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Brasil: Esta es Dani, la joven indígena lesbiana que defiende los derechos LGTB en la Amazonia

América del sur/Brasil/27 Junio 2019/Fuente: El país

Dani, una activista para la preservación de la jungla brasileña, es la protagonista del segundo capítulo de la serie ‘Rainforest Defenders’, que presenta el retrato de cinco líderes que defienden su territorio

Dani es una joven activista riberina de 21 años. Pero, para convertirse en lo que hoy es, ha realizado un difícil y valeroso ejercicio de búsqueda de identidad que no se entiende sin comprender el contexto en que tuvo lugar.

Muchas de las comunidades que habitan las riberas del río Tapajós, como en tantos otros asentamientos a lo largo de la inmensa cuenca amazónica brasileña, se definen como riberinas, y engloban la diversidad étnica de sus pobladores, fruto del mestizaje entre indígenas, afro-descendientes y blancos de origen europeo, sobre todo ibérico, en múltiples cruces interétnicos a lo largo del tiempo.

Actualmente, definirse como indígena es una cuestión de autoafirmación, pero en muchas comunidades a lo largo de este caudaloso afluente del río Amazonas, la mezcla es tan antigua y dinámica que puede resultar imposible escoger una etnia a la que afiliarse.

Pero cuando el territorio está amenazado por mineras, madereros, el agronegocio y por la apropiación de tierras no tituladas, muchas comunidades han hecho ese ejercicio de autoafirmación y autodemarcación del territorio, demostrando que ocupan esos lugares desde un tiempo suficiente como para reclamar su propiedad al Estado. Conseguir su titulación es la única garantía para evitar ser expulsados de ellas; normalmente, por propietarios de negocios que explotan los abundantes recursos naturales que alberga la región.

Otra vía efectiva para la protección de poblaciones en estos territorios ha sido la declaración de Reservas de Conservación, sean estas permanentes (como las Reservas Biológicas o Parques), o Reservas de Usos Sostenibles, como las reservas extractivistas (Resex) o las Florestas Nacionales (Flona).

En una Flona se ubica la comunidad de Prainha, hoy dividida entre Prahina I y Prainha II. El haber alejado la amenaza exterior a través de la protección relativa que proporciona el vivir dentro de una Floresta Nacional, le permite a la comunidad centrarse en cuestiones internas como la que les ha llevado a constituirse en dos comunidades diferenciadas.

Vista aérea de las plantaciones de soja en el linde del área reconocido como Floresta Nacional en el bajo Tapajós, donde vive Dani.
Vista aérea de las plantaciones de soja en el linde del área reconocido como Floresta Nacional en el bajo Tapajós, donde vive Dani. PABLO ALBARENGA

Detalle de una de las plantaciones de soja junto a la Flona donde vive Dani.
Detalle de una de las plantaciones de soja junto a la Flona donde vive Dani. PABLO ALBARENGA

En Prainha II es donde vive Dani, una valerosa joven que ha realizado un intenso ejercicio de búsqueda de identidad que la llevó al reconocimiento de que es homosexual, lo que escondió durante largo tiempo, reprimida por su familia, la comunidad y también la iglesia.

Para Dani, realizar este ejercicio de reconocimiento dentro de la comunidad resultó prácticamente imposible durante demasiado tiempo. A la importante presencia de iglesias evangelistas de tinte conservador, expandidas con suma eficacia por todo Brasil (en el caso de Prainha II, se trata de la Iglesia Adventista del Séptimo Día), se suman estructuras culturales tradicionales donde la sexualidad está firmemente controlada y explorar cualquier vía alternativa resulta prácticamente inviable. El reparto de roles entre géneros es asimétrico y el control del vínculo sexual y reproductivo a través del matrimonio, muy férreo. En este entorno, la violencia y el abuso sexual es un fenómeno frecuente entre familias y comunidades, donde queda soterrado por el silencio y la ocultación.

En este marco, el viaje de Dani, víctima ella misma de violencia sexual, ha sido muy difícil. Pero a través de su implicación en un colectivo de jóvenes activistas, coordinado por la asociación de jóvenes ambientalistas Engajamundo, ha encontrado el espacio de libertad para expresar libremente su homosexualidad. Reconocerse públicamente como miembro de la comunidad LGTB+ se convirtió en un factor de empoderamiento y en una vía para su compromiso con esta y otras causas importantes para la comunidad.

