China/26 octubre 2017/Fuente: Spanish People Daily
Este lunes, el material escolar donado por China fue distribuido a cerca de 86,000 estudiantes refugiados sirios en el Líbano, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en un comunicado.
La ayuda fue entregada por Wang Kejian, embajador de China en el Líbano. En la ceremonia también estuvieron presentes Marwan Hamadeh, ministro libanés de educación y Tanya Chapuisat, representante de la UNICEF en Jordania.
La donación se realizó a través de la campaña Reach all Children with Education (RACE, por sus siglas en inglés), una iniciativa conjunta del Ministerio de Educación del Líbano y las Naciones Unidas.
A través de RACE, el gobierno libanés lucha para que todos los niños en el Líbano asistan a la escuela, independientemente de su nacionalidad.
Chapuisat, representante de la UNICEF en Jordania, elogió la «generosa donación» de China.
Por su parte, el ministro Hamadeh agradeció a China su continuo apoyo al Líbano.
«Agradecemos a China su continuo apoyo desde la crisis de refugiados. Esta donación llega desde un país hermano de Siria y el Líbano», aseguró Hamadeh.
El embajador Wang subrayó que la donación china, portadora de la simpatía y el apoyo del pueblo chino a los refugiados sirios, tiene como objetivo ayudar al Líbano con la crisis de refugiados.
«Con la aceleración del proceso de solución política en Siria, deseamos que pronto los refugiados sirios puedan regresar a su patria y puedan vivir en una atmósfera segura, pacífica y próspera», concluyó el diplomático chino.
Deficiencias en la formación rural, deserción y falta de acceso a las universidades son algunos de los puntos para los que la Unesco pide solución en Colombia.
En asuntos como la educación es fácil levantar el dedo y señalar culpables. Que el Gobierno no invierte lo suficiente en los salarios de los profesores y por eso ellos no pueden capacitarse, dice Fecode. Que los maestros le huyen a las evaluaciones, dice el Gobierno. Y en ese rifirrafe de acusaciones, que no pasa sólo aquí, sino que es de escala planetaria, se pierde el foco de la discusión. (Lea: La U. Nacional va a tener una “hija” vallenata)
Ese es el jalón de orejas que hizo la Unesco en el último informe de seguimiento de la educación en el mundo: “Rendir cuentas en el ámbito de la educación: cumplir nuestros compromisos”. La directora de la entidad, Irina Bokova, fue enfática en este punto durante el lanzamiento del documento: “Cuando no se obtienen los resultados esperados es muy fácil buscar a quién culpar. Pero los gobiernos, las escuelas, los docentes, los padres de los alumnos y los organismos privados son todos responsables de la educación”.
Para la Unesco, la rendición de cuentas de cada uno de los actores es clave para alcanzar metas. Sin ella, señaló Bokova, los avances alcanzados están en peligro. No sólo porque sin rendición de cuentas las promesas de campaña de los políticos pueden quedarse en el aire, sino también porque sin ella se les hace la vida más fácil a los corruptos que intentan meterse en el ámbito educativo, bien sea cerrando escuelas o abriendo universidades “de garaje”, o por jugosos contratos que incumplen y cuyas consecuencias pagan los más desfavorecidos.
Respecto a la corrupción, la Unesco reveló que durante el sexenio 2009-2014, al 38 % de las licitaciones relativas a la educación y la formación sólo se presentó un licitador, un índice más alto que el de la construcción, donde la cifra fue de apenas el 16 %. “Esto pone en evidencia que el riesgo de corrupción es más elevado en el sector de la educación que en el de la construcción”.
Pero la entidad aclara que “el sonsonete de la rendición de cuentas per se es un desacierto. La rendición de cuentas debe entenderse como un medio para alcanzar un fin: la educación de calidad, no como un objetivo en sí mismo de los sistemas educativos”.
Además deja clara su postura respecto a castigar a los profesores o instituciones educativas que no muestren buenos resultados. Para la Unesco, eso implica “individualizar” una culpa que, en la mayoría de casos, le corresponde al sistema educativo del país.
