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China pide a colegios y universidades ofrecer cursos en línea tras aplazamiento del semestre

Asia/China/09-02-2020/Autor(a) y Fuente: spanish.xinhuanet.com

El Ministerio de Educación de China ha ordenado a los colegios y universidades de todo el país ofrecer recursos para la enseñanza y el aprendizaje en línea, tras el aplazamiento del inicio del semestre escolar.

Según una serie de directrices publicada por la cartera, los colegios y universidades deben utilizar a plenitud plataformas en línea de alta calidad de cursos abiertos y de laboratorios, con el fin de organizar las actividades de educación en línea.

Deben hacerse más esfuerzos para garantizar que el aprendizaje en línea sea tan eficiente como aquel en las aulas, según las directrices.

De acuerdo con datos oficiales, hasta el 2 de febrero, 22 plataformas de cursos en línea habían lanzado más de 24.000 cursos gratuitos que cubren 12 disciplinas universitarias y 18 especialidades de educación técnica y vocacional.

El ministerio anunció a finales de enero que el semestre escolar de la primavera de 2020 quedaba pospuesto debido al brote del nuevo coronavirus. La entidad aún no fija la fecha de apertura de los colegios y universidades.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-02/05/c_138758107.htm

Imagen: Jane Snyder en Pixabay

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China: Educación promueve plataformas digitales educativas para realizar el autoaprendizaje en casa

Redacción: es.rti

Días atrás, el Ministerio de Educación anunció que se postergaba el día del inicio de clases para todas las escuelas del país. A fin de que el aprendizaje de los niños no se vea afectado durante el período de prevención de la epidemia del nuevo coronavirus de Wuhan, Educación presentó hoy día 5, una lista de plataformas digitales educativas para que los maestros y los alumnos puedan aprovechar los recursos que ofrecen.

Una de ellas, la página “Nube Educativa” incluye materiales educativos del Ministerio de Educación y herramientas desarrolladas por los gobiernos locales y por otros diferentes sectores sociales. Cada persona puede registrarse e iniciar la sesión con su usuario y clave personal para acceder a toda la información y realizar el autoaprendizaje en su casa.

Otra plaforma educativa denominada “Aprendizaje Adaptativo” contiene vídeos educativos, ejercicios prácticos, evaluaciones dinámicas, exámenes y materiales didácticos de diferentes asignaturas, como chino, matemática, ciencias naturales, inglés, fisicoquímica, tanto del nivel primario como secundario.

El ministro de Educación Pan Wen-chung expresó que todos los maestros y alumnos pueden realizar el aprendizaje interactivo a través de estas plataformas educativas a distancia. Pan señaló que los estudiantes de China continental que estudian en Taiwán no podrán regresar a la isla antes del inicio de las clases, y las universidades que tienen estudiantes del continente deberán ofrecer una propuesta antes del día 7 al Ministerio de Educación para garantizar los derechos a la educación de los mismos.

Fuente: https://es.rti.org.tw/archivo/742744

 

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Docentes que leen y transforman: La lectura en la escuela y en la universidad

Por: Ana Cristina Chávez

Promover el desarrollo del hábito lector en los estudiantes universitarios es una labor obligatoria de los docentes, que por supuesto, debe constituirse en una tarea permanente desde los primeros años de escuela, alimentada, a su vez, por el calor amoroso del hogar. La premisa en nuestros países debe ser: “padres que leen: hijos que leen; docentes que leen: estudiantes que leen”.

El punto de partida, la formación del hábito (y de la pasión)…

Las letras iniciales con las que nutrimos a nuestros niños por lo general están bañadas de vivos colores, canciones, juegos y divertidos cuentos, pero a medida que los pequeños van creciendo, la escuela y la tarea de leer van asociándose ya no a diversión, a entretenimiento, o a placer, sino a obligación, a aprendizaje forzado, a memorización, ¿y por qué negarlo? a castigo, ¿les resulta conocido eso de si te portas mal te vas a tu cuarto a estudiar? ¿O la letra con sangre entra?

Pero ¿cómo conciliarnos con la experiencia lectora? ¿Cómo convertirla en una mágica aventura, desde los primeros años de formación? ¿Cómo hacer entender que es un auténtico placer y no un estimulo negativo con aires sancionatorios?   Indudablemente, el primer paso es propiciar el hecho lector en el círculo familiar, convertir los libros en parte del entorno hogareño, no como simples objetos decorativos, sino como miembros de la familia, unos con los que nos reímos, lloramos, viajamos, y también les consultamos acerca de nuestras dudas e inquietudes existenciales, porque ellos siempre poseen la respuesta perfecta para nosotros y nos tienen paciencia, como buenos amigos saben esperarnos hasta que estemos preparados para poder disfrutar plenamente de su compañía.

Matute (2014, pág. 33), afirma: “todo lo que deseas saber se encuentra en los libros, todo”, y más adelante agrega:

las palabras escritas hacen magia en tu cabeza y crean a su vez imágenes, sensaciones, recuerdos, otras palabras. Las palabras escritas pueden ser leídas por otros para ti, entonces puedes aprender a disfrutar de su aroma y de su música, (pág. 40).

 

Por esta razón, maestros, padres, tíos, abuelos, hermanos, ¡todos! debemos interactuar con los libros y demostrarles a nuestros niños que la lectura es una magnífica aliada. Debemos leer en familia, transformar ese acto que por lo general es individual, en un acto colectivo. Al respecto, Medina (2014) asegura:

pasar del acto solitario al acto solidario en la actividad de lectura supone un enriquecimiento de la experiencia al leer, puesto que lo subjetivo, lo individual, lo propio, lo diferente del otro, completa el saber de todos y cada uno de los participantes; y simultáneamente, la intersubjetividad, lo común, lo similar, adjudica una visión integral y cohesionada que complementa la mirada particular, la cuestiona o la refuerza (pp 38-39).

 

En ese proceso de compartir la experiencia lectora, debemos conversar sobre lo que leemos, qué estamos entendiendo, qué sentimos mientras leemos, qué imágenes recreamos en nuestra mente producto de la lectura. Hay que hablar sobre libros y lo que significan para nosotros. Recientemente, en una de esas interminables colas afuera de una agencia bancaria terminé de leer “Ensayo sobre la lucidez” de José Saramago, y el destino final de los personajes principales me dejó tan conmocionada que permanecí en silencio por varios segundos; no sabía si echarme a llorar o enfurecerme por lo que les ocurrió, pues me pareció un desenlace inesperado y me generó tal sensación de desasosiego que necesitaba compartirla con alguien, pero miré alrededor y solo observé a personas desconocidas hablando de distintos temas, así que esperé a llegar a casa y conversé por teléfono con un amigo acerca del libro, haciendo énfasis en ese capítulo en particular, me sentí más aliviada y además pude recomendar una excelente lectura a alguien que seguro la sabrá apreciar.

Definitivamente, con ese texto de Saramago varias veces sentí el mazazo del que habla Franz Kafka en la carta dirigida a Oscar Pollak en 1904, citada por Gladys Madriz (2010), allí el autor de “La Metamorfosis” expresa:

En general, creo que solo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un mazazo en el cráneo, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para que nos haga más felices, como dices tú? Cielo santo, ¡seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo. (pág. 17)

Las líneas de Kafka nos remiten a la pasión por leer, a las sensaciones profundas que este acto es capaz de producir, a experiencias significativas como consecuencia del diálogo entre el lector y el autor, tal vez en un tono dramático pero no por eso menos real. A esto le agrego que a través de la lectura podemos transformarnos, romper paradigmas, comprender la realidad y cambiarla, cuando nos damos cuenta de las incongruencias de la vida, las desigualdades e injusticias sociales, al hacer desde el conocimiento y la reflexión, una lectura crítica del mundo. En torno a esto, Prieto Figueroa (1981), nos recuerda:

Vivir, sin duda, es más importante que leer, pero leer ayuda a vivir en plenitud, contribuye a hacer la vida más hermosa, más amplia, más generosa. Leer es también una forma de vivir, cuando de las lecturas extraemos las ideas que auxilian nuestra acción y que, enriqueciendo nuestra experiencia, la hacen más eficaz y más valiosa. (pág. 57)

¿Y qué mejor manera de vivir que hacerlo en libertad? Gozando de autonomía, de capacidad de acción y reflexión, para relacionarnos con el mundo de manera consciente y responsable, convirtiéndonos en personas “sentipensantes” (en palabras de Orlando Fals Borda y Eduardo Galeano), aptitudes que deben fomentarse y ser desarrolladas desde el ámbito educativo y familiar, mediante el diálogo, la convivencia con otros y la lectura crítica de la realidad. ¿Pero cómo lograrlo cuando de la escuela se expulsan las emociones, los sentimientos, la pasión y las voces propias? Madriz (2010), asevera:

El hecho de haber sacado formalmente y por la puerta a las emociones profundas de nuestros ámbitos educativos puede ser una de las causas de no tener hoy buenos lectores…Nuestra educación se ha basado la más de las veces en acallar los diálogos internos, las voces interiores de los múltiples yoes que pueblan la mismidad que somos, y donde la pasión, execrada por la racionalidad del ¿para qué sirve?, se ha visto sucumbir ante tanta presión. Reivindicar la fuerza y potencia de la pasión y vincularla con la lectura se convierte en una posibilidad de formación que comenzamos a introducir en nuestras aulas. (pp.18-19)

   En el mismo orden de ideas, Prieto Figueroa (1981) considera:

Ha de entenderse que la función de la escuela es más que una mecánica práctica de alfabetización. De nada vale enseñar a leer las palabras si no se enseña a penetrar el hondo significado de ellas, en su espíritu; si no se aprende a desentrañar el pensamiento contenido en los libros, comparando y comprobando. La escuela debe crear una aptitud para el pensamiento y la meditación, y si no lo hace no cumple su función trascendental, y los individuos seguirán tan analfabetos como antes: analfabetas intelectuales, fáciles presas para la mentira y el engaño… (pág. 79)

De allí la importancia de convertir la escuela y la universidad en espacios de libertad, en escenarios de lectura placentera, crítica y voluntaria –nos apunta Rod Medina (2014) -sin cercenar la creatividad con prácticas antipedagógicas de metódica cerrada. Los docentes, como mediadores de lectura debemos promover textos acordes con los intereses y motivaciones de nuestros estudiantes, niños y jóvenes, sin negarles su potencial creativo y creador. Ángel Madriz (2010), explica que las escuelas promueven las siguientes tres acciones que le restan encanto a la lectura: 1. Convertir la práctica lectora en herramienta exclusiva para la enseñanza de la ortografía, mejorar la dicción, corregir la redacción y ejercitar la memoria; 2. Obligar el análisis literario, exigiendo el acercamiento a los textos desde la determinación de los personajes, caracterización del ambiente, explicación del argumento, la fecha de nacimiento del autor o si es un poema, indicando el tipo de verso, disposición de la rima, la métrica o las figuras literarias que presenta; 3. Exigir la interpretación del texto apegándose a determinadas propuestas crítico-metodológicas, sin propiciar previamente el deseo de leer y la sed de conocimiento, hace que el lector se convierta en un ser mudo, pasivo  e indiferente.

Lo antes descrito constituye un craso error que ha fomentado el rechazo a la lectura por parte de nuestros niños y jóvenes, quienes al llegar a la edad adulta continúan reproduciendo esas actitudes negativas. ¿Pero cómo enseñar a leer, a disfrutar del acto lector, si no se siente en carne propia?, por eso me pregunté: ¿Leen nuestros docentes universitarios?, ¿Qué leen?, ¿Con cuánta frecuencia?, ¿Con cuál propósito?, ¿Venezuela es un país de lectores? Veamos qué descubrimos.

La lectura en Venezuela…

Sobre la última interrogante de la sección anterior, ya Prieto Figueroa (1981, pág. 55) lo sentenciaba en su época: “Los profesionales no leen, pero es porque de jóvenes, como dije antes, no se formó en ellos la pasión de la lectura, que es una hermosa y noble pasión sustentada por un hábito y por el refinamiento del espíritu”. Criterio similar comparte diez años después Antillano (1991):

En Venezuela nadie lee… El problema básico es instrumental: no se lee porque no hay deseo lector, pero en la base de ello se asume un elemento más grave: no se lee porque no se sabe leer… No hay comprensión lectora, la dificultad es mecánica, elemental. (pág. 23)

La escritora zuliana añade a esa realidad del momento, una serie de elementos que alejaban a los libros de las personas, y que se resumen en los siguientes: 1. La errática metodología usada en la escuela para la enseñanza de la lengua, donde prevalece el estudio del aspecto gramatical y el uso de textos no acordes con los intereses y motivaciones de los potenciales lectores. 2. La poca efectividad de las políticas de distribución, promoción y venta de libros, tanto en manos de las editoriales privadas como de los órganos responsables del Estado en los ámbitos culturales y educativos. 3. Los altos costos del papel como materia prima y del trabajo de  impresión, y 4. La poca difusión e irrespeto a la producción de los escritores venezolanos.

Más de veinte años después de los planteamientos de Prieto Figueroa y Antillano, el escenario nacional es otro. Con la elección de Hugo Chávez Frías como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, la política  de gobierno en torno a la democratización del libro avanzó significativamente e impulsó el desarrollo de hábitos lectores en la población, gestión que continuó el mandatario Nicolás Maduro Moros, posicionando a la lectura como un auténtico hecho de revolución cultural.

En el año 2003, el presidente Chávez lanzó la Misión Robinson, la cual, a través del programa de alfabetización “Yo sí puedo”, reivindicó a la población que durante décadas fue excluida del sistema escolar, fomentando su reconocimiento como sujetos históricos de cambio y exaltando la importancia de saber leer y escribir como acto de liberación intelectual y espiritual. Reflejo del éxito de tal iniciativa, el 28 de octubre de 2005, la UNESCO declaró a Venezuela territorio libre de analfabetismo; un reconocimiento internacional que celebró los avances del gobierno en materia educativa y cultural.

Así, durante la gestión bolivariana, el Estado ha creado casas editoriales como El Perro y la Rana, Biblioteca Ayacucho, Instituto del Patrimonio Cultural, Centro Nacional de Historia, Monte Ávila y Archivo General de la Nación, para fortalecer la producción y reedición de textos. A esto se añade la creación de las Librerías del Sur, en todo el territorio nacional, y la Feria Internacional del Libro de Venezuela, con sus capítulos regionales, lo que año tras año suma actividades de promoción de la lectura, venta de libros y captación de potenciales lectores.

Vinculado a esto, Fagundez (2015), entrevistó para la Agencia Venezolana de Noticias (AVN) a Christian Valles, presidenta del Centro Nacional del Libro, quien informó:

 

El libro está ubicado dentro de la cotidianidad del venezolano, antes no era un elemento cotidiano ni simbólicamente ni fácticamente. Ahora, es algo de lo que la gente habla. 82% lee cualquier material de lectura, desde periódicos hasta libros, y 52,2% se autocalifica como lectora de libros y cada año se leen unos tres libros al año.

 

De acuerdo a lo referido por Valles, aún el hábito de leer no representa la prioridad del venezolano, pero aclara que antes de 1998, la lectura implicaba un  beneficio para un reducido sector de la población, convirtiéndose casi en un hábito de la élite, mientras que «ahora se lee en todos los sectores, no en los niveles que quisiéramos ni el tipo de lectura o de literatura al que quisiéramos que se llegara, pero se está leyendo muchísimo», acotó la dirigente cultural.

 

A esto se suma que en los últimos tiempos, con el auge de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, las plataformas digitales y los dispositivos electrónicos se presentan como  alternativa al libro impreso, fenómeno en incremento con la distribución gratuita por parte del Estado, de tabletas y minilaptos en escuelas y centros universitarios, democratizando entre los niños y jóvenes, el acceso a la información y la alfabetización tecnológica. ¿Pero entregando computadoras y propiciando el uso activo de las redes sociales el gobierno nacional realmente está contribuyendo a la formación de lectores críticos y responsables? La experiencia personal como docente universitaria me dice que no es así, pues falta trabajar con estrategias dirigidas a los usuarios-lectores, que humanicen la lectura y no solo que la instrumentalicen.

 

Una gran ventaja de internet además de unir a las personas, es que éstas pueden acceder en cuestión de segundos a datos de su interés, abriéndose a un mundo de conocimientos con sólo hacer un “clic” en el teclado del computador o pulsar la pantalla táctil de la tableta, pero en contraposición, esa facilidad para  aproximarse a cualquier tema sin tener que leer mucho, visitar bibliotecas, o comprar libros, convierte a los jóvenes en lectores menos acuciosos y críticos, quienes asumiendo el mínimo esfuerzo mental, no seleccionan ni jerarquizan la información efectivamente, no interpretan ni comprenden lo que leen, por lo cual recurren al plagio intelectual. Tampoco se cercioran de que la información copiada sea la adecuada, y con frecuencia me he topado con textos en los que aseguran “que aquí en Chile, España o Argentina, hacemos esto o aquello”, cuando la investigación se está realizando en tierras falconianas y el autor de la misma es fanático de la arepa pelada.

 

Incluso es decepcionante conseguir varios informes completamente iguales porque fueron copiados íntegramente de internet y no citan la fuente. Peor aún cuando se les pregunta el contenido del trabajo: empiezan a sudar, se ponen nerviosos, y su mente queda en blanco sin poder articular palabra alguna. Es allí cuando empiezo a cuestionar mi labor como docente mediadora de lectura, una tarea que a diario me enfrenta a nuevos retos en materia pedagógica y didáctica, para dar respuesta a las necesidades académicas y profesionales de la nueva era.

 

Sobre esta realidad actual, Medina (2014) diferencia a dos tipos de lectores a partir de un criterio de temporalidad: el lector tradicional y el lector nuevo. Para el escritor caraqueño, el lector tradicional es aquél que lee libros, lo que le ha permitido consolidar sus competencias lectoras y apreciar la literatura, pues ha disfrutado de una cultura rica en experiencias lectoras, fundamentadas principalmente en la oralidad. El lector tradicional es un lector ávido de buenos textos, es más crítico, de gustos literarios más complejos y se adapta  eficientemente al uso de los nuevos formatos electrónicos de lectura. Por el contrario, el lector nuevo es más consumidor que lector, es aficionado a las redes sociales, a la información que circula en el ciberespacio y a establecer contacto virtual antes que personal. No es un lector crítico y se le dificulta distinguir contenidos y comprenderlos. No siente atracción por los libros, profundiza menos en sus experiencias lectoras, definidas generalmente, por la lectura escolar y la lectura de imágenes. Finalmente, su cultura oral es más restringida, proporcionada con mayor frecuencia por la televisión y el cine.

 

Como se evidencia, Medina caracteriza a dos generaciones de lectores con diferencias extremadamente marcadas, que perfectamente pueden estar representadas por padres e hijos o docentes y estudiantes, por lo cual surgen algunas interrogantes: ¿Cómo conciliar esas diferencias? ¿Qué estrategias podemos implementar en los centros educativos y núcleos familiares para desarrollar el potencial de los nuevos lectores? Ya lo sugerí con anterioridad al mencionar la necesidad de humanizar el proceso de lectura, lo cual significa enfocarnos en el lector, sus expectativas, sueños, intereses y formas de aprender y no en los instrumentos y métodos de la lectura. Vinculado a esa idea, el investigador referido plantea:

 

Si se asume la lectura como objeto final, entonces la figura de la persona que lee se difumina, perdiéndose entre los porqués y paraqués de las iniciativas que pretenden formar nuevos lectoras y lectoras. Toda política, pública o particular, que tenga como objetivo principal el estímulo de la lectura y la formación de los lectores, debe colocar como centro de sus acciones a la persona que lee… No los libros, no la lectura (pág. 22)

 

Teniendo en cuenta los planteamientos expuestos, es preciso reconocer que hoy en día los venezolanos leemos más y mejor, gracias al esfuerzo del Estado, pero sigue siendo una tarea pendiente superar los escollos educativos que en materia de enseñanza de la lectura ha enfrentado la escuela desde hace diversas décadas, y que se repiten o incrementan en la universidad.

A continuación conozcamos dos experiencias concretas de estudios de hábitos lectores en el sector universitario, la primera corresponde a una encuesta en línea realizada a estudiantes y docentes de la Universidad Católica Andrés Bello en el año 2018 y la segunda es una consulta realizada el presente año a docentes de distintos centros de estudios de Venezuela, quienes también respondieron en línea a una serie de preguntas abiertas.

Universitarios que leen: La experiencia en la UCAB

El Centro de Investigación y Evaluación Institucional (CIEI) y la Escuela de Psicología de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en la ciudad de Caracas, durante el mes de noviembre de 2018 realizaron una investigación titulada ¿Cómo y para qué leemos?”, con el propósito de indagar en los hábitos de lectura de los estudiantes y profesores de la universidad.

Los responsables del estudio fueron Gabriel Wald, María Graciela Fernández y Yolanda Cañoto, quienes a través de una encuesta autoadministrada en línea, como técnica usada para la recolección de la información, recabaron las respuestas de 240 estudiantes de pregrado y 67 docentes de la sede Montalbán de la UCAB.

Las preguntas de investigación fueron dos: ¿Cuáles son los hábitos generales de lectura entre universitarios? y ¿Qué preferimos y qué hacemos realmente? Estas a su vez se dividieron en otras interrogantes que presentaban alternativas de respuestas cerradas. En tal sentido, los resultados expuestos en el informe final son los siguientes:

  • En cuanto a los hábitos de lectura y particularmente la frecuencia con la que leen, el 82% de los docentes manifestó hacerlo diariamente, igual que 42% de los estudiantes, mientras que un 13 % de alumnos lee varias veces a la semana.

 

  • Sobre los motivos que tienen para leer, el 24% de los profesores declaró que lo hace para mantenerse actualizado en su profesión, un 19% respondió que es por estudios académicos y el 17% lo hace para enseñar a otros. En cuanto a las motivaciones estudiantiles, el 39% de los encuestados lee por estudios académicos y el 33% para entretenerse, lo que contrasta notablemente con el 17% de los docentes que lee por recreación.

 

  • Los temas que prefiere leer el 65% de los estudiantes son de entretenimiento y luego los de tipo informativo (16%). En cambio, el 45% de los docentes lee temas de educación y el 23% textos de entretenimiento, mientras que el 17 % lee temas informativos.

 

  • En cuanto al tiempo que le dedican a la lectura, el 35% de los estudiantes lee de treinta minutos a una hora, y el 28% de una a dos horas. Por su parte, el 30% de los profesores invierte más de dos horas en leer y un 28% de una a dos horas.

 

  • Acerca del lugar donde prefieren leer, el 70% de los docentes respondió que lo hace en su casa, y solo el 22% lee en la oficina o sitio de trabajo. Igualmente, el 58% de los estudiantes prefiere leer en su lugar de habitación, apenas un 15% en la biblioteca de la universidad y el 12% lo hace en el transporte público.

 

  • Al preguntar cuál es el soporte de lectura que utilizan habitualmente, el 42% de los profesores optó por el papel y el 21% por la laptop, seguido por un 17% que lee en su computadora de mesa. Las cifras relacionadas con los estudiantes reflejan que 43% de los encuestados usa el papel, el 21% el celular y el 11% su tableta electrónica.

 

  • Sobre las fuentes de consulta utilizadas con frecuencia, los participantes del estudio podían seleccionar varias opciones de manera simultánea, por tanto, la preferencia de los docentes se manifestó así: Páginas web especializadas (73%), libros impresos (57%), motores de búsqueda web (57 %) y 54% libros digitales. Por otro lado, los estudiantes, al momento de leer e investigar prefieren recurrir a motores de búsqueda web (62%), libros digitales (60%), páginas web especializadas (58%), libros impresos (52%) y redes sociales como instagram (51%), lo que demuestra que los encuestados prefieren las fuentes digitales antes que las impresas como el libro, las revistas o los periódicos.

 

  • Al parecer, la crisis económica del país ha afectado la adquisición de libros, porque el 60% de los docentes no ha comprado material de lectura en los últimos seis meses y el 65% de los estudiantes tampoco lo ha hecho.

 

  • Para dar respuesta a la segunda pregunta general, el 70 % de los docentes y el 76 % de los estudiantes afirmaron que prefieren leer en papel, pero 58 % de los profesores la última vez que leyó lo hizo en un soporte digital. Igual ocurrió con el 57 % de los estudiantes.

 

  • Al preguntarles si usaron una biblioteca en los últimos seis meses, el 84 % de los estudiantes respondió afirmativamente, al igual que el 64 % de los profesores. Pero en cuanto a la frecuencia de uso, el 62 % de los docentes la visitó de una a dos veces por mes, mientras que el 53 % de los alumnos la usó de una a siete veces en la semana.

 

  • Finalmente, en relación al motivo de visita a la biblioteca, el 70% de los alumnos acudió para estudiar y el 64% de los docentes para consultar libros.

Entre las conclusiones y recomendaciones, destacan las siguientes ideas de los responsables del informe: a) Los estudiantes se entretienen leyendo más que los docentes; b) La sustitución del libro físico, en papel, no es por decisión propia, sino por necesidad, lo cual parece atentar contra la experiencia integradora de los sentidos durante la lectura, desestimulando la imaginación; c) Recurren a la lectura digital pero no les agrada mucho, y aunque visitan la biblioteca es necesario crear nuevos y mejores espacios en donde se retome la lectura del libro.

 

Por último, considero que la investigación realizada por el equipo de la UCAB, brinda información valiosa de tipo cuantitativa, sobre los intereses y hábitos de lectura de los actores educativos de esa casa de estudios, lo que permitirá el desarrollo de estrategias institucionales de promoción de la lectura y uso de las bondades de la biblioteca, no solo como sitio de reunión o de estudio, sino como espacio para la lectura de recreación y reivindicación del libro físico. Sabemos que los datos aportados no representan la totalidad de la población universitaria de nuestro país, pero nos permite aproximarnos a realidades concretas y propiciar mejoras y transformaciones.

 

 

 

 

 

Docentes, universidad y lectura: Una mirada cualitativa

Pero más allá de las frías estadísticas, ¿qué nos dice la vivencia de nuestros profesores universitarios venezolanos, acerca de su relación con la lectura? Para saberlo, ocho docentes de distintas instituciones de los estados Falcón, Mérida y Sucre nos confiaron su voz, y compartieron ideas en torno a sus hábitos lectores, referidos a gustos e intereses acerca de lo que leen y cómo promueven la lectura entre sus estudiantes.

A través de un sondeo en línea realizado entre el 12 y 22 de abril de 2019, que permitía la interacción directa con los informantes, recibimos las respuestas a las siguientes preguntas: 1. ¿Acerca de cuáles temas prefieres leer?, 2. ¿Qué tipo de textos prefieres leer (ensayos, artículos científicos, artículos periodísticos, novelas, cuentos, poesía, entre otros)?, 3. ¿Con cuánta frecuencia acostumbras a leer?, 4. ¿Prefieres leer libros digitales o físicos y por qué?, 5. ¿Cuáles libros leíste en el último mes?, 6. ¿Qué libro estás leyendo en la actualidad?, 7. ¿Cómo promueves la lectura entre tus estudiantes? Una vez interpretada la información, pudimos caracterizar de manera emergente los hábitos de lectura de los profesores universitarios consultados, quedando de la siguiente forma:

  1. Los docentes prefieren leer temas relacionados con su área profesional y las unidades curriculares que facilitan, aunque eso no los exime de leer tópicos de cultura general y literarios como novelas y poesía:

Mariangela P. docente de la Universidad Nacional del Turismo, en Mérida, y coordinadora del Programa Nacional de Formación en Turismo, opta por leer temas relacionados con economía, turismo, política y productividad, también novelas cortas. Por su parte, Jayaline R. docente de la Universidad Politécnica Territorial de Falcón “Alonso Gamero” (UPTAG), en Contaduría Pública,  aprecia la lectura vinculada con el crecimiento personal y organizacional, novelas románticas y religión. Tibisay Ch. economista, y profesora de la UPTAG, se inclina por lo temas políticos, económicos y de actualidad informativa. Alí M. jubilado del Ministerio del Poder Popular para la Educación y Coordinador del Centro Internacional Miranda, en el estado Sucre, nos confiesa: “Prefiero leer temas relacionados con educación, geopolítica del conocimiento y temas variados de interés y de cultura general”.

   Igualmente, Anthony A. poeta, escritor, y profesor en la carrera de Educación en la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB), en el estado Falcón, asegura que lee “diversos temas, sobre todo culturales, literarios y teóricos”.  Por otro lado, Luis D. docente falconiano de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) y coordinador del PNF en Historia, afirma que disfruta leer “temas de historia, política, petróleo, cultura, sociedad, y educación”. Para mantenerse actualizada en sus labores pedagógicas, Ingry G. periodista y docente de la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede Falcón, acostumbra a leer textos sobre innovación educativa, mientras que Douglas V. licenciado en Ciencias Sociales y profesor de la UPTAG, se inclina por los “temas referentes con la filosofía, origen y evolución del pensamiento filosófico occidental, la historia, los grandes acontecimientos a nivel mundial, economía y principales doctrinas económicas”.

   La información anterior es sustentada mediante los títulos de los libros que los docentes leyeron en el último mes y de los que están leyendo en la actualidad:

Mariangela P: “Alternativas al capitalismo/colonialismo del siglo XXI”,  y “El vato que cayó del cielo”; actualmente leo “Pensamiento lateral” y “Baila, baila, baila.”

Jayaline R: “Chocolate caliente para el alma de quien trabaja”, de Canfield, Hansen, Rogerson, Rutte y Clauss. Tengo más de tres semanas que estoy releyendo “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva.”

Tibisay Ch: “Estoy leyendo Bolívar, de Mijares” (Se refiere al libro “El Libertador”, de Augusto Mijares).

Alí M: “Leí la intoxicación lingüística de Vicente Romano. Estoy leyendo los artículos que integran un libro que escribe el profe Luis Bonilla, relacionado con la educación, la pedagogía crítica y la cuarta revolución industrial”.

Ingy G: La praxeología, como alternativa en la sistematización de experiencias. La praxeología. Teoría práctica, de Vargas y Geran.

Anthony A: “Leí recientemente una selección de obras de Voltaire y Diderot, Holderlin, y estoy leyendo a Mircea Eliade.”

Douglas V: “Dios es una mujer y el Imperio contracultural (relectura). Actualmente leo China, un gigante que despierta”.

Luis D: “En abril, que aún no termina, releí Chávez nuestro, de Rosa Elizalde y Luis Báez (siempre lo releo en abril); ¿Coro o Santa Ana de Coro? de Luis Alfonso Bueno; Boves, El urogallo, de Herrera Luque, y actualmente estoy leyendo La luna de Fausto, también de Herrera Luque. Hay un texto muy interesante en el área universitaria, específicamente en lo referente a la transformación universitaria que siempre lo tengo de cabecera, transformación universitaria como compendio que se editó cuando Yadira Córdova y Luis Bonilla, y uno muy bueno de Boaventura de Sousa Santos sobre la universidad del siglo XXI”

  1. Los profesores no discriminan en la lectura de los distintos géneros textuales, aprecian cualquier género, siempre que exponga temas de su interés de forma atractiva:

   Al respecto, Jayaline R. confirma: “Leo de todo un poco; me voy por lo atractivo del título y el vínculo donde me desenvuelvo en lo personal y laboral”, otro buen lector es el profesor Douglas V. quien recurre a los ensayos y textos científicos, para su actualización formativa, y a la literatura y poesía, como entretenimiento. Igualmente Alí M. gusta de leer “ensayos, artículos científicos, una buena poesía y un buen libro”. Sin embargo, nos conseguimos docentes que optan preferiblemente por los géneros académicos, tal es el caso de Ingry G. o aquellos que declaran su aversión al género poético, ejemplo de ello es Luis D. quien manifiesta que lee diversos textos “excepto poesía, lamentablemente no me gusta”.

  1. Nuestros profesores universitarios son asiduos lectores, leen con frecuencia, como hábito personal y por exigencia profesional:

Unos lo hacen a diario, como Douglas V: “leo todos los días, mínimo una hora, solo libros físicos”, Mariangela P. quien confiesa que lee diariamente y no se enfoca en un solo libro, sino que lee varios, o Luis D. para quien la lectura es un hábito arraigado,  y asegura. “Leo diariamente, cotidianamente.”

Otros lo hacen dependiendo de las responsabilidades que tengan y el tiempo con el que cuenten, o incluso, según la densidad de la lectura que estén realizando, como Ingry G. quien lee semanalmente o cada quince días, Tibisay Ch. quien todos los meses trata de leer nuevos libros “dependiendo de lo digeribles que sean”, o como Jayaline R. para quien su frecuencia de lectura “en realidad depende del tiempo disponible, pero cuando no lo hago con un libro formalmente, leo cualquier artículo que consiga”.

  1. El soporte o formato preferido de lectura es el libro físico, pero los soportes digitales son de gran utilidad, por la variedad de títulos disponibles en la web y su fácil accesibilidad:

   Los docentes consultados coincidieron en su preferencia por leer libros físicos, destacando sus cualidades en cuanto a los niveles de practicidad, aprovechamiento en el uso de las técnicas de lectura, cuidado de la salud visual e incluso resguardo de la seguridad frente a los altos niveles delictivos en el país.

   Con relación a esto, Anthony A. declaró: “Me gusta leer en físico, pero la ventaja de los digitales es que a veces consigues cosas que no has hallado en físico. Pero leo los dos formatos a la par, aunque los prefiero en físico. Algunas de sus ventajas tienen que ver con la situación venezolana, por ejemplo, un ladrón no te robará jamás un libro, pero sí una tableta o un teléfono. Otra ventaja es que no necesita electricidad, si el servicio eléctrico falla puedes leer hasta bajo la luz de una vela. Tengo por manía subrayar y hacer notas en lo que leo, por eso prefiero el libro para poder rayarlo”.

   En la misma tónica, Alí M. asevera: “Prefiero el libro físico, pero hoy leer un libro digital es igual de provechoso que leerse uno físico, si en ambos puedo hacer notas al margen, mejor”. Tibisay Ch. declaró que lee en ambos formatos “aunque los digitales me agotan la vista y afectan la cervical”, Jayaline R. destaca el aspecto práctico y enfatiza: “prefiero los físicos porque los puedo llevar a cualquier lado y aprovechar cualquier momento para leer”. Hablando en cifras, Luis D. aclara que los formatos que usa para la lectura, son en “un 60% en físico, digitalmente también, pero los prefiero tradicionalmente. Excepto las colecciones, que son más accesibles en digital producto de los costos y el acceso a la web”.

Por último, Douglas V. nos recuerda la aventura sensorial que puede representar la lectura de un buen libro y expresa: “Prefiero los físicos, por la dilatada costumbre, me place sentirlos en mis manos”.

  1. En sus sesiones de clase, los docentes promueven la lectura mediante la asignación de trabajos escritos con el propósito de desarrollar las habilidades investigativas, generan discusiones grupales de textos asignados, e implementan técnicas de interacción dialógica y socialización de conocimientos, apoyándose también en el uso de recursos audiovisuales:

   Al consultarle a los docentes cómo motivan a sus estudiantes para que desarrollen el hábito de la lectura, respondieron que asignan la lectura de diversos textos en clases, estimulan la redacción de ensayos y la discusión grupal de los tópicos abordados. Específicamente, Tibisay Ch. hace que los estudiantes de Contaduría Pública de la UPTAG lean, “asignando ensayos a partir de lecturas de la especialidad”, igual ocurre con Douglas V, profesor del eje sociocrítico en la misma institución, quien estimula la lectura “A través de la asignación de actividades de investigación sobre un tema determinado”. Por su parte, Ingry G. profesora de Comunicación Social en la UBV, dice que los estudiantes, “en clase, leen materiales y analizan los temas en trabajo grupal”

Pero otros indagan más en las preferencias y hábitos lectores de los alumnos, como Mariangela P. a quien el frío clima de las tierras merideñas no le resta calidez en su rol de educadora, pues afirma: “Suelo preguntar quién lee y por qué lee, varias veces en el semestre, también hay unidades que desarrollamos sobre una lectura conjunta de un libro o extracto”. Asimismo, la pasión por la lectura puede contagiarse, tal como lo procura Alí M. en el estado Sucre, quien asegura: “La promuevo predicando con el ejemplo y recomendando  lecturas cortas y largas relacionadas con el interés de los estudiantes, que por lo general son docentes en ejercicio”.

   Jayaline R. profesora de la UPTAG, apela a sus habilidades comunicativas para orientar a los estudiantes y recurre a la interdisciplinariedad, apoyándose en expertos en el área de lectoescritura. En tal sentido, busca que los estudiantes lean “indicándoles la importancia que tiene para una persona expresarse correctamente de manera oral y escrita, y que eso se logra solo con la lectura.  Adicionalmente, como doy clase en Contaduría Pública, les hago ver que ellos, como profesionales, se comunican con sus clientes y jefes e interpretarán y elaborarán informes de gestión donde la comunicación es importante para el logro de sus objetivos. También hacemos ejercicios de lectura, apoyados con nuestro querido profesor Federico Colina.”

  Por otro lado, Anthony A. profesor de la asignatura Taller de lectura y comentario de textos, en la carrera de Educación en la UNERMB, asevera: “Les leo y les cuento, les explico o trato de explicar desde diversos puntos de vista la lectura que hagamos, sobre todo relacionando con la realidad o su realidad inmediata. Aparte les sugiero nombres de autores o de libros, y a veces vemos documentales o películas sobre el tema literario o cultural.”

Finalmente, una estrategia de gran utilidad en el sector universitario, es la organización de  eventos de investigación, como congresos, seminarios, foros, conversatorios, en los que se hable de libros, autores, estudios innovadores y se muestre la producción editorial más reciente, para estimular la acuciosidad de los participantes y el deseo de recrear nuevos conocimientos. Como profesores, debemos estar actualizados de lo que ocurre en el ámbito académico y en nuestra área profesional específica, y eso debemos fomentarlo en los estudiantes. Al respecto, Luis D. comenta: “Les envío material por la web, soy docente de la UNEFM de Ciencias Económicas y Sociales y dirijo la cátedra de Sociedad y cultura, anteriormente discutíamos artículos, ensayos, materiales hemerográficos y otros, para los cinco grandes temas que contenía la unidad curricular y al final discutíamos con exposiciones los materiales que más le llamasen la atención. Por otro lado, al dirigir a su vez el PNF en Historia, la diversidad de temas históricos son la columna cotidiana de la discusión que se resalta en foros, conversatorios y congresos desarrollados a través de las investigaciones de los compañeros, y a los cuales asistimos consecutivamente desde ya hace una década”.

Como se evidencia en esta consulta con enfoque cualitativo, la data aportada por los informantes posee una gran riqueza, pues a través de sus discursos francos y sencillos, pudimos  realizar una aproximación más cálida, amena y cercana a la realidad de nuestros docentes universitarios, en lo concerniente a sus hábitos lectores y a las estrategias que desarrollan en sus aulas de clase para propiciar la lectura en los estudiantes, ya que si hablamos de humanizar la lectura en las instituciones educativas del país, esto pasa primero por darle voz a los actores involucrados, tanto a los estudiantes como a los profesores, pues ambos, en un proceso de interacción dialógica permanente, comparten sus experiencias, vivencias y formas de ver el mundo, pero también de leerlo críticamente, para entenderlo y transformarlo.

Como consideración final, es necesario retomar la idea de Paulo Freire (2008, pág. 53) acerca del estudio y la lectura, quien afirma: “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”. De allí la importancia de fomentar la lectura crítica y amorosa tanto en la escuela como en la universidad, para formar seres creativos, generadores de nuevos conocimientos e innovadores, capaces de la acción-reflexión necesarias que permitirá transformar realidades. Leamos, pues.

 

* Licenciada en Comunicación Social, Magíster en Gerencia de Recursos Humanos, docente ordinaria con la categoría de Agregada en la Universidad Politécnica Territorial de Falcón Alonso Gamero.

 

Referencias bibliográficas

Antillano, L. (1991). “¡Ay! qué aburrido es leer. El hábito lector y el cuento de la infancia.”  Ars Gráfica S.A. Maracaibo, Venezuela.

Fagundez, F. (2015, 21 de marzo). “En Venezuela el pueblo cada vez se hace más lector.” Agencia Venezolana de Noticias. Documento en línea disponible en http://www.radiomundial.com.ve/article/en-venezuela-el-pueblo-cada-vez-se-hace-m%C3%A1s-lector

Freire, P. (2008). La importancia de leer y el proceso de liberación. Décimo octava edición. Siglo XXI editores. México

Lovera, L. (2018, 28 de octubre). “Hace 13 años Venezuela fue declarada como Territorio Libre de Analfabetismo”. Prensa Fundayacucho. Diario Correo del Orinoco, versión digital. Documento en línea disponible en http://www.correodelorinoco.gob.ve/hace-13-anos-venezuela-fue-declarada-como-territorio-libre-de-analfabetismo/ Fecha de consulta: 23 de abril de 2019.

Madriz, Á. (2010) “Literatura, lectura y enseñanza. Visión crítica. Propuesta emergente”. Segunda edición. Ediciones del Vice Rectorado Académico de la Universidad del Zulia. Venezuela.

Madriz, G. (2010). “Soy desde ti. La lectura (entre) el tú y el (nos)otro(s)”. Fundación Editorial El perro y la rana. Caracas, Venezuela.

Matute, M. (2014) “¿Cómo hacernos amigos de los libros mientras vemos televisión? Manual de la Librería Mediática para jóvenes comunicadores.” Fundación Editorial El perro y la rana. Caracas, Venezuela.

Medina, R. (2014) “A leer se aprende leyendo. La mediación de la lectura en la formación de lectores críticos”. Centro Nacional del Libro (CENAL). Caracas, Venezuela.

Prieto Figueroa, L. (1981) “La magia de los libros”. Quinta edición. Monte Ávila Editores, C.A. Caracas, Venezuela.

Wald  G., Fernández, M. y Cañoto, Y. (2018) “¿Cómo y para qué leemos?” Universidad Católica Andrés Bello. Escuela de Psicología y Centro de Investigación y Evaluación Institucional. Caracas, Venezuela. Documento en línea disponible en http://elucabista.com/wp-content/uploads/2018/12/C%C3%B3mo-y-para-qu%C3%A9-leemos-EstudioUCAB-NOV-2018.pdf

 

Fuente: La autora escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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El reto de aprender sobre la sostenibilidad

Por: Joaquín Garralda

La formación es fundamental para vencer la natural resistencia al cambio que genera una experiencia satisfactoria.

Para una institución académica, el reto está en educar en este tema tan complejo por la amplitud de variables y por su carácter sistémico. Sin embargo, al utilizar en el título la palabra aprender, lo que quería poner de relieve es la dificultad que tiene este aprendizaje para una persona, que va más allá de la dificultad en comprender los conceptos meteorológicos. No es cuestión solo de capacidad intelectual, sino también de una actitud hacia el cambio personal.

Ante la complejidad de la dinámica del clima, muchas personas abandonan el esfuerzo de comprensión y se escudan tras una confianza líquida que les da cierta tranquilidad: “La innovación tecnológica acabará solucionando de alguna manera los efectos catastróficos atribuidos al cambio climático”. Sin embargo, además de ser un optimismo discutible, este enfoque no tiene en cuenta las implicaciones que pueden suponer esos avances tecnológicos. Los productos innovadores que se logren con estos avances probablemente obligarán a cambios en los comportamientos habituales y aquí es donde la formación es fundamental para superar la natural resistencia al cambio de una conducta que se ha mostrado satisfactoria con la experiencia. Para lograr su propósito, esta formación tiene que cumplir dos condiciones: que se base en una argumentación lógica, sin fallas, sobre las consecuencias; y que el individuo perciba un interés personal en evitar esas consecuencias. Estas condiciones son especialmente difíciles en el ámbito de la sostenibilidad.

Comencemos por la lógica de los argumentos. Para valorar el mérito ambiental de estas innovaciones tecnológicas –como soluciones aceptables y que resolverán los problemas– se debe distinguir entre los productos, los resultados y el impacto. Un ejemplo: el producto es un coche eléctrico; si en una ciudad se limita el acceso de coches que no sean eléctricos, el resultado es un mejor aire para sus ciudadanos; el impacto perseguido es limitar la emisión de CO2 a la atmósfera y por tanto hacer posible que se logre el objetivo a largo plazo del Acuerdo de París: “Mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 grados centígrados sobre los niveles preindustriales”.

Los resultados son relativamente fáciles de medir a corto medio/plazo; los impactos tienen una medición más compleja y se aprecian a más largo plazo. Pero el reto es que los resultados suponen muchas veces cambios en el comportamiento que suelen provocar resistencias considerables. Ahora bien, sin estos cambios de conducta no se logra el impacto final deseado.

El carácter sistémico del medio ambiente dificulta la comprensión y aceptación de las razones que exigen un cambio de comportamiento. Siguiendo el ejemplo, si bien mejoraría el aire de la ciudad, es probable que muchas personas afectadas –porque tienen un coche no eléctrico–, critiquen la medida al señalar el origen de la electricidad que necesita el coche eléctrico, argumentando que, si en su generación se utiliza el carbón, el impacto final es discutible, ya que el carbón emite más CO2 para producir esa electricidad que el que se emite al utilizar un coche de gasolina en ese trayecto (además de las críticas sobre el impacto de las emisiones en la producción de las baterías, la contaminación de su desecho o la escasez de las materias primas utilizadas). Es decir, que al encontrar fallas en la argumentación lógica de las consecuencias –tarea fácil en un entorno sistémico–, el individuo pierde el interés en esforzarse en un cambio de comportamiento. La consecuencia es que existen circunstancias emocionales que tienden a retrasar el proceso de adaptación, aunque se descubriesen innovadoras nuevas soluciones tecnológicas.

En definitiva, que para aprender sobre sostenibilidad y cambiar los comportamientos es clave la actitud de aceptación de los cambios necesarios en las pautas de conductas y costumbres personales. El gran reto de la formación sobre el tema medioambiental es principalmente psicológico, se debe lograr superar la racionalización parcial de unos resultados –que se hacen para mantener unas costumbres– para motivar el esfuerzo en desarrollar unos esquemas mentales que permitan comprender y aceptar el carácter sistémico de los impactos.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/01/29/opinion/1580311220_328969.html

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Uruguay: Unas 300 escuelas rurales tienen menos de cinco niños; la situación preocupa al director de Educación Rural del CEIP

Redacción: La Diaria

Limber Santos entiende que la solución para la baja escala de las escuelas son los agrupamientos rurales, que requieren presupuesto.

A fines y comienzos del año, cuando llega el tiempo de las inscripciones y el cierre de matrículas escolares, es usual que en distintos puntos del país surja preocupación, entre familias y vecinos, por la posibilidad de que la escuela rural de su localidad se cierre. Esto se debe a que, por las características del medio rural uruguayo, en el país hay gran cantidad de escuelas, pero con una muy baja escala, lo que pone esos centros educativos en una zona de riesgo. Los números muestran eso: 1.067 escuelas atienden a alrededor de 17.000 niños en las zonas rurales; de ellas, unas 600 tienen menos de diez estudiantes y unas 300 menos de cinco, una situación que preocupa al Departamento de Educación para el Medio Rural, del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), que dirige Limber Santos.

La escuela rural, afirma Santos, “sigue siendo la institución pública de mayor penetración territorial; no hay lugar del territorio donde uno pueda desembarcar y que no haya una escuela relativamente cerca”. Su estimación es que si uno posa el dedo en cualquier punto del mapa uruguayo, habrá una escuela a unos diez kilómetros; “hay una densidad de escuelas muy grande”.

En los últimos años la cantidad de escuelas rurales ha disminuido, en consonancia con la matrícula rural, que también ha descendido, pero Santos advierte que en los últimos siete u ocho comenzó a darse un fenómeno que no ocurría antes: la reapertura de escuelas. En 2019, por ejemplo, cerraron seis y reabrieron dos, una en Colonia y la otra, la escuela 38 de camino Colorado, de Migues, en Canelones. “Se había cerrado hacía unos diez años y el año pasado volvió a abrir porque un conjunto de vecinos se movilizó para abrirla. La gente del lugar mandaba a sus hijos a Migues, una escuela urbana, cuando al lado tenía una escuela rural, que había cerrado por falta de niños. Pero ahora volvió a haber niños en el lugar”, explicó el jerarca. “Es cierto que la cuestión demográfica del campo hace que se siga perdiendo población rural, pero el fenómeno no es tan lineal como ocurría hace 15 años. Hoy en día es un fenómeno un poco más complejo, porque, si bien hay zonas donde la población sigue en descenso y, por lo tanto, la matrícula de las escuelas de la zona sigue descendiendo, también hay otras donde la población se mantiene estable o lugares puntuales donde la población aumenta, por alguna razón vinculada a temas laborales, que a veces pueden ser circunstanciales, pero que hacen que aumente la población. En todo caso, hay una mayor fluctuación poblacional, lo que también hace fluctuar la matrícula. Por eso, si bien se cierran escuelas, en los últimos tiempos ocurre un fenómeno que no ocurría hacía algunos años: la reapertura de escuelas cerradas. Todos los años se cierran escuelas, pero también se reabren otras”.

“Antes, cuando una escuela se cerraba, se cerraba definitivamente: no había ninguna esperanza de que pudiera reabrirse. Hoy, cada vez que se cierra una escuela, se deja abierta la posibilidad de que en algún momento se reabra”, añadió Santos. “Donde hay niños, hay escuela”, ha sido la política en educación rural en Uruguay. Y así espera Santos que siga siendo, aunque la matrícula sea de un solo alumno. Actualmente hay entre diez y 20 escuelas con un solo alumno, una situación que, aunque se busca evitar, a veces se da. “Si ese niño pudiera, quizá sería mejor que fuera a otra escuela con más niños, más compañeros, pero si hay una razón geográfica, una razón vinculada con la posibilidad de las familias de acceder a otro lugar o no pasa transporte colectivo, como sucede en la mayoría de los lugares rurales, entonces la escuela, mientras haya un niño, permanece abierta”, afirmó.

Si bien, en un total de 1.000, los casos de escuelas con un niño son excepcionales, sí preocupan al Departamento de Educación para el Medio Rural los casos de escuelas con menos de cinco niños. “Los casos de escuelas con un niño son excepcionales, porque mientras se puede evitar esa situación, se evita. Si ese niño que está solo puede ir a una escuela a 15 kilómetros y los padres lo pueden llevar, en general los propios padres toman la decisión de llevarlo, para que las condiciones sean mejores. Lo que uno podría catalogar como preocupante no son las escuelas con un niño, que en todo caso son muy pocas en más de 1.000 escuelas, sino las que tienen menos de cinco niños. La situación particular de una escuela con un niño también se da cuando hay dos, tres o cuatro, porque cuando son tan pocos, en general, o son hermanos o son dos grupos de hermanos”, explicó Santos. Que haya pocos niños en una escuela significa un reto adicional para la maestra: “La escala es tan reducida que el nivel de interacción entre los aprendientes se debilita demasiado. Entonces, ahí surgen algunos desafíos adicionales para la institución y, sobre todo, para esa maestra, para generar procesos de enseñanza suficientemente motivadores y que den los resultados que nosotros queremos que den en el marco de lo que llamamos la didáctica multigrado”.

Más que la escuela

La resistencia de las comunidades al cierre de las escuelas rurales tiene que ver con que estas son “la única presencia de lo público” para la mayor parte de los parajes. Si bien “hoy hay mucha más institucionalidad en los medios rurales, esta es virtual y físicamente se termina canalizando a través de la escuela”, señala Santos. Políticas sociales, sanitarias o productivas terminan teniendo como eje a la escuela, que sigue siendo el lugar de reunión, la policlínica o el local a donde llegan los ministerios de Desarrollo Social, y de Ganadería, Agricultura y Pesca. El protocolo actual implica que, cuando se propone el cierre de una escuela, se tienen que hacer asambleas de vecinos. Según cuenta Santos, “aunque no haya niños en edad escolar, esas asambleas se llenan de gente”. Afirma que “la escuela, aun cerrada, sin niños, sigue siendo un lugar social fuerte para la comunidad”.

Cuando la escuela sí se cierra, se busca que el local quede en uso para fines sociales. “Para eso, lo que ahora busca Primaria, con una reglamentación de 2019, es facilitar el proceso para que un grupo de vecinos organizados, que tenga un proyecto productivo, social o ambos, solicite el uso del local y se responsabilice de su cuidado y su mantenimiento. Si Primaria lo requiere para uso escolar en algún momento, lo tiene que devolver. Están empezando a darse muchas experiencias en ese sentido”, afirmó Santos. Según el jerarca, en Treinta y Tres, Cerro Largo y Flores hay en trámite procesos de cooperativas de vecinos que, con el respaldo de las intendencias o el Instituto Nacional de Colonización, pidieron el local para las reuniones de la cooperativa y, en algún caso, también para usar el predio para la producción.

“La contraparte es que se mantenga en buenas condiciones el local, porque eso es lo que permitirá en un futuro, si hay niños, reabrir la escuela sin disponer de una erogación especial para arreglos”. Si eso no sucede, si la comunidad no se apropia del local, “el riesgo grande es que la escuela se vuelva tapera en poco tiempo”. “Al no haber quien la mantenga, se viene abajo el edificio o es saqueado, y nos enteramos al tiempo”.

La didáctica multigrado, que en ámbitos urbanos está dando pie a proyectos de innovación pedagógica, es tradición y moneda corriente en la escuela rural. “No sucede así en todos los países, pero en Uruguay todas las escuelas rurales son multigrado, el 100%. El multigrado no es algo exclusivo de la escuela rural. En el interior hay escuelas urbanas con muy poca población, con pocos maestros y alumnos, que también son multigrado. El multigrado no es porque la escuela sea rural, sino porque la escuela es pequeña. Está asociado a la escala”, aclara Santos. A través de varias investigaciones se ha logrado comprobar que el multigrado supone, según Santos, “un enorme potencial para aprender”. “Pero ese potencial radica en la interacción entre pares asimétricos, entre pares que no se parecen entre sí, que no cumplen con el designio de la escuela moderna de agrupar a los niños por edades y meterlos en compartimentos estancos, llamados aulas, asociados a grados; el famoso fenómeno de la escuela graduada. El potencial para aprender, tanto para un niño pequeño como para un niño grande, radica en la interacción entre pares asimétricos. Ahora, cuando la escala es muy reducida –nosotros ponemos el punto de corte en los cinco niños–, esas interacciones que tanto potencian el aprendizaje se debilitan mucho. Y se debilitan porque son pocos, pero también porque el afuera y el adentro se terminan pareciendo mucho, por esto de las relaciones de parentesco: los mismos hermanos están en la escuela, y a veces también se dan relaciones de parentesco entre la maestra y los alumnos”. Aclara que estas situaciones implican desafíos para las maestras, pero que, de todas formas, “no es que no tengan solución: hay que encontrar maneras ingeniosas y estrategias para buscarlas”.

Los caminos

Las soluciones, para Santos, pasan por los modelos de gestión territorial que se pueden dar en las escuelas rurales. Hay dos tipos: los nucleamientos y los agrupamientos. Aunque parezca un juego de palabras, refieren a dos modelos distintos de gestión. El nucleamiento implica cerrar parcialmente varias escuelas y llevar a los niños a una sola, que terminará siendo más grande; el agrupamiento es un conjunto de escuelas geográficamente cercanas que comparten recursos o un proyecto de trabajo.

El modelo del nucleamiento tiene un antecedente histórico fuerte en la consolidación, una iniciativa de Germán Rama cuando fue presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, que propuso en la Ley de Presupuesto de ese quinquenio reducir 50% las escuelas rurales. “En ese momento implicaba cerrar escuelas rurales pequeñas y llevar a los niños a una escuela rural más grande, en la convicción de que era mejor social y pedagógicamente, y más económico desde el punto de vista de la administración, mantener una escuela rural grande que diez escuelas rurales pequeñas”, explicó Santos. Pero el flanco débil del proyecto de nucleamiento, o de la consolidación en la época de Rama, es el transporte, ya que hay que asegurar el traslado de todos los niños. “Ese modelo se ha aplicado en Brasil ampliamente. Se han cerrado miles de escuelas. Y también en Chile, Europa y Uruguay se lo ha intentado muchas veces”, pero sin éxito, señala . “A lo largo de los siglos XX y XXI, las veces que se lo ha intentado aplicar, salvo excepciones, ha fracasado rotundamente en Uruguay”, afirma.

Santos remarca que Rama se caracterizó por concretar muchos de sus proyectos, como la creación de los centros regionales de profesores, la universalización de educación inicial a los cinco años y la creación de escuelas de tiempo completo, pero puntualiza que “este capítulo de educación rural prácticamente no se pudo concretar, salvo en algunas experiencias muy aisladas”. El principal motivo del fracaso es el transporte, porque las condiciones viales y de transporte en el medio rural provocan que el costo de recorrer todos los días cientos de kilómetros durante algunas horas sea muy alto, lo que ha vuelto “prohibitiva” esa solución. Además de los costos monetarios, están los sociales, ya que, para llegar en hora a la escuela, algunos niños se tienen que levantar muy temprano.

La segunda razón –según Santos, no menor en Uruguay– es la resistencia de las comunidades locales al cierre de la escuela. “Es una resistencia activa, muy fuerte. Las comunidades, por más pequeñas que sean, se agrupan y generan mecanismos de resistencia en distintos niveles. Eso es algo que se ve hasta el día de hoy”, afirma el jerarca. El caso del nucleamiento generado en 2015 en torno a la escuela 60 de La Mina, en Cerro Largo (ver recuadro), es un ejemplo de esto, añadió.

El nucleamiento de La Mina

Para graficar las dificultades que generan los nucleamientos, Santos contó la experiencia en torno a la escuela 60 de La Mina, en la quinta sección de Cerro Largo, una escuela de referencia, porque fue allí donde el maestro Miguel Soler llevó adelante el Núcleo Experimental de La Mina en la década del 50. En 2015 la escuela 60 se convirtió en la escuela central del nucleamiento formado por la escuela 44, de San Diego, y la 28, de Puntas de la Mina, con transporte escolar y cerrando parcialmente la 44 y la 28. Pero la comunidad de la escuela 44 se opuso durante años a ese cambio. “Tenían ventajas obvias, como profesores especiales, recursos técnicos y materiales adicionales que los niños podían tener. Todo muy loable, pero, aun así, los padres mantuvieron férrea su oposición. Decían: ‘¿Por qué tenemos que mandar a nuestros hijos varios kilómetros más lejos, cuando esos mismos recursos podrían venir a nuestra escuela?’. Era una escuela con 16 niños, una escuela rural grande. Mantuvieron esa posición durante mucho tiempo, tenazmente; nunca la abandonaron. Tanto es así que a fines de 2018, finalmente, ese nucleamiento se disolvió parcialmente y los padres lograron que se reabriera plenamente su escuela, en 2019”.

El agrupamiento escolar rural, por el contrario, no implica cerrar escuelas, sino que varias escuelas compartan recursos humanos –como docentes de inglés, educación física y arte– o materiales –como laboratorios móviles y bibliotecas itinerantes–, que van rotando por los centros. A su vez, los docentes, que en la gran mayoría de las escuelas rurales trabajan solos –de las 1.067 escuelas rurales, unas 800 son unidocentes–, comparten instancias de planificación o trabajo conjunto una vez por semana. También suelen visitarse entre sí los niños, que a veces, cada quince días, viajan a otra escuela para compartir un taller o una clase específica.

Santos apunta que se está “lejos de que este funcionamiento sea masivo”, ya que no son muchos los profesores en el medio rural ni es mucho el presupuesto para la creación de cargos. Pero, a su entender, ese “es el camino”. “Es un modelo de gestión territorial que, de algún modo, permite resolver, al menos en parte, los perjuicios de la baja escala. Primero, porque se comparten recursos; segundo, porque esos pocos niños que hay en una escuela pueden trabajar con otros de escuelas cercanas por medio de la comunicación cotidiana, por internet, y también pueden verse presencialmente”. Despejada la posibilidad del cierre de la escuela, muchas veces son los propios padres quienes facilitan que cada 15 días o semanalmente los niños puedan viajar a otra escuela, salvando las dificultades del transporte.

Según Santos, más de 90% de las escuelas rurales son parte de los entre 180 y 200 agrupamientos que existen actualmente, que pueden ser de entre tres y 12 escuelas. Esto demuestra, añadió, que es una buena forma de funcionamiento, ya que, “aun sin obligar a ningún maestro, más de 90% se termina agrupando voluntariamente”. Considera que, dada la fluctuación de la población en el medio rural, el modelo de los agrupamientos es el que “mejor puede responder” a las necesidades del futuro, porque el agrupamiento “se configura en el territorio de acuerdo con las circunstancias de cada territorio” –si es de costa, de ganadería extensiva, forestal, agrícola o de agricultura de monocultivo–. “Cada uno impone ciertas lógicas sociales, productivas, económicas, culturales, que terminan afectando a las lógicas escolares. El agrupamiento es un modelo suficientemente flexible para adecuarse a las condiciones, también flexibles, de un medio rural cambiante, de futuro, necesariamente de baja escala”, afirmó.

“Más allá de que ahora tengamos cambios en las circunstancias políticas, yo voy a seguir abogando, desde el punto de vista técnico, por algo –y quiero creer que no deberían cambiar demasiado en este punto–, que es que donde haya niños tiene que haber escuelas; no llegar nunca a esto que algunos países tienen, que es el mínimo necesario para que una escuela se mantenga abierta”, dijo Santos. Y continuó: “Eso, en las circunstancias de nuestro país, sería impensable. Entiendo que desde la administración de recursos públicos es razonable pensar que se necesita optimizar los recursos que uno pone en territorio y que, por lo tanto, muchas veces es muy tentador, pero a esta altura ya tenemos evidencia histórica suficiente como para no seguir por ese camino”.

Multigrado: ventaja para pequeños y grandes

Además de maestro, Limber Santos es licenciado en Educación e investigador de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Una de sus líneas de investigación es la didáctica multigrado que se da en las escuelas rurales uruguayas. “Cuando decimos que el potencial para aprender en un aula multigrado radica en las interacciones entre pares asimétricos, queremos decir que el niño pequeño, cuando interactúa con un par mayor, que tiene otro vínculo con los saberes, se ve beneficiado en su aprendizaje porque ya no es el maestro el único portador de saber, sino que también es un par. Es una relación de pares, y no de maestro-alumno, que le da otras posibilidades de llegar al saber. Está demostrado que la interacción con un par mayor favorece el aprendizaje, en el sentido de que se puede acceder al saber en un nivel de vínculo de confianza y complicidad con alguien que también está aprendiendo, pero tiene con él una relación de asimetría. Y, para aprender, se necesitan las asimetrías. Si bien es muy simpático decir que podemos aprender en relaciones de horizontalidad, y hay muchas tendencias pedagógicas que hablan de ella, el aprendizaje siempre está asociado a las asimetrías”, señala. La primera gran asimetría es entre profesor y alumno. Respecto del saber –porque la asimetría siempre es respecto del saber–, no están en la misma posición, sino cumpliendo roles distintos. Pero la clave en el multigrado es que las asimetrías se dan entre los aprendientes, señala.

Si bien es casi intuitivo por qué un niño pequeño se ve beneficiado de la interacción con uno mayor, a veces cuesta un poco más ver que el mayor también aprende en ese vínculo. “Cuando alguien aprende algo y lo pone en juego explicándoselo a otros, esa transmisión le mueve unas estrategias cognitivas y lingüísticas que lo ayudan a consolidar su propio saber. Eso nos sucede a todos de grandes. Cuando el par mayor le explica a uno menor lo que está aprendiendo, está consolidando su conocimiento. Es un interjuego de ganar-ganar, en el que ambas partes se ven beneficiadas”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2020/1/unas-300-escuelas-rurales-tienen-menos-de-cinco-ninos-la-situacion-preocupa-al-director-de-educacion-rural-del-ceip/01

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Primer debate en Educación Inicial desde el Foro Venezolano por el Derecho a la Educación (FOVEDE). Documento

Participantes del debate: Coelctivo FOVEDE

RELATORÍA CUALITATIVA (SISTEMATIZACIÓN) DEL PROCESO

En paralelo al diálogo y debate en torno a la Educación Inicial en Venezuela, ha sido pertinente repensar el proceso de relatoría y sistematización que recogería la experiencia y sus aportes. Las relatorías acostumbradas son: 1) de carácter repetitivas sobre lo ya aportado enunciativamente por los participantes, a lo que agregan algún grado de sistematización al respecto y 2) reduccionistas de las diferencias en aras de presentar algún tipo de consenso artificial totalizador. Parece más conveniente por la dinámica de la interacción que se dio, realizar una relatoría más bien cualitativa, que trascienda lo dicho y muestre más las tendencias o propensiones subyacentes, por lo valiosas que resultaron según nuestro criterio. Es decir, tratar de evidenciar los horizontes de sentido de dichos aportes.
Por ejemplo: Entre otras dinámicas, se destaca la relevancia del diálogo junto con sus frutos. Dicho en otros términos, prevaleció la razón comunicativa ante la razón instrumental. Conjuntamente se manifestó la propensión democrática y tolerante y no la imposición de las ideas. De aquí que resaltó la tolerancia entre los involucrados. Por ello, se dio suficiente apertura a la diversidad. Diversidad que no obstaculizó la convergencia de propósitos por encima de la variedad de significados expresados, siendo la unidad de sentido la trascendencia de la Educación Inicial en la que todos se reconocieron.
Incluso, las críticas a las políticas educativas y el respaldo a éstas, por divergentes que fueron, se ejercitaron con base en argumentaciones respetuosas de las distintas opiniones. Todo lo dicho con anterioridad, fundamenta que nos aproximamos a generar una experiencia dialógica, de un foro como cuasiespacio público, de reconocimiento a la dignidad y alteridad de todos. Esto no hay que subestimarlo, hay que resaltarlo, pues es la clave para una nueva ciudadanía educativa entre los docentes y demás participantes corresponsables de éste nivel.

SIGNIFICADOS APORTADOS CON RELACIÓN A LAS 3 INTERROGANTES ABORDADAS
El debate ha sido desarrollado en torno a lo que tenemos como políticas educativas en el nivel de Inicial, lo que no tenemos/no hacemos o no entendemos y las proposiciones a las que nuestros niños y niñas tienen derecho; generando los siguientes aportes:

1. POLÍTICAS DE EDUCACIÓN INICIAL EN VENEZUELA PERTINENTES:
 Obligatoriedad del nivel de Educación Inicial establecida en la CRBV y la LOE.
 La educación inicial como derecho vital y no negociable.
 La construcción de una nueva ciudadanía como sentido teleológico y propósito compartido en la Educación Inicial.
 Corresponsabilidad del Estado-Familia- Escuela establecida política en el marco legal de este nivel educativo.
 El acceso y la calidad como políticas claves.
 Exigencia de obligatoriedad de docentes graduados en el nivel.
 Estructura jurídica de programas de atención integral como el de Alimentación (PAE), Salud y Seguridad.
 Diseño y propuesta política de los Simoncitos como viabilizadora del acceso y calidad.
 Pedagogías por proyectos de aprendizaje como alternativa de integración de los saberes y haceres.
 Atención y educación integral y humanizadora en la formulación de las políticas del nivel.
 Imbricación e integralidad del desarrollo y aprendizaje como marco de orientación de la planificación pedagógica.
 Integración del acervo histórico-cultural como requisito establecido en el currículo.
 Política del continuum humano.
 La inclusión como política educativa central en la atención no discriminadora de la diversidad de condiciones (etnias, géneros, clases sociales, discapacidades, etc) de niños y niñas.
 Currículo oficial realizado en su momento (2005) como construcción colectiva con altísima participación de los diferentes involucrados.
 La lúdica es el eje establecido como política pedagógica del nivel.
 Existencia de políticas de formación docente permanente (como los PNFA) de forma gratuita.

2. CONTRADICCIONES, OBSTÁCULOS Y ALERTAS A SUPERAR EN LA EDUCACIÓN INICIAL:
 Equipamiento insuficiente e inadecuado a las características propias del nivel y sin pertinencia cultural.
 Inconsistencia entre la capacidad de las infraestructuras y la demanda. Deterioro y escaso mantenimiento en las existentes.
 Contradicción en la política de acceso y los insuficientes centros de educación inicial.
 Personal insuficiente.
 Indefinición de la educación prenatal. Está establecida en unos instrumentos jurídicos y ausentes en otros. No existe una política unificada a tal efecto, a excepción de algunos programas vinculantes como parto humanizado y lactancia materna, los que también presentan vacíos en la ejecución.
 Cobertura de niños atendidos en disminución en los últimos años no necesariamente registradas en las estadísticas oficiales. Datos inconsistentes y/o ausencia de algunas estadísticas claves.
 Zonas rurales, fronterizas, indígenas desasistidas.
 Ausencia de estadísticas.
 Praxis que evidencian desarticulación con el contexto sociocultural.
 Indefinición estratégica en el nivel con el tipo de afecto en la atención de la niñez: ¿afectividad, amorosidad o afectualidad? ¿inter-subjetividad o trans-subjetividad?
 Externalidad pedagógica en el abordaje de políticas incorporadas.
 Contradicciones entre el ser y formación del docente y los saberes que debe propiciar en el nivel.
 Deficiencias y discontinuidad en la aplicación de programas de atención integral como el PAE.
 Docentes graduados, pero no, suficientemente formados para los 3 primeros años de vida. Se ofrece una atención en maternal donde no hay solidez en el conocimiento del niño, su diversidad ni abordaje pedagógico propio de los años. Énfasis de formación entre los 3 a 6 años sin abordaje sostenido de la articulación con el nivel de primaria.
 Formación docente con vacíos en la pertinencia cultural.
 Formación inicial no reconocedora de los aportes esenciales de maestros y maestras latinoamericanas con alta incidencia en la región.
 Simoncito, de política innovadora a la reproducción de los procesos pedagógicos enquistados.
 Discontinuidad en los procesos de acompañamiento pedagógico, de ausencia de evaluación de los planes, proyectos y programas.
 ¿Evaluación de niños? En vez de evaluación de políticas de la niñez.
 Indefinición de las pedagogías en la etapa maternal el nivel inicial.
 Polarizaciones entre instituciones de educación inicial oficiales y privadas. Algunas tendencias de sobre-escolarización y poca pertinencia evolutiva de las privadas frente a desestructuras pedagógicas, «dejar hacer» en algunas oficiales.
 Incongruencias pedagógicas en el abordaje de la integralidad: De la integralidad a la fragmentación y/o la suma de las áreas.
 ¿Educación integral? ¿Y dónde está el área de aprendizaje del cuerpo y corporeidad de forma explícita e implícita en el currículo? en las planificaciones educativas? No se aborda el cuerpo como eje integrador de las áreas de aprendizaje.
 Divorcio y fragmentación entre los aprendizajes científicos y artísticos en el nivel.
 Inconsistencias, externalidad, discontinuidad de proyectos para el ambiente y desarrollo sostenible como manos a la siembra, conuquitos comunitarios y otros.
 Fragmentación de la implementación de la política del continuum a no contemplar estrategias para garantizar la articulación de los niveles de inicial y primaria.
 Inclusión declarativa pero no implementada. Niños en situación de riesgo biopsicosocial sin atención y docentes no formados para la atención diversa.
 Currículo colectivo pero desactualizado, que no ha incorporado las innovaciones en el nivel, ni las adecuaciones por pertinencia cultural, ni las urgencias temáticas de géneros, familias migrantes, etc.
 Confusión de lúdica con actividades jugadas. ¿Dónde queda el teatro, la danza, la música, el arte como constantes estéticas pedagógicas del nivel?
 Inconsistencia en la rigurosidad científico-educativa de los procesos de masificación de la formación docente permanente en Educación Inicial.

3. CAMINOS A CO-CREAR EN LA EDUCACIÓN INICIAL:
 Incorporación urgente de políticas sociales integrales que favorezcan la dignidad de los docentes que tienen a cargo la niñez y de los formadores de formadores en Venezuela, entre éstas destacan las condiciones salariales y derechos laborales.
 Vinculación de la formación inicial y permanente de los docentes de educación inicial desde la articulación formal, estratégica-operativa de ambos Ministerios (Básica y Universitaria).
 El acceso y la calidad como políticas conjuntas y no desarticuladas.
 Generación urgente de un plan que garantice la atención integral de los niños y niñas, donde la alimentación, salud, transporte, seguridad sean priorizadas en el ejercicio del derecho a la educación.
 Proyecto que articule estos elementos tan decisivos en la participación de los niños y niñas en el nivel.
 La educación inicial como etapa con identidad propia para la generación de experiencias pedagógicas emancipadoras, descolonizadoras, creadoras, participativas.
 La participación de la comunidad para aportar y fortalecer la educación inicial.
 Políticas claras, pertinentes, viables y permanentes de evaluación, seguimiento y acompañamiento en el nivel como oportunidad circular de corrección/actualización, avance y potenciación de la incidencia social y pedagógica del nivel de educación inicial.
 Construcción de una política de educación inicial inclusiva que precise y viabilice el abordaje del desarrollo y aprendizaje diferencial, discapacidades y talentos diversos, incluyendo la formación especializada del docente, las adaptaciones pedagógicas, adecuaciones curriculares, diseño de ambientes de aprendizaje inclusivos y el número de niños a atender para garantizar una verdadera inclusión.
 Realización de ajustes para hacer prevención primaria, secundaria y terciaria en la educación inicial.
 Revisión de horarios y jornadas, su idoneidad y pertinencia contextual.
 Plan de evaluación que disminuya las brechas entre las políticas previstas jurídicamente y el nivel/calidad de ejecución de las mismas.
 Revisión de lo que se entiende en el nivel como política, política educativa, política pública, el quehacer gubernamental para la generación y aseguramiento de planes, proyectos y programas.
 Mapeo estadístico real de niños y niñas excluidos del sistema educativo para su inclusión con carácter de prioridad.
 Repensarlo todo como cultura permanente en el accionar pedagógico.
 Trascender de las opciones generadas en los colectivos de formación, sábados pedagógicos, recreando alternativas que verdaderamente sean desde y para el pensamiento crítico y emancipador.
 Evaluar en los espacios de intercambio directivo y docente la cultura de la “delegación” y como enfrentarla propositivamente.
 Revisión de todas y cada una de las políticas de Educación Inicial desde los condicionantes culturales.
 Jornadas con solidez científico-educativa para la generación de pedagogías acorde a los niños y niñas de nuestro contexto actual.
 Dar el salto de las decisiones ejecutivas a políticas públicas co-creadas con todos los sectores involucrados en el nivel.
 Exigir como comunidad organizada la inversión social en educación inicial en los entes municipales, estadales y de la nación.
 Darle mayor nivel de calidad y sustentación en la implementación de la formación docente permanente.
Para culminar es menester ratificar que este documento aspira suscitar la generación de otros diálogos, debates, planes y proyectos en el marco de la corresponsabilidad del estado – instituciones educativas/familia – sociedad civil organizada, que se traduzcan en incidencia política, social y pedagógica a favor del ejercicio pleno del derecho a la educación de nuestros niños y niñas en Venezuela.
Aportantes y participantes del Debate: Colectivo del Foro Venezolano por el Derecho a la Educación (FOVEDE).
Moderación y Sistematización: Iliana Lo Priore.

Un aporte de:

Fuente: Colectivo FOVEDE. https://fovede2050.wordpress.com/2020/01/27/conoce-al-colectivo-de-fovede/(abre en una nueva pestaña)

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Cristian Olivé, profesor rebelde: «Con una lectura obligatoria hago a mis alumnos crear una serie para Netflix o canciones como Rosalía»

Redacción: Hípertextual

Este profesor catalán hace todo lo posible por ser un rebelde dentro del sistema educativo español y acerca la realidad de sus alumnos a su aula. En Hipertextual hemos querido hablar con él para que nos cuente cómo son sus clases.

Para hacer su trabajo usa las lecturas obligatorias para guionizar una serie de Netflix, con todo el trabajo de marketing y escritura que conlleva, o propone a sus alumnos crear un álbum musical al estilo de Rosalía: una canción por capítulo. Olivé publica su libro Profes rebeldes (Grijalbo) en el que cuenta su experiencia.

¿Cómo es ser un profesor rebelde?

Ser un profesor rebelde, para mí, es situar al alumno en el centro de su propio aprendizaje. A veces es algo muy evidente, pero bueno, tenemos unas programaciones que seguir, que cumplir a rajatabla… a veces no nos lo permite. En cambio, yo creo que aquellos profesores que intentamos dejar un poquito de lado aquella programación tan fija y a veces incluso rancia, que se aleja de lo que les interesa a los alumnos y, en cambio, centrarlos a ellos en lo que quieren… Para mí eso es ser rebelde.

Todo esto para que sean críticos, para que tengan opinión propia, para que se sientan valorados, para todo eso al final. Porque muchas veces enseñar lengua, literatura, matemáticas, tecnologías… está muy bien, pero solamente enseñamos los contenidos, no nos olvidamos de lo más importante: que crezcan como personas.

Aprender, educación

 

¿Qué coges de su vida para llevarlo a clase?

Desde los gustos de las series que miran hoy en día, las aplicaciones que utilizan en el móvil, redes sociales como Instagram o YouTube, su lenguaje de WhatsApp… preparaban para trabajar algunos aspectos en clase. Y, al final, lo que consigo con eso es demostrarles que aquello que les gusta no solamente lo respeto, no lo juzgo, sino que pueden aprender con ello porque lo que aprenden tiene una aplicación en la realidad.

Supongo que será difícil convencer a tus alumnos con las lecturas obligatorias: ¿cómo les vendes los libros que vais a trabajar?

Los clásicos los vendo desde el punto de vista que cualquier historia universal, que ya se ha convertido en un clásico, sigue vigente. Porque lo que está vigente no solamente es la historia sino que son las emociones que sienten los protagonistas. Y luego para trabajar las lecturas, sean clásicos o no, me gusta que lo vivan, que sea una experiencia.

El otro día estuvimos creando una serie de Netflix con una de las lecturas y eso implicaba crear no solamente el guión, luego grabarse, también implicaba preparar la campaña de promoción, todos los tuits, los posts de Instagram, la campaña de difusión. Todo eso para ellos fue vivir la lectura de ese modo.

Con Instagram también he trabajado y les hago crear al protagonista como si fuera él un influencer o instagramer y contando su día a día con las publicaciones en esta red social, por ejemplo.

¿Crees que esto también les ayuda a darse cuenta de lo que quieren dedicarse el día de mañana?

Si, yo creo que sí, porque de hecho ese tipo de actividades que planteo, como es convertir la novela en un álbum musical, y tiene que crear las letras como Rosalía, que creó su disco y cada canción es un capítulo. Y tienen que crear una historia y me estoy dando cuenta de que a muchos de ellos les gusta escribir, por ejemplo. Con la de Netflix algunos les gustaba dedicarse al mundo del periodismo o del marketing…

Creo que justamente lo que tiene que hacer la escuela es darles herramientas para descubrir sus talentos. Siempre digo que tenemos una educación que enseña mucho, pero pregunta muy poco. Tienen que preguntarles a los alumnos sobre lo que les gusta y hacerles pensar sobre ellos mismos, porque si no pasa lo que pasa, que acabamos la ESO o Bachillerato y no saben lo que quieren hacer, ni a lo que se quieren dedicar.

¿Cómo se relaciona la Odisea con los migrantes?

Bueno, justamente me gusta trabajar los clásicos y siempre darles un punto de actualidad. Y así, como en su momento hablé de El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde, para trabajar la obsesión por el físico, que todavía en el mundo actual persiste en las redes sociales, ese postureo que tanto criticó… Pues la Odisea, para mí, esa lucha, ese viaje lleno de obstáculos, al final no deja de ser un reflejo de las personas que intentan buscar una vida mejor y que se encuentran con un montón de dificultades en el mar para llegar hacia su destino, tal y como le pasó a Ulises. Aunque con circunstancias distintas.

Me gusta mucho utilizar la literatura para trabajar también temas que a ellos les pueda llegar, porque los conocen, porque los ven en el día a día.

¿Aprender está reñido con tener una nota a final de curso?

Para mí una nota al final yo creo que es una tara del sistema. Resumir o reducir un aprendizaje tan amplio a una nota yo creo que es bastante humillante para una persona, porque al fina lo que interesa es el proceso de aprendizaje, lo vivido. Más que la meta importa el camino para llegar hasta ahí y con las notas todo esto se pierde.

Entonces no pones notas a tus alumnos, ¿no?

Pongo notas porque al final me obliga el sistema, pero mi manera de poner notas es distinta. Ellos ya están acostumbrados, pero al principio no les gusta. No les doy nota numérica sino que le pongo comentarios. Al principio siempre me dicen pero ¿qué nota tengo?. Bueno, pues la nota que tienes es el comentario que te acabo de decir para que mejores.

El problema es que les hemos acostumbrado tanto a que cualquier trabajo o cualquier esfuerzo tiene una recompensa en forma de nota que les cuesta, al principio, aceptar que venga un profe y les da un comentario para mejorar. Pero si es un poco una lucha que tengo contra las notas, pero al final se puede ser rebelde, pero tengo que cumplir lo que me obliga el sistema, por mucho que a veces me duela.

Este comentario se asemeja a lo que luego les pasará en el mundo laboral, ¿es otra forma de prepararles para el día de mañana?

Exacto. Yo siempre pongo el ejemplo de como adultos imaginémonos que estamos trabajando y al final de la semana nos hacen ir al despacho y nos dicen mira, tienes un 10 o tienes 8. Eso no os va a servir de mucho. De hecho, todo lo contrario, va a provocar frustración por no entender lo que tienes que mejorar.

En cambio, un comentario, siempre bien dicho, de forma constructiva, creo que sería mucho mejor para superarte a ti mismo que no una nota simplemente. A veces les pedimos a los alumnos, a los adolescentes o a los jóvenes, que acepten lo que los adultos no somos capaces de aceptar. Y me parece muy injusto.

¿Tratamos a los adolescentes como si fueran tontos?

Sí, porque tenemos los adultos, tenemos ese tono de condescendencia que da mucha pereza y por eso el hecho de acercar la materia a su realidad, el mensaje que les estás lanzando es os respeto, os entiendo y aunque no compartamos los gustos, vamos a convivir con ellos, ¿no? Vamos a aprender los dos a la vez. Yo creo que los adultos deberían hacer más este ejercicio de aceptación y de entendimiento hacia ellos. Más que de juicio o de prejuicio.

¿También pides ayuda a tus alumnos para poder desarrollar tus clases?

Sí, de hecho, yo siempre aprendo con ellos. Y el mejor aprendizaje que hacemos los profes y los alumnos es el que hacemos juntos, cuando aprendemos juntos. Y a mí me gusta mucho cuando me preguntan oye, ¿y esto? y responderles: «Pues no tengo ni idea, vamos a aprenderlo juntos, vamos a investigarlo. O, incluso, estar en medio de una conversación o debate con ellos y que uno suelte un comentario sobre algo que yo desconozca y a partir de ahí vaya a más la clase y que yo aprenda algo que ni sabía. A mí eso me parece brillante y es lo que debe ser, porque sea finalmente entendemos la figura del profe como del que lo sabe todo… es tan falso, es tan irreal que no aporta nada. Entonces lo mejor es aprender a la vez. Me parece que es lo más sensato

¿Te has tenido que enfrentar como profesor a algún caso de acoso escolar

Por desgracia es un tema habitual en las aulas y a mí me da mucho miedo no verlo, porque muchas veces el adulto es el último que lo ve porque la víctima, la persona que lo está sufriendo, muchas veces tiene miedo de expresarlo. Y justamente tenemos muchos protocolos en el centro y también como profesores estamos alerta de que los posibles casos, pero sí sé que ha habido.

¿Cómo has tratado en el aula el tema del acoso?

Creo que para generar un buen clima de convivencia se tienen que tratar estos temas, hacerles reflexionar sobre ello y, sobre todo, educar en el respeto y la tolerancia para evitar posibles futuros casos.

¿Cuándo te diste cuenta de que quería ser profesor?

Bueno, yo desde siempre. Yo, por suerte, siempre he tenido clarísimo que me quería dedicar a ser profesor. Desde que empecé a ir a clase en parvulario. Entonces yo, en ese sentido, cuando veo gente que no tiene nada claro lo que quiere es en el futuro. Pues intento luchar contra ello, para que se descubran a sí mismos, para que tengan una pasión a la que quiere dedicarse. Yo, por suerte, siempre la he tenido.

Fuente: https://hipertextual.com/entrevistas/cristian-olive-profesor-rebelde-netflix-rosalia

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