La violencia digital es «un problema público de alfabetismo digital»

La activista mexicana Olimpia Coral Melo, principal impulsora de la Ley Olimpia en su país, participó del encuentro «Violencia de género digital, difusión de imágenes íntimas sin consentimiento» en la UBA. En tanto, el Congreso está cerca de sancionar la Ley Olimpia Argentina, que busca incorporar la violencia digital como una modalidad de la violencia por motivos de género.

La activista mexicana Olimpia Coral Melo dijo este martes que el proyecto de ley contra los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales es «una causa de lucha que no se puede abandonar, un problema público de alfabetismo digital».

Colar Melo participó del encuentro «Violencia de género digital, difusión de imágenes íntimas sin consentimiento», que se realizó en la Facultad de Derecho de la UBA, tras haber estado el jueves pasado en el Senado, apoyando la norma contra la violencia machista en línea, que obtuvo media sanción el jueves.

La jornada tuvo lugar en el aula 372 de la alta casa de estudios, y fue moderada por la comunicadora y abogada Ana Correa, ante una numerosa concurrencia de estudiantes, invitados alumnos y periodistas.

«Esta es una causa de lucha que no se debe abandonar, hay que abrir las carpetas para esta reforma, en el Congreso, en el Senado, en las escuelas, es un problema público, un problema de alfabetismo digital». señaló la activista mexicana en diálogo con Télam.

«No se procura meter en la cárcel a los agresores como el origen del proyecto, se busca que haya cada vez menos víctimas de estos abusos, no soy yo la única protagonista, son también mis compañeras que intentan visibilizar el tema, para que tengamos mayor seguridad», se explayó la activista mexicana de 33 años, declarada una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Times.

El proyecto ley Olimpia local, que en Argentina lleva el nombre de Ley Belén, contempla «los delitos que violen la intimidad sexual de las personas» a través de medios digitales y busca sancionar la «difusión sin consentimiento de cualquier contenido íntimo», incorporando este tipo de violencia a la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres.

En 2020, Belén San Román se mató porque difundieron un video íntimo y ahora impulsan la ley con su nombre contra la violencia digital.

El proyecto de ley ya se votó en Diputados y el jueves se aprobó en el Senado, pero regresó a la cámara Baja por una modificación de carácter técnico.

Olimpia Coral Melo, que también resultó víctima de violencia digital, explicó en qué consiste la Ley Olimpia, «para copiar la experiencia de México en la Argentina».

«Ambas se complementan, prevén penas, multas y hasta prisión, buscamos un mayor resguardo en los portales».

«En muchos países no existen normas contra la violencia digital, en sus códigos penales no aluden directamente a ninguna norma, falta una legislación adecuada, hay que generar políticas públicas educativas, que sean prácticas previas para la sociedad», advirtió.

«No es algo que yo haya echo sola, es un trabajo colectivo de muchas sobrevivientes de violencia digital que de a poco nos unimos», agregó.

«Empecé con esta lucha hace diez años, y hoy me veo rodeada de muchas otras compañeras, de legisladoras que nos dieron eco, no es de un solo sector, esperemos que antes de la agenda lectoral llegue la justicia para todas nosotras», amplió la natural del estado de Puebla, también fundadora del «Movimiento Mundial Ley Olimpia» que dio lugar a las leyes que condenan la violencia digital en 32 estados mexicanos y es inspiración para proyectos legislativos que se debaten en Ecuador, Guatemala, Honduras, Bolivia, Estados Unidos y Argentina.

«Con esta ley modelo ya tenemos junto a México a la Argentina, como uno de los países más avanzados, lo que no significa que en otros países no interese, pero lo que diferencia aquí es que esto se logra no solo con las voces de los legisladores, sino también con las voces de las víctimas, que decidimos unirnos, decidimos organizarnos para cambiar y hacer diferente al mundo digital, para que un día nuestras hijas no tengan que vivir lo que nosotras vivimos», agregó Coral Melo a nuestra agencia.

La iniciativa que llegó desde la Cámara de Diputados incorpora la violencia digital como una modalidad de la violencia por motivos de género, aborda «los delitos que violen la intimidad sexual de las personas» a través de medios digitales y sanciona «la difusión sin consentimiento, de cualquier contenido íntimo».

Asimismo, plantea la obligación de promover programas de «alfabetización digital», buenas prácticas en el uso de tecnologías de información y comunicación e identificación de las violencias digitales en las clases de «educación sexual integral como en el resto de los contenidos educativo y en la formación docente».

