América del Sur/Venezuela/Agosto 2016/
Mirna Sojo/www.aporrea.org
Cuando las ideas trastócan los sentidos y hay quien se cansa de escucharlas….”
Hace mas de 449 años desde que el cacique Guaicaipuro y la gesta libertaria de nuestros originarios unidos en contra del invasor Español, nos dejó la herencia de una lucha sin descanso que aun hoy se mantiene intacta y corre en nuestra venas.
Muchos cuando oyen estas reflexiones añejas, piensan que es pura gazmoñería, o romanticismo por los tiempos que nos precedieron, pero para los que entendemos el inicio de lo que ha sido la invasión, la comprensión de lo que significó toda la imposición de los imperios a los largo de nuestra historia y que se han dado el tupé de imponer sus regímenes usufructuando para si nuestras riquezas y culturas ancestrales, sabemos, que esta guerra iniciada por nuestros originarios en toda la tierra de ABYA YALA, aun no ha cesado.
Seria mezquino desconocer esta parte de la historia patria amasada en el dolor y la nostalgia en toda su justa dimensión, más allá de los clichés, mitos y demás yerbas que descalifican nuestros orígenes, pues estaríamos obviando el inicio de toda una perversión que aun hoy nos mantiene en vilo y en este camino por encontrar las vías para nuestra liberación definitiva.
Desde entonces, luego de esa primera derrota, hemos sido objetos de posesión de los grandes emporios y transnacionales que gobiernan al mundo, los dueños del mundo, que durante siglos han asumido la autoridad de apropiarse de todo lo que tenemos y no tenemos con el fin de usufructuarlo y traducirlo en beneficio económico que le den sustentabilidad.
Y digo esto, porque hemos sido sujeto del despojo en todas sus formas bajo la aparente “libertad”, “democracia” que cobra su significado desde el engaño y la perversión de unos pocos sobre todos los seres humanos que habitamos la tierra.
No es sencillo comprender esta visión, pues, también las palabras “desarrollo” “progreso” “calidad de vida” “superación personal” entre otras, cobran un dulce sabor a nuestro paladar toda vez queremos entrar y ser consecuentes con las ideas que los burgueses del siglo XV generaron y que, la revolución industrial con los ilustrados de la época, se encargó de vociferar, profundizar y construir un discurso cargado de bienestar económico que da el dinero a unos cuantos. Parafraseando a Paulo Freire cuando dice que la “burguesía introyecta en el pueblo sus propias ideas y logra que lo asumamos sin darnos cuenta, y actuamos en consecuencia a todos sus designios, formas de hacer y pensarse a lo largo de la vida en sociedad”.
Ante esta realidad de la cual cada ladrón reclama su botín, y de la cual europa, y los enemigos del norte son los principales protagonistas y se atribuyen desde siempre ser el centro del mundo y pareciera que no tuviésemos respuestas ante esta avalancha de sucesos.
Decía Simón Rodríguez, que la europa se dio a la tarea de inventar, y como han inventado el inventor se reserva el derecho de ser dueño y autoridad de sus beneficios hacia los demás. He allí el pensamiento de acumulación presente en esta idea burguesa. El inventor incluso, se reserva el derecho de que aquellos que surja después de su invento también es suyo, porque a él se debe el beneficio logrado y su trascendencia, es decir, todo lo que surgió y surge les pertenece.
El maestro Simón Rodríguez decía que si tanto nos gustaba imitar a la europa por que no imitábamos su originalidad, es decir si éramos copiones, porque no copiábamos esa manera de crear e inventar de la europa.
Desde entonces, y es una cruda verdad, nos convertimos en copiones y en consumidores acérrimos de todo los espejitos traídos por los invasores de la revolución industrial e intelectual desde el siglo XVI vestidos de academia y dueños de la verdad.
Esta invasión que hemos tenido a lo largo de toda la historia, y que se manifiesta a través de un discurso que muchos maestros y maestras llaman dentro del medio educativo como: “los avances en materia educativa” “los nuevos descubrimientos” “las nuevas teorías educacionales”, “las innovaciones” no es mas que la misma dominación de europa y del norte por sobre nuestros pueblos y la subestimación en muchos casos de nuestras capacidades, Bien lo decía Freire:
“Solo los colonizadores “tienen” historia, puesto que la de los colonizados “comienza” con la llegada o con la presencia “civilizadora” de aquellos. Solo los colonizadores “tienen” cultura, arte, lengua, y son civilizados ciudadanos nacionales del mundo “salvador”. Antes del esfuerzo “benemérito” de los colonizadores, los colonizados carecen de historia; son incultos y bárbaros nativos.
