Lo que los ordenadores serían capaces de para el 2030

11 de enero de 2017 / Fuente: https://revistaeducacionvirtual.com

Por: Claudia García

Las computadoras son hoy día lo que prácticamente todo el día tocamos. Todavía tenemos una imagen de ordenadores como objetos rectangulares, ya sea en un escritorio, o en estos días en los bolsillos; pero las computadoras están en nuestros vehículos, que están en nuestros termostatos, están en nuestros refrigeradores.

De hecho, cada vez más ordenadores ya no son objetos en absoluto, sino que impregnan la tela y prácticamente cualquier otro material.

Debido a eso, realmente necesitamos preocuparnos por lo que el futuro de la computación tiene, porque va a impactar nuestras vidas todo el día.

Algunos de los avances interesantes tienen que ver con el Internet de las cosas. De la misma manera que tenemos una tendencia a pensar en ordenadores como cajas rectangulares, tenemos una tendencia a pensar en la Internet como una especie de éter que flota alrededor de nosotros.

Pero hace muy poco tiempo los investigadores han hecho grandes avances en la creación de una forma de que todos los objetos sirvan para comunicarse; por lo que el teléfono puede comunicar a su refrigerador, lo que podría comunicar a la bombilla. De hecho, en un futuro cercano, la bombilla se convertirá en un ordenador en sí, la proyección de información en lugar de la luz.

Del mismo modo, la computación biológica aborda cómo el cuerpo en sí mismo puede calcular, cómo podemos pensar en el material genético como la informática.

Se puede pensar en la computación biológica como una manera de calcular ARN o ADN y la comprensión de la biotecnología como una especie de ordenador.

Algunas de las formas en que la informática está cambiando ahora son que se está moviendo en los tejidos en nuestra ropa y se está moviendo en nuestros propios cuerpos.

Ahora los científicos están en el proceso de perfeccionamiento de las prótesis que no sólo ayudan a las personas a alcanzar algo, esas prótesis ahora envían un mensaje al cerebro.

Las primeras prótesis fueron capaces de forma milagrosa, llevar un mensaje desde el cerebro y usarla para controlar el mundo. Esto realmente cambia la forma de pensar de lo que significa ser humano, si nuestros propios cerebros se ven afectados por el movimiento de una pieza de metal en el borde de nuestras manos.

En primer lugar, no hay realmente una interrupción de todos los sectores de la industria. Todo, desde los sectores de la información y el entretenimiento, que puede imaginar los anuncios que entienden sus emociones cuando nos fijamos en ellos el uso de la máquina de aprendizaje; a la fabricación, donde los robots en una línea de producción pueden aprender en tiempo real en función de lo que perciben.

Cada sector está cambiando e incluso las líneas entre los sectores de la industria se está difuminando, como 3D-impresión y de aprendizaje automático se unen, por ejemplo; como la fabricación y la información; o la fabricación y el cuerpo se unen.

Fuente artículo: https://revistaeducacionvirtual.com/archives/2785

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De Stephen King a R.R. Martin: los grandes escritores y su relación con los ordenadores

Marta Sofía Ruiz

La llegada de los procesadores de texto modificó los hábitos de muchos escritores que cambiaron el papel y el boli y la máquinas de escribir por un ordenador y un ‘software’ —manual complicado de por medio—. En cuestión de pocos años, muchos autores aprendieron a confiar en la tecnología para ahorrarse tiempo y esfuerzo y trasladaron su escritura a una pantalla de ordenador.

“Todos hablan de que el proceso se convirtió en algo mucho más fácil […] Antes se hacían uno, dos o tres borradores, pero ya no había que pasar por todo eso. Todos creen que les hizo mejores escritores, porque podían pasar más tiempo revisando”, explica a Teknautas Matthew G. Kirschenbaum, autor de Track Changes, un libro sobre la historia de los procesadores de texto.

Durante una entrevista para la televisión, George R. R. Martin confesó que todavía utilizaba un ordenador sin conexión a internet con un procesador de texto antiguo llamado WordStar. Creía que esto era su “arma secreta”, e indicó que la falta de distracciones de la que disfrutaba gracias a esa tecnología era lo que le había permitido escribir historias tan largas. A pesar de que durante el programa habló de otras cosas, como la ausencia de dragones en el primer borrador de ‘Juego de Tronos’ o sus preferencias a la hora de matar personajes, lo que acaparó titulares fue su apego a su antiguo método de redacción, muestra de lo chocante que parece imaginar a un escritor trabajando con tecnología que, aunque pionera, ahora se concibe como anticuada.

