Chile / 17 de septiembre de 2017 / Autor: 24horas.cl / Fuente: Youtube
Publicado el 14 sep. 2017
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Chile / 17 de septiembre de 2017 / Autor: 24horas.cl / Fuente: Youtube
Publicado el 14 sep. 2017
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Chile / 17 de septiembre de 2017 / Autor: José Joaquín Brunner / Fuente: El Líbero
El mayor problema de la reforma de la educación superior impulsada por el gobierno es la inexistencia de un diagnóstico serio del sistema que considere todos los elementos indispensables, y la ausencia por ende de una agenda de problemas necesarios de abordar. Hasta ahora, la reforma anunciada, y el proyecto de ley enviado al Congreso para materializarla, carecen de una fundamentación racional.
Ante todo, deseo llamar la atención sobre el carácter y desempeño de nuestra educación terciaria (ET), cuya legislación más fundamental estamos tratando de cambiar. En efecto, cualquiera modificación de la legislación que la rige, sobre todo si pretende ser de fondo, debe partir por un conocimiento fundado del sistema que se busca cambiar.
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Carácter. Dentro de la clasificación de regímenes de economía política de los sistemas nacionales según el carácter público/privado de la provisión y el financiamiento del sistema, el de Chile se caracteriza —en comparación con el promedio de los países de la OCDE— por tener en ambas dimensiones una presencia preponderante de matrícula y recursos privados. En esta misma categoría, aunque con perfiles diferentes de preponderancia privada, se encuentran además Brasil, Corea, Gran Bretaña, Israel, Indonesia, Japón, Perú y otros.
Un tipo diametralmente opuesto de economía política es aquel donde predominan la provisión y el financiamiento estatales, como ocurre —en diversos grados— en la mayoría de los países de Europa Occidental y también en Argentina, Cuba y Uruguay, por ejemplo.
Un tercer tipo de régimen es aquel en que predomina la provisión estatal, pero con financiamiento mayoritariamente privado (economía política estatal de costos compartidos), como poseen Australia, Canadá y Estados Unidos, entre otros.
Por último, hay sistemas cuyo régimen combina provisión mayoritaria por instituciones privadas (“de vocación pública”) con gestión independiente y financiamiento predominantemente fiscal (economía política de tercer sector), como ocurre en Bélgica, Finlandia, Estonia y Honduras, por ejemplo.
Nótese que si bien Chile se sitúa en el cuadrante de provisión y financiamiento predominantemente privados, sin embargo posee universidades que corresponden a tres de los tipos de regímenes de economía política descritos: universidades estales financiadas mayormente con recursos privados agrupadas en el CUECH; universidades privadas cofinanciadas con aportes directos del Estado (las del G9); y universidades privadas cuyo financiamiento principal —aunque no exclusivo— proviene de fuentes privadas.
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Desempeño. ¿Qué rendimiento posee nuestro sistema de ET en las dimensiones básicas de su desempeño? A continuación se presentan resumidamente los datos más relevantes (con base en OECD, Education at a Glance 2016, a menos que se indique una fuente diferente).
Una hipótesis plausible es suponer que la baja puntuación obtenida en Chile por las personas con ET, se debe a los bajísimos niveles alcanzados previamente por las personas con menos que educación secundaria superior (186 puntos) y con educación secundaria superior (219 puntos). Dicho en otras palabras, el pobre desempeño de la ET en literacy, sería el resultado acumulativo de las desventajas de la cuna y de la pobre calidad de la educación primaria y secundaria que recibe una mayoría de los niños y jóvenes provenientes de los hogares correspondientes a los deciles de menor ingreso.
(A) Según niveles de la CINE 2011 alcanza en Chile a un 0.4% en el Nivel 5; a un 2.0% en los Niveles 6 a 8; en total, 2.3% del PIB. En el promedio de la OCDE, las cifras correspondientes son 0.2%, 1.4% y 1.6%, respectivamente.
