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De Matamoros a Valparaíso, nuevo ciclo de luchas obreras

Por: Rubén Martín.

Un nuevo ciclo de huelgas y luchas obreras se han presentado en distintas partes del mundo a fines de 2018 y en enero del presente año. Millones de trabajadores de distintos países han recurrido a uno de los más viejos, y efectivos, repertorios de lucha obrera como es la huelga, para exigir la reivindicación de sus demandas y el cambio de políticas económicas a sus respectivos gobiernos.Estas luchas ha paralizado las actividades en la India y Zimbabue, en tanto se han presentado grandes huelgas sectoriales por parte de los maestros de la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos; los estibadores portuarios de Valparaíso, Chile; y aquí en México, la histórica huelga de los trabajadores de las maquiladoras de Matamoros.En la India, la federación All India Trade Union Congress (AITUC), convocó el pasado 14 de enero a una huelga general acatada por casi 200 millones de personas, lo que probablemente la convierte en una de las huelgas más grandes en la historia del movimiento obrero mundial. La huelga general se convocó para exigir un cambio de políticas económicas al primer ministro hindú Narendra Modi: aumento del salario mínimo, seguridad social universal, pensiones aseguradas, poner fin a los contratos temporales, acabar con la privatización del sector público, bajar el precio de alimentos básicos, y le cumplimiento de las leyes laborales, entre otras citadas por eldiario.es (https://goo.gl/vohk2z).En Zimbabue las principales centrales sindicales convocaron a una huelga general en protesta por la inflación, la carestía y por un aumento de los combustibles que duplicaron su precio de un día a otro. Los trabajadores de este país africano pararon el 14 de enero y la respuesta del presidente Emmerson Mnangagwa fue la represión generalizada que dejó ocho muertos, decenas de heridos y al menos 200 detenidos (https://goo.gl/5J1bem).

En América las luchas obreras recorren el norte y el sur. En Valparaíso, Chile los trabajadores portuarios no sindicalizados llevaron a cabo una huelga que duró más de un mes, a partir de mediados de noviembre del año pasado. Se trata de una huelga significativa porque son los trabajadores eventuales quienes se lanzaron al paro. El paro duró 36 días y exigía un bono compensatorio, mejoras laborales y eliminar las “listas negras” contra los trabajadores movilizados. Al paro se sumaron sindicalizados de Valparaiso y otros puertos chilenos poniendo en predicamento al gobierno derechista de Sebastián Piñera (https://goo.gl/A7mEpQ).

En América del Norte, los trabajadores docentes de distintos distritos escolares están movilizados. En ese contexto se dio la huelga 33 mil docentes de Los Ángeles que duraron una semana en paro a partir del 15 de enero en exigencia de aumento salarial y mayor inversión en el sistema educativo. Al levantar el paro, dirigentes magisteriales consideraron que habían conseguido no sólo una victoria para ellos sino “una victoria para la educación pública”. El dirigente Alex Caputo Pearl dijo que “los educadores y familias llegaron a un punto de ebullición. Eso no sólo nos ha llevado a un acuerdo sino a un compromiso para luchar verdaderamente por la educación pública”. A los maestros congregados en un mitin les dijo: “acaban de enseñar la mejor lección de sus vidas”. Las protestas del sector magisterial en Estados Unidos continúa en Oakland, Denver y en el estado de Virginia (https://goo.gl/iiofJ9).

Y así llegamos a México, con la histórica huelga convocada por los miles de trabajadores de 45 empresas maquiladoras de Matamoros. La cifra de obreros en huelga no es precisa: algunos medios hablan de 30 mil, y otros señalan que son hasta 70 mil trabajadores que pararon las maquiladoras en esta ciudad fronteriza.

Es la primera huelga de ese tamaño que emprenden trabajadores de la maquila de la frontera Norte y es también el primer movimiento obrero de gran envergadura que aparece en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un mandatario que ha ofrecido respetar la democracia sindical.

La huelga fue formalmente declarada a las 14:00 horas del viernes 25 de enero por parte de Juan Villafuerte Morales, secretario general del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales de Industria Maquiladora (SJOIIM), aún y contra su voluntad. Este es un sindicato adherido a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), central charra que ha tenido siempre un papel de colaborador con el Gobierno y con los patrones. Juan Villafuerte fue obligado por los trabajadores de base a declarar la huelga luego de dos semanas de paros y manifestaciones de los obreros de Matamoros.

Una pieza importante para el movimiento fue la asesoría y presencia e la abogada laboral Susana Prieto Terrazas, quien viajó desde Ciudad Juárez, donde radica, para colaborar con el naciente movimiento obrero de Matamoros. Susana Prieto ya había asesorado en diciembre de 2015 y enero de 2016 a miles de trabajadores de la maquila que se fueron a paro en Ciudad Juárez, pero que no lograron convocar a una huelga tan masiva como lo que ahora ocurre en Matamoros.

La huelga estalla en la frontera Norte del país que supuestamente se benefició por el aumento del salario mínimo al doble que en el resto de México. El salario mínimo en los estados fronterizos pasó de 88.36 pesos del año pasado a 176.72 pesos en 2019.

Sin embargo, los empresarios de las maquiladoras de Tamaulipas escamotearon el incremento a los obreros, alegando que ellos ganan más del salario mínimo. En rechazo a esta negativa a aumentar sus salarios, desde el 12 de enero trabajadores de nueve maquiladoras se fueron al paro. El movimiento creció en los días siguientes con dos demandas muy precisas: un incremento salarial de 20% y el pago de un bono anual de 32 mil pesos.

En sus mítines y comunicaciones dejaron muy en claro que seguirán en paro de no cumplirse sus demandas. Tan es así que ni siquiera la presencia en Matamoros de la recién estrenada secretaria del Trabajo del Gobierno federal, Luisa María Alcalde, logró desistir a los obreros de irse a huelga.

Tienen la razón de su parte, pues reciben un salario bajo por trabajos extenuantes y riesgosos. Además de tener la razón, ahora el movimiento de los obreros de Matamoros tiene la fuerza política para mantenerse. Cuentan además con la amplia solidaridad de la sociedad de Matamoros, una ciudad de 600 mil habitantes de los cuales 25 por ciento depende directa e indirectamente del trabajo en las maquiladoras.

La huelga de los obreros de Matamoros ha despertado también la simpatía de la clase trabajadora del resto del país. De hecho en la tarde del sábado ya ocho empresas habían aceptado las demandas de los trabajadores: Core 1 y 2, Polytech, CTS, NP, AFX y Puertas y Vidrios 1 y 2, son las que ya han finalizado con el conflicto, según informó Juan Villafuerte, el dirigente del SJOIIM.

De ganar la huelga sentarían precedente importante para las reivindicaciones obreras. Y podría lograr que el movimiento se extienda a otras zonas maquiladoras, como Ciudad Juárez e incluso en Jalisco en las empresas de la industria electrónica.

Y también podría ser el inicio de un movimiento sindical independiente que sea capaz de elegir auténticos representantes de las bases trabajadoras en lugar de los secretarios charros que responden a los intereses de los patrones y del gobierno, y no a los de la clase obrera. Todo esto se juega en la histórica huelga de Matamoros.

Fuente del artículo: https://www.sinembargo.mx/27-01-2019/3527880

 

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