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Crecimiento: 1- Equidad: 0. Y, la educación, ¿qué papel juega?

Estas últimas semanas han sido de gran controversia en el mundo de los economistas por la publicación de Capital en el Siglo XXI de Thomas Piketty. El libro ha causado revuelo porque hace referencia al rol de las instituciones del capitalismo en la evolución y distribución de ingresos, y concluye que nos estaría conduciendo a una sociedad más desigual.

Otros autores como Per Krusell y Tony Smith han abordado el problema de la desigualdad de ingreso con una óptica distinta y se han enfocado, entre otros factores, en el rol de la educación y su eventual importancia para generar mejores oportunidades para todos. Entonces, nos preguntamos: ¿qué sabemos de la evolución del logro educativo y de su evolución en el tiempo? ¿Los jóvenes de hoy tienen más y mejor educación que los de hace cincuenta años?

Antes de responder a estas preguntas, definamos qué es el logro educativo y por qué es importante. El logro educativo se define como los años de educación que alcanzan las personas dentro del sistema educativo formal y es uno de los principales componentes del capital humano, el cual a su vez es determinante para el crecimiento económico.  Existe evidencia de que los países con mayor logro educativo crecen económicamente más rápido y de que las personas con logros educativos más altos tienden a tener salarios más altos en el futuro [1].

Ahora, volvamos a las preguntas que nos planteamos sobre la evolución del logro educativo. Gracias al sostenido esfuerzo de recolección de datos por parte de los persistentes investigadores Barro y Lee, pudimos analizar si los individuos acumulan más o menos años de educación hoy en día. De la figura anterior, podemos sacar dos conclusiones importantes:

  • A nivel mundial, el logro educativo del ciudadano promedio [2] mejoró abismalmente en los últimos sesenta años. ¡Este ciudadano, en los años cincuenta, tenía cero años de educación y ahora en el 2010 tiene 9!
  • ¡Todos mejoramos! Tanto los individuos que antes tenían un logro educativo alto como los que lo tenían bajo ahora permanecen por más tiempo en el sistema educativo.

Sin embargo, no todas las noticias son buenas. A nivel mundial, los individuos con alto logro educativo aumentaron 6 años, mientras que aquellos con bajo nivel subieron solo 3. Esto implica que la brecha entre los individuos con alto y bajo logro educativo se ha expandido con el correr del tiempo.

Además, la mejora también varía por regiones y por países (ver tabla). Por ejemplo, en países desarrollados el individuo promedio pasó de 6 a 12 años de logro educativo, y la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo se redujo de 6 a 5 años.

En América Latina y el Caribe la historia es distinta. En la región, aunque el individuo promedio pasó de 3 a 9 años de logro educativo, la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo aumentó de 3 a 6 años. En África Sub-Sahariana, donde los niveles de escolaridad eran muy bajos, el individuo promedio ha avanzado de 0 a 3 años de educación y la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo se ha acelerado de 0 a 9 años.

Los  sistemas educativos están realizando grandes esfuerzos por aumentar el logro educativo y reducir brechas, pero todavía la tarea es ardua. Usualmente los individuos con padres pobres y que no han concluido la escuela son aquellos que tienen el logro educativo más bajo por lo que se generan patrones viciosos de transmisión intergeneracional de pobreza y de falta de oportunidades. Así, como se aprecia en la tabla, si bien la diferencia entre los de alto nivel y bajo nivel se ha reducido, el logro educativo del individuo con bajo nivel en América Latina es de sólo 6 años, es decir el equivalente a primaria completa.

Para cerrar estas brechas es necesario el esfuerzo sostenido de los diversos países con el apoyo de organismos internacionales. En ese sentido, con gusto informo en este blog que el gobierno de Honduras acaba de crear 2500 cupos adicionales en secundaria con respaldo del BID. Así, muchos más estudiantes de las zonas rurales aisladas podrán acceder a la secundaria y graduarse, lo cual les permitirá tener mejores oportunidades e ingresos más altos en el futuro. Si bien este puede parecer un avance pequeño frente a los monumentales desafíos a los que nos enfrentamos, estamos en el camino correcto para disminuir las diferencias. Solo así podremos ofrecer a todos nuestros ciudadanos la oportunidad de permanecer en la escuela y de adquirir las habilidades necesarias para acceder a trabajos bien remunerados que les aseguren una mejor calidad de vida.