Sin el derecho de autodefinición, los colonizados son “perfilados” por los colonizadores. No pueden por lo tanto, “nombrarse” ni “nombrar” el mundo que les es robado”.
Quiero enfatizar pues que todas las dimensiones de la escuela, el maestro Latinoamericano son copia fiel y exacta de los inventores europeos.
Esto para el que perdió la dignidad es bueno, pues se sigue a los “superiores”, y hasta quisieran tener sus sociedades aquí implantadas sin mediar en ningún sentido obviando toda la historia de saqueo y robo que ha hecho de las sociedades “desarrolladas” un bienestar de dudosa procedencia y sin explicación de sus actos históricos, la compra venta de nuestra soberanía se hace latente y cobra dimensiones descaradas toda vez que sin entender los trasfondos mercantilistas detrás de nuestra educación, maestros de todas las latitudes respaldan los siglos de saqueos hecho a nuestra dignidad.
En cambio, para los maestros y maestras que tenemos dignidad, este saqueo y el robo siguen pendiente y algún día tendrán que pagar todo el daño social, político, económico y espiritual hecho al ser humano desde el sur del Rio Grande hasta la Patagonia.
Vamos hablar entonces del maestro, su filosofía, su visión, ¿de donde viene? ¿Quiénes sus mentores? ¿De cual libro, o autor la toma? ¿De donde son sus ideas? ¿De donde proceden?
Para los que hemos profundizado en nuestra historia educativa sabemos que el siglo XIX y XX se caracterizó por tener una educación para las élites, exclusiva, discriminativa y de abandono por parte de los gobiernos de turno, pero específicamente quiero destacar, que es en el gobierno de Guzmán Blanco hacia 1870, y durante el período de la democracia representativa, donde comienzan las reformas educativas y la entrada violenta de las corrientes positivistas en todos los ámbitos de nuestro país y en especial en el ámbito educativo: la masificación, gratuidad de la educación, la formación del maestros en las escuelas normales y dentro de las universidades donde se comenzaban a dar los debates para asumir los modelos de autonomía, ideas, teorías y métodos pedagógicos marcados por las tendencias liberales mas rancias provenientes de otras latitudes, esto profundizó nuestra dependencia intelectual, política y la dependencia económica que desde entonces tenemos y aun las defendemos, a pesar de saber y sentir que dentro de este trópico no cabe lo gris del invierno europeo y norteamericano, lo corto de su primavera, lo fugaz de sus otoños melancólicos y el ardor inclemente de sus veranos a decir del maestro Fals Borda.
El trópico es otra cosa, pero lo han convertido a imagen y semejanza de los invasores y por eso a veces nos suena hueca nuestra educación, no nos convencen las sucesivas reformas educativas, nos disgusta lo cuadrado de los horarios y fechas en el calendario, nos aturde lo encerrado y caluroso de los salones de clases que por mas que los pintemos, sus cuadradas formas carcomen las esperanzas de los maestros, no nos suena las vacaciones de agosto en pleno periodo de lluvia, no nos cuadra lo foráneo y solapado de nuestros currículos, entre otras cosas, a decir verdad andamos soñando una escuela que refleje nuestra manera de ser y recoja nuestra forma de ser, a lo Venezolano, a lo Latinoamericano.
Pregunto ¿Quién dijo que la educación del trópico era esa? ¿Sobre cuales características se basa su filosofía? ¿Cuales los argumentos? Las consecuencias de la educación y el modelo eurocentrico trasplantado a nuestras tierras, aun no las hemos medido de manera consciente, pero inconscientemente producimos seres humanos para vivir en un régimen de esclavitud social con unos modos de ser y hacer en sociedad a imagen y semejanza de los burgueses.
