Los abortos clandestinos se disparan en Nigeria por conflicto con Boko Haram

África/ Nigeria/ 12.11.2019/ Fuente: newsweekespanol.com.

 

Los abortos clandestinos e inseguros se han disparado en Nigeria desde que comenzara el conflicto con el grupo yihadista Boko Haram en 2009, según han denunciado este lunes trabajadores sanitarios del país. En Nigeria, uno de los países que tienen una legislación más restrictiva en cuanto al aborto del mundo y que sólo lo permite para salvar la vida de la madre, se producen 2,7 millones de abortos al año, la mayoría de ellos practicados en secreto y en condiciones peligrosas, según la Universidad Johns Hopkins.

Son las mujeres pobres y las que no han tenido oportunidad de educación las que más riesgo corren en este sentido. Además, al menos 40 mujeres y niñas acuden para recibir asistencia médica tras un aborto al mes, ha contado a Thomson Reuters Foundation Aminu, una enfermera de una clínica gestionada por el gobierno nigeriano situada en el estado de Yobe. Hace una década, eran entre 10 y 15 mujeres las que precisaban atención médica tras un aborto. Te puede interesar: Liberan a 19 mujeres embarazadas de una “fábrica de bebés” en Nigeria Nigeria tiene la cuarta tasa de mortalidad materna más alta del mundo: unas 100 mujeres y niñas mueren por esta causa al día, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En este contexto, las tasas en el noreste del país, donde las clínicas y los hospitales han sido destruidos por grupos armados para crear un califato islámico, son las peores en Nigeria, según muestran datos gubernamentales. Las autoridades nigerianas insisten en defender la legislación actual en contra del aborto. (Foto: AFP) Según Aminu, las mujeres acuden a farmacias, a vendedores locales de fármacos o a mujeres ancianas para abortar y usan fármacos, hierbas o herramientas, como barras, para hacerlo. “No mueren si las admitimos en el hospital”, según la enfermera. “Pero hay muchos más casos en los que las mujeres y las niñas toman hierbas solas, no van al hospital y mueren porque no quieren exponerse”, ha lamentado Aminu.

Sexo por comida Naciones Unidas ha registrado miles de casos de violencia sexual y de intercambio de sexo por comida, particularmente en mujeres y niñas que carecen de ésta, cobijo o dinero. “Mucha gente que está desplazada vive con anfitriones que se aprovechan de ellos”, ha explicado la directora de la Fundación Juventud Africana para el Desarrollo y el Empoderamiento de la Paz, Maryam Aje. Kellu, una adolescente que perdió a su familia después de que miembros de Boko Haram atacaran su aldea hace dos años, se quedó embarazada después de que un soldado le ofreciera comida y amparo a cambio de sexo.

No quiere tener el bebé. Lee más: Escuela de Nigeria era una “casa del horror”, estudiantes eran torturados y violados Después de mudarse a un campo de refugiados del estado de Borno, quiso practicarse un aborto, pero no sabía dónde acudir para ello, como un número creciente de mujeres desde que comenzara la insurgencia islamista. “Si continúo con este embarazo, arruinaré mi vida”, ha explicado Kellu, que cree que está embarazada de dos meses. “Todo el mundo sabe lo que hice. Me estigmatizarán por tener un bebé sin estar casada”, ha lamentado. “Además, no tengo dinero para encargarme de mí misma. ¿Cómo se supone que voy a cuidar de un niño?”, se ha preguntado Kellu, que ha declinado proporcionar su nombre real.

Por su parte, las autoridades nigerianas insisten en defender la legislación actual. “Sin importar las circunstancias, el aborto está prohibido excepto por razones médicas”, ha recordado el subdirector de respuesta médica de emergencia del Ministerio de Salud de Borno, Ali Grema. “No está permitido para razones sociales”, ha zanjado. Tabú La educación sobre planificación familiar se focaliza en Nigeria en las mujeres que están casadas por las actitudes conservadoras propias del país, ha recordado una enfermera del campo de Maiduguri, Hadiza. Por su parte, Lucy Dlama, una miembro de Mujeres en la Nueva Nigeria, que proporciona apoyo a las supervivientes de violación a través de la atención sanitaria, ha asegurado que muchas mujeres ni siquiera saben que el sexo puede dejarlas embarazadas.

La educación sobre planificación familiar se focaliza en las mujeres casadas.

“Nuestra cultura establece que es un tabú para los padres proporcionar educación sexual a sus hijas”, ha afirmado Dlama, que ha animado a las madres a enseñar a sus hijas sobre sus cuerpos. Por otra parte, el embarazo fuera del matrimonio también es un tabú, incluso cuando es el resultado de una violación por parte de soldados, milicias o funcionarios de campos de desplazados.

