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Objetivos de Desarrollo Sustentable / Objetivo 1: Poner fin a la pobreza

Objetivo 1:

Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo

Erradicar la pobreza en todas sus formas sigue siendo uno de los principales desafíos que enfrenta la humanidad. Si bien la cantidad de personas que viven en extrema pobreza disminuyó en más del 50% (de 1.900 millones en 1990 a 836 millones en 2015), aún demasiados seres humanos luchan por satisfacer incluso las necesidades más básicas.

A nivel mundial, más de 800 millones de personas aún viven con menos de US$1,25 al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados. El crecimiento económico acelerado de países como China e India ha sacado a millones de personas de la pobreza, pero el progreso ha sido disparejo. La posibilidad de que las mujeres vivan en situación de pobreza es desproporcionadamente alta en relación con los hombres, debido al acceso desigual al trabajo remunerado, la educación y la propiedad.

Los avances también han sido limitados en otras regiones, como Asia Meridional y África subsahariana, donde vive el 80% del total mundial de quienes se encuentran en condiciones de extrema pobreza. Se espera que esta tasa aumente debido a las nuevas amenazas que plantean el cambio climático, los conflictos y la inseguridad alimentaria.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen un compromiso audaz para finalizar lo que comenzamos y terminar con la pobreza en todas sus formas y dimensiones de aquí a 2030. Esto requiere centrarse en aquellos que viven en situaciones vulnerables, aumentar el acceso a recursos y servicios básicos y apoyar a las comunidades afectadas por conflictos y desastres relacionados con el clima.

Poner fin a la pobreza es uno de los 17 Objetivos Globales de la nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible. Un enfoque integral es crucial para avanzar en los diversos objetivos.

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Puerto Rico: la Asociación de Profesores universitarios prepara protestas

En las ultimas semanas se ha generado un poderoso movimiento de resistencia en Puerto Rico, generado por los mecanismos de reestructuración de la deuda pública que desde Washington se quiere imponer.  Profesores universitarios indican que se se está preparando un primero de mayo combatiente en contra de la Junta de Control Fiscal con el movimiento sindical, Asoc Profesores Univ Appu, comunidades, estudiantes y organizaciones ambientalistas, comunidades de fe y organizaciones políticas

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Lo que nos ha pasado

El director de cine Fernando Colomo deplora en una entrevista que “lo único importante ahora sea tener dinero sin importar de dónde venga. ¿Qué ha pasado en este país para que ese sea el único valor? ¿Por qué la persona que es honrada es considerada un pobre hombre? Nada que ver todo esto con los ideales que nos enseñaron de pequeños…”[1]

Bueno, lo que ha pasado en este país está bastante claro: han pasado sobre nosotros tres decenios de políticas neoliberales, aplicadas tanto por gobiernos del PSOE como del PP. El gran Karl Polanyi nos enseñó a distinguir entre economía de mercado y sociedad de mercado: “El mecanismo oferta- demanda- precio, cuya primera aparición dio origen al concepto profético de ‘ley económica’, se convirtió rápidamente en una de las fuerzas más poderosas que jamás haya penetrado en el panorama humano. Al cabo de una generación –de 1815 a 1845 (…)— el mercado formador de precios que anteriormente sólo existía como modelo en varios puertos comerciales y algunas bolsas demostró su asombrosa capacidad para organizar a los seres humanos como si fueran simples cantidades de materias primas, y convertirlos, junto con la superficie de la madre Tierra, que ahora podía ser mercantilizada, en unidades industriales bajo las órdenes de particulares especialmente interesados en comprar y vender para obtener beneficios. En un período de tiempo extremadamente breve, la ficción mercantil aplicada al trabajo y a la tierra transformó la esencia misma de la sociedad humana. (…) La esencial dependencia del ser humano respecto de la naturaleza y de sus iguales en cuanto a los medios de subsistencia se puso bajo el control de esa reciente creación institucional de poder superlativo, el mercado, que se desarrolló de la noche a la mañana a partir de un lento comienzo. Este artilugio institucional, que llegó a ser la fuerza dominante de la economía –descrita ahora con justicia como economía de mercado–, dio luego origen a otro desarrollo aún más extremo, una sociedad entera embutida en el mecanismo de su propia economía: la sociedad de mercado.”[2]

