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Ayotzinapa: padres de los 43 normalistas exigen al gobierno facilitar labores de la CIDH.

América del Norte/México/01.11.2016/Autor y Fuente:http://www.nodal.am/

Padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos desde hace 25 meses, emplazaron a la Cámara de Diputados a emitir un exhorto al Gobierno federal para permitir las labores de los integrantes del Mecanismo de Seguimiento, implementado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para supervisar las indagatorias abiertas por este caso.

“Pedimos que la Cámara de Diputados pueda exigir al Gobierno Federal y a la PGR que brinden las facilidades para que el Mecanismo de Seguimiento pueda de una vez por todas realizar su trabajo”, indicó Vidulfo Rosales, abogado de los familiares.

El litigante resaltó que el protocolo, diseñado por la CIDH, es una aportación de los padres para “revertir la impunidad histórica, que prevalece en nuestro país”.

Durante su discurso pronunciado durante un mitin en el Antimonumento a las más de 43 víctimas de desaparición forzada, Rosales Sierra adelantó que el próximo 23 de noviembre los padres asistirán al salón Verde de la Cámara de Diputados para externar sus propuestas.

Por último resaltó que el cambio en la titularidad de la Procuraduría General de la República es un intento por ocultar la verdad, no obstante, dijo “esta llegará más tarde que temprano”.

Fuente: http://www.nodal.am/2016/10/ayotzinapa-padres-de-los-43-normalistas-exigen-al-gobierno-facilitar-labores-de-la-cidh/

Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2016/10/5451869fa205416e1704a662-600×350.jpg

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Añoranzas normalistas … No solo era el,nos faltan 43.

Por :Adolfo del Ángel Rodríguez.

La placidez de su sueño era envidiable a esa hora de la noche, cuando se cuelan hasta los huesos los sueños que han de cobrar vida poco a poco durante las horas en que el cuerpo se relaja, yendo y viniendo a placer, aunque al recordar solo un poco de ellos quedará en la conciencia. Ni siquiera se molestaba en moverse, pero su madre seguía ahí, a su lado, velando su bienestar, cumpliendo su deber, protegiendo de lo que fuera a su retoño, a ese pedazo de ella que yacía ahí, tumbado, recuperando energías para enfrentar al mundo de nuevo, para salir a dar la batalla diaria que podría cambiar el mundo en el que había vivido su madre.

Lo acomodó de nuevo y le besaba el pelo con el cariño que solo una madre profesa, canturreando una tonada de cuna, como cuando era un bebé, como cuando comenzaba a angustiarle el haberlo traído al mundo y quería aislarlo de él, pero sabía que él era de esa otra clase, de los que encararían de frente, de los que no buscarían las comodidades para sí solo, ni las cosas fáciles, ni los beneficios propios, que es lo que se vende en la televisión, sino que él sería recto y de miras amplias para sus vecinos, paisanos y para su familia. Llegaba a su fin el candil que había dispuesto para permanecer a su lado, se recostó un poco, pero al recuperar un poco de fuerzas se incorporó para buscar más petróleo buscando darle más vida al candil que perdía poco a poco su animosidad de hacía un par de horas.

De pronto las náuseas la atormentaron, un dolor de cabeza insoportable y unas voces que revoloteaban por su cabeza no la dejaban avanzar, así que se dejó caer en la silla más cercana, se tapó los ojos con ambas manos pero era imposible deshacerse de esas voces, que cada vez estaban más cerca, que se aclaraban cada vez más y de las que poco a poco iba comprendiendo algunas frases. Se tomó completamente la cara con ambas manos; se calmó un poco, respiró hondo, poco a poco fue retirándose las manos del rostro: no era el lugar en donde momentos antes había estado: ahora gente por todos lados, rodeándola, tratando de agarrarla, algunos echándole aire, otros dándole ánimos. Estaba atónita, no sabía de qué se trataba y para cuando se dio cuenta que yacía en medio de mucha gente ya algunas personas la levantaban de los brazos con mucha dificultad. Gente vestida de negro, agotada, ojerosa. Corrieron algunos familiares a abrazarla. Ella no sabía de qué se trataba. Quería zafarse de ellos y correr de nuevo al lecho de su hijo, a cuidar su sueño y comenzó a pedir que apagaran las luces y guardaran silencio; es más, lo exigió.

