El trabajo intelectual

Alberto Benegas

La característica central de ser humano consiste en su libre albedrío, su capacidad de decidir entre distintos cursos de acción. De todas las especies conocidas, el hombre es el único que goza de libertad, el único que piensa, elabora, argumenta y concluye.

Para todo ello la faena intelectual resulta crucial. Nada de lo apuntado puede lograrse sin esfuerzo intelectual, es decir, aprender, razonar, comprender, es la facultad de la inteligencia, el inter legum, el entrar dentro de conceptos, interrelacionarlos y leer sus significados. Alude al entendimiento, a la abstracción y, consiguientemente, a la capacidad de pensar.

Es en este ámbito donde se gesta la teoría es donde se crea todo lo que luego los llamados prácticos usan para muy diversos propósitos. Por su parte, los prácticos también requieren de trabajo intelectual solo que en otro plano: no en la producción de la idea sino en su aplicación. En el ámbito de lo analítico se diferencian estos roles pero, aunque no sea lo habitual, puede ocurrir que ambos atributos tengan lugar en la misma persona.

Antes hemos consignado lo que sigue y es, en primer término, que hay dos planos de acción que es perentorio clarificar y precisar. Esta diferenciación de naturalezas resulta decisiva al efecto de abrir cauce al progreso. Constituye un lugar de los más común -casi groseramente vulgar- sostener que lo importante es el hombre práctico y que la teoría es algo etéreo, mas o menos inútil, reservado para idealistas que sueñan con irrealidades.

Esta concepción es de una irresponsabilidad a toda prueba y revela una estrechez mental digna de mejor causa. Todo, absolutamente todo lo que hoy disponemos y usamos es fruto de una teoría previa, es decir, de un sueño, de un ideal, de un proyecto aún no ejecutado. Nuestros zapatos, el uso del avión, la televisión, la radio, internet, el automóvil, el tipo de comida que ingerimos, las medicinas a que recurrimos, los tipos de edificaciones, la iluminación, las herramientas, los fertilizantes, plaguicidas, la biogenética, la siembra directa, los sistemas políticos, los regímenes económicos etc. etc. Todo eso y mucho más, una vez aplicado parece una obviedad, pero era inexistente antes de concebirse como una idea en la mente de alguien.

John Stuart Mill escribió con razón que “toda idea nueva pasa por tres etapas: la ridiculización, la discusión y la adopción”. Seguramente, en épocas de las cavernas, quienes estaban acostumbrados al uso del garrote les pareció una idea descabellada el concebir el arco y la flecha y así sucesivamente con todos los grandes inventos e ideas progresistas de la humanidad. En tiempos en que se consideraba que la monarquía tenía origen divino, a la mayoría de las personas les resultó inaudito que algunos cuestionaran la idea y propusiera un régimen democrático.

Los llamados prácticos no son más que aquellos que se suben a la cresta de la ola ya formada por quienes previa y trabajosamente la concibieron. Desde luego que los prácticos también son necesarios puesto que el objeto de la elaboración intelectual es ejecutar la idea, pero los que se burlan de los teóricos no parecen percatarse que en todo lo que hacen resulta de una deuda contraída con aquellos, pero al no ser capaces de crear nada nuevo se regodean en sus practicidades. Todo progreso implica correr el eje del debate, es decir, de imaginar y diseñar lo nuevo al efecto de ascender un paso en la dirección del mejoramiento. Al práctico le corren el piso los teóricos sin que aquel sea para nada responsable de ese corrimiento.

El premio Nobel Friedrich Hayek ha escrito en Los intelectuales y el socialismo que “Aquellos que se preocupan exclusivamente con lo que aparece como práctico dada la existente opinión pública del momento, constantemente han visto que incluso esa situación se ha convertido en políticamente imposible como resultado de un cambio en la opinión pública que ellos no han hecho nada por guiar.” La practica será posible en una u otra dirección según sean las características de los teóricos que mueven el debate. En esta instancia del proceso de evolución cultural, los políticos recurren a cierto tipo de discurso según estiman que la gente lo digerirá y aceptará. Pero la comprensión de tal o cual idea depende de lo que previamente se concibió en el mundo intelectual y su capacidad de influir en la opinión pública a través de sucesivos círculos concéntricos y efectos multiplicadores desde los cenáculos intelectuales hasta los medios masivos de comunicación.

