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¿Qué es la brecha epistémica en educación?

Luis Bonilla-Molina

  1. Introducción

Estamos viviendo una coyuntura bisagra para el sostenimiento de las conquistas sociales en general y de manera particular del derecho a la educación. En tal sentido, y, como lo hemos venido señalado en otros textos, durante la cuarentena por la pandemia del covid-19 se produjo un asalto brutal al derecho a la educación, al no garantizar muchos Estados Nacionales las condiciones mínimas para desarrollar los procesos de enseñanza aprendizaje.  Autoridades educativas guardan silencio sobre la neo privatización que ocurrió durante el cierre de escuelas por cuarentena preventiva, en virtud que gobiernos, al mejor estilo del modelo de sociedad educadora neoliberal, transfirieron sus responsabilidades a las familias, estudiantes y docentes, teniendo estos últimos que asumir los costes de acceso a internet, compra de equipos de conexión, pago de plataformas, apropiación de la producción de contenidos digitales y el manejo virtual. Insistimos en ello, porque esta situación amenaza con sostenerse en el retorno a la presencialidad y más allá en la post pandemia, a partir del anunciado modelo educativo de presencialidad + virtualidad.

Con una dosis de cinismo sui generis, las autoridades educativas comienzan a hablar de su preocupación por el abandono escolar de los niños, niñas, adolescentes y estudiantes de educación universitaria. ¡¡¡No fueron los/alas alumnos/as quienes dejaron las escuelas, bachilleratos y universidades, sino los Estados quienes les abandonaron a su suerte durante la pandemia; sin equipos de computación y sin internet fueron empujados a la periferia de los sistemas escolares!!!

El atasco en el debate al respecto y la acción reflejo del avestruz que ha caracterizado a sectores del pensamiento alternativo y del propio magisterio, pareciera deberse a los problemas para comprender la orientación estratégica en materia educativa del capital, en la transición entre la tercera y cuarta revolución industrial y su impacto en la agenda de los sistemas escolares. La vorágine de cambios y el giro de 180 grados causa desorientación y vértigo ante el peso de las rutinas y el performance escolar que vivimos en el último siglo.  Este atasco tiene sus orígenes en la brecha epistémica.

 

  1. ¿Qué es la brecha epistémica?

La brecha epistémica no es otra cosa que la in-compresión de la distancia existente entre lo que hacemos y lo que demanda la sociedad y el modo de producción. Se expresa en limitadas posibilidades para tomar conciencia crítica respecto a esta situación, fenómeno derivado de paradigmas, arquetipos, rutinas, narrativas e imaginarios que se corresponden a otro momento histórico, al pasado.

La brecha epistémica es más peligrosa que la brecha tecnológica, porque la segunda se subsana con la compra de equipos y tecnología, mientras que la primera demanda procesos de aprendizajes y razonamientos lógicos que permitan apropiarnos de las características del cambio. Salir del atasco requiere una didáctica contextualizada del cambio incesante, propia de una propuesta pedagógica emancipadora, liberadora contextualizada en el siglo XXI.

En la medida que la distancia existente entre lo que sucede y nuestra comprensión del fenómeno sea mayor, la tendencia defensiva es a negar el hecho y su permanencia. Asignándole a las evidencias estatus de fortuitas e irrepetibles. Por ejemplo, muchos docentes ven la virtualidad como un fenómeno coyuntural de la cuarentena por pandemia y se resisten a ver en ello una dinámica que se sostendrá en el tiempo con distintos grados de aplicación.

La brecha epistémica genera un caos cognitivo tremendo, al evidenciar los y las docentes numerosos signos de cambio en una coyuntura histórica como la actual y, sentirse desprovistos de las herramientas teóricas y experienciales para afrontar, comprender y actuar en lo nuevo.

Al no conseguir las claves para entender lo nuevo se corre el riesgo de forjarse un espíritu conservador, que se resiste a abrirse al aprendizaje para el cambio o, peor aún se corre el riesgo de creer que es suficiente con no hablar de ello para que la nueva realidad se disipe.

La brecha epistémica individual debería resolverse mediante el auxilio de la institucionalidad educativa, pero la actual brecha epistémica tiene dimensiones organizacionales, es decir abarca a los ministerios de educación y una parte importante de universidades y centros de formación permanente del profesorado.

La brecha epistémica es mucho más profunda que las crisis paradigmáticas descritas por Khun (1922-1996), porque en este caso, implica repensar el mundo en su totalidad y en la “comunidad educativa”, producto de la despedagogización, curricularización de las pedagogías y la pragmática neoliberal, no existe un cuerpo teórico, ontológico y de creencias compartidos ni consenso respecto a la aplicación de la teoría y los modelos de soluciones de problemas.

Los gobiernos neoliberales, acostumbrados a obedecer sin pensar mucho, parecieran no entender la orientación estratégica del capital y sus demandas educativas y, cada administración hace una reforma educativa de carácter nacional con pinceladas de lo que dice la OCDE BM o UNESCO, las cuales lejos de resolver los problemas que las generan terminan anarquizando aún más los sistemas educativos.

La apelación a lo “local” de las reformas educativas no es necesariamente el resultado de una valoración del desarrollo desigual y combinado del capitalismo que le impone roles diferenciados a los territorios, sino un tareismo de cambiar algunas cosas para dar la sensación de estar haciendo algo y dar muestras de lealtad al centro capitalista. Sin embargo, estas reformas educativas como parches que atacan síntomas, pero no los problemas, terminan siendo iniciativas sin teleología producto de la brecha epistémica.  El paradigma de la burocracia educativa, de subordinación de los sistemas educativos al modo de producción capitalista no resulta suficiente para entender la transición de lo educativo entre la tercera y cuarta revolución industrial. La brecha epistémica está haciendo disfuncional a las burocracias educativas para el funcionamiento del sistema mundo capitalista.

 

La estructura de la institucionalidad educativa es la propia de una maquina newtoniana; por ello surge la ilusión que el cambio de paradigmas es cuestión de reformas (partes, piezas de la máquina) curriculares, didácticas, evaluativas, o de creación de nuevos departamentos (piezas complementarias). Es una castración epistemológica que impide pensar -y mucho menos poner en marcha- la organización, carreras y dinámicas internas de manera radicalmente distinta a las rutinas y protocolos existentes. Esta limitación para pensar lo nuevo en sus expresiones organizacionales concretas suele interpretarse como desactualización. Pero los intentos de actualización se hacen aproximándose a la institucionalidad como si fuera una máquina y las propuestas de cambio terminan siendo ajustes o sustitución de las oxidadas piezas. Las recientes olas de reformas educativas y universitarias han sido eso, con resultados poco alentadores que terminan auspiciando el inmovilismo educativo y un espíritu pedagógico conservador.

La resistencia al cambio derivada de la brecha epistémica es evidencia de serias limitaciones para comprender el horizonte qué, para colmo, está en permanente movimiento. La respuesta reflejo resultante de la brecha epistémica, se asemeja a la solución cognitiva que se produce ante la fragmentación del vidrio delantero del auto que hace que terminemos viendo la realidad a través del retrovisor.

La brecha epistémica tiene dimensiones territoriales. No es lo mismo la brecha epistémica en el centro del sistema mundo capitalista que en sus periferias. Los(as) ciudadanas(os) del centro capitalista tienen posibilidades mayores de ver las manifestaciones concretas del horizonte de la brecha epistémica, allí donde los(as) habitantes de la periferia capitalista solo observan brumas difusas. Para un habitante de Múnich, Ámsterdam o París la virtualidad está más próxima a una cotidianidad donde el internet es accesible, la electrificación estable, el acceso a equipos de computación relativamente fácil, donde los vídeos juegos hacen parte del paisaje, mientras que en Ocosingo (México), Rubio (Venezuela) o Carcasí (Colombia) su aproximación más extendida es a través de los contenidos de las películas y noticieros de televisión por limitaciones de conectividad y equipos.

Es decir, la brecha epistémica tiene expresiones diferenciadas conforme al desarrollo desigual y combinado del capitalismo, sin embargo, como aprendimos como Wallerstein (1930-2019) el sistema mundo no deja un territorio inhabitado de sus dinámicas. Es decir, la aceleración de la innovación y la cuarta revolución industrial llegará a todos los rincones del planeta en el corto y mediano plazo, ya sea modificando tu realidad o excluyéndote.

Algo similar ocurre en los países respecto a la ciudad y el campo, las metrópolis y los territorios ancestrales. En América Latina el sector urbano concentra la mayor cantidad de posibilidades de acceso a servicios mientras en el mundo rural la precariedad se convierte en signo de identidad. No es lo mismo hablar de mundo digital en las capitales de los países que territorio adentro en el campo. La proximidad y las posibilidades de comprensión de los nuevos fenómenos de comunicación, educación, consumo, participación y sociabilidad es mayor en los centros urbanos que en las comunidades rurales. Eso puede generar la falsa percepción que lo nuevo no es propio del campo, sino que ese es un tema citadino.

