Page 2 of 11
1 2 3 4 11

Población, agua, biodiversidad, energía y alimentación: los pilares de una crisis global

El sexto informe del IPCC atribuye el calentamiento global claramente a la acción humana. Buena parte de la población de los países industrializados cree que un cambio radical en consumo, transportes y energía contribuirá a evitar o mitigar significativamente los efectos del cambio climático. Otra parte de la población, minoritaria, niega que exista el cambio climático. Pero el calentamiento es solo una entre muchas consecuencias de una crisis global.

Población: cada vez somos más

Entre 1700 y 2003, la población humana mundial se multiplicó por diez, desde unos 600 millones a 6 300. A partir de 2050 el crecimiento se irá estabilizando para alcanzar en torno a 12 000 millones en 2100. Europa y Norteamérica han frenado su crecimiento demográfico. Pero el resto del mundo representa la mayor parte de la población y está creciendo más.

El nivel actual de población del planeta supone un enorme estrés para su sostenibilidad por la demanda de agua, alimentos y energía, junto con pérdidas considerables de biodiversidad.

Agua dulce: la próxima fuente de conflictos

El crecimiento de la población mundial y el desarrollo económico tendrán un peso aún mayor que el cambio climático sobre la relación entre disponibilidad y demanda de agua dulce. El acceso al agua dulce ya está en riesgo para el 80 % de la población mundial.

Gran parte del mundo se enfrentará a desafíos sustanciales para asegurar el suministro de agua. Esto requerirá un importante esfuerzo en infraestructuras y tecnología, pero también en políticas de distribución y fijación de precios del agua. Cuando el suministro de agua se convierta en limitante, llevará a la reducción de actividades económicas, al abandono de infraestructuras, e incluso a conflictos en torno a cuencas hidrográficas.

Energía: seguiremos quemando combustibles fósiles

Entre 2015 y 2050, las emisiones globales de CO₂, relacionadas principalmente con la energía, aumentarán un 6 %, de 33 a 35 Gt, según las políticas actuales y previstas. Estas emisiones deberían caer a 9,7 Gt en 2050 para cumplir con el objetivo de aumento máximo de 2 °C del Acuerdo de París.

Las visiones más optimistas proponen que las energías renovables pueden aportar dos tercios de la demanda energética global. Eso requiere multiplicar por seis el actual ritmo de crecimiento de estas fuentes. El objetivo UE de neutralidad climática en 2050 es compartido con los Estados Unidos, e incluso China ha propuesto esforzarse para alcanzar esa meta en 2060.

No obstante, los datos de la Agencia Internacional de la Energía sobre consumo de petróleo para el periodo 2019-2026 todavía prevén un incremento del 4,4 % de la demanda mundial de crudo. El menor uso de combustibles fósiles en algunos países de la OCDE será ampliamente compensado por el mayor consumo en países en desarrollo. En definitiva, los propietarios de combustibles fósiles no van a dejar de aprovechar sus recursos.

Total de emisiones de dióxido de carbono por región. Our World in Data, basado en el Global Carbon ProjectCC BY

Producción y consumo de alimentos

Lograr un equilibrio entre la intensificación agrícola, la lucha contra el hambre y la conservación de la biodiversidad, reduciendo al tiempo los impactos ambientales negativos, es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad.

En principio, las tierras de cultivo y pastizales del planeta tierra pueden producir el alimento necesario para toda la población humana. Sin embargo, en 2019 casi 690 millones de personas (8,9 % de la población) sufrieron malnutrición. Y estas cifras llevan varios años empeorando.

Además, el sistema alimentario mundial tiene importantes impactos en el medio ambiente a través de la extracción de agua, la contaminación, el cambio de usos del suelo y la pérdida de biodiversidad. La producción de alimentos contribuye al calentamiento global a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque en mucha menor medida que el uso de combustibles fósiles.

A nivel mundial, se prevé un incremento de las emisiones derivadas de la producción de alimentos, sobre todo por el crecimiento demográfico y económico del continente africano, que duplicará su contribución en 2030.

Producción de carne global. FAO/Our World in DataCC BY

Pérdida de biodiversidad

La pérdida de biodiversidad deriva de cambios en el uso del suelo mediados por la agricultura, de cambios en el clima por el uso de combustibles fósiles, así como de otros efectos asociados a la acción del ser humano. Las consecuencias de esta pérdida afectan al funcionamiento de los ecosistemas y a los servicios que proporcionan.

El clima mediterráneo y los ecosistemas de pastizales experimentarán el mayor cambio proporcional, debido a la influencia sustancial de todos los impulsores de pérdida de biodiversidad. Pese a los esfuerzos internacionales, los objetivos de conservación de la biodiversidad no se están alcanzando.

Soluciones a una crisis global

No estamos ante una crisis climática, sino ante una crisis global derivada de la sobreexplotación de recursos en un planeta de dimensiones finitas. Centramos nuestra atención en el calentamiento, la pérdida de biodiversidad y otras consecuencias colaterales de la sobreexplotación de recursos. Pero no queremos ver el elefante en la habitación: un crecimiento demográfico insostenible que necesitamos estabilizar o incluso revertir.

En el Londres de 1798, Thomas R. Malthus escribió que “la tendencia perpetua de la raza humana a crecer más allá de los medios de subsistencia es una de las leyes generales de la naturaleza animada, que no podemos esperar que cambie”.

En su llamamiento desde la ciencia, el mundo científico abogaba en 2019 por intentar mitigar y adaptarnos al cambio mediante transformaciones en la forma en que gobernamos, gestionamos, nos alimentamos y utilizamos los materiales y la energía.

En una actualización reciente, propone abordar tres frentes:

  • Implementar un precio global del carbono,
  • Eliminar y eventualmente prohibir los combustibles fósiles,
  • Crear reservas climáticas estratégicas para proteger y restaurar los sumideros naturales de carbono y la biodiversidad.

Algunos de esos mensajes encajan con la apuesta verde de Europa, el continente que más sufre la escasez de materias primas, donde existe mayor presión social a favor de las políticas verdes, y que mantiene cierto liderazgo en energías alternativas y tecnologías necesarias para mitigar el cambio global. Pero esa visión resulta utópica, pues ninguna sociedad está realmente dispuesta a renunciar a su crecimiento y bienestar por el bien del planeta.

La solución, si es que surge, no vendrá de un repentino acuerdo mundial que logre revertir las tendencias actuales. Solo la ciencia podría aportar soluciones tecnológicas que permitan controlar el clima, aumentar la disponibilidad de agua, maximizar la producción de alimentos y conservar lo que nos queda de biodiversidad. Y es posible que ya sea tarde.