No entendía de qué se trataba y al ver que nadie hacía caso se dirigió hacia ellos para pedir que se fueran, que dejaran el lugar, que no sabía qué pasaba ahí: le pidieron calma, pero los mandó al carajo, fue entonces cuando se le abalanzaron dos tipos desconocidos, la sujetaron y le inyectaron un calmante; ella los maldijo, pero sus fuerzas menguaron rápido. La colocaron en un sillón en donde dormía plácidamente. Pero despertó de súbito. Y el candil nuevamente ardía y alumbrara a su hijo, pensando ella que debía descansar lo suficiente, pues mañana sería otro día, otra batalla, así que procuró no hacer ruido para que su sueño fuero lo suficientemente reparador.

Preocupados, quienes la veían dormir pensaban en cómo explicarle de nuevo el suceso, de cómo adentrarla de nuevo en la realidad, pues el dolor la mantenía alejada de todo lo que le había sucedido recientemente. En su despertar no había visto el féretro, donde su hijo, víctima de la injusticia y la impunidad yacía desde hacía unas horas, en donde reposaba después de que le avisaron de la terrible noticia que se negaba a asimilar. No habría más escuela. No habría profesor en la familia. No habría quien enfrentara al mundo el día del mañana para bienestar de ella y de los demás. Ya no habría nada. Ahora, de nuevo habría que platicar de nuevo: quién de los suyos le diría de la tragedia y decirle: no solo es él, nos faltan 43.

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A los 43.

 Por: Pedro Miguel

Abel, Abelardo, Adán Abraján, Alexander, Antonio, Benjamín, Bernardo, Carlos Iván, Carlos Lorenzo, César Manuel, Christian Alfonso, Christian Tomás, Cutberto, Dorian, Emiliano Alen, Everardo, Felipe, Giovanni, Israel Caballero, Israel Jacinto, Jesús Jovany, Jonás, Jorge Álvarez, Jorge Aníbal, Jorge Antonio, Jorge Luis, José Ángel Campos, José Ángel Navarrete, José Eduardo, José Luis, Jhosivani, Julio César, Leonel, Luis Ángel Abarca, Luis Ángel Francisco, Magdaleno Rubén, Marcial, Marco Antonio, Martín Getsemany, Mauricio, Miguel Ángel Hernández, Miguel Ángel Mendoza y Saúl:

Están por cumplirse dos años sin ustedes. Bueno, no: en estos 24 meses ustedes han estado más presentes de lo que habían estado nunca. Nos hemos aprendido sus nombres y sus caras, nos hemos enterado de sus edades, sus lugares de origen, sus gustos y los nombres de sus padres. Sus papás, sus mamás y demás familiares, sus compañeros y sus amigos, han despertado cada mañana pensando en ustedes y se han ido a dormir –cuando pueden dormir– con la angustia de un día más acumulado sin saber qué les hicieron, dónde los tienen y por qué nos ocultan ambas cosas. Millones en México y en el mundo hemos compartido y acompañado esa angustia. Y ustedes han estado al frente de miles de manifestaciones y protestas en cientos de ciudades de muchos países y le han dado una voz definida a los infinitos murmullos que han dejado tras de sí las decenas de miles de desapariciones perpetradas antes y después de la de ustedes en el territorio mexicano.

No han estado ausentes, pues, pero se nos ha impedido verlos desde el 26 de septiembre de 2014. Sabemos que ese día ustedes salieron de Ayotzinapa con rumbo a Chilpancingo, que en el camino cambiaron de idea y se dirigieron a Iguala, que allí tomaron unos autobuses y que después se desencadenó una agresión oficial y brutal en contra de ustedes, de sus compañeros y de personas que ni siquiera los conocían. Sabemos que las fuerzas gubernamentales mataron a Julio César Mondragón y a Julio César Ramírez, a Daniel y a David, también alumnos de la Normal rural Raúl Isidro Burgos; a David Josué, un joven futbolista; a Victor Manuel, chofer de autobús, y a Blanca, que viajaba en un taxi. Sabemos que los agresores hirieron de gravedad a Aldo y a Édgar. Sabemos que muchos fueron maltratados por las corporaciones policiales y por personal del Ejército y sabemos que ustedes fueron capturados y que desde entonces no aparecen.

