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Ecuador: El Ministerio de Educación aún no confirma si habrá clases presenciales la siguiente semana

La institución, junto al Ministerio del Interior y la Policía Nacional, monitorean permanentemente la situación del sistema educativo nacional.

Hasta el 12 de enero se mantiene la «no presencialidad» en instituciones educativas fiscales, fiscomisionales, municipales y particulares a escala nacional.

Según la disposición del Ministerio de Educación, todo el personal de los centros educativos también se acoge al teletrabajo. Sin embargo, aún no se define hasta cuándo se mantendrán estas condiciones.

Durante una entrevista para un medio de comunicación nacional, el ministro Daniel Calderón dijo que las clases no presenciales se mantendrían hasta este viernes, pero no especificó si todo el sistema educativo nacional retornaría a las aulas desde el lunes 15 de enero.

¿Cuándo se retoman las cases presenciales?

La secretaría de Estado sostiene que monitorea «minuto a minuto» la situación del sistema educativo nacional, y que las decisiones se tomarán de acuerdo al contexto de cada zona.

El ministro Calderón aseguró que los menores no pueden regresar al mismo entorno que dejaron. Por eso, contarán con un acompañamiento socio-emocional en su vuelta a la presencialidad.

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Medidas más específicas se tomarán para cerca de 1 600 instituciones educativas que se ubican a una distancia de 2 km de centros de privación de libertad. Ellos fueron los primeros en adoptar la educación telemática para precautelar su seguridad y se analiza mantenerlos en esas condiciones.

A la par, se plantea el programa Comunidades Educativas Seguras, cuyo objetivo es la promoción, prevención, protección y atención integral de las situaciones de inseguridad que podría afectar a las instituciones.

Fuente: https://www.ecuavisa.com/noticias/ecuador/ministerio-educacion-no-confirma-clases-presenciales-NM6619593

 

 

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Ocho mil mujeres embarazadas y más de cien mil bebés mueren cada año en Yemen

Como consecuencia del bloqueo impuesto por Arabia Saudí

La guerra en Yemen está considerada como “la mayor crisis humanitaria del mundo”. Naciones Unidas así lo viene confirmando desde 2019. Basta con mirar las cifras para comprender la extrema gravedad que atraviesan cientos de miles de civiles a los que el conflicto ha desplazado.

Un informe publicado esta semana por ANNURTV y replicado por la cadena HispanTV, denuncia que, por consecuencia del bloqueo impuesto por Arabia Saudí a Yemen, cada año mueren en ese país 8000 mujeres durante el embarazo, el parto o el puerperio.

La noticia fue confirmada por diversas entidades no gubernamentales que planifican estrategias sanitarias conjuntamente con el Ministro de Salud del Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, Taha al- Mutavakil, quien ha denunciado el pasado miércoles que “la falta de medicamentos y suministros por la impostura del bloqueo inhumano, se cobra la vida de 8000 mujeres embarazadas cada año”.

Al-Mutavakil dio a conocer además la escalofriante cifra de muertes de recién nacidos en aquel empobrecido país árabe. Entre 80.000 y 100.000 bebés mueren por las mismas causas derivadas del bloqueo ilegal de la coalición agresora.

“Más del 70 % de los fármacos que se utilizan durante el embarazo no existen en Yemen y la coalición liderada por Arabia Saudí bloquea la importación de dichos medicamentos. Además, como consecuencia de los bombardeos y el uso de armas prohibidas [por los agresores], somos testigos del aumento del nacimiento de bebés malformados”, ha denunciado Al-Mutavakil.

El representante adjunto del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Yemen, Nestor Owomuhangi, sumó su voz a la denuncia del Ministro de Salud del Gobierno de Salvación Nacional, manifestando su preocupación por la grave situación que vive Yemen como consecuencia del asedio y los bombardeos de la coalición; y ha anunciado que Yemen es uno de los 60 Estados en los que las mujeres mueren durante el parto.

ESTADOS UNIDOS, FRANCIA E INGLATERRA, PAÍSES RESPONSABLES DE CRÍMENES DE GUERRA

Seis años se cumplieron en marzo desde el inicio de la guerra en Yemen, un conflicto que ha provocado una grave crisis humanitaria entre la población civil. Según el programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, más de 20 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para poder sobrevivir, y hasta 4 millones han tenido que huir de sus hogares como consecuencia de los bombardeos y la violencia, convirtiéndose en desplazados internos.