 [1] Estudios recientes presentan medidas de logro cognitivo como mejor indicador de capital humano, por ejemplo Hanushek y Woessman (2008). No obstante, las series de logro cognitivo son cortas y cubren numero reducidos de países.

[2] Individuo mediano, el percentil 50 en la distribución del logro educativo.

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Educar para otros mundos posibles

 “Resta esa facultad incoercible de soñar, de transfigurar la realidad, dentro de esa incapacidad de aceptarla tal cual es, esa visión amplia de los acontecimientos, y esa impresionante e innecesaria presciencia, y esa memoria anterior de mundos inexistentes, y ese heroísmo estático, y esa pequeña luz indescifrable que los poetas suelen llamar esperanza”.

Vínicius de Moraes

La diversidad es la característica fundamental de la humanidad. Por ende, no puede existir un único modo de producir y reproducir nuestra existencia en el planeta. Lo único que tenemos en común es la diversidad humana. Ante los ojos de la diversidad humana se despliega la posibilidad de la diversidad de mundos posibles. No podemos oponer un pensamiento único contra otro pensamiento único. Educar para otro mundo posible es educar para otros mundos posibles. Eso no cuestiona el lema del Foro Social Mundial “otro mundo es posible”, porque ese lema no se refiere a un “único” mundo posible. Eso sería una contradicción con respecto a su Carta de Principios.

Después del camino recorrido hasta aquí, en este libro, con la ayuda de los autores estudiados, podemos sacar algunas consideraciones finales, en nuestro afán de responder a la pregunta: ¿“Qué es educar para otro mundo posible, en plural”?

Primero que nada, educar para otros mundos posibles consiste en sacar a la luz lo que se había escondido como instrumento de opresión, consiste en darle voz a los que no son escuchados. La lucha feminista, el movimiento ecológico, el movimiento zapatista, el movimiento de los sin tierra y otros, hicieron visible lo que siglos de opresión habían hecho invisible. Por ende, podemos decir que estos son movimientos de educación para otro mundo posible. Paulo Freire, entre otros, fue un ejemplo de educador de otros mundos posibles, él sentó en el palco de la historia al oprimido, le dio notoriedad a él y a su relación con el opresor.

Educar para otros mundos posibles es educar para concientizar, para desalienar, para desfetichizar. El fetichismo de la ideología neoliberal es el fetiche de la lógica burguesa y capitalista que logra solidificarse a tal punto de hacernos creer que el mundo es, por naturaleza, inmutable. El fetichismo transforma las relaciones humanas en fenómenos estáticos como si fuese imposible modificarlos. Fetichizados, somos incapaces de actuar porque el fetiche nos quita la capacidad de hacer. Fetichizados, lo único que hacemos es repetir lo ya hecho, lo dicho, lo que ya existe.

Educar para otros mundos posibles es educar para el surgimiento de lo que todavía no es, el aún no, la utopía. Si lo hacemos de esta forma, estamos asumiendo la historia como posibilidad y no como fatalidad. Por eso, educar para otros mundos posibles es también educar para la ruptura, para la rebeldía, para el rechazo, para decir “no”, para gritar, para soñar con otros mundos posibles. Denunciando y anunciando. El neoliberalismo concibe la educación como una mercancía, reduciendo nuestras identidades a las de simples consumidores, despreciando el espacio público y la dimensión humanista de la educación. En oposición a ese paradigma, la educación para otros mundos posibles respeta la diversidad, convive con la diferencia, promoviendo la intertransculturalidad. El núcleo central de la concepción neoliberal de la educación radica en la negación del sueño y la utopía. Por ello, una educación para otros mundos posibles es, por encima de todo lo demás, educar para el sueño, educar para la esperanza. La mercantilización de la educación es uno de los desafíos más decisivos de la historia actual, porque ésta le da más valor a lo económico que a lo humano. Solo una educación emancipadora podrá invertir esa lógica a través de procesos y de sentido de desalienación. Educar para otro mundo posible es educar para la calidad humana “más allá del capital”, como nos dijo Istvan Mészáros en la ceremonia de apertura de la cuarta edición del FME, en Porto Alegre, en enero de 2005. La globalización capitalista les quitó a las personas el tiempo para disfrutar de la vida, los sacó de los espacios para la vida interior, nos robó la capacidad de producir dignamente nuestras vidas. Cada vez más gente se ve reducida a la condición de máquinas de producción y de reproducción del capital.

