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Cuando los campamentos son las únicas vacaciones de los niños

Por: LAURA PERAITA

Más de 28.000 menores de familias vulnerables encuentran en las actividades de CaixaProinfancia su única diversión para el verano.

Laila reconoce que con 13 años era una niña un poco rebelde. Se negaba a estudiar, «me distraía con todo, mi edad del pavo fue tremenda», confiesa. Sus padres, ambos en paro y con tres hijos más, decidieron que Laila fuera a unas clases de refuerzo del programa CaixaProinfancia. «Cada curso iba de octubre a junio y, después mis padres me obligaban a ir al campamento de verano de la Fundación «la Caixa». Al principio no quería ir, pero luego empecé a hacerme amigas y estaba deseando que llegara el siguiente campamento porque era donde de verdad nos divertíamos».

Esta joven, que hoy tiene 20 años, recuerda que «como en casa la economía no iba nada bien, aquellos campamentos suponían para ella unas verdaderas vacaciones. «Se organizaban salidas al parque de atracciones, excursiones, íbamos a la piscina, al cine… Yo, de otra manera, no hubiera podido hacer nada de eso porque mis padres no podían permitírselo».

Y es que, tal y como asegura el subdirector general de la Fundación »la Caixa», Marc Simón, estas actividades se convierten para muchos niños en sus únicas vacaciones de verano. Por ello, nos esforzamos en lograr que la experiencia sea enriquecedora y permita que desarrollen sus capacidades y su confianza, que puedan abrirse a nuevas posibilidades y conexiones, y así romper el círculo de la pobreza».

«También vienen los hijos de progenitores que están en búsqueda de empleo y que viven en situaciones extremas, como vivir todos en una habitación de un piso»

Beatriz Moya, directora de la Asociación Valdeperales, añade que el ocio educativo que ofrecen estos campamentos para familias vulnerables supone una importante herramienta para fomentar la igualdad y romper el círculo de la pobreza. «Asisten cada año niños de familias muy desfavorecidas. Les damos la oportunidad de que vengan a los campamentos porque es la única fórmula que tienen sus padres para conciliar cuando tienen un trabajo, que suele ser muy precario, y no pueden permitirse pagar un campamento similar. También vienen los hijos de progenitores que están en búsqueda de empleo y que viven en situaciones extremas, como vivir todos en una habitación de un piso. Nosotros ofrecemos a sus pequeños un espacio en el que disfrutar con sus iguales».

Este año está previsto que participen más de 28.000 niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, riesgo de pobreza o exclusión en alguno de las 320 entidades sociales vinculadas a este programa y repartidas por España. En realidad, estos campamentos de verano son el colofón de un trabajo que se extiende durante todo el año. «Nuestro foco está en las familias en riesgo de exclusión, no solo en sus hijos –prosigue Moya–. Durante todo el año trabajamos para que los chicos tengan clases de refuerzo escolar, atención psicoterapéutica, logopeda… y a los padres les apoyamos igualmente en cuestiones como la búsqueda de empleo, su integración en actividades sociales, de educación familiar, etc. Finalmente les ofrecemos los campamentos urbanos, que duran cuatro semanas y pueden ir los niños de 4 a 17 años y, posteriormente, una semana en concepto de pernocta para niños a partir de 8 años».

La directora de Valdeperales añade que cuando estos menores cumplen la mayoría de edad tienen la opción de volar. Sin embargo, muchos de ellos desean continuar vinculados y deciden ser voluntarios para ayudar a otros niños. «Para los padres de estos jóvenes supone un gran orgullo ver la implicación de sus hijos y su responsabilidad al sumarse a un proyecto que les permite ayudar a otros niños, en vez de desligarse y quedarse tumbados en un sofá mirando la pantalla de un móvil. Además, una mayoría decide continuar sus estudios y formarse en áreas como monitor de tiempo libre o hacer un grado de educación infantil».