En 2019 la ONU presentó un documento en el cual responsabilizaba a los países que suministran armas y apoyo logístico  a la coalición liderada por el gobierno de Raid por contribuir al sufrimiento y la hambruna de la población civil. “Estados Unidos, Reino Unido y Francia podrían ser cómplices de crímenes de guerra en Yemen por su respaldo a Arabia Saudita”, expresaba Naciones Unidas en el documento.

Por ello, el organismo internacional recomendó que todos los Estados prohíban la transferencia de armas a las partes involucradas para evitar que sean utilizadas en violaciones graves de derechos humanos.

EE.UU., Reino Unido y Francia son los mayores vendedores de armas a  Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), líderes de la coalición que lucha contra el movimiento hutí que controla la capital yemení.

Fuente: https://rebelion.org/ocho-mil-mujeres-embarazadas-y-mas-de-cien-mil-bebes-mueren-cada-ano-en-yemen/

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Palestinos llaman a huelga general por Gaza

La huelga general tiene el propósito de rechazar los más recientes ataques a Gaza

Sindicatos, partidos políticos y organizaciones civiles palestinas convocaron para este martes 18 de mayo a una huelga general en Israel y los territorios ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania, para rechazar “el asalto israelí contra Gaza”, las órdenes de desalojo de las familias palestinas y el aumento de agresiones por parte de judíos extremistas.

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Sube a 200 la cifra de muertos en Gaza por bombardeos israelíes

«Negocios, escuelas, universidades y oficinas en los territorios ocupados” están citados a cerrar sus puertas luego de que el partido nacionalista Al Fatah, liderado por el presidente Mahmud Abaas, convocara a la huelga, según recogieron medios locales.

Los sindicatos de abogados, docentes, el Comité Superior de Transporte Público, el movimiento de prisioneros y otras organizaciones también emitieron declaraciones apoyando la propuesta.

Igualmente, el Alto Comité de Seguimiento Árabe de Israel, que aúna a los árabes-israelíes de origen palestino (cerca del 20 por ciento de la población de Israel) se sumará también a la convocatoria.

Esta comunidad ha recibido ataques y linchamientos por parte de extremistas judíos en la última semana en diferentes lugares del país, donde muchos árabes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad y les dieron palizas a judíos, acciones por las cuales un hombre de 56 años que estuvo ingresado, falleció.

Estos sucesos ocurren a una semana de la escalada de agresiones entre milicias palestinas en Gaza e Israel, denominada la peor escalada desde 2014. Unos 200 palestinos han muerto en Gaza y 10 personas en Israel desde el estallido el pasado 10 de mayo.

Además, se suman largas tensiones entre palestinos con la Policía y colonos israelíes en Jerusalén Este ocupado. El barrio de Sheij Yarrah, donde muchas familias palestinas están en riesgo de desalojo en favor de los colonos judíos, continúan las protestas.

Ayer un palestino embistió en un auto a varios agentes israelíes en el barrio jerosolimitano de Sheij Yarrah, bloqueado con cordones policiales, para evitar protestas. El atacante fue abatido por la policía israelí.

Las protestas y ataques contra fuerzas israelíes se incrementaron la semana pasada también en Cisjordania, donde cerca de 15 palestinos murieron por el fuego del Ejército o cuerpos de seguridad de Israel.

Ante el flujo de bombardeos y la imposibilidad de que las organizaciones humanitarias lleven ayuda a la población de la franja de Gaza, Comité Internacional de la Cruz Roja solicitó este lunes acceder a la zona.

«No hay tiempo que perder, hacemos un llamamiento a todas las partes pertinentes para que, de manera proactiva, protejan a los civiles, reduzcan la tensión y nos permitan ayudar a las personas», dijo en un comunicado, el director general del CICR, Robert Mardini.

La población herida apenas logra acceder a hospitales y a otros lugares esenciales por los ataques aéreos continuos, pues las carreteras y edificios están devastados.

«La intensidad del conflicto es algo que no hemos visto antes: ataques aéreos ininterrumpidos en la densamente poblada Gaza y cohetes que alcanzan grandes ciudades de Israel. Como consecuencia, mueren niños en ambos lados», denunció Mardini.

El organismo que observa de cerca todo lo que provocan los enfrentamientos, explicó que se ha puesto en contacto con ambas partes en conflicto para mostrar la necesidad de respetar sus obligaciones en materia de derecho internacional humanitario.