La brecha epistémica puede generar la imaginaria esperanza que si desde la periferia capitalista nos convertimos en ostras encerradas en la concha nos haremos impermeables a la lógica del mercado en la cuarta revolución industrial. Pero la realidad es que la ostra sobrevive porque protege “lo suyo” dentro de la coraza, pero no pierde contacto con la realidad externa. Una falsa conducta de ostra reside en oponer saberes ancestrales y desarrollo científico-tecnológico, cuando de lo que se trata es de construir una dialéctica territorial que permita establecer las bondades y límites de uno y otro.

La brecha epistémica pretende ser presentada como una cuestión generacional. Es una especie de pulsión de fuga recubierta de narrativas esperanzadoras, basada en el supuesto que los y las más jóvenes hallarán las respuestas que le resultan esquivas a quienes nacieron antes de la década de los noventa del siglo veinte. Teóricos como Prensky con sus ideas sobre los nativos digitales y migrantes digitales alimentan esta ilusión que sedimenta la brecha epistémica. Como hemos señalado no es un tema de edades, sino de lectura freireana de la realidad a partir de precisar el impacto en el modo de producción capitalista, de los pliegues y giros que imponen las revoluciones industriales y como estos dobleces marcan una nueva agenda educativa. Si mayores y jóvenes no logran comprender el impacto de la tercera y cuarta revolución industrial en el sistema mundo capitalista y lo que ello implica para la educación y los sistemas escolares, la brecha epistémica se sostiene.

La brecha epistémica tiene una expresión concreta el campo popular, derivado de la precaria comprensión de la relación dialéctica entre el uso de tecnologías alternativas y la aceleración de la innovación científica-tecnológica. Lo alternativo no es ajeno al impacto de la aceleración exponencial de la innovación en sus imaginarios, narrativas y usos. Las tecnologías alternativas no son un petroglifo de un museo, sino que, mantienen una interacción simbólica entre pasado y presente, tradición e innovación. El inmovilismo de las tecnologías alternativas, la negación a interactuar con lo nuevo sin ceder con ello a su horizonte paradigmático, el no pensar críticamente la novedad valorando sus relaciones con la realidad y los contextos, evidencia la brecha epistémica. Tal vez a ello contribuya la inusitada velocidad de lo emergente, el creciente volumen de expresiones de lo radicalmente nuevo.

La brecha epistémica facilita la minería digital y el extractivismo de identidades humanas. En los últimos dos años hemos visto la inusitada penetración de dispositivos móviles en comunidades no solo urbanas, sino también rurales.  El uso ingenuo de estos equipos facilita el extractivismo de información personal y la minería de datos. La prospectiva de avatares en el mundo virtual se está construyendo a partir de esta minería, proceso que amenaza la identidad de poblaciones que se acercan a lo tecnológico con una brecha epistémica.

La brecha epistémica es estructuralmente más consolidada en varones que en mujeres, debido al papel reproductor del patriarcado en la sociedad capitalista. El patriarcado implica una aproximación conservadora respecto a las relaciones sociales, una de ellas con la ciencia y la tecnología emergente, sobre todo las innovaciones propias de la transición a la cuarta revolución industrial que desafía las rutinas y performance societal.  Por ello, mientras los varones se resisten al impacto de los nuevo desde la incredulidad y la sátira, las mujeres se aproximan a esta situación desde lo práctico, las posibilidades y su impacto en la vida cotidiana. Por ello, el feminismo es una posibilidad para resolver la brecha epistémica superando la tecnofobia y la tecnofilia.

La brecha epistémica posibilita nuevas expresiones de huella ecológica, pues no permite comprender el giro del modo de producción hacia nuevas fuentes energéticas, más allá del petróleo, gas y carbón. Esto permite la continuidad de la crisis ambiental con variantes no conocidas de impacto ecológico. La brecha epistémica limita las posibilidades de respuestas anticapitalistas a un modelo de sobreproducción de mercancías que quiere parecer ecológico al cambiar de fuentes energéticas, independientemente que las nuevas causen otros impactos ambientales.

La racialización de la brecha epistémica se muestra de manera más evidente en el sur global, donde las precarias situaciones materiales de vida hacen ver la transición entre la tercera y cuarta revolución industrial como un tema ajeno. En contraste el blanco del norte imperialista se muestra como el civilizado capaz de comprender los desarrollos y el horizonte teleológico de la aceleración de la innovación.

Todas estas expresiones de la brecha epistémica facilitan el inicio con impunidad del reseteo mundial. A mediados de 2020 Schwab y Millaret presentaron las líneas maestras de este proceso en el libro Covid-19 el gran reinicio (2020) que sirvió de base para la reunión de Davos de 2021 que se convocó con el mismo lema. El giro dramático de la economía, modelo político y social, así como de la educación fue presentado con absoluta impunidad gracias a la brecha epistémica que impide vislumbrar el impacto profundo en la calidad d vida de la clase trabajadora y países de bajo ingreso, que acarreará esta iniciativa. Enfrentar el reseteo mundial pasa por resolver de manera colectiva la brecha epistémica, algo en lo cual el magisterio puede tener un especial protagonismo.

La brecha epistémica es mucho más dramática que la brecha del conocimiento. La segunda, se resuelve con procesos de aprendizaje ubicados en fuentes del saber, ya sean institucionales o populares. Mientras que la primera, implica desconstruir y crear una nueva epistemología de la sociedad que dé cuenta de las implicaciones de la transición de la tercera a la cuarta revolución industrial, en las comunidades, la educación y los sistemas escolares: tarea pendiente en el plano organizacional y comunitario.

En fin, la brecha epistémica constituye el problema central de las resistencias anticapitalistas en educación porque impide la construcción de alternativas epocales que construyamos respuestas cabalgando sobre una realidad tan dinámica como la actual y el contexto de la inusitada aceleración de la innovación científica y tecnológica.

 

  1. ¿Por qué surge la brecha epistémica en educación?

Los y las trabajadores(as) de la educación fuimos formados con el arquetipo de la sociedad capitalista de la primera y segunda revolución industrial. El sistema escolar conocido es una puesta en marcha de la estructura de ciclos de Comenio, de la lógica escolar gradual, donde todo marcha a semejanza de una máquina compuesta por partes, con dificultades que se incrementan según los patrones de edad y año escolar. La pedagogía fue fragmentada y cada una de sus partes autonomizada; el currículo pasó a ser el centro de lo educativo, las didácticas una feria de propuestas de dinámicas educativas muchas veces en conflicto con la evaluación o el modelo de gestión escolar.

Nos acostumbramos a pensar que la educación del sistema educativo era disciplinar, porque así lo requería el sistema mundo capitalista en las dos primeras revoluciones industriales; ante ello oponíamos la transdisciplinariedad como ruptura con el conocimiento estanco. Pero no nos enseñaron a ver el proceso de mutación del capitalismo como resultado de la tercera revolución industrial; no comprendimos que lo alternativo, la transdisciplinariedad se convertía en la tercera revolución industrial en requerimiento del modo de producción.

Tuvimos -y tenemos aún- dificultad para comprender el impacto de la aceleración de la innovación científico-tecnológica en la educación. En algún momento se borró de la agenda transformadora la conquista alcanzada después de muchas luchas respecto a la democratización del conocimiento científico, tecnológico y los saberes comunitarios como una de las tareas centrales de la escuela, bachillerato y universidad. Democratización del conocimiento que para el capital consistía en la habilitación de los egresados para ser parte del modo de producción conforme a los requerimientos de cada momento histórico, mientras que para el proletariado significaba la posibilidad que sus hijos e hijas pudieran apropiarse de la ciencia y el conocimiento que pretendía ser administrado a cuenta gotas por la burguesía. Esta pérdida de centralidad educativa de la democratización del conocimiento de punta en lo escolar contribuyó a la brecha epistémica.

Esto fue creando “certezas” que resultaban impermeables a lo contingente. Esta petrificación de las rutinas y protocolos se fue estandarizando hasta hacer prácticamente imposible ver otra manera de actuar pedagógicamente. La taxonomía de Bloom, que emergió en el contexto de los informes Coleman (EEUU,1966) y Fauré (Unesco, 1972) se convirtió en la forma no solo más popular sino idónea de elaborar currículo por sus posibilidades para la evaluación del desempeño docente y del desarrollo de aprendizajes entre los y las estudiantes. El currículo fue convertido en corazón de lo educativo y de allí pasó a sustituir el ejercicio pedagógico. Los docentes fueron convertidos en administradores curriculares y sus procesos como dinámicas de una máquina, con ritmos, metas y temporalidad.