Autores

Christian GortazarCatedrático de Sanidad Animal en el IREC, responsable del grupo SaBio, Universidad de Castilla-La Mancha

José de la Fuente. Profesor de Investigación del CSIC. Biología Molecular y Biotecnología, Universidad de Castilla-La Mancha

Octavio Armas Vergel. Profesor de Máquinas y Motores Térmicos, Universidad de Castilla-La Mancha

Fuente: https://theconversation.com/poblacion-agua-biodiversidad-energia-y-alimentacion-los-pilares-de-una-crisis-global-165912

Comparte este contenido:

Derechos Humanos y biodiversidad: 10 compromisos que deben asumir los Estados según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

Detener la emergencia climática y la pérdida de biodiversidad que esta trae de la mano es una responsabilidad compartida. La ciudadanía en su conjunto debe comprometerse en pos del cuidado del planeta. Sin embargo, es indispensable también que las administraciones lleven la delantera en esta temática. La implementación de políticas públicas tendientes a la protección medioambiental es imprescindible, para esto, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha recopilado una serie de compromisos a los que deben responder los Estados.

La pérdida de biodiversidad sin precedentes, la contaminación, el cambio climático y el aumento de las enfermedades zoonóticas han puesto de manifiesto la relación simbiótica entre los seres humanos y la naturaleza. La irrupción de la pandemia de coronavirus lo ha dejado aún más en evidencia. El derecho humano a un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible, así como otros derechos humanos, solo pueden alcanzarse allí donde la biodiversidad prospere y los ecosistemas sean saludables.

De este modo, resulta indisociable la protección de la biodiversidad de los Derechos Humanos. Para lo cual existen ya una seria de obligaciones estatales vinculadas tanto a los derechos humanos como a la biodiversidad provienen de leyes internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).  De este modo, de acuerdo con estos compromisos y las responsabilidades que engloban, los Estados están obligados a cumplir con algunos aspectos clave, a saber:

1. Abordar la pérdida de biodiversidad y hábitat, y prevenir sus impactos negativos sobre los derechos humanos:  Los Estados deben tomar medidas urgentes para abordar estos desafíos. Esto incluye poner fin a la deforestación, proteger y conservar tierras y océanos, avanzar hacia patrones sostenibles de producción y consumo, combatir el cambio climático y la contaminación, prevenir la introducción de especies exóticas invasoras, y proteger la tenencia de la tierra y el uso de recursos de los pueblos indígenas, las comunidades locales, las mujeres y las niñas.

2. Garantizar la igualdad y la no discriminación: Debido a que afecta a algunos de manera más aguda que a otros, la pérdida de biodiversidad puede aumentar las desigualdades que ya existen entre individuos, grupos e incluso generaciones, ya que las generaciones futuras heredarán los resultados irreversibles de la degradación ambiental. Por lo tanto, las acciones para abordar la pérdida de biodiversidad y hábitat deben considerar la edad, el género y vulnerabilidades como la pobreza, la discapacidad o la marginación, y no exacerbar las disparidades existentes.

3. Proteger los derechos de los pueblos indígenas: Estos se ven muy afectados por la pérdida de biodiversidad y se encuentran entre los actores mejor posicionados para prevenirla. La Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas afirma el derecho de estos pueblos a conservar y proteger sus tierras, territorios y recursos. Esto significa que las acciones de conservación con potencial impacto sobre los derechos humanos deben tomarse en consulta con los pueblos indígenas y con su consentimiento libre, previo e informado, y deben apoyar su participación en la gestión y apropiación de los esfuerzos correspondientes.

4. Proteger a los defensores de los derechos ambientales: Aquellos que protegen la biodiversidad, los hábitats, los medios de vida que dependen de la naturaleza y los derechos humanos han sido objeto de amenazas, violencia, criminalización y represalias, particularmente las mujeres y niñas y los indígenas. Instrumentos como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Declaración de la ONU sobre los defensores de derechos humanos requieren que los Estados respeten, protejan y cumplan los derechos de los defensores ambientales a la participación, el acceso a la información y a las libertades de expresión, reunión y asociación. Los Estados también están obligados a tomar medidas contra las amenazas a la vida o el bienestar de los defensores ambientales, brindar acceso a la justicia y reparación efectiva cuando se violen sus derechos y realizar investigaciones oportunas en las cuales los responsables de actos de violencia e intimidación sean procesados.

5. Asegurar una participación significativa e informada, incluso en la gobernanza de la tierra y los recursos:  El derecho a la participación libre, activa, significativa e informada en los asuntos públicos está garantizado por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Declaración de las Naciones Unidas sobre el derecho al desarrollo y otros instrumentos internacionales, acuerdos ambientales multilaterales, y leyes y políticas nacionales. Esto significa que los Estados deben proporcionar información pública sobre la biodiversidad en un lenguaje y formato accesibles; prever y facilitar la participación pública, teniendo en cuenta las barreras que enfrentan los pueblos indígenas, las comunidades locales, los niños, las personas con discapacidad y las personas en situación de marginación; y llevar a cabo de manera transparente y responsable toda la formulación de las políticas relacionada.

6. Proteger contra los daños a los derechos humanos relacionados con las empresas debido a la pérdida de biodiversidad: Como se refleja en los Principios rectores de la ONU sobre empresas y derechos humanos, todas las empresas tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos. Esto incluye evitar su infracción a través de la pérdida de biodiversidad y facilitar la reparación de cualquier daño causado o con el cual se haya contribuido. Según el derecho internacional, los Estados están obligados a proteger contra los abusos de los derechos humanos por parte de las empresas y deben exigir una evaluación de todos los impactos sociales, ambientales y de derechos humanos de los proyectos que puedan afectar la biodiversidad. Cuando se producen abusos contra los derechos humanos, incluidos los que resultan de la pérdida de biodiversidad y hábitat, los Estados deben responsabilizar a las empresas y garantizar que los afectados tengan acceso a un recurso efectivo.

7. Asegurar la cooperación regional e internacional: La protección eficaz de la biodiversidad requiere cooperación y solidaridad internacionales. Los instrumentos de derechos humanos piden a los Estados cooperar en la realización de todos los derechos humanos, abordando las brechas en la protección y los daños transfronterizos y extraterritoriales. Además, la capacidad de los países en desarrollo para implementar sus compromisos de diversidad biológica depende del intercambio de recursos y de las transferencias de tecnología de los países desarrollados. Por lo tanto, los Estados deben establecer y fortalecer mecanismos y recursos para abordar las causas y los impactos transfronterizos de la pérdida de biodiversidad y hábitat.

8. Movilizar eficazmente los recursos adecuados para prevenir los daños a los derechos humanos causados por la pérdida de diversidad biológica: El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales requiere que los Estados dediquen el máximo de recursos disponibles al cumplimiento de este conjunto de derechos. Esto incluye la protección de la biodiversidad, porque la biodiversidad es necesaria para garantizar ecosistemas saludables, y a su vez estos son necesarios para garantizar los derechos a la vida, la salud y los medios de subsistencia de miles de millones de personas en todo el mundo. Los Estados están obligados a actuar tanto individual como colectivamente, por lo que la cooperación internacional y la asistencia financiera son imperativas.

9. Garantizar que todos disfruten de los beneficios de la ciencia y sus aplicaciones: Según el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, todos tienen derecho a disfrutar de los beneficios de la ciencia y sus aplicaciones. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirma el valor de los sistemas de conocimientos tradicionales y los enfoques holísticos y el CDB compromete a los Estados a respetar y mantener el conocimiento, las innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales hacia la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica. En particular, los Estados deben apoyar el uso de los conocimientos tradicionales con el consentimiento de los pueblos indígenas interesados, garantizando que los beneficios económicos se compartan de manera equitativa, y deben apoyar la transferencia de métodos y tecnología para una respuesta internacional eficaz a la pérdida de diversidad biológica.