«Los actores sobre el terreno deben detener este ciclo de violencia. Las normas son totalmente claras: las personas civiles deben ser protegidas en todo momento. Lamentablemente, hoy no es así», enfatizó Mardini.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/palestinos-llaman-huelga-general–20210517-0022.html

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Colombia: “Si usted no tiene salud, educación, una buena productividad, una vivienda… pues no va a haber nunca paz en la vida”

América del sur/Colombia/Noviembre 2020/eldiariodelaeducacion.com

  • Resiliencia, organización y acción por la paz con perspectiva de género entre los cafetales del sur del Tolima, Colombia.

Los arbustos de café mezclados con los plátanos perfilan el color rojizo de las carreteras, planas solo de vez en cuando. Al girar la ladera, por encima del camino, un cartel estampado con numerosos logos institucionales da la bienvenida a “Planadas, Municipio de Paz”. A su lado, diversos plafones publicitan la calidad de los cafés especiales de Planadas, ganadores de la Taza de la Excelencia en varias ocasiones.

Anuncios que resumen toda una declaración de intenciones de una localidad con más de 50 años de conflicto en su historia, y que está cansada de que únicamente se la conozca como “la cuna de las FARC”.

Una de las mujeres supervivientes y resistentes a la violencia de décadas es Leonoricel Villamil Toro. En 2020 desarrolla su tercer período como concejal en Planadas por el Partido Verde, en representación del corregimiento de Gaitania, uno de los dos corregimientos rurales del municipio del sur del departamento del Tolima, a unos 1.500 metros de altitud. Leo, como se le conoce en toda la región, ejerce de 2ª vicepresidenta del Concejo, siendo ella la única mujer entre los trece miembros de la asamblea municipal. En 2015, después de asistir a un encuentro de Mujeres por la Paz en Bogotá, vio claro lo que tenía que hacer. «Me tomé el atrevimiento de vincularme, participar y representar a la mujer planaduna. Empecé a ir a las veredas a decirles cómo debíamos comenzar a articularnos, mostrar que sentimos un dolor pero que ya debemos dejar los miedos y hemos de reclamar los derechos que tenemos según la Constitución», declara Leo al recordar sus primeros pasos en la organización de mujeres. Es muy sencillo.

Además de dedicarse a la función pública y al trabajo por la comunidad, Leo también se hace cargo de la finca y los cafetales familiares. Mientras recorre la finca paterna, repasa su dura historia familiar, ligada al devenir del conflicto. “Me he visto afectada tanto y de tal manera que… una de ellas fue la terminación de mi familia, que constaba de cinco hermanos varones y mi persona. De ellos ya no queda ninguno”. Después de tomar aire, Leonoricel reflexiona: “Cuando a una le tocan es cuando siente y sabe el valor de las demás mamitas”.

Parir en medio de la guerra

La campesina llegó a Gaitania con tres años y desde ese entonces allí se crió, se educó y tuvo tres hijos, de los cuales solo le quedan dos. “El hijo me lo asesinaron el 27 de septiembre de 2015, a la edad de 28 años, junto con mi hermano y otro campesino”. Mientras clava la mirada en las montañas lejanas que los cafetales pintan al estilo puntillista, Leo habla del “temor de la gente a venir” durante años y años, y recuerda “cuando los helicópteros pasaban por encima de nuestras cabezas mientras el Ejército se desplazaba por tierra, y uno no sabía a quién ponerle cuidado; estábamos en medio de las balas, pero se seguía recolectando café”.

Según rememora la campesina: “A nosotras nos tocó parir a los hijos en medio de la guerra. Con lo que vivimos acá en la región —porque nosotros vivimos tomas guerrilleras— nos ha tocado salvar vidas, intermediar por personas, enterrar gente que quizás su familia nunca supo qué pasó… Asimilamos eso, y con mucha prudencia y cautela hemos aprendido a vivir en esta región donde nos hicieron mucho daño. A mí, y a las demás mujeres de Planadas, y más que todo, en la vereda Marquetalia, que fue en la que nacieron las FARC».

Según recoge la historiografía fariana, los fundadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, nacidas en 1964, fueron “48 campesinos que habitaban en la región de Marquetalia, una colonia agrícola fundada por ellos mismos, 10 años atrás, a principios de los cincuenta”. Leonoricel narra que entre los desplazados de esas primeras guerras de la Violencia en Colombia estaba Pedro Antonio Marín, que se hizo llamar Manuel Marulanda Vélez. De él, Leo recuerda que se presentó como ingeniero y que fue el que trazó la vía hacia el municipio de Neiva: “Ese señor ya tenía también unas ideologías buenas, tampoco era todo malo”.

