Por C5N
Fuente de la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=H4he4JiGpxo
Por C5N
Fuente de la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=H4he4JiGpxo
Por: Damián Glanz.
El gobierno de María Eugenia Vidal se encamina a cerrar esta semana un acuerdo con los sindicatos docentes. Después de diez días de paro y de dos marchas multitudinarias, la paritaria se firmaría con el ofrecimiento de un plus adicional que compense parte del poder adquisitivo del salario perdido en 2016. Pero la finalización del debate salarial no clausurará el clima de conflicto. La oposición y especialmente el Gobierno nacional están decididos a sostener la atmósfera de tensión como parte de sus estrategias electorales.
El martes se sentarán los equipos técnicos del gabinete de Vidal y de los sindicatos. A la propuesta del 19 por ciento en tres cuotas ajustable de acuerdo a la inflación de este año y a los 500 pesos que había ofrecido por los aumentos de precios de 2016, la gobernadora sumaría un monto aún no definido para el segundo ítem. En La Plata discuten si será en un pago o también en cuotas trimestrales. Esa oferta será la llave que destrabe el acuerdo.
El acuerdo bonaerense oficiará como facilitador del resto de los acuerdo provinciales que aún restan. Pero no resolverá la discusión con los gremios con representación nacional. Ctera todavía pide una mesa paritaria nacional.
“No hay dudas de que buscan una excusa para sostener el conflicto. El 20 de diciembre se les avisó que recién nos reencontraríamos en abril para discutir el plan Maestro. Sabían, y aceptaron, que no habría paritaria. No dijeron nada hasta que debían comenzar las clases”, se quejan desde la cartera que conduce Esteban Bullrich.
La apuesta de Mauricio Macri había sido, precisamente, sacar a la educación de la pulseada electoral. Y creía que la firma de un acta realizada en mayo para pautar el salario mínimo docente alcanzaría para terminar con los tironeos históricos de febrero.
Sin dudas la estrategia falló. Incluso muchos de los gobernadores peronistas que acompañaron el Presupuesto 2017 con los criterios de reparto y aumento del Fondo Nacional de Incentivo Docente, terminaron reclamando la paritaria de federal para rediscutir, precisamente, ese acuerdo.
El propio Presidente terminó de darles a los docentes el argumento que ellos estaban esperando para concluir el diagnóstico. Su definición sobre la «caída» en la escuela pública terminó de armar el relato que acusa a Macri de despreciar el sistema educativo estatal. Claro: «Se cae en la escuela pública» como quien cae enfermo, en desgracia o preso.
La masiva marcha federal que clausuró el cuarto día de paro nacional en dos semanas le devolvió la gentileza a la Casa Rosada. El cántico abrumador del «vamos a volver» resultó una misa para el oficialismo. «Es una marcha electoral. Están en campaña», sentenciaron.
El tono que eligió esta semana el jefe de Gabinete para brindar su informe de gestión ante la Cámara de Diputados también da cuenta de que Cambiemos suspendió el objetivo de «unir a los argentinos», aquella promesa fundante de la coalición oficialista.
Con o sin piquetes y fastidio de los automovilistas, oficialismo y oposición necesitan del conflicto social para reafirmar sus frentes electorales. Unos para visibilizar la crisis. Los otros para construir al adversario. La próxima parada de este viaje es el paro nacional de la CGT. Y no será la última.
Fuente: http://tn.com.ar/opinion/el-conflicto-como-estrategia_781737
Imagen: http://cdn.tn.com.ar/sites/default/files/styles/1366×765/public/2017/03/26/paro-docente.jpg
Por: Eduardo van der Kooy.
Hay un muro imaginario que se ha levantado delante del Gobierno. La persistencia del conflicto docente le impide a Mauricio Macri avanzar con otras decisiones de gestión. O, al menos, tornarlas visibles para la sociedad con la intensidad que está pretendiendo. Ocurre con las líneas de créditos hipotecarios que recién fueron lanzados. O con la “revolución aérea” de las empresas de bajo costo. En ese caso, otras oscuridades empañan la iniciativa.
Tampoco existe el margen para empezar a diseñar una campaña –y las candidaturas– a la cual la voracidad del calendario le encoge el tiempo. En ese dilema no está solo: la oposición, sobre todo el peronismo en sus versiones diferentes, también asoma paralizada por su diáspora. Pero no alcanza como consuelo: Cambiemos, la coalición oficialista, se siente ahora en medio de un encierro.
