Page 5 of 45
1 3 4 5 6 7 45

Sube el ciberacoso de padres a profesores mientras caen las agresiones de alumnos a docentes

Por: ABC

Así lo refleja el último informe del servicio del Defensor del Profesor del sindicato ANPE correspondiente al curso 2019/2020, que atendió a 1.594 maestros de toda España.

El ciberacoso de padres a profesores subió el curso pasado del 2 al 5% con respecto al año anterior, si bien las agresiones físicas de alumnos a profesores descendieron de un 6 a un 5% como consecuencia, en parte, del confinamiento.

Así lo refleja el último informe del servicio del Defensor del Profesor del sindicato ANPE correspondiente al curso 2019/2020, que atendió a 1.594 docentes de toda España, lo que representa un descenso de 580 actuaciones con respecto al curso anterior, según precisó este miércoles en rueda de prensa la coordinadora estatal de dicho servicio, Laura Sequera.

Tras puntualizar que se trata de un recurso de atención inmediata «gratuito y absolutamente anónimo» para atender a docentes víctimas de situaciones de conflictividad y violencia en las aulas, aseguró que el 99% de casos atendidos proviene de la red pública de educación.

Del total de actuaciones realizadas en el curso 2019/2020, el 5% corresponde a Educación Infantil, el 40% a profesorado de Primaria, el 44% a Educación Secundaria, el 7% a Formación profesional y el 4% restante a otras enseñanzas.

En cuanto a la tipología de los casos atendidos, por lo que se refiere a los padres el informe también advierte de un incremento en faltas de respeto a profesores, que pasan del 25% a un 27% en el curso 2019/2020 y representan un aumento «no despreciable», según Sequera.

Con respecto al indicador de las presiones para subir las notas, se ha produjo un ligero aumento de un 1% con respecto al curso anterior, pasando del 7 al 8% y las acusaciones carentes de fundamento también aumentaron de un 26% a un 27%.

Estudiantes

En cuanto a los alumnos, el estudio señala un «leve incremento» en las amenazas de alumnos a profesores, que pasan del 10% al 12%, motivadas, sobre todo, por un uso «inadecuado» de las nuevas tecnologías. También refleja un aumento en el ciberacoso, que pasa de un 10% a un 11% y un descenso de un 2% en las agresiones entre alumnos, que pasaron de un 9 a un 7%.

Sequera también hizo hincapié en el deterioro de la salud mental del personal docente y, en este punto, destacó que el 73% de los casos atendidos presentaban unos niveles de ansiedad «impropios» de su labor, frente a un 69% el curso previo; un 11% mostraban síntomas depresivos, dos puntos porcentuales más y el mismo porcentaje estaba de baja laboral.

Ante esta radiografía, el secretario estatal de Organización de ANPE, José María Cuadrado, exigió al Ministerio de Educación «coordinación y liderazgo» para elaborar un Plan Estratégico de Mejora de la Convivencia Escolar que, a su juicio, debería contemplar un programa de prevención de acoso escolar con un plan de detección precoz de los problemas de convivencia o el establecimiento de protocolos de actuación ante agresiones al personal docente de los centros sostenidos con fondos públicos y un plan específico de formación del profesorado, entre otras cuestiones.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-sube-ciberacoso-padres-profesores-mientras-caen-agresiones-alumnos-docentes-202011270113_noticia.html

Comparte este contenido:

Acoso psicológico y hostigamiento: la tutoría académica como clave de solución

Por: Saúl Esparza

“Las actividades de acción tutorial fomentan un entorno de sana convivencia y desarrollo tanto a nivel individual como grupal”.

A principios de este año, escribí un artículo relacionado con el acoso psicológico y el hostigamiento escolar en el aula, referente a una experiencia personal en mis estudios de doctorado. En esta ocasión, deseo compartir con ustedes aspectos relevantes acerca de los acontecimientos posteriores a esa publicación.

En primera instancia, quiero agradecer la confianza de personas tanto en México como en el extranjero que tuvieron la confianza de compartir conmigo sus experiencias y testimonios, sobre todo, porque estoy consciente de la dificultad que implica reconocer que cualquier persona puede ser afectada por una situación de hostigamiento y acoso psicológico. A raíz de esta primera publicación también tuve la oportunidad de conocer con mayor profundidad el trabajo de especialistas que estudian este tema para quienes mi testimonio ha sido relevante como caso de estudio que facilite la identificación de un entorno organizacional caracterizado por la presencia de una modalidad de violencia académica. Con todas estas experiencias, he reforzado mi convicción sobre la importancia de generar los mecanismos necesarios para erradicar toda forma de violencia psicológica en un contexto escolar o laboral.

“Nos encontramos ante un nuevo tipo de convivencia como sociedad global, caracterizada por la importancia de la calidad de las interacciones entre seres humanos para mantener un adecuado nivel de bienestar en las personas”.

Asimismo, quiero destacar el apoyo y el seguimiento que me han brindado en la universidad donde actualmente realizo mis estudios de doctorado; su apoyo para mí ha sido ejemplar. Quiero agradecer especialmente a mis profesores, mi asesor de tesis, a mi tutor asignado y a algunos de mis compañeros de estudio por brindarme la confianza suficiente para poder expresarme libremente sobre este tema. Me siento profundamente agradecido con la institución y con aquellas personas que forman parte del posgrado que estoy cursando y que se han mostrado solidarias ante mi situación. De esta experiencia considero preciso analizar y compartir con ustedes la relevancia de la acción tutorial como herramienta clave para fomentar espacios libres de acoso psicológico en las instituciones académicas.