10. Garantizar la educación con respeto a la naturaleza: El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantiza el derecho de toda persona a la información y la Convención sobre los Derechos del Niño pide que la educación fomente el respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y el medio ambiente natural. Comprender los derechos humanos y el medio ambiente es fundamental para garantizar la dignidad humana, el bienestar y la supervivencia, y requiere de la participación informada de todas las personas. Por lo tanto, los Estados deben garantizar el derecho de todas las personas a la educación, poniendo en el centro el respeto por la naturaleza y a la información necesaria para protegerla.

Fuente: https://diarioresponsable.com/noticias/31566-derechos-humanos-y-biodiversidad-10-compromisos-que-deben-asumir-los-estados

Comparte este contenido:

Protestas en Italia por cumbre G20 sobre medio ambiente

La pérdida de biodiversidad, contaminación, desertificación y el uso insostenible del agua son algunos de los temas de la cumbre G20.

La reunión de los ministros de medio ambiente y energía del Grupo de las 20 naciones más ricas del mundo comenzó el jueves en Nápoles, Italia. Varios manifestantes bloquearon el tráfico al desconfiar de las políticas y decisiones que se tomen en la reunión.

Los ministros, junto con representantes de diferentes organizaciones, se reunieron en el histórico Palacio Real de Nápoles para sostener discusiones y buscar soluciones para los problemas de la pérdida y contaminación de la biodiversidad, la degradación de las tierras agrícolas, la desertificación y el uso insostenible del agua y otros recursos naturales.

La cumbre se dio bajo la organización de Italia, que preside el G20 en esta ocasión. El ministro de Transición Ecológica de Italia, Roberto Cingolani, dio la bienvenida a los ministros. «La cumbre se lleva a cabo en circunstancias sin precedentes que requieren una acción global sincera, conjunta y urgente», dijo Cingolani en su discurso de apertura.

Al señalar que es imposible ignorar los informes científicos sobre los indicadores del cambio climático, Cingolani destacó que los trágicos eventos climáticos que el mundo ha presenciado en los últimos meses y días prueban que el sistema climático está experimentando serios problemas. Cingolani afirmó que lo mismo se aplica a los ecosistemas y la biodiversidad.

De acuerdo con el ministro italiano, la pandemia de la Covid-19 también ha perturbado sociedades y economías, y aseveró que estas deben luchar juntas contra estas dos pruebas, tanto el impacto del brote como la crisis climática.

Después de él, los ministros de Medio Ambiente de Arabia Saudita e Indonesia también pronunciaron discursos.

En la cumbre de dos días, los participantes evaluarán los desarrollos internacionales y discutirán las políticas sostenibles sobre la conservación de la naturaleza. Los ministros del G20 también se reunirán en Nápoles el viernes para abordar el cambio climático, desarrollar una visión común en energía y fortalecer áreas de cooperación.

Turquía insta a la lucha colectiva contra el cambio climático

El ministro de Medio Ambiente y Urbanización de Turquía, Murat Kurum, también asistió a la reunión. «Como Turquía, continuamos nuestra lucha contra el cambio climático de manera resuelta, pero un país no puede continuar esta lucha solo», dijo Kurum en la primera sesión.

“El cambio climático y la contaminación no conocen fronteras. Así que tenemos que actuar colectivamente en la lucha contra el cambio climático y los problemas ambientales”.

El ministro destacó que su país ha llevado a cabo investigaciones científicas para proteger la diversidad biológica. «Al aumentar el tamaño de nuestras áreas protegidas al 11%, salvamos todos nuestros activos vivos y no vivos y ríos del peligro de contaminación y extinción», manifestó.

“Continuamos nuestro trabajo para aumentar esto por encima del 17%, que es la tasa promedio en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)”, declaró Kurum.

Subrayó además que, en el próximo período, Turquía será la sede de la 16ª Conferencia de las Partes del Convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica y asumirá la presidencia de la conferencia durante dos años. “En este proceso, Turquía jugará un papel de liderazgo en los pasos a tomar hacia la protección y el uso sostenible de la diversidad biológica”, agregó.

Fuente: https://www.kienyke.com/medio-ambiente/protestas-cumbre-g20-italia

Comparte este contenido:

Los niños y niñas de Australia vencen a una compañía minera

Por: Revistaxq

La justicia australiana ha fallado en contra de la ministra de Medio Ambiente por aprobar la ampliación de una mina de carbón sin considerar el daño que puede causar a los jóvenes en el futuro

El Tribunal Federal de Australia ha dictado una sentencia trascendental en materia climática: ha fallado en contra de la ministra de Medio Ambiente, Sussan Ley, por aprobar la ampliación de una mina de carbón sin tener en cuenta el daño que puede causar en el futuro a los niños y las niñas del país.

Todo comenzó en septiembre de 2020, cuando ocho jóvenes presentaron una demanda colectiva para bloquear el «proyecto Vickery» que la empresa minera Whitehaven Coal Limited tenía previsto iniciar en Gunnedah, una localidad de Nueva Gales del Sur. Lo hicieron en su nombre y también de forma representativa, en beneficio de otros menores australianos. El juez tomó buena nota y en su fallo se refirió a los demandantes simplemente como «the Children» (‘los niños y las niñas’). Y, además, les dio la razón.

En su sentencia, el magistrado Mordecai Bromberg manifestó su preocupación por la crisis climática y se mostró muy sensible hacia los problemas que los jóvenes pueden sufrir debido a ella: «Se prevé que un millón de niños y niñas australianos sufran al menos un episodio de estrés por calor que requiera hospitalización. Muchos morirán por esta causa o por el humo de los incendios forestales. (…) La Gran Barrera de Coral y la mayoría de los bosques de eucaliptos del este de Australia desaparecerán debido a estos severos y repetidos incendios».

Tras la detallada exposición de sus razones, Bromberg se despachó contra la ministra por dar la espalda a las evidencias científicas: «Una persona razonable que ostente el cargo de ministro debería ser consciente del aumento de CO2 en la atmósfera que provocará la ampliación de esta mina y del consecuente aumento de las temperaturas, así como del riesgo de muerte o lesiones a los que se expone a estos niños».

En su demanda, los jóvenes señalaban que la ampliación de la mina ocasionará una emisión de 370 millones de toneladas de carbono en los próximos 25 años. Para elaborar su resolución, el juez aceptó esta y otras evaluaciones independientes sobre el impacto ambiental y sanitario que provoca la quema de combustibles fósiles. El despacho Equity Generation Lawyers, que representa a los querellantes, emitió un comunicado con declaraciones de sus clientes. Una de ellas, Ava Prince, de 17 años, subrayó la importancia de este fallo: «Es la primera vez que un tribunal, en cualquier parte del mundo, ordena a un gobierno que proteja específicamente a los jóvenes de los daños catastróficos del cambio climático».