En el informe, la Unesco hace seis recomendaciones a los países para mejorar su educación. La primera de ellas se refiere a la inequidad en su acceso. En Colombia, por ejemplo, el organismo señaló que el acceso a internet en las escuelas urbanas es el doble que el de las rurales. Además, en Colombia, Costa Rica, Indonesia, Jordania y México, 40 de cada 100 rectores de colegios secundarios reportaron que la infraestructura de sus centros educativos obstaculizaba significativamente su misión.
Y, respecto a la educación superior, el acceso sigue siendo una utopíapara la mayoría de colombianos. El informe señaló que entre el 5 y el 10 % de los jóvenes de los estratos más bajos acceden a la formación superior, mientras que en los niveles más altos es entre el 60 y el 70 %. Y aunque reconoció las bondades del programa Ser Pilo Paga, criticó otros, como el sistema de crédito de Icetex “Tú eliges”, pues el 40 % de quienes se postularon a él abandonaron la universidad cuando los pagos se hicieron inviables.
Finalmente, la entidad hizo un llamado a los países para que calculen cuánto invierten su gobierno, los donantes internacionales y las familias en educación, y así redistribuir las cargas, en caso de ser necesario. En Colombia, por ejemplo, el 32 % de la educación es financiada por las familias y el resto por el Estado. Un número elevado si se compara con países de la región, como Bolivia o Argentina, donde los hogares ponen el 25 %.
Por eso, el organismo internacional recomendó a los países emprender un diálogo regional que les permita discutir y conocer otras políticas educativas.
«Deben seguirse al pie de la letra», estableció Julia Keleher
La secretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, impartió una serie de instrucciones, “que deben seguirse al pie de la letra”, en relación a la reapertura y reasignación de escuelas, proceso que comenzó hoy luego del paso del huracán María hace poco más de un mes.
“Todo aquel que genuinamente desee que el sistema vuelva a funcionar y sea mucho mejor que antes, como es nuestro plan, tiene que cumplir a cabalidad con las órdenes impartidas. No se trata de caprichos sino de procesos muy bien estudiados, delineados, planificados en busca de comenzar a regresar a la normalidad pero con orden y disciplina”, advirtió.
Recalcó que se trata de “un proceso organizado y controlado y no será de otra forma”.
“Intentar hacer las cosas a la manera de cada cual, sea por la razón que sea, por más lógico que le pueda parecer a cualquiera, va en contra de la estructura que hemos creado durante largos días de trabajo en equipo, todos siguiendo estrictamente las instrucciones de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, siglas en inglés), que es como corresponde”, aseveró Keleher.
La funcionaria señaló que buscan “proteger la seguridad, bienestar y la mejor forma de educación posible para los estudiantes, ahora y para el futuro. Por eso nadie que intente presionar para lograr lo contrario tendrá otro resultado que no sea detener cualquier esfuerzo por abrir una escuela que aún no cuente con los requisitos para hacerlo”.
Instruyó a continuación que “las escuelas fueron clasificadas en un principio sobre la base de procesos que se han realizado en jurisdicciones que han pasado por experiencias similares:
Rojas: daños estructurales y de otra índole grandes, visibles. Amarillas: daños o limitaciones de cualquier tipo que pudieran solucionarse a corto o mediano plazo. Y verdes:daños menores o ninguno.
En base a lo anterior, la instrucción es que el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos, especializados en la materia, es la única entidad encargada de certificar y catalogar las escuelas como “seguras” para poder abrir; de pasarlas de “amarillas” a “verdes”. “Nadie más está autorizado a tomar esta determinación”, advirtió Keleher.
“La persona que se arriesgue a abrir una escuela, aludiendo cualquier razón y recibir a estudiantes para retomar el curso escolar sin el aval del Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos, tendrá que rendir cuentas ante la titular de Educación, quien es la autoridad única para determinar los procesos de esta índole que se realicen dentro del Departamento”, apuntó.
