Europa/Francia/15-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net
La movilización se efectuó un día antes a la primera ronda de las elecciones municipales en el país y cuando el presidente había prohibido las concentraciones por el coronavirus.
Activistas de los chalecos amarillos de Francia, marcharon este sábado por las principales vías de París (capital) expresando su rechazo a las políticas impulsadas por el presidente Emmanuel Macron.
La jornada suscitó un día antes de la primera ronda de las elecciones municipales, asimismo, se efectuó en medio del anuncio del Ejecutivo que prohibía cualquier concentración que superara las 100 personas a causa del coronavirus.
Asimismo, varias organizaciones sindicales se unieron a la manifestación, la Cerveaux Non Disponibles, reiteró que las manifestaciones son un derecho Constitucional, «la democracia no puede ser aplazada por el coronavirus», agregan.
La Prefectura de Policía de París, informó que durante la jornada se realizaron cerca de 1.200 controles, 76 denuncias y 52 detenciones.
Las masivas movilizaciones completan más de un año a nivel Nacional, inicialmente fue provocada por el aumento arancelario al combustible y posteriormente, por la polémica reforma pensional que finalmente se aprobará por decreto por parte del presidente.
Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/francia-chalecos-amarillos-marchan-visperas-elecciones-20200314-0014.html
Europa/Francia/09-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net
Este sábado Francia fue escenario de una nueva jornada de protesta del movimiento conocido como los Chalecos Amarillos.
Los manifestantes franceses conocidos como Chalecos Amarillos salieron a protestar este sábado pese a las prohibiciones decretadas por el gobierno de la prefectura de París, para rechazar las políticas de Emmanuel Macron.
De acuerdo con los reportes de RT, las manifestantes salieron a las calles a desafiar a las autoridades, que pretenden prohibir cualquier reunión en sitios considerados sensibles que albergan sitios del Gobierno.
En tanto, la manifestación de los Chalecos Amarillos tenía previsto recorrer las cercanías al Consejo de Estado al Elíseo, pasando por Matignon, el Senado, la Asamblea Nacional y el Ministerio del Interior.
Los manifestantes han denunciado las constantes multas que son impuestas contra las personas que se encuentran caminando por la zona.
Asimismo, se han reportado enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que lanzan gas lacrimógeno.
Marcel Aiphan@AiphanMarcel
#GiletsJaunes#Acte65#Paris
L’Etat policier a mis les petits plats sans les grands pour l’anniversaire de #Charonne.
La France n’est pas le pays des droits de l’homme mais celui de la déclaration du même nom.
Et elle se torche avec…#greve8fevrier
Mientras en el país los servicios de tren llegaron a un punto de parada, en las ciudades grandes en el tráfico hubo serias averías en el tráfico
En Francia continuó ayer en el tercer día la huelga que paró la vida por motivo de la deja de trabajo por los trabajadores de muchos sectores y las protestas orientadas a la reforma de jubilación de la administración del presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Mientras en el país los servicios de tren llegaron a un punto de parada, en las ciudades grandes en el tráfico hubo serias averías en el tráfico.
Las actividades del cierre de caminos en general del país influyeron negativamente a la vida diaria.
En la capital París debido a que los servicios de metro no se pueden hacer en gran medida los ciudadanos y turistas vivieron tiempos difíciles.
Los lugares turísticos como el Museo Louvre y la Torre de Eiffel tuvieron dificultad de recibir huéspedes.
Sobre todo en los campos de educación y salud hubo averías serias en los servicios públicos.
Los chalecos amarillos apoyando las protestas de la reforma de jubilación salieron a las calles.
Tras la manifestación realizada con la gran participación de los las miradas se volvieron a la gran manifestación del día martes.
Los chalecos amarillos que apoyaron la primera huelga también participan en la actividad de aquel día.
Mientras el gobierno de Macron declaró que no dará paso hacia atrás en la reforma de jubilación, los detalles relacionados con la reglamentación serán compartidos el miércoles.
Fuente de la noticia: https://www.trt.net.tr/espanol/mundo/2019/12/08/prosiguen-las-protestas-e-huelga-en-francia-1319574
El movimiento de los Chalecos Amarillos toma este sábado las calles de varias ciudades francesas en su movilización 35 en demanda de mejoras sociales, y algunos de sus integrantes convocan este domingo 14 de julio una nueva protesta en los Campos Elíseos durante la fiesta nacional.
Como es habitual, el llamado a las marchas se realiza a través de las redes sociales, y la de este sábado en París partiría cerca del mediodía de la Plaza de Stalingrado para recorrer diversos puntos de esta capital en reclamo de alquileres justos para las familias más desfavorecidas, publica la agencia cubana de noticias Prensa Latina en su portal web
A la fecha ha disminuido el nivel de participantes de las movilizaciones, que comenzaron en noviembre pasado para rechazar el aumento del precio del combustible anunciado entonces por el gobierno, que después lo revocó, los activistas han salido a las calles de importantes ciudades sábado tras sábado.
De decenas y hasta cientos de miles que protestaban en las semanas y meses iniciales, el movimiento ha perdido fuerza y no suele llegar a las 20 mil personas en todo el país, aunque las cifras de presentes siempre difieren entre las informadas por el Ministerio del Interior y los Chalecos Amarillos.
Banderas, pancartas y consignas, además del tradicional atuendo, marcan las manifestaciones, las que son convocadas bajo diversas demandas sociales, como la mejora en la educación o la salud, la no privatización de Aeropuertos de París, la elevación del poder adquisitivo, el rechazo a leyes y medidas del ejecutivo y la denuncia de represión policial.
Según convocatorias en las redes sociales, sobre todo en Facebook, miembros del movimiento planean protestar mañana en los Campos Elíseos, donde tendrá lugar el tradicional desfile militar por el Día Nacional de Francia, con la presencia del jefe de Estado, Emmanuel Macron.
Las convocatorias no precisan hora ni detalles, en una jornada en la que el despliegue de seguridad será bien grande.
Pese a la notable disminución en la participación de personas en las movilizaciones, los Chalecos Amarillos aseguran que no dejarán la calle hasta que Emmanuel Macron responda a sus múltiples demandas, y buscan fórmulas para revitalizarse.
Por su parte, el gobierno insiste en que las iniciativas lanzadas en los últimos meses por el presidente Macron responden a las preocupaciones de los franceses, y por tanto han neutralizado al movimiento.
Los organizadores de las protestas de cada sábado aseguran que la naturaleza de las mismas es pacífica, sin embargo, en el contexto de las movilizaciones se han dado fuertes enfrentamientos, con saldo de varios muertos y cientos de heridos tanto del lado de los manifestantes como de la policía.
Con frecuencia, los Chalecos Amarillos acusan a las autoridades de uso excesivo de la fuerza, mientras estas señalan casos de vandalismo y violaciones de la ley por parte de algunos participantes.
La fiscalía ha procesado a decenas de personas, algunas encerradas u objeto de sanciones, y asegura que no habrá impunidad para los responsables de la violencia, de un lado o del otro.
Fuente de la noticia: http://vtv.gob.ve/chalecos-amarillos-francia-nuevas-protestas/
Nada ni nadie detiene a la Marea amarilla en su Acto XXVI. Nada ni nadie puede con la determinación de los Chalecos Amarillos, que por vigésima sexta semana consecutiva han desfilado, una vez más, por las calles de toda Francia. Ni la brutal represión emanada desde el Régimen de Macron; ni la ley antidisturbios que cercena el derecho a manifestarse; ni las desacreditaciones a un Movimiento legal; ni los medios corporativos; ni las detenciones; ni los bastones policiales, o los gases lacrimógenos o carros hidrantes los frenan. Emmanuel Macron pensaba que con su “gran debate nacional” iba a lograr calmar la cólera de los ciudadanos, pero la realidad es otra, pues los Chalecos Amarillos cumplirán seis meses de manifestaciones y el instituto Elabe muestra que el 66 % de los franceses no se cree ya las promesas gubernamentales. Un Régimen que sábado tras sábado muestra sin inmutarse, sus garras de furia.
En París, se han manifestado por el poder adquisitivo y la justicia social, pero también lo hicieron en apoyo a la comunidad educativa.