El poder de la ministra no se toca

La victoria, sin embargo, no fue completa. El juez desestimó la petición de Anjali Sharma, de 17 años, de restringir los poderes de la ministra para aprobar la ampliación de la mina. Sharma, quien inspirada por Greta Thunberg encabeza en Australia las huelgas estudiantiles por el clima, ha estado apoyada durante todo el proceso por una monja católica, la hermana Brigid Arthur, de 86 años, una veterana defensora de las políticas de asilo para las personas refugiadas. Cuando estos adolescentes la llamaron para sumarse a su causa y ser su tutora legal en el juicio no se lo pensó dos veces. «La energía de los jóvenes también es capaz de estimular a los mayores», declaraba la religiosa a la Fundación Thomson Reuters.

«Este caso trata sobre los jóvenes, para que den un paso al frente y exijan más a unos adultos que, con sus acciones, están determinando nuestro bienestar futuro«, explicaba Ava Prince en el comunicado de Equity Generation Lawyers. «Mi futuro y el futuro de todos los jóvenes depende de que Australia se aleje de los proyectos de combustibles fósiles y se una al mundo para tomar medidas firmes», añadió la activista.

https://www.instagram.com/p/CPHd3EgFE2M/?utm_source=ig_web_button_share_sheet

Pero la ampliación de la mina aprobada por Sussan Ley no sólo pone en peligro la futura salud de los jóvenes. Los granjeros de la zona también protestaron por la cantidad de agua que la explotación iba a necesitar, lo que afectaría directamente a sus cultivos.

Como suele ocurrir en estos casos, la compañía minera acogió el fallo judicial con deportividad (porque, en realidad, no se imponen medidas cautelares que paralicen la ampliación) y destacó los esfuerzos que ya hace por mitigar los efectos del cambio climático. Siguiendo punto por punto el inconfundible argumentario de la mayoría de empresas de combustibles fósiles, Whitehaven Coal subrayó que sus productos son tan buenos que contaminan muy poco: «Creemos que el carbón de alta calidad tendrá un papel decisivo en los esfuerzos globales por reducir la emisión de CO2 y en el desarrollo económico de nuestra región». Según la empresa, la ampliación de esta mina crearía 950 puestos de trabajo en la zona.

La resolución de la justicia australiana llegó un día después de que un tribunal de La Haya fallara en contra de Shell. La sentencia dictada en Países Bajos obliga a la multinacional petrolera a cambiar su política climática y a reducir un 45% sus emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos 10 años.

Australia, un área sensible

La demanda de los niños y niñas contra la compañía minera Whitehaven Coal posee una enorme coherencia si se tienen en cuenta los condicionantes del país. Australia es uno de los lugares del mundo más afectados por el cambio climático. Sufre periódicas olas de calor y de incendios que se retroalimentan y que convierten su vasta geografía en una gigantesca sartén.

Es muy recordado el llamado «verano furioso» de 2013. En 90 días se batieron 123 récords de temperatura. El fenómeno volvió a repetirse en 2019, con más virulencia si cabe: 5 millones de hectáreas fueron pasto de las llamas y centenares de granjas se perdieron. La biodiversidad recibió un golpe durísimo.

Y el año pasado, la región de Australia Occidental, la más cálida del país, siguió superando marcas. En agosto, en pleno invierno austral, el mercurio alcanzó allí los 41 ºC. Según la Asociación Médica Australiana, más 500 personas mueren cada año por golpes de calor. Además, los casos de cáncer de piel en el país casi se han doblado en las últimas décadas: de los 27 casos por 100.000 habitantes en 1982 se ha pasado a 49 en 2016.

Fuente e imagen: http://revistaxq.com/

Comparte este contenido:

Mundo: La UNESCO y VIVA Tech lanzan una convocatoria de soluciones basadas en IA que beneficien a la población y al planeta

Mundo/16-04-2021/Autor(a) y Fuente: es.unesco.org

La UNESCO unió esfuerzos con VivaTech para organizar un desafío de startups, nuevos emprendimientos, en Inteligencia artificial por los derechos humanos. Hasta el 30 de abril, los nuevos emprendimientos podrán compartir sus soluciones sobre cómo aprovechar la IA para enfrentar desafíos relacionados con la biodiversidad, la igualdad de género y las barreras lingüísticas. Los finalistas que sean seleccionados reflejarán el compromiso de la UNESCO por garantizar el acceso a la información y aprovechar las nuevas tecnologías para mejorar la vida de las personas y abordar los desafíos del desarrollo sostenible.

En el ámbito de la inteligencia artificial, la UNESCO desempeña un papel de liderazgo a nivel internacional como co-campeona de la recomendación 3C de la hoja de ruta del Secretario General para la Cooperación digital dedicada a la Inteligencia artificial. Con la Recomendación relativa a la Ética de la inteligencia artificial, que actualmente está en desarrollo, la UNESCO seguirá contribuyendo a proteger y promover los derechos humanos y la dignidad humana a lo largo del ciclo de vida de la IA a través de recomendaciones de políticas y apoyo programático.

VivaTech es el evento tecnológico y de startups más grande de Europa. Coorganizado por Publicis Groupe y Groupe Les Echos y dedicado a la creación de emprendimientos o startups, transformación digital e innovación, la quinta edición se llevará a cabo del 16 al 19 de junio de 2021. En 2019, el evento alcanzó a 231 millones de personas en todo el mundo, reuniendo 124.000 visitantes, incluidas más de 13.000 nuevas empresas, 3.000 empresas de capital de riesgo y 2.500 periodistas de 124 países. Este año, VivaTech brindará una experiencia híbrida, de forma presencial en París y en línea a nivel mundial, la cual reunirá a una comunidad de innovadores aún mayor.

La UNESCO y VivaTech lanzaron tres desafíos hasta finales de abril y convocan a los startups a compartir ideas sobre la forma de enfrentar algunos de los problemas más apremiantes de nuestro tiempo.

Desafío 1: Conservación de nuestra biodiversidad. Ayúdenos a potenciar la IA para preservar nuestro planeta

Con el objetivo de acelerar la transición hacia una vida en armonía con la naturaleza y en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los objetivos a largo plazo del marco mundial de la biodiversidad posterior al 2020, se deben aprovechar las tecnologías digitales y la IA para encarar la crisis de la biodiversidad y la naturaleza. La tecnología puede ayudar a garantizar la preservación de la biodiversidad, que es fundamental para la salud de los ecosistemas. La pandemia de Covid-19 arrojó luces sobre las interdependencias entre los seres humanos y otras especies. Nos recordó que, cuando destruimos los bosques primarios o permitimos el comercio de vida silvestre, incrementamos nuestra propia vulnerabilidad. Una biodiversidad alta logra amortiguar algunos de los efectos negativos de las enfermedades infecciosas. A medida que perdemos biodiversidad, perdemos huéspedes alternativos que los vectores de enfermedades infectan, lo cual aumenta las probabilidades de que los patógenos infecten a los seres humanos. La UNESCO se encuentra en la búscqueda de soluciones innovadoras para contribuir a la gestión de ecosistemas, restauración de hábitats naturales y supervisión de la biodiversidad, a fin de ayudarnos a preservar nuestro planeta y la salud de sus habitantes.