«Si no hubiera ido al programa mi vida ahora sería caótica, un desastre. Estoy muy orgullosa porque me han puesto las pilas y me quitaron la tontería de la edad del pavo de no querer estudiar»

Este es el caso de Laila, que con 17 años, al no poder seguir siendo usuaria, decidió ser voluntaria en los campamentos para atender a niños de tres a seis años. «Ahora, con 20 años, estoy estudiando Educación Infantil y me gustaría trabajar como educadora. Aquí llevo cuatro años con los niños y es como si estuviera haciendo prácticas. Estoy aprendiendo un montón a cuidarles, saber ponerles límites, normas, a que sepan relacionarse, respeten a los demás… Me encanta verles felices y disfrutar porque, de otra manera, no tendrían vacaciones. Cada vez me gusta más».

Esta joven reconoce que si no hubiera ido al programa CaixaProinfancia «mi vida ahora sería caótica, un desastre. Estoy muy orgullosa de haber participado porque me han puesto las pilas y me quitaron la tontería de la edad del pavo de no querer estudiar. Yo animo a todos los jóvenes a alejarse de las malas influencias y luchar por lo que desean porque las oportunidades llegan, pero hay que moverse un poco, no se pueden esperar a que vengan a nosotros tumbados mirando el móvil», concluye esta joven.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/campamentos-unicas-vacaciones-ninos-20220708161025-nt.html

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Kenia comunica a ACNUR que cerrará en junio de 2022 los campamentos de refugiados de Dadaab y Kakuma

El Gobierno de Kenia ha trasladado al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que cerrará en junio de 2022 los campamentos de refugiados de Dadaab y Kakuma, que acogen a más de 430.000 personas, según han indicado ambas partes a través de un comunicado conjunto.

El anuncio ha sido realizado tras una reunión entre el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, y el Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, a raíz del plazo de catorce días dado en marzo por las autoridades del país africano para el cierre de los campamentos, paralizado por los tribunales kenianos.

«Somos serios respecto a completar el programa de repatriación que se inició en 2016, respetando nuestras obligaciones internacionales y nuestra responsabilidad nacional», ha indicado el ministro del Interior de Kenia, Fred Matiangi.

«Reiteramos nuestra posición previa de cerrar los campamentos de Dadaab y Kakuma el 30 de junio de 2022», ha recalcado. La ‘hoja de ruta’ presentada incluye un retorno voluntario de los refugiados, con seguridad y dignidad, y su traslado a terceros países a través de varios acuerdos.

Matiangi ha reseñado que «los países de países de África oriental tendrán la opción de que se les emita un permiso de trabajo de forma gratuita para que puedan integrarse en las comunidades kenianas o volver a su país de origen».

Asimismo, la ministra de Exteriores keniana, Raychelle Omamo, ha hecho hincapié en que «el cierre de los campamentos debe ser visto como una aspiración». «No estamos expulsando a la gente, pero un campamento no es algo permanente. Es un limbo», ha argüido.

«Nadie debe vivir en un lugar de incertidumbre e indignidad generación tras generación», ha apuntado. «Ahora estamos trabajando en cómo lograr esto a través de una cooperación que vaya en línea con el Pacto Gloabl sobre Refugiados (GCR)», ha destacado Omamo.

Nairobi y ACNUR han destacado que los campamentos «no son una solución a largo plazo al desplazamiento forzoso» y han mostrado su compromiso a la hora de «trabajar juntos para encontrar soluciones alternativas que vayan en línea con los principios de responsabilidad y los objetivos del GCR.

«Creo que el Gobierno y el pueblo de Kenia seguirán mostrando su generosa hospitalidad hacia los refugiados, como han hecho durante casi tres décadas, mientras mantenemos discusiones sobre una estrategia para encontrar las soluciones más duraderas, apropiadas y fundamentadas en los derechos para los refugiados y solicitantes de asilo que viven en los campamentos de Dadaab y Kakuma», ha manifestado Grandi.

En esta línea, ha aplaudido el «continado compromiso» de Kenia con el GCR. «Tengo tranquilidad por las garantías del Gobierno de que seguirán dando protección y servicios a los solicitantes de asilo y refugiados en Kenia mientras se buscan soluciones», ha explicado.

El Gobierno de Kenia y ACNUR han asegurado además que «la verificación digital de los kenianos registrados como refugiados arrancará en su debido momento» para lograr su retirada de las bases de datos sobre refugiados.

Por último, han destacado que «Kenia ha soportado la carga de acoger a refugiados desde hace casi tres décadas», en las que los campamentos «han saturado su capacidad para acoger población», al tiempo que han recordado que el Gobierno ha expresado además «graves preocupaciones» por motivos de seguridad.