En segundo lugar, en todos los órdenes de la vida, los prácticos son los free-riders (los aprovechadores o, para emplear un argentinismo, los “garroneros”) de los teóricos. Esta afirmación debe tomarse peyorativamente puesto que del mismo modo que todos usufructuamos de la creación de los teóricos también sacamos ventajas de los que llevan la idea a la práctica. La inmensa mayoría de las cosas que usamos las debemos al ingenio de otros, prácticamente nada de lo que usufructuamos lo entendemos ni lo podemos explicar. Por esto es que el empresario no es el indicado para defender el sistema de libre empresa porque, como tal, no se ha adentrado en la filosofía liberal ya que su habilidad estriba en realizar buenos arbitrajes (y, en general, si se lo deja, se alía con el poder para aplastar el sistema), el banquero no conoce el significado del dinero, el comerciante no puede fundamentar las bases del comercio, quienes compran y venden diariamente no saben acerca del rol de los precios, el telefonista no puede construir un teléfono, el especialista en marketing suele ignorar los fundamentos de los procesos de mercado, el piloto de avión no es capaz de fabricar una aeronave, los que pagan impuestos (y mucho menos los que recaudan) no registran las implicancias de la política fiscal, el ama de casa no conoce el mecanismo interno del microondas ni del refrigerador y así sucesivamente. Tampoco es necesario que esos operadores conozcan aquello, en eso consiste precisamente la división del trabajo y la consiguiente cooperación social. Es necesario sí que cada uno sepa que los derechos de propiedad deben respetarse para cuya comprensión deben aportar tiempo, recursos o ambas cosas si desean seguir en paz con su practicidad y para que el teórico pueda continuar en un clima de libertad con sus tareas creativas y así ensanchar el campo de actividad del práctico.

En tercer término, debe subrayarse que, sin duda, hay teorías efectivas y teorías equivocadas o sin un fundamento suficientemente sólido, pero en modo alguno se justifica mofarse de quienes realizan esfuerzos para concebir una teoría eficaz. Las teorías malas no dan resultado, las buenas logran el objetivo. En última instancia, como se ha dicho “nada hay más practico que una buena teoría”. Conciente o inconscientemente detrás de toda acción hay una teoría, si esta es acertada la práctica producirá buenos resultados, si es equivocada las consecuencias del acto estarán rumbeadas en una dirección inconveniente respecto de las metas propuestas.

Leonard E. Read en su libro titulado Castles in the Air nos dice que “Contrariamente a las creencias populares, los castillos en el aire constituyen los lugares de nacimiento de toda la evolución humana; todo progreso (y todo retroceso) sea material, moral o espiritual implica una ruptura con las ideas que prevalecen”. Las telarañas y los candados mentales y la inercia de lo conocido son los obstáculos más serios para introducir cambios. Como hemos señalado, no solo no hay nada que objetar a la practicidad sino que todos somos prácticos en el sentido que aplicamos los medios que consideramos corresponden para el logro de nuestras metas, pero tiene una connotación completamente distinta “el práctico” que se considera superior por el mero hecho de aplicar lo que otros concibieron y, todavía, reniegan de ellos…los que, como queda dicho, hicieron posible la practicidad del práctico.

Afirmar que “una cosa es la teoría y otra es la práctica” es una de las perogrulladas mas burdas que puedan declamarse, pero de ese hecho innegable no se desprende que la práctica sea de una mayor jerarquía que la teoría, porque parecería que así se pretende invertir la secuencia temporal y desconocer la dependencia de aquello respecto de esto último, lo cual no desconoce que la teoría es para ser aplicada, es decir, para llevarse a la práctica. Por eso resulta tan chocante y tragicómica la afirmación que pretende la descalificación al machacar aquello de que “fulano es muy teórico” o el equivalente de “mengano es muy idealista” (bienvenidos los idealistas si sus ideales son nobles y bien fundamentados, en este sentido, la presente nota también podría haberse titulado “La importancia de los idealistas”).

Si se desea alentar el progreso debe enfatizarse la importancia del trabajo teórico y el idealismo, y no circunscribirse al ejercicio de practicar lo que ya es del dominio público. Por ello, independientemente de las ideas del autor, resulta tan estimulante el comentario de George Bernard Shaw cuando escribe que “Algunas personas piensan las cosas como son y se preguntan ¿por qué? Yo sueño cosas que no son y me pregunto ¿por qué no?”.