El acoso psicológico es una forma de abuso emocional en donde una persona que hostiga muestra un comportamiento intencional y hostil, durante un tiempo frecuente y prolongado, con el fin de vulnerar en algún sentido a otra persona o grupo de personas (Aquino y Lamertz, 2004; Doyle, 2001; Hirigoyen, 2001; Lewis y Orford, 2005; Leymann, 1996; Quine, 1999; Salin, 2003; Soares, 2002) citados en (Justicia et al., 2006).

¿En qué consiste la tutoría académica?

La tutoría académica puede definirse como una intervención docente en el proceso educativo de carácter intencional. Consiste en el acompañamiento cercano y sistemático al estudiante. Tiene una vigencia que abarca el proceso formativo de la persona, cuyo objetivo e intención es facilitar el desarrollo en la construcción de aprendizajes en distintas dimensiones: cognitiva, afectiva, sociocultural e incluso de naturaleza existencial (Narro y Martiniano, 2013; citados por Adolfo Obaya y Yolanda Marina Vargas, 2014).

Como referencia histórica en México, los denominados “Programas institucionales de tutoría” comenzaron a principios del siglo XXI en las instituciones de educación superior que fueron derivados de la propuesta realizada por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la cual considera la necesidad de un cambio en las prácticas docentes con el propósito de elevar la calidad de la educación superior del país. El principal objetivo de la acción tutorial se relacionaba directamente con indicadores de eficiencia terminal (Velázquez-Sagahón y Rodríguez de la Rosa, 2014).

Actualmente, las tutorías académicas en el sistema educativo de nuestro país funcionan como un proceso de intervención que cuenta con una amplia aprobación institucional. Se consideran un proceso clave de acompañamiento durante la formación estudiantil. Este tipo de atención personalizada ya sea para un estudiante o un grupo reducido, se realiza a partir de distinguir a un tutor como una figura que orienta, asesora y acompaña al alumno durante su estancia en la institución educativa (Montes et al., 2015).

Debido a su importancia en la formación de investigadores en las distintas instituciones de educación superior, en la actualidad un proceso definido como “acción tutorial” es un elemento determinante en el acompañamiento del proceso formativo de cada estudiante de posgrado, cuya relevancia representa una referencia determinante en la organización y operación de un programa académico (Narro Robles y Galván, 2013).

Considerando la acción tutorial como una herramienta clave para promover espacios libres de acoso psicológico, un punto de partida es comprender el conjunto de factores que influyen en un proceso de violencia académica como es el acoso psicológico y el hostigamiento. En este sentido, mediante la acción del proceso de tutorías es posible identificar el entorno mediante el cual se hacen manifiestas las características de este tipo de acciones.

A continuación, incluyo una propuesta que considera un proceso descriptivo cuyo punto de origen es la posible conciliación entre las partes involucradas para recuperar la interacción sana entre los integrantes de una organización, minimizando la posibilidad de conflicto y algún posible resentimiento entre los integrantes de una organización o grupo social determinado.

Para lograr una acción efectiva mediante la identificación, seguimiento y desactivación de un entorno social cuya dinámica se basa en este tipo de violencia psicológica, es importante contar con una clasificación de factores que ayuden a identificar la manifestación de una dinámica de grupo con posibilidad de hostigamiento o acoso psicológico.

Las siguientes fases muestran un proceso de distintos niveles de acoso psicológico y hostigamiento donde es posible observar que este tipo de violencia académica es un acto progresivo.

Fases del acoso psicológico

I. Fase primaria: factores de riesgo

  • Presencia de microagresiones. Comentarios frecuentes e incrementales durante un periodo determinado (prolongado), que pueden presentarse a manera de burlas, bromas, comentarios despectivos, así como el uso de medios digitales y redes sociales para continuar con el hostigamiento.

  • Presencia de micro sabotajes. Actitudes en forma de comportamientos cuyo objetivo sea afectar la claridad y calidad del mensaje para desacreditar o afectar las participaciones de la persona afectada.

II. Fase secundaria: factores de presencia

  • Signos de intimidación. La persona afectada muestra cierto grado de intimidación para expresar ideas en clase o participar activamente en las actividades grupales.

  • Signos de aislamiento. La persona afectada se aísla del grupo social, en donde se percibe poca o nula interacción con los demás integrantes.

III. Fase terciaria: factores de consecuencia

  • Gaslighting académico. Un tipo de comportamiento en donde se niega sistemática y consistentemente el juicio de la persona afectada, buscando que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria, como una forma de exponer una posible o percibida falta de dominio o conocimiento de un tema en particular.

  • Efecto pigmalión de corte negativo. Se refiere a una potencial influencia que ejerce la creencia de una persona que hostiga en el rendimiento o capacidades de la persona afectada.

  • Afectación del estatus profesional o social. Una persona afectada por acoso tiene que lidiar con una falta de credibilidad a nivel profesional o falta de afinidad a nivel social, debido al proceso de desprestigio que envuelve una situación de hostigamiento en el seno organizacional.

Este modelo propuesto ofrece una base para identificar y evaluar situaciones características de un posible tipo de hostigamiento y con base en ello, diseñar estrategias efectivas orientadas a contribuir con la mejora de la calidad de vida en las organizaciones e instituciones educativas en general; disminuyendo o eliminando aquellos factores de riesgo psicosocial que afectan en forma directa la calidad de vida de las personas. Es mediante las actividades de la acción tutorial que es posible fomentar un entorno de sana convivencia y desarrollo tanto a nivel individual como a nivel grupal, tomando en cuenta que la salud mental de una persona afecta a su entorno y la manera en cómo se establecen las dinámicas de relación entre compañeros tanto de estudio como de trabajo.