El Ejecutivo de Kenia ha pedido en varias ocasiones el cierre de Dadaab argumentando que en el mismo había infiltrados miembros del grupo yihadista Al Shabaab, que opera principalmente en Somalia y mantiene lazos con Al Qaeda, si bien el Tribunal Supremo impidió en 2017 su cierre.

Así, el tribunal indicó que el Ministerio del Interior se había extralimitado en sus funciones al ordenar la clausura del campamento –que llegó a albergar a más de 580.000 refugiados en 2011– y declaró inconstitucional la repatriación a Somalia de los refugiados. Dadaab fue abierto en 1991, mientras que un año después fue abierto Kakuma.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-kenia-comunica-acnur-cerrara-junio-2022-campamentos-refugiados-dadaab-kakuma-20210430093324.html

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UNICEF insta a la repatriación de todos los niños en el campamento sirio de Al-Hol tras un incendio mortal

Unos 22.000 niños de 60 nacionalidades viven en el campamento y sus alrededores. El lugar alberga a muchas familias de combatiente extremistas. La ONU ofrece ayuda humanitaria mientras asegura que los niños de Al-Hol se enfrentan no solo al estigma, sino también a unas condiciones de vida muy difíciles en las que los servicios básicos son escasos o, en algunos casos, no están disponibles.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia instó este domingo a todos los países a repatriar y reintegrar de manera segura a sus jóvenes nacionales detenidos en el campamento de Al-Hol, el más grande de Siria para refugiados y desplazados internos, luego de un incendio mortal el fin de semana en el que murieron al menos tres niños y otros 20 resultaron heridos.

En el campamento y sus alrededores, se albergan muchas familias de presuntos combatientes extremistas desde la derrota de ISIL en Siria y el vecino Irak.

“Hay más de 22.000 niños extranjeros de al menos 60 nacionalidades que languidecen en campamentos y prisiones, además de muchos miles de niños sirios”, dijo el director regional de UNICEF para Oriente Medio y África del Norte, Ted Chaiban.

El sábado por la noche se produjo un incendio durante una reunión familiar entre los residentes desplazados del campo sirio. Según la información en poder de la agencia de la ONU, una mujer murió junto con sus tres hijos. Al menos, otras 20 personas en total permanecen en el hospital, y se informó que seis se encuentran en estado crítico.

UNICEF/Hasen
Dos gemelos de nueve meses junto a su madre y dos hermanos que huyeron de la violencia en la aldea de Susa, en el noreste de Siria. La familia emprendió un arduo viaje al campamento de Al-Hol.

Sin servicios básicos

“Los niños de Al-Hol se enfrentan no solo al estigma con el que viven, sino también a unas condiciones de vida muy difíciles en las que los servicios básicos son escasos o, en algunos casos, no están disponibles”, dijo Chaiban.

La detención de niños es una medida de último recurso y debería durar el menor tiempo posible. Los niños no deben ser detenidos basándose únicamente en la sospecha de vínculos familiares con grupos armados o la pertenencia de familiares de grupos armados”, añadió.

A principios de este mes, expertos independientes en derechos humanos de la ONU señalaron que un “número desconocido” de ciudadanos extranjeros había muerto en el miserable campamento de Al-Hol, en el noreste de Siria, instando a sus países de origen a repatriar a sus ciudadanos lo antes posible, rechazando las alegaciones de que es demasiado difícil tratar con los grupos no estatales que controlan la zona.

Chaiban dijo que los Estados miembros deberían hacer todo lo posible para reintegrar a los niños en sus propias sociedades y repatriarlos de una manera «segura y digna».

“Hacemos un llamado a todos los Estados para que proporcionen a los niños, que son sus ciudadanos o nacidos de sus nacionales, documentación civil para prevenir la apatridia. Esto está en consonancia con el interés superior del niño y de conformidad con las normas internacionales”, señalaron.

©UNICEF/Delil Souleiman
Un niño sirio de 12 años en el campamente de Al-Hol.

Condiciones peligrosas

Por su parte, el coordinador humanitario de la ONU para Siria, Imran Riza, y su colega para la región, Muhannad Hadi, expresaron su pesar por el incendio mortal en Al Hol, en un comunicado también emitido el domingo.