Sabemos también que por medio del centro de comunicaciones que enlazaba a las policías municipal, estatal y federal, a los mandos castrenses y al Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, las más altas instancias del gobierno de Guerrero y del gobierno federal estuvieron al tanto, con detalle, de todo lo que ocurrió en Iguala esa noche y la madrugada siguiente. Más aun: conocieron cada uno de sus movimientos desde que ustedes salieron de Tixtla. Sabemos que, a pesar de ello, ninguna autoridad civil ni militar del país hizo nada por impedir la agresión.

Sabemos que en estos dos años el gobierno federal ha torcido las investigaciones, ha fabricado culpables, ha ocultado algunas evidencias e inventado otras y ha urdido episodios que jamás ocurrieron; que ha pretendido engañar al Equipo Argentino de Antropología Forense y a personal de la ONU y que se ha negado a permitir la comparecencia de altos mandos policiales y militares ante la justicia e incluso ante instancias de coadyuvancia internacionales como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes. Sabemos que de los celulares de ustedes se hicieron llamadas con fechas muy posteriores al 27 de septiembre y que ninguna instancia oficial ha querido investigar ese dato.

Sabemos que el gobierno tiene los instrumentos, los recursos y la plena capacidad para conocer el paradero de ustedes. Sabemos que lo conoce. Pero seguimos sin saber a ciencia cierta por qué perpetró o ayudó en esa barbarie, o por qué se quedó cruzado de brazos, y por qué sigue negándose a informar dónde están ustedes y a decir la verdad sobre las razones que motivaron la agresión.

¿Fue una acción de terrorismo de Estado dirigida a escarmentar al conjunto de las normales rurales y de los movimientos populares? ¿Fue una acción orientada a encubrir intereses delictivos que habrían podido quedar casualmente al descubierto con la presencia de ustedes en Iguala? ¿Se trató de un ajuste de cuentas dentro del grupo en el poder para favorecer a algunos funcionarios y perjudicar a otros? ¿Fue un paso de una política deliberada de desestabilización en la zona en beneficio de grupos empresariales y/o criminales? ¿Fue una combinación de dos o más de esas razones?

En estos dos años el gobierno no ha podido evitar que salgan a relucir algunos rasgos de su insensibilidad, su torpeza, su crueldad y su podredumbre, pero es evidente que aún tiene mucho que ocultar y que por eso se ha negado a decir dónde están ustedes. Se ha empecinado en ello, aun a costa de perder la credibilidad que le quedaba, asistir al derrumbe de la imagen internacional que tanto dinero y esfuerzos le había costado construir y convertirse en objeto del odio y el desprecio de millones de personas en el país y en el planeta.

Muy honda ha de ser la sentina de oscuridad y de inmundicia desde la que se urdió la agresión contra ustedes, chavos de Ayotzinapa, como para que este régimen siga decidido a ocultarla al precio que sea. Es estremecedor pensar que los personeros del peñato inventan episodios horribles, como la pira del basurero de Cocula, con tal de mantener en secreto realidades que deben ser mucho más aterradoras; que asumen públicamente una supuesta incapacidad para impedir 43 desapariciones forzadas a fin de encubrir lo que verdaderamente son capaces de hacer y han hecho.

Pero el apabullante manto de sombras que este cúmulo de poderes antropófagos ha lanzado sobre ustedes, muchachos normalistas cargados de sueños, activistas y por ende generosos, terminará por desgarrarse. En estos más de setecientos días, ustedes y sus familias, en primer lugar, han estado trabajando para ello y han logrado congregar en la tarea a incontables personas de buena voluntad que no van a resignarse. Más temprano que tarde sabremos dónde están y por qué se los llevaron y los culpables de su ausencia pagarán sus delitos.