“Mis luchas aquí no son pocas”, cuenta Dani. “Primeramente, por la preservación del área de conservación de la que forma parte la Flona en la que vivimos, que está rodeada de sojeiros[cultivadores industriales de soja]. Por todas partes nos llega la polución de los agrotóxicos y el avance del gran sojeiro, que ya amenaza a varias comunidades vecinas. Poder vivir en este área maravillosa y protegerla, esta es la primera lucha”.

“Pero yo estoy implicada en otra lucha”, continua con determinación. «Por la sexualidad, un tema que no es abordado en las comunidades, ni en la escuela, ni en las familias. Aquí era imposible asumir por mis propios medios el hecho de ser lesbiana. Por suerte pude hacerlo través de un ejercicio donde exploramos otras formas de lucha y pude traer esta discusión a la escuela donde yo estudié a los 16 y 17 años. Fue el periodo en el que sufrí más. Sufrí en las comunidades, sufrí en la escuela, sufrí en la familia”.

“Hasta hace poco tiempo, me sentía una persona incapaz, me sentía una basura, la verdad”, dice Dani con la emoción que trae el recuerdo del sufrimiento. “Yo sentía que no era nadie, parecía un saco abandonado. No era nadie, pero nadie, la verdad”.

Dani y algunos amigos posan para un retrato en el margen del río Tapajós tras finalizar una actividad reivindicativa de los derechos LGBT+.
Dani y algunos amigos posan para un retrato en el margen del río Tapajós tras finalizar una actividad reivindicativa de los derechos LGBT+. PABLO ALBARENGA

Poder pasar de la represión, la frustración, la depresión y los intentos de suicidio al orgullo de reconocerse fue un paso determinante en la vida de Dani, hoy convertida en militante de la causa LGBT+. “El hecho de que pueda golpearme en el pecho y decirme que yo soy una inspiración para otros, es un orgullo. El que un joven dijese el otro día: ‘Yo voy hacer lo que hizo Dani’. Eso fue un privilegio muy grande para mí. Una felicidad”.

Para esta joven menuda, pero desafiante, el vínculo entre la lucha por la sexualidad y la causa ambientalista de defensa del territorio está muy claro. Ambas luchas son muy duras en estas comunidades del bajo Tapajós: “Si tengo la fuerza para combatir los prejuicios ante la sexualidad, tendré la fuerza necesaria para combatir la invasión de las grandes explotaciones de soja que devoran la floresta, que retan a las comunidades y que rodean nuestra Flona, amenazando con asfixiarla”.

Para Dani, ambas causas están íntimamente ligadas entre sí. “Porque yo soy ahora una resistente”, dice. “Si resistí la represión de mi sexualidad, resistiré la invasión de mi territorio por parte de los sojeiros. Esto lo tengo claro”.

Este vínculo entre existir y resistir es común entre los jóvenes activistas, ya sean riberinos, indígenas o afrodescendientes, a lo largo del río y en el interior de la selva.

Dani lava su ropa en la comunidad de Prainha II, donde vive, dentro de la reserva Floresta Nacional de Tapajós, Pará, Brasil.
Dani lava su ropa en la comunidad de Prainha II, donde vive, dentro de la reserva Floresta Nacional de Tapajós, Pará, Brasil. PABLO ALBARENGA

Dani se muestra muy lúcida en la descripción del proceso de concienciación de estas comunidades amazónicas, alejadas de los núcleos urbanos y relativamente aisladas, autónomas en su funcionamiento. Tanto frente a las amenazas de invasión del territorio y contra el medio ambiente, como ante sus sistemas sociales cerrados, que están dominados por estructuras tradicionales que vienen de lejos.

Pero entre todas las amenazas descritas y percibidas, Dani es consciente de que la mayor de todas ellas proviene de la coyuntura política derivada de la elección, en noviembre de 2018, del nuevo presidente del país, Jair Bolsonaro: “Hoy en día, lo que da miedo es el momento político que está viviendo Brasil. Ahora mismo, yo tengo miedo de salir de casa por culpa de algunas personas, por culpa del prejuicio dominante. Yo puedo salir de casa un día y puedo no volver. Yo puedo salir de casa andando y regresar en una silla de ruedas. Este es mi mayor miedo”.