En el siguiente siglo y medio, múltiples resistencias -comenzando por la organización del movimiento obrero- frenaron o hicieron retroceder (temporal y localmente) la dinámica arrolladora del capital, con su esfuerzo incesante por transformar nuestras sociedades en sociedades de mercado. Luego, de forma fatídica, hacia 1980 se rompieron importantes barreras de contención y entramos en la desdichada fase de la historia humana que llamamos capitalismo financiarizado neoliberal. En este último tramo histórico –tres decenios aproximadamente- no sólo se ha avanzado decisivamente hacia ese estado de sociedad de mercado en casi todas partes, sino más allá: más hondamente, penetrando en las mismas raíces de la subjetividad humana de acuerdo con el lema thatcheriano según el cual “la economía es el método, el objetivo es cambiar el alma”.[3] Por eso hoy, en España y en otros lugares, tenemos no solamente sociedades de mercado –lo cual en sí mismo ya sería catastrófico— sino algo mucho peor: cada vez más sujetos de mercado en esas sociedades de mercado, vale decir, individuos que han interiorizado hasta lo más profundo la ontología del capitalismo neoliberal –no hay otra cosa que empresas compitiendo en mercados, y las personas han de verse a sí mismas como empresas unipersonales que necesitan sacar provecho de sus capacidades en los mercados competitivos— y sus valores. O más bien su valor único, ese que deploraba Fernando Colomo: “lo único importante ahora es tener dinero sin importar de dónde venga”.[4]



[1]Diego Galán, “Toda España es una comedia”, El País, 28 de marzo de 2016.

[2] Karl Polanyi: La gran transformación: crítica del liberalismo económico. La Piqueta, Madrid 1989 -ed. original de 1944; hay otra traducción al español en FCE-, p. 126. El importante análisis de Polanyi continúa en la media docena de páginas siguientes, cuya conclusión es: “Los mercados de trabajo, de tierra y de dinero son sin ninguna duda esenciales para la economía de mercado. No obstante, ninguna sociedad podría soportar, ni siquiera por un breve lapso de tiempo, los efectos de semejante sistema fundado sobre ficciones groseras, a no ser que su sustancia humana y natural, así como su organización comercial, estuviesen protegidas contra las devastaciones de esta fábrica del diablo” (p. 129).

[3] Sunday Times, 7 de mayo de 1988.

[4]Un buen estudio sobre estas cuestiones es La nueva razón del mundo de Christian Laval y Pierre Dardot: (Gedisa, Barcelona 2012), sobre todo el excelente capítulo 9 (“La fábrica del sujeto neoliberal”).

– See more at: http://tratarde.org/lo-que-nos-ha-pasado/#sthash.bS9FgGAt.dpuf

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South African Minister Rob Davies calls for pro-development approach to IP policy, at WIPO conference

Fuente: South Centre /8 de abril de 2016

Keynote Address by Rob Davies, Minister of Trade of the Republic of South Africa, at the WIPO Conference on IP and Development (April 2016)

I want to start by situating my remarks on IP protection in a wider historical view that all countries that have succeeded in breaking out of poverty and underdevelopment – beginning with Venice in the middle ages, through Britain in the 18th and 19th century, to the Asian newly industrializing economies, and to China and India today – all of them without exception have done so by nurturing a cluster of industrial activities characterized by increased, rather than diminishing, returns.

Nurturing has involved the identification and targeting of appropriate value adding activities, the deployment of public and private resources to support innovation, entrepreneurship and infrastructure development as well as the judicious use of tariffs and other forms of protection.

This understanding has informed South Africa and indeed Africa’s recognition that its sustainable development will, in great measure, be dependent on pursuing structural transformation of its economies through industrialisation.

Let’s step back for a moment: Over the last decade or so, Sub-Saharan African countries have shown impressive economic growth, outpacing advanced economies. That growth rate has also been above the average for all emerging and developing economies and while only Asia has recorded higher growth rates, the differential has been narrowing.

Seven of the top ten fastest growing economies in the global economy are African and Africa now offers the highest return on investment of any region in the world economy. Africa’s abundant natural resources, the growing consumer power of Africa’s emerging middle class and favourable demographics offer enormous potential for sustainable economic growth and development across the continent.

While all this has been positive, and suggests prospects for future growth and development are much improved, Africa’s growth path has been based primarily on commodity exports, particularly to Asian countries, as well as by strong consumption based on the rise of middle class consumers.

There is a now widening consensus among African government and business leaders that growth on this path will not be sustainable in the longer term and that, to place the continent on a firmer footing towards sustainable development, Africa will need to pursue structural transformation of its economic base and build a more diversified productive capacity, through industrialisation. The recent dramatic decline in a range of commodity prices, many of which are the mainstay of African production for export, should only redouble our efforts at industrialisation and economic diversification.

South Africa’s Industrial Policy Action Plan

In South Africa, the Government has chosen a growth and development path that prioritises industrial upgrading in more labour intensive sectors to generate sustainable and decent employment. Upgrading South Africa’s industrial base in this way and encouraging the production and export of more sophisticated value added products, require purposeful intervention in the industrial economy aimed at achieving dynamic, competitive advantages.