(B) Según el carácter estatal o privado de las fuentes de recursos, en Chile la composición del gasto es: 1.0% estatal; 1.4% privado; total, 2.3%, respectivamente. En el caso de la OECD: 1.1% estatal; 0.5% privado; total, 1.6%.
(C) Según el monto del gasto por estudiante, la distribución en Chile es la siguiente (expresada en USD ppc, incluyendo gasto en I&D): Nivel 5, USD 4.079; Niveles 6 a 8, USD 9.084; total, USD 7.642 (USD 364 en I&D). En comparación, el gasto promedio de la OCDE es USD10.107, USD 16.199, 15.772 (USD 4.837 en I&D), respectivamente. En suma, Chile realiza un significativo esfuerzo de gasto en la ET en relación con el PIB, pero sostiene este esfuerzo mediante un esquema de gasto compartido. Aun así, el gasto en el Nivel 5 es comparativamente bajo para el gasto en los niveles superiores, y el gasto en I&D es ínfimo.
En suma, una visión respaldada por datos sobre el desempeño comparado del sistema chileno arroja un balance positivo con una sólida performance en el contexto no sólo latinoamericano, sino también —en varias dimensiones— en relación con el promedio de la OCDE. Además, revela dónde se hallan los principales desafíos que el sistema enfrenta en la actual etapa de su desarrollo: (i) baja calidad del logro en la adquisición de competencias fundamentales; (ii) necesidad de focalizar los esfuerzos de la instancia de acreditación en cubrir a todas las instituciones, exigiendo y fomentando una mayor efectividad de los procesos de enseñanza y aprendizaje; (iii) necesidad de un constante monitoreo de la empleabilidad de los graduados, especialmente la evolución de la franja de personas con tasa negativa de retorno; (iv) preocupación por la deserción y duración tanto nominal como real de las carreras universitarias y necesidad de apoyar a los estudiantes vulnerables; (v) reducido gasto en I&D y en la enseñanza técnica de ciclo corto.
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Visto el positivo desarrollo de nuestra educación superior y su estado actual, cualquier cambio que se desee introducir —sobre todo si es de cierta magnitud— debe ser seriamente fundado y técnicamente bien diseñado. El mayor problema de la reforma de la educación superior impulsada por el gobierno es la inexistencia de un diagnóstico serio del sistema que considere todos los elementos resumidos más arriba, y la ausencia por ende de una agenda de problemas necesarios de abordar. Hasta ahora, la reforma anunciada, y el proyecto de ley enviado al Congreso para materializarla, carecen de una fundamentación racional.
Tampoco ha definido los principios axiales que deberían orientar la reforma, en relación con aspectos cruciales tales como la naturaleza del sistema y su economía política; el balance estatal/privado respecto de la provisión y el financiamiento; la mantención o no de un esquema de costos compartidos; la definición y el carácter de las instituciones; cómo ha de entenderse lo público de acuerdo a la evolución histórica del sistema y su institucionalidad; vínculo de las instituciones con el Estado (igualdad de trato o diferenciación, cuándo, cómo, en qué aspectos, etc.); la autonomía de las universidades; la identidad de sus proyectos educacionales; los esquemas de apoyo para los estudiantes, etc. En breve, la reforma carece de norte; no explícita sus objetivos ni aparece dotada de una racionalidad de valores.
Tampoco propone una estrategia sustentable de desarrollo de la ET que sirva como marco para las modificaciones legislativas y que responda a un diagnóstico fundado, incorpore los principios axiales y defina metas y medios para su implementación. Discutimos en el aire, lo que dificulta la comprensión de los asuntos discutidos e inhibe una deliberación racional.
En cuanto a la gobernanza del sistema propuesta en el proyecto, ella es orgánicamente débil y confusa en el vértice superior. En efecto, se discute en paralelo crear una Subsecretaría de Educación Superior y un Ministerio de Ciencia y Tecnología. Esta dualidad no se justifica y debilita a ambas partes en vez de fortalecerlas.
