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El estado de la profesión docente en España: un análisis con datos sobre la situación del profesorado y las políticas que pueden contribuir a fortalecerlo

Autor: Lucas Gortazar

El profesorado es el factor escolar más determinante de la calidad de los sistemas educativos. En España, la profesión vive un momento decisivo para la educación en las próximas décadas. Datos recientes muestran que está surgiendo un mayor cansancio, sentimiento de aislamiento y desafección en una parte del profesorado. En este informe se explora el estado de la profesión docente en España durante los últimos 25 años. Con datos actualizados de encuestas nacionales e internacionales, se analiza cómo están empeorando las condiciones sociales del alumnado, la evolución de las condiciones laborales de la profesión docente y las dificultades que el sistema tiene para atraer talento docente, apoyarlo y fomentar su desarrollo profesional.

 

La mayor complejidad del alumnado es un fenómeno real y son varias las razones que la explican.

 

→ La pobreza infantil ha subido 5 puntos porcentuales desde 2018 mientras la pobreza de la población total disminuye y la economía crece.

 

→ La proporción de alumnado de origen migrante ha crecido considerablemente, con un 32% en 4º de primaria en 2023.

 

→ La crisis de bienestar y salud mental también es notable, con un aumento de un 11% a un 20% de jóvenes de 15 años que sienten ansiedad una vez por semana entre 2018 y 2022.

 

→ El clima de aprendizaje en las aulas también ha empeorado en las aulas, tanto en Primaria como en Secundaria.

 

Las condiciones laborales del profesorado son buenas en general, aunque han empeorado en algunos frentes.

 

→ Los salarios cayeron en la Gran Recesión, aunque se han recuperado a la par que otras profesiones.

 

→ Siendo el número de horas lectivas del profesorado similar al de la media de la OCDE, el calendario más comprimido en meses tensiona su día a día.

 

→ La tasa de temporalidad es alta y regresiva: en 2018, el 34% de los docentes del 25% de centros que aglutinan alumnado más vulnerable llevaban menos de tres años trabajando en el mismo centro, cifra que se reduce al 15% en los centros con menor alumnado vulnerable.

 

La inacción de políticas docentes está teniendo consecuencias negativas sobre la atractividad de la profesión.

 

→ España es el país de la OCDE donde los docentes de Secundaria afirman estar menos preparados para enseñar en contextos de distintos niveles de aprendizaje.

 

→ En Infantil y Primaria, la competencia matemática y lectora del profesorado es menor que la de Secundaria, mientras la nota de corte en Magisterio apenas ha subido, siendo cierto que la remuneración es más baja en Infantil y Primaria.

 

→ En todos los niveles, prevalece una cultura del aislamiento donde los docentes no pueden aprender los unos de los otros: la observación docente por parte de profesorado de mayor experiencia es del 34.1% frente a un 81.4% de media de la OCDE.

 

Hacer frente a esta crisis de la profesión y ofrecerle apoyo y herramientas para los retos que debe afrontar obliga a abordar las tres razones que nos han traído hasta aquí. En 2023, un 24% el profesorado afirmaba mantener la ilusión pese a los problemas, muy lejos del 60% que lo hacía en 2007. Y, en paralelo, se ha disparado la proporción de docentes que afirma vivir su profesión con cierta distancia, del 2% al 38% en este periodo. Esta situación requiere abordar simultáneamente los tres retos analizados en este informe: la situación del alumnado, las condiciones laborales del profesorado y, sobre todo, la puesta en marcha de una carrera profesional verdaderamente atractiva. Para ello se proponen cuatro medidas.

 

1. Desarrollar un programa anual de apoyo socioemocional y refuerzo individualizado en matemáticas y lectura para el alumnado de bajo desempeño y más vulnerable por valor de 1.200 millones de euros anuales.

 

2. Garantizar una mayor estabilidad de los claustros en los centros educativos para mejorar su funcionamiento y el aprendizaje del alumnado y mejorar las condiciones laborales de entrada de los maestros de Infantil y Primaria.

 

3. Elevar el prestigio y el atractivo del grado de Magisterio, mejorar la formación pedagógica inicial del profesorado de Secundaria e instaurar un MIR para el profesorado que incremente la exigencia desde la entrada en la profesión a cambio de condiciones más atractivas.

 

4. Poner en marcha un sistema voluntario de evaluación e incentivos que promueva el crecimiento profesional del profesorado.