Bolsonaro ha manifestado claramente su intención de frenar a los activistas porque son ellos los que levantan la conciencia sobre los enormes daños que la economía depredadora y la deforestación masiva vienen causando en áreas enormes de la Amazonia; y que, ahora que los hacenderos, los ruralistas y las grandes empresas sienten que cuentan con carta blanca al amparo del nuevo gobierno, pueden causar el mayor de los desastres.

Bolsonaro tiene también claro que acabar con los activistas que defienden sus derechos, ya sea como pueblos originarios, cuya arma es su autoafirmación indígena, o a través de la defensa de su afrodescendencia, o de la causa LGTB+, es acabar con el germen de toda resistencia a un proyecto destructor. Sucesos recientes de agresión a personas LGTB+ en las calles de ciudades brasileñas, como ha sido el caso de Luana Trans en Santarém, están generando una atmósfera de violencia contra estos colectivos muy peligrosa, haciendo que el miedo gane espacio a la vez que las libertades se están viendo reducidas aceleradamente.

Antes de participar en acciones con los demás activistas de la región, Dani, en la soledad de su desamparo, había entrado en una dinámica de autodestrucción muy peligrosa. Verse reconocida es lo que ahora le da una fuerza indomable que proyecta, no solo en la lucha contra la homofobia, sino también contra el racismo y contra la violencia sexual, que vienen a sumarse a la causa medioambiental frente a las amenazas del agronegocio.

La obsesión de Bolsonaro por combatir a estos activistas les da precisamente toda la razón para persistir en su lucha, más que nunca: sin su valerosa acción en el territorio, la homofobia, el racismo, la violencia de género, la violencia contra las minorías y la economía depredadora sin escrúpulos no tendrían límite alguno. Dani está aquí para recordárnoslo.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/06/06/planeta_futuro/1559827900_555093_1559830626_sumario_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/06/planeta_futuro/1559827900_555093.html

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La compleja realidad de las lenguas indígenas en Argentina

América del sur/Argentina/08 Mayo 2019/Fuente: dicyt

Científicas sociales del CONICET comparten sus estudios culturales y vivencias en relación a las lenguas de los pueblos originarios

Cancha, poncho, gaucho, morocho, carpa, vincha, pucho… una gran cantidad de palabras de nuestra habla cotidiana provienen del quechua, lengua incaica que desde hace quinientos años tiene contacto con el castellano. El quechua es una lengua originaria con gran vitalidad, en sus distintas variantes, en algunos territorios de Argentina, Bolivia, Perú, Brasil, Chile, Colombia y Ecuador. Sin embargo, esta no es la única: en Argentina hoy se hablan al menos catorce lenguas indígenas, de las treinta y cinco que se hablaban antes de la llegada de los españoles. ¿Qué se conoce sobre ellas? ¿Por qué es importante cuidarlas, valorarlas y promoverlas?

“En nuestro país, tenemos 39 pueblos indígenas –mbyá-guaraní, mocoví, pilagá, toba-qom, wichí, huarpe, entre otros–, algunos son numerosos y otros más pequeños. Según las estimaciones del último censo poblacional (INDEC, 2010), de los 40 millones de habitantes, el 2,4 % se declara indígena, es decir, más de 950 mil personas”, explican las antropólogas e investigadoras del CONICET Ana Carolina Hecht, Noelia Enriz y Mariana García Palacios.

Carolina estudia la socialización lingüística, la vitalidad y el desplazamiento de la lengua toba qom en distintos espacios (familiar doméstico, escolar) en comunidades qom urbanas de la provincia de Buenos Aires del Chaco; Noelia trabaja con comunidades mbyá-guaraní en Misiones investigando los saberes que circulan tanto dentro como fuera de la escuela intercultural bilingüe, y Mariana analiza cómo los niños de barrios qom de Buenos Aires y del Chaco construyen sus conocimientos del mundo social, especialmente los religiosos, en contextos comunitarios y escolares interculturales. Juntas participan del proyecto “Interculturalidad y educación en comunidades toba/qom y mbyá-guaraní de Argentina: una aproximación histórico-etnográfica a la diversidad étnica y lingüística en las escuelas”, que forma parte del Programa de Antropología y Educación de la Universidad de Buenos Aires.