Esta forma única (o unificada) de entender el acto pedagógico inhabilitó al sistema educativo y a la labor docente para dialogar dialécticamente con la innovación. La educación contextualizada se convirtió en narrativa que escondía la relación insustituible entre lo local y lo global en los procesos de enseñanza-aprendizaje. La creciente mirada localista derivó en la actual brecha epistémica, funcional a la lógica de un sector del capital interesado en la destrucción de la escuela pública presencial.

La brecha epistémica está siendo usada por sectores del capitalismo vinculados a las grandes trasnacionales de la tecnología para presentar a los y las docentes como desactualizados y la escuela presencial como ineficiente. Es decir, está resultando funcional al nuevo modelo de privatización educativa (educación en casa + virtualidad + conexión + contenidos digitales con costos asumidos por las familias).

 

  1. ¿Cómo se evidencia la brecha epistémica?

Cuando llevo a mis hijos(as) más chicos(as) a la escuela veo con asombro, como los rituales educativos, estructura escolar y dinámicas pedagógicas se parecen demasiado a las que viví como estudiante hace 50 años o en las que participaron mis hijos mayores hace treinta años. Antes de la pandemia, instituciones educativas prohibían el uso del celular en las aulas y tenían dificultad para incorporar esos dispositivos a los procesos de enseñanza-aprendizaje. En medio de la sociedad de la información, como lo ha demostrado la pandemia, muchas escuelas no solo no tienen internet, computadoras para cada estudiante, ni nubes educativas propias, sino que tienen dificultad para entender las posibilidades de lo digital y virtual. Muchos docentes se resisten a aproximarse a lo digital y virtual con el único argumento que son iniciativas generadas por el capital trasnacional, sin que estos cuestionamientos vayan acompañados de generación de caminos alternativos.  Ciertamente lo digital y virtual construido por las trasnacionales de la tecnología fomenta el pensamiento reproductor, pero eso no justifica que no se presenten alternativas desde lo virtual-digital.

Esta resistencia de lo educativo a construir propuestas pedagógicas alternativas en el mundo virtual y digital, con sus dimensiones curriculares, didácticas, evaluativas, de planificación y gestión, que transiten entre lo presencial+virtual+digital de manera armónica evidencia la brecha epistémica.

 

  1. ¿Qué podemos hacer para superar la brecha epistémica?

No me gustan las recetas y me inquietan quienes las formulan. Así que sólo me atrevo a señalar aspectos a ser tomados en cuenta a la hora de construir una hoja de ruta. Primero, abrir un debate que inicie formulando como puede ser la escuela/universidad presencial en un giro de 180 grados. Segundo como esa nueva institucionalidad educativa incorpora vitualidad+digital (VD) a los procesos de enseñanza -aprendizaje, no como complemento sino como parte constitutiva de las dinámicas pedagógicas. Tercero, pensar lo curricular, didáctico, evaluativo, planificación y gestión desde una perspectiva de presencialidad liberadora y de programación informática emancipadora. Cuarto, abrir un proceso de alfabetización popular en algoritmos y programación que permita construir conocimiento digital y virtual desde las escuelas y universidades. Quinto, entender las dinámicas de desarrollo desigual y combinado en una orientación común del sistema mundo capitalista en la cuarta revolución industrial.

Esto pasa por reconstruir los mecanismos dialógicos de recuperación de saberes y construcción de conocimiento, entre docentes, estudiantes y familias.

La brecha epistémica expresa las desigualdades e injusticias sociales, que generan exclusión e impiden condiciones materiales de posibilidad para resolverla. La brecha epistémica es una condena del poder global que impide a las mayorías entender la realidad en cambio incesante, en contextos de impacto profundo de la creciente aceleración de la innovación.

 

  1. Los gremios y sindicatos docentes a la vanguardia de la superación de la brecha epistémica

Las organizaciones de los y las docentes representan la fuerza organizada más importante del magisterio. Han construido una tradición defensiva que hoy resultan especialmente importantes para defender la profesión docente y la escuela presencial. Los gremios y sindicatos docentes son espacios privilegiados para discutir y entender colectivamente lo que está pasando y generar alternativas de resistencia.

No idealizamos lo sindical y gremial; estamos conscientes de que muchas organizaciones del magisterio son patronales y burocráticas, por lo que proponemos, está fundamentalmente dirigido a organizaciones democráticas y no coaptadas.

El año 2022 debería ser aprovechado para abrir un amplio debate sindical al respecto. Romper con la brecha epistémica es la única posibilidad de salvar la escuela pública presencial, ante la tormenta tecnológica en ciernes y los anuncios del estallido de la burbuja educativa.

 

Lista de referencias

Bonilla-Molina, Luis (2021) La nueva fase del Apagón Pedagógico Global (APG). Ediciones Ove. Caracas. Disponible en https://luisbonillamolina.wordpress.com/2021/11/17/la-nueva-fase-del-apagon-pedagogico-global-2022-2030-y-alla/

Coleman (1966) Informe del Estado de la Educación / Igualdad de oportunidades en Educación. Disponible en  https://drive.google.com/file/d/0Byhtrdi1KzqBRmdDQlhfM3NLeDA/view?resourcekey=0-S8ipvya7I3gSmpTY5-oYMQ

Faure (1973). Aprender a ser: la educación del futuro. Ediciones unesco. Disponible en https://www.berrigasteiz.com/monografikoak/inklusibitatea/pubs/unesco_aprender%20a%20ser.pdf

Kuhn, Tomas (1970). Segundos pensamientos sobre paradigmas. Texto mimeografiado.

Prensky. Marc (2010) Nativos y migrantes digitales. Disponible en https://marcprensky.com/writing/Prensky-NATIVOS%20E%20INMIGRANTES%20DIGITALES%20(SEK).pdf

Schwab. K & Millaret (2020) Covid-19 el gran reinicio. Libro digital  Amazon book.

Wallerstein (1999). Sistema mundo – moderno. (4 tomos). Ediciones siglo XXI. México

 

 

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La Nueva fase del Apagón Pedagógico Global (2022-2030 y + allá)

Luis Bonilla-Molina

  1. Un breve balance

Desde el 2015 veníamos denunciando la posibilidad que ocurriera un Apagón Pedagógico Global (APG). que no era otra cosa que el paso abrupto a la virtualidad mientras los sistemas escolares de los distintos países del mundo no estaban preparados para ello. Muchos ministerios de educación habían ignorado el impacto que tendría en el corto plazo la aceleración de la innovación en los sistemas escolares y, esta omisión -denunciábamos- favorecería el desembarco de novedosas y terribles formas de privatización y exclusión educativa.

A pesar de los anuncios de las grandes corporaciones tecnológicas conocidas y formuladas entre 2011 y 2019, respecto a inversiones millonarias en propuestas tecnológicas para la educación, la inmensa mayoría de ministerios de educación no avanzaron en la construcción de plataformas virtuales propias, ni repositorios de contenidos digitales multimedios independientes, mucho menos en escuelas de formación pedagógica en el mundo virtual y digital. En algunos casos se construyeron repositorios de textos, conformados por libros que se escaneaban y ello pretendía ser presentado como el eje del mundo digital en la nueva etapa.

La pandemia del COVID-19 y la cuarentena preventiva que ello generó, con el consecuente cierre de millones de escuelas, fue el escenario utilizado para el desembarco de la primera fase del anunciado Apagón Pedagógico Global, en la cual se procuró:

  1. Alfabetizar en el consumo de plataformas virtuales generadas por las grandes corporaciones tecnológicas. No importaban que estudiantes, docentes y familias no conocieran las epistemologías de estas plataformas, de lo que se trataba era que aprendieran a usarlas rápidamente con el pretexto de la contingencia. Acostumbrar a consumir los enlatados virtuales;
  • Construir el imaginario social que la tecnología llegó de manera forzada y por la puerta trasera a las instituciones educativas y presentar esta situación como evidencia del atraso de la educación presencial. Igualmente mostrar a les docentes como un personal que se alfabetizó en el manejo de plataformas virtuales durante la pandemia porque no estaba calificado previamente para ello.  Esta situación convertida en política pública global pareciera ser parte de una ofensiva a ser sostenida en el futuro próximo, para mostrar a les docentes como desactualizados;
  • Poner en evidencia la brecha epistémica existente en los procesos de enseñanza-aprendizaje, la cuál tiene un impacto directo en el «desarrollo de capacidades de respuestas escolares» a las necesidades formativas propias del modo de producción 4.0;
  • Abrir puertas a la construcción de hegemonía mundial sobre la posibilidad de ir progresivamente a un modelo de educación en casa. Algo que en esta etapa es posible solo para los hijos de la burguesía y la clase media alta;
  • Imponer el paradigma de “sociedad educadora” mediante la cual los Estados Nacionales se desentienden de garantizar las condiciones mínimas para el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje y transfieren a los y las ciudadanas(os), a la “sociedad”, responsabilidades centrales para el cumplimiento del derecho humano universal a la educación:
  • Lo anterior dio inicio a nuevas formas de privatización educativa encubiertas con la noción de la educación como bien común, donde a los “ciudadanos comunes” les correspondió asumir los costes de la brecha tecnológica, como se mostró durante la pandemia.
  • Generar estratificación escolar y romper con las posibilidades igualadoras de la escuela. Estratificación que se dio de manera forzada entre 1) quienes tuvieron acceso a internet, computadoras y una familia o profesores que les acompañaron en los procesos de enseñanza aprendizaje en casa, 2) aquellos que solo tuvieron acceso a computadores e internet, pero la falta de apoyo en la transición de la presencialidad a la virtualidad les impactó de manera significativa en los logros de aprendizaje, 3) aquellos que no pudieron mantener vínculo pedagógico virtual y ocasionalmente lo hicieron mediante cartillas y/o materiales impresos, así como el intermitente apoyo docente. Este sector de la población estudiantil comenzó a cuestionarse sus posibilidades de continuar estudiando en el mediano y largo plazo, 4) quienes no tuvieron ningún vínculo pedagógico y quedaron excluidos del sistema escolar.