Fuente de la noticia: https://newsweekespanol.com/2019/10/abortos-clandestinos-nigeria/

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Los pañuelos verdes

Las cifras de niñas embarazadas y mujeres muertas por abortos clandestinos exigen una revisión profunda y urgente de los marcos legales

Las mujeres argentinas han marcado un hasta aquí en uno de los temas más sensibles y controversiales para las sociedades latinoamericanas: el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo –IVE- impulsado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El emblema de la organización desde la cual se originó el movimiento hace ya 15 años es un pañuelo verde con una inscripción en blanco que reza “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, poniendo de relieve una de las causas principales de muertes evitables de mujeres en todos los países del continente.

El proyecto de la despenalización del aborto –ya aprobado por la Cámara de Diputados argentina luego de uno de los debates más apasionantes y reñidos de los últimos tiempos- busca despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo en las 12 primeras semanas de gestación y más allá de ese plazo cuando la vida de la mujer está en riesgo, cuando es producto de violación o existen malformaciones fetales graves. El debate, ampliamente difundido, estuvo marcado por intervenciones de carácter científico, ético y jurídico de muy alto nivel, lo cual establece una gran diferencia con las posturas de políticos y miembros de instituciones civiles en otros países, en donde los argumentos excluyen el marco de derechos de la mujer en un contexto real de riesgo de vida, desde una perspectiva de salud pública y derechos humanos.

Los derechos de las mujeres en cuanto a sus libertades individuales han estado históricamente restringidos. No solo desde el seno del hogar, en donde experimenta la mayoría de las agresiones y limitaciones a su desarrollo, sino en todos los estamentos de la sociedad a la cual pertenezca, en donde se le exigen ciertas conductas predeterminadas por un sistema machista enfocado en privilegiar las aspiraciones del segmento masculino: virginidad, sumisión, entrega absoluta a un rol diseñado para garantizar la reproducción en un escenario lleno de mecanismos de control.

Una de las amenazas constantes en la vida de niñas y mujeres es la violación sexual, hecho consumado en su mayoría por hombres de la familia o conocidos y en cualquier ambiente de su entorno, provocando no solo embarazos no deseados sino también trauma psicológico permanente y toda clase de obstáculos a su normal desarrollo. En el caso de las niñas y adolescentes, un embarazo significa un elevado riesgo para su vida porque al no haber alcanzado su cuerpo una plena madurez, no está preparado para semejante trastorno físico y emocional. Sin embargo, la mayoría de nuestros países presentan cifras récord de niñas y adolescentes embarazadas sin la menor posibilidad de interrumpir un proceso de gestación provocado por un delito, porque sus legislaciones lo prohíben a partir de consideraciones de carácter religioso.

Uno de los resultados más notables de lo sucedido en Argentina con este colectivo que ha logrado mover a las masas en la exigencia de una apertura legal sobre el tema, es haber dejado establecida la condición laica del Estado en su toma de decisiones en una sociedad integrada por personas diversas, cuyos parámetros de vida no responden necesariamente a una visión única a partir de una doctrina religiosa.

La marea verde de las mujeres argentinas ha abierto los espacios de discusión con respeto y la decisión muy saludable de acabar con los mitos y los tabúes sobre la sexualidad femenina, sus derechos reproductivos y su determinación de no volver a cerrar esas compuertas. El diálogo con respeto pero, sobre todo, el diálogo informado, es la tarea pendiente para otros países del continente. 

www.carolinavasquezaraya.com

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África: Un test de embarazo para poder matricularte en el colegio

África/Guinea/ 13 de Marzo de 2017/El País

Mauricia Nchama López tenía 16 años y estudiaba en el Centro Bisila de Bata, en Guinea Ecuatorial. Falleció el pasado mes de enero cuando, al saber que estaba embarazada, intentó abortar de manera clandestina. La adolescente tenía miedo de ser expulsada del instituto después de que el Gobierno ecuatoguineano aprobara una orden ministerial en julio por la que prohibía la presencia de chicas gestantes en los centros educativos. De esta manera, Guinea Ecuatorial sigue los pasos de Sierra Leona, país que en 2015 también aprobó una medida idéntica que sigue vigente en la actualidad. Antes, las menores embarazadas eran estigmatizadas por la sociedad; ahora, además, se ven expulsadas por decreto del sistema educativo con la supuesta justificación de que son una “influencia negativa” para las demás.