Sus investigaciones las han llevado incluso a tener experiencias de cohabitación durante el trabajo de campo. “Yo me quedaba un tiempo con la población con la que estaba trabajando. También hacemos observación participante: formamos parte de las actividades de las comunidades”, relata Noelia. “Tratamos de desarrollar actividades que nos demandan las mismas comunidades,” –agrega Carolina– “por ejemplo, charlas y talleres en escuelas bilingües interculturales y en institutos de formación docente en donde debatimos sobre interculturalidad, niñez indígena, lenguas en contacto, diversidad y desigualdad”.

Lenguas indígenas y territorio

Según las científicas, las lenguas indígenas argentinas son las que provienen de familias lingüísticas oriundas de nuestro territorio; al mismo tiempo, también existen otras lenguas que se hablan en Argentina pero que fueron traídas por la acción migrante de países limítrofes. “Los pueblos indígenas siempre son más numerosos que las lenguas indígenas porque muchos pueblos han dejado de hablar sus propias lenguas como consecuencia de procesos históricos de invisibilización, discriminación, negación, sometimiento, entre otros factores”, señala Hecht.

En la actualidad, el abanico de situaciones es muy diverso: lenguas que ya no se hablan, otras que tienen un solo recordante, situaciones de bilingüismo, comunidades indígenas en las que predomina el español, comunidades en donde la lengua indígena se mantiene vital en el medio familiar y comunitario. “Esas situaciones pueden incluso atravesar un mismo pueblo: niños qom que hablan español como primera lengua y otros que tienen el español como segunda”, agrega Mariana.

La población mbyá es un caso muy particular. Tiene su propia lengua y habita en Misiones, en parte de Paraguay y Brasil. La lengua oral les permite a sus hablantes comunicarse en los tres países como lengua franca. Sin embargo, se escribe de manera distinta en los tres territorios. “En uno, tiene influencia del portugués; en Paraguay, del guaraní estándar, y aquí del castellano, –cuenta Noelia– por ejemplo, lo que para nosotros suena ‘ch’, en Brasil se escribe con ‘x’. Esto muestra la complejidad de la lengua indígena”.

El enorme desafío de la escuela

Todo este complejo escenario representa un gran desafío para la Educación Intercultural Bilingüe (EIB), modalidad del sistema educativo que garantiza el derecho constitucional de los pueblos indígenas. Plasmada en la Ley de Educación Nacional Nº 26.206 (capítulo XI, artículo 52), la EIB “promueve un diálogo mutuamente enriquecedor de conocimientos y valores entre los pueblos indígenas y poblaciones étnica, lingüística y culturalmente diferentes, y propicia el reconocimiento y el respeto hacia tales diferencias”.

Sin embargo, las investigadoras perciben que estas situaciones dispares y llenas de matices por las que están atravesando las lenguas indígenas no son siempre contempladas en las políticas educativas. “La legislación de la EIB está más bien orientada a niños indígenas que habitan en contextos rurales, hablan la lengua indígena y tienen muy poco contacto con el español. Mientras que la situación más generalizada en el contexto actual muestra niños indígenas en contextos urbanos, con distinto dominio de la lengua indígena”, manifiesta Carolina.

Para las científicas sociales lo ideal sería que esas legislaciones contemplasen la diversidad de realidades y matices sociales. “La educación intercultural bilingüe debería ser un desafío del que todos participemos; una forma educativa para toda la sociedad argentina y no solo para las poblaciones étnicamente marcadas; y así dar cuenta de que Argentina es un país multicultural. Además habría que pensar intervenciones en las que participen las propias comunidades, y no solo intervenciones desde afuera”.

Reconocer la historia para mirar el futuro

“El hecho de que un pueblo ya no esté hablando activamente su lengua en la actualidad, no lo hace menos indígena”, plantea Carolina quien trae a colación la dimensión histórica para analizar esta cuestión. “Ciertos procesos históricos fueron los que condicionaron las distintas situaciones que tenemos hoy en día. Si solo miramos desde el presente, vamos a tender a jerarquizar las situaciones actuales sin tener en cuenta los procesos que llevaron a que esas situaciones existan. Las vinculaciones entre lengua e identidad son siempre muy complejas, porque incluso, en la escuela, muchas personas son vistas como menos indígenas por no hablar la lengua indígena”. “La lengua es importante para la identificación de los pueblos pero, a su vez, no es el único rasgo de identificación”, añade Mariana.

