Adicción a Internet en niños y adolescentes: consecuencias de una vida entre pantallas

Los expertos recomiendan prevención ante el aumento del uso de pantallas entre menores y adolescentes que se ha producido durante el confinamiento. Recuerdan que el uso abusivo de las tecnologías se puede traducir en un trastorno adictivo.

El ocio a través de las pantallas está integrado en nuestra sociedad desde hace tiempo. Durante el confinamiento, pero, aunque se ha intensificado más el uso de Internet y de las redes sociales. Para los niños y adolescentes, la pandemia del Covidien-19 ha supuesto que estén más horas en casa, conviviendo con la familia, haciendo los deberes escolares en línea y buscando formas de relacionarse con sus amigos a través de las pantallas. Y es que Internet ofrece grandes posibilidades para relacionarse e interactuar con los demás, pero su uso excesivo puede ser un factor de riesgo y desarrollar un uso problemático o adictivo de las pantallas. Los datos apuntan a que, actualmente, el porcentaje de niños y adolescentes que hacen un uso problemático de Internet es del 9 o 10%, porcentaje que se ha visto aumentado en los últimos cinco años, en el que casi se ha triplicado.

Con el confinamiento se ha visto aumentado el uso de pantallas entre niños y adolescentes y, en algunos casos, las familias han sido más laxas a la hora de permitir su utilización. «Algunos padres y madres, para favorecer la convivencia, entretener a sus hijos y poder teletrabajar con más tranquilidad, han sido más permisivos en el uso de Internet, redes sociales y videojuegos durante el confinamiento», explica Rosa Díaz, psicóloga clínica del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil del Hospital Clínico. Díaz remarca que ahora hay que volver al uso habitual de las tecnologías, pero que, en periodo estival, esto costará. «En septiembre veremos qué consecuencias ha tenido el confinamiento y si aumentan los casos de niños y adolescentes que hacen un uso problemático de Internet o si se han agravado algunas adicciones ya existentes», señala la psicóloga.

En los niños y jóvenes, el uso excesivo de Internet y de los videojuegos puede afectar el buen desarrollo físico, psíquico y social. Pero no es lo mismo hacer un mal uso de Internet que tener una adicción. Se habla de adicción cuando una persona no puede llevar una vida satisfactoria para el uso excesivo y descontrolado de las pantallas le impide realizar las actividades de la vida diaria con normalidad. «Se establece que hay adicción cuando la persona es incapaz de controlar y aceptar que hay unos límites en la utilización de Internet, y continúa accediendo», explica Díaz. A veces, en los jóvenes es bastante difícil de detectar, porque ellos mismos no son conscientes de su problema. Como sucede en otros tipos de adicciones, algunos de los indicios de una adicción a las nuevas tecnologías pueden ser la aparición de dificultades para mantener las actividades de la vida cotidiana, como las relaciones familiares o que dejen de ir a la escuela , que desarrollen irritación y agresividad cuando no pueden acceder a Internet o la necesidad de ir aumentando el tiempo de conexión para sentirse satisfechos.

Los orígenes de la adicción

Las causas que pueden propiciar la aparición de un trastorno adictivo a las nuevas tecnologías son diversas y, en muchos casos, se trata de una combinación de factores. Según explica Díaz, entre un 80 y un 90% de los casos de adicciones -del tipo que sean- se trata de jóvenes que tienen algún tipo de trastorno previo o experiencias traumáticas. «A veces queda confundido, pero si vas rascando descubres que detrás la adicción hay un fracaso académico, una situación familiar muy complicada, un trastorno de ansiedad o depresivo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad o algún otro tipo de trastorno leve de neurodesarrollo «, explica la psicóloga. «En la adicción -continúa- encuentran una salida airosa a su problema».

También las personas tímidas o con problemas para relacionarse con su entorno social tienen más riesgo de tener una adicción a las nuevas tecnologías, ya que el uso de Internet y de las redes sociales permite comunicarse e identificarse con otras personas sin tener que interactuar cara a cara. Además, el tipo de recompensa que ofrecen Internet, las redes sociales o los videojuegos es inmediata, por lo que es más fácil ser adicto a esta actividad que a otros que pueden tener recompensas más a largo plazo. En las redes sociales, por ejemplo, cada interacción genera una información diferente que hace que la persona tenga ganas de volver a consultarla al cabo de un rato.

En general, los niños y adolescentes son una población especialmente vulnerable para desarrollar una adicción a internet, redes sociales o los videojuegos, porque su cerebro aún se encuentra en proceso de desarrollarse y que las pantallas están cada vez más presentes en todo el su entorno. «Internet y determinadas aplicaciones tienen un gran atractivo para los jóvenes y es fácil que se puedan pegar, especialmente si tienen alguna dificultad en relacionarse a su vida cotidiana», destaca Díaz.

Pautas y acompañamiento para tratar las adiciones

El Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil del Hospital Clínico de Barcelona dispone de un programa específico para la atención integral de niños y adolescentes diagnosticados con una adicción a Internet, las redes sociales o los videojuegos. Habitualmente, el tratamiento que se hace para controlar una adicción a Internet debe ser un tratamiento integral, tratando toda la problemática y detectando si se tiene alguna enfermedad asociada. El tratamiento de los síntomas es principalmente psicológico, como el objetivo de identificar las causas de la conducta adictiva y actuar a través de mejorar las capacidades de la persona. Se trata de enseñar herramientas de control de impulsos, de gestión emocional y estrategias para afrontar el estrés. El tratamiento debe tener en cuenta la necesidad de consolidar los avances y prevenir las posibles recaídas, por lo que la media de tiempo de tratamiento de un paciente atendido en el Hospital Clínico de Barcelona para este tipo de adiciones es de entre 1 y 2 años.