Desafío 2: Prejuicio y discriminación de género. Ayúdenos a reducir la brecha digital de género al exponer los prejuicios existentes en IA

Existe una necesidad imperante de que más mujeres participen y lideren el diseño, desarrollo y despliegue de los sistemas de IA. La evidencia muestra que para el 2022, el 85% de los proyectos de IA generarán resultados erróneos debido al sesgo existente si la IA como tecnología y como sector no es más inclusiva y diversa. El informe seminal de la UNESCO de 2019 mostró que las herramientas de asistente de voz generadas por la IA como Alexa y Siri perpetúan estereotipos nocivos y el abuso sexista dirigido a la tecnología “feminizada”, el cual incluso fue anticipado por las empresas tecnológicas. ¿Cómo podemos garantizar la participación de las mujeres en el diseño de la IA? ¿Cómo podemos asegurarnos de que los conjuntos de datos sean más diversos? La UNESCO actualmente busca soluciones innovadoras diversificadas para educar e informar a mujeres y hombres sobre el sesgo de género en los sistemas de IA con el objetivo mayor de generar conciencia sobre la brecha digital de género. Ejemplos de soluciones de startups que se espera incluyen una aplicación de aprendizaje de igualdad de género (EdTech), herramientas de análisis de género y evaluaciones de sesgos algorítmicos, así como herramientas de inversión de igualdad de género.

Desafío 3: Romper la barrera lingüística mediante información e IA. Ayúdenos a fortalecer el acceso a la información en lenguas de escasos recursos

Las lenguas, con sus complejas implicaciones sobre la identidad, la diversidad cultural, la espiritualidad, la comunicación, la integración social, la educación y el desarrollo, son de crucial importancia para las personas, la prosperidad y el planeta. Las personas no solo incorporan en las lenguas su historia, tradiciones, memoria, conocimientos tradicionales, modos únicos de pensamiento, significado y expresión, sino que, lo que es más importante, también construyen su futuro a través de ellos. En este contexto, la UNESCO busca soluciones basadas en la tecnología del lenguaje que contribuyan a la promoción de la diversidad lingüística y el multilingüismo. Esto puede incluir soluciones como correctores ortográficos / gramaticales hasta el reconocimiento de voz y del locutor, traducción automática de texto y audio, síntesis de voz y el diálogo hablado, entre otras, las cuales son herramientas importantes para permitir la diversidad lingüística y el multilingüismo. La Declaración de Los Pinos en el Decenio de las Lenguas Indígenas (2022-2032) exige el diseño y el acceso a tecnologías lingüísticas sostenibles, accesibles, viables y asequibles, la cual sitúa a los pueblos indígenas en el centro de sus recomendaciones bajo el lema “Nada para nosotros sin nosotros”.

Fuente: https://es.unesco.org/news/unesco-y-viva-tech-lanzan-convocatoria-soluciones-basadas-ia-que-beneficien-poblacion-y-al

Comparte este contenido:

Graham Lawton: Plan de rescate para la naturaleza, cómo solucionar la crisis de biodiversidad

Traducido por Eva Calleja

Llevamos demasiado tiempo arrasando los ecosistemas del planeta, pero decisiones fundamentales que se tomarán este año podrían ser el punto de inflexión que nos ayude a restaurar nuestra relación con la naturaleza.

Hemos estado retrasando el tema, pero el covid-19 quizá haya sido el toque de atención definitivo. “2021 debe de ser el año en el que la humanidad se reconcilie con la naturaleza”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres,  en una intervención ante la Cumbre One Planet de líderes mundiales en Paris el mes pasado. “Hasta ahora hemos estado destruyendo nuestro planeta. Hemos estado abusando de él como si tuviéramos uno de repuesto”.

Las cifras son claras, cualquiera que elijas. Más del 70 por ciento de la tierra libre de hielo está ahora bajo control humano y cada vez más degradada. La masa de infraestructura hecha por el hombre excede a toda la biomasa. Los humanos y los animales domésticos suponen más del 90 por ciento de todos los mamíferos del planeta. Nuestras acciones amenazan con la extinción a un millón de especies, 1 de cada 8, (Ver “Biodiversity: A status report”).

Todo eso ha sucedido en un abrir y cerrar de ojos, en términos geológicos. “Si comparamos la historia de la Tierra con un calendario anual, hemos usado un tercio de sus recursos naturales en los últimos 0,2 segundos” dijo Guterres en París.

Después de una década perdida, y de un retraso de un año en las negociaciones debido a la pandemia, está previsto firmar un nuevo acuerdo internacional para conservar la biodiversidad del mundo a finales de este año, con muchas otras iniciativas también iniciándose. Las señales son que el covid-19, una pandemia causada por nuestra actitud desdeñosa hacia la naturaleza, podría finalmente haber centrado nuestras mentes. La pregunta es, ¿Qué necesitamos hacer, y podemos hacer lo suficiente a tiempo?

Nuestra relación con la naturaleza comenzó a agriarse más o menos a principios de la revolución industrial, pero realmente no se torció hasta que la Gran Aceleración empezó a coger impulso después de la segunda guerra mundial. En este periodo, el auge dela población y del comercio y unos niveles más altos de prosperidad provocaron un crecimiento exponencial de casi todas las medidas del impacto de la humanidad en el planeta: extracción de recursos, producción agrícola, desarrollo de infraestructuras, contaminación y pérdida de hábitats y biodiversidad.

Este expolio fue una apuesta que hace mucho dejo de ser rentable. La tierra degradada ya afecta de manera negativa el bienestar de 3.200 millones de personas y cuesta más del 10 por ciento del PIB anual en pérdidas de cosechas, deterioro de la salud y otros efectos negativos. Estos solo van a aumentar. En un documento reciente en la revista Frontiers in Conservation Science, un grupo de científicos internacionales avisan de que el planeta se está enfrentando a un “futuro horrible de extinciones masivas, de un empeoramiento de la salud, de agitaciones asociadas a perturbaciones climáticas… este siglo”.

“El mundo se enfrenta a tres crisis importantes en la actualidad: la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la pandemia”, dice el biólogo Cristián Samper en la  Wildlife Conservation Society de Nueva York. “Todas están interrelacionadas, con muchas de las mismas causas y soluciones”.

“La ciencia es tan contundente”, dice Johan Rockström en el  Potsdam Institute for Climate Impact Research de Alemania. En 2009,  él y sus colegas desarrollaron el concepto de “límites planetarios”, que tenía como objetivo delimitar el espacio seguro de operación para la humanidad, y cuantificar como estamos sobrepasándolo. En una actualización por su10º aniversario en 2019, sugirieron que ya hemos sobrepasado cuatro de los nueve límites, incluyendo significativamente nuestro impacto en la biodiversidad. “Por primera vez, tenemos que considerar el riesgo real de desestabilización de todo el planeta”, dice Rockström.

“Si no actuamos ahora, las generaciones futuras preguntarán ¿Por qué no actuasteis para salvar la Tierra considerando todas las pruebas científicas con las que contabais?” dice Bob Watson, antiguo presidente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático y de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), un organismo establecido por la ONU que evalúa las últimas investigaciones sobre la biodiversidad.