Funcionalmente, el esquema propuesto es centralizado, controlista, excesivamente burocrática y parece obedecer a un generalizado sentimiento de desconfianza de las autoridades hacia las instituciones. Establece un control estatal panóptico a través del manejo de la admisión; la determinación de vacantes; la definición de estándares y la regulación curricular a través de un marco nacional de cualificaciones rígidamente concebido; el trato preferente a un grupo de universidades que recibirían el monopolio sobre el carácter público de la ET; una categorización y segmentación de las universidades; la supervisión concebida con criterios de mera contabilidad de la gestión y uso de recursos; la fijación del precio de los aranceles; y, en última instancia, la dependencia de todas las instituciones de la voluntad oficial una vez que el financiamiento del sistema se halle exclusivamente en manos del Estado.
En breve, parece haberse diseñado una gobernanza para el control del sistema, no para guiarlo en beneficio del interés común. Más que estimular la iniciativa de las instituciones, parece que la opción es sujetarlas a una administración jerárquica que operaría por medio de reglas y controles.
Tampoco se prevé una adecuada coordinación entre los varios componentes de la gobernanza, como ministerios, agencias públicas relevantes, los actores del sistema y las partes interesadas externas de la sociedad civil. La interlocución del gobierno con los actores internos del sistema se mantiene bloqueada a favor del CRUCH, organismo que se ha vuelto disfuncional y cada vez menos representativo del conjunto de universidades acreditadas. Igualmente, se excluye la participación institucionalizada de partes interesadas externas en la formulación de las políticas para el sector, salvo en el caso de las instituciones no-universitarias.
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Por último, conviene anotar que toda esta discusión sobre una reforma de la ET se lleva a cabo sin atender a los desafíos que el sistema deberá enfrentar durante las próximas décadas. Menciono, por vía de ejemplo, tres órdenes de estos desafíos.
En suma, el actual proyecto de reforma de la ET no está a la altura de la complejidad ni de los desafíos que enfrenta nuestro sistema. Requiere ser repensado desde la base y rediseñado con criterios más contemporáneos, aprovechando sus numerosas fortalezas y ventajas, e identificando correctamente los problemas que se deben abordar.
José Joaquín Brunner, #ForoLíbero
(Versión revisada de la presentación realizada ante la Comisión de Educación y Cultura del Hon. Senado, 11 de septiembre de 2017)
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Educación superior: un proyecto que necesita rehacerse íntegramente
Colombia / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Yesid González Perdomo / Fuente: La Silla Vacía
La institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas.
El proceso educativo inicia con el nacimiento y termina con la muerte, por eso todas las personas pueden hablar de educación, mas no de pedagogía.
En una sociedad donde las redes sociales y los medios masivos de comunicación tienen una influencia descomunal sobre el conjunto de la sociedad, es de vital importancia revindicar la escuela como un escenario indispensable para desarrollar el pensamiento analítico y crítico, más an, cuando las relaciones educativas y escolarizadas son sujeto de diversas reflexiones, influencias e interpretaciones a través del tiempo.
Como lo plantea el maestro Estanislao Zuleta: la educación es un campo de combate en disputa por las diferentes fuerzas sociales[1]. Lo extraño, es que son los maestros/as los que hablan menos de educación y pedagogía y estamos perdiendo la batalla con los periodistas, sociólogos, abogados, economistas y empresarios que investidos por el poder político de turno, deciden el futuro de la institución educativa; es un deber moral ganar o volver al protagonismo que el maestro/a tiene como intelectual.
Es primordial para el futuro docente entender la importancia del saber pedagógico en el desarrollo profesional de su práctica cotidiana. Es una gran posibilidad para abrir caminos que conduzcan hacia la dignificación de la carrera docente, encontrando los elementos conceptuales necesarios para entablar un diálogo no subordinado con las ciencias de la educación.