La orden ministerial, que entró en vigor en el curso 2016-2017, “obliga a las estudiantes a hacerse el test de embarazo para poder matricularse en los centros de Guinea Ecuatorial y permite la expulsión del centro educativo a las alumnas embarazadas”, según asegura el líder opositor ecuatoguineano Andrés Esono, muy crítico con esta medida que califica de “discriminatoria, anticonstitucional y machista”. De hecho, ha explicado mediante una carta pública que en septiembre pasado escribió una carta a varios ministerios, entre ellos los de Educación e Igualdad, advirtiéndoles de las consecuencias que podía tener la aplicación de este decreto, como los peligrosos abortos clandestinos, sin obtener ninguna respuesta.

Guinea Ecuatorial no es el primer país africano que prohíbe a las jóvenes embarazadas asistir a clase. En abril de 2015 Sierra Leona aprobó un decreto similar. Entonces, el mundo se felicitaba por la reapertura de las aulas tras la devastadora epidemia de Ébola que provocó miles de muertos en este país africano. Sin embargo, el Ministerio de Educación decidió vetar a las chicas que estaban encinta porque “existe una probabilidad muy alta de que las chicas más jóvenes se queden embarazadas si comparten el espacio con quienes ya lo están”, según asegura el decreto, que también afirma que el estado de gestación “impacta negativamente en su capacidad para concentrarse y participar en clase, expone a las chicas a ser ridiculizadas por sus compañeras, socava los estándares éticos necesarios en nuestras instituciones educativas y, en fin, compromete la calidad de la Educación”.

Desde que se aprobó esta normativa, numerosos organismos internacionales han ejercido una enorme presión para tratar de hacer entrar en razón al Gobierno sierraleonés. Sin éxito hasta ahora. “En este país siempre ha estado socialmente mal visto que vayas a la escuela si te quedas embarazada”, asegura Marta Colomer, encargada de campañas de Amnistía Internacional (AI) en África Occidental, “pero el decreto lo convierte en norma legal. No sólo es discriminatorio, sino que revictimiza a niñas en situación de total vulnerabilidad que sufren una suerte de castigo ejemplificador. Se entiende la educación como un premio y no como un derecho”.

“Me siento fatal cuando veo a mis amigas pasando de curso. Ahora tengo que repetir el año que viene”, aseguró a AI en noviembre una chica sierraleonense de 17 años. Repetir curso si consigue volver, porque dos de cada tres fracasan en el intento cuando ya tienen que hacerse cargo de un bebé. Amie, una adolescente, manifestó que “me quedé encinta y me prohibieron ir a la escuela. Es injusto, me han quitado la posibilidad de tener un futuro”. Sierra Leona, donde el 72 por ciento de la población vive en la extrema pobreza, tiene unas tasas de alfabetización femenina bajísimas y un elevado porcentaje de embarazos precoces. La mitad de las chicas entre 15 y 24 años no saben leer ni escribir y una de cada cuatro de entre 15 y 19 años ya tiene hijos o está embarazada.

Gracias a las presiones de organismos de Derechos Humanos como Amnistía Internacional, el Gobierno sierraleonés aceptó crear un sistema de educación alternativo. “Unas 14.500 chicas embarazadas fueron autorizadas a recibir clase en aulas aparte o fuera del horario lectivo, para que no se mezclaran con las demás. Sin embargo no sólo estamos ante una medida segregatoria para niñas malas sino que los contenidos eran bajísimos, se impartían solo unas horas y tres días a la semana”, asegura Colomer. Pese a sus deficiencias, el sistema alternativo, financiado por las agencias de cooperación británica e irlandesa y puesto en marcha con el apoyo de Unicef, se ha renovado este año.

Durante la crisis del Ébola en 2014 y 2015 se dispararon los casos ya de por sí altos de embarazos adolescentes, lo que también se usó como excusa para implementar la medida. El incremento se debió a la suspensión del curso escolar y las cuarentenas, lo que provocó que muchas chicas permanecieran en sus hogares todo el día expuestas a todo tipo de abusos y a la crisis económica derivada de la epidemia que forzó a muchas jóvenes a intercambiar sexo por bienes materiales. “Está ligado a la pobreza y la falta de recursos, muchas veces quienes las dejan embarazadas son el de la tienda, el transportista que las lleva, el joven que las ayuda a sacar el agua del pozo. Lo hacen por necesidad, la mayoría no tiene ni idea de sexo y muchas se sorprenden al verse embarazadas”, añade Colomer. En Sierra Leona no existe educación sexual en los colegios y los anticonceptivos son desconocidos para la mayoría.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/05/actualidad/1488726266_750639.html

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