 

 

Lucas Gortazar

Director de Research y senior fellow de Educación en EsadeEcPol

 

https://www.esade.edu/ecpol/es/publicaciones/el-estado-de-la-profesion-docente-en-espana-un-analisis-con-datos-sobre-la-situacion-del-profesorado-y-las-politicas-que-pueden-contribuir-a-fortalecerlo/

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Cayó 76% el número de estudiantes de educación en Venezuela

Las principales universidades formadoras de educadores –Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Universidad Central de Venezuela y la Universidad Católica Andrés Bello– contaban con una matrícula de aproximadamente 110.000 jóvenes en carreras de educación. Para 2022, esta cifra descendió a 29.723

La formación de docentes en Venezuela atraviesa una crisis profunda, con una caída de 76% en el número de estudiantes de educación entre 2008 y 2022. Esta reducción afecta directamente el futuro del sistema educativo y compromete la preparación de nuevas generaciones.

El profesor Tulio Ramírez, director del Doctorado en Educación de la Universidad Católica Andrés Bello, expuso esta problemática durante la conferencia La falta de generación de relevo docente. Un daño colateral de la crisis educativa. Su intervención tuvo lugar el 7 de febrero en las V Jornadas de Innovación Docente, del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo Académico.

Datos recopilados por Ramírez evidencian que, en 2008, las principales universidades formadoras de docentes –Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Universidad Central de Venezuela y UCAB– contaban con aproximadamente 110.000 estudiantes en carreras de educación. Para 2022, esta cifra descendió a 29.723.

En cuanto a nuevos ingresos, el desplome fue aún mayor, con una reducción de 87%, al pasar de 31.000 a poco más de 4.000 inscritos.

El número de graduados también se redujo drásticamente. «El análisis de regresión lineal muestra una pérdida anual de aproximadamente 1.208 profesores», advirtió Ramírez.

En 2008, más de 14.900 egresados culminaron sus estudios, mientras que en 2022 solo 1.749 obtuvieron su título.

Las universidades podrían dejar de graduar docentes

Si esta tendencia continúa, las universidades podrían dejar de graduar docentes en los próximos años.

«En el año 2032, si se puede ver esta tendencia, las universidades no deberían estar graduando ni un solo estudiante», señaló.

La secretaria ejecutiva del Comité Directivo Nacional de la Federación Venezolana de Maestros, Belkis Bolívar, presentó en 2024 cifras que reflejan un déficit de maestros que oscila entre 50% y 60%.

Ramírez atribuyó esta crisis a los bajos salarios, obligando a los docentes a buscar alternativas económicas más viables.

En noviembre de 2024, la canasta básica de alimentos superaba los 548 dólares, mientras que el salario promedio de un maestro, incluyendo bonos, apenas llegaba a 93,4 dólares.

Al comparar con otros países de la región, el investigador de la UCV destacó que los docentes iniciales en Colombia, Panamá, Perú, Argentina, Chile, Uruguay y Ecuador perciben entre 400 y 800 dólares, mientras que los especialistas pueden alcanzar más de 2.000 dólares.

«El problema salarial no es solo un problema administrativo, es un problema académico», enfatizó.

La mayoría de los nuevos estudiantes no aprobó ninguna materia

La falta de maestros repercute en el rendimiento estudiantil. Datos de la Facultad de Ciencias de la UCV revelan que 6 de cada 10 alumnos de nuevo ingreso no aprobaron ninguna materia.

«De los 573 inscritos, 361 (63%) no aprobaron ninguna asignatura», detalló Ramírez.

Esta deficiencia se debe a la escasez de profesores en áreas clave como matemáticas y castellano en educación básica y media.

«La falta de maestros graduados es alarmante, especialmente en áreas como matemáticas, física y química», alertó.

Según explicó, los estudiantes aprueban sin méritos reales porque se promedian notas de materias donde hubo profesores con aquellas en las que no recibieron clases. Esta situación les permite acceder a la universidad con una formación deficiente que compromete su futuro académico y profesional.

Para revertir la crisis educativa, Ramírez insistió en la necesidad de mejorar las condiciones laborales de los docentes. «El trabajo docente es muy digno, pero es necesario dignificar al docente porque está siendo muy maltratado», afirmó.

https://www.elnacional.com/venezuela/cayo-76-el-numero-de-estudiantes-de-educacion-en-venezuela/

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Análisis: Educación pública en Venezuela está en «emergencia» por la escasez de docentes

La secretaria general de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), Leila Escobar, precisó que hay unos 200.000 docentes en condición de jubilados, una cantidad que serviría para solventar la demanda actual «si hubiese una real política salarial», que sea lo suficientemente rentable como para que estos vuelvan a las aulas.

