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Nace nuevo sindicato magisterial en Oaxaca

México/Julio de 2017/Fuente: Noticias MVS

El Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación de México (SITEM) sección Oaxaca fue reconocido oficialmente al otorgarles la toma de nota este miércoles.

En Oaxaca, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) tiene dos secciones, la 22 que es afín a la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la 59, que surgió en 2006 y en 10 años no ha podido incrementar su membresía.

El SITEM es una escisión de la Sección 59 del SNTE que organizó Humberto Alcalá Betanzos, quien ha dirigido las dos secciones anteriores.

Este miércoles, conformó su Comité Ejecutivo, expedido por el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, para el periodo comprendido del 20 de mayo de 2017 al 19 de mayo de 2021.

Durante la presentación de la toma de nota, el dirigente declaró que esta agrupación sindical plantea un cambio de estrategia respecto de la solicitud en la atención de las demandas de índole educativo, haciendo énfasis que su desenvolvimiento será en el marco de la legalidad, en la ruta de la generación y desarrollo de un proceso educativo de calidad dirigido hacia los alumnos de Oaxaca.

Luego de la toma de nota, esperan ser atendidos por el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) en un plazo no mayor a quince días, para continuar con los procedimientos establecidos.

Fuente: http://www.noticiasmvs.com/#!/noticias/nace-nuevo-sindicato-magisterial-en-oaxaca-641

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República Dominicana: El estado de la educación superior

Repúblca Dominicana / www.listindiario.com / 19 de Julio de 2017

Mientras algunas voces pronostican que las universidades están condenadas a desaparecer, la demanda global de enseñanza superior continúa en aumento. Así lo establece el Instituto Internacional de Planificación de la Educación (IIPE) en el documento “Seis maneras de asegurar que la educación superior no deje a nadie atrás”, publicado en abril de este año.

Entre el 2000 y 2014 la cantidad de estudiantes inscritos en instituciones de enseñanza superior se elevó de 100 millones a 207 millones, señala la institución perteneciente a la Unesco.

En el mismo período, en República Dominicana la matrícula universitaria pasó de 245,056 a 455,822 estudiantes.

Un repaso a la educación profesional Asistencia 
El incremento en la demanda mundial de enseñanza superior, según el Instituto Internacional de Planificación de la Educación (IIPE), una institución de la Unesco, obedece a diversos factores.

Por un lado, las clases medias han aumentado su demanda de educación terciaria y, por otro, los gobiernos de diferentes países han desarrollado programas para motivar la realización de estudios de grado o posgrado.

Además, influye el hecho de que más personas concluyan sus estudios primarios y secundarios, y una mayor participación de “estudiantes no tradicionales”, definidos como aquellos que estudian a tiempo parcial y adultos que trabajan.

En República Dominicana
En el país, el 22.3% de la población de 15 años o más asiste o ha asistido a las aulas universitarias, de acuerdo con el fascículo “Educación superior en la República Dominicana”, publicado en mayo pasado. El documento fue elaborado por la Oficina Nacional de Estadística (ONE) a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples 2015 (Enhogar-2015), que por primera vez incluyó un módulo dirigido a la población con estudios universitarios.

La encuesta corrobora datos arrojados por anteriores investigaciones. Confirma, por ejemplo, que existe una mayor participación femenina en las aulas, una tendencia a la deserción muy superior entre los hombres y un bajo nivel de estudios de especialización (sobre todo de doctorados) entre los profesionales dominicanos.

Estas y otras informaciones dan un panorama sobre el estado de la enseñanza superior en República Dominicana.

Fuente:http://www.listindiario.com/la-vida/2017/07/18/474476/el-estado-de-la-educacion-superior

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Colombia solo tiene que seguir implementando sus reformas: Ocde

Colombia / www.dinero.com / 12 de Julio de 2017

Daniel Blume, analista de políticas de gobierno corporativo de América Latina de la Ocde, señaló que lo único que tiene que hacer Colombia ahora es seguir implementado las reformas que adoptó para mejorar el gobierno corporativo.

Daniel Blume destacó que un año después de que Colombia ingresara al Comité de Gobierno Corporativo de la Ocde, el país ha avanzado con medidas como la implementación de una dirección que se encarga de la mayoría de las empresas estatales, la implementación del Código País y la más reciente aprobación de la Ley de Conglomerados.

Para el analista, lo único que debe hacer ahora el país es continuar la implementación de dichas modificaciones para garantizar las mejores prácticas de gobierno corporativo, que además están en línea con las recomendaciones de la Ocde.