Tal percepción explican, a lo mejor, fricciones banales que atraviesan el poder. O el tanteo también de alguna salida de emergencia. El Presidente volvió a quejarse la semana pasada por la parsimonia operativa del Gobierno. Marcos Peña, el jefe de Gabinete, hizo pública esa inquietud. ¿Algún retoque en el complejo sistema de administración que ideó Macri?. No habría que descartarlo. El Presidente se encargó también de apagar el debate interno que desató su presencia en el programa de televisión de Mirtha Legrand. Desde el radicalismo y la Coalición le endilgaron responsabilidad a Peña y al ecuatoriano Jaime Durán Barba. A Macri le pareció un episodio menor en comparación con otros problemas que le toca afrontar. Un rasgo de sensatez. El ingeniero rogaría que su principal problema fuera, de verdad, la conductora de televisión que no le dió tregua.
Detrás del conflicto docente se esconde un desafío de mayor envergadura. Uno de ellos es el de la unidad de los grandes bloques sindicales y, a la vez, la inocultable competencia entre ellos. La dispersión facilitó la gobernabilidad de su primer año. Otro incordio es que la calle volvió a ser el teatro elegido por aquellos para dirimir sus fuerzas. En especial, de parte de la Confederación de Trabajadores de la Argentina (CTA) y del sindicalismo de izquierda dura. En esa orbe encajan los grupos piqueteros. El kirchnerismo está presente en todos ellos. También en la CTA.
El macrismo fue relativamente eficaz durante su primer año para evitar que los piquetes asolaran la Ciudad como sucede desde febrero. Pero por entonces la CTA no se había compactado y la CGT le había concedido al Presidente un tiempo razonable y responsable para permitir la gobernabilidad. Frente a la invasión callejera el Gobierno no sabe ahora como responder.
Macri conoce que si no se logra destrabar el conflicto docente será difícil correrle el velo a lo demás. Ese conflicto que al inicio estaba sólo latente en Buenos Aires podría tomar otra dinámica después de la gigantesca Marcha Federal de maestros en Plaza de Mayo. El impacto no habría sido provocado únicamente por el número de asistentes. También por el sobrevuelo de consignas y el contenido de los discursos que no denunciarían sólo una entendible diferencia en torno a los sueldos. Pareció abrirse además un abismo de raíces culturales sobre los caminos posibles a seguir para intentar un mejoramiento de la calidad educativa. El macrismo trata que ese tópico impregne el conflicto para que los salarios no monopolicen la discusión.
Aquel aparente abismo cultural se nutriría de ideologismo, de intereses políticos y oportunismo. Sonia Alesso, la titular de CTERA, fue la oradora central. Utilizó algunas palabras lógicamente fogosas para entusiasmar a la multitud. En su recorrido para hablar de la batalla educativa se le ocurrió una cita solitaria. Parafraseó a Fidel Castro. Tal vez haya sido casualidad. Carlos De Feo, el conductor de CONADU, abogó para que al Gobierno “le vaya mal”. Aunque aclaró, a modo de paraguas, que no desea su caída antes de tiempo.
La raíz del problema llegaría más abajo. Esos mismos dirigentes defendieron, con razón, la escuela pública pero también el nivel de enseñanza actual. Alertaron sobre una presunta ofensiva del macrismo para convertir lo público en privado. Quizás el Gobierno deba rendir aún examen acerca de sus verdaderas intenciones en ese terreno. Pero los dirigentes sindicales tampoco debieran abusar de la hipocresia. Alesso hizo gran parte de su carrera docente en una escuela privada en el oeste de Rosario. No habría dudas, en cambio, sobre la indiscutible tendencia privatizadora de la educación que reinó entre el 2003-2015. En la cual la mayoría de los gremios fueron socios, voluntarios o inconcientes. Las cifras oficiales de la época sirven para deslegitimar parte del relato K. En el ministerio de Educación está registrado, a nivel del ciclo primario, que la matriculación de alumnos en los colegios estatales decreció un 12% y en los privados aumentó un 23%. Acerca de la calidad educativa, los pocos resultados de las pruebas APRENDER resultan lapidarios. El 50% de los alumnos no alcanza a comprender los textos que lee. En el secundario, apenas un tercio completa su carrera.