Para finalizar, considerando que nos encontramos ante un nuevo tipo de convivencia como sociedad global, caracterizada por la importancia de la calidad de las interacciones entre seres humanos para mantener un adecuado nivel de bienestar en las personas, el acompañamiento tutorial facilitará la integración, desarrollo y mantenimiento de relaciones positivas entre los integrantes de un grupo social, contribuyendo a mejorar el nivel de felicidad de las personas, su sentido de identidad, e incluso, un consecuente incremento en la productividad académica o laboral.

Acerca del autor

Saúl Esparza (saul.aer@gmail.com) es estudiante de doctorado, escritor e investigador en Ciencias Sociales y Económicas.

Referencias

Adolfo Obaya, V. y Yolanda Marina Vargas, R. (2014) ‘La tutoría en la educación superior’, Educación Química. Elsevier, 25(4), pp. 478–487. doi: 10.1016/S0187-893X(14)70070-9.

Montes, J. F. C. et al. (2015) ‘Actitudes de los estudiantes universitarios ante la tutoría. Diseño de una escala de medición’, Revista de la Educación Superior. Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior de la República Mexicana A.C., 44(173), pp. 103–124. doi: 10.1016/j.resu.2015.04.004.

Narro Robles, J. y Galván, M. A. (2013) ‘Mentoring: A fundamental process in the formation of college students’, Perfiles Educativos. Elsevier, 35(141), pp. 132–151. doi: 10.1016/S0185-2698(13)71839-7.

Torres Frías, J. de la C. (2013) ‘Relación de tutoría y promoción del desarrollo de habitus científicos en estudiantes de doctorado en educación: Acercamiento a un caso’, Perfiles Educativos. Elsevier, 35(140), pp. 8–27. doi: 10.1016/s0185-2698(13)71819-1.

Velázquez-Sagahón, F.-J. y Rodríguez de la Rosa, H.-E. (2014) ‘Diseño e instrumentación de una tutoría de asignatura en el programa de licenciatura en Sistemas de Información Administrativa de la Universidad de Guanajuato’, Revista Iberoamericana de Educación Superior. Elsevier, 5(14), pp. 41–54. doi: 10.1016/s2007-2872(14)70299-9.

Edición por Rubí Román (rubi.roman@tec.mx) – Observatorio de Innovación Educativa

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/acoso-psicolgico-y-hostigamiento

Comparte este contenido:

Cómo identificar y prevenir el ciberacoso

Por: Aula Planeta

 

Entendemos por acoso escolar cualquier comportamiento violento, agresivo o despectivo hacia cualquier alumno o alumna, generalmente en situación de indefensión ante su agresor o agresores, y circunscrito, de forma más o menos elástica, al centro educativo. Situación que ha dado un vuelco con la irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), convertidas en herramientas primordiales de socialización para los más jóvenes de un modo por lo general completamente ajeno al control o supervisión de sus mayores.

Una nueva forma de relacionarse con los demás que ha traído consigo, entre muchas otras cosas, el ciberacoso o cyberbullying, práctica tanto o más nociva que el acoso presencial, del que suele ser una consecuencia, y que dado el cierre de los centros educativos estos últimos meses se ha convertido en la única posible para los acosadores. A continuación, os planteamos una aproximación al tema con una guía para que los adultos podáis detectar y paliar los efectos del ciberacoso en los menores a vuestro cargo.

Ciberacoso: qué es y cómo puede detectarse

El ciberacoso es el uso de las TIC, y cualquiera de sus dispositivos derivados, destinado a ejercer el acoso psicológico, incluyendo desde el chantaje hasta el hostigamiento emocional o el desprecio hacia el otro, entre menores de edad. Pero al contrario que en el caso del acoso escolar convencional, el ciberacoso tiene una serie de particularidades que lo hacen especialmente nocivo: el anonimato del que gozan el acosador o acosadores, y que les otorga un grado de impunidad muy superior al que conlleva el acoso escolar; la dificultad para establecer su existencia, dado que se considera que no tiene consecuencias físicas para las víctimas; o sus prácticas bajo la forma de suplantación de identidad digital o la exclusión y la humillación online, entre otras, son algunas de sus características específicas.

Ahora bien, si gran parte de su dañina naturaleza se basa en una cierta invisibilidad, ¿a través de qué situaciones puede detectarse el ciberacoso en quienes lo sufren?

  • A través de la observación de cambios emocionales y anímicos tales como timidez repentina, explosiones de agresividad o episodios de apatía y tristeza.
  • Cambios súbitos en la vida social del acosado como, por ejemplo, miedo a salir de casa, incapacidad para dar respuesta a bromas y opiniones ajenas o, directamente, ausencia o precariedad de relaciones con los demás.
  • Cambios físicos y actitudinales tanto en postura corporal, más encogida o con la cabeza gacha, como en el modo en el que comparte su espacio con los demás, especialmente cuando utiliza dispositivos TIC. Acto, este último, que en una situación de ciberacoso generalmente se da en ausencia de adultos.
  • Somatización del acoso a través de repentinos cambios de peso, trastornos alimentarios, dificultad para conciliar el sueño, pesadillas, dolores sin causa aparente o episodios de agotamiento.

Son situaciones que requieren, en cualquier caso, de observación por parte de los que rodean al menor acosado para ser detectadas, primer paso imprescindible para poder tomar cartas en el asunto y prevenir las consecuencias que el ciberacoso tiene sobre quienes lo sufren.

