Europa/Italia/11 Octubre 2018/Fuente: Prensa Latina
La campaña Libriamoci, dirigida a incentivar la lectura entre niños y adolescentes en las escuelas italianas, retornará del 22 al 27 de octubre, anunció hoy el Ministerio de Bienes y Actividades Culturales.
Promovida también por el Ministerio de Educación y el Centro de Libros y Lectura, la quinta edición del evento propondrá incluir en los seis días de actividades escolares de la semana momentos de lectura en voz alta, libre de cualquier evaluación escolar, por lo que significa para el crecimiento emocional y cognitivo del alumno.
Sugiere también a los profesores tres líneas temáticas, entre ellas leer como libertad a favor de desarrollar un pensamiento crítico y 2018 Año Europeo del Patrimonio Cultural, con temas relacionados con el arte y la cultura.
La tercera propuesta se denomina 200 años: Âífeliz cumpleaños Frankenstein! , obra maestra de Mary Shelley, de amplias aristas de reflexión como la frontera entre ciencia y la ciencia-ficción, la investigación científica y los dilemas éticos de hasta dónde es capaz el ser humano.
Con tales fines se dispuso una plataforma digital como espacio de información para el intercambio de buenas prácticas, relatar experiencias, ofrecer sugerencias, buscar colaboraciones y coordinar proyectos para profesores, bibliotecarios, libreros, editores, asociaciones, escritores, actores e ilustradores.
En esta edición, Libriamoci se sumará a la campaña nacional #ioleggoperché 2018, organizada por cuarta ocasión por la Asociación de Editores de Italia, dirigida a la creación y el fortalecimiento de bibliotecas escolares y a la donación de libros a esas instituciones, la cual se desarrollará del 20 al 28 de octubre próximo.
Paraguay / 7 de octubre de 2018 / Autor: EFE / Fuente: Última Hora
El Ministerio de Educación y la Oficina de la Primera Dama (OPD) anunciaron este martes el lanzamiento de la campaña «Cuento contigo», que busca fomentar que los estudiantes del nivel inicial y el primer ciclo de la enseñanza adquieran el hábito de la lectura, informó la OPD.
Transporte, educación rural, bibliotecas escolares, internados y acceso a la educación superior, otros anuncios del Gobierno Nacional durante el noveno ‘Taller Construyendo País’ que realizó el presidente Iván Duque en Villavicencio
Bibliotecas escolares, jornadas de orientación vocacional, poner al día las obras educativas atrasadas y dotación escolar fueron los anuncios realizados por el Gobierno Nacional en el noveno taller ‘Construyendo País’, realizado en Villavicencio.
Durante la jornada, la ministra María Victoria Angulo anunció al país que el próximo 20 de octubre el presidente Iván Duque dará la buena noticia sobre el primer componente de gratuidad gradual en la educación pública que contará con más recursos para su fortalecimiento.
En su intervención la ministra anunció además que el lunes 1° y el martes 2 de octubre estarán en la capital del Meta las oficinas móviles del Icetex, las cuales visitarán las cuatro Instituciones de Educación [bws_captcha]Superior de la ciudad, para brindar su servicio de orientación especial a quienes estén interesados en estudiar pregrado y posgrado en las más destacadas universidades del exterior.
Los estudiantes además podrán conocer la oferta de becas vigentes con las que cuenta el Icetex. Actualmente, están abiertas 39 convocatorias para estudios en posgrados y cursos cortos en India, España, Chile, Italia, Japón, Reino Unido, Singapur y Suiza.
De otra parte, la ministra Angulo anunció la inversión por parte del Gobierno Nacional de $111 millones en colecciones de más de 100 libros por institución educativa, que beneficiará a más de 22.000 niños para fomentar los programas de lectura y escritura.
Bibliotecas públicas, como la Luis Martín-Santos, en Villa de Vallecas (Madrid) son referentes no solo para la lectura. Se han convertido en gestores culturales, en aglutinadores dentro de los barrios y municipios.
Las bibliotecas públicas son uno de los elementos fundamentales en el fomento de la lectura. Ya hace años que no son solo ese lugar del que se sacan libros y se deuelven a los 20 días. Ahora, prácticamente son centros culturales, bien pegados al entorno en el que se encuentran.
Nos acercamos a la Villa de Vallecas, un barrio de Madrid enclavado entre varias de las circunvalaciones de la ciudad y que desde hace algún tiempo ya no es el último lugar antes del campo. Ahora lo es el PAU que durante la burbuja inmobiliaria apareció prácticamente de la nada.