Our National Industrial Policy Framework and Trade Policy and Strategic Framework depart from the view that deliberate policy interventions are needed to address impediments to economic diversification, and that specific measures are considered on a sector-by-sector basis, dictated by the needs and objectives of sectoral strategies.

Two dimensions of this process may be instructive for the remarks I will make later more directly on IPR and economic development. First, our sectoral work is grounded in a ‘self-discovery’ process of engagement between government, business and labour, through which we collectively identify the specific measures and programmes needed to advance industrial development.

Second, our approach to tariff policy is one in which we make no a priori presumption of the benefits or costs of maintaining either low or high tariffs. Instead, tariff setting is assessed on the evidence obtained at firm and sector levels through detailed investigations that consider the impact of proposed tariffs on, amongst other things, economic output and employment across the value chain.

In short, tariff setting is evidence-based and the product of intensive consultations between affected stakeholders. Of course, the upper limits for tariffs are set by the binding obligations South Africa has undertaken in the WTO and in bilateral trade agreements.

IPR and Economic Development

If the proposition that industrial development and structural transformation are necessary for sustainable development in many developing countries is correct, a relevant question is whether and how IP protection can be designed to support these objectives.

Considerable work has been undertaken in the relationship between IPR and economic development, including excellent work under the aegis of WIPO. In our reading of this literature, it seems clear that the international community is far from reaching a convergence on the question. Indeed, this field of work remains a site of contestation.

While few policymakers, commentators or academics deny the importance of IP protection and enforcement, the questions revolve around nature of the standards that should be implemented and enforced, and whether this changes over time as countries industrialize and develop.

Strengthening and extending IPR regimes and enforcement are strongly advanced by countries at the cutting edge of innovation globally. One may recognise that, for those countries, it is of strategic value to use IP protection as a mechanism to preserve the rent-generating and other advantages that arise from the technological capabilities built up by their firms. In this sense, such an approach could well be understood as a de facto industrial policy and there is a compelling argument to be made that this should be balanced by approriate diffusion policies in catching-up countries.

In any case, in the history of development and ‘catching up’, successful strategies always appear to have involved ‘emulation’ that requires measures that are targeted at acquiring knowledge in increasing returns activities. Furthermore, all successful catching-up episodes occurred under condition of weak IPR regimes that permitted easier knowledge acquisition and imitation. During the 19th Century, today’s advanced economies used the IP system and the flexibility it accorded in a judicious manner as they pursued their industrialization. This allowed those countries to strengthen their IP regimes at their own pace, and in support of overall progress in their economic development.

We may recall that Switzerland did not institute a national patent law until 1888. When the law was introduced, it was narrow in scope and did not provide protection to chemical inventions. It is argued that this allowed domestic chemical industries to develop imitative capacity. Today, Switzerland boasts some of the most innovative and accomplished chemical and pharmaceutical industries in the world. Similarly, countries such as Germany, Switzerland, France and Japan only introduced pharmaceutical product patent protection in the 1960s.

Only a handful of countries have made the transition from “developing” to “developed”. If one looks at the performance of the “Asian Tigers”, it is clear that they relied on a heterodox of policy measures to achieve industrialisation.  For example, Korea relied less on FDI and initially acquired most of its technology through trade, reverse engineering and technology licensing. When it became competitive, its own companies began to invest heavily in R&D to develop their own innovative technology.

Singapore followed a different model. Singapore has long had an open trade regime and depended very much on FDI for its technology. While generally working with market principles, the government was heavily involved in attracting the kind of foreign investment that it believed would bring cutting edge technology that could underpin wider economic development. The development story of Singapore may be characterised as one of moving quickly from cheap unskilled labour to a knowledge-based economy. The government continued to invest heavily in education, skills and, in time, research and development. It has now become an important regional hub for many knowledge-based services.

More recently, we see that India pursued an alternate path in so far as it has taken advantage of the transitional provisions in TRIPS to develop a globally competitive pharmaceutical industry. By so doing, India has been able to increase global output and competition, thereby enhancing economic welfare. In the process, the industry in that country has become increasingly innovative and has sought to make greater use of the patent system.

The essential point of drawing on these examples is simply to reiterate that countries have taken different paths in pursuing economic development and they have used IP protection in different ways and at different times to support their development effort.

Some Theoretical and Empirical Questions

Opponents of strong IPR typically raise concerns that stronger IPR raises the costs of protected goods and reduces the accessibility of innovations. They often argue that a stronger IPR regime is costly including with respect to the fact that stronger patents confer a greater degree of monopoly power on the patent holder that are often foreign-based multinationals.