Ambos transmitieron su más sentido pésame a las familias afectadas y desearon a los heridos una pronta recuperación.

También enfatizan que “este evento angustioso subraya el hecho de que nadie, sobre todo niños inocentes, debería vivir en las difíciles y potencialmente peligrosas condiciones humanitarias en el campamento de Al Hol”.

Las Naciones Unidas, junto con sus socios humanitarios, que trabajan en Al-Hol se han movilizado para brindar asistencia urgente, que incluye una “atención primaria y de emergencia, como agua, refugio, distribución alimentos, artículos de higiene” y otros artículos de primera necesidad.

Incendios frecuentes

Con casi 62.000 habitantes, Al-Hol es el campamento más grande para personas desplazadas en Siria. Más del 80% de la población son mujeres y niños.

Los incendios accidentales no son infrecuentes en el campamento, dijeron los altos funcionarios de la ONU, ya que las familias a menudo recurren al uso de estufas para cocinar dentro de sus tiendas para calentarse, particularmente durante el invierno, cuando las temperaturas bajan regularmente por debajo de los cero grados.

Los responsables de la ONU expresaron su preocupación de que, a menos que se tomen medidas para abordar el bienestar a largo plazo de los residentes, «más incidentes trágicos en Al Hol serán inevitables».

Fuente: https://news.un.org/es/story/2021/02/1488802

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Argelia: «Nuestros niños saharauis viven un ambiente bélico, es angustioso»

Las familias que acogen a pequeños de los campamentos de Tindouf, en Argelia, ven con «angustia» y «preocupación» el actual conflicto en el Sáhara Occidental.

Pilar Guzmán no pudo ayer por la mañana recargar desde Zaragoza  el teléfono móvil de Mahyuba y Sukeina, dos chicas de 15 y 20 años, respectivamente, que viven en los campamentos de refugiados saharauis en Tindouf, en Argelia, y que han pasado con ella algunos veranos dentro del programa solidario ‘Vacaciones en paz’. Como consecuencia del conflicto que ha estallado en el Sáhara Occidental entre Marruecos y el Frente Polisario al romperse el alto el fuego vigente desde 1991, la tienda Butigon que utilizan para enviar ayuda a las familias ha cerrado su servicio temporalmente «por cuestiones del estado de alarma en los campamentos refugiados saharauis», anuncia en su página web.

«Es una angustia escuchar cómo nuestros niños saharauis viven en un ambiente bélico. Los campamentos están en Argelia, pero nos cuentan que se están quedado sin hombres y que los padres y hermanos se han ido. He estado cuatro veces allí y es como si tu tío o tu primo se fuera a la guerra. La preocupación crece cada día, porque también están cerrando tiendas y negocios», explicó Guzmán, de la asociación Um Draiga-Amigos del Pueblo Saharaui.

Cada semana suele hablar con Mahyuba y Sukeina, «porque aunque la cobertura es mala, siempre hay algún sitio con wifi o utilizan el de un vecino». Según señala, ahora teme que ni siquiera les pueda hacer algún envío de comida a nivel particular como ha venido haciendo desde que el cierre de fronteras por el virus dificultó la llegada de las caravanas humanitarias. «Mahyuba iba a venir a estudiar a España, pero la pandemia truncó su proyecto, que no sé si podremos retomar», lamentó.

La covid-19 obligó al Frente Polisario a suspender el programa solidario ‘Vacaciones en paz’ en España y en el que iban a llegar a Aragón unos 140 menores.

Asimismo, Jesús Maestro, también del colectivo Um Draiga, reconoce su temor a que algunos de los jóvenes con los que ha compartido veranos participen en algún levantamiento. El pasado sábado charló con uno de los primeros niños que acogió y que ya tiene 26 años. «Son jóvenes y están frustrados porque ven que no tienen futuro. Ahora, por un lado, sienten que su causa está centrado el interés internacional y esperan una reacción, pero, por otra parte, ha estallado un conflicto bélico que nadie quería».

Mientras, Elisabeth Ballester, que desde 2013 recibe en su casa a niños saharaui a través de la organización Arapaz-MPDL Aragón , se enteró este pasado lunes de que a Chaia, una chica de 13 años que ha pasado con ella tres veranos, la ha mandado su familia a Mauritania con su abuela. «Le escribí al Whatsapp a ella, como hago todas las semanas, y me contestó su padre que estaba en Mauritania. Supongo que la han querido poner a salvo. También me mandó un audio en español en el que me dice que hay mucha guerra, pero ningún muerto, y que todos están bien», explicó.