De esta manera lo “nuevo” desembarcaría no solo con menos resistencias sino con la autopercepción por parte de los sectores sociales de bajos ingresos respecto a una supuesta incapacidad para continuar estudiando ante la imposibilidad de acceder a la conectividad, equipos de conexión, plataformas virtuales y contenidos digitales;

  • Desatar los truenos de la tormenta tecnológica en ciernes con la intención de profundizar la incertidumbre pedagógica entre los/las trabajadores(as) de la educación
  1. Profundizar en la desinversión salarial de los y las docentes. Durante la pandemia los y las trabajadoras(es) de la educación tuvieron que redoblar sus jornadas laborales, sin que ello se viera acompañado de los debidos ajustes salariales. A ello se debe añadir que les docentes asumieron por cuenta propia los costes de conexión a internet, pago de suscripciones a plataformas y/o compra o mejora de los equipos de conexión. Esto amenaza con convertirse en una práctica permanente que precarice salarios y condiciones de trabajo del personal que trabaja en la educación

Logrados estos propósitos el balance es aterrador. Los datos empíricos e informaciones suministradas por gremios docentes indican que en América Latina y el Caribe, entre 30 y 50%, (según cada caso nacional) quedo excluido de la posibilidad de sostener de manera continua el vínculo pedagógico por medios virtuales; esto se debió a la precaria conexión a internet y el desigual acceso a equipos de conexión (computadores, tablet, celulares). Recién comienzan a conocerse algunos datos oficiales que confirman este drama pedagógico global y muestran que un porcentaje importante de la población estudiantil no pudo mantener vínculo pedagógico alguno.

El otro porcentaje se “entrenó” en el consumo digital y virtual, en la reproducción de conocimiento en el capitalismo cognitivo. Fueron marginales las experiencias de generación de resistencias en el mundo virtual, dada la precaria capacidad de adentrarnos en este campo desde las teorías críticas, algo que abordaremos en otro artículo.

  • 2.Vuelta a la presencialidad sin debate profundo respecto a que ocurrió

Preocupa qué a pesar de los elementos descritos en el sucinto balance de lo ocurrido en el campo educativo entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, el retorno a la presencialidad en las aulas se haya venido dando como un tema administrativo y de medidas de bioseguridad.

No solo ha sido sospechoso el silencio abrumador -y cómplice con la ofensiva del capitalismo cognitivo- de muchos ministerios de educación, sino la actitud de mirar para otro lado de importantes sectores de la academia, centros de formación docente e incluso de muchos gremios y sindicatos docentes. Cada quien ha vuelto a lo suyo prácticamente haciendo abstracción de la situación descrita en el balance, como si con esa actitud se conjurara la continuidad de la ofensiva tecnológica del neoliberalismo contra la educación.

El derecho a la educación esta siendo amenazado de manera muy contundente con nuevas formas de privatización y exclusión. La UNICEF (2021) acaba de publicar un estudio en el que se señala que más de 200 millones de niños y niñas han quedado sin continuidad del vínculo pedagógico en 37 países en el marco de la pandemia. No quiero imaginarme el dato si analizamos la totalidad de naciones del orbe. Urge un debate serio, concienzudo al respecto.

Los debates educativos del presente deben zafarse de mucho de los arquetipos del pasado y ser capaces de situarse en la contradicción capital-trabajo del presente y sus repercusiones en los sistemas escolares y las agendas educativas. Por ello, preocupa que muchos de los libros que sobre educación hemos visto publicados estos dos últimos años, son textos que analizan lo que ocurrió las dos últimas décadas del siglo XX o las dos primeras del siglo XXI con paradigmas de las dos primeras revoluciones industriales, narrativas que no se atreven a adentrarse en el caótico presente de la tercera década del siglo XXI en medio de la transición a la cuarta revolución industrial.

La cortina de humo con la cual se pretenden ocultar las nuevas formas graduales de destrucción de la escuela pública presencial, se expresa en las diatribas respecto a si se cuenta o no con medidas de bioseguridad para el retorno presencial a las aulas. Ciertamente este es un tema importante, decisivo para garantizar el derecho a la vida, pero la vuelta a las aulas después de meses de cuarentena viene precedida de la brutal exclusión descrita en este texto, de tormenta tecnológica, incertidumbre sobre el futuro de la formación docente y la propia profesión de maestras y profesores. Obviar estos temas y no abrir espacios para los debates al respecto, tanto por carencia de respuestas certeras como por resistencia al cambio, es algo absolutamente funcional a la lógica del capital.

Recientemente, en el marco del foro de Davos del 2021 se señalaba el 2030 como fecha de convergencia de la aceleración de la innovación y la obsolescencia de los modelos escolares existentes, así como de caducidad de los perfiles de egresos y del funeral de muchas profesiones.  Este anuncio de “crash” educativo debió hacer reaccionar a la intelectualidad educativa crítica, a los sindicatos docentes clasistas, al estudiantado de los centros de formación docente, pero ante  la falta de respuestas sobre los necesarios cambios para enfrentar la tormenta tecnológica y el anunciado estallido de la burbuja educativa, lo que prevaleció fue un estruendoso silencio ante una situación que en otro momento histórico habría generado resistencias organizadas a escala global.

Es urgente y necesario un debate mundial de las pedagogías críticas, las educaciones populares, los gremios docentes clasistas, las asociaciones estudiantiles y de familias para construir de manera participativa una ruta actual de transformación desde la perspectiva de la educación liberadora, que permita no solo enfrentar sino navegar creativamente en medio de la tormenta tecnológica que se avecina, amenazando los sistemas escolares presenciales.

  • 3. La tormenta tecnológica no cesará

En el sistema mundo capitalista la ganancia y el lucro determinan la orientación de las políticas públicas. Hasta la más “noble” decisión gubernamental contiene áreas importantes de demanda y oferta, de consumo y ganancia, en este caso no es distinto. Durante el 2020, año de mundialización de la pandemia e inicio de la cuarentena, la economía global se desaceleró con una caída de 4.5 billones de dólares en el PIB global; mientras esto ocurría, las ganancias de las corporaciones tecnológicas más conocidas (Alphabet, Microsoft, zoom, Facebook, Netflix, Samsung, Amazon, Cisco Systems, Tencent, Apple, Alibaba) alcanzaron los 3.2 billones de dólares, es decir, un monto casi equivalente a la caída del PIB global. Estas ganancias se debieron en gran medida a requerimientos de los sistemas escolares, las universidades, los centros de investigación, las familias, estudiantes y docentes.  Ello se vio a acompañado de la firma de acuerdos de estas corporaciones tecnológicas con muchos de los ministerios de educación de América Latina de cara al asesoramiento, acompañamiento y suministros necesarios para la ruta de desembarco educativo de la cuarta revolución industrial en la post pandemia.