Como contrapartida a la brutal represión, a la criminalización de las protestas, a la estigmatización de un movimiento, los Chalecos Amarillos han recibido el apoyo a sus reivindicaciones de 1400 artistas que han firmado una tribuna pública en la que denuncian a un poder que busca el borramiento de la legitimidad. Escritores, actores y cineastas acusan al Gobierno francés de reprimir con violencia y amenazas.
Pero, aunque el Gobierno sigue buscando acabar con los Chalecos Amarillos, las ciudades de Nantes, Toulouse, Burdeos, Lyon, Estrasburgo o Montpellier, también han salido masivamente a la calle.
Ha sido en Nantes y Lyon donde el brazo armado del Régimen ha reprimido y donde la policía ha lanzado gases lacrimógenos, balas de goma y utilizado cañones de agua para acallar la marea reivindicativa y contestataria.
Los Chalecos Amarillos han advertido al Gobierno que antes que nada son ciudadanos y que no se puede gobernar contra su pueblo cuando faltan dos semanas para las elecciones europeas.
Furia y cacería gubernamental
Los Chalecos Amarillos, el 17 de mayo cumplirán seis meses de movilizaciones semanales con el mayor saldo represivo de la reciente historia de Francia: 13 muertos, 4.000 heridos y más de 10.000 detenidos.
El movimiento, que nació el 17 de noviembre en las carreteras, se trasladó rapidamente de las periferias a los centros de las ciudades, y ha sido entonces que la policía ha cambiado su política, pasando a la represión abierta. En total, 11 muertes están asociadas a la represión policial, incluyendo el de Zineb Redouane, una abuela de 80 años golpeada por una lata de gas lacrimógeno disparada por la policía en Marsella contra la ventana de su casa.
Las manifestaciones se han convertido en un delito por el que 12.000 personas han sido detenidas, con 1.800 juicios rápidos, según cifras del Ministerio de Justicia.
Los jueces han dictado más de 400 órdenes de detención y han encarcelado a otros tantos manifestantes. Además, han emitido casi 2.000 citaciones a los acusados para someterlos a juicio.
El 3 de abril la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, informó al Senado de que se habían dictado casi 2.000 condenas de prisión contra diversos manifestantes.
Según el Ministerio del Interior, a principios de marzo había 2.200 manifestantes heridos pero las cifras reales superan los 10.000.
Durante la represión, cada vez más frecuente de la policía de Macron a los manifestantes, la brutalidad se instaló cada vez más, hasta el punto de que se han abierto unas 240 investigaciones por parte de la inspección de la propia policía, según la cadena de televisión BFM. Alrededor de 160 de ellas se refieren a agresiones que tuvieron lugar en París. Además, los manifestantes han presentado 290 denunciascontra miembros de la policía.
Los intelectuales franceses denuncian la violencia de Estado contra los chalecos amarillos
Bajo el lema “Nosotros acusamos” 323 académicos e intelectuales franceses firman un manifiesto en el que denuncian la violencia de Estado ejercida contra los chalecos amarillos.
Desde el 17 de noviembre de 2018, cientos de miles de personas expresan su inquietud ante un poder que hace oídos sordos a sus reivindicaciones. Tienen la fuerza y el valor de tomar la palabra diciendo alto y claro que están hartos y que no seguirán soportando los efectos de las políticas nefastas que, desde hace décadas, se aprovechan impunemente de su trabajo y saquean los recursos públicos.
Las voces de los chalecos amarillos han permitido poner al descubierto las mentiras y las pseudojustificaciones “científicas” dadas por el poder y su jauría de cortesanos con el fin de ocultar el alcance y la magnitud de este robo a mano armada. Su levantamiento ha puesto de manifiesto el verdadero sentido de una política que ha organizado a conciencia la transferencia de unos recursos producidos con el esfuerzo del 95% de la población hacia el 5% de los estratos más privilegiados. Su fuerza ha logrado que se tome conciencia de la hipocresía de un poder que se atreve a celebrar que ha multiplicado por cuatro las enormes riquezas acumuladas por una minoría minúscula. De la mano de la gran mayoría de los franceses y las francesas, nos reconocemos en la toma de conciencia de los chalecos amarillos. Cada uno de nosotros ha podido constatar que, en todos los sectores de la sociedad, estábamos sufriendo los efectos de las mismas políticas encaminadas a aumentar continuamente las desigualdades sociales.
Las demandas y las expectativas de cambio surgidas a raíz de este levantamiento popular se han expandido con rotundidad y han chocado inmediatamente contra un poder que no ha dejado de ignorar su contenido para aplacar su efecto desestabilizador. En primer lugar, con el silencio ensordecedor de un presidente y de su corte, encerrados todos tras los muros de sus palacios. A continuación, tratando de engañar a la gente con falsas promesas y limosnas concedidas a costa del esfuerzo de los más necesitados y el deterioro de los servicios públicos. Con la realización de un simulacro de consulta de la que se suprimió muy hábilmente toda posibilidad de interacción y de debate. Y, sobre todo, con la decisión clara y meditada de impedir por todos los medios la expresión pública de las demandas y las reivindicaciones.
El objetivo de todas estas medidas ha sido silenciar la voz de los manifestantes. Desde las primeras acciones, el poder ha optado por la violencia al exigir a las fuerzas del orden despejar los peajes de autopistas y las rotondas, bloquear el acceso a los puntos de convergencia de las manifestaciones y, sobre todo, intervenir con “firmeza”. Todos y todas hemos visto cómo se han trasladado estas órdenes sobre el terreno: hemos podido comprobar de primera mano cómo las filtraciones y los arrestos arbitrarios en las entradas de las ciudades han impedido el desarrollo de las manifestaciones y han acallado las voces. Hemos visto las cabañas de las rotondas destruidas y, una y otra vez, valerosamente reconstruidas. Las técnicas de intervención policial elegidas a propósito (cercos policiales, lanzamiento de gases lacrimógenos desde el principio de las manifestaciones, disparos de balas de goma sin previo aviso) han sido las causantes de los escasos actos violentos, centradas de forma deliberada en generar la confrontación con los manifestantes.
De manera cada vez más intensa, se han ido aplicando semana tras semana estas técnicas mortíferas y liberticidas. Protegidos por el poder y encubiertos por la omertà de una gran parte de los medios de comunicación, escuadrones de policías extenuados por el trabajo se dedican a realizar deleznables atropellos. Cientos de hombres y de mujeres que se estaban manifestando pacíficamente han sido atacados sin razón alguna y, con frecuencia, con un ensañamiento descabellado. Desde diciembre pasado, el número de heridos graves aumenta sin cesar: se cuentan por cientos las personas que han sufrido serios traumatismos. Ni el presidente de la República ni su Gobierno se han pronunciado respecto a las víctimas, ni siquiera sobre Zineb Redouane, asesinada por el impacto de una granada cuando estaba cerrando la ventana de su casa. Parece que ya nada puede detener esta escalada dramática y nos avergonzamos de tener que asistir a la puesta en escena de la autocomplacencia del poder, supuestamente llamado a contener a una “masa llena de odio”.
La elección de la represión violenta contra todas aquellas personas que tienen el valor de levantarse para tomar la palabra frente a estas artimañas no es nada nuevo –ya se había empleado principalmente en los barrios populares y contra grupos vulnerables como los emigrantes y los gitanos, e incluso contra representantes de los movimientos sociales–, pero desde noviembre de 2018 se ha traspasado una frontera. Esta estrategia de la represión violenta llegó a su punto álgido durante la manifestación del Primero de Mayo de 2019: no solo asistimos al despliegue de todo el arsenal represivo del Estado, sino que se ha demostrado que el Gobierno, una vez más, mintió al armar un enorme escándalo sobre un supuesto “ataque” al hospital de la Pitié Salpêtrière por parte de manifestantes que intentaron refugiarse allí. Esta mentira de Estado es la gota que colma el vaso. Refleja el estado de nerviosismo y pánico de un poder en apuros.
¡Esta violencia de Estado debe cesar!