¿Cómo actuar ante el ciberacoso?

Como se ha dicho líneas atrás, el ciberacoso es más difícil de detectar que el acoso escolar, y más aún si tenemos en cuenta que muchas de sus víctimas no suelen explicar el acoso al que se ven sometidas, sufriéndolo silenciosa y solitariamente. Por eso, una de las mejores formas de evitar las consecuencias del ciberacoso es, precisamente, previniéndolo a través de los puntos siguientes:

  • Una alfabetización digital y una formación en netiqueta resultan muy útiles de cara a que los menores sepan, antes que nada, que toda acción hacia otra persona en un entorno virtual tiene consecuencias reales. Igualmente, recomendamos que esta formación no solo la reciban los menores sino también sus mayores, de cara a saber qué y cómo se relacionan los niños y niñas a su cargo en Internet.
  • En otro orden de cosas, y especialmente a edades muy tempranas, puede activarse un control parental en los dispositivos TIC a los que acceden los menores, evitando así que su exposición en la Red pueda ser utilizada en su contra.

Aunque si el ciberacoso ya está produciéndose, hay otras medidas que pueden tomarse para ponerle fin. Os las explicamos a continuación:

  • Si existen sospechas de que esta situación está teniendo lugar, hablad con el o la menor sobre ello, sin minimizar lo que le está ocurriendo en ningún momento, y evitando culpabilizarlo. El acosado o acosada muchas veces cree que podría haber evitado la situación por sí mismo castigándose por no haberlo conseguido sin pedir ayuda.
  • Comunicad la situación al centro educativo para que tomen las medidas que crean necesarias de acuerdo con los protocolos existentes en materia de acoso escolar y ciberacoso. No dudéis en consultar a asociaciones especializadas en ciberacoso y, si la situación alcanza el grado de delito, denunciadlo.
  • Reforzad la autoestima del acosado o acosada, haciendo que se sienta querido y valorado tanto por vosotros como por sí mismo, pidiendo ayuda psicológica en caso necesario.

Y, sobre todo, no olvidéis nunca que, pese a que el ciberacoso tiene consecuencias, y algunas de ellas muy graves, estas pueden solventarse y dejarse atrás.

¿Conocéis directa o indirectamente algún caso de ciberacoso? Y, de ser así, ¿cómo se resolvió? Compartid vuestras experiencias con todos nosotros y este post con vuestros contactos.

Para saber más:

Revista: Convives: Acoso entre iguales: ciberacoso.

Artículo: Conductas de ciberacoso en niños y adolescentes. Hay una salida con la educación y la conciencia social, por María José Bartrina Andrés.

Video: TEDxTarragona: Paremos el ciberacoso antes de que se produzca, por Irene Montiel.

Fuente e imagen: https://www.aulaplaneta.com/2020/07/06/en-familia/como-identificar-y-prevenir-el-ciberacoso/

Comparte este contenido:

Acoso escolar en tiempos de confinamiento

Por: Educación 3.0

¿De qué manera ha afectado el confinamiento a las víctimas del acoso escolar? Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez, directora y profesora, respectivamente, del Máster Universitario en Acoso escolar y mediación en la Universidad Internacional de Valencia, reflexionan sobre cómo han influido las nuevas tecnologías en el bullying y señalan la necesidad de que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para acabar con este problema.

La situación de pandemia y de crisis sanitaria nos ha llevado a un proceso de confinamiento generalizado que ha durado meses. Esta inesperada situación de aislamiento social repentino ha supuesto un reto emocional para toda la población, pero, en especial, para los menores. Para la mayoría de ellos, vivir confinados y sin poder compartir momentos lúdicos y escolares con sus compañeros les ha generado estados de ansiedad y frustración que los padres han debido gestionar en función de sus propios recursos y habilidades personales.

Ante esta situación, hemos detectado un grupo de alumnos a los que la no asistencia a los centros escolares ha supuesto una tregua a su sufrimiento. Nos referimos a los alumnos que diariamente son acosados en las aulas y fuera de ellas, víctimas del bullying. Constantemente deben afrontar, la mayor parte de las veces en silencio, agresiones físicas y psicológicas.

Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez

Acoso escolar online

Otra parte de estos alumnos víctimas de agresión han visto incrementadas las conductas de acoso escolar fuera de los centros a través de las nuevas tecnologías. Si hay algo que se ha dado durante este periodo de confinamiento, ha sido una mayor conectividad a redes sociales e Internet, viéndose incrementadas las agresiones y vejaciones morales y emocionales.

Como hemos recogido, el uso, que en tiempo de confinamiento se ha convertido en un abuso, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son muy habituales en la adolescencia y preadolescencia, tanto en el ámbito personal y social, como en nuestras aulas escolares. Las nuevas tecnologías están provocando cambios profundos en la forma de relacionarse con los demás y, con ello surgen fenómenos peligrosos como el cyberbullying: una forma de intimidación, a través del teléfono móvil y de Internet. Se desencadena junto con la expansión tecnológica propia de esta era y no deja de ser una extensión del acoso offline que sufren los menores en el ámbito escolar y que traspasa las aulas, provocando consecuencias emocionales y psicológicas mucho más profundas y difíciles de resolver como la baja autoestima, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban placenteras, aislamiento social, trastornos fóbicos, entre otras. Todas son las secuelas que la violencia en la red puede generar en menores con estrategias de afrontamiento que aún están pleno desarrollo.

Compañeros señalan a una niña, haciéndole acoso escolar.