Agregó que “solamente aquellas escuelas que sean anunciadas para reabrir, a través de comunicación oficial del DE, están autorizadas para recibir a estudiantes para tomar clases”.
Para el organismo internacional, los profesores no son los únicos responsables de los fallos en el sistema educativo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su sigla en inglés) consideró este martes que la educación es una responsabilidad compartida de “los Gobiernos, las escuelas, los docentes, los padres de alumnos y los organismos privados”.
De acuerdo al informe publicado por el organismo, los Gobiernos tienen que garantizar una educación universal de calidad y deben rendir cuentas para alcanzar este objetivo.
“Además, esa responsabilidad debe delimitarse cuidadosamente teniendo presente los criterios esenciales de equidad, inclusión y calidad”, acotó la directora general de la Unesco, Irina Bokova.
El informe recalca que es injusto y contraproducente culpar únicamente a los docentes de los fallos de los sistemas educativos.
“Si uno se basa en los resultados escolares de los alumnos para sancionar a las escuelas y los docentes, se corre el riesgo de que estos modifiquen su comportamiento para protegerse contra las sanciones y esto puede conducir a que se deje de lado a los alumnos más rezagados”, advirtió por su parte el director del Informe de la Unesco, Manos Antoninis.
Un aula tradicional en zonas con alta actividad sísmica cuesta 321 mil 520 pesos, mientras que los salones prefabricados tienen un costo de 426 mil 500 pesos cada uno.
Según información oficial del Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (IOCIFED), los salones provisionales que se construyen en la región del Istmo de Tehuantepec para atender a los alumnos que no han podido volver a clases porque 67 escuelas fueron consideradas pérdida total a causa del sismo del 7 de septiembre, cuestan hasta 33% más que un aula tradicional diseñada para zonas con alta sismicidad.
De acuerdo con lo publicado por El Universal, según el catálogo de precios y referente de trabajos “Escuelas de Excelencia” del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa, un aula tradicional en zonas con alta actividad sísmica cuesta 321 mil 520 pesos, mientras que los salones prefabricados tienen un costo de 426 mil 500 pesos cada uno.
En los contratos a los que El Universal tuvo acceso, se detalla que, para la edificación de los salones, a cada una de las 67 escuelas afectadas se les dio un recurso de entre 600 mil y hasta 17 millones de pesos, dependiendo del número de aulas a construir. Esos documentos aparecen firmados por el director general del IOCIFED, Orlando Hernández, y diversos contratistas oaxaqueños.
El Centro Escolar Juchitán, es la escuela con el mayor monto asignado según el “Listado de Acciones, Trabajos y Obras Prioritarias y Urgentes del Sector Educativo Federal para la Mitigación de los daños ocasionados por sismo magnitud 8.2 el 7 de septiembre de 2017 en 283 municipios del estado de Oaxaca”, documento oficial firmado por Orlando Hernández Montes.
Los precios de las construcciones varían dependiendo de la institución educativa para la que se construyen, por ejemplo, la edificación de cuatro aulas en una secundaria de Matías Romero, tendrá un costo de 400 mil pesos cada una, es decir, un millón 600 mil pesos en total.
Los precios de construcción de las aulas provisionales varían de acuerdo con la institución educativa donde se construyen. Por ejemplo, conforme a uno de los contratos, la construcción de cuatro aulas en una secundaria de Matías Romero costará un millón 600 mil pesos; es decir, 400 mil pesos cada una.
Para solventar los daños causados por el sismo en Oaxaca, el pasado 19 de septiembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) solicitó al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) para que entregara 662 mil 864 pesos del Fonden a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para el “apoyo parcial inmediato para el sector educativo federal”.
Un mes después, el 20 de septiembre, Banobras informó a la SEP que ya estaban a disposición esos recursos y fue el 22, cuando la dependencia dio la autorización para disponer de los más de 287 millones de pesos, a los cuales se sumó la aportación del gobierno de Oaxaca que fue de 4 millones 450 mil 186 pesos, lo que da un total de 292 millones 113 mil 50 pesos.