Es evidente que la crisis de la escuela parte de alguna manera de la “despedagogización” de la misma, la inserción de modelos empresariales a través de indicadores de calidad y mapas de procesos, pueden dar cuenta de un sofisma renombrado como calidad de la educación[2]; es indiscutible, son la tendencia en el ámbito escolar de la actualidad, modelos como el ISO o el EFQM, son tan solo la punta del iceberg de la Escuela- Empresa.
Estos modelos erróneamente limitan la escuela a los resultados en pruebas censales, someten la pedagogía al entrenamiento burdo de exámenes, produciendo el fracaso con honores del pensamiento crítico y el espíritu liberador de la misma. En este escenario, es preciso construir modelos alternativos que respondan a los intereses de la comunidad educativa sin excederse en la tendencia paidocentrista, será la búsqueda de una nueva escuela que exprese las necesidades de una sociedad diferente, donde la injusticia y exclusión sean la excepción y no la regla.
Ahora bien, no hay que desconocer que la institución escolar no deja de ser un escenario conservador y negado al cambio, así lo hacen saber las diferentes corrientes pedagógicas que, desarrolladas en el pasado, siguen tan vigentes como en el momento en que fueron postuladas. No han dejado por un instante en ser revolucionarias, debido a que son pocas las escuelas que se piensan el cambio. Por ejemplo, un médico del siglo XVIII no podría ejercer hoy con la instrumentación actual, mientras que un maestro en las mismas condiciones encontraría un tablero, unos pupitres y unos infantes indispuestos por no estar en su recreo.
Poner a punto la escuela para los retos que la sociedad global nos impone, solo será posible con licenciados comprometidos con la pedagogía, la escuela y la sociedad. Arrancar de raíz la educación bancaria e instrumental dependerá en gran medida de quienes se enfrenten a los retos de estudiar una licenciatura, de allí, que insistir en el maestro como intelectual de la cultura, capaz de poder pensarse su labor, sus contenidos, su espacio de trabajo, su evaluación y hasta la formulación de la política pública en educación, es un reto de enormes dimensiones.
Para finalizar, es claro que pensarse la educación desde la escuela y por un profesional docente fuera del despacho del MEN o la SED, es un sacrilegio de considerables proporciones, debemos construir una propuesta colectiva de país en torno a un nuevo sistema educativo, uno que abarque todos los aspectos que nos han negado por falta de financiación: un estatuto docente que garantice una vida digna para todos los licenciados, un modelo pedagógico propio que no niegue los aportes de los clásicos pensadores pedagógicos, pero que al tiempo, pueda responder a nuestras particularidades como sociedad, ofrecer la infraestructura necesaria que permita cerrar las brechas de la educación entre ricos y pobres, la gratuidad y universalización de todos los ciclos educativos, incluyendo la universidad, garantizar los elementos básicos de la canasta educativa (uniformes, útiles, refrigerios, rutas, acceso a museos, etc.), si logramos estas condiciones, estaremos pagando la deuda eterna que la Violencia y la corrupción nos han impuesto por años.
[1] ZULETA, Estanislao. Educación y democracia. Hombre Nuevo Editores. IX edición, Medellín,2009.
[2] VEGA, Renán. Doctoritis Crónica. Simulación, Política y Academia en Colombia. Editado por ASPU-UPN, Bogotá, 2016.
Fuente del Artículo:
http://lasillavacia.com/silla-llena/red-de-la-educacion/historia/todos-podemos-hablar-de-educacion-pero-no-todos-podemos
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Asia/Vietnam/16 septiembre 2017/Fuente: Vietnam plus
La conferencia titulada “Construir la alianza Universidad-Industria mediante innovación y tecnología (BUILD-IT)” fue celebrada en esta ciudad sudvietnamita por la Universidad de Can Tho y la Universidad Estatal de Arizona, Estados Unidos.
El objetivo del programa es impulsar la cooperación entre el gobierno y empresas con universidades para enlazar planes de estudio sobre ciencia, tecnología, técnica y matemática de los centros docentes con las demandas de las compañías.