 

 

La educación pública en Venezuela está en «emergencia» debido, entre otras razones, a la escasez de docentes, según el gremio, una situación que el Gobierno intenta resolver con varios programas, entre los que destaca un llamado a jubilados a reincorporarse y varias ofertas que buscan convencer a los maestros que dejaron las aulas por los bajos salarios.

 

Según estimaciones de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), también difundidas por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), se necesitan cerca de 250.000 docentes para cubrir las aulas de educación inicial, primaria y secundaria que quedaron sin instructores en la última década, cuando el país atravesó una profunda crisis económica.

 

Por ello, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, promete ayudas a los docentes y les pide, «por amor a la vocación», que vuelvan a enseñar a los millones de niños y adolescentes que llevan años recibiendo una educación incompleta, afectada también por la falta de agua, alimentos y luz en las escuelas y por el costo del transporte.

 

Oferta «burlesca»

Para la secretaria general de la FVM, Leila Escobar, las promesas del Ejecutivo son una oferta «burlesca», sobre todo la referida a créditos para los maestros, pues -recuerda- el salario de este colectivo se ubica en menos de 30 dólares mensuales, más allá de que reciban otros 130 dólares en bonificaciones.

 

Entonces, explicó, cualquier crédito consumirá por completo sus ingresos a la hora de hacer el primer pago, por lo que esa oferta -considera- no convencerá para volver a las aulas a los docentes que están hoy «arreglando cabello, pintando uñas, haciendo tortas, haciendo arepas, limpiando casas, cuidando viejitos» o en cualquier tarea que les genere mejor remuneración que la enseñanza.

 

Destaca que los protagonistas del «hecho educativo» son los docentes y los alumnos, por lo que los programas deben ir enfocados a atender las necesidades de ambos, así como de las escuelas, cuyo total nacional presenta fallos o deterioro de la infraestructura y falta de materiales de trabajo.

 

Aunque el pasado 30 de septiembre, a propósito del inicio del año escolar, el Gobierno informó de reparaciones en 8.000 instituciones educativas, la FVM subraya que hay más de 20.000 que no fueron atendidas por las autoridades y que presentan «las mismas carencias o peores».

 

«Si vemos todos esos multifactores que no están atendidos, no podemos hablar de calidad educativa», remarcó.

 

Medidas de «emergencia»

Las resoluciones anunciadas por el Ministerio de Educación -una cartera que está siendo reestructurada- son medidas de emergencia, propias de la situación que vive el sector, o así lo ve Carlos Calatrava, director de la Escuela de Educación de la UCAB.

 

El profesor recuerda que el Estado debe garantizar los niveles obligatorios de formación a millones de niños y adolescentes, una tarea que se cumple a trozos, pues los alumnos están pasando de un año escolar a otro sin recibir clases sobre asignaturas específicas, algo que se nota especialmente en el bachillerato, donde escasean los docentes de ciencias exactas y sociales.

 

Sobre la decisión del Gobierno de devolver a las aulas a todos los docentes del sector público que estaban desempeñando otras tareas, Calatrava cree que se trata de una acción correcta, tomando en cuenta el panorama, pero insiste en que «no debería ser la única medida ni debería ser la medida estrella».

 

En cambio, aclara, es necesario «que nuevamente las escuelas de educación (en las que las universidades forman a los futuros profesores) estén atestadas de gente» y no desérticas como han estado en el último quinquenio, según los registros de la UCAB y la FVM.

 

Solo en la UCAB, se graduaron unos 40 jóvenes como nuevos docentes en 2023. Este número, que según Calatrava representa el 1% del total nacional, sugiere que, en el mejor de los casos, Venezuela ganó 4.000 nuevos profesores el año pasado, un ritmo que tardaría 60 años en suplir las vacantes existentes.

 

https://www.bancaynegocios.com/analisis-educacion-publica-en-venezuela-esta-en-emergencia-por-la-escasez-de-docentes/

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Ecuador: Andrés Quishpe comunica sobre las manifestaciones a nivel nacional

Andrés Quishpe, presidente de la UNE, ha comunicado que las manifestaciones a nivel nacional, que expresan desacuerdo con la reducción parcial de los subsidios a los combustibles Extra y Ecopaís tuvieron mucho respaldo. La marcha en Quito se dirige al Centro Histórico.

https://x.com/radiosonorama/status/1808978958911750354?t=ooQqH7wGPYqQwA0CIBElOQ&s=19

 

 

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En Fotos | En Bolivia, maestros protestan por bajos salarios y cambios en el plan de estudios

Durante el 1 de mayo, trabajadores de la educación salieron a las calles de La Paz para manifestar su descontento contra el nuevo curriculum propuesto por el Ministerio de Educación.