No es que nos hayan faltado las buenas intenciones en el pasado. En 2010, la Convención sobre Diversidad Biológica, uno de los tres organismos de la ONU que surgió de la Cumbre de la Tierra de Rio en 1992, junto con la Convención Marco sobre el Cambio Climático y la Convención para Combatir la Desertificación, se reunió en Aichi, Japón. Acordó 20 objetivos de biodiversidad para2020, desde la eliminación gradual de ayudas para actividades que dañan la biodiversidad a asegurar la diversidad genética de plantas y animales salvajes y domésticos.  Llegó el 2020 y el resultado final fue biodiversidad cero, destrucción medioambiental 20.

Por ejemplo el objetivo fundamental sobre la cantidad de tierra entregada a la naturaleza. Ordenaba la protección del 17 por ciento de la tierra y del agua dulce y del 10 por ciento de los océanos para finales de 2020. Se progresó algo, dice Samper, pero ninguno de los objetivos se alcanzó, siendo las cifras actuales aproximadamente 15 por ciento y un poco más del 7,5 por ciento. Aquellas áreas que están protegidas a menudo están mal gestionadas, son demasiado pequeñas y no cubren la riqueza total de los ecosistemas de la Tierra: se cree que solo el 42 por ciento de los 867 tipos distintos de ecosistemas clasificados hasta ahora están bien protegidos.

“La ciencia nos dice que debemos aumentar las áreas protegidas para cubrir al menos el 50 por ciento de la tierra y del mar para 2030”, dijo Samper en la cumbre de Paris. Un grupo nuevo, el High Ambition Coalition for Nature and People, que comprende más de 50 países, copresidido por Francia, Costa Rica y Gran Bretaña, pretenden ahora asegurar un acuerdo internacional para este compromiso “30 para el 30”.

Más allá de la conservación

Al mismo tiempo, el 5 de junio, Día Mundial del Medioambiente, la ONU lanzará su Década sobre la Restauración de Ecosistemas. “El principal objetivo es prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo”, diceTim Christophersen del Programa Medioambiental de la ONU (UNEP), que coordinará la iniciativa. “Nada más y nada menos. Una tarea un poco abrumadora”.

Abrumadora en particular porque en cierto sentido ya es demasiado tarde. “Desde luego, es más barato conservar ecosistemas o asegurarse de que no se degradan”, dice Christophersen. “Pero estamos en un punto en el que la conservación ya no es suficiente. También necesitamos hacer grandes inversiones en restauración”.

La restauración de ecosistemas será crucial para tener éxito o fracasar durante las próximas décadas. Tiene muchas formas, dependiendo del ecosistema y del grado de degradación que sufre. En un extremo del espectro está la resilvestración pasiva, que significa simplemente apartarnos y dejar que la naturaleza haga sus cosas. “La capacidad de la naturaleza para sanarse a sí misma es asombrosa”, dice el ecólogo Paul Leadley de la  Universidad de Paris-Saclay en Francia, que fue uno de los coautores del informe de evaluación global IPBES sobre biodiversidad y ecosistemas de 2019.

New Scientist Default Image

Una zona deforestada cerca de Porto Velho en la Amazonía brasileña. REUTERS

Los proyectos de resilvestración a pequeña escala como el de Oostvaardersplassen en los Países Bajos, en el que un área de pólder recuperado ha sido devuelta a la naturaleza, ha mostrado la manera, pero la ambición debe crecer, y está creciendo. En Europa, el mayor proyecto tiene como objetivo reservar unos 35.000 kilómetros cuadrados en Laponia en el norte de Suecia y Noruega para resilvestrar. En América del Norte, la Wildlands Network tiene como objetivo unir áreas protegidas con “caminos silvestres” en los que los animales puedan moverse libremente abarcando Canadá, EE.UU. y México.

 “Cada dólar gastado en la restauración de ecosistemas acumula entre 3 y 75 dólaresde ganancias”

En el otro extremo del espectro de la restauración está la ingeniería activa de paisajes enteros con plantaciones masivas de árboles, retirada de especies invasoras e infraestructura dañina, como las presas, y la reintroducción de especies. Esto puede hacerse. Corea del Sur adoptó una política de reforestación activa en los años 50 después de la guerra de Corea. El volumen total de madera en los bosques del país aumentó de aproximadamente 64 millones de metros cúbicos en 1967 a 925 millones de metros cúbicos en 2015, y los bosques cubren ahora aproximadamente dos tercios del país.  El Green Belt Movement fundado en Kenia por la premio Nobel Wangari Maathai ha plantado decenas de millones de árboles por todo África y ha inspirado muchos proyectos similares.

Pero aunque es muy posible hacerla, la restauración activa conlleva riesgos si no se hace de una manera científica, dice Bernardo Strassburg del International Institute for Sustainability de Rio de Janeiro, Brasil. “Cualquier gran restauración necesita ser ecológicamente sensata”, dice, “no se trata solo de plantar árboles por todos los lados, particularmente en sitios en los que no pertenecen los árboles, como praderas o humedales. Sería perjudicial para la biodiversidad”.  Se necesitan soluciones diferentes en diferentes lugares.

Christophersen cree que la teoría y la práctica de la restauración ecológica están a la altura de las circunstancias. “Tenemos décadas de experiencia en restauración. Sabemos lo suficiente. No sabemos todo, y aprenderemos más a medida que avancemos. Pero sabemos lo suficiente para empezar. Es una de esas situaciones en las que no puedes permitir que lo perfecto sea el enemigo de lo bueno”.

La meta principal de la iniciativa UNEP es restaurar 3,5 millones de kilómetros cuadrados de terreno en los próximos diez años, un poco más del tamaño de India, o un poco más del 2% de la superficie terrestre del mundo.  Esto es “increíblemente ambicioso”, dice Strassburg. “Si lo conseguimos, sería la remodelación más rápida en la superficie [de la Tierra] causada por nosotros”. No será barato. Según la UNEP, el coste inicial es aproximadamente de un billón de dólares, no es calderilla en una recesión post pandémica, aunque es una inversión con una tasa elevada de rentabilidad.

New Scientist Default Image

Tierra agrícola invade el bosque que rodea  la iglesia Debre Mihret Arbiatu Ensesa en Etiopia. Kieran Dodds/Panos Pictures

Por lo menos en teoría, está garantizada. Annelies Sewell del Netherlands Environmental Assessment Agency en La Haya y sus colegas sumaron compromisos para proyectos de restauración existentes en 115 países, incluyendo planes para aumentar las áreas protegidas, restaurar y mejorar bosques, tierras de cultivo y praderas, y más.  Encontraron que esto suma unos 10 millones de kilómetros cuadrados, más o menos el tamaño de china o justo por debajo del 7 por ciento de la superficie terrestre. “Hay más de lo que esperábamos”, dice Sewel. “Pero esto no quiere decir que haya suficiente”.

La hora de la verdad

La conservación y la restauración pueden ayudar a resolver múltiples retos medioambientales, pero “esto solo no los resolverá”, dice Sewel. Por esto un segundo pilar de 2021: la negociación de una nueva serie de objetivos de biodiversidad, que reemplacen los objetivos de Aichi, y que se ajusten a la Década de Restauración de Ecosistemas. Todo esto significa que la década de los 2020 será un momento crucial. “Esta es una década decisiva para el futuro de la humanidad en la Tierra”, dice Rockström.