En este sentido, se considera clave el trabajo conjunto con la familia del niño o adolescentes y su colaboración en todo el proceso. «Damos pautas a las familias, les damos herramientas para que sean firmes y pongan límites, pero a la vez con tacto y empatía», explica Díaz. Hay unas pautas generales y luego se incorporan nuevas en cada caso concreto. Generalmente, explica Díaz, se trata de hacer un pacto con el niño o adolescente, poniendo unos horarios de restricción de las tecnologías, pero también teniendo en cuenta su opinión, llegando a un acuerdo. «En el caso de los adolescentes se intenta que no se pase de una hora u hora y media diaria de ocio digital, sea móvil, televisión o cualquier otro tipo de aparato. También se limita el tipo de actividad, dependiendo de la edad, y se acuerda el cumplimiento de este pacto «. Y, sobre todo, se recomienda fomentar las actividades sociales, favorecer la comunicación y diálogo con la familia y potenciar aficiones de ocio exterior

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/07/06/adicion-a-internet-en-ninos-y-adolescentes-consecuencias-de-una-vida-entre-pantallas/

Comparte este contenido:

España: Móviles en las aulas ¿sí o no?

Por: Saray Marqués 

España se plantea seguir los pasos de Francia y prohibir los móviles en los centros educativos. Analizamos, con la ayuda de diferentes expertos, la pertinencia y efectividad de que se materialice esta medida.

En Francia el 2018-2019 está siendo el curso de la desconexión. Una ley nacional impide desde junio que los menores de 16 años usen sus móviles en sus centros educativos. Ni en horario lectivo, ni en el recreo, ni en la pausa para comer. Y a la ministra Isabel Celaá la medida no le parece mal. En una entrevista con la agencia Efe, la titular de Educación y FP la veía como “una cuestión interesante y a estudiar, porque tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología” y se planteaba “reflexionar si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción”. En esa misma entrevista reconocía la ministra, eso sí, la existencia de “opiniones fuertemente encontradas”, aunque insistía en su posición en este debate: “En algunos casos el móvil ayuda, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo”.

La OCDE, por su parte, está incluyendo en sus nuevos cuestionarios preguntas acerca de la regulación del uso de los móviles dentro de la escuela, pero todavía no cuenta con resultados. Sabe, eso sí, según los datos de PISA 2015, que en España hay un 22% de chicos y chicas de 15 años usuarios extremos de internet –que pasan más de seis horas al día conectados al salir de clase– y que, precisamente en ese sector el rendimiento en ciencias se reduce en 35 puntos. Aparte, se sienten menos satisfechos con su vida, menos contentos con su centro educativo, y suelen faltar más a clase (donde, por otra parte, un 22% reconoce no desconectar). Ya en 2013, el estudio de la Comisión Europea EU NET ADB alertaba de que en España un 21,3% de los adolescentes estaban en riesgo de sufrir adicción a internet. Y no hace falta que vengan de fuera a decírselo. Los propios jóvenes son conscientes de que abusan de las pantallas.

¿Justificaría esto la prohibición del móvil en la escuela a escala estatal? En realidad, pocos países acompañan a Francia en este frente, aunque los hay más estrictos, como Singapur, y los hay que están analizando la medida, como Rusia. Dentro de Alemania, Baviera también se ha decantado por la prohibición, pero lo más habitual es que, como en España, sea el reglamento de régimen interno de cada centro el que determine cómo se usan los smartphones en el entorno escolar. Cataluña, por su parte, ya ha avisado de que la prohibición no es el camino: “Somos contrarios a dar la espalda a los avances tecnológicos”, ha proclamado el conseller de Enseñanza Josep Bargalló.

Sí al veto

Pese a las reacciones inmediatas en contra –en un país en que el 25% de los niños y niñas de 10 años usa el teléfono móvil; un 45,2% con 11; un 75% con 12 y un 94% con 15, según el INE– también las hay, y muy efusivas, a favor. Es el caso de Marc Masip. Desde hace siete años coordina el programa Desconecta, que actualmente cuenta con un ambulatorio, un hospital de día y un colegio para secundaria y bachillerato en Cataluña. Un colegio, por otra parte, que incorpora una asignatura de competencias tecnológicas en que se trabaja cómo realizar búsquedas adecuadas y elaborar un trabajo sin copiar. Fuera de ella, el móvil está desterrado del aula. Y lo está, según Masip, que se declara “a favor del móvil y la tecnología, en contra de su mal uso y abuso, que pueden llevar a la adicción”, “porque no se necesita un teléfono en el aula para aprender, y este solo sirve para perder concentración y distraerse, así como entorpecer las relaciones interpersonales entre alumnos, su desarrollo como personas, en un entorno, el centro educativo, abonado para hacer amigos, aprender de las buenas y las malas experiencias, tener las primeras parejas…Está demostrado que los chicos no se relacionan tanto en los patios cuando hay teléfonos”.