La autorización recayó en Hermenegildo Velásquez, delegado de la SEP en Oaxaca y presidente del Subcomité de Evaluación de Daños.
Desde entonces, la instancia que ejecuta los recursos es el IOCIFED, y se decidió por la construcción de aulas provisionales, para lo que contrató a la empresa mexicano-canadiense Royal Building Systems. La empresa trabaja en la elaboración de estructuras prefabricadas con material PVC.
Para la edificación de las aulas, 43 constructores oaxaqueños adheridos a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción fueron contratados.
En los documentos a los que tuvo acceso El Universal, se especifica que los empresarios deberán demoler las aulas dañadas y remover todos los escombros para construir una plataforma de cemento de 15 por 25 metros donde se instalará la estructura prefabricada.
El PP se muestra partidario, aunque interpreta esta idea con flexibilidad, sin tener necesariamente que atar a los jóvenes al pupitre
Hay consenso en todos los partidos en que las autonomías deben incentivar la continuidad en la escuela y garantizar plazas, sobre todo en FP
Uno de cada cinco alumnos españoles no sigue estudiando más allá de los 16 años. España tiene la segunda tasa de abandono escolar temprano más alta de la UE, sólo superada por Malta. Éste es el principal problema educativo de nuestro país, pero nadie ha encontrado todavía la fórmula mágica para retener a los adolescentes durante más tiempo y de forma más productiva en la escuela.
¿Serviría de algo extender la educación obligatoria hasta que los chicos alcancen la mayoría de edad como fórmula para reducir el abandono temprano y mejorar la cualificación de los jóvenes? Así lo cree el Parlamento Europeo, que ha recomendado alargar los tiempos de escolarización un par de años más. Y así lo defienden también algunos países, como Alemania, Holanda, Bélgica y Portugal, que ya han llevado a la práctica esta propuesta.
En España, la educación básica es obligatoria y gratuita desde los seis hasta los 16 años. A partir de esta edad, no se fuerza a los jóvenes a ir al instituto. Ni tampoco se obliga a las autonomías a habilitar plazas públicas para todos los que lo necesitan. En la práctica, no hay problemas de espacio en el Bachillerato, pero en la FP hay muchos alumnos que quieren entrar y se quedan fuera.
La propuesta de extender la educación obligatoria para los alumnos desde los 16 hasta los 18 años aparece de forma recurrente en el debate educativo. El año pasado la planteó la Generalitat de Cataluña, aunque el referéndum ilegal la ha dejado en segundo plano. Ha sobrevolado durante los últimos meses las comparecencias de expertos en la Subcomisión de Educación del Congreso y también salió hace unos días, en un mesa redonda con partidos políticos organizada por los editores de libros de texto. Es uno de los puntos básicos del pacto de Estado.
Obligar al alumno
En el PP cada vez son más partidarios de lo que defiende el ex presidente del Consejo Escolar del Estado Francisco López Rupérez. En La extensión de la enseñanza básica hasta los 18 años. Beneficios y costes, este experto sostiene que prolongar la educación de forma obligatoria y gratuita hasta los 18 años reduciría el abandono temprano y la brecha formativa de la población joven, elevaría la empleabilidad e incrementaría el nivel salarial. Un año extra de experiencia escolar en Bachillerato y FP de Grado Medio produce de media un incremento en los ingresos anuales del individuo de en torno al 12%.
López Rupérez cifra el coste de esta medida en 1.000 millones de euros repartidos en tres ejercicios, lo que supone un incremento del gasto público en educación de entre una y dos décimas de punto porcentual del PIB nacional. Insiste en que la propuesta «no significa, en modo alguno, amarrar a los jóvenes al pupitre ni reproducir los esquemas organizativos de la actual ESO», sino que hay que replantear toda la estructura educativa para dar «una mayor flexibilidad en la organización de las enseñanzas».