Está previsto debatir exhaustivamente estos objetivos en una reunión decisiva de la Convention for Biological Diversity (CBD),retrasada por la pandemia, que ahora se celebrará a finales de este año en Kunming, China. Según Elizabeth Mrema, secretaria ejecutiva de CBD, hay lecciones que aprender de Aichi, y hay ahora una coalición internacional de intereses que está comprometida a hacer que funcionen los nuevos objetivos (ver “Entrevista con Elizabeth Mrema: tenemos que ser optimistas con la biodiversidad”). El coste inicial será de más de 700 mil millones de dólares, dice Mrema, pero al igual que con la restauración de sistemas, viene acompañada de enormes beneficios. “Cada dólar que se gaste acumulará entre 3 y 75 dólares de beneficios  económicos en bienes y servicios del ecosistema”, dice.

A pesar del fracaso general de Aichi, otra lección de la pasada década es que, cuando los gobiernos y otros grupos se comprometen a proteger la biodiversidad, puede darse el cambio (ver “Diez historias de éxito de conversación en las que las especies han vuelto del borde del abismo”). “No quiero endulzar esto porque no fue un gran resultado”, David Cooper, secretario ejecutivo adjunto de CBD, dijo en el World Biodiversity Forum en enero de 2021. “Pero donde se han tomado medidas serias, por ejemplo para reducir el ritmo de deforestación, mejorar el estado de caladeros, prevenir extinciones cuando sabemos la causa, se ha conseguido un progreso significativo”.

En última instancia, el éxito o el fracaso dependerá del progreso en otra área fundamental: el cambio climático. Este año es la hora de la verdad para esto también, y otra gran cumbre retrasada de la ONU para forjar una manera de proceder se celebrará, si lo permite la pandemia, este mes de noviembre en Glasgow, Gran Bretaña- El éxito o el fracaso de Glasgow y Kunming estarán interconectados. “Sin abordar el cambio climático, no es posible doblegar la curva de la pérdida de biodiversidad: todas las apuestas quedarían sin efecto”, dice Cooper.

New Scientist Default Image

Ciudades de rápido crecimiento como Baoji, China, fragmentan la naturaleza Xinhua/Shutterstock

Pero esto funciona en ambos sentidos: conservar la biodiversidad y restaurar ecosistemas tendrá efectos colaterales positivos para el clima. “La restauración es una de las herramientas más rentables para mitigar el cambio climático”,  dice Strassburg: el cambio en el uso de la tierra y un aumento de cobertura vegetal podría proporcionar hasta un tercio de la reducción de gases de efecto invernadero que necesitamos.

Básicamente, dice Mrema, la próxima década necesita tratar sobre la sinergia, con iniciativas para la biodiversidad, medidas para combatir el cambio climático y otros programas internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU convergiendo en el objetivo final; la harmonía con la naturaleza para 2050.

Todavía hay obstáculos enormes. “Sabemos que los cambios que necesitamos para avanzar hacia la sostenibilidad son enormes, que no van a ser fáciles”, dice Cooper. Pero al menos se está diciendo lo que queremos escuchar. En Paris, celebridades que incluyen a los líderes de Alemania, Canadá y Gran Bretaña, al vicepresidente chino Han Zheng y a los presidentes del Banco Mundial y del Banco Central Europeo se alinearon para jurar fidelidad a la causa de la conservación de la naturaleza. Emmanuel Macron, presidente de Francia y convocante de la cumbre dijo: “La agenda está ahora madurada y estamos listos para actuar”.

Lo que es más importante es que todavía hay tiempo, justo, para gestionar el cambio desde la Gran Aceleración a la Gran Restauración, una era en la que la humanidad aprenda de nuevo a vivir de manera sostenible y en harmonía con la naturaleza. “Las cosas están ahora difíciles y de verdad se necesita actuar ya, pero no estamos en una situación catastrófica, todavía”, dice Leadley. “Si avanzamos hacia un consumo y una producción sostenible, establecemos suficientes áreas protegidas y gestionamos el cambio climático, no hay ninguna razón por la que la biodiversidad no pueda tener un perspectiva positiva.  No estamos más allá del punto de no retorno”.

CÓMO RESTAURAR UN ECOSISTEMA

Cómo están degradados los ecosistemas por la actividad humana varía, y las maneras de restaurarlos también es diferente.

BOSQUES

Degradadores: el desmonte para infraestructuras, agricultura y pastoreo; la tala para leña; la contaminación, plagas y animales invasores e incendios Restauradores: plantación de árboles nativos; la conservación de plantas y animales; resilvestración.

AGUA DULCE

Degradadores: extracción de agua para riego, industria y hogares; extracción de arena y grava; presas, canalización y drenaje para la agricultura; la contaminación por sustancias químicas, plásticos y aguas residuales Restauradores: Control de la extracción de agua, de la pesca y de la minería; retirada de presas o rediseño, restauración de flujos de agua en humedales;

OCÉANOS Y COSTAS

Degradadores: Sobrepesca y desmonte de costas para la acuacultura; plástico y contaminación por nutrientes; vertido de aguas residuales Restauradores: pesca sostenible, tratamiento de aguas residuales, control de contaminación, gestión y restauración de arrecifes de coral, manglares y praderas marinas;

PRADERAS Y SABANAS

Degradadores: La conversión de tierras de cultivo y pastos; sobrepastoreo y erosión de suelo; extracción de recursos insostenible; especies invasoras Restauradores: desmonte active de vegetación leñosa; resembrado de hierbas nativas y replantación de arbustos y árboles; reintroducción y protección de fauna nativa;

MONTAÑAS

Degradadores: desmonte de bosques para la agricultura, presas y carreteras; erosión de suelo; desastres naturales como avalanchas, deslizamientos e inundaciones Restauradores: plantación de árboles, mejor planificación de infraestructuras, uso de técnicas agrícolas de bajo impacto como la agroforestería;

TURBERAS

Degradadores: Extracción de turba; drenaje para agricultura, infraestructuras, minería y exploración de combustibles fósiles, fuego, sobrepastoreo, contaminación Restauradores:Rehumedecimiento, conservación;

TIERRA AGRICOLA

Degradadores: Sobrepastoreo y erosión del suelo; eliminación de ribazos y árboles; contaminación por fertilizantes y plaguicidas Restauradores: Rotación de cultivos con más diversidad de cultivos, incluyendo árboles y ganado de pasto en tierra de cultivo después de la cosecha; uso de fertilizantes y control de plagas naturales;

CIUDADES

Degradadores: crecimiento urbano descontrolado; residuos y emisiones de la industria, tráfico, hogares Restauradores: leyes de planificación más estrictas; limpieza de cauces de agua y antiguas zonas industriales; plantación de árboles y creación de espacios verdes y humedales urbanos.

¿Qué hacen los ecosistemas por nosotros?