Opponents also contend that stronger IPR regimes can retard industrial development, as weak IPR can function as a kind of infant industry policy, allowing indigenous firms to learn from, absorb and experiment with foreign technology at low cost. Said differently, establishing a strong IPR regime prematurely limits the diffusion of innovative technology more widely and by imposing high prices for patent-protected goods, lower consumer welfare.

The role of patent protection in promoting innovation has also been controversial. There are arguments that patents are unlikely to foster innovation in developing countries at early stages of industrialization. The evidence on the extent to which patent protection contributes to encouraging innovation is, at best, inconclusive. This point is of particular relevance to industrial policies since some studies contend that other factors, notably ‘first mover’ advantages, are more decisive in promoting innovation.

Proponents of stronger IPR regimes, by contrast, suggest that IPR protection fosters innovation in reforming countries. They also argue that stronger IPR facilitates transfers of technology to reforming countries, increases foreign direct investment (FDI), and spurs industrial development. They point to the growing literature that shows a correlation between IPR reform and industrial development and argue that the concerns that a shift to stronger IPR would undermine industrial development are overstated.

As the policy debate unfolds, there nevertheless seems to be a wide acceptance that research on these and related topics must be extended and deepened if we are to have a better grasp of the complex relationship between IPR reform and FDI flows, technology transfer and industrialization.

While generalized conclusions can offer insightful guidance, it may not be applicable at all times to all countries. If that is the case, it is vital that research is undertaken in a manner that is context specific, taking into account the level of development of the country under consideration, with a clear focus on its industrial profile and capabilities.

In countries at an early stage of industrialization where technologically mature technologies may be embedded in equipment, strong IPR regimes may be unnecessary. As the manufacturing production of a country becomes more diversified and higher value added is sought (e.g. fine chemicals, electronic equipment and consumer goods) IPRs may growingly narrow down the freedom to operate in the absence of a license authorizing the use of the protected technologies and designs. Where countries begin to develop their own innovation through greater investment in R&D, the demand for stronger IPR protection is likely to grow in tandem.

What are we to make about these complex, varied, and sometimes divergent accounts of the historical, theoretical and empirical dimensions of the question of IPR and industrialization?

I would summarize the answer as follows: First, historically, different paths have been taken to economic development and the IPR protection provided. Second, IP protection has been strengthened and evolved in different countries over time. Third, there is no unambiguous evidence that stronger IPRs foster industrial development, and countries may require different approaches and policies depending on their level of industrial development.

This all suggest the need for a cautious approach to the reform of IPR. It also suggests the need to strengthen capacity to assess the costs and benefits of IPR reform in the specific contexts where the reform is being considered or undertaken. Reform should be based on robust evidence and should be the product of extensive consultations with affected sectors, industries and firms. There are no simple answers or short-cuts.

TRIPS and Flexibilities

Having made all these points, it is also clear that as many developing countries pursue industrialization, they do so in the context of an international IP regime that is more constrained than it was in the 19thcentury. The Agreement on Trade Related Aspects of Intellectual Property Rights (TRIPS) establishes extensive standards of IP protection that are almost without exception legally binding on all WTO Members.

While developing countries are committed to implementing and enforcing these standards, it is also clear that the TRIPS Agreement contains flexibilities that can be exploited to craft a greater developmental role for IP protection in respect to industrialisation.

Patents are likely to impact technologically dynamic sectors where domestic value added is higher as compared to sectors where more mature technologies predominate. Therefore, as countries pursue industrialization, we need to explore how best patent regimes can be designed to expand the opportunities for access and diffusion of technology.

As noted, whether or not IPRs in fact generate net benefits or costs to any particular country will depend on its productive profile, its R&D infrastructure, and the extent to which policy space is preserved to adapt the IPRs regime to local conditions and needs. In that context, governments retain an important role in ensuring that patentability standards such as the requisite level of inventiveness are appropriate and rigorous in order to avoid the introduction of patents that unnecessarily stifle local innovation and production.

Compulsory licenses are another avenue of policy flexibility permitted under the TRIPS Agreement that may be used as an instrument to promote domestic production where voluntary licenses are not available on reasonable commercial terms. There are several examples around the world where compulsory licenses were issued and employed successfully to ease access to affordable medicines.

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Si sabes, enseña y si no sabes, aprende

¿De qué sirve saber algo si usted no comparte lo que sabe? Ruben Blades
Se acabaron los tiempos en que te pagaban únicamente por trabajar. Cualquier organización que pretenda prosperar, te pagará además por enseñar lo que sabes y también por aprender lo que no sabes y necesitas para hacer mejor tú trabajo. A ninguna empresa le resulta rentable tener individuos brillantes o equipos de alto rendimiento que no sean capaces de mejorar el desempeño de sus pares. La evidencia nos demuestra que contar con abundantes talentos individuales no es garantía de éxito. Demasiadas veces, el todo es menos que la suma de las partes.

