y la capacitación. Asimismo, se debe mejorar la calidad y la disponibilidad de la educación, la formación y las oportunidades para generar ingresos, pues son esenciales para proteger a los adolescentes y evitar estrategias de adaptación y supervivencia nocivas, como la explotación sexual, el trabajo peligroso, el matrimonio infantil, la migración forzada y el reclutamiento en grupos armados.

La respuesta de UNICEF

Un niño entra a una escuela en Kaya, en la región norte central de Burkina Faso.

Un niño entra a una escuela en Kaya, en la región norte central de Burkina Faso.

UNICEF disfruta de una amplia presencia operativa en Burkina Faso, Malí y Níger, ya que cuenta con cerca de 600 empleados que trabajan en las tres oficinas nacionales y 12 suboficinas, algunas de ellas situadas en las zonas más inestables. El apoyo de UNICEF se centra en las siguientes prioridades:

  • Garantizar la continuidad de los servicios. En 2022, en colaboración con aliados locales, la oficina de UNICEF en Malí vacunó contra el sarampión a más de 385.000 niños y niñas, mientras que en Níger, UNICEF y sus asociados proporcionaron tratamientos vitales a más de 400.000 niños y niñas gravemente desnutridos. En Burkina Faso, UNICEF ofreció apoyo en materia de educación y preparación para la vida a más de 740.000 niños y niñas sin escolarizar a través de programas formales e informales, como la educación por radio.
  • Reforzar la protección de los niños y niñas afectados por el conflicto armado. Junto a sus aliados, UNICEF ofrece cuidados intensivos de varios meses a los niños liberados de los grupos armados o que han sufrido otras violaciones de sus derechos, además de apoyo para facilitar la reintegración en sus familias y comunidades. Además, a los niños y niñas separados y no acompañados se les reúne con sus familias o se les proporciona el cuidado alternativo adecuado.
  • Implicar a la juventud y dotarla de las competencias necesarias para mejorar su bienestar, aumentar sus posibilidades de empleo y construir la paz en sus comunidades. En Benin, por ejemplo, más de 4.700 adolescentes que viven en las zonas fronterizas del norte recibieron formación para intervenir como educadores entre iguales y ofrecer información fiable sobre el matrimonio infantil y los embarazos precoces, el acoso y los abusos sexuales, así como recursos sobre dónde buscar ayuda.
  • Distribuir suministros vitales en las zonas de difícil acceso. En 2022, por ejemplo, la oficina de UNICEF en Níger llevó suministros de emergencia a más de 60.000 personas desplazadas por la inseguridad o las inundaciones.

Puntos destacados

Los conflictos armados afectan cada vez más a los niños y niñas del Sahel central, y la intensificación de los enfrentamientos militares está poniendo sus vidas y su futuro en situación de máximo riesgo. A medida que las tácticas de los combatientes se vuelven más brutales,los niños se han convertido el blanco directo de los grupos armados no estatales que operan en una amplia franja de Malí y Burkina Faso y, cada vez con mayor frecuencia, en el Níger.

Autor
UNICEF
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/informes/la-infancia-en-peligro-maximo-riesgo-en-el-sahel-central

 

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