Habla Masip cómo los chicos que se matriculan en su colegio mejoran en un 10% su rendimiento académico –con grupos reducidos y una mayor personalización de la enseñanza– y menciona cómo distintos institutos en Baleares ya están imitando a Francia: “Cala la idea de que aprender a estar en clase y a estudiar sin teléfono móvil es necesario”. “Y que no teman los padres que sus hijos no vayan a saber usar el móvil. Es un falso temor, porque móvil y adolescente están hechos para entenderse. Es un amor a primera vista”, añade.

Si este temor es falso, para él, también lo es el mito de la persona multitarea: “No están preparados los adolescentes y no estamos preparados los adultos: nos distraemos, somos menos efectivos. Y un profesor con 30 alumnos no es capaz de controlar lo que estos están haciendo con sus dispositivos”.

Le preguntamos a Masip si esta desconexión en horario escolar no puede ser incluso contraproducente: “Nosotros trabajamos para cambiar hábitos. Este tiempo amplio de no consumo puede hacernos pensar que el adolescente cogerá el móvil aún con más ganas… pero durante casi todo el día no habrá habido feedback, así que tendrán menos cosas que ver cuando lleguen a casa”, explica Masip, que reconoce que el aumento de la demanda del programa, que involucra de un modo a otro a 300 familias, ha sido espectacular desde se creó. No le sorprende. Según sus propias investigaciones, un 63% de los adolescentes en nuestro país afirman que no podrían vivir sin su móvil, y la mitad confiesa manipularlo más de 275 veces al día, esto es, cada cinco minutos. “Hace siete años constaté que había una necesidad social. Entonces nos tildaban de locos, pero el tiempo nos ha dado la razón”, concluye Masip, partidario de una norma estatal para fomentar el buen uso del móvil: “¿Verdad que estamos hartos de la eterna discusión en casa “Quiero un móvil, todos mis amigos lo tienen”? Pues si hubiera una ley estatal que no permitiera que ningún menor de 16 años tuviera móvil se acabaría con esto. Hay normas que facilitan la convivencia y mejoran la vida”.

No a la prohibición

Al contrario de Masip, Charo Sádaba, profesora de la Universidad de Navarra, se manifiesta “en el no a la prohibición del móvil en el centro educativo”. “Yo entiendo que se pueda usar dentro de un orden, sin que sea disruptivo en la dinámica del aula, y creo también que hay clases en las que el móvil no pinta nada, pero prohibiéndolo se pierde una oportunidad y se lanza el mensaje de que está proscrito, negándole cualquier posibilidad de educación que, en realidad, con una adecuada formación del profesorado, sí tiene”, analiza.

Otro problema, para Sádaba, es cómo se materializa la prohibición -¿examinando las mochilas a la entrada?- y a qué se expone quien la incumple: “Creo que se corre el riesgo de equiparar el ir con móvil a clase con otros comportamientos no equiparables y, peor, de hacerlo más deseable aún a los ojos de los adolescentes, al transmitirles que a los adultos no les gusta”.

Sádaba entiende cómo los móviles, la gestión de la tecnología que los alumnos portan en sus mochilas, complica muchas veces la existencia de los centros, pero prohibir le parece la “solución fácil”. “Cuanto más cerca esté la situación educativa de la realidad, mejor. Prohibiendo los móviles no estaremos atendiendo la competencia digital desde las aulas, cuando se ha demostrado que es posible”, zanja. Una desatención que llegaría precisamente cuando la Comisión Europea acaba de revisar su Marco de Referencia de Competencias Clave entre otras razones porque “una sociedad cada vez más móvil y digital reclama nuevos modos de aprender”.

César Poyatos es profesor en un centro concertado de Madrid. Coincide en que prohibir es “perder una oportunidad para educar en el buen uso de estos dispositivos”. “Nosotros nos adaptaríamos a la normativa vigente, pero, como en muchos centros no muy dotados tecnológicamente, el modelo que hemos seguido hasta ahora es el BYOD”, explica. El bring your own device (trae tu propio dispositivo) cuenta con numerosos adeptos. Entre ellos, el Instituto Nacional de Nuevas Tecnologías Educativas (INTEF), que ha editado una guía para aplicarlo en las aulas. “Nosotros hemos venido usando los móviles con fines didácticos y educativos, con la supervisión y dinamización del docente, mostrando a los alumnos que sirven para algo más que para hacerse selfies, entrar en redes sociales o jugar al Fortnite. Trabajando con ellos en clase hemos aprendido a categorizar la información, producir contenidos multimedia o hemos podido explicar mejor la lección de física”, explica Poyatos, que subraya la contradicción que supondría prohibirlo desde un ministerio que, a través de INTEF, sigue ofreciendo cursos tutorizados de Mobile learning.

De todas formas, Poyatos pide no reducir el debate al blanco o negro: “Hay un espectro de grises”. Con él, “Ni en el sí ni el en no”, está Carlos González, profesor de geografía e historia en secundaria en un instituto de Palencia: “Yo llevo tres años usando los móviles en el aula y creo que aportan. En mi centro actual la normativa dicta que en principio no se traen, salvo que algún profesor los requiera para alguna actividad concreta. Hay un peligro, que hagan una foto o graben en el centro y lo empleen para hacer bullying, pero la solución no debería ser la prohibición total. Es demasiado tajante, y me parece la solución fácil”.