Acabo de regresar de nuestro cuarto viaje a Venezuela en 6 meses. Cada periplo ha resultado una pequeña odisea. El país está en una situación verdaderamente precaria. Permanentes cortes de luz, interminables colas para conseguir artículos de primera necesidad y Caracas que ostenta el nada decoroso título de ciudad más peligrosa del mundo. Llama la atención ver a la Guardia Nacional Bolivariana desplegada en calles y carreteras así como continuas referencias al “eterno comandante Chavez”. En contraste, Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. Pero un país rico en materias primas no es sinónimo de una sociedad desarrollada (de hecho los países más avanzados son aquellos con mayores “reservas” de conocimiento). Esta vez trabajamos con el equipo de perforación de Petróleos de Venezuela para tratar de resolver una problemática que no es nueva en la industria. En su principal División, tienen 40 taladros perforando pozos y su rendimiento es absolutamente desigual. Los hay que perforan un pozo en 17 días y los hay que tardan por encima de 50 en condiciones prácticamente idénticas. Es decir, los equipos con mejor rendimiento claramente tienen conocimiento que los peores equipos no tienen y que explica un porcentaje sustancial de las diferencias. Para hacerse una idea, 1 día de perforación de un taladro cuesta 22.000 dólares a lo que hay que sumar la producción que se deja de vender (600 barriles diarios por pozo) por cada jornada de retraso. Significa que cada mes se están perdiendo varias decenas de millones de dólares, un despilfarro mayúsculo. La solución, en términos de gestión del conocimiento es bastante clara: hay que determinar qué hacen esos equipos sobresalientes, cuáles son sus prácticas y decidir cómo se las transferimos a los equipos con problemas. La mejor práctica es aquella que asegura un resultado óptimo cuando la utilizas. Cuando preguntamos a los responsables de los equipos de perforación si interactúan entre sí para compartir conocimiento, su respuesta fue tajante: No. Ahora bien, esta misma realidad, es común a la mayor parte de organizaciones: vendedores o sucursales con niveles distintos de rendimiento, direcciones regionales de servicios públicos con desempeño desigual, unidades de negocio, plantas productivas… Acabamos de empezar un proyecto con una minera que consiste en identificar a las empresas con mejor desempeño a nivel mundial en una serie de procesos críticos en el área de mantenimiento para programar visitas de captura de conocimiento con el objetivo de aprender y transferir de vuelta ese conocimiento en sus operaciones en Chile. Allá donde uno mire, existen siempre diferencias en los resultados de los individuos y de los equipos cuya explicación, dado que ninguna empresa está formada por superhombres con poderes milagrosos, tiene que ver con distintos niveles de conocimiento. Asombrosamente, casi nadie parece muy preocupado.

¿Por qué sucede esto? Porque tenemos organizaciones diseñadas para competir internamente. En las empresas, es habitual encontrarse con rankings de individuos, equipos, oficinas, sedes, áreas de negocio, etc. Los resultados se gestionan felicitando y premiando al mejor y amonestando al peor (incluso castigándolo con el despido). Cualquier líder debe tener claro que lo más rentable para su organización no es promover esta lucha fratricida sino asegurarse de qué lo que hacen los mejores está siempre disponible para los que no lo hacen tan bien. La primera frase de este artículo lo resume perfectamente: “Comparar sirve para averiguar quiénes hacen mejor las cosas y en qué se basan sus logros para poderlos imitar”. Sin embargo, se insiste tozudamente en alimentar la rivalidad. Y en este contexto, al que le va bien, el que recibe bonos por su desempeño no tiene ningún interés en compartir lo que sabe y ayudar a mejorar al resto porque lo que haría es crearse competidores y disminuir sus probabilidades de ganarse el premio. “Dime como me vas a medir y te diré como me voy a comportar”. No se trata de mala voluntad sino de la respuesta natural al diseño nocivo que la organización ha promovido. La mayoría de personas a las que pregunto confiesan que no comparten su conocimiento porque no pueden, principalmente porque su empresa no les concede tiempo para ello. No existen ni espacios ni mecanismos para ayudar a los colegas y, dado que está todo diseñado para luchar encarnizadamente, cada cual se guarda para si sus mejores armas. ¿Y luego nos asombramos cuando las personas no colaboran? Más que demonizar la competencia, es urgente reaccionar ante el daño que causa colocar el “yo” por encima del “todos”. La principal queja que escuchamos en cada empresa es siempre la misma: no trabajamos en equipo. Los participantes en el último taller en Venezuela afirmaron “nuestra principal debilidad es no compartir”.
Por tanto, no estamos ante una simple casualidad sino que las organizaciones carecen de instancias para que el conocimiento fluya porque su modelo de gestión fue creado deliberadamente de esa manera. La inmensa mayoría de profesionales dedican su tiempo a “trabajar en lo suyo” y resulta casi imposible encontrar alguno cuya función consista en ayudar, con su conocimiento, a que los demás progresen. Se considera que todo tiempo que no se dedica a ejecutar es tiempo perdido. Las descripciones de cargo jamás incluyen ninguna referencia a compartir conocimiento o a enseñar a otros. A casi nadie le pagan por su contribución a la mejora del desempeño de sus colegas. ¿Cuántas empresas consideran fundamental la capacidad de aprender o las habilidades para enseñar de los candidatos durante el proceso de selección? Sin embargo, el espíritu de la gestión de conocimiento es precisamente crear las condiciones para asegurar que el conocimiento circule al interior de la compañía, que a sus integrantes les merezca más la pena compartirlo que guardárselo para sí, porque eso es beneficioso para a la organización. Las consecuencias de no compartir conocimiento pueden llegar a ser catastróficas. Los mismos errores que ocasionaron el peor accidente ecológico de la historia con la explosión de una plataforma petrolífera de British Petroleum en el golfo de México, habían sucedido 5 años antes en una refinería de Texas.