Vistas de la cordillera donde se ubica Gaitania, Planadas. Además de los núcleos urbanos, una buena parte de la población reside en veredas rurales alejadas. | Imagen: Leider Guerrero

​Como las otras zonas de colonización de mediados del siglo XX ubicadas en Planadas, “las colonias agrícolas fundadas por el campesinado desterrado de sus zonas de origen pasaron a ser consideradas Repúblicas Independientes a las que había que aniquilar”, según recoge la página web de la organización guerrillera. El relato de las FARC continúa: “El Ejército Colombiano, bajo la orientación de la misión militar yanqui” lanzó la Operación Soberanía u Operación Marquetalia, con la que combatió el comando guerrillero que dirigía el propio Marulanda, alias “Tirofijo”, quien después sería Comandante en Jefe de las FARC. El también fundador de las FARC, Jacobo Arenas, explica en el libro Diario de la resistencia de Marquetalia que “es de esta agresión contra las colonias de Marquetalia, el Pato, Riochiquito y El Guayabero que nacen las FARC como respuesta armada”. En el Programa Agrario de los Guerrilleros, proclamado el 20 de julio de 1964, los campesinos revolucionarios justificaban su lucha explicando que se alzaron en armas porque en Colombia estaban cerradas las “vías de la lucha política legal, pacífica y democrática”.

Más allá del mito fundacional

La historia aún sigue viva en la memoria de los y las habitantes de las veredas y casas de Planadas. “Aquí hay gente todavía que vivió y vio la Operación Marquetalia —remarca Leo—, y hay gente que combatió obligatoriamente contra la guerrilla, porque en ese entonces prestaban su servicio militar y todavía están acá”. Pero esta historia narrada desde la distancia y la falta de empatía se ha convertido para muchos en una marca que desean olvidar. “Aún hoy día todavía sigue el estigma de que aquí nació la guerra… Y eso es lo que nosotros estamos tratando de borrar”, dice Leo, a la vez que su mano derecha hace un gesto de borrar una pizarra.

 

Pese al mito fundacional, el conflicto en los montes del sur del Tolima venía de antes. De hecho, cuando hablan del conflicto armado en el Tolima, los expertos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y de las instituciones académicas locales hablan de “una estructura endógena de largo aliento” y unos “orígenes asociados al período de La Violencia (1946-1958)”. En ese entonces, el conflicto armado era entre liberales y conservadores. Según la terminología local, Gaitania se clasificaría como un “municipio rojo”, aludiendo a su composición mayoritariamente liberal, en términos del bipartidismo tradicional.

“Aquí tildaron, aquí juzgaron. Aquí señalaron, pero ellos nunca supieron cuál era verdaderamente el conflicto, y nadie sabe por qué nació verdaderamente la guerra”, prosigue Leo, que corrobora que “no fue solamente la guerrilla”. La represión de las fuerzas militares, los falsos positivos y los montajes contra campesinos para ganar unas recompensas por haber capturado a unos supuestos guerrilleros atemorizaron la población civil del mismo modo, tal y como recoge el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” (CAJAR), entre otras organizaciones defensoras de derechos humanos. “Nos tocó vivir una etapa muy dura porque tanto el gobierno como las Fuerzas Militares también causaron mucho daño”.

Planadunas organizadas por la reconciliación y la paz

Pese a toda la violencia sufrida, Leo no duda que “hay que seguir, hay que dejar esos resentimientos, esos dolores, y hay que tratar de reconciliar. Ese es el ejemplo que tenemos que dar nosotras como mujeres, que somos las que generamos vida, que somos las que procreamos, las que parimos hijos. Ninguna madre quiere perder a un hijo ni quiere seguir trayendo hijos a este mundo para una guerra”, recuerda la concejal. Precisamente, fue en septiembre de 2015, después de la muerte de su hijo, cuando Leonoricel dio el paso de organizarse y luchar por los derechos de sus vecinas, especialmente por las mujeres víctimas del conflicto.

Los murales que enmarcan el parque infantil de Gaitania dan cuenta de la movilización de las mujeres planadunas por la paz. | Imagen: Helena Rodríguez

En el primer encuentro que organizaron participaron más de 500 mujeres, e hicieron una videoconferencia con Victoria Sandino, directora de la Subcomisión de Género de los diálogos de Paz de La Habana (Cuba), y durante la cual todas las mujeres de las veredas presentaron una propuesta. Así nació el Consejo de Mujeres por la Paz de Planadas, y según reporta Leo, hoy en día hay otras ocho asociaciones de mujeres en el municipio. Durante los últimos 5 años, las mujeres de Planadas han interactuado también con las mujeres del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de El Oso, la zona veredal para el proceso de desmovilización de la guerrilla de las FARC ubicada dentro de la jurisdicción de Planadas.