Es fundamental que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para poder poner fin a la alta prevalencia de este fenómeno en nuestra población adolescente, además, desde un contexto multidisciplinar: desde la escuela, con la formación e información de toda la comunidad educativa trabajando desde la prevención a edades muy tempranas, fortaleciendo así valores e intereses contrarios a la violencia y haciendo énfasis en la inteligencia emocional. Por otro lado, las familias deben ser formadas y atendidas, la brecha digital es un gran factor de riesgo para la perpetuación de tales conductas, además de la falta de supervisión parental o la comunicación negativa dentro del seno familiar. Y desde la comunidad: a nivel social y cultural, con tolerancia cero a la violencia, la sanción de conductas de acoso y la existencia y promoción de campañas de sensibilización y actuación frente al acoso y ciberacoso son fundamentales.

Por último, la atención y tratamiento psicológico de las víctimas y agresores y sus familias por equipos de especialistas multidisciplinares accesibles, es fundamental para su recuperación y evitar reincidencias.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/acoso-escolar-en-tiempos-de-confinamiento/

Comparte este contenido:

Acoso escolar: cómo detectar si un niño sufre ‘cyberbullying’ en el confinamiento

Noticia/07 Mayo 2020/elpais.com

En el Día Mundial contra el ‘bullying’, es fundamental que padres y profesores sepan cómo reaccionar ante él, aprovechando que muchos alumnos no volverán a clase hasta septiembre

Las crisis sanitaria, económica y social, y todas sus derivadas, en las que estamos inmersos nos tienen tan absortos, que, a veces, no nos detenemos a pensar en algunas realidades que se están colando en nuestras casas. Y nosotros, sin enterarnos. En este Día Internacional del Bullying, cabe señalar que el confinamiento puede hacernos creer que es un alivio para aquellos niños que sufren o han sufrido el peso del acoso escolar. Al estar cerrados los centros educativos, parece que esta lacra se esfuma, no hay enemigo con quien encontrarse, no hay que levantarse con el sufrimiento que implica saber que hay que acudir diariamente a la escuela, ese nido donde para quien lo padece crece el miedo. Los pensamos más liberados aún, con la medida anunciada por el Gobierno sobre cómo muchos alumnos no retornarán a las clases antes de septiembre. Ese tiempo que ganamos. Pero, efectivamente, el alivio es solo inicial.

Del acoso escolar al ciberbullying

Desde hace tiempo –concretamente desde que Internet irrumpió en nuestras vidas- el acoso escolar ha traspasado las fronteras del aula para colarse también en la Red y alcanzar a sus víctimas allá donde estén. Los niños que acosan a otros encontraron una nueva vía de hostigamiento para maltratar a través de las nuevas tecnologías. Es lo que conocemos como ciberbullying. Si consideramos que, desde que empezó el confinamiento, el uso de Internet había subido en un 72% a principios de abril, y que las vías de comunicación de los menores es justamente esa, podemos deducir que el acoso escolar no ha acabado. Y puede estar convirtiéndose en una tortura para muchos.

Lo cierto es que las nuevas tecnologías están permitiendo esa educación en remoto y que los niños, de mejor o peor manera, puedan superar el trimestre a través de TICS, clases virtuales, plataformas, WhatsApp -todos también canales de ciberbullying. “Hablamos todo el rato de las bondades de la tecnología como método pedagógico, pero nos olvidamos que a nadie le llaman ya la atención todas las horas que pasan los niños frente a las pantallas, una preocupación que antes del confinamiento era una constante. Pero también hay que pensar que el pasar más horas conectados a internet no solo ofrece más opciones al acosador, sino que la víctima puede estar más horas mirando lo que se ha escrito o difundido sobre él o ella”, dice Miguel del Nogal, psicólogo de la Asociación Española de Prevención del Acoso Escolar (AEPAE).

Ciberbullying durante la cuarentena

El acoso escolar y el ciberbullying no son realidades aisladas. De hecho, son un continuo que empieza en clase y acaba cuando el niño desconecta sus redes sociales. O más tarde porque el tormento a veces puede impedirles el sueño. “El ciberbullying es un canal más y la diferencia entre uno y otro es que las TICS y redes son medios masivos, que llegan en un solo click, a distancia, siendo más fácil para el acosador porque no hay una relación cara a cara. Además, puede actuar las 24 horas los siete días de la semana, de manera gratuita, sin filtros, sin administrador. Es un campo libre”, explica del Nogal. El ciberbullying se comporta igual antes y después del confinamiento, pero con matices. “Preocupan dos fenómenos: que aquellos niños que no sufrían acoso escolar, lo sufran ahora, y que el hostigamiento contra aquellos que ya eran víctimas de acoso escolar antes, se haya multiplicado ahora”.

Los perfiles de la víctima y el acosador

“El perfil de la víctima es amplio, porque puede ser cualquier niño o adolescente, que sea percibido como diferente, con rasgos tanto positivos como negativos”, explica Diana Díaz, directora de las líneas de ayuda de ANAR, Fundación de Ayuda de Niños y Adolescentes en Riesgo. “El acosador puede haber sido víctima de bullying, pero también estar expuesto a un entorno de violencia”. Pero, la característica principal es su falta de empatía y que entiende al otro como un instrumento. Y hay que añadir a un tercer grupo de actores: los observadores. “El acoso existe porque hay observadores que lo aplauden, y en este tiempo de confinamiento el público está presente desde la mañana hasta por la noche, y en tiempo real, en todas las redes”, explica el psicólogo.