Gestionar el conocimiento consiste en crear las condiciones para aprender y para que el conocimiento fluya. Que las personas sepan que crear, sistematizar y compartir conocimiento es lo que se espera de ellos (y no algo que ocurre cuando sobra tiempo o cuando alguien te cae bien) porque contribuye a los objetivos de la empresa. Por un lado, la gestión de conocimiento es un concepto muy simple de entender: Enseño lo que sé y aprendo lo que no sé. Pero por otro lado, gestionar el conocimiento implica desafíos considerables. Cambiar la forma de mirar la empresa como un organismo que aprende, obliga a replantearse los procesos de trabajo, el rol de las personas y los sistemas de medición. Mientras tanto, aprender se sigue viendo como una pérdida de tiempo, algo que interfiere con el trabajo, que ojala sea lo más barato posible y responsabilidad de “la gente de formación”. Años atrás, el Jefe de Capacitación de una cadena de farmacias me confesaba su frustración por no haber conseguido convencer al gerente de ventas para que le cediese a uno de sus vendedores estrella para que pudiese formar a otros vendedores. Las capacidades de ejecutar y de enseñar no solo no son incompatibles sino que es imprescindible realizarlas simultáneamente.
Ante una realidad que no cesa de cambiar, las organizaciones no tendrán más remedio que transformar su diseño de los procesos de trabajo para adaptarse. No pueden mantener el mismo esquema eternamente. Por ejemplo, hace 10 años, en Catenaria todo el mundo estaba religiosamente en la oficina a las 8:30h (y con corbata) mientras que hoy, yo piso la oficina solo cuando es imprescindible. Y es que el trabajo no es un lugar. En demasiadas instituciones públicas y privadas, mientras sus integrantes confiesan que podrían realizar su trabajo sin necesidad de acudir a diario a la oficina, se mantiene inalterable el mismo formato rígido y anticuado de hace décadas. Las organizaciones que aprenden son más planas y son más orientadas a la persuasión que al control y a la jerarquía.

¿Qué tenemos que cambiar? Cambiar obliga a aprender. Hace 2 columnas ya vimos que resulta imprescindible generar 3 hábitos inexistentes en las empresas: reflexionar, sistematizar y compartir. Pero no basta con esto, se requiere darle un protagonismo central al aprendizaje. Claro que para enseñar a otros necesitas aprender a enseñar y para eso hay que dominar el proceso de aprendizaje, algo que como ya abordamos, está al alcance de pocos profesionales. ¿Quién te enseña a enseñar? ¿Cómo se aprende a lograr que otros aprendan (y no a contarles cosas)? ¿ Te lo enseñaron en el colegio o la universidad? ¿Seguro que sabes aprender? ¿Cómo aprendemos? Siempre que hago esta pregunta en un curso, todos los participantes me responden lo mismo: “Haciendo”. Aprender no consiste en asistir a cursos, escuchar a expertos o leer contenidos bellamente estructurados. Aprender exige practicar y al finalizar, tengo que ser capaz de hacer algo que antes no podía.