Por lo visto, los propios gremios serán una puerta dificil de franquear para el Gobierno cuando pretenda avanzar con modificaciones de fondos en la metodología educativa. Ese representa un puerto que todavía está distante. Aunque el macrismo lo incluya en la resolución del conflicto. La perentoriedad radica en buscar una salida que no implique un retroceso. María Eugenia Vidal ha conseguido bastante con su pulseada: el ausentismo docente cayó hasta el 40%. Pero de allí no se movió la semana pasada. Sigue siendo una carga pesada para la gobernadora.
El escenario de la pelea está plagado de contradicciones. La marcha docente fue el mayor reto para el Gobierno. Se replicará durante la huelga nacional de la CGT a la que adhirió la CTA. Pero por primera vez en tres semanas existieron negociaciones informales y secretas entre las partes en litigio. En las cuales intervino incluso Roberto Baradel, titular de SUTEBA, el gremio más poderoso de Buenos Aires. “Si no hay acercamiento de esa manera es imposible que lo haya en las convocatorias formales. Con las cámaras de televisión esperando”, describió una de las tres principales espadas de Vidal. También es cierto que hubo en otras ocasiones guiños similares de Baradel. Pero luego el gremialista kirchnerista se endureció.
La tensión habría inducido a funcionarios macristas a sugerir gestos de pacificación de parte de Vidal. ¿Dejar sin efecto el adelanto salarial como premio al presentismo docente?. La gobernadora descartó esa posibilidad. Bramó. Aunque aceptó bajar su participación personal en el pleito. También ordenó revisar cuentas provinciales para detectar si sería posible mejorar el 19% con cláusula gatillo que ofertó la última vez. En el macrismo observaron con mucha atención el cierre que realizó Juan Schiaretti en Córdoba: fue 19.5%.
El conflicto con los docentes está limando en Buenos Aires más las imágenes de Macri y de Esteban Bullrich que la de Vidal. Un problema para conjeturas oficialistas de impulsar al ministro de Educación como candidato en octubre. El descenso de la gobernadora no perfora todavía los 4 o 5 puntos. El macrismo bonaerense hizo una prueba de labotarorio en Olavarría después de la tragedia en el recital del Indio Solari. Allí la gobernadora descendió 6 puntos, aunque conserva una ponderación cercana a los 70 puntos.
Cómo le ocurría a Cristina Fernández en su tiempo –hasta que se excedió en tensar la cuerda– a Macri también la oposición suele tenderle una mano en circunstancias apremiantes. Respecto del conflicto docente, la mayoría opositora ha sido moderada. El cristinismo y la izquierda son la excepción. La propia Cristina publicó su regodeo con la marcha docente. Aportes para Macri. En 2014, por cadena nacional, la ex presidenta vapuleó como nadie a los maestros por una medida de fuerza. Esa memoria no se pierde.
Los opositores tampoco capitalizaron la presencia de Peña en Diputados. El jefe de Gabinete dejó de ser un hombre dócil y replicó con vehemencia las interpelaciones desafiantes. Graciela Camaño y Felipe Solá, del Frente Renovador, salieron extrañamente de órbita. Las polémicas punzantes ocurrieron con Axel Kicillof. Los peronistas avezados prefirieron esfumarse. Anillo al dedo para Peña. En el recinto terminaron quedando apenas 84 diputados.
El peronismo navega en una enorme confusión mientras Cristina define su destino. Afloró en la recordación del 24 de marzo: hasta el ultrakirchnerismo se dividió en tres. La presencia de la ex presidenta en las redes alcanza para que nadie se atreva a tomar una decisión. Eso habla del estado de las cosas. La imagen no sería muy distinta en Cambiemos. Otean con insistencia hacia Santa Cruz. El oficialismo igualmente cabildea. Amén del condicionamiento que significa la ex presidenta aguardan un mejoramiento del cuadro general.
Los integrantes de la mesa chica deliberaron la semana pasada. Estuvieron los radicales José Corral, Mario Negri, los macristas Peña, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó y la delegada de Elisa Carrió, Maricel Etchecoin. Decidir, no se decidió nada. Pero todos rondaron el enigma alrededor de la líder de la Coalición. Ella afirmó que decidirá su futuro a solas con Macri. Despunta, pese a todo, una pista: su lugar sería Buenos Aires; su candidatura la primer diputación, no la senaduría.