Con un margen de ganancias tan significativo, el sector tecnológico se ha convertido en uno de los más dinámicos de la economía mundial. Por ello, en el “reinicio de la economía mundial” la agenda educativa del sector tecnológico jugará un papel central, asociado a:

  1. La conformación de plataformas educativas virtuales privadas. Estas plataformas virtuales, en su mayoría, están diseñadas para el modelo de educación reproductora, para la alienación mediante el modelo de competencias. Están estructuradas alrededor de taxonomías como la de Bloom, que dejan muy poco margen para el desarrollo de proyectos alternativos;
  • El fortalecimiento de la arquitectura de la nube educativa mundial, con llaves de acceso privado a distintos niveles de la misma. Se multiplica nuevas formas de privatización y segmentación del acceso al conocimiento de acuerdo a lo que se puede pagar según el origen social o el nivel de ingreso;
  • El impulso del modelo de educación en casa como una modalidad que aspira se expanda cada día, disminuyendo progresivamente a niveles de “población marginada de la aceleración d la innovación” el papel de la escuela pública presencial. En este sentido se impulsan legislaciones nacionales de “home School” o educación en casa;
  • La curricularización de la pedagogía actúa como dinámica de despedagogización del hecho educativo;
  • Se produce un traslado de muchas de las tareas de reproducción cultural que cumplían las instituciones educativas, al complejo industrial cultural. Educación para el consumo, para la sociabilidad en el sistema político burgués, enseñanza para la participación política, educación estética, educación moral y ética, son trasladas de las aulas presenciales a las redes sociales, el cine, los video juegos, el video clip, la industria musical, la literatura, la novela gráfica, la realidad virtual aumentada. El metaverso emerge como la más grande caja de bobos que pueda existir y como un espacio para la alienación profunda en tiempos de capitalismo cognitivo;
  • Se construye el imaginario social de la escuela presencial como un lugar atascado en el pasado, incapaz de acompañar la innovación científico-tecnológica, incapaz de proveer la democratización del conocimiento que requiere el modo de producción de la cuarta revolución industrial y de prever el futuro inmediato. La formación profesional se muestra obsoleta e ineficiente;
  • Se produce el asedio a la escuela/universidad presencial mediante propuestas de auto aprendizaje digital o aprendizaje asistido desde casa como; E-learning 2.0 (blogs, wikis, redes sociales, repositorios),  Mobile Learning (dispositivos mobiles con conexión), Rapid Learning (contenidos multimedia cortos y de síntesis del conocimiento), Blended Learning (E-Learning 2.0 más presencialidad especialmente individualizada), Live Learning (formación asincrónica + formación sincrónica), Mooc Online (cursos online de libre acceso), Gamificación (juegos y aplicaciones semi lúdicas) Analíticas de Aprendizaje (análisis de metadatos de aprendizaje de alumnos + contexto). Este asedio, en la transición, tiene una expresión concreta en los problemas de aprendizaje de los y las estudiantes bajo el modelo frontal de enseñanza virtual ensayado durante la pandemia, que ha hecho que los hijos de la burguesía, clase media alta y algunas capas de la burocracia, apelen al modelo escuela+profesor en casa, que va “mostrando” las bondades de una educación individualizada y en el hogar. Por supuesto los y las hijas(os) de la clase trabajadora, de los asalariados difícilmente pueden ensayar este modelo y están comenzando a vivir una odiosa diferenciación por origen social (clase, raza, etnia, sexo) en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Comienzan a surgir formación de docentes para la enseñanza en casa como campo labor y profesional del mañana.
  • 4. La nómina docente en el centro del huracán de la transición entre la tercera y cuarta revolución industrial

Lograr avanzar en la transición del modelo de escuela pública presencial de las dos primeras revoluciones industriales a los sistemas escolares en la cuarta revolución industrial demanda una importante inversión en infraestructura tecnológica (conexión, arquitectura de la nube educativa, generación de contenidos en formato digital, plataformas educativas virtuales, formación docente para el nuevo modelo, modelo de estándares de enseñanza + modelo e-learning 3.0 /4.0, entre otros) que amenaza ser extraída de los apartados presupuestarios de las nóminas docentes. Por ello, es previsible una sostenida ofensiva respecto a la “calidad docente” y formas de ruptura de la estabilidad en el ejercicio de la profesión docente para poder disponer de los fondos para nómina y transferirlo a las corporaciones tecnológicas.

Insistimos que no basta con criticar al capitalismo en general o al capitalismo cognitivo en particular, sino que se requiere un debate amplio para la comprensión del fenómeno que está ocurriendo, radicalmente diferenciado de lo que conocíamos y que seguramente se incrementará en un tiempo relativamente corto. El debate requerido no es solo para diagnosticar sino fundamentalmente para la construcción de propuestas contrahegemónicas y alternativas que tengan que ver con el presente y la realidad concreta y no con nuestro deseos o aprendizajes del pasado.

  • 5. ¿Cómo se está imaginando el centro del capitalismo cognitivo la escuela/universidad en la transición entre la tercera y cuarta revolución y el emerger de nuevos sistemas escolares?   

Cuando analizamos los documentos, reflexiones y debates del multilateralismo educativo, las bancas de desarrollo, corporaciones tecnológicas, filantropía tecnológica o centros de pensamiento y acción como Singularity University, es posible comenzar a imaginar el Frankenstein educativo que está construyendo.

El capital está pensando la actividad escolar de manera radicalmente distinta. Instituciones educativas que combinan la presencialidad en las aulas con procesos cada vez más importantes de enseñanza-aprendizaje en casa pareciera ser la receta a corto plazo que formula el centro capitalista en el preludio al estallido de la burbuja educativa. Para ello, se están comenzando a diseñar plataformas virtuales construidas con la taxonomía de Bloom, de carácter dinámico, usando “analíticas de aprendizaje” (análisis de metadatos + inteligencia artificial) que le faciliten a les estudiantes, familias y docentes un seguimiento individualizado y en tiempo real de los avances en la apropiación del conocimiento y el desarrollo de “competencias”, con tareas remediales y de reforzamiento para cada caso. Estas plataformas contienen actividades en aula y casa (50-50% u otras combinaciones), ejecutadas y valoradas a través de ellas, en un desarrollo exponencial de lo que hoy vemos como sus trazos en espacios como classroom. Plataformas que se vinculan cada vez más a potentes nubes educativas digitales, con contenidos multimedia, hipertextos interactivos, donde el rol del docente es asistido por videos, tutoriales, juegos, dinámicas virtuales.

El papel del aula presencial apunta a ser un espacio de encuentro para construir juntos, para “ensamblar” experiencias, convergencia de procesos individuales, donde el trabajo del docente se convierta en el de un artesano que usa la pedagogía para armonizar, potenciar el surgimiento de novedades y dar direccionalidad estratégica conforme a un sistema escolar que tiende a sustituir el currículo prescrito y estático por estándares que interactúan con contenidos en permanente elaboración y actualización.

Cualquiera podría decir con razón, que este es un modelo para no más del 50% de la población de niñas, niños, jóvenes y adultos involucrados en sistemas escolares. Están en lo cierto quienes piensan así. Y es que el nuevo modelo educativo global que intenta implantar el capitalismo cognitivo en la cuarta revolución industrial implica una ruptura del viejo paradigma de educación inclusiva.

  • 6. ¿Qué hacer?

La actual situación de ofensiva del capital sobre la educación presencial demanda respuestas contundentes desde la praxis liberadora y el pensamiento crítico. Estas respuestas no pueden ser ajenas al tiempo histórico en el que vivimos y deben estar orientadas a la defensa y recuperación del papel igualador de las escuelas públicas presenciales. El derecho humano a la educación está amenazado como en ningún otro momento histórico y defenderlo pasa por construir propuestas de educación que combinen presencialidad con acceso al mundo digital y virtual en condiciones de igualdad para todos los niños, niñas y jóvenes. Es momento de resistir y crear, no de sentarse en la calzada a lamentarse.

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Mundo: Unos 200.000.000 de niños no reciben educación a distancia

Mundo/30-10-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Se evaluaron 67 países, de los cuales, la pesquisa registró que 31 no están preparados para ofrecer aprendizaje a distancia en todos los niveles educativos.

Aproximadamente 200.000.000 de niños de 31 países de ingresos bajos y medios no tienen posibilidades de recibir educación a distancia en situaciones de emergencia, reveló este jueves un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

De ellos 102.000.000 viven en 14 países que han establecido cerrar o han mantenido cerrados sus centros educativos durante al menos la mitad de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, detalló el documento del organismo internacional.

“Dado que el cierre de escuelas no es exclusivo del brote de la Covid-19 y puede tener lugar debido a conflictos, brotes de enfermedades, desastres naturales o provocados por el hombre, el fortalecimiento de la resiliencia del sector educativo contra estos choques negativos es fundamental para las ganancias de capital humano y la educación inclusiva y equitativa para todos”, valoró el Unicef.

Se evaluaron 67 países, de los cuales, la pesquisa registró que 31 no están preparados para ofrecer aprendizaje a distancia en todos los niveles educativos y los estudiantes más afectados son los de África Occidental y Central.

El cambio climático también puede repercutir en el acceso a la enseñanza, fundamentó el Unicef, quien agregó que de los 31 países, 23 también están alta o extremadamente expuestos a las alteraciones climáticas y ambientales.

El organismo de Naciones Unidas evaluó que 196.000.000 de niños se han visto obligados a entorpecer sus estudios debido al cierre de los centros escolares en las situaciones de emergencia.

La directora ejecutiva de la agencia de la ONU, Henrietta Fore, indicó por su parte que no ha sido suficiente la gestión en potenciar las condiciones de la enseñanza a distancia ante las posibles crisis futuras que puedan presentarse.