Uno de sus hijos, que también colabora en la iniciativa ‘Vacaciones en paz’, recibió hace ya unos días «un vídeo de una reunión en la que exhibían banderas». A la hasta ahora preocupación por las terribles consecuencias del coronavirus en los campamentos, se suma el estado de guerra. Las familias aragonesas confían en volver a encontrarse el próximo verano con sus niños saharauis.

Fuente: https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2020/11/19/nuestros-ninos-saharauis-viven-un-ambiente-prebelico-aragon-1405975.html

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Los niños sirios aprenden a leer en campamentos

Redacción: Madrid Press

Muchos huyeron de sus hogares junto a sus madres para salvar sus vidas ante los intensos bombardeos aéreos de los aviones sirios y rusos que paralizaron la vida cotidiana y dañaron docenas de escuelas y hospitales.

Ahora, bajo las duras condiciones invernales del campamento, donde muchas tiendas de campaña acaban inundadas, los niños se acurrucan en el suelo para aprender a leer pertrechados con trozos de papel y lápices.

“Estos niños padecen analfabetismo. No saben leer ni escribir. No tienen a nadie que los ayude”, dijo Hilal, que enseña a más de 140 jóvenes sirios en tres tiendas de campaña repartidas entre varios campamentos superpoblados a las afueras de la ciudad fronteriza de Azaz.

Las mujeres y los niños constituyen el grueso de las más de 350.000 personas que han huido de los nuevos ataques, que se iniciaron en diciembre y se han adentrado en el bastión de la oposición siria en el noroeste, según Naciones Unidas. “Vinimos aquí como refugiados, no quedan más escuelas tras los ataques aéreos, así que no podemos ir a clase, pero estamos estudiando en el campamento”, dijo Khaled, alumno de 14 años, que no facilitó su apellido.

El propio Hilal fue expulsado de su pueblo, Abu Dahur, en la provincia de Idlib, después de que el ejército se apoderara de la población con el apoyo de las milicias proiraníes.

“Compramos algunos libros y fragmentos del Corán y ahora impartimos sus enseñanzas en el campamento”, dijo Hilal, de 48 años, que era maestro antes del inicio del conflicto hace casi nueve años.

El organismo de las Naciones Unidas para la infancia, UNICEF, ha advertido que la guerra dejará una generación que nunca se habrá matriculado en una escuela, lo que tendrá un efecto devastador en la educación, con 7.000 escuelas destruidas y alrededor de 2 millones de niños y niñas sin escolarizar.

En un campamento cercano en al-Bab, los voluntarios han convertido un autobús escolar en el Autobús del Conocimiento.

En el interior de este autobús decorado, unos 50 niños y niñas de hasta cinco años de edad reciben lecciones de matemáticas, conocimientos prácticos, árabe y religión.

“Los niños y niñas no pueden ir a las escuelas de la ciudad. Por eso, en el autobús les ofrecemos conocimientos y les proporcionamos los elementos esenciales para el aprendizaje, como la lectura, la escritura y matemáticas básicas”, dijo Mawiya Shular, de 32 años, quien huyó hace tres de un antiguo enclave controlado por los rebeldes en Homs.

“La sensación de estar desplazado me motiva a trabajar con estos niños. Quiero poner fin a su alienación”, dijo Shular, también asesor familiar.

Fuente: https://madridpress.com/art/266273/los-ninos-sirios-aprenden-a-leer-en-campamentos-fronterizos

 

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La educación en los campamentos de refugiados saharauis

África/25 Octubre 2019/ Ecsaharaui-Redacción Lehbib Abdelhay y Mariam Moulud/ ECS

Con la colonización española al Sáhara Occidental, la dinámica de la cultura saharaui cambió al mismo tiempo que cambiaron los roles tradicionales desempeñados por los hombres y mujeres saharauis. Después del descubrimiento de minerales en la tierra, muchos hombres trabajaban para el gobierno español en las minas de fosfato y otros entraban al servicio militar de la colonia. Aunque antes del colonialismo, la cultura literaria era más bien oral, sin embargo eran distinguidos en música y poesía. No obstante, después de un año de dominio español en el que tuvieron que adoptar nueva lengua y nuevas costumbres, los saharauis eran considerados de los más analfabetos de la región del Norte de África.