Por ejemplo, la Ley de Conglomerados Financieros sería sancionada por el presidente de la República en agosto cuando se logre el texto de conciliación de lo aprobado en el Congreso. A partir de ese momento, se contarán seis meses para la reglamentación e implementación de la misma.

Blume también señaló que Colombia enfrenta retos importantes con una disminución gradual del número de compañías listadas, mientras que la propiedad de empresas está concentrada en conglomerados que dominan la economía.

Sin embargo, la Superfinanciera ha endurecido correctamente sus controles y revisó el Código País para garantizar el buen funcionamiento de la economía. Además, los requerimientos legales y el Código País cumplen con los principios del G20 y la Ocde, con respecto a los grupos empresariales, inversionistas y juntas directivas.

Recomendado: Las principales recomendaciones de la Ocde para el desarrollo de Colombia

En ese sentido, Blume señaló que el reto del país ahora será seguir buscando las medidas necesarias para hacer un mercado más favorable a las empresas que buscan crecimiento en el país.

Por otro lado, el analista señaló que la recomendación principal para el Código País es reducir el número de directores alternos, aumentar el uso de evaluaciones a las juntas directivas, disminuir las posibilidades de que los miembros de juntas se repitan en empresas y una fuerte relación entre los salarios y el cargo que ocupan en la junta directiva.

“Pese a que se han hecho reformas necesarias, el trabajo no está hecho por completo. Falta trabajo de regulación para garantizar que las empresas estatales compitan con las privadas en las mismas condiciones y con juntas directivas efectivas”, advirtió el analista.

Por su parte el director general de Participaciones Estatales del Ministerio de Hacienda, Camilo Barco, recordó que además de acumular la dirección de todas las empresas estatales bajo su entidad e iniciar el retiro progresivo de los miembros del Gobierno en las juntas directivas del mismo, el decreto 1768 permitirá la transferencia de participaciones del Gobierno en empresas, que sean inferiores al 10% y no sean activos estratégicos, al Cisa (Central de Inversiones) que se encargará de desinvertir las mismas.

Y finalmente, el superintendente financiero, Jorge Castaño, aseguró que “esta no es una tarea en la que podamos pensar que ya cumplimos. Por el contrario, la Superintendencia debe seguir trabajando en la regulación y reglamentación para mejorar las prácticas de gobierno corporativo y brindar seguridad y transparencia en el mercado”.

En ese sentido, Castaño agregó que lo que viene ahora en temas de gobierno corporativo son mejoras en el Código País, implementar el voto electrónico, actualizar la regulación de revisoría fiscal, crear la regulación y prepararse para los nuevos emisores sin personalidad jurídica con los Project Finance y seguir la integración del mercado de la Alianza del Pacífico.

Fuente:http://www.dinero.com/pais/articulo/ocde-le-dice-a-colombia-que-siga-implementando-sus-reformas/247444

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La educación en Colombia no necesita remiendos, necesita cambios

Colombia / www.eltiempo.com / 12 de Julio de 2017

La educación es fundamental para la construcción del país en los próximos años.

La educación es el factor más importante alrededor del cual se deben implementar y gestionar las políticas de construcción de paz de los próximos años en el país. Un modelo educativo que, desde la educación básica hasta la superior, se construya alrededor de tres objetivos: el desarrollo de la creatividad, la tolerancia por la diferencia y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.

La educación como herramienta para el desarrollo sostenible:

En septiembre de 2016 fueron aprobados los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una hoja de ruta que todos los países deberán tratar de alcanzar al año 2030. El objetivo número cuatro, le apuesta a la construcción de una «educación de calidad”, que garantice inclusión, equidad y calidad; capaz de promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, para todos.

Este objetivo parte de la idea de que cada país, de acuerdo con sus intereses políticos y económicos, deberá adoptar distintas medidas que le permitan transformar su sistema educativo de manera paulatina. En el caso de Colombia, aunque desde el año 2000 los distintos gobiernos han venido realizando importantes cambios que reflejan mejorías en algunos campos, el país sigue estando muy lejos de los estándares internacionales impuestos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).

En su reciente visita al país, el director de estudios de la Ocde, Álvaro Santos Pereira, subrayó esta realidad e indicó que ella se refleja en los resultados de las pruebas aplicadas en el país en 2015 por el Programa para la Educación Internacional de Alumnos (PISA).

El objetivo de estas pruebas es el de evaluar la calidad, equidad y eficacia de los sistemas educativos, tanto de países desarrollados como en desarrollo. Sin embargo, son muchas las críticas que, desde el ámbito académico, se hacen a estas pruebas, en especial por seguir reflejando un modelo de educación normalizada que no evalúa las verdaderas capacidades de los estudiantes, sino que sigue propendiendo por la medición de competencias y conocimientos de jóvenes provenientes de diversos sistemas culturales y sociales cuya riqueza intelectual proviene de otro tipo de herramientas.

Por ello, la visita del experto en educación Sir Ken Robinson a Colombia se enmarca en un histórico momento de transformaciones para el país; oportunidades que, de ser bien aprovechadas, pueden llegar a impactar la forma como reformulemos el país, al menos en materia de educación.

Desde 2006, las ideas de Robinson se volvieron virales a través de las redes sociales gracias a la conferencia titulada Las escuelas matan la creatividad que dictó a través de la plataforma TED talks. Desde entonces, sus investigaciones plantean que son las escuelas con sus rígidos y estandarizados planes de estudios los principales causantes de matar la creatividad de sus estudiantes. Y aunque las enseñanzas y experiencias que Robinson comparte se elaboran alrededor de la educación primaria, no hay razón para no pensarlas en el espectro de la compleja y cada vez más demandante educación superior colombiana.

En su libro Escuelas Creativas (2016), Robinson señala que «el desafío no consiste en reparar el sistema –educativo–, sino en cambiarlo; no se trata de reformarlo, sino de transformarlo». Nos enfrentamos a la necesidad de plantear un sistema educativo en el que primen las capacidades que cada estudiante posee más allá de los conocimientos que pueda adquirir. Tal vez la propuesta de Robinson de hacer de la educación un sistema orgánico que le permita a los estudiantes «realizarse como individuos y convertirse en ciudadanos activos y compasivos» no esté muy lejos de lo que este país podría estar requiriendo de sus profesionales, en especial ahora que se habla tanto de educación para la paz, para enfrentar el posconflicto.

De momento, si algo deja claro este experto en educación es que el primer cambio debe darse por los docentes quienes, al interior de las aulas de clase, deben generar y facilitar las herramientas para que los alumnos por sí mismos logren desarrollar sus capacidades, que no es otra cosa que encontrar lo que Robinson denomina el elemento, es decir, aquello que los entusiasma y los apasiona, algo que complemente su desarrollo profesional, pero, sobre todo, el personal. Los profesores, ojalá también los universitarios, deben fomentar, además, las condiciones óptimas para que los estudiantes logren despertar por sí mismos lo que denomina las ocho «c»: curiosidad, creatividad, crítica, comunicación, colaboración, compasión, calma y civismo.

El desafío no consiste en reparar el sistema –educativo–, sino en cambiarlo; no se trata de reformarlo, sino de transformarlo

¿Hacia dónde enfocar la formación profesional?

En los últimos años, hemos sido testigos de cómo diversos movimientos estudiantiles salen a las calles a pedir cambios al sistema educativo predominante; estudiantes cuyas competencias cognitivas adquiridas a lo largo de su ciclo de enseñanza no resultan suficientes para un mercado laboral que, según Robinson, exige «creatividad y pensamiento interdisciplinario».

¿Qué tan dispuestos o preparados estamos los docentes para ello? Siempre se pide responsabilidad y compromiso por parte de los estudiantes, pero ¿qué tanto se está motivando la investigación o facilitando el aprendizaje?; ¿qué tanto se está preparando integralmente a las nuevas generaciones para enfrentar su futura vida laboral? Y, por último, ¿qué tan capaces somos de generar espacios de innovación que no solo impliquen cambios o adquisiciones tecnológicas?

Si algo queda claro de las ideas de Robinson, respecto a este último cuestionamiento, es que, si bien la tecnología juega un papel fundamental dentro del proceso de transformación, no puede ser el único componente. Robinson además propone la construcción de planes de estudio diversos, profundos y experienciales y, por último, dinámicos, que no sean camisa de fuerza, porque si algo está claro es que el mismo método no sirve para todos. La transformación, de acuerdo con Robinson, pasa por promoción de la formación del profesorado.

La visión que Robinson comparte a través de sus conferencias y libros es una invitación a implementar pequeños cambios que produzcan verdaderas revoluciones del pensamiento. Cambiar e innovar no es sólo invertir en el desarrollo de tecnologías, es estar dispuestos a asumir el desafío de no remendar, ni estructurar el sistema, sino de transformarlo, en un proceso de abajo hacia arriba, que empiece en las aulas de clase y escale hasta los directivos y encargados del diseño de la política pública de educación.

Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/los-cambios-que-necesita-la-educacion-colombiana-107930

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