El trabajo intelectual no solo está en consonancia con la característica esencial del ser humano, sino que proporciona un deleite excepcional, lo cual requiere disciplina, perseverancia y capacidad de estar en soledad. Antes que nada, la lectura y el estudio para adentrarse en los infinitos vericuetos del conocimiento, y después la cátedra, el libro, el ensayo y el artículo que sirven primordialmente a la intención de clarificar en algo las ideas de quien las expone y ensanchar el aprendizaje a raíz de comentarios de alumnos y lectores.

Todo ello en el contexto de tener siempre conciencia de que el conocimiento está inmerso en la condición de la provisionalidad, abierto a posibles refutaciones. Es un proceso evolutivo en el que los mortales nunca llegamos a metas finales, pero en la búsqueda, en la pregunta, la repregunta y en las respuestas provisorias se encuentra el placer superlativo…en la esperanza de reducir nuestra ignorancia y así alimentar en algo el alma.

Fuente del articulo: http://independent.typepad.com/elindependent/2016/01/el-trabajo-intelectual.html

Fuente de la imagen:http://es.parisinfo.com/var/otcp/sites/images/media/1.-photos/02.-sites-culturels-630-x-405/le-penseur-de-rodin-630×4

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Venezuela: Comunidad se incorpora a las escuelas a través de «grupos estables»

Venezuela/23 de enero de 2017/El Nacional

Consideran que el documento sobre el nuevo currículo debe ser más preciso para evitar injerencia o interpretaciones erradas de la colectividad.

Uno de los componentes del nuevo currículo para la educación media es la creación de Grupos Estables, espacios en los que los estudiantes deberán participar 4 o 6 horas a la semana ­dependiendo del turno que prive en el liceo­ como parte de los requisitos para obtener su título de bachiller, de acuerdo con el artículo 12 de la resolución 143 del Ministerio de Educación, publicada en la Gaceta Oficial 41044.

Arte y Patrimonio, Acción científica, social y comunitaria, Actividad Física, Deporte y Recreación y Participación en Producción de Bienes y Servicios son las cuatro áreas que abarcarán los grupos que, además de ser integrados por estudiantes y docentes, podrá contar con la incorporación de personal administrativo del plantel, obreros y miembros de la comunidad.

El documento sobre la transformación del plan de estudio indica que estos conjuntos «permiten contextualizar el currículo desde prácticas educativas sencillas y cotidianas» y que deben ser espacios donde «todos los actores del hecho educativo y comunitario se sientan bien trabajándolos».

Además, añade que persigue romper con la tradición de «separar las actividades manuales de las intelectuales».

Graciela Rapisarda, directora del Complejo Educativo Fermín Toro, relata cómo ha sido la experiencia en esa escuela, una de las 68 instituciones en las que se aplicó el nuevo currículo como prueba piloto en el año escolar 2015-16.

Describe que mientras camina por los pasillos observa a los alumnos en equipos de gimnasia, kárate, fútbol y de teatro, por mencionar algunas actividades. Precisa que en el período académico anterior en el plantel tenían 22 grupos estables y que ahora tienen 25: «Se han ido creando otros de acuerdo con la dinámica, a lo que los mismos estudiantes exigen. Ellos escogen de acuerdo con sus motivaciones».

Sobre la participación de la comunidad expone un ejemplo. Indica que en un grupo como la Brigada de Salud los estudiantes pueden elaborar materiales, salir de la escuela para ponerse en contacto con vecinos de la zona y ofrecerles información.

«Ellos aprenden a compartir lo que aprendieron. El personal también se ha interesado en formar sus propios grupos y pueden incorporar a los que ya han creado los estudiantes y docentes», señala.

En este punto, Alexis Ramírez, coordinador general de la asociación Excubitus DHE y asesor de Fenasopadres, refiere a que estos grupos son otro nombre para las llamadas actividades extracurriculares o materias electivas que eran una realidad en escuelas o colegios privados.

Luego, ataja una preocupación. Asocia parte de lo descrito en las orientaciones sobre este aspecto con la Resolución 058 que emitió el Min Educación en 2014 y que sustituyó a las comunidades educativas por asambleas escolares, permitiendo que actores como los consejos comunales tuvieran participación en los planteles. Añade que por esta razón es necesario normar esta interacción.