Noelia se pregunta: “¿Por qué no mantener la riqueza cultural de un país? ¿Por qué negarla? ¿Por qué pedirles a las personas que sean otra cosa? La diversidad es patrimonio argentino. No hay nada que nos haga pensar que atentar contra la diversidad no sea pernicioso para la sociedad. Además, en este caso, la diversidad tiene que ver con los orígenes del espacio en donde el país se desarrolla en la actualidad y estas poblaciones son previas a los estados-nación”.

Para cuidar y proteger la diversidad lingüística, “primero tendría que haber una planificación lingüística y políticas educativas que partan de este complejo escenario actual”, sintetizan. Por eso, “sería interesante propiciar más espacios en donde se reflexionen y debatan estas cuestiones para ir desarmando ideas que están muy cristalizadas en el sentido común más generalizado” y, finamente, fortalecer la legislación en Educación Intercultural Bilingüe para que no sea solo un ideal sino que se materialice en la práctica en todo el territorio nacional.

Fuente: http://www.dicyt.com/noticias/la-compleja-realidad-de-las-lenguas-indigenas-en-argentina

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Panamá implementa plan de desarrollo indígena

Centro América/ Panamá/ 11.12.2018/ Fuente: 

 Educación, salud, saneamiento y agua son algunos de los ejes sociales que integran el Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas de Panamá, que cuenta con el apoyo del Gobierno y las autoridades comarcales.

‘El primer paso para dar rienda a este proyecto es atender las infraestructuras básicas que tienen que ver con las prioridades sociales como los centros de salud, escuelas y saneamiento’, declaró el cacique del Congreso Wounaan, Diogracio Puchicama.

Precisó que la iniciativa, la cual también contempla aspectos económicos y políticos, cuenta con una financiación inicial de 85 millones de dólares, aportados por el Banco Mundial (BM) y el Gobierno panameño.

El vicepresidente para América Latina y el Caribe del BM, Jorge Familiar, explicó que el plan es resultado de un estudio a nivel regional para atender las necesidades de desarrollo de los pueblos indígenas, a partir de sus tradiciones y preferencias. Añadió que como parte del proyecto se creó una mesa técnica, integrada por caciques y líderes de las siete etnias indígenas presentes en el territorio nacional.

‘No hay mejor socio para probar este nuevo enfoque que Panamá, nación que cuenta con las tasas de crecimiento más altas de la región, éxito en la reducción de la pobreza y en mejoras de la calidad de vida’, afirmó Familiar.

No obstante, reconoció que todavía existen rezagos en las comunidades indígenas, donde pese a su cercanía a la capital, prevalecen el abandono y situaciones de pobreza.

Según datos oficiales, la pobreza afecta al 96,7 por ciento de los indígenas y la desnutrición crónica, al 72 por ciento de los niños menores de cinco años.

Al respecto, el ministro de Gobierno, Carlos Rubio, recordó que de 2014 a la fecha, la actual administración invirtió más de 750 millones de dólares en las comarcas.

‘Es un plan no elaborado en consulta con los pueblos indígenas de Panamá, no con su participación, sino elaborado por ellos y para ellos, con ese conocimiento que solo ellos tienen de sus realidades y potencial’, dijo la canciller panameña, Isabel de Saint Malo, durante la presentación del proyecto esta semana.

‘Si vamos a ser serios en la erradicación de la pobreza en nuestra región y en el combate a la desigualdad, tenemos que atender esos casos de exclusión histórica’, alertó Familiar, quien reconoció que en la región existen pocos proyectos de relevancia como este, de ahí la necesidad de ejecutarlo bien para replicarlo.

El último censo de 2010 reveló que en América Latina hay cerca de 42 millones de indígenas, lo que representa el 7,8 por ciento de la población total, en tanto Guatemala, Bolivia, Perú, México y Panamá albergan el mayor número de originarios en el continente.

En el caso particular de Panamá existen cerca de 400 mil indígenas, alrededor del 11 por ciento de la población total, que se agrupan en siete etnias principales: emberá, wounaan, guna, ngÃñbe, buglé, naso y bri-bri.

Fuente de la noticia: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=235329&SEO=panama-implementa-plan-de-desarrollo-indigena
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Guatemala, entre el limbo político y el proceso constituyente plurinacional

Ollantay Itzamná

Las esperanzas de la Guatemala oficial, como en el mito de Sísifo, cayó nuevamente al abismo ante el epílogo del teatro de la “guerra anticorrupción”. El Gobierno norteamericano expresó su respaldo al Presidente Jimmy Morales, y decidió sacarle los colmillos a la CICIG (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala).

Esta decisión fue un revés para la ciudadanía indignada de buena fe que creía que la “guerra anticorrupción” sacaría al país del agujero sin fondo en el que cae.

¿Por qué Guatemala creyó en la “guerra anticorrupción” made in USA? ¿Ingenuidad? ¿Ignorancia de su historia? ¿Acaso no es EEUU quien hundió al país en el fracaso actual en el que se encuentra? ¿Por qué le dieron el beneficio de la duda a Imperio que siempre los maltrató y los despoja?

De cualquier modo, Guatemala, después de casi mil días de “guerra campal” contra la corrupción se encuentra en peor situación sociopolítica que el 2015. El Gobierno y legisladores aprueban leyes para protegerse mutuamente, y así evitar ser investigados.

Una zozobra galopante se expande en el sentimiento urbano, ante un posible Estado de Sitio, para controlar los vestigios de las protestas sociales anti corrupción que dejó la CICIG. Aunque en los hechos, el área rural del país subsiste en permanente Estado de Sitio, con asesinatos selectivos de defensores.

¿Cuál es el camino a seguir en este laberinto político made in USA que se recrudece en el país? Hasta ahora, la Embajada norteamericana, mediante la CICIG, tenía casi bajo control el resentimiento social frente a su gobernante. ¿Ahora, quién ejercerá ese máximo poder?

En este contexto, la mayoría de la sociedad civil (movilizado en 2015 contra la corrupción), los estudiantes universitarios, y algunas organizaciones indígenas y campesinas se encuentran “rebasados con la coyuntura sobrevenida”.

Saben que no quieren al gobierno corrupto, ni a los diputados. Pero, no saben lo que quieren. O por lo menos no lo expresan aún. Si renunciara Jimmy Morales, el Vicepresidente (que tiene igual o peores indicios de actos de corrupción) ocupará el cargo. Entonces, se repetirá exactamente el escenario teatral del 2015. Y, en ese teatro les encontrará 2019, año electoral. ¡Sin propuestas, ni estrategias, para revertir esta letal situación.

Por su parte, desde 2012, las comunidades indígenas y campesinas en “resistencia”, articuladas en el movimiento social CODECA, pujan a todo pulmón, desde los territorios y comunidades, en la aceleración del proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional. Cuentan con una propuesta de cambios estructurales para el país, mediante un pacto social plurinacional ampliado. Para ello, están a punto de culminar con el registro legal de su organización política (instrumento político) para disputar el poder político en las próximas elecciones.

La ciudadanía molesta con la evidenciada corrupción sistemática vive en una disyuntiva coyuntural a tope: O seguir anclado únicamente en el teatro de la guerra anticorrupción, ahora, sin gringos, y con menos probabilidades de resultados que antes, o apostar y acelerar el proceso constituyente popular y plurinacional impulsado por indígenas y campesinos para derribar la estructura estatal y social que fecunda corruptos y corruptores.

Sin buscarlo, indígenas y campesinos en resistencia, favorecidos por la coyuntura, han puesto en una disyuntiva histórica a Guatemala país. O seguimos en el limbo sociopolítico, o sumamos y aceleramos el proceso constituyente popular y plurinacional para concertar reglas interculturales de convivencia entre todos/as.

Fuente: https://ollantayitzamna.wordpress.com/

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Valoran en Paraguay trabajo educativo en comunidades indígenas

América del sur/Paraguay/02 Agosto 2018/Fuente: Prensa Latina

Una mayor atención al trabajo educativo en las comunidades indígenas paraguayas para lograr una inclusión armónica y sostenible fue la premisa principal del encuentro de hoy entre el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y el Gobierno.
La vicepresidenta de la República, Alicia Pucheta, y el titular del MEC, Raúl Aguilera, evaluaron la agenda de trabajo que actualmente ejecuta ese ministerio en las comunidades indígenas de todo el país.

Precisó Aguilera que los puntos centrales versaron sobre el estado de la infraestructura, los curriculum diferenciados y la producción de materiales.