Junto con otros docentes de otros centros, González ha encabezado proyectos que, por ejemplo, convirtieron el hashtag #EpocadeRevoluciones en trending topic cuando sus alumnos estudiaban la revolución francesa y la americana. “Yo sé que a veces, usando el móvil en el aula, me la juegan, pero asumo que lo que lo que gano es más que lo que pierdo”, reconoce. Por otra parte, no obvia el problema de la adicción al móvil: “Un porcentaje bastante alto de mis alumnos reconoce dormir con el móvil en la cama, y creo que es interesante abordar este fenómeno trabajando con las familias, desde el Ministerio, desde las consejerías de Educación… pero empezar por el uso indebido del móvil en el aula… Me parece una gota de agua en el mar”.

Frente a la prohibición estatal, aboga González por revisar la normativa de uso del móvil en los centros. En cuanto a sus prácticas de aula concretas, asegura que, de desterrarse este, no serían imposibles, pero sí se le complicaría un poco la vida: “Cuando empleamos Kahoot!, de preguntas y respuestas, tendríamos que ir al aula de informática, que quizá no esté lista, o esté ocupada, o no cuente con ordenadores para todos… Igual que para realizar rastreos de un tema concreto a través de internet, o para actividades como #EpocadeRevoluciones: Los alumnos redactarían los tweets en un cuaderno y los lanzaríamos desde el aula de informática o bien como tarea para casa”, ejemplifica.

Manuel Jesús Fernández Naranjo es profesos de ciencias sociales en un instituto de Sevilla, instituto en que los móviles están prohibidos, “salvo si se presenta un proyecto que justifique su uso educativo bajo el paraguas del BYOD”. “El problema no es la tecnología y los dispositivos para su uso”, plantea, “sino entender qué posibilidades me ofrecen para que el alumno aprenda”. En las clases de Fernández Naranjo los alumnos emplean el móvil para grabar audios, hacer vídeos, participar en debates, realizar auto y coevaluación, buscar información, elaborar infografías, presentaciones o documentos, calcular, viajar por el mundo o jugar para aprender… “sintiendo que la escuela acepta sus lenguajes y, por tanto, a ellos mismos, convirtiéndose en alumnos cada vez más autónomos, responsables y participativos”. ¿Se podría hacer esto de otra manera? “Seguramente, no”, responde Fernández Naranjo, que acusa a los partidarios de la prohibición de “falta de reflejos” y se muestra muy pesimista si esta finalmente se materializa: “El problema más importante de la escuela es que está muy alejada de la realidad que le rodea. Prohibir los móviles sólo haría que esta brecha fuera mayor y que la escuela como institución perdiera la poca influencia que le queda”.

¿Adicción?

Xavier Carbonell es psicólogo y catedrático de la facultad de Blanquerna. También está en el no a la prohibición: “El móvil es un instrumento muy potente como para no usarlo en educación. Esta debería incluir vivir en un mundo digital del que el móvil forma parte. Que la escuela pierda la oportunidad de enseñar a los estudiantes cómo usarlo me parece un posicionamiento arcaico”.

Experto en adicciones, explica que no existe en realidad una adicción al móvil per se. Sería a las apuestas a través del móvil, por ejemplo: “El móvil hace más accesibles, por proximidad y privacidad, conductas que, de no ser privadas, sería más difícil llevar a cabo, pero eso no es adicción al móvil, sino que es a través de él, de ciertas webs o apps, como se materializan”, zanja Carbonell. Para él, no se trata de prohibir sino de enseñar a usar el móvil como instrumento, respetando a los demás: “Son casi medidas higiénicas, de educación, para hacer un uso consciente de este aparato. Ya los hay que ofrecen sistemas de control, para que sepas en qué lo estás usando, si te estás pasando cuatro horas al día en redes sociales, por ejemplo”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/09/24/moviles-en-las-aulas-si-o-no/

Comparte este contenido:

Cómo está modelando la tecnología a los jóvenes chinos

La Vanguardia

El Ministerio de Educación chino incorporó en 2016 los deportes electrónicos en su programa de especializaciones universitarias. La retransmisión de las semifinales del campeonato mundial de la liga de leyendas en octubre de 2017 consiguió en este país una audiencia que rondó los 105 millones de espectadores, el 50% más del público habitual de los esports en el gigante asiático. Unos 500 millones de chinos practican esta actividad; aproximadamente 50.000 de ellos son profesionales. La facturación de las empresas relacionadas con esta industria asciende a 6.500 millones de euros.

La mayoría de los clientes de este sector son jóvenes, un colectivo que se está transformando gracias a la tecnología. Otro ministerio, en esta ocasión, el de Cultura, va a publicar una guía para promover la innovación en la animación y los cómics, dos contenidos igualmente populares entre los ciudadanos de menor edad. La consultora de internet iResearch calcula que la cifra de usuarios chinos ha pasado de 50 millones en 2014 a 80 millones tres años después. Además, la mayoría de estos chavales está dispuesta a pagar por esta modalidad de entretenimiento.