Nosotros acusamos al Ministerio del Interior de provocar deliberadamente las reacciones de violencia en nuestras ciudades, en las rotondas y los lugares de debate público, a fin de criminalizar a toda persona que se oponga a sus leyes y a sus políticas funestas.
Nosotros acusamos al Gobierno de emplear contra civiles armas de guerra prohibidas en el conjunto de los países occidentales, y de ignorar las repetidas advertencias de numerosos organismos internacionales.
Nosotros acusamos a la jerarquía de la magistratura de haber aceptado tapar esta política nefasta aplicando ciega y servilmente las órdenes emitidas por el poder ejecutivo.
Nosotros acusamos a la Inspección General de la Policía Nacional de haber realizado investigaciones fingidas que, hasta donde tenemos conocimiento, no han conducido a la interpelación de ningún miembro de las fuerzas “del orden”.
Nosotros acusamos a todas las personas vinculadas a la prensa y los canales televisivos que han aceptado convertirse en portavoces del Ministerio del Interior y de la Prefectura sin llevar a cabo ningún control sobre sus fuentes.
Hacemos un llamamiento al conjunto de los ciudadanos a unirse al movimiento social para denunciar la deriva autoritaria del Gobierno, y exigimos la dimisión del Sr. Castaner [ministro del Interior], así como la apertura de una comisión de investigación independiente para arrojar luz sobre los desatinos de los verdaderos responsables y que estos sean procesados.
París vuelve a ser epicentro de un enfrentamiento entre miembros de la policía local y los manifestantes pertenecientes al movimiento de los chalecos amarillos.
Al menos 165 personas han sido detenidas este 1 de mayo en París durante un enfrentamiento entre los manifestantes pertenecientes a los chalecos amarillos y la policía local. Según las autoridades, a los detenidos se le confiscaron objetos prohibidos. La Prefectura de París ha detallado que registraron a unos 9.000 ciudadanos en las zonas de la manifestación.
Unos 7.400 funcionarios policiales y militares fueron desplegados en la capital francesa, con el objetivo de interrumpir el flujo de la manifestación pacífica que se celebra este miércoles con el fin de conmemorar el Día Internacional del Trabajador.
En este sentido, el titular del Ministerio del Interior de Francia, Christophe Castaner, destacó que esta medida obedece a un plan de prevención ante los «1.000 a 2.000 activistas radicales» que se dieron cita en la manifestación del primero de mayo.
Asimismo, el gobierno de la capital francesa exhortó a los comerciantes de esta metrópolis a blindar sus negocios y a mantener las persianas abajo durante el desarrollo de la concentración de este miércoles.
La manifestación reivindicativa de los chalecos amarillos
Miles de manifestantes del movimiento chalecos amarillos realizan este miércoles una protesta en París con sindicatos y movimientos estudiantiles. La acción se da en el marco del Día Internacional de los Trabajadores.
Los chalecos amarillos se mantienen movilizados desde el pasado 17 de noviembre de 2018. Las protestas iniciaron en rechazo al alza en los precios de los combustibles y los impuestos, pero luego se extendieron contra las políticas del Gobierno de Emmanuel Macron. Ahora exigen reivindicaciones sociales y políticas.
Las protestas de los chalecos amarillos ocurren cada sábado y la anterior fue la número 24. Según cifras del ministerio del Interior hubo más de 5.500 manifestantes en la pasada jornada.
El pasado jueves, Macron anunció un conjunto de medidas como la rebaja en 5.000 millones de euros del impuesto sobre la renta y la revalorización de las pensiones. Sin embargo, los anuncios no fueron bien recibidos y los miembros de chalecos amarillos señalaron al presidente por no escuchar sus demandas.
En Ivry-sur-Seine (periferia de París), los chalecos amarillos indicaron que “no hay nada concreto” entre los anuncios de Macron, mientras que la militante Danièle el discurso de Macron “fue sólo teatro, no sentimos nada concreto, no hay casi nada que nos satisfaga”.
Además de bajar los impuestos y subir las pensiones, el presidente dijo estar dispuesto a reformar el sistema de referéndum ya existente, llamado Referendo de Iniciativa Compartida (RIP). No obstantes, rechazó el más directo Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC), una de las demandas centrales de los chalecos amarillos.
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