Ya el sabio maestro Orlando Fals Borda 2004, eminente colombiano decía:
“tenemos en el trópico, un universo de hechos, de cosas, de maravillas, de magias, que nadie mejor que nosotros puede entender, estudiar, analizar y gozar. En cambio nos subordinamos aquello de otras latitudes, que vienen con otras filosofías de vida o comercios, con otros propósitos, a aprender de nuestros chamanes, a apreciar la biodiversidad que solo nosotros y nosotras tenemos, para entonces convertirlo allá en otro tipo de conocimientos técnico o tecnológico, o en una píldora que después nos van a vender en dólares, sin dar reconocimientos a los chamanes de donde salió la información contextual…”
Lo mas grave, traducido en los maestros y maestras de este trópico, somos los primeros consumidores de todo tipo de teorías y experiencias foráneas, vengan de donde vengan hágalas quien las haga, es mas, somos los primeros en la búsqueda de didácticas nuevas para seguir profundizando en la atomización del conocimiento, herramientas, metodologías para mejorar nuestra practica pedagógica, pagamos, nos endeudamos para encontrar la llave que permita superar los problemas que tenemos dentro de las escuelas, otros, somos menos preocupados y asumimos que… “como vaya viniendo vamos viendo”, pero quiero destacar un tipo de maestro y de maestra que se sobreponen al hecho e indagan desde adentro e inventan, esos maestros rodrigueanos son los que nos interesan promover e impulsar, pues su rebeldía con causa los lleva a encontrar respuestas con las mismas gentes de su entorno.
El maestro (a) latinoamericano (a) ha sido objeto de los designios de los pensadores que iniciaron el descalabro de nuestros antecesores, y se han atribuido el derecho de producir para que nosotros consumamos, “el maestro portador de saberes”, y “no productor de saberes y conocimiento”. Este es uno de los retos a asumir, desde el magisterio producir teorías desde nuestras prácticas pedagógicas cotidianas para ir encontrando las bases sociales de nuestra educación del trópico. ¡O acabamos con la burla nefasta que hace indignos nuestro oficio o seguimos siendo los ciudadanos de segunda como nos consideran la mayoría de las gentes!
Por otra parte, la escuela, ésta que conocemos, es un recinto que nada tiene que ver con nuestra América, bastantes tratados se han publicado donde se expresa que nuestra educación es pasiva, transmisiva, muchas veces en el intento de hacerla mas agradable la combinamos con otras formulas, que a la final terminan pareciéndose a un bodrio y que fortalece a la final a la misma escuela tradicional reproductora.
Alguien dijo que “ésa era la escuela”, y que “esos eran sus métodos”, y nos nombraron desde su perspectiva, tanto así que no concebimos otras formas de edificarnos que no sean ya las preestablecidas, tan aferrados a las costumbres estamos, que no hay otras posibilidades de educar.
También nos dijeron que en ella solo debía haber maestros que a lo largo de una carrera obtuviesen un titulo. “El titulo”, un documento de propiedad que nos hace solo a nosotros maestros, “dueños y señores para ejecutar la profesión”, aún a sabiendas de que las universidades poco enseñan y que lo que aplicamos en las aulas muchas veces no nos resulta.
Sabemos que esta visión de la escuela, es parte de la trampa que nos han querido montar esa historia de copiadera absoluta, y nosotros hemos caído ciegamente creyendo que es verdad, incluso aunque escuchamos, y afirmamos con nuestra cabeza sobre aquella máxima de nuestros sabios abuelos que decía que la universidad de la vida era incólume y que de allí se sacan los mas grandes aprendizajes que recinto educativo alguno pueda dar, aun así, volvemos la cabeza hacia europa y el norte, menospreciando así la sabiduría de nuestros mayores.
Creo firmemente y convencida estoy de ello, que el acto de educar es un acto muy complejo para dejárselo únicamente al maestro en estos tiempos, pero como todo tiene su precio, he allí el precio que hay que pagar por “el titulo que profesamos”. El capitalismo no pierde ni una. Y no conforme con esto, ha avanzado mucho mas lejos pues ahora en las sociedades “desarrolladas”, la tesis neoliberal es que el maestro ya no será necesario pues la tecnología y otros enseres pasan a sustituir al ser humano por la máquina, me imagino que como buenos copiones que somos pues avanzaremos hacia esta máxima perversa.
Este reto de la escuela, su definición en un sentido mas amplio y reciproco con las comunidades y su defensa, es parte de la discusión que hay que avanzar dentro del magisterio, pues o entramos en razón de que escuelas hay muchas, y las fortalecemos desde el punto de vista educativo para que den sus buenos frutos o seguimos con la soga al cuello creyendo que los recintos escolares son “los únicos” que deben existir y que fuera de ellos nada sucede, y mas temprano que tarde desapareceremos ante la avanzada inevitable de la máquina y del capital.