Fuente: http://www.clarin.com/opinion/muro_0_rJh5pXmhg.html
Imagen:http://images.clarin.com/2017/03/23/Skit3Eb2l_930x525.jpg
Mientras los directivos siguen con la oferta de elevar el salario en un 18 por ciento a pagar en cuotas atadas al índice de inflación, los educadores exigen un 35 por ciento para compensar el alza inflacionaria, que en 2016 llegó al 40 por ciento.
El conflicto docente ocupó titulares en estos últimos días, mientras los padres se mantienen en vilo a la espera de que se destrabe la situación.
Los maestros piden un salario digno, pero también reclaman mejores condiciones laborales y una educación de calidad.
La decisión del Gobierno de dejar en manos de las provincias la definición del incremento del sueldo de los maestros y garantizar con su asistencia el actual salario mínimo de nueve mil 672 pesos (unos 600 dólares) es uno de los puntos del conflicto.
Mientras, la contraparte reclama que se vuelva a aplicar el formato de negociación federal para definir el mínimo salarial de los educadores a nivel país y no como se pretende, que cada gobierno local lo resuelva según sus posibilidades, y piden una negociación nacional, conocida aquí como paritarias.
En declaraciones a la prensa el ministro del ramo, Esteban Bullrich, se mostró optimista para que desde el próximo jueves comience a mejorar la situación y reiteró que el Gobierno ‘no puede violar la ley madre que es la ley de presupuesto’.
Los maestros están dispuestos a ganar su lucha por un salario digno, pues aseguran que lo que cobran hoy no alcanza siquiera para pagar el reciente tarifazo (aumento de las tarifas) de la electricidad.
Por lo pronto la apertura del nuevo ciclo escolar en este país está en pausa con la sombra de una huelga.
La noticia se veía venir y ya lo habían advertido desde hace semanas. Esta decisión retrasa el inicio de curso escolar, previsto para esa misma fecha.
Después de una larga reunión, la víspera, los cinco gremios que agrupa la Confederación de Trabajadores de la Educación de Argentina (Ctera) decidieron por unanimidad parar sus labores tras desacuerdos con la propuesta del Gobierno.
El Ejecutivo de Mauricio Macri dejó en manos de las provincias la definición del incremento salarial de los maestros y anunció que solo garantizaría con su asistencia el actual sueldo mínimo de nueve mil 672 pesos (unos 600 dólares).
En el caso de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, la oferta del Gobierno local fue el aumento del 18 por ciento a pagar en cuatro cuotas del 4,5 por ciento, atadas al índice de inflación, lo que se reduce más o menos a 250 pesos (16 dólares) por mes en cada trimestre, dependiendo de la carrera docente.
En tanto en la capital, el ministerio de la Ciudad a cargo de Soledad Acuña ofreció apenas un 16 por ciento de incremento salarial en dos cuotas, la segunda a pagar en octubre.
El punto de la discordia es, sobre todo, porque varias provincias reclaman que se vuelva a aplicar el formato de negociación federal para definir el mínimo salarial de los educadores a nivel país y no como se pretende, que cada gobierno local lo resuelva según sus posibilidades.
De acuerdo con un comunicado emitido por la Ctera, ante la falta de convocatoria a la paritaria nacional del sector, como se le conoce aquí a los convenios salariales, y la negativa gubernamental, resolvieron extender el paro por dos días y marchar también en la movilización que realizarán las mayores centrales sindicales por ‘educación y trabajo’, el 7 de marzo.
Además anunciaron que se sumarán al paro internacional de las mujeres, un día después, y en la segunda semana de marzo realizarán acciones en las provincias con la comunidad educativa: clases públicas, abrazos a las escuelas, jornadas de difusión y radios abiertas.
En caso de que no haya una respuesta positiva de la contraparte, advirtieron, se convocaría a otro paro de 48 horas con una marcha hasta la emblemática Plaza de Mayo.
Los maestros están dispuestos a ganar su lucha por un salario digno pues aseguran que lo que cobran hoy no alcanza siquiera para pagar el tarifazo reciente de la electricidad.
Lo único que le pedimos al Gobierno es no seguir perdiendo el poder adquisitivo, declaró recientemente al canal C5N el líder del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires, Roberto Baradel.
Por su parte el secretario general de la asociación docente Ademys de la capital, Jorge Adaro, calificó de insulto la oferta del gobierno local.
‘El salario debe ser unificado a nivel nacional. La responsabilidad de la educación y las escuelas es nacional. No es posible que cada gobernador pague lo que quiera’, remarcó.