El proyecto se origina sobre la base del Programa de Alianza para la Educación Superior en Ingeniería que busca elaborar métodos de enseñanza cercanos a las necesidades de la sociedad.
Kathy Wigal, directora de BUILD-IT, señaló que la construcción de una alianza entre universidades y la industria mediante innovación y tecnología demanda que los colegios adopten un plan de estudios más práctico.
En la actualidad, las empresas piden estándares de salida para los estudiantes y suministran equipos de práctica a la Universidad de Can Tho, mientras que por su parte, la escuela formula programas de estudio acordes para satisfacer las demandas.
Fuente: http://es.vietnamplus.vn/vietnam-mejora-calidad-de-educacion-mediante-aumento-de-colaboracion-entre-universidades-y-empresas/77852.vnp
América del sur/Ecuador/16 Septiembre 2017/Fuente: Prensa Latina
El directivo precisó que la Comisión de Educación, con el respaldo del 99 por ciento de sus miembros, remitió el documento al Consejo de Administración Legislativa (CAL) para su calificación.
Por su parte Augusto Espinosa, presidente de la mesa de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, celebró la gestión de la Red en la definición de las posibles reformas a la Ley, enriquecida desde los territorios. Según precisó, la regulación sobre educación intercultural cuenta con el respaldo de 10 de los 11 miembros de la Comisión.
‘Vamos a priorizar el trámite de la iniciativa, tomando en cuenta que tiene el apoyo de la comunidad educativa’, afirmó de su lado Carlos Bergmann, segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional.
En el borrador de la propuesta, que llevó un intenso análisis y debate en talleres durante tres meses, en varias provincias del país, participaron activamente docentes, padres de familia y estudiantes.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=115403&SEO=apoyan-maestros-de-ecuador-reforma-a-ley-de-educacion-intercultural
Por: Ángel Pérez Martínez
El país está en mora de hacer cumplir la Constitución y las normas que establecen la obligatoriedad de la educación desde los 5 hasta los 15 años de edad. En Colombia más de un millón y medio de niños y adolescentes no asisten a la escuela y no pasa nada.
Basta viajar por las carreteras nacionales o recorrer las ciudades y pueblos de Colombia, para encontrar miles de niños y adolescentes que, en horas escolares, venden productos en las calles, piden limosnas, consumen drogas, y algunos, ya son una amenaza para la sociedad.
También es una vergüenza para el país conocer, de acuerdo con el DANE, que al finalizar el año 2016 la tasa de trabajo infantil (entre 5 y 17 años de edad) en el país fue 7,8%, es decir 867.000 niños y adolescentes estaban trabajando; más grave, 358.000 tenían entre 5 y 14 años de edad. En las áreas urbanas la tasa de trabajo infantil era de 5,7% y en el sector rural 13,6%. Por género 10,2% para los hombres y 5,1% mujeres.
Así mismo, el Ministerio de Educación Nacional, MEN, sostuvo en la rendición de cuentas del año 2016, que la tasa de deserción escolar para la educación básica y media fue de 3,74%, la más baja en los últimos 10 años, lo cual no oculta el hecho que 374.536 estudiantes abandonaron el sistema escolar antes de finalizar el año escolar
Además, los datos del DANE sobre educación formal señalan que el total de la matrícula en el sector oficial disminuyó en 1.044.399 estudiantes entre 2010 y 2016, es decir que decreció un 9,5 por ciento. Este punto es muy importante porque se demuestra que existe la oferta pública para atender por lo menos un millón de los niños y adolescentes que están por fuera del sistema educativo, además entre el 2010 y el 2016 se adicionó en más de 10.000 docentes la planta de maestros financiada con recursos nacionales.
En total, durante el año 2016, cerca de un millón y medio de niños y adolescentes entre 5 y 16 años de edad no asistieron a la educación básica y media. Estos datos van en contravía de la Constitución Nacional que estableció, en el artículo 67: “el Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica”. Aclaro, si la exigencia es hasta los 15 años, en ese momento los muchachos deben estar matriculados en el grado decimo, cuando ellos tienen una trayectoria normal por el sistema educativo: entrar a los 5 años al grado de transición y no repetir año escolar o desertar y volver.