Unos 500 millones de chinos practican e-sports; aproximadamente 50.000 de ellos son profesionales

Cuando una figura muy famosa de la animación japonesa, Hatsune Miku, llamada también Miku Hatsune, ofreció en noviembre de 2017 un concierto en Shanghai, hubo entradas que costaron casi 300 euros. Los muchachos que llenaron el recinto y sus compañeros están habituados a comprar y vender. La mayor plataforma de economía colaborativa de la nación, Xianyu, cuenta con más de 200 millones de inscritos. Según los datos que maneja esta firma, el 52% nació en la década de los noventa. Las consecuencias de esta fórmula alternativa de comercio son sorprendentes.

El intercambio de aparatos electrónicos en Xianyu ha reducido en 100 millones de kilos la cantidad de emisiones de dióxido de carbono en tres temporadas, de acuerdo con la valoración de la organización China Beijing Environment Exchange. El transporte en bicicleta es otra medida sostenible muy implantada entre los millennials y los integrantes de la Generación Z en este país. Las aplicaciones de Ofo y Mobike, con índices de penetración superiores al 5%, son las líderes de un mercado en el que se comparten 25 millones de bicis al mes.

El intercambio de aparatos electrónicos en la red ha reducido en 100 millones de kilos la cantidad de emisiones de dióxido de carbono

Para el director ejecutivo de esta segunda empresa, Wang Xiaofeng, tras esta expansión global hay una explicación sencilla: los jóvenes chinos “no están obsesionados por poseer objetos”. Incluso a la hora de comer, estos chicos piensan en clave digital: los establecimientos en línea que sirven encargos son su primera opción. Tres de cada cuatro peticiones se refieren a alimentos orientales tradicionales. El resto de las comandas es menos saludable y de origien occidental: pizzas, hamburguesas… Lo que subyace en este fenómeno es la voluntad de quedarse en casa durante los fines de semana.

Las preferencia tecnológicas de los jóvenes chinos han causado que esté cayendo la venta de un producto que aparentemente estaba tan asentado como los fideos instantánteos. La preocupación por seguir una dieta más variada y las facilidades que proporcionan internet y los dispositivos móviles han desencadenado un descenso en el consumo de este artículo del 17% en los últimos cuatro ejercicios. Así, los fabricantes ingresaron unos siete millones de euros en 2017, 1.200.000 menos que en 2013.

Muchos chavales prefieren quedarse en casa los fines de semana y pedir por internet alimentos orientales tradicionales

Fuente del articulo: http://www.lavanguardia.com/tecnologia/20180106/434079795095/china-internet-psicologia.html

Fuente de la imagen:http://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p4/WebSite/2018/01/05/Recortada/900090924_20171231191401-kT4E-U43407

Comparte este contenido:

Un Último Juego: La historia de los niños de la India la creciente adicción digital y sus repercusiones alarmante

India/25 septiembre 2017/Fuente: pysnnoticias

Los Médicos dicen que no son obvias punteros a la adicción a internet, tales como los bajos niveles de la vida real compromiso con sus compañeros y adultos. (Ilustración: Subrata Dhar)

Ethan Inviernos se encuentra en la búsqueda de su esposa Mia. Camina a través de una casa abandonada en donde Mia ha sido encarcelado en el sótano. Es espeluznante e inquietante — no hay sangre seca en una bañera y las cucarachas corren a lo largo de la mugre de los suelos. Aunque, como él intenta evadir a los asesinos al acecho, su tarea se hace más difícil por los monstruos en el piso para que lo ataque.

En la vida real, Ethan es Tushar*, de 17 años, niño de la escuela a partir de los Nuevos Amigos de la Colonia en nueva Delhi, que se pasa gran parte de su día frente a una pantalla LCD de televisión, usar un headset de realidad virtual — Playstation VR — la más reciente adición a su colección de consolas de videojuegos. Ahora mismo, él está tiembla su controlador, tratando de mejor pantalla demonios en el “survival horror de juego” — Resident Evil 7. La pérdida en un juego de la competencia más temprano en el día rondando a él. Así, a las 4 de la tarde, después de una hora de la matrícula, él está de vuelta en su consola, para practicar. “Sabemos que la gente piense que estamos perdiendo el tiempo, pero usted se sorprenderá de lo mucho que la dedicación que se necesita para mover nuestras manos tan rápido. Es por eso que debemos practicar para tanto”, dice, mientras se prepara para volver al juego.

Las luces se apagaron, y de pronto, hay pin-gota de silencio en la habitación. A mitad de camino a través del juego, sin embargo, él golpea una pausa. “Es estúpido de Ethan para ir en busca de su esposa cuando es tan peligroso. Después de algún tiempo, tengo que salir de él por un tiempo. Yo no recomendaría esto a cualquier persona menor de 12 años,” él dice.

Cuando Tushar fue de siete, que fue regalado su primera mano la consola de juegos — un Mitashi. “Mi familia solía tomar varios viajes a Mussoorie. Era aburrido para los niños, a menos que usted los encontró a un juego de salón alrededor. Durante estos viajes, empecé a jugar juegos de video y me encantó. Más tarde, he comprado un Juego de game Boy, PlayStation y Nintendo. Una vez que la tecnología se quitó, me fui con él”, recuerda. Su madre, una ama de casa, dice que su hijo era un niño inquieto, luchando constantemente contra el aburrimiento. Juegos de Video parecía darle la estimulación deseada. Una década más tarde, sin embargo, ella lamenta la decisión. “Honestamente, yo no podía ver las señales de advertencia. Cuando estaba en la Clase IV, hemos recibido la primera denuncia de su escuela que él está siempre distraído y mantiene mirando fuera. Él tuvo problemas después de múltiples instrucciones. Fue entonces que él fue diagnosticado con Trastorno de Déficit de Atención. El médico nos dijo que era el límite, pero el detonante estaba en otra parte y era preocupante: la era de la tecnología que le había hecho tan inquieto”, dice ella.