Siguiendo el ejemplo de sus países vecinos, quienes luchaban en contra del colonialismo, un grupo de jóvenes estudiantes formaron un movimiento de liberación que se ha conocido como el Frente Polisario, cuyo objetivo era conseguir la independencia del Sáhara Occidental y recuperar la cultura e identidad saharauis en los que la mujer era el centro de la sociedad. Y para ello, necesitaban la implicación directa de las mujeres. Entonces empezaron a combatir.

Por entonces, España había prometido al pueblo saharaui su independencia. Sin embargo, Marruecos y Mauritania reclamaban el territorio y tras el Acuerdo Tripartito de Madrid de aquel fatídico 14 de noviembre de 1975, firmado a espaldas del pueblo saharaui, el Sáhara Occidental fue invadida por Marruecos por el norte y Mauritania por el sur.

Ante la crueldad de la guerra, la mayoría de la población civil huyó a la parte suroccidental de Argelia donde se asentaron los campamentos de refugiados saharauis. La otra parte de la población quedó atrapada por la guerra. Mientras tanto, el recién formado Frente Polisario luchaba a doble bando contra Marruecos por un lado y Mauritania por otro. Entonces, las mujeres no dudaron en tomar las armas por primera vez en su historia y unirse a las filas del ejército del Polisario para luchar junto con sus compatriotas masculinos.

Las que se asentaron en los campamentos, tuvieron que construir con sus propias manos escuelas, centros de salud y demás administraciones públicas. A pesar de la poca base educativa, se convirtieron en médicas, enfermeras, estudiantes y profesoras. En fin, su participación fue clave en la construcción de la recién formada nación saharaui:

la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Durante estos tiempos cruciales, las mujeres recuperaron el papel que poseían antes de la invasión española, volviendo a convertirse en el pilar de la sociedad saharaui.

El Frente Polisario ha logrado conseguir una de los tasas de analfabetismo más bajas en toda África y en poco tiempo. El prestigioso británico The Guardian abordó el asunto.

Con el paso del tiempo y el conflicto bélico entre el Frente Polisario y Marruecos, las mujeres saharauis siguieron construyendo los campamentos, dándole prioridad a la educación de las generaciones siguientes. Y hoy en día, gracias a su gran labor, el pueblo saharaui puede sentirse orgulloso de haberse convertido en unos de los pueblos más educados de la región del Norte de África, con prácticamente el 100% de los niños escolarizados.

Después de 40 años en el exilio esperando una solución, las mujeres saharauis continúan siendo las protagonistas de la resistencia a la invasión marroquí en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Organizan manifestaciones, luchan por sus derechos como saharauis y se oponen diariamente a la opresión de las fuerzas de ocupación marroquí.

Mientras, en los campamentos saharauis, las mujeres ocupan cargos de liderazgo y tienen acceso a las mismas oportunidades educativas y profesionales que los hombres. Y la violencia machista es algo que no tiene cabida en la sociedad saharaui.

Las mujeres saharauis, tanto en los campamentos como en los territorios ocupados, luchan constantemente contra la ocupación y las duras condiciones de vida, sin embargo, siguen siendo una voz de esperanza y el símbolo de la liberación y la resistencia contra todo pronóstico.

Los campamentos de refugiados saharauis, albergan a más de 170,000 personas.

Aunque la vida en los campamentos de refugiados saharauis, uno de los más grandes del mundo con 170,000 habitantes, es dura, había una rica cultura de valoración a la educación que ha distinguido el Sáhara Occidental de todos los países de la región.

El Frente Polisario ha logrado conseguir una de los tasas de analfabetismo más bajas en toda África y en poco tiempo. «Estaba integrado en nuestra mente que la educación era la clave de todo», según resaltó la activista saharaui Tecber Ahmed Saleh en una entrevista con un diario australiano.