«Desde esa resolución en adelante la participación no es de la escuela a la comunidad, sino al revés. Hay que tener mucho cuidado. Si por ejemplo se crea un grupo estable asociado al área de formación Memoria y Territorio, ¿eso significa que podría venir de la comunidad a la escuela un miembro de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez a ofrecer contenidos? Ahí habría una oportunidad de injerencia de orientación político-partidista, lo que está prohibido por ley», advierte.
La práctica

Rapisarda define estas estructuras como «espacios culturales, deportivos, de ciencias y saberes». Afirma que a través de esos grupos se escucha al joven, se le atiende de acuerdo a su afinidad, donde la teoría se construye a través de la práctica.

En esa institución al inicio de cada lapso se colocan listas en una cartelera para que los estudiantes se inscriban donde prefieran. La resolución y el documento que describe el nuevo currículo precisan que la participación del alumno en cada agrupación es independiente de la edad, sección o año que esté cursando. La directora afirma que eso colabora a disminuir el acoso escolar.

En un liceo ubicado en Valle Abajo uno de los profesores que maneja un grupo sobre Computación ­que prefirió no dar su nombre­ explica pese a que tiene participantes de distintas edades y niveles debe limitarse a un mismo contenido y ocurre que hay alumnos que están más avanzados que otros. «Suele ocurrir que, por ejemplo, los de cuarto año ya saben la mayoría de los temas y lo que terminan es ayudándonos con los más pequeños», dice.

Añade que al principio del año costó canalizar a los estudiantes a las distintas agrupaciones. Cuenta que posteriormente comenzó a haber inasistencias, por lo que ahora cuando se realice el primer corte de notas y deban hablar con los representantes, junto al profesor guía, tratarán el asunto.

En el Liceo Nacional Juan Lovera, en Macarao, un docente relata que hay confusión sobre qué contenidos dictar y cómo. Critica que docentes especialistas en Educación para el Trabajo ahora deban ocuparse de estas áreas que no fueron para las que se prepararon. En este sentido, Rapisarda señala que las materias de esa área de conocimiento se habían pervertido y ya no resultaban prácticas para los jóvenes.



Vacíos en la evaluación y en el basamento conceptual

Carlos Calatrava, jefe del Departamento de Ciencias Pedagógicas y Filosofía de la Escuela de Educación de la UCAB, indicó que tal como está planteado el documento del nuevo currículo presentado por el ministerio deja mucho a la libre interpretación.

Señala que los Grupos Estables tienen una carencia conceptual y «que desde la perspectiva técnico-curricular es una especie de materia electiva». También manifiesta que hay un vacío sobre cómo se cumplirán los procesos de aprendizaje y cómo se evaluarán. También destaca que una debilidad es que no queda claro si el desempeño en estas actividades influirá en la promoción al siguiente año escolar o si podrían quedar de arrastre.

Refiere que si te toma en cuenta la resolución 142 sobre el nuevo currículo en la modalidad de jóvenes y adultos entonces los resultados del alumno en el grupo estable no tendrán impacto en si pasa o no de grado.

Ante la pregunta sobre si un estudiante había reprobado un grupo estable, la directora del Fermín Toro, Graciela Rapisarda, señaló que en el plantel no permitían que eso ocurriera porque si identificaban que algo estaba ocurriendo con el alumno, como que faltara a las actividades, lo abordaban a través de la figura del docente guía/ orientador.

Alexis Ramírez, de Excubitus DHE y asesor de Fenasopadres, coincide en que tampoco le queda claro de quién va a depender esa evaluación positiva o negativa hacia el estudiante.

«¿Qué puede tener de positivo? Que te obliga a flexibilizar el currículo, no va a depender de puras asignaturas cerradas. Tú oxigenas el diseño y el desarrollo de la práctica pedagógica. Sin embargo, eso se derrumba porque no está descrito el perfil del egresado, no sabemos qué hombre y mujer estamos formando», dice Calatrava.

Añade que la operatividad de un grupo dependerá de la capacidad de la escuela y el recurso humano, conjugado con la influencia de la comunidad.

La Asociación Venezolana de Educación Católica destaca como propuesta que los grupos estables estén pensados en función de carreras que ofrezca la OPSU y que el estudiante sea orientado según su orientación vocacional.

Opinaron que el nuevo modelo no solo debe estar dirigido a los que quieren incorporarse al mundo laboral después de graduarse, sino también a los que quiere continuar sus estudios en la universidad.

Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/educacion/comunidad-incorpora-las-escuelas-traves-grupos-estables_76521

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