Es Tushar la dependencia de juego de un trastorno distinto que las necesidades de intervención clínica? Ha habido una preocupación creciente en todo el mundo por lo que ha sido etiquetado como “adicción a internet.” “Las personas no se dan cuenta de la diferencia entre el uso y el abuso. Todo el mundo tiene acceso a la internet hoy en día. Que es lo que hace que la dependencia de la tecnología más peligroso que el abuso de sustancias. Ambos afectan social y ocupacional de la vida. Pero, ¿qué hace que la tecnología de la dependencia peor es que, en la mayoría de los casos, los pacientes vienen cuando ellos han cruzado la la línea roja”, dice el Dr. Rajiv Mehta, un psiquiatra en el Señor Gangaram Hospital, Delhi, que es el tratamiento de la menor caso de los móviles de la dependencia en el país — una niña de nueve años de edad, niño de Haryana, que recortó sus antebrazos con un cuchillo de cocina cuando se le negó un smartphone.

Mehta dice que en el último año, aproximadamente el 5 por ciento de sus pacientes acuden a él para el tratamiento relacionado con algún tipo de adicción a internet. La mayoría de estos pacientes pertenecen al grupo de edad de 16-18 años, un tiempo cuando los adultos jóvenes están pasando por cambios fisiológicos y psicológicos. A diferencia de en la vida real, el tiempo en el internet para los más jóvenes, a menudo viene sin el búfer de la supervisión de los adultos, muchos de los cuales también pueden no estar al día con la última tecnología y las plataformas de medios sociales. Esto hace que los niños sean especialmente vulnerables a los casos de acoso cibernético y el fenómeno en internet, tales como la Ballena Azul Desafío, donde anónima instructores de instigar a los jugadores de auto-daño durante un período de tiempo.

Un desconcertado madre recientemente buscó ayuda para su hijo adolescente en Venkateshwar Hospital en nueva Delhi, cuando notó las marcas de arañazos en su cara.Un lugar tranquilo y retirado, el niño se negó a explicar cómo lo había obtenido.

Cuando finalmente vino a reunirse con el Dr. Bhagwat Rajput, un neuro-psiquiatra en el hospital, él dijo que él había arañado a sí mismo, en un “desafío”. “Por entonces, era evidente que él era adicto a la internet y sufría de depresión. Él tenía problemas de relación con sus padres y sufría de un complejo de inferioridad debido a que su hermano, un extrovertido, era más popular. Hablamos con los pocos amigos que tenía, ninguno de los cuales parecía tener puso a cualquier reto. Cuando finalmente me pregunté acerca de la Ballena Azul Reto, él parecía muy familiarizado con el juego.

fue entonces cuando nos dimos cuenta de que no podía descartar la posibilidad de que él estaba tomando parte en él”, dice el Dr. Rajput, que ha advertido supervisado de acceso digital para el adolescente. “No sólo se trata de la Ballena Azul juego. Mañana, podría ser un nuevo y más peligroso juego. Los adolescentes están en alto riesgo debido a que están sometidos a los cambios hormonales y la transformación es a menudo turbulento.

la orientación de los Padres es necesario para ayudarles a dar sentido a este período,” él dice.

Mientras que muy poco se sabe acerca de la tasa de incidencia de internet de la dependencia entre los adolescentes en la India, un estudio llevado a cabo en Mumbai en 2009 por el departamento de psiquiatría de la Topiwala Nacional del Colegio Médico y por L. Nair Hospital, Mumbai, con una muestra que comprende 987 adolescentes a través de diversas facultades, había revelado que el 74,5% resultaron ser “moderado a los usuarios”, 0,7 por ciento fueron encontrados para ser adictos y el resto de 24.8 por ciento eran “posible a los adictos”. Aquellos que se hayan registrado el uso excesivo de internet también tenían una mayor incidencia de la ansiedad y la depresión.

los Médicos dicen que no son obvias punteros a la adicción a internet, tales como los bajos niveles de la vida real compromiso con los compañeros y los adultos, y, a veces, la negligencia de los padres. “Cuando usted da a su hijo el acceso a la tecnología, esto no debe ser, porque no puede pasar tiempo con él, porque cuando hay un problema, las formas de comunicación tienden a ser negativos. En tanto, con la información a su alcance, el niño comienza a pensar que él lo sabe todo. Sólo puede haber un equilibrio con la crianza positiva”, dice Mehta.