Sin embargo, no ha pasado tanto desde la época en que ni siquiera WordStar era una herramienta habitual: solo tres décadas nos separan de la introducción de los procesadores de texto destinados a los hogares y del proceso —bastante rápido— de adaptación de los distintos autores. Y, si bien George R. R Martin no llegó tarde a la adopción, su nombre no aparece en el relato de los pioneros.

Aunque la historia de estas aplicaciones informáticas comienza en las oficinas en la década de los 60, especialmente de la mano de IBM, serán los modelos más desarrollados de los años 70 —más parecidos a los que empleamos actualmente— los que empiecen a captar la atención de los escritores. Según Kirschenbaum, Gay Courter fue la primera escritora que redactó una novela en un procesador que, no obstante, todavía estaba diseñado para ser una herramienta de oficina. «Escribí cada palabra yo misma y creo que solo conseguí una novela comercial porque pude reescribir una y otra vez hasta que obtuve lo que quería», explicaba la pionera al autor de ‘Track Changes’.

La decisión de invertir 18.000 dólares –el precio de su IBM System 6, unos 63.000 euros actuales– puede parecer descabellada, pero fue consecuencia directa de su gestión de un negocio familiar en el que sería útil y de la necesidad de encontrar un método que le permitiera seguir escribiendo mientras cuidaba de sus hijos. Así, ‘The Midwife’, obra que entró en la lista de superventas de The New York Times y de la que se vendieron más de tres millones de copias, pudo ver la luz gracias a la adopción de esta nueva herramienta.

Después de esta primera escritora, otros nombres se sumaron a la lista de los pioneros que, antes de que los procesadores de texto y los ordenadores personales se convirtieran en habituales, ya abrieron su mente al mundo de posibilidades que les ofrecía este nuevo método de redacción. Jerry Pournelle, Larry Niven o Anne Rice serían solo algunos de ellos.

Los inicios de los años 80 marcaron su popularización. En un artículo de ‘The Economist’ de 1891 se afirmaba que 500.000 personas ya estaban utilizando uno. ‘Time Magazine’ también publicó una pieza en la que se explicaba que “cada mes, más y más escritores están desechando sus lápices y sus máquinas de escribir por ‘procesadores de texto’, la jerga técnica que describe pequeños ordenadores con teclados y pantallas electrónicas para el escaneo y la manipulación de textos, unidades para almacenar la información e impresoras de alta velocidad”. Con tal nivel detalle había que explicar las cosas por aquel entonces.

“Los que usaban un procesador en 1977 eran pioneros, pero emplearlos en 1981 ya era ‘mainstream’”, explica Kirschenbaum. “La llegada de los ordenadores personales hizo que se popularizaran muy rápidamente”.

Un libro a dos manos

En 1981, Stephen King y Peter Straub firmaban sus contratos para ‘El Talismán’, la novela mundialmente esperada que ambos escribirían a dos manos. Consagrados en el panorama del terror, esta colaboración sería la que les sirviera de introducción en el mundo de los procesadores de texto. King vivía en Maine y Straub en Connecticut, a unas seis horas en coche, lo que suponía un problema para intercambiar trabajo y combinar sus energías creativas.

Por ello, ambos decidieron que la tecnología era la mejor opción para facilitar las cosas y se lanzaron a adquirir sendos procesadores. King compró un Wang System 5 y Straub un IBM Displaywriter 6580. “Estaban pensados para una oficina. Los adquirieron únicamente para poder trabajar juntos y poder mandarse los textos el uno al otro”, explica Kirschenbaum.

Solo tres años más tarde, en 1984, los ordenadores personales y el procesador de texto WordStar eran los reyes del sector. Este programa copaba más de una cuarta parte del mercado y autores como Michael Chabon, Arthur C. Clarke o Ralph Ellison pasaban sus palabras por este ‘software’.

Pionero en su momento, hoy todavía goza de cierto culto entre los escritores de ciencia ficción. George R.R Martin no es el único gran enamorado: otros como Frederick Pohl o Robert Sawyer también han confesado su apego por el viejo programa.

Sin embargo, y a pesar de que WordStar fuera el líder indiscutible, el mercado ofrecía decenas de alternativas. Una guía muy detallada que se publicó en un número de 1983 de Writer’s Digest comparaba tres docenas de programas diferentes y analizaba sus características, además de su precio y compatibilidad. Por supuesto, adoptar cualquiera de ellos no era tan intuitivo como ahora. Los escritores tenían que aprender los comandos que les permitirían borrar, copiar o reemplazar texto y debían leerse un manual para poder hacer uso de esta tecnología.

