Rafael Bisquerra: “Los grandes problemas de este siglo tienen mucho que ver con el analfabetismo emocional”

Presidente de Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar, Rafael Bisquerra, cita en el Congreso ‘Prevención y tratamiento familiar para la mejora de la salud mental infantojuvenil’, la importancia de la educación emocional.

El congreso organizado por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) y la Asociación Española para la Investigación y el Desarrollo de la Terapia Familiar, reúne este fin de semana a más de 150 congresistas, de manera online y presencial, para compartir experiencias, fomentar el diálogo interdisciplinario y promover prácticas que mejoran la salud mental en las familias.

En la inauguración del evento, Rafael Bisquerra, presidente de Red Internacional de Educación emocional y bienestar, afirmó que la salud mental es uno de los problemas importantes a nivel internacional. “Cuando hablamos de salud mental en general estamos pensando en enfermedad mentales graves y resulta que el estrés, el síndrome de burnout, la ansiedad, depresión, y la ideación suicida afectan a una cantidad muy elevada de la población, lo que hace que los ansiolíticos, antidepresivos, somníferos y tranquilizantes sean los medicamentos más importantes del mundo”.

Esto es suficiente para darle a la salud mental la importancia que merece. “Cuando hablamos de salud mental hay un acuerdo generalizado en que la mejor promoción y prevención es a través de competencias emocionales”. Hace falta sensibilizar al profesorado, a las familias y a las clases políticas para que tomen medidas.

Un congreso para aportar soluciones desde la ciencia

Este fin de semana se reúnen expertos y profesionales en el campo de la salud mental para debatir y analizar las diversas problemáticas que afectan el bienestar emocional de las familias y en especial de la población infantojuvenil.

Durante la inauguración, el rector de la UNIR, José María Vázquez García-Peñuela, destacó que “en los últimos años estamos viendo una eclosión de problemas mentales que nos hace pensar que algo estamos haciendo mal”, por lo que animó a los investigadores a ver las causas, atajarlas y proponer iniciativas a las instituciones colectivas, “una tarea que no es fácil y que va a requerir de mucha labor profesional”.

Asimismo, Pilar Berzosa, presidenta del Comité Organizador, subrayó la dificultad de investigar en el entorno familiar porque es un ámbito privado, pero “si queremos tomar medidas para prevenir problemas como ideación suicida, autolesiones, bullying para trasladar a políticas públicas, sanitarias, ámbitos educativos e instituciones públicas y privadas, debemos aportar datos desde la ciencia”.

Rafael Bisquerra: “Los grandes problemas de este siglo tienen mucho que ver con el analfabetismo emocional”

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La culta inteligencia y el analfabeta

Por: Rose Mary Hernández Román

No saber  leer y escribir es cuestión de oportunidades de vida, de esas posibilidades a las que no todos pueden llegar en un momento determinado para asistir a una escuela y así formarse en intelecto para el futuro. Vivir de  manera desprovista económicamente hacen la existencia  un sueño, cargado de ilusiones y que visiona la manera para dejar de ser analfabeta.  El analfabetismo tiene muchas presentaciones, el más dañino es el emocional, ese que vemos cuando al cerebro le falta corazón.

Son muchas las personas que ante ciertas circunstancias estrechas y, a pesar de ser hábiles en el dominio de múltiples competencias, disponen de un sinfín de títulos académicos,  hacen la misma gestión emocional, a tal punto que, se convierte en una cultura en grupos con tendencias  a romper con las conexiones sociales que deben predominar desde la inteligencia.

Los sabios han plasmado sus ideas para que en tiempo de luchas otrxs las asuman con o sin conciencia. El analfabeta desescolarizado en su lucha es quien hace real el sueño de los pensadores, influenciados por enfoques ideológicos, sociológicos, filosóficos e históricos de quienes planean la vida en control y dominio. Esto refleja una  característica propia de las sociedades sumisas, chocantes con la verdad que afecta los intereses de otros.

No es erróneo suponer que los analfabetos funcionales  son casi siempre los desocupados y excluidos de las grandes corrientes de economía y de tecnología moderna. Pero hay un analfabetismo que preocupa aún mucho más a la sociedad moderna, que se reproduce en profesionales que se muestran por desconocimiento y apatía en el aislamiento cultural y cívico. Un sentimiento muy propio de nuestra época, que dibuja frustración en cuanto a temas de orden educativo, económico, político, sociales…

Mi sueño es que   que  líderes de una Universidad muestren su culta inteligencia,  no sean analfabeta en ninguna dimensión y los exhortos a que deberían ser también los más evolucionados conscientemente; esto con el fin de que todos sus intereses y su energía estén canalizados en servir en todo su elemento a la  profesión que representan.  Lo más importante en este momento es regresar a nosotros mismos y adquirir un nuevo nivel de responsabilidad cívica en la comunidad donde nos desenvolvemos.

Vivan los profesores universitarios, viva la universidad. Vivan sus líderes y lideresas. Viva la Educación.

 

 

 

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