Muy pronto, todas las empresas abrazarán un mandamiento que dirá: “Todo lo que sepas en tu área de expertise, necesitamos que se lo enseñes a quien le pueda hacer falta. De igual modo, cualquier ámbito en el que no tengas todo el conocimiento que requieras, necesitamos que lo aprendas para mejorar el rendimiento”. Lo que una persona o un equipo aprenden únicamente se convierte en conocimiento organizacional si existe un proceso deliberado de compartir, de otra manera el conocimiento permanece en el individuo o grupo que lo originó y la empresa no aprende. Para ello, necesitamos crear instancias para aprender y compartir y al mismo tiempo, modificar el sistema de incentivos para que dichas instancias formen parte de las tareas ineludibles de cada miembro.

El conocimiento organizacional ocurre cuando toda la organización aprende y comparte lo aprendido. En EEUU, el Ejército, una de las organizaciones más antiguas del mundo, creo en 1985 el Centro de Lecciones Aprendidas (CALL), un órgano cuya función es captar el aprendizaje y difundirlo por toda la institución. La labor de este cerebro es, como expusimos en esta charla TED, capturar lo que se aprende y proveer el conocimiento a quien lo necesite. Gordon Sullivan, ex jefe del estado mayor del ejército de EEUU decía: “El reto es descubrir qué se sabe en cualquier parte de la institución y si es valioso, hacer que lo conozcan todos”.Actualmente, con el apoyo de la tecnología, la experiencia se puede difundir casi al mismo tiempo que se genera.

El principal reto para el futuro de una empresa consiste en crear una cultura de aprendizaje, instaurar la libertad de aprender. ¿Cuál es el desafío de un líder? Desarrollar a sus colaboradores para que se revaloricen y rindan lo mejor posible en lugar de que se deprecien y rindan menos. Desarrollar exige enseñar, lo que expone a los líderes a demostrar que verdaderamente saben. La mejor estrategia para un líder es predicar con el ejemplo: ser los primeros en enseñar y mostrarse disponibles para aprender, lo que no siempre ocurre (el principal enemigo del aprendizaje es creer que ya lo sé todo y no necesito aprender). Un líder que aprende, reconoce la importancia de enseñar. Aprender implica aprender de todo lo que haces todo el tiempo. No sirve que solo algunos aprendan y no todos o que se aprenda algunas veces y no siempre. El aprendizaje es un hábito para toda la vida. Aprender y enseñar son una responsabilidad compartida. A la empresa le interesa siempre tener a los colaboradores mejor formados pero también te tiene que importar a ti: convertirte en mejor profesional (cuanto más sabes más valioso te vuelves) y contribuir al bien común. Por eso la actitud juega un papel tan decisivo. La motivación por aprender lleva a generar conocimiento y a compartirlo. La gestión del conocimiento depende de la actitud de aprender y ayudar a otros.

Aprender de lo que se hace y compartir el conocimiento está en la esencia del aprendizaje organizacional. Una organización que aprende reduce sus riesgos porque cuanto más saben los individuos y los equipos, más eficientes se vuelven y menos errores se cometen. Solo una autentica atmosfera de aprendizaje puede garantizar la innovación. Invertir en conocimiento es siempre la mejor elección.
“Si tuviésemos una organización de 25.000 aprendedores que viniesen cada día y aprendiesen nuevas maneras de crecer y mejorar, seríamos la empresa más competitiva del mundo. James Champy.

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En Venezuela el Ministro Rodulfo Pérez señaló «La revolución Bolivariana le trae excelentes noticias al sector educación

Gracias a la Convención Única y Unitaria hoy, estamos abonando a las cuentas del personal docente, administrativo y obrero del Ministerio del Poder Popular a la educación:

1) Diferencia de la contribución por la Semana Mayor a docentes y obreros activos, jubilados y pensionados.

2) Contribución por Semana Mayor al personal administrativo. ¡Por primera vez en la historia! Y la diferencia al personal obrero y docente.

3) Compensación Única de 10 mil bolívares para personal docente, administrativo y obrero por firma de la Convención Colectiva.

4) Incremento de escala salarial al personal docente activo, jubilado y pensionado con retroactivo desde marzo por firma de Convención Colectiva.

5) Prima Hogar con retroactivo de marzo a personal administrativo y obrero activos.

6) Prima Transporte al personal administrativo del @MPPEDUCACION por primera vez en la historia.

7) Diferencia de la Prima Transporte al personal Obrero y Docente activos.

8) Incremento de la Prima de Antigüedad al personal administrativo, docente y obrero con retroactivo del mes de marzo gracias a la Convención.

9) Prima de Educación Especial, Técnica y Jerarquía para personal docente activo gracias a la Convención Única y Unitaria.

10) Para obreros y docentes jubilados y pensionados la diferencia del bono asistencial, ahora es de 4 mil bolívares.