‘Nosotros estamos en la ciudad más rica del país y nos ofrecen un 16 por ciento cuando la inflación de 2016 fue del 41’. Macri, dijo, tiene que hacerse cargo de la educación.
Unamos las escuelas, no al ajuste, ningún docente por debajo de la línea de pobreza, subraya una de las consignas de los trabajadores nucleados en la provincia de Buenos Aires.
Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=66392&SEO=los-docentes-argentinos-y-un-paro-que-se-avecina
Imagen: http://prensa-latina.cu/images/2017/febrero/24/Argentina-aula-vacia.jpg
América del sur/Argentina/07.02.2017/Autor y Fuente: http://www.nodal.am/
El Consejo Directivo de la CGT, en el marco de un malestar sindical por las políticas del Gobierno, las suspensiones y despidos, decidió una marcha para el 7 de marzo así como un paro nacional en la segunda quincena del mismo mes.
“Nos movilizamos en defensa del trabajo y producción nacional, paritarias libres, convenios colectivos de trabajo, del sistema previsional y de salud de seguridad social, de la educación, en contra de la flexibilización y del aumento indiscriminado de tarifas”, resumió uno de los titulares de la CGT, Héctor Daer.
Luego, Juan Carlos Acuña declaró que “es el inicio de un plan de lucha para que cumplan con los compromisos” y afirmó que ” no hay tiempo para el diálogo, la única forma es que reviertan todo lo que están planteando”.
“Se sigue generando incertidumbre. Los aumentos en distintos rubros, el cuadro tarifario, eso está erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores”, agregaron.
La bancaria amenaza con “medidas de fuerza”
La representación paritaria de la Asociación Bancaria (AB) advirtió hoy en el Ministerio de Trabajo, a las cámaras empresarias del sector y al Banco Central que adoptará las medidas de fuerza que correspondan si al término de los plazos legales estipulados por el fallo judicial difundido anoche “el sector empresario persiste en su negativa a cumplir el acuerdo salarial compensatorio firmado el 23 de noviembre último”.
Lo anunciaron tras la fracasada audiencia en el Ministerio de Trabajo con el objeto de destrabar un conflicto por una decisión laboral de no homologar un acuerdo salarial.
Fuente: http://www.nodal.am/2017/02/argentina-la-central-sindical-cgt-se-movilizara-por-los-despidos-y-amenaza-con-un-paro-nacional-en-marzo/
Imagen: http://www.nodal.am/wp-content/uploads/2017/02/CFT-620×340-600×350.jpg
América del Sur/Argentina/Octubre 2016/Noticias/ http://www.infolatam.com
La Confederación General del Trabajo (CGT) argentina, la mayor central sindical del país, renovó la amenaza de llamar a huelga general si el Gobierno no ofrece pronto señales de cesión para algunas de las peticiones de los trabajadores, como la concesión de un bono extra de fin de año.
“En la semana que viene debería haber una definición de acuerdo a lo que el Gobierno dijo”, aseguró Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato que lidera la CGT, en declaraciones a radio Mitre.De no obtener señales del Ejecutivo, con el que la central sindical mantuvo reuniones en las pasadas semanas, la directiva de la CGT podría, según recordó Schmid, llamar a un “paro de actividades por 24 horas”, que sería el primero del mandato de Mauricio Macri.Otro referente sindical que se pronunció en el mismo sentido fue Omar Plaini, quien en declaraciones a radio La Red dijo que la CGT ya tendría que tener una respuesta del Gobierno.“Si va a tomar una decisión unilateral que la tome, pero tendrá que hacerse cargo”, afirmó.En los contactos mantenidos con el Gobierno desde finales de septiembre, la CGT reclamó un bono de fin de año para todos los trabajadores para compensar la pérdida de poder adquisitivo y cambios en el sistema de gravámenes al salario, entre otras peticiones, bajo la amenaza de llamar a un paro nacional.El Ejecutivo tomó nota de los reclamos e inicialmente se rumoreó que accedería a los principales puntos pero esta semana el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, afirmó que solo se analizaría un bono extra para los trabajadores de menos ingresos, lo que reavivó el descontento sindical.
Fuente:
http://www.infolatam.com/2016/10/09/sindicatos-argentinos-renuevan-amenaza-de-huelga-si-el-gobierno-no-da-senales/
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