Por Beatriz Villarreal
Desde fines del siglo pasado el contexto social ha sido afectado por los cambios globales como la tecnología, las finanzas y el ambiente que junto con las crisis mundiales políticas y económicas han hecho del mundo un lugar en constante cambio y urgido de respuestas nuevas para enfrentar estas problemáticas. La profundidad de los cambios requeridos le mostró sus límites también a la educación. La educación se vio sometida a una serie de desafíos para continuar ocupando su lugar privilegiado en la sociedad y en la economía. Nuevas teorías educativas como las del aprendizaje, en lugar de las de la enseñanza, las teorías democráticas y ciudadanas de las identidades y sociedades plurales y multiculturales han sumado con su presencia y desarrollado respuestas a los nuevos estilos sociales y comunales ante las posibilidades que le ofrecen las tecnologías y las industrias. Este contexto eligió una educación para el desarrollo de la enseñanza por medio de competencias que son vistas como nuevas posibilidades que preparan a los estudiantes para aprender a aprender.
Ya no es solo hacer que el estudiante aprenda para la escuela, sino hay enseñarlo a que pueda aprender por sí mismo y esté preparado para hacerlo en cualquier momento de su vida. Esto requiere una sólida formación de base que tome en cuenta varios aspectos del aprendizaje que le permita aprender a aprender o sea aprender por sí mismo a enfrentar situaciones problemáticos tanto en la vida como en el trabajo y en la comunidad. Es desarrollar capacidades (competencias) y adquirir conocimientos, para subsistir ante las situaciones cambiantes del mundo en el que vive.
Esto le ha dado una mayor centralidad a la educación para la vida, el trabajo y la ciudadanía. Las personas serán capaces de aprender para vivir bien, para ser miembros activos de su comunidad y poder acceder a uno o más empleos a lo largo de su vida, para lograr obtener los objetivos que se proponen, así como estar capacitado para plantearse metas educativas. Las metas educativas han sido ampliadas durante los últimos años. Con estas nuevas metas es posible determinar qué es lo que se debe de aprender. Se requiere entonces de una educación fundamentada en los procesos sociales y personales. Se tiene que contar con el conocimiento adecuado y en la formación de habilidades que lo lleven a ello. Esto es la educación por competencias. Muchas sociedades con un grado de desarrollo educativo alto lo han intentado y están teniendo resultados educativos sustantivos.
El Informe en Gauge, Naperville (2003) destaca que para el siglo XXI la educación debe fortalecer cuatro tipos de competencias que son:
1. Alfabetización digital: Alfabetización básica, científica, económica y tecnológica.
Alfabetización visual e informática.
Alfabetización multicultural y conciencia global.
2. Pensamiento inventivo o creativo: Adaptabilidad, manejo de la complejidad y dirección personal.
Curiosidad, creatividad y toma de riesgos.
Pensamiento de orden superior y razonamiento sensato.
3. Comunicación efectiva: Trabajo en equipo, colaboración y habilidades interpersonales.
Responsabilidad personal, social y cívica. Comunicación interactiva.
4. Alta productividad
Priorización, planificación y administración para alcanzar resultados.
Uso efectivo de herramientas del mundo real.
Habilidad para crear productos relevantes de alta calidad.
El énfasis se pone en el conocimiento, la calidad, la creatividad, la comunicación y la oportunidad. El tipo ideal de persona educada es sumamente competente según los estándares que se incluyen. Todo lo cual hace de la educación un proceso de mucho dinamismo, creatividad, propuesta y conocimiento. Los viejos modelos son muy parciales y deficientes. Incapaces de dar alguna salida a los problemas que requiere el conocimiento actual. Esto tiene que hacer pensar a los gobiernos, para reformar sus sistemas educativos lo más pronto posible. La educación con estas propuestas se pone a la cabeza del desarrollo intelectual y social, por lo tanto requiere de intelectuales, maestros y profesionales que estén a la altura de sus demandas.
El Foro Económico Mundial del 2014 basado en las brechas y desigualdades educativas existentes en los países hizo una propuesta como guía sobre la educación en la que incluyó los siguientes temas:
1. Alfabetizaciones fundamentales
Dominio de la lengua (lectura y escritura), alfabetización matemática, alfabetización científica, alfabetización en tecnologías de la información y la comunicación (TIC), alfabetización financiera, y alfabetización cultural y cívica.
2. Competencias
Pensamiento crítico, solución de problemas, creatividad, comunicación y colaboración.
3. Cualidades del carácter
Curiosidad, iniciativa, persistencia, adaptabilidad, liderazgo, conciencia social y cultural.
Estas competencias fueron identificadas por el Foro Económico Mundial basado en las expectativas de trabajo que pueden satisfacer las exigencias de las industrias, el Programa Internacional de Evaluación de Alumnos de las OCDE utilizó criterios normativos extraídos de un análisis de las exigencias de la vida y el trabajo para definir las competencias. Y PISA lo define como el nivel de alfabetización necesario para funcionar en una economía basada en el conocimiento y en una sociedad democrática.
¿Qué se puede retomar de lo anterior para Guatemala? Guatemala con una democracia débil, una educación de mala calidad, un presupuesto escaso, ante el referente mundial anterior es mucho lo que debe hacer y rápido. Tiene que utilizarlo como criterio normativo, como punto de referencia para examinar y proponer las metas que se proponen en el sistema educativo nacional, elaboración del currículo nacional con sus propias ambiciones, utilizando las competencias de PISA como la guía para construir su sistema evaluativo.