El maestro, la concepción de escuela, es un concepto que hay que redefinir en esto tiempos de luchas sociales y políticas, asumir nuestra avanzada como seres conscientes de que hay que ver las escuelas que están fuera de las escuelas, buenas, malas, regulares y cuales son los niños jóvenes y adultos que por allí transitan a diario y tendremos un listado infinito de las distintas formas de escuelas comunitarias que nos rodean y que es el maestro comprometido con las causas sociales el ser mas indicado para fortalecerlas mas allá de las aulas de clase. Escuelas muchas, por citar algunas: la familia, los partidos políticos, los consejos comunales, las cooperativas, los recintos escolares, los amigos, las organizaciones de bases, los grupos religiosos, ambientalistas, comunistas, socialistas, capitalistas, las fabricas, los medios de comunicación y paremos de contar. Con ello quiero invitarlos a comprender y analizar las corrientes del pensamiento educativo que están inmersas en las comunidades para permitir desde todos y de manera articulada cual es el verdadero perfil del hombre o la mujer que aspiramos formar, es decir redimensionar el papel del maestro en estos tiempos, es reconocer con humildad todas las posibilidades que se esta dando la sociedad para educar dentro del marco constitucional y nuestro procesos de cambio, todos con todos.
Entonces ¿de cual maestro hablamos? Ya el magisterio combativo de México siglo XX, lo explica, el maestro líder social, el maestro siempre al frente por ser una persona con condiciones especiales, consciente de su clase social, combativo por excelencia, siempre al lado del pobre, del excluido, dando el ejemplo, preocupándose y ocupándose de su pueblo y los mas desposeídos, he allí el maestro, ese, que también impulsó el maestro Prieto Figueroa en su tiempo, dentro de la lucha del magisterio contemplaba la dimensión social del maestro, el maestro centro de la vida social, el acompañante de los procesos sociales, el maestro que toma la iniciativa, el primero en los espacios donde se fragua la vida de las gentes, de las comunidades, el maestro ocupando todos los escenarios sociales para dar su luz y su contribución a las virtudes sociales. El maestro desprendido, el maestro consciente. No podemos avanzar en nuestro proceso si el maestro en su desempeño no revisa sus actitudes y cuanto lleno de consumo e individualismo está.
Si bien, esta dinámica nos está imponiendo la necesidad de revisar nuestro rol y nuestros espacios desde lo pequeño, lo local, entonces, cuanto y mas la revisión profunda de nuestro modelo educativo bolivariano, que aun inconcluso como está, avanzando poco a poco, deberá ser el pueblo maestro el que termine de completar la pata que le falta a la mesa para que en verdad sea autentico y digno de los inventores del siglo XXI.
Nada esta acabado y aun no esta dicha la última palabra, todo en cuestionamiento, es necesaria la mirada hacia atrás, buscar y hurgar en la historia de nuestras sociedades originarias de nuestra América: shamanes, caciques y etnias que se las inventaron para conocer, estudiar profundizar y accionar desde la conciencia y trascendencia por esta tierra, volver la mirada atrás y ver nuestros orígenes campesinos frescos en nuestras memorias, y hurgar las formas y maneras de construirnos en sociedad, tanta historia por descifrar y por retomar. Necesaria la formación que despierte nuestra conciencia en estos tiempos históricos de protagonismo y participación, pero también el maestro (a) luz para la conciencia de los pueblos, el maestro acompañante de las gentes que viven en sociedad, para la organización de la lucha, para la liberación de las mentes y profundización de nuestros conocimientos ancestrales. Digno papel y digno titulo de ser maestro y maestra
Por otra parte, la lucha sostenida del magisterio por su organización es otro de los retos a asumir dentro de nuestra realidad, al magisterio difícilmente alguien podrá organizarlo, creo hay mucho temor, miedo y se asume muchas veces una forma limitada en la organización sindical, otros la asumen como un escenario para ejercer el poder y mandar, también, porque los intereses entran en juego, intereses laborales, económicos entre otros, pero pienso particularmente, que los maestros y maestras debemos revisar las distintas formas y maneras en que nos estamos organizando cotidianamente y, encontraremos un prisma de posibilidades aun a la espera de ser interpretadas por nosotros mismos y de producir las mas ricas teorías sociales dentro de nuestro proceso revolucionario esperando ser complementarias a las propuestas sindicales. Este reto de ver por donde andan los maestros y sus formas y maneras de organizarse está a la espera de ser ordenadas y sistematizadas de manera consciente.