Además, la Ley 1753 de 2015, por la cual se expidió el Plan Nacional de Desarrollo, del actual Gobierno, determinó en el artículo 55 la obligatoriedad de la educación media, para lo cual el Estado debe adelantar las acciones tendientes a asegurar la cobertura con gradualidad hasta el grado once (11) en todos los establecimientos educativos. Sin embargo, fue desafortunado que dicho artículo extendiera la exigencia de obligar a los adolescentes a estudiar los grados 10 y 11, hasta el año 2025 en las zonas urbanas y 2030 para las zonas rurales.
A pesar de las normas citadas que tienen origen constitucional, en el año 2016 para cerca de 1.500.000 niños y adolescentes la sociedad y el gobierno no se comprometieron a fondo en garantizar y exigir para ellos el cumplimiento del derecho a la educación, esta situación sigue igual en el 2017. Tampoco hubo investigaciones o sanciones para padres de familia o acudientes irresponsables (la educación oficial es gratuita e incluye otros bienes y servicios por los que no se cobra) que cohonestan para que sus hijos no asistan o ayudan a la explotación económica de los niños y adolescentes.
Hoy conocemos que las trampas de la pobreza y la repetición de ciclos de vida, nada ejemplares, al interior de algunas familias o de grupos sociales se transmiten y se reproducen de manera más fácil, cuando desde la primera infancia, la niñez y la adolescencia no se accede a oportunidades de desarrollo fundamentales para la vida, como una adecuada nutrición, servicios de salud y una educación básica y media de buena calidad.
El Gobierno y las autoridades educativas están en la obligación, con la ayuda de los docentes y los colegios, de promover y fortalecer acciones para incentivar la matrícula de todos los niños y adolescentes entre 5 y 16 años, esto conviene al conjunto de la sociedad. Insisto, la educación debería ser un punto de encuentro, de inclusión social y de oportunidades no sólo para el trabajo, también para la vida, el arte y la convivencia ciudadana.
El Estado, los gobiernos, la justicia, los medios de comunicación y en general la sociedad están en mora de empezar a reprochar y a sancionar a los adultos que obstaculicen bajo cualquier forma o excusa el acceso a la educación de los niños y adolescentes, ellos deben gozar de toda clase de protecciones y cuidados. Nadie se beneficia de semejante cantidad de niños y adolescentes por fuera del sistema educativo, sin futuro alguno. No todo es culpa de la pobreza o la guerra, puede existir desidia personal o familiar en algunos casos.
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/educacion-debe-ser-obligatoria-angel-perez/249686
Por: Pablo Gutiérrez del Álamo
Andreas Schleicher, responsable de PISA, aseguró que España mejoraría la calidad de su educación fomentando la colaboración entre docentes, así como su participación en la toma de decisiones sobre sus materias.
La OCDE presentó hace unos días el último de sus informes publicados, Panorama de la Educación. En sus 500 páginas, así como en las miles de páginas más que nos dejan las evaluaciones PISA, se acumulan algunas de las medidas que podrían hacer mejorar la calidad de la educación en España. Medidas que normalmente no se toman.
Andreas Schleicher acudió a la Comisión del Congreso para hablar sobre algunos de los datos de España en estas evaluaciones, así como de áreas de mejora posibles.
Principalmente señaló que el problema de la inversión ha de centrarse en dónde y cómo se invierte, más allá de cuánto. Estableció comparaciones con los datos de otros países como China o Sanghai para aclarar que la inversión en la reducción del tamaño de las aulas para disminuir la ratio profesor alumno no es siempre un elemento de mejor.