En la Villa hay una biblioteca perteneciente a la Comunidad de Madrid, la biblioteca pública Luis Martín-Santos, dirigida por Ana Salvador desde hace 10 años. Las dos llevan una década en el barrio, construyendo tejido barrial gracias a todo tipo de iniciativas.
Muchas de ellas se relacionan con los centros educativos que están a su alrededor. La mayoría de ellos públicos. Aunque si tienen algún hueco, trabajan también con los concertados.
Cada curso realizan una campaña escolar con el alumnado de estos centros… desde infantil hasta secundaria obligatoria. Se han tenido que repartir, eso sí, los cursos, porque es imposible que todo el alumnado de los centros pase en un solo curso por las instalaciones de esta moderna biblioteca. Hay centros que son línea 5.
En cualquier caos, pasan niñas y niños de 5 años, de 1º, 3º y 5º de ESO, además de algunos de 2º de ESO. En estos talleres no solo se lee, si no que el alumnado realiza una auténtica investigación alrededor de una de las lecturas que se les proponen. Pasan varias horas hablando y debatiendo sobre la lectura que han realizado, buscando información y datos, poniendo en común lo que han descubierto.
En estos días de conmemoración del Día del Libro, además, se une el hecho de que además de las iniciativas de la propia biblioteca, se celebra Vallecas, calle del libro. Un evento en el que participan colegios, bibliotecas públicas, librerías y asociaciones dle barrio en un gran evento literario. Todos los años se invita a algún poeta y este año le ha tocado el turno a Luis García Montero.
La biblioteca se divide en dos grandes salas, una la infantil y juvenil, en la que también hay una bebeteca, y la sala general: un gran espacio en el que se encuentran quienes quieren ir a estudiar, o a consultar algo en Internet o quienes va a por algún libro en concreto.
Tres grandes claraboyas parten el espacio y llenan de luz natural un espacio que no deja de mirar hacia afuera, tanto en lo arquitectónico como en lo organizativo.
Ana Salvador tiene claro que buena parte de la labor de este espacio es participar del tejido asociativo del barrio. Un tejido que, por suerte para todo el mundo, sigue siendo muy amplio. Por eso abren sus puertas al vecindario, cuando alguien quiere hacer una presentación de algún libro, o montar una exposición, por ejemplo. Una labor que a ratos comparten con el centro cultural del barrio, muy cercano a la biblioteca. Tal vez sea este, así como la relación con la biblioteca municipal, los dos puntos negros, si así se los puede considerar, dentro de las relaciones que ana Salvador trabaja desde la biblioteca. Aunque comparten informaciones unas instituciones con otras, no trabajan tan codo a codo como podría pensarse.
El Día del Libro pasaron buena parte de la mañana con todo tipo de actividades relacionadas con la lectura. Pero, claro, no es lo único que hacen. Por la tarde es un lugar más tranquilo, pero los fine
s de semana, puesto que permanece abierta también en fin de semana, son muchas las familias que se acercan con niños y niñas a participar de las actividades de lectura y cuentacuentos que en ella se hacen.
También, claro, hay talleres de escritura y lectura para personas adultas todo el año, aunquue en buena medida no dependen de la biblioteca, sino de la Consejería y de empresas que se subcontratan para ponerlos en marcha.
En definitiva, la biblioteca es un lugar de encuentro e intercambio, un aglutinador de actividades culturales, no solo relacionadas directamente con la lectura, dentro del barrio, del distrito o del pueblo. Así lo entiende Ana Salvador.
“Bibliotecas Solidarias” Uruguay-Paraguay otorgará a 21 escuelas públicas de ambos países la posibilidad de constitución de bibliotecas con 30 títulos de autores paraguayos y 30 uruguayos. La propuesta abarcará a 300 docentes, 200 integrantes de los Equipos Comunitarios de Lectura y a más de 4.350 escolares.
América del Sur/ Uruguay/lr21.com.uy
El Consejo de Educación Inicial y Primaria, el Programa de Lectura y Escritura en Español (PROLEE) y la Dirección de Relaciones Internacionales y Cooperación de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) realizaron el lanzamiento y presentación del proyecto “Bibliotecas Solidarias” Uruguay-Paraguay.
La propuesta fue presentada al Programa Iberoamericano de Bibliotecas Públicas – Iberbibliotecas del Centro Regional para el fomento del libro en América Latina y el Caribe (CERLALC – UNESCO).
En dicho certamen, el proyecto fue seleccionados para su financiamiento, junto a otras cuatro iniciativas.
La propuesta surgió a través de un pedido de la escuela “José Artigas” en la República del Paraguay, escuela pública uruguaya en el Solar de Artigas.