Los niños acosadores conocen a sus víctimas. “Eligen a sus iguales y existe una intencionalidad. Van a esa persona, porque saben que pueden agredirla”, dice del Nogal. Para que haya ciberbullying, ambas partes “tienen que ser compañeros o alumnos del mismo centro escolar. Pertenecen a los mismos chats y foros digitales, y consiste en que uno va minimizando la importancia del otro, lo va rechazando, se burla, inventa motes y hasta amenazas. En muchos casos, la víctima acaba expulsada del grupo, lo que es una forma de aislarla y agredirla. El aislamiento presencial es muy visible, pero el telemático también está existiendo”, añade la experta de ANAR.

Esta ONG han reforzado durante la cuarentena su servicio de ayuda a través de su chat. “Hemos observado que la curva de la violencia contra los niños crece día a día durante el confinamiento”, comenta Díaz. Y, sin duda, una forma de violencia es el acoso escolar, cuyas consultas a través del chat, afortunadamente, “han bajado; hay una ligera tregua. No obstante, un 3,3% de las consultas siguen haciendo referencia al ciberbullying”. Quizá no parezca un porcentaje muy alto, pero con un solo niño que esté sometido a un tipo acoso, sea este presencial o telemático, ya es demasiado. “Por eso, no hay que bajar la guardia. Las tecnologías están siendo el escenario alternativo del acoso escolar, con todas sus posibles consecuencias: miedo permanente, ansiedad, baja autoestima, indefensión, depresión…».

Cómo detectar las señales

Cambios bruscos en el comportamiento y en el ánimo. Pueden estar mucho más melancólicos, retraídos, sobre todo, si nunca han sido así. O al contrario, se encuentran más nerviosos de lo normal.

Cuando se quedan alterados o tristes tras su conexión a Internet. Los padres debemos estar muy atentos a sus vías de comunicación. “Hay casos en que los padres han podido descubrir que su hijo sufría acoso, al investigar sus vías de comunicación”, cuenta Diana Díaz.

Estar muy atentos a sus redes y chats. Hay padres que han descubierto que su hijo sufría acoso escolar, al investigar sus vías de comunicación digitales, durante el confinamiento, cuando vieron a su hijo comportarse de manera inusual después de cerrar el ordenador.

Más aislados aún. Si van más a su habitación a encerrarse, no quieren contactar con sus amigos, no socializan…

Síntomas psicosomáticos. No están enfermos, pero se quejan de molestias, malestar y siempre les duele algo. O si adelgazan mucho, si tienen problema con la comida o el sueño; estos son indicadores.

Cómo reaccionar frente al ciberbullying

Abrir canales de comunicación. No es fácil que los niños que sufren de acoso lo comenten, ni siquiera a sus padres. En la medida que lo hagan, habrá luz para resolverlo, pero mientras tanto es importante fomentar la comunicación familiar. “Les da vergüenza y sienten culpa. De hecho, se ha observado que tardan entre dos a tres años, de media, en contárselo a los mayores”, sostiene del Nogal. “Existe una idea preconcebida de que lo van a resolver solos y hay una sensación de fracaso”, agrega Díaz.

Darle apoyo incondicional. Es fundamental que la víctima de un ciberbullying, sepa que sus padres siempre van a estar ahí, no importa lo que pase.

Identificar los cambios serenamente. Si se recoge con demasiada ansiedad, el niño se estresa y se retrae más por miedo a las represalias.

No hacer juicio. Dejarle claro que a cualquiera le puede pasar, que no es su culpa. Tampoco pedirle explicaciones de no haberlo dicho antes.

Involucrar a toda la comunidad educativa. Las medidas a partir de que el niño lo cuenta deben ser tomadas y aplicadas en conjunto por los padres, el centro educativo y el niño. Esto es importante para que el niño sienta que está participando de las soluciones.

Enseñar un uso responsable de las redes y TICS. Nadie está a salvo de un ciberbullying, pero evidentemente las posibilidades se reducen si educamos a nuestros hijos en el uso de las TICS, sin exponerse demasiado, manteniendo medidas de seguridad digital, etc.

LA CARA AMABLE DEL CONFINAMIENTO

Pero podemos darle la vuelta a la cuarentena y fijarnos en algunos aspectos que juegan a favor. Primero, que nuestra casa es un entorno seguro. Diana Díaz opina, además, que “es una oportunidad excelente para comunicarnos más tranquilamente. Tenemos más espacios en común, lo que puede generar buenos momentos para valorar la confianza con nosotros”.

Y añade que “ahora, en confinamiento, es cuando hay que prepararlos para que a la vuelta a clases. Los niños deben contar con las habilidades necesarias y suficientes para enfrentar emocionalmente a quien le haga daño. Ese es el fin que persigue también el campamento de verano que organiza AEPAE. Ahora es buen momento porque si las vacaciones suelen ser un parón del acoso escolar y la víctima se puede sentir algo más aliviada, ahora el centro educativo está activo y también puede intervenir.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/05/01/mamas_papas/1588312439_219353.html

Comparte este contenido:

Entrevista con Raúl Rodrigo: «A alguien que está sufriendo acoso escolar le diría que deje de responsabilizarse y que pida ayuda»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Raúl Rodrigo, autor de «Mi receta contra el acoso escolar» (Desclée).

Si hay que escuchar a alguien en los casos de bullying, es a las propias víctimas. En este caso, se trata del propio testimonio de Rodrigo, cuya historia personal le ha llevado a escribir este libro: «Mi receta contra el acoso escolar» (Desclée). En su libro encontramos una historia de superación y crecimiento personal en primera persona, donde el autor nos regala un manual con el que afrontar y poner fin de una manera pacífica y constructiva a esta lacra.