En un sentido, lo conectividad mejorada de internet ha hecho es aumentar la sensación de aislamiento entre los usuarios. Mientras que antes los padres a menudo se recurre a los libros y la televisión para mantener ocupados a los niños, todavía implicaba una cierta cantidad de escrutinio y la participación en los asuntos de la selección. Dispositivos personales como teléfonos móviles y ordenadores portátiles tienen ahora casi desaparecer. Restringir el acceso al dispositivo es también una opción, puesto que genera frustración en el paciente, lo que le lleva a buscar otros métodos de gratificación. En lugar de ello, los debates sobre internet etiquette son esenciales en el hogar y en las escuelas para concienciar a los niños de los peligros de la utilización de un medio que viene con unos cheques.

vyWjBL Un Último Juego: La historia de los niños de la India la creciente adicción digital y sus repercusiones alarmantePara los jóvenes, el tiempo en el internet a menudo viene sin la supervisión de un adulto. Esto hace que los niños sean vulnerables a los casos de acoso cibernético. (Fuente: Thinkstock Imágenes)

Un médico par en Ghaziabad enteré de la manera difícil, de cómo los jóvenes se ven inmersos en un mundo de fantasía y la gratificación instantánea cuando su hijo empezó a hacer rabietas cuando los dispositivos se retiraron. “Como médicos, que ambos tienen horarios ocupados. Cuando mi hijo tenía dos años de edad, que comenzó a mostrar lo vídeos en el teléfono móvil para que dejara de llorar. Por el tiempo de cuatro años, él comenzó a jugar a los juegos en el iPad. Él sólo comer sus comidas si tenía el gadget en frente de él. Pronto, comenzó a utilizar los medios sociales”, dice el padre, que trabaja como médico en NCR.

las Cosas llegaron a un punto crítico cuando el muchacho llegó a la Clase III. “No te preocupes, hasta que sus calificaciones caído notablemente. Él también se había vuelto irritable y comenzó a chantajear a nosotros. Iba a encerrarse y no descansaremos hasta que él consiguió el dispositivo de nuevo. Esto se intensificó a lo largo del tiempo. Incluso cuando salimos a cenar, él se negaría a ir a un lugar que no tenía conectividad WiFi. Finalmente, cuando le vi el surf pornografía, nos llevaron a un psiquiatra”, dice el padre. La joven, ahora de 13 años, está pasando por el asesoramiento en un hospital del gobierno.

Mientras que los investigadores están divididos en su opinión sobre si la adicción a internet es un trastorno distinto en sí mismo o una manifestación conductual de algún otro trastorno, el término “trastorno de adicción a internet” fue propuesta por la American psiquiatra Ivan Goldberg en 1995 para patológico compulsivo uso de internet. En un estudio, su Dr. Mark Griffiths de Nottingham Trent University identificado seis “componentes principales” de la adicción: la relevancia, el estado de ánimo de la modificación, la tolerancia, la abstinencia, el conflicto y la recaída. La adicción a Internet no es aún reconocido oficialmente como un trastorno en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), la guía definitiva sobre la psiquiatría. “China sólo ha reconocido la adicción a internet como una discreta trastorno. Si eso sucede en otros lugares, las encuestas epidemiológicas puede seguir y las pautas de tratamiento que se pueden concebir. Hasta ahora, sólo los casos graves son reportados en la India, de leve a moderada casos de trata, o, en el mejor, se refiere a los psicólogos”, dice Mehta.

Según un informe publicado por el Móvil y de Internet de la Asociación de la India y de la firma de investigación de mercado IMRB Internacional a principios de este año, en general, la penetración de internet en la India es actualmente fijado en el 31 por ciento. Aunque la India es todavía para llevar a cabo un estudio nacional sobre la adicción a internet, un amplio estudio financiado por el Consejo Indio de Investigación Médica y llevada a cabo por el país la principal institución de salud mental, Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias y titulado ‘adicción de Comportamiento en la comunidad: una exploración’, da una ojeada en el problema. Realizada en 2012 por más de 15 meses, con un tamaño de muestra de 2.755 los encuestados en Bengaluru, reveló que el 4,1 por ciento de los encuestados eran adictos a sus teléfonos celulares y que la perturbación del estado de ánimo y la ansiedad mostró una correlación positiva” con el smartphone y la adicción a internet.

el Dr. Bhavna Barmi, psicólogo clínico en Fortis Escorts Heart Institute, nueva Delhi, acaba de terminar una sesión con una de 16 años que es adicta a un juego de disparos en 2D, Mini Milicia, que está disponible en dispositivos android. Lo que da miedo, dice, es que su paciente ya no es único. Un estilo de vida de la enfermedad, la adicción a internet es más probable que afecte a la upwardly mobile y la mayoría de sus pacientes provienen de ese sector de la sociedad. “Nosotros get al menos un caso de cada día relacionados con la tecnología y la adicción a internet. Este número está aumentando en el último año. Juegos de azar, en particular, se ha convertido en un social de la adicción, alimentando una falsa sensación de autoestima”, dice ella.

Entre Barmi de los pacientes es otro joven, uno de los más jóvenes que los pacientes en tratamiento para la adicción a la pornografía en la India — una niña de nueve años de edad, niño de Delhi. “Cuando él vino a mí, tenía el cabello revuelto, uñas largas y muy malas condiciones de higiene. Había perdido 12 kilos en menos de dos meses. Mientras que los padres pensaban que estaba quemando el aceite de la medianoche a estudio y se sentía feliz en su trabajo, en realidad estaba viendo pornografía”, dice Barmi.