Educar para otros mundos posibles es hacer de la educación, tanto informal como no formal, un espacio de formación crítica y no sólo de formación de mano de obra para el mercado; es inventar nuevos espacios de formación alternativos al sistema formal de educación y negar la forma jerarquizada dentro de una estructura de mando y subordinación; es educar para articular las diferentes rebeldías que niegan hoy las relaciones sociales capitalistas; es educar para cambiar radicalmente nuestra manera de producir y reproducir nuestra existencia en el planeta; por ende, es una educación para la sustentabilidad.

No se puede cambiar el mundo sin cambiar a las personas: cambiar el mundo y cambiar a las personas son procesos que van de la mano. Cambiar el mundo depende de todos nosotros: es necesario que cada uno tome consciencia y se organice. Educar para otros mundos posibles es educar para superar la lógica deshumanizadora del capital, que toma el individualismo y la ganancia como sus fundamentos, es educar para transformar radicalmente el modelo económico y político actual.

No fuimos educados para tener una conciencia planetaria y, sí, una conciencia de estado-nación. Los sistemas nacionales de educación nacieron como parte de la constitución del estado–nación.

La escuela actual es producto del pensamiento de la modernidad que los estados-nación han moldeado a su gusto, es una escuela moldeada por los estados-nación y no por el pensamiento de la era de la globalización y de su opuesto, la planetarización.

Educar para otros mundos posibles exige que los educadores tengan un compromiso con la desmercantilización de la educación y una postura ecopedagógica de escucha del universo, del cual todas y todos hacemos parte. Los educadores no deben dirigirse sólo a los alumnos o a los educandos, sino a los habitantes del planeta, considerándolos a todos ciudadanos de la misma Matria.

La tierra es nuestro primer gran educador. Educar para otros mundos posibles es también educar para encontrar nuestro lugar en la historia, en el universo. Es educar para la paz, para los derechos humanos, para la justicia social y para la diversidad cultural, contra el sexismo y el racismo. Es educar para erradicar el hambre y la miseria. Es educar para la consciencia planetaria. Es educar para que cada uno de nosotros se encuentre su lugar en el mundo. Educar para pertenecer a una comunidad humana mundial, para sentir profundamente el universo.

Es educar para la planetarización no para el globalismo. Vivimos en un planeta y no en un globo. El globo se refiere a su superficie, a sus divisiones geográficas, sus paralelos y meridianos. El globo se refiere a aspectos cartográficos, como planeta, al contrario de esa visión lineal, se refiere a un todo en movimiento. La Tierra es un súper organismo vivo y en evolución. Nuestro destino, como seres humanos, va de la mano con el destino de este ser llamado Tierra. Educar para otros mundos posibles es educar para tener una relación sustentable con todos los seres de la Tierra, sean ellos humanos o no.

Es educar para vivir en el cosmos – educación planetaria, cósmica y cosmológica –, educar para entender nuestra comprensión de la tierra y del universo. Es educar para tener una perspectiva cósmica. Sólo así podremos entender con mayor exactitud los problemas de la desertificación, la deforestación, el calentamiento de la tierra, del agua, la basura, y los problemas que afectan a humanos y a no humanos. Los paradigmas clásicos, con su arrogancia antropocéntrica e industrialista, no tienen suficiente entendimiento para explicar esa realidad cósmica. Por no tener esa visión holística, no lograron encontrar ningún tipo de respuesta para sacar al planeta de la ruta del exterminio y del rumbo de la cruel diferencia entre ricos y pobres. Los paradigmas clásicos están haciendo que el planeta agote sus recursos naturales. La crisis actual es una crisis de paradigmas civilizatorios. Educar para otros mundos posibles supone un nuevo paradigma, un paradigma holístico.

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Perú: El país de ingresos medios, en búsqueda de mejores aprendizajes

¡Buenas noticias para Perú!  Hoy en día, los estudiantes de segundo grado de primaria están aprendiendo más que sus compañeros de hace 8 años atrás. Así lo indican los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes, la cual mide los aprendizajes estudiantiles en matemáticas y lectura. La noticia es positiva en varios aspectos aunque, por supuesto, aún existen desafíos pendientes.