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Reconocer la pobreza

Por: Cemees

A nadie le gusta sentirse pobre. Y no me refiero solo a ser pobre, sino a reconocerse como tal. Pareciera un insulto o motivo de vergüenza. La pobreza tiene un estigma, el de sentirse culpable de sufrir carencias.

Porque si no llego al final de la quincena, ha de ser porque se me ocurrió comer tres veces al día o enfermar o porque cometí el gran pecado financiero de querer divertirme un fin de semana. A fin de cuentas, “el pobre es pobre porque quiere”, ¿no?

Muchos incluso creen que la pobreza es un estado de conciencia o algo que se decreta. Así que, si no quieres ser pobre, mejor no pienses en que no te alcanza para los útiles escolares de tus hijos a pesar de trabajar 10 horas de lunes a sábado, más 3 horas de trayectos. “No atraigas lo que no quieres en tu vida.”

Desafortunadamente, la pobreza no es una idea, sino una realidad. Cuando no te alcanza para la renta o para un medicamento, para comprar ropa, para comer o para tomar terapia. Cuando no tienes donde vivir, no llega el agua a tu casa o no pudiste seguir estudiando. Cuando no tienes tiempo ni siquiera para dormir bien o para ver a tus hijos. Cuando vives rodeada de violencia y temes salir a la calle. Esas son las caras de la pobreza: la carencia de los satisfactores necesarios para vivir humanamente o, al menos, para no morir.

Pero la pobreza tampoco es merecida. No es tu culpa que los trabajos den salarios de hambre, que no ofrezcan contrato ni prestaciones, que las jornadas sean tan largas y no haya vacaciones pagadas. No es tu culpa que el 60% de la economía sea informal o que la mayoría de los emprendimientos estén destinados a fracasar o a estancarse. No es tu culpa haber tenido que pagar el yeso para el brazo roto de tu hijo y “perder” ahí tus ahorros. Si tan solo tuvieras el suficiente capital para invertir. Pero tampoco elegiste nacer desheredado.

Y la riqueza tampoco es merecida. El millonario no se esfuerza millones de veces más que sus trabajadores ni es millones de veces más inteligente. Y, sin embargo, mientras unos nos empobrecemos, otros pocos se enriquecen más y más. El rico es rico porque paga bajos salarios y no da seguridad social, porque explota sus trabajadores, porque les retribuye menos de lo que ellos le dan con su trabajo.

Nuestra pobreza es hija de la desigualdad. Producimos riqueza, pero no la recibimos. Esta riqueza se va, de los trabajadores pobres a los ricos, de los changarros a las grandes empresas, de los países dependientes a las grandes potencias.

La pobreza se ha generalizado tanto que en muchos países del sur global toda una generación sabe que, a pesar de trabajar toda su vida, nunca podrá jubilarse y la mayoría nunca tendrá una casa. Pero creen que pobre solo es el que se muere de hambre y se ofenden si alguien los llama pobres. Aunque en sus adentros muchos han decidido no tener hijos, precisamente, para no traerlos a esta pobreza.

Pobre no es solo el pobre absoluto, el que casi no puede subsistir. Pobre es también el pobre relativo, el que viviendo en un mundo que le podría ofrecer más, apenas tiene lo necesario.

La pobreza debería ser más motivo de indignación que de vergüenza. Porque es fruto de la injusticia. A mayor desigualdad mayor pobreza relativa y si la desigualdad es extrema, entonces, también traerá más pobreza absoluta.

A nadie le gusta sentirse pobre y nadie merece serlo. Pero ignorando la pobreza no la haremos desaparecer. Necesitamos reconocer nuestras carencias y trabajar juntos, no solo para producir más riqueza, sino también y sobre todo para redistribuirla. Vivir mejor es posible.


Pablo Hernández Jaime es Maestro en Ciencias Sociales por El Colegio de México e investigador del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

Fuente de la información:  https://cemees.org

Fotografía: Buzos de la noticia

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México: Tres millones de docentes en universidades ganan menos de un salario mínimo

Con una pérdida del 160% del poder adquisitivo en sus salarios durante dos décadas, la precarización laboral de docentes en universidades en México es crítica. A 3 millones de profesores de asignatura no les alcanza para comer de forma nutritiva, aunque hay directivos que gastan 4 mil pesos en una comidadice informe del CAM.