Lejos de ser un lujo que las economías con pocos recursos pueden apenas permitirse, gastar dinero en la restauración y la conservación de ecosistemas es una inversión sensata. De media, cada dólar gastado en la restauración de ecosistemas ofrece una ganancia de casi 10 dólares en bienes y servicios de ecosistemas.

Algunos de estos beneficios monetarios son directos, por ejemplo madera sostenible, cosechas agrícolas mejoradas e ingresos del ecoturismo. Pero la mayor parte de ellos son regalos por los que de otra manera  la sociedad tendría que pagar, como aire y agua limpios, polinización, control de pagas, reciclado de nutrientes, secuestro de carbono, menos enfermedades transmitidas por animales y una mayor resiliencia ante fenómenos atmosféricos extremos y desastres naturales.

Imagínatelo como la construcción de carreteras  y puentes, no generan beneficios por ellos mismos, pero preparan el camino para un aumento de actividad económica. “Tiene un sentido económico sólido con beneficios que superan los costes”, dijo el científico medioambiental y diplomático Bob Watson.

Fuente: https://rebelion.org/plan-de-rescate-para-la-naturaleza-como-solucionar-la-crisis-de-biodiversidad/

Comparte este contenido:

Los límites de la ciencia para saber qué está pasando con los insectos

Clemente Álvarez

Con los insectos se da una inquietante paradoja: los entomólogos llevan tiempo avisando de que cada vez son más las señales alarmantes sobre su situación (gente de cierta edad puede incluso percibir por ella misma que algo ha cambiado en el campo); sin embargo, desde un punto de vista científico, la falta de datos continuados sobre las poblaciones de estos pequeños seres hace muy difícil calibrar la verdadera envergadura del problema. Y esto a su vez complica también la posible respuesta. Ahora un estudio de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), la Universidad de Murcia y dos instituciones británicas, publicado en Biodiversity and Conservation, muestra que esta barrera para saber lo que está ocurriendo con estos artrópodos no desaparece ni siquiera con los inventarios más completos que existen.

“Nos preguntamos cuáles son los mejores datos de insectos del mundo y encontramos que estos son los de mariposas en Gran Bretaña”, cuenta Jorge Lobo, entomólogo del MNCN, que explica que existen más de 10 millones de registros de 58 especies de lepidópteros en este territorio recopilados durante más de 200 años, de 1800 a 2014. Una cantidad de información excepcional para los insectos solo disponible en escasos lugares como este por la gran afición naturalista británica y por la atracción concreta a las bellas mariposas.

Aunque ya se ha llegado a hablar de “apocalipsis de los insectos”, existen distintas complicaciones para demostrar de forma científica el colapso de estos animales. Como señala Lobo, una de ellas es que entre estos artrópodos son comunes las fuertes variaciones interanuales en sus poblaciones, con bruscas bajadas y subidas. Puede ocurrir que un simple temporal en el momento inadecuado o un fuerte impacto de origen humano haga caer los ejemplares de una especie en una determinada zona y que un tiempo después vuelva a multiplicarse su número. Para determinar que se está produciendo realmente un declive se necesitan inventarios continuados para poder comparar en distintos lugares y en periodos largos, lo que resulta bastante raro para estas especies en el conjunto del planeta.

En el caso de las mariposas de Gran Bretaña, con tantos registros desde 1800 para una cantidad no tan elevada de especies (hay casi el mismo número de lepidópteros en la ciudad de Madrid) se podría pensar que ya se conoce todo sobre la distribución de estos insectos en esta área del mundo. Según el investigador del MNCN, “la sorpresa es que no”. Los científicos españoles detectaron que el inventario estaba incompleto en un tercio del territorio analizado, en concreto, en bastantes sitios del norte de Gran Bretaña. “Nos preguntamos por qué y nos dimos cuenta de que esto se debe a la entrada en estas zonas septentrionales de especies que provienen del sur. La naturaleza es dinámica y por eso nuestra capacidad para detectar lo que está ocurriendo es limitada”, destaca Lobo.

Una mariposa manto bicolor ('Lycaena phlaeas').
Una mariposa manto bicolor (‘Lycaena phlaeas’).CHRIS VAN SWAAY

A pesar de su tamaño, los insectos pueden moverse kilómetros para buscar mejores condiciones, lo que de nuevo complica saber lo que está sucediendo. “A veces no se produce tanto una extinción como un cambio en la distribución“, indica el investigador. “Lo que tenemos hoy no nos permite conocer la verdad, pues en el momento en el que logramos suficiente información, la verdad ha cambiado”, señala.

Aun así, esto no hace desaparecer la montaña de evidencias que advierten sobre el retroceso de estos artrópodos. Como advierte Lobo, hay datos preocupantes: “Somos bastantes los científicos que aseguramos que hay un declive en las poblaciones de insectos y una pérdida de biodiversidad notable”.

Investigaciones en Alemania, el Reino Unido o Puerto Rico han registrado increíbles desplomes de la biomasa de insectos, es decir, del peso de estos animales en determinadas áreas. Y, en España, el propio investigador del MNCN ha constatado una drástica caída de los escarabajos peloteros (aquellos que construyen y ruedan bolas de excremento). En las colectas de esta familia de escarabajos anteriores a 1950, alrededor de un 30% correspondían a peloteros, pero en la actualidad no llegan al 5%. “Blanco y en botella, la diferencia es tan notoria que no caben otras explicaciones”, incide Lobo.

Sin embargo, hay otros resultados discrepantes. También en España, un estudio de 2018 del investigador Carlos Herrera en la sierra de Cazorla no encontró ningún declive en la abundancia de polinizadores entre 1997 y 2017 a pesar de cambios significativos en la temperatura o las precipitaciones, lo que sugiere que la reducción no es igual en todas partes.

Una revisión de 73 trabajos científicos publicada en 2019 en Biological Conservation, del ecólogo español Francisco Sánchez-Bayo, de la Universidad de Sídney (Australia), advertía de que al ritmo actual un 40% de las especies de insectos podrían extinguirse en las próximas décadas. Pero poco después científicos finlandeses de la Universidad de Jyväskylä respondieron a este artículo con un análisis en Rethinking Ecology en el que acusaban a la investigación de alarmista y criticaban algunos aspectos de la metodología, sin poner en duda el declive de los insectos.

“El patrón que emerge es preocupante, pero tenemos solo datos puntuales. Desde un punto de vista científico no deberíamos ser alarmistas si los datos no son completamente fiables, pero es que las señales son alarmantes y hay que decirlo”, destaca Lobo.

¿Cómo conseguir remediar la falta de datos fiables si no son suficientes ni siquiera las mejores colecciones de registros del mundo? Para solucionar esta falta de información, teniendo en cuenta el movimiento dinámico de la naturaleza, los investigadores de este trabajo consideran que cada país debería elegir una serie de zonas para realizar inventarios continuados. Al igual que existen estaciones meteorológicas fijas que registran las variaciones del tiempo en cada momento, proponen que haya estaciones de medición de la biodiversidad.

Fuente: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2021-03-07/los-limites-de-la-ciencia-para-saber-que-esta-pasando-con-los-insectos.html

 

Comparte este contenido:
Page 2 of 11
1 2 3 4 11