Primero, el país ha consolidado la medición de aprendizajes mediante pruebas estandarizadas. Desde el 2007, Perú ha aplicado pruebas estandarizadas en matemáticas y comprensión lectora a sus estudiantes de segundo grado de primaria. Por lo tanto, existe continuidad en la aplicación de la prueba. Además, es bueno resaltar que Perú ha participado de las mediciones internacionales, tanto de la UNESCO (LLECE, SERCE, TERCE) como de la OCDE (PISA, 2000, 2009 y 2012). Pese a no salir tan bien parado estas las evaluaciones –especialmente en PISA donde se compara con las economías más avanzadas del mundo– Perú es uno de los pocos países de la región que ha participado en casi todas las mediciones importantes del planeta.

El reto, sin embargo, es consolidar un sistema nacional de evaluación de aprendizajes para que mida más allá de segundo grado, que eventualmente  permita  calcular el valor agregado de las escuelas y los profesores,  combinando apropiadamente la prueba nacional con las internacionales.

Las siguientes dos figuras muestran los resultados nacionales para todas las pruebas estandarizadas de aprendizajes en las que ha participado Perú, ordenadas según el año de nacimiento de los estudiantes. Puede notarse el progreso en todas ellas.

Segundo, el país progresó notablemente en las dos materias evaluadas. En la primera evaluación censal, en el 2007, el 16% de los estudiantes alcanzaba el nivel “satisfactorio” (es decir, lograron los aprendizajes esperados para el grado) en comprensión lectora. Hoy el 44% de alumnos alcanza tal nivel. Algo similar sucede con matemáticas donde los estudiantes con nivel satisfactorio pasaron del 7% en 2007 al 26% en 2014. Pero más importante aún es que esta mejora en aprendizajes no solo se dio en la evaluación nacional, sino también en todas las evaluaciones internacionales en las que Perú participó.

Frente a estos grandes progresos, sin embargo, no debe perderse la perspectiva. Perú aún tiene aprendizajes muy bajos en sus estudiantes. Hoy en día menos de la mitad de estudiantes de segundo grado alcanza un nivel satisfactorio en comprensión lectora y solo uno de cada cuatro estudiantes alcanza un nivel satisfactorio en matemáticas. Aún hay un largo camino por recorrer.

Tercero, en este último año, las mejoras en los aprendizajes se han dado para todos y, en varios casos, han sido a favor de los pobres. Ninguna de las 26 regiones del país muestra retroceso en los aprendizajes de los estudiantes en ninguna de las dos materias. Todas han mejorado en ambas. Además, las brechas público-privado en aprendizajes se redujeron, especialmente en matemáticas donde ahora es nula. Tanto las escuelas de zonas urbanas como las de zonas rurales mejoraron sus aprendizajes.

Sin embargo, la tarea pendiente aquí es la mejora de los aprendizajes en zona rurales. En las escuelas de estas áreas, sólo uno de cada seis estudiantes alcanza el nivel satisfactorio en comprensión lectora y uno de cada ocho, en matemáticas. En PISA, la brecha urbano-rural es la segunda más amplia de los países participantes, solo después de la de Hungría. Es necesario mejorar las condiciones para los aprendizajes en el Perú rural.

¿Qué podría explicar estos resultados? Sin aventurarnos a demostrar relaciones causales, aquí ofrecemos algunas hipótesis:

  1. Crecimiento y reducción de pobreza. Los niños y jóvenes que participaron en las últimas ediciones de las pruebas han nacido y crecido en un contexto especial de crecimiento económico. Este crecimiento, con un promedio de 5% anual desde el 2001, estuvo acompañado de una importante reducción de la pobreza y de una mejora de los indicadores sociales, como la desnutrición infantil, que también afectan el desempeño escolar.
  2. Aumento de la cobertura en educación inicial. Los niños que asisten al preescolar tienen mejores desempeños académicos en la educación primaria y secundaria. En Perú, la matrícula neta en educación inicial pasó de 58,6% en 2005 a 74,6% en 2012.
  3. Continuidad de políticas y programas educativos. Por ejemplo, la base de la reforma de la carrera magisterial con la incorporación de la meritocracia fue introducida de manera incipiente durante la administración del presidente García, para ser consolidada y profundizada durante la actual administración Humala. El Programa Educativo de Logros de Aprendizaje (PELA),  que la principal iniciativa focalizada en la mejora de los aprendizajes, también tuvo sus inicios en gestiones ministeriales anteriores. Esta continuidad de políticas y programas, poco usual dentro de nuestra región, ha demostrado ser uno de los factores de éxito en los países que han mejorado la educación.