Digital de la adicción entre los jóvenes pueden clasificarse en la adicción a los juegos en línea, a la pornografía y a los medios de comunicación social. Otros, fuera de los brotes incluyen excesivo el chat y los juegos de azar. Mehta recuerda un ejemplo de cuando un joven de 18 años de edad, niño estudiando en la Universidad de Delhi se refiere a él en busca de tratamiento. “El chico había empezado a falta de la universidad y a cometer errores en el negocio de la familia. Cuando se detuvo para él, tendido a su vez agresivo,” él dice. Durante las sesiones, el niño reveló que él era adicto a la pornografía que veía en su teléfono móvil. “Él solía masturbarse siete veces al día mientras ve porno en internet. Los criterios para la dependencia no es el acto por sí solo. La persona sigue pensando en que tan a menudo que se convierte en todo lo consume y le distrae de su curso ordinario de la vida. Del mismo modo, en este caso, el adolescente solía ser consumido por el pensamiento de cuándo y cómo ver porno”, dice Mehta.

Por Tushar, el punto de inflexión llegó cuando va bien en los juegos de video le dio un sentido de logro. “Traté de jugar juegos al aire libre, pero nada funcionó. Pero, cuando yo jugaba a los juegos de video, realicé el mejor de mis amigos. Me empezó a gustar la competencia y pensé, ‘déjame continuar”,” él dice. Pronto, el pasatiempo se convirtió en un “mecanismo de defensa” y por la escuela secundaria, su vida llegó a ser dominados por él. “Yo no tenía que hacer tiempo para los juegos. Todo comenzó a tener tiempo para sí mismo. Me gustaría jugar durante más de siete horas en un tramo. He hecho amigos a través de los juegos de azar. Hablamos de la vida más allá de los juegos, pero también es más fácil porque todos tenemos intereses similares,” él dice.

En el mundo real, sin embargo, sus problemas eran solo el comienzo. Sus notas empezaron a caer y le resultaba difícil hacer amigos. Pronto, se le cayó un año en la escuela. “En la comunidad de juegos de azar, no es algo que nosotros llamamos “un último juego’. Si usted pierde un juego, juega a uno más. Esto va desde las 12 am hasta las 4 de la mañana. Nos fijamos en el tiempo y, a continuación, nos damos cuenta de que tenemos la escuela en tres horas. Pero todavía estamos para que un último juego. Eso es lo que me vino a la zaga en la escuela”, dice la adolescente, que aparecerá para su Clase XII de la junta de exámenes el próximo año. “Iba a regresar de la escuela, puso su bolsa y se apresure a volver al juego. Pronto, dejó de tener comidas con nosotros y faltar a la escuela”, dice su madre. Finalmente, se sometió a sesiones de terapia con un psicólogo y un psiquiatra. “El daño que se ha hecho. Estamos centrados en sus exámenes ahora. Después de la completa, vamos a seguir la terapia”, dice ella.

En la sesión mensual de la Tecnología de “Anónimo” en Psycare Hospital en nueva Delhi, un montón de gente, sobre todo en el grupo de edad de 15 a 21, una vez adictos a la tecnología de alguna forma y ahora rehabilitado, se reunieron para compartir sus historias. Una menor de 15 años de edad revela cómo él tomó a la internet para obtener más sentimientos de baja autoestima. “Sus maestros había tirado de él hacia arriba para bajo rendimiento académico y se sintió humillado. Empezó a pasar más tiempo en línea para evitar a sus amigos. Cuando la gente habla acerca de sus problemas abiertamente, se dan cuenta de que no están solos y que es posible superar su adicción”, dice Barmi.

la Mitad de la batalla, dicen los médicos, es hacer que el paciente das cuenta de que no es un problema que necesita para ser abordados. El dr. Sandeep Vohra, consultor senior (Psiquiatría), en Indraprastha Hospital Apollo, Delhi, habla de una menor de 15 años de edad chica que había venido a él en la desesperación, ya que ella no podía controlar su deseo de “comprobar en varias ocasiones el número de likes en sus fotos en las redes sociales, en Facebook, Instagram y otros foros”. Esto condujo a la irregularidad de sueño y los patrones de alimentación, sus calificaciones caído, ganó peso y se convirtió en agresivo e irritable. “Empezamos asesoramiento ella para corregir su patrón de sueño. Entonces, la familia ha sido asesorada sobre las formas de destetar a su bebé el smartphone de forma gradual. Tomó tiempo, pero la familia era de apoyo y de la misma chica quería ser mejor. Ella completó su terapia con éxito y se ha trasladado a los estados unidos para estudios superiores,” dice el Dr. Vohra.

Tushar, por ejemplo, admite ser adicto a los juegos de azar, pero es reacio a renunciar a ella por completo. “Mis padres son muy conscientes de que puedo ser enfocada. Yo no distraerse cuando se trata de juegos de azar. No todo es malo,” él dice. Se desplaza hacia abajo en su teléfono antes de detenerse en un mensaje de jugadores en su grupo de WhatsApp. Lee: ‘Enseñarle a un niño cómo construir un juego de PC de modo que no tienen dinero para las drogas’. “Creo que es muy cierto,” él dice.

* Nombre cambiado para ocultar la identidad

Fuente: https://pysnnoticias.com/un-ultimo-juego-la-historia-de-los-ninos-de-la-india-la-creciente-adiccion-digital-y-sus-repercusiones-alarmante/

Comparte este contenido: