UNICEF: Ola de violencia en Haití empuja a la infancia hacia grupos armados

Haití se encuentra inmerso en una compleja red de crisis sociales, inestabilidad política y desastres naturales recurrentes.

La situación de violencia que azota a Haití desde febrero ha provocado un preocupante fenómeno: cada vez más niños y adolescentes están siendo reclutados por bandas armadas, sumiéndolos en un entorno de coacción, abuso y explotación en medio de la frágil realidad social y económica del país.

Según estimaciones de Naciones Unidas, entre el 30% y 50% de los integrantes de estos grupos son menores de edad, quienes, ante la falta de oportunidades para sobrevivir, se ven obligados a unirse a estas organizaciones que también comparten responsabilidad en la crisis que enfrenta la nación caribeña.

 

Haití se encuentra inmerso en una compleja red de crisis sociales, inestabilidad política y desastres naturales recurrentes, situaciones que han convertido al país en uno de los más pobres del mundo, con aproximadamente el 90% de su población viviendo en condiciones de extrema pobreza y cerca de tres millones de niños necesitando ayuda humanitaria urgente.

 

«La niñez haitiana está atrapada en un ciclo de sufrimiento sin fin. Los niños se ven forzados a unirse a grupos armados por la desesperación provocada por la violencia, la pobreza y el colapso de los sistemas de protección», denuncia Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.

 

Russell resalta que estos niños desempeñan diversos roles en las bandas armadas, desde tareas de cocina hasta labores de vigilancia, pero todos comparten la pérdida de su inocencia y la desconexión con sus comunidades. «El impacto en cada niño afectado es una tragedia que exige una acción urgente», enfatiza.

En este contexto, UNICEF hace un llamado a la comunidad internacional para priorizar la «protección y bienestar» de los menores, comenzando por su desvinculación segura de los grupos armados, su reintegración en la sociedad y el acceso facilitado a ayuda humanitaria.

La agencia de la ONU subraya que, en muchas ocasiones, los niños se unen a estas bandas por la necesidad de sostener económicamente a sus familias o debido a amenazas, mientras que en otros casos lo hacen después de ser separados de sus hogares.

 

Violencia en ascenso en Haití

Durante el año 2024, la violencia en Haití ha cobrando la vida de más de 2.500 personas y dejando a otras heridas o secuestradas. Además, se han verificado más de 400 violaciones graves contra niños y niñas, y miles de familias han sido desplazadas a causa de la violencia.

 

En cuanto a los niños, UNICEF insta a la comunidad internacional a garantizar su seguridad, apoyar los esfuerzos para prevenir y detener las violaciones contra ellos, proteger escuelas, hospitales y otras infraestructuras, y asegurar un acceso humanitario continuo y sin impedimentos.

 

La agencia de la ONU también hace un llamamiento para un aumento inmediato y flexible de la financiación destinada a satisfacer las necesidades humanitarias y de protección de la población más vulnerable, garantizando que la ayuda llegue rápidamente a los niños afectados.

Fuente: https://www.diariolasamericas.com/america-latina/unicef-ola-violencia-haiti-empuja-la-infancia-grupos-armados-n5357548

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Nigeria: Mons. Kaigama: “La inseguridad amenaza la supervivencia de las universidades”