Hoy Perú es considerado un país de ingresos medios. Para el 2014 estos bordean los USD 12,000 por habitante y han puesto al país como la cuadragésima economía más grande del planeta. Los aprendizajes de su población, sin embargo, aún no han alcanzado tal clase mundial. Perú ha podido aprovechar educativamente un contexto económico positivo, pero hace falta más. Para ello es necesario perseverar en las reformas, profundizando en lo que viene dando frutos. Esperamos que el futuro depare mejores y más aprendizajes estudiantiles y que este momento constituya un hito histórico para alcanzar una educación de calidad para todos los niños y jóvenes peruanos.

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Robin Hood va a la escuela

Algunos años atrás, las escuelas de las comunidades más ricas de Belice recibían hasta veinte veces más recursos públicos por estudiante que las demás. De hecho, en ese momento, el financiamiento de la educación secundaria era una mezcla extraña de subvenciones con transferencias, ambas provenientes de las más distintas fuentes.Pero, de todas estas subvenciones, las más importantes eran las destinadas a pagar los sueldos de los maestros. En ese sentido, al no haber establecido límites desde el principio sobre cuáles materias se financiarían con los fondos públicos, algunas escuelas de las zonas urbanas más prósperas e influyentes optaron por ofrecer un currículo más amplio y sofisticado que las pobres. Así, poco a poco, comenzaron a disponer de más y más maestros, quienes a su vez recibían salarios más elevados por antigüedad y nivel de formación académica. El lamentable resultado fue que las escuelas más ricas lograron acceder a una parte desproporcionada del financiamiento educativo público, mientras que aquellas que atendían a los estudiantes con menos recursos a veces ni siquiera tenían suficientes profesores para enseñar las materias básicas.

En 2009, el Ministerio de Educación de Belice y el BID se arremangaron la camisa y se propusieron iniciar la ardua labor de descifrar la cantidad exacta de recursos que se transferían a cada escuela. La tarea fue casi comparable con una excavación arqueológica, pero logró que quedara en evidencia que sí existía una distribución inequitativa dentro del sistema educativo. Ahora, el nuevo desafío era la reforma y esta parecía aún más cuesta arriba. El reto, por supuesto, recordaba al legendario Robin Hood: tomar de los ricos para ayudar a los más pobres.

El gobierno puso manos a la obra e inició un largo diálogo con las escuelas privadas, el sindicato de maestros y los líderes religiosos, entre otros. La reforma generó revuelo entre ciertos grupos, pero una campaña informativa pública bajo el lema ‘Es justo Belice, es el momento’  ayudó a asegurar que el público apoyara ampliamente la equidad en el financiamiento educativo y la igualdad de oportunidades por parte de todos los estudiantes a un currículo básico.

La nueva fórmula de financiamiento es simple, sencilla y equitativa. Se basa en la matrícula y reemplaza los reembolsos, los cuales eran sumamente complejos y antes se hacían para cubrir salarios y gastos operativos. Su objetivo final es que todas las escuelas reciban la misma transferencia por estudiante, además de ofrecer recursos adicionales a los centros que atienden a estudiantes en situación de riesgo o con necesidades especiales. Aunque la implementación ha sido gradual y la reforma durará varios años hasta que las escuelas se adapten a los nuevos niveles de financiamiento, los logros de Belice son un motivo de celebración. La brecha de financiamiento público entre los estudiantes ubicados en el 10% más rico y en el 10% por ciento más pobre de la población se redujo en un 20 por ciento. Por supuesto, algunos cambios han sido más dramáticos que otros. Por ejemplo, en la secundaria del distrito de Corozal, el gasto público por alumno se incrementó en un 123 por ciento en tan sólo un año, mientras que en las escuelas que han sufrido recortes, estos han alcanzado hasta un modesto 26 por ciento.