Durante cuatro décadas, la comunidad internacional no ha otorgado el derecho a la autodeterminación a la última colonia de África. Contra las armas de los militares marroquíes, la causa saharaui parece débil, contra el poder de las superpotencias parece pequeña, pero con su recurso natural más valioso, la educación y el intelecto, están construyendo las bases de un futuro Sáhara Occidental Libre. En el Sahara, añade la activista saharaui: “tratamos de hacer algo con esta vida para nosotros, pero la educación es la clave de nuestra lucha».

La tasa de analfabetismo en los campamentos saharauis baja a 0,9%

El Sáhara Occidental se convierte en el segundo país más alfabetizado del continente africano por detrás de Guinea Ecuatoria. Los expertos que trabajan sobre el terreno de las diferentes organizaciones internacionales admiran la labor de los líderes saharauis por fomentar e impulsar la educación en condiciones tan difíciles.

Los expertos de ACNUR señalan que al inicio de la invasión marroquí del Sáhara Occidental en el 1975, la tasa de alfabetización no superaba el 25% de la población. Por ello admiran la voluntad de los saharauis por aprender a pesar de las adversidades. Aunque reconocen que no es el primer caso de que un pueblo que fue expulsado de su tierra y en plena guerra, logre una proeza de este tamaño, la Autoridad Palestina ya lo logró en 2009.

La tasa de alfabetización del Sáhara Occidental es de un 96%, la cual se encuentra muy por encima de otros países como Marruecos, que cuenta con un 70,1 %, Egipto con un 66,4% o Túnez con un 77,7%.

Esto es en parte gracias a las medidas de educación impuestas por el gobierno del Sáhara Occidental, por sus acuerdos unilaterales con países como Cuba, Argelia, España entre otros (…) y sobre todo por las ayudas que proporciona a los estudiantes saharauis en las escuelas de los campamentos de refugiados (material escolar) y su deseo para seguir progresando y educando a los niños y jóvenes saharauis.

Se estima que en 2020, el analfabetismo será erradicado de la República Saharaui. Organizaciones sociales no gubernamentales elogian y admiran a los saharauis por tal logro, especialmente a los líderes que impulsaron la educación, una herramienta indispensable para crecer como persona. Además reconocen que no es muy usual en países en guerra encontrar altos índices de alfabetización.

El curso escolar comenzó la semana pasada, en concreto el día 15 de septiembre, en todos los campamentos de refugiados saharauis, un total de 40.000 alumnos iniciaron su rutina estudiantil, aquí lo detallamos: Inicia el curso escolar 2019 / 2020 en los campamentos de refugiados.

Fuente: https://www.ecsaharaui.com/2019/10/la-educacion-infantil-en-los.html

Imagen: https://scontent-mad1-1.xx.fbcdn.net/v/t1.0-9/72842469_3221198847906767_3616245013056323584_n.jpg?_nc_cat=111&_nc_oc=AQl-1BbcLvoNYotV

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Bangladesh: La crisis de los rohingya: niños víctimas de trata infantil, abusos sexuales y supervivencia

Bangladesh/03 de Marzo de 2018/Autor: Redacción/El Norte de Castilla

Un nuevo informe revela los miedos y la angustia de los niños que han huído a Bangladesh.

Se cumplen seis meses del inicio de la escalada de ataques violentos contra la población rohingya en el estado Rakhine de Myanmar. Desde entonces el número de refugiados que ha llegado a los campos de Cox’s Bazar, en Bangladesh, casi alcanza el millón de personas, de los cuales casi la mitad son niños y niñas. Elefantes y serpientes salvajes, hombres violentos merodeando en el bosque y traficantes de personas al acecho durante la noche son algunos de los peores miedos que sufren los niños rohingya, según un nuevo informe presentado por Save the Children, World Vision y Plan International.

‘Infancia interrumpida’, uno de los estudios más exhaustivos realizados hasta la fecha en los campamentos de refugiados de Cox’s Bazar, detalla los desafíos y temores cotidianos a los que se enfrentan los niños y niñas refugiados. Muchos de estos menores cuentan que han visto con sus propios ojos el asesinato de miembros de su familia o cómo quemaban sus casas en Myanmar.