Vimos además los mecanismos de selección de educadores para estas comunidades que cuentan con particularidades sobre exigencias académicas, acotó.

Según datos de ese organismo central, en total son unas 25 comunidades indígenas de las regiones oriental y occidental, las que necesitan el trabajo de unos 500 docentes calificados para la labor.

Explicó el ministro que en algunos puntos específicos hay adelantos como en las obras escolares, recursos económicos y rubros para las comunidades, entre otros temas. ‘Igualmente se logró consolidar al Consejo Nacional de Educación Indígena’, destacó.

Sin embargo, reconoció la falta de recursos humanos calificados por los requisitos que exigen esta área de la educación.

En el año 2007, gracias al empuje de líderes de pueblos originarios y religiosos, representantes del sector político y varias Organizaciones No Gubernamentales, se concretó la Ley Nº 3231/07, que establece el derecho a la educación para los pueblos indígenas paraguayos.

Esta legislación ofrece garantías educativas para jóvenes y docentes que pertenecen a los pueblos originarios para que, de esta forma, practiquen la cultura paraguaya y reciban la formación adecuada para futuros profesionales.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=199547&SEO=valoran-en-paraguay-trabajo-educativo-en-comunidades-indigenas
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Educadoras presentan materiales didácticos escritos en lengua nativa

Por Gladys Villalba

Una delegación paraguaya conformada por diez educadoras, lideresas y enfermeras nativas participó de la jornada de interculturalidad y presentó los libros adaptados en sus lenguas. Los materiales aprobados por el MEC serán utilizados a partir del 2019, por alumnos indígenas del nivel inicial.

La delegación de educadoras indígenas arribó a nuestro país el lunes último luego de participar de la jornada de interculturalidad y formación de la mujer indígena paraguaya. El encuentro se desarrolló en la sede central de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación de la Ciencia y la Cultura (Unesco), en París, Francia.

Acompañaron a las representantes de varias comunidades nativas, funcionarios del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). Además de la presidenta de la Fundación Mensajeros de la Paz de Paraguay, Norma Martínez Gerding; la presidenta de la Comisión de Acción Social de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), María Yolanda Moreno de Ruiz, y la directora del proyecto de la Gestión Cultura, Murcia, María del Carmen Hidalgo.

Durante su estadía las educadoras presentaron el proyecto de Educación Intercultural como base para el desarrollo sostenible de los pueblos indígenas de Paraguay.

María Yolanda Moreno expresó que el proyecto consistió en la traducción completa de los libros de primera infancia en lenguas indígenas, cuyos materiales serán utilizados a partir del 2019 en las escuelas de las comunidades nativas a través de un convenio con el MEC. Las madres educadoras indígenas paraguayas fueron las traductoras.

Resaltó la apertura de las madres educadoras para el plan. Dijo que los indígenas tienen muchos conocimientos para brindar al mundo moderno.

Las profesionales mostraron los materiales bilingües (castellano y la lengua autóctona) en Málaga, Madrid, Austria, Calasparra y Águilas de la Región de Murcia y finalmente ante el círculo de delegados de la Unesco con sede en París.

Las educadoras manifestaron en las jornadas en Europa que el principal reto es la defensa de la cultura nativa, además de la lengua materna. Al respecto, Lidia Vargas, de la comunidad de Kamba’i, señaló que todos los indígenas pueden ejercer cualquier tipo de profesión dentro y fuera de sus núcleos, sin perder su lengua nativa.

Fuente de la noticia: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/interior/educadoras-presentan-materiales-didacticos-escritos-en-lengua-nativa-1713100.html

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La voz de las niñas y las mujeres ayuda a definir las actividades de los centros Malala de la UNESCO en Guatemala

Centro América/Guatemala/14 Junio 2018/UNESCO

La primera fase del nuevo proyecto llevado a cabo en Guatemala en el marco del Fondo Malala de la UNESCO para el derecho de las niñas a recibir educación, reunió a las niñas, adolescentes y mujeres indígenas de la comunidad, en el seno de talleres participativos en Santa María Chiquimula y San Andrés Xecul, Totonicapán, en abril de 2018. Estos talleres han sido organizados con el objetivo de que las niñas y las mujeres participantes compartan sus intereses y necesidades, así como los obstáculos y las dificultades a las que deben hacer frente con regularidad en términos de acceso a la educación.