Con lo que gana un profesor de asignatura en cualquiera de las universidades públicas del país no le alcanza ni para comprar el 0.5 por ciento de una canasta básica alimentaria. En esa condición están más de 3 millones de profesores en el país, asegura un estudio de la Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.

“Este es un análisis que hacemos, que no es el primero, para saber no solo las condiciones laborales de los profesores de la UNAM, sino de todo el país”, aseguró el economista con estudios de doctorado David Lozano, coordinador del Centro de Análisis Multidisciplinario, en una entrevista en el programa Momentum de este 24 de enero.

“Este estudio toca una parte muy sensible de la UNAM, que no toca pero que afecta otras crisis como la que existe respecto al plagio y demás; es la base de la parte académica”.

El Reporte de investigación especial 135 mide los cambios en el poder adquisitivo del salario de las profesoras y los profesores en la UNAM desde 2001 hasta 2021 y desde entonces se ha ido actualizando. Esto les permitió observar una tendencia salarial que, según dice el doctor Lozano, data de los años ochenta.

Una política de los neoliberales fue incrementar menos los salarios a todos los académicos. Esto fue acumulando una pérdida del poder adquisitivo. La diferencia entre entonces y ahora es brutal, notamos una pérdida de 160 por ciento del poder adquisitivo. Esto no solo es responsabilidad de los gobiernos federales, sino de las mismas autoridades universitarias. Un ejemplo es este año, que nos ofrecen un incremento de 4 por ciento, mientras que  al área administrativa se le incrementa el siete por ciento. Es un maltrato a los académicos y a los investigadores”.

Los bajos salarios no afectan solo a los académicos de la “máxima casa de estudios”, que tiene uno de los pagos de salarios más bajos a nivel nacional, sino que se replica en otras universidades. Según los datos analizados, entre el 70 y 85 por ciento de los docentes de las universidades públicas del país no cuentan con una situación contractual que les dé certeza laboral, sino que tienen contratos eventuales en los que cobran por las horas que pasan frente a grupo, que suele rondar entre los mil 200 y los mil 500 pesos al mes.

El problema no solo abarca a la UNAM, sino a otras como la Autónoma Metropolitana, la UAM; la Nicolaíta de Michoacán, las Benito Juárez, la Universidad Veracruzana y la Universidad Autónoma de Nuevo León, entre otras. En la mayoría de las instituciones públicas de educación superior del país tienen una condición laboral que no corresponde ni con los niveles de preparación ni con los resultados ni con el valor de las investigaciones que se hacen en ellas.

¿Ustedes creen justo que los científicos, los investigadores, todos los docentes de las universidades de este país merezcamos ingresos de este tamaño, mientras que hay funcionarios que en los desayunos del Consejo Técnico, Universitario gastan entre 4 mil y 5 mil pesos en una sola comida?”.

“O trabajas en otras tres universidades o en alguna institución pública o en otros trabajos para completar la quincena, porque un maestro no solo gasta en transporte: compras libros y un montón de materiales para apoyarse académicamente para las clases. Así, con este salario, no te alcanza. No vives con lo que ganas de profesor. Hay compañeros académicos que entran a dar clases a las siete de la mañana, salen de la Universidad, se van a otro lugar, trabajan 6 o 7 horas y regresan a otra escuela, privada o pública, a dar clases y regresan a su casa a las once de la noche”, aseguró el investigador.

Antes de acabar su intervención en el programa de Momentum, el académico de la Facultad de Economía lanza una advertencia sombría para la educación pública en el país:

Si la situación no cambia, no se quejen después, ni la sociedad ni las autoridades universitarias ni el propio gobierno, si tenemos más allá de una rebelión en las universidades de este país, porque ya no podemos más. El semestre pasado no nos pagaron. No se conformaron con decirnos que era por el Espíritu Universitario, que aguantáramos, ahora nos van a pagar menos de lo que subió la inflación. Llegamos a un punto en donde al rato nadie se puede quejar si les quitamos la Universidad y no se las volvemos a regresar. ¿De qué nos van a acusar? ¿De ser una bola de académicos violentos que piden que se les pague mejor, que toman las universidades, que no quieren dar clases de forma gratuita y en la que nos pagan 75 pesos la hora?”.

Fuente: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/2023/01/tres-millones-de-docentes-en-universidades-ganan-menos-de-un-salario-minimo/

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