Las niñas explican que tienen miedo de usar los baños del campamento por miedo al acoso y muchas veces esperan durante horas hasta que los hombres se van. Los niños también han expresado su preocupación por la seguridad de sus tiendas de campaña, que están hechas de bambú y plástico. «A veces los ladrones entran y nos roban nuestras cosas, no tenemos forma de cerrar nuestra casa», explica uno de los niños. Varios pequeños explicaron que tienen miedo de ir a buscar leña por si los «hombres del bosque» les pegan o abusan de ellos, y por si se encuentran animales salvajes como elefantes y serpientes. «Todo el mundo tiene pánico a ir a recoger leña. Una vez una niña fue violada cuando buscaba leña por la noche», explica una niña. Además, en los últimos meses, varios adultos y menores han muerto por los ataques de elefantes salvajes en los campamentos.

PEDRO ARMESTRE / SAVE THE CHILDREN

El riesgo de trata es otra de las grandes preocupaciones señaladas por los niños. Algunos explican que pasan más tiempo en casa para mantenerse a salvo y si tienen que salir lo hacen siempre en grupo. «Los secuestradores están merodeando por los alrededores y podrían llevarse a nuestros hijos», alerta una madre. Desde el pasado mes de agosto se han confirmado al menos 28 casos de trata de niños en los campamentos, sin embargo, los trabajadores humanitarios temen que el número real de casos sea mucho mayor.

Los niños también han señalado experiencias positivas en los campamentos. Varios de ellos explican que el llamado a la oración cinco veces al día les ayuda a sentirse conectados con la comunidad y que se sienten reconfortados por la presencia de las organizaciones humanitarias y el ejército de Bangladesh.

«No podemos esperar que los niños rohingya superen las experiencias traumáticas que han sufrido cuando siguen expuestos a la inseguridad y corren el riesgo de sufrir más actos violentos en los campamentos. El mensaje de estos pequeños es que tienen miedo: miedo de los animales salvajes, miedo de ir al baño, miedo de ser atacados mientras recogen leña, miedo de ser asaltados de noche, miedo de lo que les depara el futuro. Esta no es forma de vivir para un niño, especialmente después de haber tenido que huir de la violencia y el horror en Myanmar. Estos niños necesitan apoyo continuo para sentirse más seguros», afirma Mark Pierce, director de Save the Children en Bangladesh.

Save the Children propone diferentes medidas para abordar la crisis humanitaria de los rohingya y cómo afecta a la infancia, que incluyen: Revisar las patrullas de seguridad comunitarias existentes en los campamentos; Sensibilizar sobre los riesgos de la trata de personas para prevenir incidencias y garantizar que se distribuye información veraz y contrastada para evitar los rumores y no producir miedos innecesarios entre los niños y sus familias; Fomentar una distribución del campamento más amigable para los niños y la instalación de señales para abordar el miedo que tienen los niños de perderse, ya que todas las tiendas son muy parecidas; Asegurar la participación de las adolescentes en actividades y medidas para mejorar su sensación de seguridad.

PEDRO ARMESTRE / SAVE THE CHILDREN

Save the Children está presente en Bangladesh desde 1970 y responde a la crisis de los rohingya en Cox’s Bazar desde 2012. La organización ha estado presente en la asistencia tras grandes catástrofes naturales, como el ciclón Mora que golpeó al país en mayo de 2017.

Desde agosto de 2017, cuando la crisis de los rohingya se recrudeció, Save the Children ha aumentado significativamente su respuesta proporcionando alimentos, artículos de higiene y kits de refugio. También proporciona servicios de atención primaria de salud dirigidos sobre todo a madres embarazadas y a bebés. La organización también organiza actividades educativas y servicios de protección a la infancia. En total, ha ayudado a casi 400.000 rohingya.

Para realizar el informe se han realizado entrevistas a 200 rohingyas, niños y niñas de la comunidad de acogida y 40 madres.

Campaña Save the Children #TienenNombre

Save the Children presenta esta semana la campaña #TienenNombre para poner voz al cerca de un millón de refugiados rohingya que han huido con sus familias y que se encuentran en situación de total vulnerabilidad. Un equipo de Save the Children ha viajado al campo de refugiados de Cox´s Bazar, Bangladesh, con los actores Clara Lago y Dani Rovira donde han conocido de primera mano los testimonios de los niños y sus familias. A partir del 1 de marzo la organización dedicará dos semanas a dar voz a los pequeños y hacer que sus historias lleguen hasta cada uno de los hogares.

Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/internacional/asia/crisis-rohingya-ninos-20180228145406-nt.html

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