“Los ataques de los bandidos y otros elementos criminales en el sector de la educación no sólo afectan a la seguridad de los estudiantes y del personal de las escuelas, sino que también afectan directa o indirectamente a la supervivencia de las universidades privadas”, ha dicho Su Exc. Mons. Ignatius Ayau Kaigama, Arzobispo de Abuja, durante una ceremonia en la Universidad Veritas de Bwari, Abuja.
El arzobispo Kaigama ha pedido al gobierno que mejore la seguridad en los campus universitarios para proteger la vida de los estudiantes: “Por lo tanto, deseo aprovechar esta oportunidad para pedir al gobierno que tome medidas drásticas para mejorar la seguridad de las vidas y las propiedades en los campus universitarios y sus alrededores de toda Nigeria”.
El llamamiento del arzobispo de Abuja se suma a los lanzados por asociaciones de profesores y estudiantes nigerianos en los últimos meses. En noviembre de 2021, el Sindicato de Personal Académico de las Universidades (ASUU) denunció lo que ha descrito como “una incontrolable ola de inseguridad” en Nigeria, que también ha afectado a las instituciones educativas del país, desde el nivel primario hasta el universitario.
El sindicato ha reprochado al gobierno su incapacidad para proteger las escuelas, colegios y universidades.
El sector escolar y universitario nigeriano ya está en tensión por las huelgas y las reivindicaciones salariales, con frecuentes interrupciones en los calendarios académicos. A esto se suma la inseguridad, con el aumento de los casos de secuestro de escolares y el temor a una tercera oleada de la pandemia de COVID-19; como consecuencia, las actividades educativas se han visto interrumpidas, aumentando el número de niños sin escolarizar.
Casi 1.000 estudiantes de secundaria y universitarios han sido secuestrados en ataques coordinados por terroristas y bandidos en los últimos 10 meses, principalmente en la región norte del país.
En el noreste, donde operan las facciones surgidas de la escisión de Boko Hamra, más de 800 escuelas permanecen cerradas debido a la inseguridad, mientras que aumentan los secuestros y los ataques violentos contra escuelas en las regiones del suroeste. En el sureste, el sistema educativo está siendo puesto a prueba ya que el grupo separatista IPOB (Pueblo Indígena de Biafra) ha impuesto la prohibición de todas las actividades, incluida la educación, todos los lunes hasta que su líder, Nnamdi Kanu, sea liberado. La prohibición impuesta el 30 de julio del año pasado se suspendió el 14 de agosto, pero en cualquier caso las actividades se ven paralizadas cada lunes en estas zonas.

Fuente: http://www.fides.org/es/news/71567-AFRICA_NIGERIA_Mons_Kaigama_La_inseguridad_amenaza_la_supervivencia_de_las_universidades

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Las rebeliones espontáneas contra el nuevo orden mundial

Por: Rubén Alexis Hernández

La actual pandemia por COVID-19 y sus terribles consecuencias sociales y económicas en el mundo entero, han acelerado la construcción del nuevo orden planetario corporocrático-totalitario-excluyente, y, como era de esperarse, impulsaron masivas protestas callejeras en diversos rincones del orbe. Estas protestas, que ocurrieron o están ocurriendo en naciones como Colombia, Estados Unidos, Perú, Chile, Ecuador, México, España, Francia, Alemania, Bélgica, Líbano e Israel, se han caracterizado en la mayoría de los casos, por su espontaneidad, en el sentido que han sido estallidos populares o insurrecciones en busca de cambios profundos-estructurales, sin la presencia de vanguardias y por tanto sin la participación directa ni indirecta de los partidos políticos, por ejemplo.

Dicha espontaneidad explica en buena medida como numerosas rebeliones en curso mantienen su fuerza, contundencia y carácter masivos, suficientes para al menos asustar a los poderosos de momento. En cambio la intervención o infiltración de los partidos políticos y de otros grupos u organizaciones que de una u otra manera forman parte del Statu Quo, sería negativa y liquidaría las insurrecciones o las transformaría en movimientos inofensivos para los Gobiernos y las élites. Y es que las fulanas vanguardias a lo largo de la historia no han jugado nunca para el equipo de los de abajo, y solo han aparentado estar interesadas por las necesidades de las masas, para obtener beneficios particulares y para evitar que el malestar social se salga de control (muro de contención) y ponga en peligro la estabilidad de los Estados y del orden institucional proelitesco.

Respecto a los partidos políticos, se evidencia una mayor pérdida de prestigio social en medio de la emergencia sanitaria por el coronavirus, en parte por los manejos gubernamentales erróneos y perversos de esta crisis; los mensajes de sus dirigentes, aún de los de “izquierda”, apenas son bien recibidos por un puñado de la población de cada país, mientras que todas aquellas personas involucradas en las protestas antisistema, aborrecen a más no poder la típica demagogia y el populismo de individuos a los que ha importado un comino el bienestar de la mayoría, cada vez más empobrecida y hundida en la desesperanza. En realidad los miembros de los partidos no son más que “intermediarios” entre la ciudadanía común y los Estados, y han desempeñado un claro papel en favor de los intereses estatales y de las élites. En consecuencia está claro que las actuales rebeliones contra el nuevo orden mundial en ciernes, serán genuinas y útiles en contra de la opresión del neoliberalismo global, siempre que no intervengan elementos contrarios a las necesidades de los de abajo, como las organizaciones políticas.