De este modo se otorgará a 21 escuelas públicas de Uruguay y Paraguay -las que se suman a las más de 500 “Bibliotecas Solidarias” existentes en el país-, la posibilidad de constitución de bibliotecas con 30 títulos de autores paraguayos y 30 uruguayos.
En tal sentido, la iniciativa comprenderá a 300 docentes, 200 integrantes de los Equipos Comunitarios de Lectura y a más de 4.350 escolares.
Se les proporcionará: una colección mínima de 60 libros, guía de elaboración del plan lector escolar, una guía de actividades de dinamización de la lectura, guía para formación de los equipos comunitarios de lectura, guía para la recomendación oral de libros y talleres presenciales con docentes y Equipos Comunitarios de Lectura de ambos países.
La presentación de la iniciativa estuvo a cargo de: la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura, Edith Moraes; la consejera de ANEP, Laura Mota; la presidenta del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti; la coordinadora de PROLEE, María Noel Guidali; y la directora de Relaciones Internacionales y Cooperación de ANEP, Martina Lejtreger.
Solidaridad
Guidali destacó que el programa tiene el cometido central de “elaborar materiales para estudiantes de todos los subsistemas atendiendo las necesidades de aprendizajes del lenguaje escrito en forma independiente del grado que estén cursando”.
“Tales materiales son para niños de educación Inicial y Primaria hasta estudiantes de nivel Terciario. Se procura la enseñanza y aprendizaje del lenguaje escrito, pero en forma paralela se entendió prioritario apuntalar a estos estudiantes en su formación como lectores”, dijo Guidali.
El proyecto “Bibliotecas Solidarias” que se encarga del desarrollo del comportamiento lector y de contribuir sobre la lectura, relectura y comentarios a “construir referencias culturales que van a necesitar cuando se enfrenten a la lectura de textos más complejos”.
Es un proyecto sociocultural que involucra a “maestros, profesores y equipo de dirección, pero tiene una fuerte presencia de la comunidad organizada como equipo comunitario de lectura que ingresa a las aulas una vez por semana”.
Por su parte Lejtreger expresó que el proyecto “Biblioteca Solidaria Paraguay – Uruguay” surge a partir del planteo de la escuela del Solar de Artigas de sumarse al proyecto que ya está presente en más de 300 escuelas en nuestro país.
“A partir de la propuesta comenzamos a pensar, junto a la coordinadora de PROLEE, cómo darle otra vuelta a esta iniciativa lo cual fue posible gracia a una convocatoria de ayuda del programa Iberbibliotecas que cuenta con el apoyo de del Centro Regional para el fomento del libro en América Latina y el Caribe (CERLALC – UNESCO)”, remarcó.
A través del proyecto se llevará “Bibliotecas Solidarias” a 14 escuelas paraguayas y siete escuelas más de Uruguay lo que además implica “transferir esta capacidad de Uruguay a compañeros de Paraguay y generar un proyecto intercultural ya que las bibliotecas están compuestas por partes iguales de títulos uruguayos y paraguayos”.
“Es una forma de novedosa de transferir capacidades a otros países de la región y en un formato de cooperación horizontal sur-sur basado en la solidaridad”, sentenció.
A su turno, Buzzetti resaltó que “es parte del sueño del pibe el hecho de poder pensar que hay 500 bibliotecas solidarias y que gracias al CEIP podrá haber otras 500 en el correr del año”.
“No teníamos bibliotecarios, muchos docentes pusieron lo mejor de sí para querer que funcionara una biblioteca, y hoy tenemos en las escuelas referentes de bibliotecas”, remarcó.
“Estoy convencida de que la biblioteca es el motor”, aseguró Buzzetti.
Por su lado, Mota manifestó que el proyecto tiene algo muy singular que es “la pasión”, y ello ha unido a la “audacia, el coraje y la creatividad”.
“Un programa como este no podría haber surgido, si no es de la mano de estas condiciones”, remarcó.
“A nadie se le había ocurrido unir a la comunidad y a la escuela para trabajar con los niños. Esta relación tan estrecha no se había dado hasta que nació este programa tan querido para el Uruguay y que tiene el nombre de algo de lo que siempre nos hemos preocupado, que se la solidaridad”, indicó.
Mota también manifestó que en los países que tienen resultados educativos buenos y son reconocidos internacionalmente, como ocurre con Finlandia, “la lectura es fundamental”.
“Tenemos mucho para andar, pero con la certeza de que estamos construyendo las posibilidades para asentar nuestra educación en bases muy firmes, porque quien no comprende lo que lee es difícil que pueda construir otros conocimientos”, sentenció.