Curiosamente, las escuelas que han requerido más asistencia técnica para adaptarse a los nuevos niveles de financiamiento no son las que ahora reciben menos, sino aquellas que disponen de recursos adicionales. El desafío es utilizar estos nuevos fondos para mejorar la calidad de la educación y no simplemente para ofrecer más de lo mismo. Adicionalmente, los cambios han estimulado la colaboración entre escuelas. Ahora muchas comparten a los maestros que enseñan las materias no básicas.

No obstante, los beliceños no son los únicos que deben prestar atención a cómo lograr que el financiamiento público a la educación sea más equitativo. A lo largo de América Latina y el Caribe, también existen sistemas de financiamiento educativo que carecen de transparencia y coherencia, y que tienen una necesidad similar de cambiar. Esperemos que la reforma histórica de Belice inspire a otros a seguir su ejemplo y a embarcarse en esfuerzos para aumentar la equidad del financiamiento público a la educación. Es justo, es el momento.

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Los niños prodigio y los juegos

Quizás  tú también has tenido esta misma experiencia: cuando conversas con un grupo de amigos, de repente, la discusión se torna hacia sus hijos. Uno de ellos comienza a monopolizar la conversación e insiste en que su hijo es un prodigio y es más inteligente que los niños promedio de la misma edad. Entonces, uno de sus interlocutores le pregunta: “Ah, sí, y… ¿cómo lo sabes?”. Entre los detalles –ya a este punto, tediosos–, cuenta que su hijo de cuatro años de edad está en una clase para niños de cinco y seis años. “¡Oh!”,  respondemos todos, como si ahora todo tuviera sentido. Pero… ¿lo tiene?

Todos los padres quieren ayudar a sus hijos a alcanzar el nivel más alto de bienestar y éxito, pero no existe una receta mágica para lograrlo. Los padres ambiciosos vienen en todos los tipos y tamaños. Algunos “entrenan” a sus hijos, como si se tratara de un deporte universitario con la esperanza de que estos sean más grandes, más inteligentes y emocionalmente más maduros que sus compañeros de clase.  Y que así, estén por delante de la curva a lo largo de toda su trayectoria educativa. Otros, como este amigo, tienden hacia el otro extremo, empujando a los niños más pequeños a actuar por encima de su edad, sobre todo en el sentido académico, y prefieren que los niños “estudien” – sea lo que esto signifique  a los 4, 5 ó 6 años de edad– a que jueguen.

Ambas estrategias tienen problemas  y ambas deben guardarse para casos excepcionales.

El éxito en la escuela y en la vida exige más que inteligencia académica. También requiere de personas emocionalmente inteligentes. En mi próximo post, hablaré de un informe recientemente publicado por la OCDE, el cual indica que determinadas habilidades socio-emocionales pueden activar las habilidades cognitivas. Las habilidades cognitivas no involucran sólo la aplicación de conocimientos, sino que requieren de una capacidad para reflexionar y participar en los patrones de pensamiento más complejos.

Y aquí es donde me pregunto: ¿tiene sentido  empujar a los niños pequeños a que aprendan más rápido? Parece que el desarrollo socio-emocional de un niño –o desarrollo en términos generales– se vuelve prioridad. El desarrollo socio-emocional en los primeros años de vida constituye un precedente y prepara a los niños para que sean seguros de sí mismos, confiados, empáticos, intelectualmente curiosos, competentes en el uso de lenguaje para comunicarse y que sean capaces de relacionarse bien con los demás.

El desarrollo socio-emocional de un niño depende, en gran medida, de la calidad de sus interacciones con los demás. De cómo manejan el estrés, la adversidad o una pérdida.

Los adultos son una influencia importante al respecto, pero también lo son los otros niños. Una serie de habilidades socio-emocionales se aprenden de y con sus compañeros. La manera en que un niño de cuatro años de edad expresa su frustración por tener que compartir un juguete o esperar su turno es, probablemente, muy diferente a cómo un niño de seis años se enfrenta a la misma situación.