11) Por primera vez bono asistencial a personal administrativo jubilado y pensionado bono asistencial, gracias a la Convención.

12) Diferencia de bono vacacional para administrativos y obreros que cumplieron años de servicio entre marzo y abril.

13) 10% por ejercicio docente para personal activo gracias a la Convención Única y Unitaria.

En mayo cancelaremos próximos compromisos de la Convención Única y Unitaria, trabajamos sin descanso con la Revolución Educativa de @NicolasMaduro.

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¿Qué ofrecen hacer los candidatos por la Educación del Perú?

a Peru

El comercio de Perú/ Abril 2016

Averigua lo que dicen los planes de trabajo de los candidatos que postulan a la presidencia en las Elecciones 2016

Los planes de gobierno de los candidatos que lideran las encuestas de las Elecciones 2016 presentan una prioridad: la educación es uno de los ítems a los que se les da más espacio en la búsqueda de hallar una solución al problema de ese sector. Este es un vistazo a lo que los candidatos pueden ofrecer.

Fuerza Popular

El plan de gobierno de Keiko Fujimori es explicado por Paul Neira, vocero del partido en temas educativos. Él señala que hay cuatro ejes en los que se ha articulado el proyecto fujimorista: primera infancia, educación secundaria, capacitación y sueldo de los maestros.

El diagnóstico que hizo su partido arrojó que muchos sectores tienen acciones sobre la primera infancia y que estos están desarticulados: «Proponemos la Secretaría Nacional de la primera infancia, con un rol muy cercano a la presidencia y va a estar sentada en el Consejo de Ministros para articular varios sectores como Educación, Salud, Inclusión y otros», indica.

Asimismo, refirió que su partido propone «aumentar un año más de educación secundaria» y que los últimos dos años sean bachillerato.

En cuanto a los docentes, Paul Neira –candidato al Congreso con el número 36– explicó que desean establecer un «Sistema Nacional de Desarrollo Profesional» para los docentes, al tiempo que se le aumente el sueldo a los maestros y se disminuye las etapas de la carrera pública magisterial.

Sobre cómo hará su partido para mantener su plan a largo plazo en caso Keiko Fujimori resulte elegida como presidenta, Neira apuntó que su plan viene articulado con acciones tomadas en gestiones anteriores y que su plan servirá de base para obtener resultados dentro de 20 años. «Si no se toman decisiones en este gobierno se va a pasar el tren», apuntó.

Peruanos por el Kambio

Martín Vizcarra, candidato a la primera vicepresidencia de Peruanos por el Kambio, refirió que hay tres ejes de los que se ocupa en extenso el plan de gobierno de Pedro Pablo Kuczynski: El docente, la infraestructura y el alumno.

Vizcarra, ex gobernador regional de Moquegua, indicó en primer lugar que el piso salarial de los docentes debe estar por los S/2.000 y que se debe articular con los gobiernos regionales y locales con el fin de establecer capacitaciones regulares.

Asimismo indicó que su plan requiere una infraestructura adecuada y que un eventual gobierno de PPK buscaría dársela a todos los colegios articulando los esfuerzos de la misma forma que el caso de las capacitaciones docentes. Finalmente, refirió que para lograr nivelar a los alumnos y no encontrar rezagos en los salones de clases, «necesitamos un apoyo adicional de docentes para que se dediquen a dar clases de refuerzo».

«Nosotros vamos a apoyarnos en la base del actual gobierno, que ha presentado avances», refirió.

Frente Amplio

El plan de gobierno del Frente Amplio, en tanto, habla de mejorar la cobertura educativa, de impulsar un shock de inversión, aumentar el salario a los maestros hasta 2.600 soles y de establecer políticas educativas en lenguas originarias.

Severo Cuba, coordinador de la Comisión de Educación del Plan de Gobierno del Frente Amplio, refirió a El Comercio que «la intención básica es un estándar de calidad para toda la población» y que tienen «cierta focalización en «zonas de frontera, zonas rurales y pueblos originarios», que de manera histórica no han sido tomados en cuenta.

Además indicó que la carrera pública magisterial sufrirá un reajuste y que a su partido le interesa seguir la pauta del Proyecto Educativo Nacional aprobado en 2007.

Los fondos para lograr esto, asegura, parten de «una decisión política» que permita asegurar una mayor participación de presupuesto al sector Educación, que debe ser impulsada por una reactivación de la Economía. «Esto es parte de la lógica de la política económica, que va de la mano de la reforma tributaria», dijo.

Fuente: http://elcomercio.pe/politica/elecciones/elecciones-2016-que-ofrecen-hacer-candidatos-educacion-peru-noticia-1892030

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