A su turno, Moraes felicitó a todos quienes trabajan en el programa por los logros obtenidos, y alentó a seguir por el camino ya iniciado.
Dijo que detrás del libro, de sus imágenes y las palabras, “se está poniendo a los niños en contacto con los símbolos y signos propios de nuestra cultura. Más allá de los signos lingüísticos que toda cultura tiene y que cuando les ajena, cuando uno no los conoce, no los descifra y por tanto no se identifica con ellos”.
“No hay forma de consolidar la inclusión social si no es mediante la identidad cultural. Esta iniciativa es un aporte más a la meta de lograr una sociedad inclusiva y la educación es el factor que va a lograrlo”, remarcó la viceministra de Educación y Cultura.
También se refirió a los múltiples soportes que harán posible que pueda llegar más lejos, como lo es el Plan Ceibal.
España / 17 de septiembre de 2017 / Autor: José García Guerrero / Fuente: Lectura Lab
Con la publicación de Bibliotecas escolares con futuro, de José García Guerrero, Lectyo.com, la plataforma social de la gente de la lectura, creada por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez agrega un nuevo título a su colección de libros disponibles en línea.
En este trabajo, el autor sostiene no solo que las bibliotecas escolares son escuela sino que su acción está vinculada a ella y que su futuro está ligado al de la escuela.
«Otra cosa –señala García Guerrero– es que consigamos entre todos convertirlas en recursos relevantes del proceso educativo, en entornos que aporten valor añadido, en centros de recursos para la enseñanza y el aprendizaje que actúen como agentes mediadores y formativos. Este aspecto representa el elemento clave para el futuro de las bibliotecas escolares».
García Guerrero considera que es necesario modificar y ampliar el nombre de este recurso como se hizo en su momento en otros países (CRA en Chile, CRE en Portugal, BCD y CDI en Francia, etcétera), y por eso cree que tal vez sea más adecuado «denominar a las bibliotecas escolares los CREA de la institución educativa, es decir el Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje, o las BECREA de la escuela o el instituto, es decir, la Biblioteca Escolar, Centro de Recursos para la Enseñanza y el Aprendizaje.
A su juicio, estos BECREA posibilitan «con sus dinámicas formales, informales y no formales dentro y fuera del colegio o el instituto permanentes intervenciones y procesos en la doble dirección de enseñar y aprender y aprender y enseñar en las que son protagonistas tanto el alumnado como el profesorado, las familias u otros agentes».
Por otra parte, asegura que en la sociedad red, la BECREA se torna un espacio de encuentro y de posibilidad, incubador de proyectos innovadores para beneficio del centro educativo y, a la vez, se transforma en un entorno ubicuo que trasciende el espacio físico para proyectar su presencia en las aulas, en las casas del alumnado, en los dispositivos móviles… La sociedad red requiere de bibliotecas ubicuas que actúen en todas partes».
Para acceder libremente a la lectura Bibliotecas escolares con futuro, de José García Guerrero, solo hace falta registrarse en Lectyo como usuario.
José García Guerrero es técnico docente responsable del apoyo a las bibliotecas escolares en la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte de Málaga. Es maestro, director de la publicación Libro Abierto de información y apoyo a las bibliotecas escolares andaluzas desde 2000. Es autor, entre otros, de los libros La Biblioteca Escolar: un recurso imprescindible. Propuestas y materiales para la creación de ambientes lectores en los centros (Junta de Andalucía, 1998); Utilidad de la Biblioteca Escolar: un recurso al servicio del proyecto educativo (Trea, 2010) o Plan de trabajo y autoevaluación de la Biblioteca Escolar (Junta de Andalucía, 2011).
Rechazar el libro de texto supone la necesidad de una biblioteca individual del alumnado, así como para el centro educativo y, por supuesto, tiempo para que el docente cree materiales y escenarios de aprendizaje.
Los primeros libros que salen por la puerta cuando hacemos limpieza en casa son, sin duda alguna, los libros de texto de nuestros hijos. Probablemente son los volúmenes más caros de los comprados en el último año. Paradójicamente, los más perecederos también, los más prescindibles a la hora de salvar aquellos que han de conformar nuestra biblioteca familiar, la biblioteca individual de quienes aún se hallan en edad escolar. Cierto que hay excepciones, pero son las menos.