Abel, Abelardo, Adán Abraján, Alexander, Antonio, Benjamín, Bernardo, Carlos Iván, Carlos Lorenzo, César Manuel, Christian Alfonso, Christian Tomás, Cutberto, Dorian, Emiliano Alen, Everardo, Felipe, Giovanni, Israel Caballero, Israel Jacinto, Jesús Jovany, Jonás, Jorge Álvarez, Jorge Aníbal, Jorge Antonio, Jorge Luis, José Ángel Campos, José Ángel Navarrete, José Eduardo, José Luis, Jhosivani, Julio César, Leonel, Luis Ángel Abarca, Luis Ángel Francisco, Magdaleno Rubén, Marcial, Marco Antonio, Martín Getsemany, Mauricio, Miguel Ángel Hernández, Miguel Ángel Mendoza y Saúl: nos hacen falta. Los queremos mucho.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/a-los-43/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/09/jornada.unam_3.jpg

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PGR de México asegura «justicia plena» para caso Ayotzinapa.

Pese a que la versión presentada por la PGR de México sobre la desaparición de los 43 normalistas ha sido contradicha por diversas investigaciones, el organismo asegura que alcanzará la «justicia plena».

América del Norte/México/27.09.2016/Autor y Fuente:http://www.telesurtv.net/

La Procuraduría General de la República (PGR) de México aseguró este sábado que se mantendrá abierta la investigación del caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa para garantizar “la obtención de información suficiente y apta para saber su paradero, así como lograr el esclarecimiento total de lo acontecido” y lograr la “justicia plena al respecto”.

El ente emitió un comunicado en la víspera de cumplirse dos años de la desaparición de los normalistas, sin que aún haya certezas sobre lo ocurrido entre el 26 y 27 de septiembre de 2014.

El dato: El trabajo publicado por la revista Science sostiene que no hay manera alguna en la que los cuerpos de esa cantidad de personas hayan podido ser calcinados en el basurero de Cocula, Guerrero, como lo plantea la versión oficial de la PGR.

Pese a las inconsistencias de la versión presentada por la PGR, el organismo mexicano aseguró que la prioridad es “mantener una línea de investigación amplia que contemple todas las pesquisas al respecto», así como el “fortalecimiento de las acciones de búsqueda” de los jóvenes.

Asimismo, aclaró que cualquier controversia “por diferencias de criterios técnicos”, serán aclaradas “en su momento”, luego de llegar a un acuerdo con los familiares directos de los 43 normalistas y “mediante los mecanismos legales aplicables”.

“Los recursos, esfuerzos y energías institucionales se destinan en la actualidad y en lo siguiente, de manera prioritaria, al desarrollo de nuevas líneas de investigación, atendiendo en todo momento los planteamientos, propuestas y peticiones de los familiares de las víctimas directas, de la coadyuvancia y de los organismos nacionales e internacionales que han venido dando seguimiento al caso”, reza el comunicado.

En contexto

El 26 de septiembre de 2014, un grupo de alumnos de Ayotzinapa tomaron varios autobuses comerciales para viajar a una manifestación en la ciudad de México. Según la declaración de los miembros del cártel Guerreros Unidos, integrantes de esta célula delictiva, incitados por la policía local, emboscaron a los estudiantes y posiblemente los confundieron con miembros de un cártel rival. Algunos estudiantes fueron asesinados con armas de fuego, otros escaparon y 43 fueron secuestrados y, según se afirma, ejecutados.

Los miembros del cártel indicaron que incineraron los cuerpos en un basurero municipal, en las afueras del pueblo de Cocula. Seis semanas más tarde, los investigadores federales anunciaron que encontraron bolsas con restos humanos, convertidos en cenizas, tanto en el basurero como en un río cercano.

Casi dos años después del secuestro y asesinato de los estudiantes no hay condena judicial ni tampoco consenso. La herida abierta aquella noche del 26 al 27 de septiembre aún está lejos de cerrarse.

Los padres de las víctimas rechazan la versión oficial y el GIE arrojó serias dudas sobre el proceder de los investigadores mexicanos.

Fuente:

http://www.telesurtv.net/news/PGR-de-Mexico-asegura-justicia-plena-para-caso-Ayotzinapa-20160924-0047.html

Imagen: http://www.telesurtv.net/__export/1474768656390/sites/telesur/img/multimedia/2016/09/24/636101722214942747w.jpg_1718483346.jpg

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