En Santa María Chiquimula, casi la mitad de las mujeres que han participado en los talleres no sabían leer ni escribir, y utilizaron sus huellas digitales para inscribirse. Esta situación ocurre con demasiada frecuencia en Totonicapán, una de las regiones de Guatemala que posee las tasas más bajas de mujeres alfabetizadas, es decir, 62,5% en 2014. El promedio de años de escolarización de las mujeres de esta región es de 4,1, una cifra que revela que la mayoría de ellas no logran terminar el ciclo de enseñanza primaria.

Las voces de las niñas y de las mujeres en primer plano

Para apoyar su empoderamiento es importante poner de relieve las voces de las niñas y de las mujeres, y proporcionarles un espacio para que compartan, analicen y hagan válidas sus experiencias colectivas. Las niñas y las mujeres indígenas presentes en los talleres participativos elaboraron una lista con las múltiples razones por las que abandonan la escuela, que abarcan desde la falta de recursos económicos hasta la distancia geográfica de las escuelas.

Algunas evocaron la creencia muy extendida de que las niñas y las mujeres no necesitan recibir una educación que comienza en la casa. “Mi padre quería que aprendiera a cocinar para cuando me casara, en vez de pasar el tiempo educándome”, dijo una joven, mientras que otra ofreció el punto de vista de sus padres de que “para realizar los quehaceres de la casa una mujer no necesita un título, mientras que el trabajo de un hombre en la ciudad sí podría requerirlo”. En la mayoría de los casos, cuando los recursos escaseaban, los hermanos tenían la posibilidad de asistir a la escuela, mientras ellas se quedaban atrás.

A pesar de estas dificultades, las mujeres veían la educación como un instrumento práctico que podía facilitarles la vida cotidiana y ayudarlas a realizar sus sueños. Ante el reducido número de empleos en el mercado laboral, una mujer afirmó: “Quiero adquirir capacidades prácticas que me ayuden a generar mis propios ingresos”.

Definir las actividades de los centros Malala de la UNESCO

Al principio de este proceso, es vital escuchar a las niñas y las mujeres con miras a garantizar la pertinencia de las actividades del proyecto. Si por una parte las mujeres han podido expresar sus opiniones durante los talleres, por otra también tuvieron la ocasión de compartir sus deseos, necesidades, así como las dificultades a las que deben hacer frente día a día.

Para una de ellas, aprender a leer significa no perderse en las calles. Para una joven, terminar la escuela significa que realizará su sueño de convertirse en docente. Y para otra, completar su educación le ofrece los medios para ayudar a sus hijos a hacer las tareas. Estos puntos de vista serán tomados en consideración durante la creación y concepción de nuevos centros Malala de la UNESCO. Las motivaciones, las necesidades y los intereses de las niñas y las mujeres se hallan arraigados en sus propios contextos y en sus historias personales, y sólo pueden comprenderse si nos tomamos el tiempo de escucharlas.

Los talleres participativos han confirmado lo importante que es poner de relieve y tomar en cuenta las voces de las niñas y las mujeres en cada etapa del proyecto. Esto no sólo permite que los planes de educación no formal llevados a cabo por los centros Malala brinden una respuesta apropiada a los obstáculos y necesidades reales de las mujeres, sino que ofrece también la oportunidad de apropiarse del proyecto mediante sus historias y puntos de vista individuales.

El proyecto en Guatemala tiene como objetivo crear un modelo educativo local – los centros Malala de la UNESCO – en las regiones rurales que deberá ser sostenible y transferible, y que se basará en las necesidades, la disponibilidad y los intereses de las niñas indígenas. Los programas educativos propuestos por los centros se impartirán en las lenguas indígenas, se basarán en la cultura indígena y reforzarán las competencias en favor del desarrollo personal y socioeconómico. Para llevar a cabo este proyecto, la UNESCO colabora conjuntamente con elComité Nacional de Alfabetización(link is external) (CONALFA), el Ministerio de Educación y organismos tales como, el Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica (IGER) y la fundación educativa Fe y Alegría(link is external), en colaboración con las municipalidades de intervención.

Fuente: https://es.unesco.org/news/voz-ninas-y-mujeres-ayuda-definir-actividades-centros-malala-unesco-guatemala

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