“Aunque los últimos 19 meses han sido perturbadores, nos han permitido vislumbrar lo que se puede lograr durante la pandemia y después de ella. Junto con nuestros aliados, hemos trabajado arduamente para aprovechar el poder de la tecnología y ofrecer oportunidades de aprendizaje a los niños y los jóvenes de todo el mundo”, acotó la funcionaria.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/Unicef-millones-ninos-educacion-distancia-20211028-0028.html

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Educación básica.Mi beca para empezar: condicionada a que alumnos regresen a la presencialidad

Por: Rosa García *

 

Esta semana empezó la entrega de “Mi beca para empezar”, que beneficia a los alumnos de educación básica. Sin embargo, en muchas escuelas se están condicionando a la asistencia a las escuelas.

Mi Beca para Empezar es un apoyo económico del cual van a poder ser beneficiarios niños, niñas y adolescentes (NNA) que estén inscritos en una escuela pública o Centro de Atención Múltiple en el ciclo escolar 2021-2022.

Este beneficio lo pueden recibir las personas inscritas en el programa, pero dependiendo del grado es el apoyo: preescolar $400.00 pesos, primaria $435.00 pesos, secundaria $435.00 pesos, Centros de Atención Múltiple (CAM) $500.00 pesos.

Algunos requisitos para solicitar la beca: teléfono celular, correo electrónico, CURP del tutor y del alumno, identificación oficial del tutor, comprobante de domicilio, comprobante de estudios del ciclo escolar 2020-2021, comprobante y/o constancia de inscripción al ciclo escolar 2020-2021, nombre completo y teléfono de una persona de contacto.

En mi escuela, en una primaria de Coyoacán, se está condicionando la entrega de la constancia de estudios a que los alumnos se presenten a clases presenciales. Esta situación ha pasado en más escuelas primarias y secundarias, forzando así a las familias que se han resistido a exponer a sus hijos a posibles contagios a llevar a sus niños a las escuelas. Una política más para imponer el regreso a clases, obviamente sin garantizar condiciones seguras.

Exijamos todos los derechos para NNA

Las becas, aunque pueden representar un alivio, resultan insuficientes ante la situación actual, ya que muchas familias están sufriendo las consecuencias de la crisis económica, así como de la pandemia. Muchos padres y madres de familia han perdido sus trabajos, o les han reducido sus salarios, además de que la inflación sigue a la alza, disminuyendo el poder adquisitivo de las familias mexicanas.

Por eso, más allá de los apoyos de las becas, el Estado debe de garantizar todos los derechos de los niños y adolescentes, como el acceso a la educación sin riesgo de contagio ni fallecimiento, o planes de alimentación en las comunidades.

Estas becas no tienen que ser condicionadas para asegurar el retorno a las aulas. Al contrario las maestras y maestros, en conjunto con las madres y padres de familia, debemos de seguir exigiendo condiciones seguras en las escuelas, que se cuenten con infraestructura digna y los servicios básicos (agua, luz , internet, etc), salones amplios con buena ventilación, con grupos de no más de 14 alumnos como lo recomienda la OCDE, servicio médico y psicológico en cada escuela, insumos de protección personal, así como pruebas gratuitas para detectar el covid y vacunas para todos, incluyendo a NNA.

Fuente de la información: https://www.laizquierdadiario

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Coordinadora de Migración Unesco: «Mañana van a ser nuestras poblaciones las que se van a desplazar»

En relación a la crisis migratoria que se está viviendo en el país, específicamente en el norte, la coordinadora de Migración, Desplazamiento y Emergencia de la Unesco, Paula Klenner, dijo que el día de mañana van a ser nuestras propias poblaciones las que se van a desplazar.

En entrevista con Expreso Bío Bío, la psicóloga señaló que según cifras de Carabineros hay cerca de 4 mil niños, niñas y adolescentes (NNA) que han ingresado a Chile por pasos no habilitados, y se preguntó ¿qué está pasando con ellos?

“Sabemos que el Ministerio de Educación en coordinación con muchos actores, ha generado respuestas específicas para garantizar el acceso sin condición. La pregunta es qué está pasando con estos NNA, que dado por la crisis sanitaria (…) han debido estar en espacios transitorios que no han permitido acceso a los sistemas educativos normales”, dijo Klenner.

La coordinadora de la Unesco dijo además que “muchas veces pensamos en el problema desde la perspectiva de los adultos y adultas, ¿qué están viviendo?, ¿qué los lleva a migrar? Sin embargo, hoy en día las voces de niños, niñas y adolescentes parecen bien invisibilizadas”.

“En contexto de crisis y en contexto de especial vulnerabilidad, la educación es un elemento extremadamente protector, entrega no solamente educación, sino que entrega un espacio seguro y un espacio de acogida (…)”, explicó Paula Klenner.

“Poblaciones internas se van a desplazar”

Paula Klenner, dijo que hoy en día la situación que se está viviendo hoy en día se va a convertir en algo común los próximos años.

“Hoy tenemos desplazamiento por la crisis económica y política, y mañana será por la crisis climática. Si ahora aprendemos sobre lo que está pasando y damos respuesta, vamos a estar mejor preparados cuando estos movimientos sean masivos y a mayor escala”, señaló Klenner.

La coordinadora de la Unesco dijo que “el día de mañana van a ser nuestras propias poblaciones internas las que se van a desplazar. Entonces cómo van a reaccionar los diferentes sistemas, las escuelas, los hospitales, los funcionarios municipales, eso va a determinar también la inclusión del futuro”.

Poblaciones de acogida

“La respuesta no puede ser solamente para personas migrantes y refugiadas, (…) pareciera que también debemos focalizarnos en las poblaciones de acogida (…). Tenemos que mirar cuáles son aquellas vulnerabilidades.”, dijo la especialista.

Junto a esto, señaló que hoy en día se necesitan mecanismos de salud, acceso al sistema educativo, al sistema de protección social, y en ese camino mirar con especial atención cuál es la situación de las poblaciones que van a acoger.

Además, dijo que las escuelas han hecho un trabajo extraordinario en garantizar la educación a población migrante y refugiada.

“Me gustaría hacer referencia a un estudio que realizamos unos meses atrás de la Unesco, donde mostraba incluso que docentes y personal educativo, sin muchas herramientas (económicas), lograban construir espacios que garantizaban no solamente una sala de clases, sino un espacio seguro para apoyarlas”, apuntó.

Esto, en un contexto donde las experiencias de desplazamiento duran más de un mes, que está asociado a caminatas en extrema vulnerabilidad, y donde durante el proceso de trayecto han surgido muchas experiencias de violencia.

Trabajo con los países vecinos

La coordinadora señaló que el trabajo con los países vecinos, para identificar y asegurar el ingreso a la educación, se ve en los Ministerios de Educación y sus equipos técnicos.

“Están coordinados para asegurar e identificar cuál es la brecha que impide el acceso al sistema educativo del país vecino. Entonces hoy en día tenemos coordinados al ministerio de Colombia, Perú, Chile, y Argentina”, dijo Klenner.

Esto, principalmente para identificar la brecha de reconocimiento de estudio o de la trayectoria que estuvo interrumpida por alguna documentación que faltaba. Sin embargo, hoy lo que se necesita son espacios de entrada.

“En contexto de fronteras, que esos espacios también se coordinen, porque no debemos solamente estar a nivel central coordinados, sino que haya una respuesta específica en los territorios más afectados”, finalizó la coordinadora.

Fuente: https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2021/09/27/coordinadora-de-migracion-unesco-manana-van-a-ser-nuestras-poblaciones-las-que-se-van-a-desplazar.shtml

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Puerto Rico: Histórico triunfo del magisterio en defensa de un retiro digno

COMUNICADO

 

En defensa de un retiro digno

Histórico triunfo del magisterio puertorriqueño, el Frente Amplio en Defensa de la educación Pública (FADEP) y la Federación de Maestros(as) de Puerto Rico

 

Los gremios, sindicatos, personalidades y académicos del mundo, quienes firmamos este comunicado, expresamos nuestra solidaridad con el magisterio de Puerto Rico a la par que hacemos nuestra, su lucha.

 

Las semanas recién concluidas la Federación de Maestros(as) de Puerto Rico (FMPR), conjunto a UNETE y EDUCAMOS, quienes unidas tienen una alianza llamada Frente Amplio en Defensa de la educación Pública (FADEP)  hicieron un llamado al magisterio puertorriqueño a repudiar el acuerdo al que había llegado, el sindicato patronal  Asociación de Maestros con la Junta de Control  Fiscal  (dictatorial) con la  American Federation of Teachers donde proponen eliminar el sistema de retiro por beneficio definido para todos los docentes de Puerto Rico.

