China/Mayo de 2017/Fuente: Prensa Latina
La borrasca, un fenómeno frecuente en el norte del país, afecta a esta urbe y a otras cercanas cada primavera dada la cercanía de desiertos como el de Gobi, y qué decir de las ‘pelusas’ las cuales pueden significar un toque romántico cuando no son numerosas, pero también pueden causar problemas viales, ensuciar calles y ser una gran molestia para quienes padecen de alergias.
Sin embargo, para resolver el problema, la Oficina Municipal de Paisajes y Silvicultura de la capital china poda los árboles y aplica químicos para limitar la producción de polen, causantes de las incómodas pelusas. Además trabaja por reemplazar algunos de ellos con otras especies que reduzcan paulatinamente este inconveniente.
Con más preocupaciones sobre los efectos en la salud y el medio ambiente de los plaguicidas, los implantes y las inyecciones de productos químicos que se insertan directamente en los árboles, son cada vez más populares.
Miguel Vales, investigador titular del Instituto de Ecología y Sistemática del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, explicó a Prensa Latina que las medidas adoptadas por la administración china en sus diversas variantes, son vitales para el incremento y cuidado permanente de las áreas verdes de las ciudades, las cuales actúan como pulmones en las urbes ofreciéndole a los ciudadanos un aire más saludable.
Además brinda un entorno más bello que satisface las necesidades espirituales de sus pobladores.
Dejando a un lado los factores naturales y contra los que el hombre se le hace más difícil batallar, podemos mencionar también el alto grado de contaminación provocado por el acelerado desarrollo industrial del gigante asiático.
Una vez reconocido, el Gobierno impulsa estrategias para optimizar la estructura económica e intensificar la innovación en sus esfuerzos de protección medioambiental.
En ese sentido, la administración ha reiterado que controlará estrictamente el consumo de energía y a las industrias contaminantes, ajustará su estructura de energía y elevará el control de las PM2.5 en las regiones densamente pobladas y en las metrópolis.
Durante periodos de gran contaminación, los gobiernos locales deben disponer medidas de respuesta de emergencia, como restricciones al tránsito, establecer límites de emisiones para las industrias contaminantes o detener el proceso de construcción de majestuosas obras.
Otras medidas preventivas incluyen la reducción de emisiones de contaminantes, con especial atención en los calentadores de carbón de pequeña escala; la transformación de importantes industrias en sectores amigables con el medio ambiente, y el control del polvo urbano.
Controles estrictos a industrias que producen grandes volúmenes de desperdicios y contaminación, eliminación de tecnologías obsoletas en las industrias de acero, cemento y aluminio electrolítico, entre otros, figuran entre las iniciativas en marcha para paliar el esmog.
El Consejo de Estado, impulsa la producción limpia y persigue alcanzar la meta de reducir para finales de este año al menos el 30 por ciento de las emisiones de los principales contaminantes del aire en industrias.
En síntesis, el gobierno chino continúa su ardua lucha para acabar con los días grises y de escasa visibilidad en este territorio donde algunas ciudades de las más contaminadas tienen más de 200 días con esmog al año, basado en cifras oficiales.
La transparencia en la información del gobierno a la población, una mayor supervisión pública para combatir el fenómeno de la contaminación y las constantes estrategias en curso muestran que las acciones dicen más que las palabras.