«Existen otros delitos como el hostigamiento y el acoso, que pueden ser equiparables, pero al no haber un marco regulatorio específico para el abuso de imágenes de contenidos íntimos se quedan sin seguimiento las carpetas, se queda sin justicia por parte del estado, como ocurre por ejemplo en el caso muy conocido en Argentina del grupo «Los Magios», donde unos 11.000 varones agrupados en «Telegram» difundían fotos y videos de mujeres sin consentimiento».

«Es apenas uno de los tantos ejemplos de grupos organizados a partir del anonimato, que brinda la plataforma de mensajería Telegram para hacer circular fotos, videos e información personal de niñas, adolescentes y mujeres adultas sin consentimiento. Y, en muchos casos, hasta bajo amenaza», cerró Olimpia Coral Melo en sus declaraciones a Télam.

Además de la activista mexicana, expusieron el director de la carrera de «Especialización en Cibercrimen y Evidencia Digital UBA», Marcos Salt, junto a la abogada Florencia Zerda, autora del libro «Violencia de Género Digital» y la catedrática titular de Derecho Penal, en la Universidad de Valencia, España, Paz Lloria García, a través de tele-conferencia.

https://infonews.com/la-violencia-digital-es-un-problema-publico-de-alfabetismo-digital.html

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Educación de calidad: ¿un lugar común?

03 de mayo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

El tema de la calidad de la educación suele ser tratado por los políticos de manera superficial. ¿A qué tipo de calidad nos referimos? ¿Con qué propósitos?

Hay retos importantes en la sociedad frente a los que algunos personajes reaccionan con fórmulas vacías, particularmente en las épocas cercanas a los debates electorales. Dos ejemplos de retos significativos para la sociedad, a los que se responde de esta manera, son los asociados al llamado pos-conflicto, por un lado, y el de la calidad en la educación, por otro. En el caso de candidatos a ocupar algún cargo en el Estado, sea en la rama ejecutiva o en organos normativos, la lógica parece ser la de incluir las fórmulas, so pena de estar desactualizados.

En particular, con excepciones, el tema de la calidad de la educación suele ser tratado de manera superficial. ¿A qué tipo de calidad nos referimos? ¿Con qué propósitos?

Algunas ideas al respecto:

Un país como Colombia requiere insertarse en el grupo de las sociedades del conocimiento. En forma sencilla, nos referimos a aquellas en las que sus miembros son respetuosos entre sí, democráticos, celosos del cuidado del medio ambiente, productivos, innovadores y creativos. Una sociedad en la que la creación de riqueza y el intertcambio con el mundo global se sustentan en la aplicación del conocimiento.

¿Podemos educar a nuestros niños en la pespectiva de convertir a Colombia en una sociedad del conocimiento?

Una forma de verlo se relaciona con el desarrollo de las llamadas competencias del siglo XXI. La literatura disponible distingue cuatro ámbitos alrededor de dichas competencias:

  1. Las maneras de pensar: la educación que reciban los niños debe desarrollar su sentido de innovación y creatividad, la permanente curiosidad, la habilidad de pensar críticamente y, muy importante en nuestra época, la capacidad de aprender por cuenta propia.
  2. Definitivamente no se puede continuar con el imaginario de los genios y los líderes individuales. A los grandes logros se accede mediante el trabajo en equipo.  Para que ello sea posible, la educación debe generar competencias de comunicación y colaboración.
  3. La revolución tecnológica digital actual, obliga a la adquisición de unos estándares mínimos de alfabetismo digital. Sin embargo, no se trata, simplemente, del manejo de tabletas, ordenadores y de la apropiación de un paquete determinado de software. La gestión de la información en el contexto de la revolución digital juega un papel crítico en el proceso de convertirnos en sociedad del conocimiento. Finalmente, las tecnologías de la información son simples herramientas. Plasmar una idea por escrito, diseñar un proyecto o plantearse preguntas sigue siendo crítico; sólo que, ante la explosión de información (por ejemplo, la suministrada por los buscadores tipo Google o Bing), la gestión de la información adquiere una dimensión inusitada dentro de las competencias requeridas hoy en día. Por otra parte, la comunicación y la colaboración están en la médula de la apropiación de las tecnologías digitales.
  4. Lo anterior sólo tiene sentido si se desarrolla en nuestra vida en sociedad. La conciencia de los deberes y derechos como ciudadanos locales y globales, el respeto por las diferencias, son críticos.

Cuando se hable de calidad en la educación, en consecuencia, hay que preguntarse para qué y a partir de allí darle contenido al propósito. Una visión al respecto es la de educar a nuestros niños y niñas en la perspectiva de insertarnos en la sociedad del conocimiento mediante las competencias asociadas a las dimensiones mencionadas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/editorial/educacion-de-calidad-un-lugar-comun

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