¿Cuál sería su principal receta para combatir el acoso escolar?

Una de mis primeras recetas es no buscar un por qué. Si buscas un por qué, cometes el error de responsabilizarte a ti. Durante mucho tiempo llevé a cabo esa búsqueda, aunque afortunadamente hace ya unos años que pude salir de ella. A la conclusión que llego es que no hay que buscar el por qué, porque además corres el riesgo de disfrazarte de quien no eres, y eso tiene unas conclusiones muy peligrosas. El ejercicio pasa más por reflexionar en por que ellos ponen el foco en tu persona. El responsable siempre es quien te acosa.

De alguna forma, ¿se suele acosar siempre al diferente…?

La conclusión es que no, pero siempre hay un punto común, que es algo que en ti no pueden soportar ver. Por ejemplo, la niña con la que se meten porque es adoptada… Quizás lo que hay detrás de ese caso es la envidia de saber que esa chica tiene unos padres que se han recorrido miles de kilómetros para formar una familia en la que sí hay amor. O, por ejemplo, si el foco se pone en alguien gay, quizás lo que está detrás es la envidia de que ese joven tiene para mostrar una opción sexual en una edad tan temprana. Siempre hay un motivo, pero no hay que buscarlo en la víctima, sino en la otra persona. Lo resumiría diciendo que el acosador es una persona herida y que tiene problemas. Pero esto también tiene dos lecturas: que ya no lo vemos como un monstruo, sino como una persona que lo está pasando mal, y que también necesita ayuda.

Ahora usted utiliza su experiencia para ofrecer charlas en los colegios. ¿Cuál es su objetivo con los alumnos?

Parte de mi labor pasa por hacer reflexionar a los chavales y hacerles tomar partido. El acoso es muy doloroso. El aislamiento y la soledad que supone son muy perjudiciales, y muy difíciles de detectar. Las cicatrices del aislamiento todavía perduran en mi. Hoy ya no duelen, me sirven como mapa de mi pasado, pero durante muchos años quemaron a rabiar. Para los docentes, los padres e incluso las víctimas luchar contra ese acoso es harto difícil.

¿Por qué a los adultos, padres, profesores, nos resulta tan difícil de identificar este tipo de acoso?

Porque normalmente quien lo ejerce «se disfraza» o se comporta bien en casa y en clase, saca buenas notas…. No tiene por qué ser una persona agresiva, ni con malos comportamientos. Son personas muy inteligentes, y ejercen un maltrato orquestado y premeditado, que requiere de intelecto y planificación.

Creo que poco a poco está cambiando la percepción del acoso, y del papel del acosador…

Poco a poco, aunque a lo mejor no veo toda la realidad. Creo que en los colegios los profesores en general están muy alerta, están implicados… . Los propios compañeros hoy están muy vinculados. Existen alumnos mediadores, los hermanos mayores supervisan a los jóvenes… Hay mucho por hacer pero en este sentido, estoy muy esperanzado.

Pese a este avance, todos los años se suicida algún chaval.

Es que el acoso sigue existiendo y es un problema. Por eso me sumo a esta lucha. Por desgracia tenemos que aceptar o asumir que probablemente nunca llegaremos a conseguir que desaparezca, porque hay algo intrínseco al ser humano que es la maldad. La maldad existe, y los malos comportamientos y las situaciones injustas también. Otra cosa es que por supuesto tengamos que establecer los mecanismos para que sean mínimos y se solucionen a la mayor celeridad posible.

¿Cuál es la gran diferencia entre este libro y otros escritos sobre recetas contra el bullying?

Sobre todo hablo desde mi experiencia, acompañada eso sí de un gran crecimiento emocional y un trabajo psicológico. Esto creo que me permite analizar las cosas sin rencor, sin revanchismos, ni victimismos. Creo que eso es a nivel general la gran diferencia con otros textos: la ausencia de triunfalismo. Y sobre todo, insisto, mi experiencia personal, porque creo que sí que hay cosas buenas o interesantes, escritas desde el rigor de un psicólogo, o un pedagogo, que te dan buenas pautas pero que no lo han vivido.

¿Por dónde crees que deberíamos empezar para luchar contra este grandísimo problema?

El primero, y aunque suene a cliché o a obviedad, es pedir ayuda. Porque primero, si no lo cuentas, los demás no lo saben. Mis padres se enteraron cuando yo tenía 35 años… Cometemos el error de dar por hecho de que la gente más próxima o de nuestro entorno conoce nuestro sufrimiento, y no es verdad.

En segundo lugar, porque un adolescente no tiene los recursos suficientes para gestionar una situación tan compleja. Este segundo mensaje iría enlazado con el primero, e iría dirigido a padres y profesores. Hay una frase de Almudena Grandes que me gusta mucho, que utilizo siempre, que dice que hay que ser muy valiente para pedir ayuda, pero más valiente todavía para aceptarla. ¿Por qué digo esto? Porque un menor que esté sufriendo acoso escolar va a estar muerto de miedo y, por tanto, no va a pedir ayuda.

¿Alguna recomendación directa para padres y profesores u otros adultos de referencia?

Sí, les diría que intenten generar un clima de confianza en el que los niños o adolescentes se sientan en la tranquilidad de poder contarnos. También que estén muy atentos a los cambios de comportamiento.

¿Y para alguien que está siendo víctima de acoso?