Para los niños pequeños, el juego es un buen medio –quizás uno de los mejores– para experimentar, manejar y expresar una amplia gama de emociones negativas y positivas. El mismo informe de la OCDE concluye que a los niños se les enseñan comportamientos apropiados al jugar con otros.  El desarrollo socio-emocional a una edad temprana puede ayudar a mejorar más adelante los resultados en temas sociales o de salud como la obesidad, la depresión y la intimidación.

Por ejemplo, mover a un estudiante de kínder en los EE.UU. desde el más bajo decil hasta el más alto de habilidades socio-emocionales (medidos por el autocontrol, los enfoques de aprendizaje y conductas de internalización) reduce la probabilidad de ser intimidado en el octavo grado  en 12 puntos porcentuales. En Corea, el aumento de nivel de responsabilidad de un niño desde el menor decil hasta el más alto, reduce la probabilidad de ser víctima de una agresión en 5 puntos porcentuales. Sin embargo, elevar las habilidades cognitivas de un niño coreano no tiene ningún efecto sobre la intimidación.

En pocas palabras: Los niños de cuatro años no están aplicando para la universidad. Pero sí están en una etapa crítica para la adquisición de un conjunto amplio y equilibrado de destrezas que les ayudarán a alcanzar el éxito en sus vidas. Los padres y compañeros son importantes en su desarrollo. Siempre habrá prodigios y excepciones pero, para la mayoría, las bases de ser solo un niño –como jugar–  son probablemente la apuesta para la escuela, la universidad y lo que venga después, una vez que llegue ese momento.

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IIPE UNESCO /Financiamiento para la Equidad: la contribución de los programas de subvención escolar directa

Desde 2010, IIPE UNESCO sostiene un programa de investigación sobre políticas de transferencia directa de recursos financieros a los centros educativos (School grants, en inglés).

 En colaboración con UNICEF, se han realizado estudios de políticas llevadas a cabo en distintos países del África Meridional y Oriental (2010-2012) y de la Región de Asia y el Pacífico (2012-2014). En la etapa actual (2013-2016), el programa cuenta con el financiamiento de la Alianza Mundial por la Educación  (GPE, por su sigla en inglés) en el marco del Programa de Actividades Mundiales y Regionales y se extiende a países de América Latina y el Caribe, así como a países de África Occidental y del Sur (de lengua francesa).

El presente programa de investigación busca profundizar la comprensión sobre el impacto de las políticas de subvención escolar directa en el financiamiento y desempeño de los sistemas educativos. Procura identificar las diferentes modalidades a las que recurren los países al descentralizar la gestión de fondos financieros en actores de la comunidad escolar, los objetivos a que se prestan estas políticas, los factores que favorecen u obstaculizan su implementación y los resultados alcanzados en términos de calidad y equidad educativa.

Fecha:
Desde 2013
Financiamiento:
Global Partnership for Education (GPE)
Contexto:
Un número creciente de estudios demuestran que la gestión de una escuela, las relaciones entre los diferentes actores de la institución (director, maestros, comunidad), y la propia participación de la escuela en la definición y la evaluación de su mejora, tienen un impacto positivo en la calidad educativa. Esto ha llevado a muchos países a dar a las escuelas mayor autonomía en la gestión de recursos financieros, mediante transferencias realizadas por los gobiernos centrales. Las teorías de gestión educativa asumen que el financiamiento directo redunda en ventajas tales como menores niveles de burocracia, menos fugas en la distribución de los fondos, y un uso más selectivo y apropiado de los fondos por parte de las escuelas para su propio mejoramiento. Asimismo sostiene que el impacto de estas políticas es mayor cuando atiende a escuelas en contextos desfavorecidos. La investigación busca revelar las realidades de estas políticas educativas que han tenido una amplia diseminación en distintas partes del mundo, destacando la forma en que fueron concebidas, interpretadas y puestas en práctica en las escuelas por los distintos actores involucrados y en diferentes contextos, así como sus resultados y limitaciones para el mejoramiento de la calidad educativa.
Objetivos:
El proyecto busca • Generar conocimiento sobre políticas nacionales de subvención escolar directa y su implementación a nivel local. • Producir recomendaciones para la mejora tanto del diseño de las políticas como de su implementación. • Fortalecer la experiencia de las instituciones nacionales en la realización de investigaciones cuantitativas y cualitativas.
STAFF:
Marcelo Souto Simão (Brasil)
Florencia Sourrouille
Daniel Pinkazs
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