Esto pasa por compatibilizar la formación con un sistema de prácticas (el inicio de la edad laboral está fijado a los 16 años), aumentar la posibilidad de estudiar a tiempo parcial, ampliar la oferta de estudios vespertinos y semipresenciales o mejorar los contratos de aprendizaje.
Sandra Moneo, portavoz de Educación del PP en elCongreso, respalda la idea. «Veríamos razonable la extensión de la enseñanza básica hasta los 18 años», adelanta. «La enseñanza básica, tal y como establece la Constitución, es obligatoria y gratuita. El gran déficit de nuestro sistema educativo golpea fundamentalmente a las enseñanzas medias, ésa es la brecha que nos separa de Europa. El número de alumnos que continúan sus estudios hacia los títulos medios es inferior en España que en el resto de Europa, especialmente en la FP. La formación es el mejor instrumento para el acceso al empleo. Por tanto, no estamos hablando de un tema secundario; si queremos abordar de una vez por todas el diseño de la educación del futuro, ésta es una de las claves».
Moneo opina, como López Rupérez, que hay que apostar por «flexibilizar» y que la obligatoriedad «no quiere decir que los alumnos tengan que permanecer en clase hasta los 18 años», sino que hay miles de maneras para que puedan formarse cómo vean más conveniente.
Forzar a la Administración
El Ministerio de Educación no quiere pronunciarse al respecto y se remite al acuerdo que salga del Pacto de Estado. PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos no son partidarios de obligar a los alumnos a formarse hasta los 18 años. Pero sí coinciden con el PP en que hay que conseguir que las administraciones educativas incentiven la continuidad en la escuela y garanticen plazas gratuitas en la postobligatoria para todo el que lo pida, especialmente en la FP.
Es lo que técnicamente se conoce con el nombre de «universalización», una propuesta que recogió el PSOE en su programa de las pasadas elecciones generales y que tiene su origen en aquella otra que formuló Ángel Gabilondo en 2009, cuando era ministro de Educación, aunque él entonces hablaba de «obligar».
«Universalizar se refiere a crear las condiciones para que sea posible, no para que sea obligatorio. Eso significa que es preciso propiciar un sistema que permita hasta los 18 años formarse en un modelo que sea tan completo y flexible que quepa proseguir durante esos años en el sistema. Se trata, también, de reforzar la idea de la importancia de formarse hasta los 18 años, como poco», explica ahora el actual portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid.
Los socialistas calculan que, para que esto sea posible, habría que habilitar 200.000 nuevas plazas gratuitas para la FP. María Luz Martínez Seijo, secretaria ejecutiva de Educación y Universidades del PSOE, recalca que «ésta es la pata en la que cojeamos». «Muchos chavales se quedan en una segunda o tercera opción, por lo que hay que intentar garantizar que haya oferta suficiente. La FP es una prioridad, no sólo para ampliar plazas para los que salen de la ESO, sino para repescar a los que han abandonado el sistema educativo. Hay que reforzar la coordinación entre la parte educativa y la profesionalizante, para que haya más prácticas en empresas».
Ventajas e inconvenientes
¿Qué opina de todo esto la comunidad educativa? «Como medida de una sociedad avanzada y razonable está bien, porque no hay duda de que las personas que más estudian tienen más posibilidades laborales y las sociedades cada vez necesitan a gente más formada, pero harían falta miles de profesores y eso requiere de recursos; quizá haya prioridades mayores», opina Javier Vidal, profesor de Métodos de Investigación en Educación de la Universidad de León y ex director general de Evaluación y Ordenación del Ministerio.
Entre las asociaciones de padres y los sindicatos de profesores no hay unanimidad. «Aún no tenemos una postura, hay un debate que aún no se ha resuelto», admite Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa). Lo mismo expresa Mario Gutiérrez, presidente Nacional de Educación de CSIF, que reconoce que existen «ciertas dudas sobre si debe ser obligatorio para el alumno»: «Si ya hay chicos a los que nos cuesta mucho esfuerzo mantener en clase hasta los 16 años, porque no quieren estar, ¿cómo vamos a obligarlos hasta los 18 años?».
Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO, se muestra también «más partidario de la universalización que de la obligatoriedad». A cambio, el presidente del sindicato Anpe, Nicolás Fernández, es partidario de obligar a los alumnos, pero siempre y cuando «se cambie toda la estructura del sistema educativo».
Carles López, presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), lo tiene más claro: «Estamos de acuerdo en extender la educación obligatoria hasta los 18 años, tanto para el alumno como para la Administración. Es una propuesta arriesgada pero la hemos pensado mucho. Eso sí, debe quitarse la rigidez actual para que los itinerarios sean flexibles y, desde los 16, el estudiante pueda orientarse a la enseñanza que desee».
Estamos celebrando durante esta semana, el nacimiento del ilustre maestro Simón Rodríguez, a propósito de su proyecto educativo que quedó no solo olvidado sino atomizado y disperso política y metodológicamente, a lo largo de nuestra historia Republicana. Son tres las razones que me llevan a seguir reflexionando sobre la educación para estos tiempos, pero esta vez estará atravesada por el problema estructural y de fondo como los es la división social del trabajo.
La sociedad burguesa se apropió desde hace siglos de la técnica y en nombre de sus inventos, ha dominado al resto de la humanidad. Los capitales en las fábricas se mueven y se multiplican por un lado, gracias a los inventos, lo cual implicó pensar en escuelas para ricos y escuelas para los empobrecidos. Si bien es cierto, que por la escolaridad pasa una gran cantidad de niños, jóvenes y adultos aprendiendo lo que la burguesía instauró para los empobrecidos, también es cierto que lo que aprenden a medias, las grandes masas empobrecidas tiene que ver con dos fragmentaciones bien evidentes. La primera, cuando nos graduamos de alguna profesión universitaria o técnica, y vendemos nuestra mano de obra para poder trabajar en donde sea y cobrar un salario. Segundo, el que no pudo seguir, le corresponden las salidas ocupacionales del INCES, que siendo una institución noble donde se enseñan oficios, encontramos que sus estudiantes pasan al campo laboral capitalista a vender su mano de obra o a reproducir las formas del mercado burgués montando alguna empresita privada.
En ambas opciones nos encontramos con el mismo muro que separa, ¿Quién pensó este tipo de educación? ¿Quién separó lo manual de lo intelectual? ¿Quién se beneficia? Entendiendo que la burguesía pensó en esta fragmentación del saber y del conocer, el maestro Simón Rodríguez, nos dice como para que nos quede claro: «Pregúntese a nombre de los POBRES. Si tienen derecho a saber, si se les enseña…y qué, quién los enseña y…cómo, quién tiene obligación de enseñarlos, si se cumple con esta obligación, porque… enseñar, a medias no es enseñar, ni las cosas van a estar a medio hacer, sino mientras se están haciendo» entonces imperioso y urgente la tarea de pensar un sistema educativo que tome en cuenta estos detalles que pueden hacer avanzar la rueda de la historia educativa. El binomio INCES-Escuela es vital para superar esta división social y abarcar la visión rodrigueana de enseñar completo y bien (lo manual- intelectual). Ambas escuelas mitigarían cualquier cantidad de desperfectos que arrastramos desde 1826. Me atrevería a decir que hay que fletar de talleres a todas las escuela para que Rodríguez, Martí celebren por algún lado en el plano por donde se encuentren sus sueños. Tenemos que entender que educación y trabajo es el norte liberador para hacer generaciones LABORIOSAS. ENSEÑEN nos dice el maestro.