“La curva de aprendizaje era mucho más larga”, explica Kirschenbaum. “Para adoptar un programa como WordStar tenías que estudiar un manual o tomar un curso”. No obstante, “una y otra vez los escritores se maravillaban por lo instantáneo de su nuevo procesador. Al presionar un tecla, el documento cambiaba ante sus ojos. Ya no se trataba solo de retroceder un espacio para corregir una errata, sino que podían borrar o mover trozos de texto o cambiar una palabra de forma repetida durante todo el manuscrito”.

“Si tenía que cambiar el nombre de un personaje –algo que me pasó en mis dos primeros libros– simplemente podía codificar el cambio en la máquina y automáticamente se modificaba en el disco”, explicaba Robyn Carr a Kirschenbaum, tratando de poner palabras a la fascinación que sentía en aquel momento.

Cuando Joan Didion comienza ‘El Año del Pensamiento Mágico’, su libro más famoso, lo hace relatando las propiedades de un archivo de Microsoft Word en el que escribió justo después de la muerte de su marido. Didion, para la que escribir en un procesador de texto era tan habitual que aparecía en su literatura cuando hablaba de sí misma, explicó lo que el cambio a este tipo de programas supuso para su trabajo. Su visión representa la de los cientos de escritores que vivieron a medio camino entre las máquinas de escribir, el bolígrafo y el papel y un ordenador:

“Antes de que empezara a usar un ordenador, escribir una pieza suponía trabajar en algo un día, almacenar el material y no estar seguro de dónde ibas a ir a continuación. Con un ordenador, dejó de ser como pintar y se convirtió en algo parecido a la escultura, donde empiezas con un bloque de algo y vas dándole forma”, relataba.

Rápido y masivo, el proceso de adaptación a los procesadores de texto supuso una gran innovación en el campo de la escritura. Tanto que, posiblemente, la capacidad de revisar los textos y el ahorro de tiempo hayan hecho que algún escritor, que de otra manera no hubiera sido capaz, haya conseguido firmar una buena (y larga) obra. Al menos para George R.R Martin es una de las claves de su creación.

Fuente del articulo: http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-08-14/de-stephen-king-a-george-r-r-martin-asi-se-adaptaron-los-escritores-a-la-informatica_1246428/

Fuente de la imagen: http://www.ecestaticos.com/image/clipping/654/b2b6480b5dcc200ca9e105592f2dde06/stephen-king-con-su-wang-fuente-matthew-g-kirschenbaum.jpg

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Canada, Universal Service Fund donate computers to Mustard Seed communities

Caribe Insular/Jamaica/Mayo 2016/Autor: Editor/ Fuente: jamaicaobserver.com

ResumenLa Alta Comisión de Canadá en Jamaica, en colaboración con el Fondo de Servicio Universal (USF), recientemente donó computadoras y otros equipos para las Mustard Seed Communities en Spanish Town. La donación, valorada en aproximadamente $ 400,000, incluye impresoras, monitores y Computadores.

The High Commission of Canada in Jamaica, in collaboration with the Universal Service Fund (USF), recently donated computers and other equipment to the Mustard Seed Communities in Spanish Town.

The donation, valued at approximately $400,000, included printers, monitors and desktops.

Clovelle Folkes, administrator of the Mustard Seed Communities in Spanish Town, welcomed the donation. She said that 64 of the 67 children who live at the home attend primary and high schools.

“The computers will assist the children with their school projects,” Folkes declared.

Canada’s High Commissioner to Jamaica Sylvain Fabi, who participated in the handing over ceremony, said that the high commission was “more than happy to play a small part in helping the Mustard Seed Communities to improve the lives of those whom they serve”.

He also congratulated the USF for the work that that it is doing in bridging the information gap, and especially for its donation to the Mustard Seed Communities to assist with educational research.

Hugh Cross, chief executive officer of the fund, said they were delighted to help the children.

“When we [Universal Service Fund] heard there was a need, there was no hesitation in granting the funding,” he said.

An agency of the Ministry of Energy, Science and Technology, the USF facilitates the accessibility of the information super highway throughout, in strategic locations such as schools, public libraries, post offices and other institutions.

The aim is to create an environment that is interactive and conducive to learning, hence improving the quality of education and life for residents in all fourteen parishes.

The Mustard Seed Communities was established in 1978 as a home for a handful of abandoned and disabled children. Today, they serve close to 411 children, young adults and families who belong to the most vulnerable groups in Jamaican society. There are 13 homes across Jamaica.

Fuente de la noticia: http://www.jamaicaobserver.com/news/Canada–Universal-Service-Fund-donate-computers-to-Mustard-Seed-communities_60006

Fuente de la imagen: http://www.jamaicaobserver.com/assets/12944608/201953.jpg

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