31 de mayo de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org
Por: Luz Amparo Martínez
Un gran paso es integrar asignaturas y trabajar por proyectos.
Hoy, como repetidamente lo menciona Andreas Schleicher de la OCDE, el éxito educativo ya no se asocia con la reproducción de contenidos sino con la capacidad de poder hacer algo significativo con lo que sabemos. De ahí que indudablemente se requiere dar un giro fuerte y decidido en el qué y cómo aprendemos.
Las demandas que plantea la sociedad del Siglo XXI son desafiantes: contar con mayor capacidad de enfrentar la complejidad, resolver problemas que aún no conocemos, contar con ciudadanos éticos y sensibles a la diversidad. Si las políticas, objetivos y currículos educativos no se orientan y aplican en las instituciones educativas con miras a fortalecer las capacidades de los maestros para que ayuden a que los estudiantes desarrollen competencias cognitivas sociales y emocionales, difícilmente se estará respondiendo a aquello que la sociedad reclama y que a los jóvenes les sea útil para la vida y para trabajar.
Un gran paso es integrar asignaturas lo que implica establecer estrategias didácticas que pongan en articulación saberes o materias que estén relacionadas entre sí para lograr un nivel máximo de integración del conocimiento.
De ahí que indudablemente se requiere dar un giro fuerte y decidido en el qué y cómo aprendemos.
Otro es, aplicar la metodología del aprendizaje basado en proyectos, ampliamente documentada por su eficacia para hacer del proceso de aprendizaje, un proceso aplicado, con sentido para el estudiante, que exige entender y analizar el entorno, buscar soluciones creativas a los problemas planteados y paralelamente ir aprendiendo e incorporando contenidos clave.
En Colombia coexisten experiencias de éxito de colegios que están gestionando aprendizajes basados en éste modelo (Colegio Los Alcaparros), que podrían propiciar y animar un amplio debate para su incorporación en la política pública.
Ahora, el camino hacia una educación de calidad en la sociedad del siglo XXI requiere tomar un poco de distancia de las mediciones actuales de calidad educativa y buscar nuevas formas de evaluación más alineadas con los desafíos señalados; igualmente impulsar el trabajo de los colectivos o redes de docentes de distintas asignaturas, para romper con el aislamiento y la compartamentalización del conocimiento en la cultura escolar de hoy.
Avanzar en esta dirección es clave para nuestros niños y jóvenes.
Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/educacion-de-calidad-en-la-sociedad-del-siglo-xxi