 

Según este acuerdo, contrario a los intereses de los y las trabajadores(as) de la educación, los maestros y las maestras dejarían de devengar el 75% de su salario que actualmente tienen estipulado como pensión vitalicia, derecho al que acceden al momento de su jubilación; por otra parte, se pretendía aumentar la edad de jubilación de todos los docentes de 55 años de edad a 63 años de edad. A ello se le suma la intención de eliminar la pensión mínima mensual, se elimina la compra de tiempo o transferencia de tiempo trabajado en otras agencias para el sistema de retiro.

 

Todo esto a cambio de que la Asociación de Maestros de Puerto Rico que lleva cinco (05) años sin elecciones sindicales, continúe devengando sus cuotas, todos los gastos de honorarios, de abogados, los gastos publicitarios pagados por la junta dictatorial. Para cerrar este acuerdo contrario a los intereses del magisterio y darle alguna legitimidad, convocaron a proceso electoral, con abusiva ventaja en los medios, para tratar de convencer a los y las docentes que ratificaran este espurio acuerdo.  El FADEP y la FMPR  llamaron  a votar por el NO

 

Mientras la entidad patronal llega a acuerdos con la junta de control dictatorial de nuestro país para dejar a los maestros en la indigencia y en la miseria, ellos se beneficiarían, se lucrarían con la usura de todo lo mencionado en caso de los maestros hubiesen favorecido el acuerdo.

 

El voto por el No, fue un voto abrumador que expresó el rechazo de los maestros y las maestras a la indigencia. Mediante el voto rechazaron este acuerdo, ratificando lo que había expresado hace dos años. En el año 2019 el magisterio puertorriqueño rechazo este acuerdo, siendo el primer golpe que se le dio de parte de la clase trabajadora a la Junta de Control Fiscal en nuestro país y estamos seguros y seguras que la voluntad de los y las trabajadoras de la educación va a prevaler.

 

La elección, a pesar de ser un proceso amañado, entrampado, donde solamente la Asociación de Maestros tenía control de la votación y de los resultados del mismo, por lo tanto, no generaba confianza en el mismo, la FMPR y el FADEP decidieron participar para ratificar el mayoritario rechazo.  La correcta decisión de la FMPR y el FADEP permitió movilizar a los sectores más conscientes, articular una campaña en defensa del NO y convocar a votar masivamente.

 

El 29 de septiembre se anunció el abrumador triunfo (65%) de rechazo al acuerdo. El magisterio Puertorriqueño habló.

 

Ahora pretenden pasar esta iniciativa en la legislatura, mediante una ley que se colocaría a espaldas de la decisión democrática de los y las docentes y les dejaría en la indigencia. Los docentes participaron de vistas públicas ayer repudiando el proyecto #1003 de dicho cuerpo, que no solo trastoca las pensiones, sino que viabiliza el Plan de Ajuste de la Deuda que impondría medidas de austeridad severas contra todos los residentes de Puerto Rico, mediante el permiso a la Junta Dictatorial del pago de deuda ilegal a costa de los recortes de los servicios al pueblo. El movimiento obrero se ha unido y todos en una sola voz reclaman que dicho proyecto NO sea aprobado. El mismo irá a sesión legislativa en cualquier momento.

 

No podemos ser ingenuos. Lo que ocurrió forma parte de una ofensiva del capital internacional y de los países contra los sistemas de pensiones y jubilaciones, especialmente del magisterio. Por ello, la unidad de acción continental y mundial, se convierte en prioritario y necesario.

 

Esta victoria del magisterio puertorriqueño debe blindarse con una campaña latinoamericana en defensa del retiro digno de los y las docentes, que frene iniciativas similares en otros países y evite nuevos intentos de impulso de legislaciones regresivas.

 

Firman en respaldo

 

Luis Bonilla-Molina, pedagogo crítico. Director del Observatorio del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación

 

Luis Tiscornia, Secretario General de la CONADU – Histórica, Argentina

 

Gustavo teres, Secretario CTA-Autónoma, Regional Rosario. Delegado Seccional AMSAFE-Rosario. Argentina.

 

Vicent Mauri i Genovés. STEPV Intersindical Valenciana, España

 

STES, Intersindical, España

 

Laura Isabel Vargas, Presidenta de la Unión Nacional de Educadores (UNE) de Ecuador

 

Pedro Hernández, Secretario General de la Sección 9 Democrática SNTE-CNTE, CDMX, México.

 

Osvaldo Coggiola, Asociación Nacional de Enseñanza Superior (ANDES)

 

Yesid González, Secretario de Organización y Educación de la Asociación Distrital de Educadores (ADE), Bogotá, Colombia

 

Eduardo González, Vicepresidente del Colegio de Profesores, Chile

 

Fernando J. Gómez, Docente de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina.

 

Fernando Santana, Cooperativa de educadores(as) e Investigadores(as) Populares – Histórica (CEIPH) de Argentina

 

Martha Alfonso, Ejecutivo de FECODE, Colombia

 

Luz Palomino, Directora del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en Educación

 

Vladimir Laura Chambi, Ejecutivo Nacional de la Confederación de los Trabajadores de la Educación Urbana, Bolivia

 

Alfredo Velásquez, Secretaria de Relaciones Internacionales del SUTEP, Perú.

 

Lorena Gordillo, Prosecretaria de Formación y Carreras del Sindicato Unido de Trabajadores(as) de la Educación (SUTE) de Mendoza, Argentina.

 

Luis Bueno Rodríguez. Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de la educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC), México

 

Ángel Rodríguez, Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios, Puerto Rico

 

Pavel Escobar, Coordinadora Nacional de los y las Trabajadores(as) de la educación (CNTE), Chiapas, México

 

Luis Sánchez, Secretario General de la asociación de Educadores Veragüenses (AEVE), Panamá.

 

José Cambra, Profesor de la Escuela de Sociología, Universidad de Panamá

 

Sócrates Silverio Galicia, Coordinadora Nacional de Sindicatos Universitarios de la educación Superior, Investigación y Cultura (CNSUESIC), México.

 

COAD, Gremio de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Argentina

 

Laura García Tuñón, ENDYEP, Buenos Aires, Argentina

 

Fernando Abrego, Asociación de Profesores de la República de Panamá (ASOPROF), Panamá.

 

Rose Mary Hernández, Foro Venezolano por el derecho a la Educación (FOVEDE) perteneciente a la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación (CLADE)

 

Peter McLaren, pedagogo crítico, Profesor de la Universidad de Chapman

 

César Valdovinos, CINPECER-Rius, Michoacán México.

 

Miguel Ángel Hernández, Sindicato de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (SITRAIEMS)

 

María Elisa Salgado, Secretaria General de SUTEBA, Seccional El Tigre, Provincia de Buenos Aires, Argentina

 

Edgar Isch, Profesor de la Universidad Nacional del Ecuador

 

Marco Raúl Mejía, Planeta Paz, Colombia

 

Danilo Serafim, Executiva Nacional CSP/CONLUTAS Brasil

 

Daniel Libreros, Docente e Investigador de la Universidad Nacional de Colombia

 

Lev Velásquez, Comité Ejecutivo de la Sección XVIII de la CNTE, Michoacán, México

 

Carlos Munevar, Red Pedagógica La Roja, Bogotá, Colombia

 

Xavier Diez, USTEC – STEs, Cataluña

 

Marc Casanova, Investigador social

 

Carolina Jiménez, Universidad Nacional de Colombia

 

Richard Araujo,  APEOESP, Brasil

 

Zuleika Matamoros, Movimiento Magisterial de Base, sitio web aporrea.org, Venezuela

 

Stalin Pérez, sitio web latinoamericano Insisto y Resisto

 

Luis Miguel A. Dorry, sitio web latinoamericano Otras Voces en Educación

 

Estela Gramajo, profesora de Secundaria y formación docente, Uruguay

 

Hugo Aboites, profesor/investigador Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, Ciudad de México, México.

 

Rosa Cañadel, Investigadora y escritora, España

 

Veronica del Cid, Red Mesoamericana de Educación Popular, Red Alforja

 

Jorge Adaro, Secretario General de ADEMYS, Argentina

 

Gustavo Adolfo López Torres,  Asociación Sindical de Profesores Universitarios, Universidad pedagógica Nacional de Colombia, ASPU – UPN, Colombia

 

 

 

 

 

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Perù: 320,000 niños podrían no volver a las aulas el 2022, qué medidas implementar?

Por: Karen Guardia/gestion.pe

Castillo declaró -el 20 de agosto- en emergencia la educación y se propuso elaborar -en 20 días- un “plan de emergencia” la misma que recién hoy salió a la luz.

La educación en cuidados intensivos. El último 4 de agosto -durante la sesión de Consejo de Ministros- el ministro de Educación, Juan Cadillo León, dio cuenta al jefe de Estado, Pedro Castillo y a los demás ministros, el impacto del COVID en la educación. De acuerdo al análisis oficial: 705,000 niños, niñas y adolescentes interrumpieron sus estudios el 2020.