Desde el año 99 se comenzó la movilización con la Constituyente Educativa, luego dimos con el Proyecto Educativo Nacional, y desde entonces esos aires de libertad que nos dimos en nuestro país, hoy, se manifiesta en las diversas corrientes pedagógicas que se han ido perfilando y dando frutos desde la organización, aun no estudiada, no comprendida, no analizada en su justa dimensión, es más, se tiende a descalificar e incluso a tildarlas de divisionistas de la unidad sindical a construir.
Por ello que, desnudar, y permitirnos profundizar en las formas y maneras es parte del reconocimiento y el respeto que debemos tener dentro de este proceso inédito que nos estamos dando, unidad en la diversidad es bueno, falta ver con cuales criterios, el reconocimiento del otro y sus construcciones y sobre todo el respeto hacia las trayectorias recorridas en la construcciones de las distintas organizaciones en las que militamos o compartimos con simpatía.
Por ultimo, el asunto de los maestros organizados y las instituciones revolucionarias, sus funcionarios públicos, todos estos planteamientos en tiempo de revolución pueden ser asumidos, si dentro de las instituciones existen funcionarios que no comprendan las posibilidades, la dignidad y la capacidad de fortalecer los movimientos sociales magisteriales desde una perspectiva política, pues puede darse la lectura de que estos planteamientos son “paralelismos”, o simples “insubordinaciones del pueblo en contra de sus instituciones”,o “proyectos individualistas” cuestión que pudiéramos decir que no tienen sentido ni argumento puesto que nuestra constitución es clara cuando reza que la democracia es poder para el pueblo, es participativa y protagónica, que el poder constituyente no se puede conculcar, que hay libertad de agruparse y de construir posibilidades que alimenten el proceso.
En este sentido, la acepción de que es “paralelismo”, es una manera de interpretar la realidad erróneamente, sobre todo cuando sabemos de que existen formas y maneras de construirse y de-construirse en este proceso bolivariano, pienso que la confianza hacia el pueblo, sus maestros, es una lucha que hay que deslindar si queremos que nuestras voces desde la experiencia y la reflexión se escuchen y que pase por las necesarias conversas sin descalificaciones y con el respeto que se merece.
Si bien es cierto que hay lineamientos del presidente Madurto hacia los ministros, también es cierto que nuestro presidente da sus líneas al pueblo y desde lo cotidiano el pueblo las contextualiza, las reedifica, las nutre y desde allí lucha y construye su arsenal para seguir avanzando con mayor rapidéz, pues sin menoscabo de su trabajo, algunas de las instituciones con la lentitud, la burocracia y la visión única hace que se retarden los procesos protagónicos.
Esto quiere decir que estamos en un momento histórico donde el escuchar profundamente se hace necesario y cada vez necesitaremos funcionarios capaces de escuchar e interpretar las voces desde el pueblo y las construcciones que se está dando para asumir procesos de legitimación permanentes.
En la actual coyunturastamos estamos seguros y seguras, que la vida propenderá a que los maestros (as) tengamos que dar mayores argumentos, actuar mas desde la militancia comprometida con el pueblo y el país, entendernos desde la diversidad, mediar para aprender la tolerancia, y trabajar en pro del proceso y nuestra reconstrucción nacional y nuestra emancipación definitiva del norte.
Maestros y maestras, este sistema capitalista debe morir de una vez por todas, debemos resarcir toda la historia aun por escribir, el acercamiento hacia lo humano de estos tiempos nos llama a deslastrarnos de la condena que nos ha impuesto esta sociedad desde la derrota de Guaicaipuro, la derrota de la gesta independentista y paremos de contar, las derrotas que durante la democracia representativa tuvimos. Necesario es entonces la calma y la conversa sosegada, los análisis de nuestra situación y la respuesta que desde el pueblo aportaremos a nuestro proceso de transformación revolucionaria, he aquí alguna que desde nuestro punto de vista deberemos tomar en cuenta para futuras fraguas:
En primera instancia permitir el protagonismo y la participación, un gran consenso nacional en torno a la diversidad de enfoques y formas de ser y hacer escuelas, desde el pueblo, aun no reconocidas por las estructuras del estado burgués. Recuperar las experiencias que se vienen dando en todo el territorio nacional, fortalecer y sincerarlas como saldos del proceso revolucionario y como parte del modelo educativo desde las gentes y en defensa de su educación por la liberación y reconstrucción nacional, avanzar hacia la organización del movimiento pedagógico local, regional, nacional y nuestroamericano.