Sólo los ciudadanos de a pie de todo el orbe, los más perjudicados por las consecuencias derivadas de la pandemia y de la crisis económica prolongada, podrían revertir el nuevo orden mundial criminal, luchando de forma espontánea, pero organizada y contundente, contra los poderes económico, político, militar y religioso, y así generar las condiciones para el surgimiento de un mundo justo, solidario, incluyente, equilibrado, armónico y verdaderamente humano.

Fuente: https://rebelion.org/las-rebeliones-espontaneas-contra-el-nuevo-orden-mundial/

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El mundo en la incertidumbre, con una boca de chocolate y las sociedades baten que baten

Por: Rose Mary Hernández Román
 El orden global del mundo se encuentra en una completa vacilación.
Con la llegada de la pandemia, algunos aspectos se denotan desde una perspectiva común: El coronavirus agudiza  la lucha de las ideologías, en un contexto  donde se demuestra que la mayor parte de los conflictos actuales se deben a que el enemigo de hoy es el vecino de ayer y resurgen viejas y nuevas formas de racismo, discriminación y xenofobia.
El covid 19 ha llegado y pertenece a la nueva orden que domina todo política biológica económica. Ha precipitado el curso de la historia, que ya iba apresurado y, que ahora, con el  sistema económico social del capitalismo colapsado, amenaza con el rompimiento de consecuencias que  no se pueden prever. Desde hace muchos años, las sociedades se encuentran sumergidas en un orden vigente incapaz de responder a los desafíos planetarios, a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al cambio climático,  a las crisis sanitarias, a las crisis educativas, a las crisis éticas y, por ende, se ven comprometidas ante desafíos que vendrán.
El mundo está en incertidumbre, con una boca de chocolate y la gente bate que bate buscando respuestas  donde  se enfrentan sociedades, se agudiza aún más la lucha de poder y por el control global, dentro de un «neo-orden» que  reclama severos impedimentos de la libertad en ofrenda de una supuesta seguridad, donde resaltan las violaciones de derechos que por tiempo prolongado e ininterrumpido han propiciado gobernantes carentes de amor al pueblo, de amor y preocupación a su gente, sometiéndoles s a la burla y la pobreza.
Ante esta realidad, es necesario que los sistemas educativos de las regiones constantemente minimizadas por sistemas dominantes o por las malas políticas de gobierno, se alineen para permitir una neo-formación del individuo, plenamente emancipado y descolonizado, con un perfeccionamiento espiritual, ético-moral, capaz de desarrollar una conciencia crítica, humanista y de libertad, donde se supere el colapso social y que pueda  hacer frente la crisis sistémica en la cual nos encontramos atorados.
Es necesario un ser pensante  que contrarreste las imparables tendencias hacia la relajación y del no-pensamiento, o hacia la mediocridad y la estupidez, o hacia el llamado pensamiento igual, lineal, único, que se cuela peligrosamente sobre nosotros, imponiéndonos corrección, socavando las ideas, violando y burlando la  comprensión e inteligencia, mutilándonos la lengua con la misma fuerza con que lo hizo ~con~ la desdichada Filomena, el brutal rey legendario de la mitología griega, Tereo, quien le cercenó  la lengua y encerró en una solitaria prisión en el bosque para que no pudiese explicar el abuso sexual  que consumó en  ella.
Luego de este caos, el mundo ya no será el mismo. Sin la noción de la humanidad como gran comunidad de miembros interconectados, se puede imponer, una visión del cosmos basada en el egoísmo y la simplificación, que deja pista libre a los visionarios del enojo, que son al mismo tiempo los mesías de la restauración del orden. Ese es un gran costo,  al que se enfrenta la existencia.

Fuente: la autora escribe para el Portal Otras Voces en Educación

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