Además -indicó el ministro- 319,943 estudiantes tendrían alto riesgo de interrumpir sus estudios el 2022, de acuerdo a las actas que dio a conocer este fin de semana el programa Punto Final de Latina.

A esta situación se suma el efecto del COVID en el aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes: la proporción de estudiantes por debajo del nivel mínimo de rendimiento en PISA podría aumentar -alerta el Minedu- en por lo menos 22 puntos porcentuales, es decir, a niveles por debajo del 2012.

La pandemia está dejando -además- un fuerte impacto emocional: el 34% de los estudiantes de tercero de primaria y el 45% de estudiantes de primero de secundaria han experimentado síntomas de depresión y ansiedad el 2020.

A esto panorama se suma la brecha de conectividad ya que 2.4 millones de estudiantes (6 de cada 10) de instituciones públicas de cuarto de primaria a quinto de secundaria no tiene computadora con internet. Mientras que el 56.5% no se encuentra beneficiado por el proyecto de cierre de brecha digital.

Además, el COVID -en el 2020- conllevó a la pérdida del empleo de varias familias peruanas lo que generó un incrementó de la matrícula pública que ha crecido en 500,000 estudiantes (totalizando 6.5 millones de estudiantes en escuelas públicas).

-Qué ha hecho el gobierno de Castillo-

Tras este diagnóstico, ¿qué ha hecho el gobierno de Pedro Castillo? En concreto, el último 20 de agosto se declaró en estado de emergencia el sistema educativo durante el segundo semestre del 2021 hasta el primer semestre del 2022 y se dispuso que –en 20 días- se emitiría un plan de emergencia educativo, que contenga las medidas que se adoptarán en ese lapso.

Ya han pasado más de 20 días y hasta la fecha no se ha emitido el “plan de emergencia” pese a que ya se cuenta con un diagnóstico oficial del impacto del COVID en la educación peruana. [Actualización: recién hoy, el Minedu publicó el Plan Nacional de Emergencia del Sistema Educativo Peruano, pese a que ya se tenía el diagnóstico del impacto del COVID desde el 4 de agosto].

A esta situación se suma que -en Lima Metropolitana y el Callao- se tiene previsto el retorno a la semipresencialidad de solo 16 de colegios, que implica el retorno a las aulas de 13,371 estudiantes.

A nivel nacional alrededor de 5,109 colegios de 20 regiones brindan el servicio educativo semipresencial, de los cuales 4,604 se encuentran habilitados y 505 no están habilitados. Además, a nivel nacional: del total de instituciones educativas que han retornado a algún grado de presencialidad el 96.7% se ubica en el ámbito rural; 51.5% son de nivel primaria y apenas 34.8% del nivel inicial.

Ya han pasado más de 20 días desde que se declaró a la educación en estado de emergencia y hasta la fecha no se ha emitido el “plan de emergencia” pese a que ya se cuenta con un diagnostico oficial del impacto del COVID en la educación peruana.  (Foto:Minedu)Ya han pasado más de 20 días desde que se declaró a la educación en estado de emergencia y hasta la fecha no se ha emitido el “plan de emergencia” pese a que ya se cuenta con un diagnostico oficial del impacto del COVID en la educación peruana. (Foto:Minedu)

-Medidas a implementar-

Tras conocer el diagnostico oficial, ¿qué medidas se deberían implementar? El exministro de Educación, Daniel Alfaro, consideró que una medida urgente es promover/impulsar el retorno a la semipresencialidad.

“Para el retorno a la semipresencialidad lo primero que tenemos que entender como sociedad es la urgencia de hacerlo teniendo en cuenta los datos de oficiales de cuántos estudiantes han perdido sus estudios el 2020 y cuántos están en riesgo de perderlo el 2022. A lo que se suma los impactos en el aprendizaje”, explicó a Gestión.

En ese sentido, recordó que -de acuerdo a un estudio realizado por el economista Pablo Lavado de la Universidad del Pacífico- si tuviéramos dos años de educación a distancia, se estaría perdiendo 2.4 años de aprendizaje.

Otros estudios indican que hasta se podría retroceder 10 años en los logros satisfactorios de comprensión lectora si continúa la educación a distancia. A lo que se suma -de acuerdo a Pablo Lavado- que cada estudiante, a lo largo de su vida, por tener dos años de cierre de escuela podría estar perdiendo S/ 79,000 aproximadamente a lo largo de su vida, por alumno”, detalló.

Otro costo incalculable -agregó- es el factor socioemocional ya que según el Minsa el 61% de cuidadores están presentando síntomas de estrés y ansiedad.

Estos cuidadores tienen a su cargo a niños pequeños, por lo que esa situación se traslada a los menores. También se ha detectado signos de estrés y de ansiedad en los estudiantes de primaria y de secundaria por lo que es importante que no se deje de ver este impacto, que al final dejan cicatrices que son difíciles de revertir. Mientras más prolongado sea este distanciamiento social, más vamos a ahondar en esa problemática, sobre todos los más pequeños”, puntualizó.

Estos cuatro factores -subrayó- las limitaciones de conexión a internet; el impacto en el aprendizaje y en la salud emocional así como los ingresos futuros perdidos de niños y adolescentes hacen un sentido de urgencia para el retorno a clases semipresenciales, pero este retorno a clases -anotó- no debe ser como se tenía en el sistema anterior sino debe ser adaptado a la nueva normalidad.

Se debe permitir que los docentes y los directores tengan mejores competencias para recuperar los aprendizajes perdidos por lo que las capacitaciones son vitales así como incentivos e impulsar la meritocracia ya que la permite tener claridad de cómo mejorando sus competencia va a poder ser reconocido en la escala salarial o un nombramiento en la escuela pública”, afirmó.

El exministro indicó que es importante mirar al detalle que el sector que ha sido impactado fuertemente por el COVID ha sido la matricula de los colegios privados, es decir, se redujo la matrícula en los tres niveles, siendo el inicial el que se redujo más ante la alta tasa de morosidad y el cierre de escuelas.

El traslado de estudiantes de escuela privadas al sector público se ha dado sin que existan las condiciones para velar por el derecho educativo de calidad, lo que satura al servicio público. Tenemos una migración masiva al sistema público sin que este este preparado”, alertó.

Por lo que -aconsejó- como parte del ‘plan de emergencia’ del sector Educación se tenga acciones para el fortalecimiento de la educación privada para resguardar el derecho de los estudiantes mientras que en la educación superior se debe priorizar la formación técnica para el empleo.

Daniel Alfaro: "El traslado de estudiantes de escuela privadas al sector público se ha dado sin que existan las condiciones para velar por el derecho educativo de calidad". (Foto: Britanie Arroyo/ @photo.gec)Daniel Alfaro: «El traslado de estudiantes de escuela privadas al sector público se ha dado sin que existan las condiciones para velar por el derecho educativo de calidad». (Foto: Britanie Arroyo/ @photo.gec)

-Otra mirada-

Lea Sulmont, exintegrante del Consejo Nacional de Educación y presidenta de CADE Educación 2021, indicó -de otro lado- que se deben implementar acciones para el retorno progresivo a las aulas sobre todo de los niños más pequeños (de inicial y primaria) que son los más vulnerables.

No hay razón para que las escuelas continúen cerradas, si casi todas las actividades económicas están abiertas, cuando -además- en otras partes del mundo se están dando una reapertura de las escuelas, manteniendo las modalidades híbridas”, especificó.

La especialista también consideró vital continuar con los diagnósticos desde el Minedu para tomar la temperatura de la situación real y proveer a las instituciones educativas de estrategias para autoevaluarse y adaptarse a la nueva normalidad. “Lo peor que se puede hacer es tener una sola estrategia para todo el mundo, cuando la realidad es distinta en cada región”, aclaró.

Igualmente señaló que es básico acelerar la emisión de normativas que impulsen la incorporación de modelos de educación híbridos. “Todo lo que hemos aprendido a raíz de la pandemia se debe fortalecer como los modelos híbridos, lo que va a permitir un mayor alcance a otros poblaciones y diversificar las modalidades de formación, por lo que se necesita marco normativos más flexibles”.

También opinó que la conectividad debería ser abordado por el Ejecutivo con mayor urgencia ya que su ausencia aumenta las desigualdades y respecto al reto de la escuela pública de acoger a una mayor cantidad de estudiantes que vienen de colegios privados -a raíz del COVID- consideró que se debería abordar a través de una reorganización territorial.

La escuela no necesariamente esta a lado de la casa, a eso se refiere repensar la reorganización territorial, privilegiando a que estén en las escuelas que estén cerca a su casa y para zonas alejadas hacer/promover redes escolares que permite una mejor gestión y sinergia entre padres y directores”, anotó.

https://gestion.pe/peru/educacion-impacto-de-la-pandemia-minedu-educacion-en-rojo-320000-ninos-podrian-no-volver-a-las-aulas-el-2022-que-medidas-implementar-noticia/

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