En segunda instancia, resolver los problemas inherentes a los conceptos de masificación, escolarización heredados del sistema capitalista como única opción a través de los edificios escolares o las llamadas “escuelas oficiales”, y transformarlos en un debate nacional en torno a su origen y causas que lo generaron, interrogantes como estas:¿Cómo superar la división social del trabajo? ¿La vinculación de esta educación con los postulados de una sociedad que se enrumba hacia el socialismo? ¿El proceso de formación desde la liberación y la reconstrucción nacional y la invención de mecanismos que se desmarquen en la medida de lo posible del modelo rentista? En consecuencia, definir las políticas que desde las organizaciones de las gentes avancen hacia el montaje del bien común, colectivo y una cruzada por elevar nuestros niveles de conciencia política. A mi modo de ver los planteamientos en estos aspectos han sido tímidos.
El maestro de nuestro tiempo debe profundizar, estar informado pues nuestras realidades están cambiando permanentemente, estamos en pleno movimiento y en pleno debate desde las ideas, “aunque a algunos les canse nuestras ideas” por lo tanto la formación permanente es necesaria desde nuestros espacios educativos y comunidades.
En tercera instancia, profundizar, aportar y articularnos con las escuelas sociales, escuelas de la vida o escuelas comunitarias como formas de preservar el arraigo, la cultura y el trabajo emancipador, libre y propio de la gente. Escuelas emergentes que nos den respuestas más cercanas a todo el bagaje de sueños que tenemos acumulados a través de escritos y discursos, más allá de las instituciones y su burocracia. El maestro debe articular y asumir el reto desde la educación donde todos participen y se asuman constructores de un proceso educativo emancipador.
En cuarta instancia: Asumir la construcción de la verdadera educación de nuestro trópico, el maestro utilizando los contextos para indagar y construir tal y como muchos lo estamos haciendo para aportar así a un currículo y un sistema educativo bolivariano pertinente social y culturalmente, convirtámonos en investigadores de lo cotidiano, ampliemos la acción pedagógica, educativa, mas allá de las aulas, y veamos donde nos complementamos.
En quinta instancia: Redimensionar la concepción del estado docente, ponerlo a tono con los nuevos tiempos, un estado docente corresponsable en la gestión revolucionaria, cualificado y pertinente en tiempos de protagonismo y participación, en doble dirección: el gobierno y la movilización permanente del movimiento pedagógico consecuente con el proceso y viceversa.
Estamos en tiempos aun de liberación y reconstrucción nacional, la batalla contra el imperialismo y su terca idea de socavar las bases de nuestra V república, hace que pensemos ahora si, de manera consecuente como vamos a afrontar los retos de nuestra educación en lo porvenir, las interrogantes se suceden por doquier, y llenarían páginas enteras:
¿Cómo pensar una educación distinta?¿como vamos a revertir los modos de producción capitalista que aun nuestra educación sigue fomentándose?, ¿Cómo vamos a trabajar el asunto de la masificación de la educación y a través de cuales mecanismos que nos permita fortalecer el bien común por sobre la competencia aun tan arraigada en nuestros niños, jóvenes y maestros al entrar en nuestras escuelas?, ¿Cuáles otras alternativas educativas están surgiendo que posibilitan la creación de nuevas estructuras que arrasen con el modelo imperial de la educación?, ¿Cómo vislumbrar la reconstrucción nacional por la liberación desde la construcción de un modelo educativo que desde las gentes posibilite elevar el nivel de conciencia política desde los primeros años de vida hasta la vejez? ¿Cómo establecer los puentes comunicacionales desde el entramado social en red y las instituciones revolucionarias? ¿Cuáles los hombres y mujeres capaces de construir desde las gentes?
Fuente:
http://www.aporrea.org/educacion/a179154.html
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