Rechazar el uso del libro de texto no implica rechazar un buen mapa que nos ayude a no perdernos en nuestro recorrido por la historia heredada, por el conocimiento científico, por las obras maestras de la literatura y las artes. Qué útil sería para docentes y estudiantes contar con un puñado de buenos manuales de las diferentes áreas de conocimiento -pienso en la Breve historia del mundo o la Historia del arte, de Gombrich, por ejemplo-, o de los problemas esenciales de nuestro tiempo. Libros que conservamos con mimo, que releemos de tanto en tanto, a los que recurrimos cuando necesitamos recuperar un fragmento perdido en el disco duro de nuestra memoria. Qué útil sería contar con manuales válidos para varios cursos y que saltaran las bardas de la división disciplinar; que nos ayudaran a combatir los efectos indeseados de la especialización posterior y la preocupante miopía en la percepción de lo global.
Pero los libros de texto son de todo menos esto. En su afán de competir con la hiperestimulación sensorial del televisor, con las multipantallas del ordenador, descomponen hasta el infinito aquel plano general que nos valdría para orientarnos, hasta el punto de que acaban por llamar “unidad didáctica” a un batido de conceptos disociados y descontextualizados. Libros que no dejan margen para el cuestionamiento crítico del mundo heredado, para la construcción propia (individual y colectiva) del conocimiento, para la proyección interdisciplinar. En su afán por “estar a la altura” de los infinitos currículos escolares, no son sino un zoológico de saberes disecados y desnaturalizados (las más de las veces).
Estar contra el libro de texto no implica -bien al contrario- renunciar a la provisión de una buena biblioteca individual a lo largo de la escolaridad obligatoria, integrada por aquellos libros que forman lectores y amueblan cabezas (o sacuden conciencias). Libros tras cuya lectura ya no somos los mismos y que nos llevan, indefectiblemente, a otros libros.
Lo que la supresión del libro de texto debiera suponer es, por tanto, un replanteamiento colectivo acerca de cuáles son las preguntas esenciales de nuestro tiempo; cuáles son las lecturas, experiencias y aprendizajes necesarios en el proceso formativo de niñas, niños y adolescentes.
Renunciar al libro de texto implicaría además contar con buenas bibliotecas escolares que permitieran sustituir la lectura intensiva de un solo libro por la lectura crítica de una pluralidad de voces: a veces complementarias, a veces antagónicas. Renunciar al libro de texto supondría no asumir que nuestro sendero está trazado de antemano, sino que somos nosotros -docentes y estudiantes- quienes hemos de diseñar nuestro preciso itinerario dentro del mapa acordado por el conjunto de la ciudadanía. Una educación democrática es sin duda inversamente proporcional a la fuerza coercitiva de un libro de texto del que no se puede, siquiera, discrepar.
No nos vale, por tanto, el creciente proceso de sustitución de los antiguos libros de texto por unas plataformas digitales que las más de las veces no encierran sino un pdf más o menos enriquecido y una invitación aún mayor a la fragmentación y el zapping, y que confunden la necesaria evaluación con la provisión de un aluvión de ejercicios autocorregibles cuyo efecto más inmediato es la multiplicación de deberes para el alumnado, eximido ya el docente de la tarea de corregir. Cuando más necesitados andamos de aprender a establecer vínculos, la escuela parece empeñada en lo contrario.
Prescindir del libro de texto supondría además cuestionar la autoridad de las voces hasta ahora hegemónicas -las órdenes religiosas y algunas multinacionales para quienes la educación no es sino un enjundioso nicho de negocio- y favorecer la presencia de miradas y colectivos hasta ahora acallados o relegados a la periferia de la vida escolar.
No es fácil, sin embargo, acabar con la hegemonía del libro de texto. Hacerlo requeriría transformar de manera radical -desde su raíz, esto es, desde su formación inicial- la consideración y el papel del docente, que dejaría de verse como un ejecutor en la cadena de montaje para erigirse en artesano conocedor de la complejidad de cuanto forma parte del proceso educativo. Conllevaría además revisar su condiciones laborales -muchos más tiempos para la formación y la creación de contextos y materiales que puedan favorecer los aprendizajes; para la coordinación; para el intercambio-.
Y exigiría, en fin, transformar la consideración y el papel de los aprendices, a quienes se les brindaría al fin la posibilidad de erigirse en sujetos capaces de combinar sus filiaciones -esas que no elegimos, como no elegimos en qué familia nacemos- y sus afiliaciones, elecciones propias entre una pluralidad de opciones que nos hacen construirnos como personas únicas y libres, responsables y autónomas.
Fuente del articulo: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/04/26/contra-el-libro-de-texto-y-favor-del-manual/
Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/04/DSC_5485-3.jpg
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!