Pero sí lo es invertir en la carrera profesional de los docentes, haciendo que el trabajo en el aula sea más atractivo. Para ello detalló elementos como la observación en el aula por parte de los compañeros o una mayor autonomía (y, por tanto, confianza) para las y los docentes, hasta el punto de que puedan influir en el currículo que imparten en sus materias. Han de ser dueños de sus programas, dijo, aunque admite que es complicado hacer esto.
La inversión tiene que ir también en el sentido de que las administraciones faciliten que maestras y maestros tengan tiempo para la preparación y organización de las clases, para reunirse con otros compañeros, para hablar con las familias. Hay países que “priorizan la calidad de la enseñanza, la organización, los contactos entre profes, por encima del tamaño de las aulas”, aseguró Schleicher.
Además de esto, también dijo que para mejorar resultados es posible dar más horas de una materia (algo que se ha estado haciendo en los últimos años con Matemáticas o Lengua desde el Gobierno central así como desde los autonómicos), pero según informó Andreas Schleicher, “cuantas más horas pasan los alumnos en la escuela, peores resultados”. La forma de conciliar esto, dijo es “mejorar la experiencia educativa”.
Profesionalización
Para conseguir esta mejora de la calidad, Andreas Schleicher afirmó que otro de los puntos importantes se relaciona con la profesionalización de la enseñanza. Para ello, lo primero, es que los docentes tengan los conocimientos necesarios; que sean expertos en su materia (“Los alumnos tienen ojo para saber si un docente es experto”). Lo segundo, después del conocimiento, es la autonomía para que los docentes diseñen el entorno de trabajo y no se amolden a un marco determinado. Lo tercero sería la cultura de la colaboración, dijo, “donde los profesores trabajen juntos e intercambien experiencias”.
En España, el experto de la OCDE, dijo que la preparación de los docentes es correcta, pero “su autonomía y capacidad de decisión es pequeña y la cultura de la colaboración entre homólogos es reducida, no se les autoriza o fomenta para que observen y mejoren sus técnicas observando a otros”.
Schleicher afirmó que hay formas de colaboración entre docentes que se dan aquí, como la discusión de los resultados de los alumnos o cierto intercambio de información. Pero faltan elementos de mayor profundidad como la formación de grupos, estudiar juntos, crear marcos de trabajo… “Cuantos más docentes trabajen juntos, afirmó, observen lo que ocurre en otras aulas, preparen actividades juntos, colaboren… más se eleva la autoeficacia del profesorado”. Y desde la política, aseguró, se puede influir en estas dinámicas
Pero no solo la autoeficacia. el responsable del informe PISA aseguró que también mejora la satisfacción laboral. “Hemos visto que estos factores son importantes para que la profesión sea atractiva, incluso por encima de la cuantía de los salarios”. “Hay que dar a las personas la oportunidad de hacer un trabajo que les satisfaga y esto se puede cambiar”.
Aseguró el director de PISA que 9 de cada 10 docentes en España aseguran que en la última década nadie ha evaluado su trabajo. “Se sienten aislados totalmente”, aseveró. “España tiene que invertir en evaluación, desarrollo docente, colaboración entre pares, formación como líderes… Esto hace que los docentes se entusiasmen, que crean en su capacidad”.
Acuerdos
La necesidad de estabilidad para el sistema educativo es mayor de lo que parece. No tanto porque, como dicen siempre los ministros, la gente se los pida por la calle, cuanto por el hecho de que puede dar al profesorado ánimo a la hora de afrontar la tarea que tienen por delante. Los vaivenes políticos, los anuncios de nuevas leyes y más cambios desaniman a los docentes que “no consideran que tengan bajo control su actuación”, dijo Andreas Schleicher.
A pesar de que él mismo aseguró que no confía en la consecución de un pacto educativo en España por las posiciones tan politizadas sobre la educación que hay, quiso dejar claro que “es necesaria la coherencia en la reforma, que guíe y conduzca a una mejor educación”. De hecho, comenzó su intervención felicitando a España porque “construir un consenso fuerte en educación es clave para un sistema. Los sistemas tienen éxito si hay base social que lo sostengan”.