Y como tercer ingrediente, yo le diría a alguien que está sufriendo acoso escolar que no busque porqués, que deje de responsabilizarse. También le aconsejaría que se construyese un mundo que le haga feliz. Eso no significa resignarse a lo que está ocurriendo, no significa no luchar por volver al instituto con confianza y tranquilidad… Pero sí saber que fuera del centro escolar hay un montón de cosas y de gente con la que puedes conectar, entablar nuevas amistades, y reconstruir tus fortalezas y tu autoestima.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-alguien-esta-sufriendo-acoso-escolar-diria-deje-responsabilizarse-y-pida-ayuda-202001160141_noticia.html

Comparte este contenido:

Autismo y acoso escolar: la voz de los niños que no pueden contarlo

Autismo y acoso escolar: la voz de los niños que no pueden contarlo

Un vídeo no previsto, una madre transformada en directora creativa y unos compañeros de colegio que se convierten en actores improvisados. Carolina Marín lanzó un vídeo viral sobre autismo en 2015, prometió que no haría ninguna campaña más, pero la vida le ha llevado a incumplir su propia palabra. Hace diez años se convirtió en mamá de una niña con autismo no verbal llamada Carla y de su melliza Daniela. Ahora, lanza un nuevo vídeo para concienciar sobre el acoso en las escuelas y animar al entorno a ser la voz de los niños que no pueden contar que están siendo víctimas de violencia:»Las personas con autismo no verbal no pueden defenderse ni físicamente ni verbalmente, hay que estar atentos y educar a nuestros hijos a que no se debe pegar, vejar ni humillar».

Los internautas conocen a Marín desde abril de 2015, cuando subió un vídeo animando a ser «la voz» de los niños que, como Carla, tienen autismo no verbal. De forma inesperada, su historia se hizo viral y comenzó a recibir vídeos de otros usuarios con un gesto que ya se ha hecho famoso, el del dedo índice de una mano apuntando a la palma de la otra. Esta mujer es la mejor prueba de que el amor maternal mueve montañas de bytes. En sus vídeos han participado desde artistas como Alejandro Sanz o Bebe hasta políticos como Mariano Rajoy o Pedro Sánchez. «Mi principal motivo es concienciar a quien no tiene ni idea de qué es», explica. A partir de ese primer vídeo, decidió subir otros hablando de la estereotipia, las crisis, contando su propia historia o la de Daniela, la hermana melliza de Carla.

Este enero ha vuelto a lanzar una campaña, esta vez, concienciando sobre bullying en los colegios. La protagonista es Carla, aunque cuenta con una doble para las escenas más bruscas, y vuelve a aparecer muy bien acompañada. En esta ocasión, han colaborado compañeros de clase de las niñas, las chicas del equipo de Majadahonda FSF y los artistas del Studio 23, entre otros muchos cómplices. También se han solidarizado con la causa personajes del mundo del cine como Hugo Silva, Javier Cámara o Koldo Serra.

En esta ocasión, Marín se inspira en un episodio real para concienciar sobre el bullying. En el caso de niños con autismo no verbal, esta madre cree que cambios de actitud como la tristeza o la pérdida de ganas de ir al colegio pueden poner en aviso a los padres y terapeutas: «En el caso de mi hija, habla a través de pictogramas y con un sistema bimodal, a través de gestos, donde ella te puede ir contando cómo se siente y cómo se encuentra.  Hay que encontrar el momento adecuado», asegura sobre cómo la niña confesó a las terapeutas que se sentía triste cuando iba al colegio.

En el caso de Carla, tiene una gran compañera de vida, su hermana Daniela, que se ha convertido en su mejor embajadora .»Si no es por su hermana, no me enteraría», recuerda Marín sobre el papel que tuvo la melliza de Carla al contarle lo que estaba pasando en su aula. Los compañeros de clase de Daniela también arroparon rápidamente a la niña y el colegio activó el protocolo para estos casos.

En el vídeo aparecen figuras negras y lluvia que representan la tristeza, pero tiene un final feliz. La protagonista acaba sacando fuerzas y rebelándose contra el abuso: «Es la conclusión de la campaña. Ante estas situaciones, todos estamos tristes, pero esa tristeza hace que te levantes y luches contra todo», asegura Marín, en un mensaje que sirve para los niños que sufren bullying, pero también para los adultos que los acompañan.

Autismo sin estereotipos

La historia de Carla es el ejemplo de que las personas con autismo van mucho más allá de los estereotipos de las series de televisión. En su colegio, se encuentra totalmente integrada y le encanta practicar baloncesto «jugando a tirar», al pilla-pilla o que le hagan cosquillas.

«Nosotras vamos a un parque de bolas que le encanta a Carla. Allí la conocen y los monitores saben que tienen autismo y que no pueden decirle «no te subas ahí», sino que hay que hacerlo de otra manera. La mejor persona para concienciar en el parque al resto de los niños es mi hija Daniela. Les dice que su hermana no puede hablar, pero puede jugar y les dice cómo tienen que hacerlo», explica sobre su hermana, que asume su rol con absoluta normalidad.

Marín no pide dinero, ni pertenece a ninguna asociación. Cada campaña tiene el objetivo de divulgar y comunicar desde su experiencia, es decir, como madre. «Cuando me dijeron que mi hija tenía autismo no verbal , no sabia qué significaba, ni entendía qué podía suponer. Hay personas que incluso necesitan ir al psicólogo», explica. Para ellos también son sus vídeos.

Fuente de la Información: https://www.cuartopoder.es/sociedad/2020/01/16/autismo-y-acoso-escolar-la-voz-de-los-ninos-que-no-pueden-contarlo/

Comparte este contenido:
Page 5 of 45
1 3 4 5 6 7 45