La premisa Formar Produciendo, Producir Formando, impulsa la idea del maestro en cuanto a los procesos de transformación social, entendiendo la educación como un bastión importante para su logro, es en la educación donde se crean las voluntades, y ¿Qué es la voluntad? Esa fuerza interior que nos mueve a realizar las cosas con decisión, sin flojera ni desgano. Pero esto solo los logra el trabajo liberador. Mantener a los niños y jóvenes ocupados realizando las labores manuales permiten dos cosas. 1.- La posibilidad de poder vincular lo que hace con el conocimiento universal y así aprender bien lo que realiza y encontrar respuestas a sus problemas cotidianos. 2.- Aprender que las cosas merecen un trato, además de valorar lo que hace. El esfuerzo es el enemigo de la flojera. Mi abuela siempre decía que había que buscar oficio, estar flojeando en casa no era digno ni siquiera de comerse una arepa.
Para el caso del INCES, se hace un esfuerzo por incorporar aparte de los oficios que se aprenden, la voluntad en el pueblo para producir lo que puede consumir y mucho más allá, organizarse para emprender, «porque no emprender es padecer». Claros en la conciencia de entender cuál producción y cuál organización decimos, que es emprender y organizarse para el bien común, para la vida en sociedad, pensando en el otro, en el hermano que necesita al igual que él de resolver la vida. De igual manera convertir los espacios INCES en motor y escuela para producir sus propios ingresos y esfuerzos productivos. Implica entonces un cambio de conciencia en todos el personal que dirige los Centros de Formación Socialista.
Entonces una educación para la vida en este tipo de libertad, resolvería mucho los males sociales que tenemos, porque todos estaríamos ocupados aprendiendo desde la práctica, conociendo y entendiendo, además de ello asociándonos para generar producción. Otro tanto debe hacer la escuela, motivar la voluntad hacia el trabajo liberador a partir de una educación que piense el potencial que posee en los niños y jóvenes para hacer diversas obras que abran las posibilidades del humilde pueblo. Historia de escuela productivas sobran en Nuestra América, así que volvamos a ellas, a la historia. Mientras que el INCES, se vea como un espacio de minusvalía social y la escuela formal, se vea como la señora razón, no podremos combinar lo arriba expresado como una idea potente dentro de la revolución.
«La fuerza material está en la MASA, y la fuerza moral está en el MOVIMIENTO». La idea burguesa de que la escuela formal hasta la universidad es la única razón para «ser alguien en la vida» y, la idea burguesa de que el INCES está para los incapaces, es parte de lo que hay que superar, pues hasta ahora unos piensan y otros ejecutan…La moral en la burguesía, idea esta que brota por los poros de quienes reproducen la educación bancaria y, la fuerza material en el pueblo que será siempre el explotado por los burgueses. Es necesario pensar en esto y conjuntar ambas ideas, la moral y la material pero con y desde el pueblo y hacerla potente.
El INCES, como institución viene abriendo el debate en relación a los temas referidos al proceso social del trabajo, el encadenamiento productivo, la pedagogía crítica, la división social del trabajo, viene interrogándose cómo ha de ser una educación pensada desde la burguesía y su tránsito hacia la educación popular para generar organización comunal y un tejido socioproductivo. Pero también tiene desafíos en relación a la manera en cómo se planifica, se evalúa, se programan los cursos además de la dignificación de sus maestros Promotores Técnicos Productivos (PTP) con su inserción laboral y no a destajo (maquila). Esto implica cualificar también al maestro desde las universidades con programas cónsonos para completar el perfil social y profesional (labor manual-intelectual) que requiere nuestras instituciones. Esto ayudaría mucho pues tendríamos los Maestros INCES disponibles durante todo el año y por un buen tiempo. Otro tanto igual para los Maestros y profesores de las escuelas del sistema educativo formal, les correspondería aprender un oficio para completar el binomio teoría-práctica, trabajo manual-intelectual. En el plano de la formación docente y profesional queda mucho terreno por andar.
Todos los elementos tratados orientan la acción necesaria para seguir construyendo el sistema bolivariano de la educación revisando, poniendo en balanza, revirtiendo todas las formas que fomentan las relaciones sociales de producción capitalista y la división social del trabajo y más aún si el sistema educativo lo lleva dentro de si. De allí … «Ideas, ideas primero que letras»
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