Sobre las mujeres de la zona veredal, Leo destaca que “ellas hoy en día tienen sus hijos, quieren que estudien, que se formen, y no quieren que vuelvan a la guerra”, eso, para ella, es todo un triunfo de la paz. Por otra parte, Leo reconoce que, tal y como las excombatientes denuncian, el Gobierno les está incumpliendo. “Por eso nosotras tenemos que aprendernos bien los cinco puntos, los puntos recogidos en los Acuerdos de Paz para uno poder hacer un reclamo”. Esos puntos a los que la concejal hace referencia son la implementación de una política de desarrollo agrario integral, la mejora de la participación política, el fin del conflicto con el cese de hostilidades bilateral, la solución al problema de las drogas ilícitas y la reparación de las víctimas, más un sexto punto referente a los mecanismos de implementación, verificación y refrendación de los acuerdos.

En busca de una verdad reparadora y una vida digna

Pese al reconocimiento de la fortaleza que les ha supuesto que los Acuerdos de La Habana hayan incluido en uno de sus principales puntos la equidad de género, Leonoricel opina que ellas, las mujeres víctimas supervivientes, sólo están representadas en parte. “En parte sí, porque hemos trabajado para que la paz continúe, y la inclusión de la equidad de género ha sido vital para nosotras salir a reclamar y mostrar que lo podemos hacer. Pero en parte no, porque nosotros también hemos sido afectados por el gobierno nacional, y en eso uno no ve justicia, uno no ve nada. Por eso nosotros hacemos parte y reclamamos el esclarecimiento de la verdad, que tanto los Acuerdos como la JEP (la Jurisdicción Especial para la Paz) recogen. Si usted cuenta la verdad, está sanando. Y a eso es a lo que nosotros hacemos un llamado”.

A su vez, la lideresa denuncia que hay gente que aún vive con temor, porque “todavía siguen los señalamientos”, que “la gente no sabe por qué fue víctima de la guerra” y que “todavía después de este Acuerdo de Paz, hay muchas irregularidades”. No fue hasta mediados de febrero de 2020, casi cuatro años después de la firma de los acuerdos, que la Comisión de la Verdad instaló la primera Mesa Técnica de No Repetición, como recogen los documentos publicados por la propia alcaldía de Planadas.

De igual forma, la concejala llama la atención sobre el acoso a los líderes sociales, una situación que también se siente en Planadas. “Hay mucha incertidumbre, no sabemos lo que está pasando”, explica Leo, que habla de la amenaza de los llamados “grupos posdesmovilización”: “Hablan de disidencia, de grupos que no sabemos quiénes son, de dónde son, cómo son… Con la guerrilla se sabía quién era el guerrillero, pero uno ahoritica no sabe quién es quién”. “158 armados con fusiles en Ataco-Planadas. ¿Y eso es delincuencia común?”, Ironiza Leo mientras conversa con las vecinas. “El último que mataron fue dentro, aquí en el pueblo, en plena calle, y las mujeres no nos estamos escapando de la muerte, lo asesinan por callarlo o callarla a uno”, lamenta la lideresa.

​El camino hacia la paz: la superación de la pobreza

En su acción política, Leonoricel denuncia especialmente las condiciones de empobrecimiento en las que viven muchas de las campesinas de Gaitania. Por eso, Leo reclama que las mujeres “que se levantan a las 3 o 4 de la mañana y son las últimas que se acuestan, pero no tienen remuneración ni una vivienda digna”, sean reconocidas, recompensadas y visibilizadas, “porque en el campo y en el hogar lo fundamental es la mujer”. En la misma línea, Leo exige “que el gobierno cumpla y haga realidad los proyectos productivos y todo lo recogido en el acuerdo de paz”. Tal y como la lideresa remarca, “si usted no tiene salud, no tiene educación, una buena productividad, comercio, una buena vivienda… pues no va a haber nunca paz en la vida”. Pero si hay una necesidad que Leo destaca por encima de las demás es la de fortalecer la educación y ampliar la oferta formativa, para que los niños y niñas del municipio tengan la oportunidad de acceder a carreras universitarias.

Pese a su fortaleza externa, Leonoricel reconoce que no es fácil ser lideresa, y no es fácil ser una concejal entre doce hombres. “El machismo todavía sigue reinando en Colombia y en todo el mundo, y creen que las mujeres no somos capaces de administrar y manejar. Pero se equivocan, porque las mujeres somos más conscientes y más organizadas, y lo hemos demostrado”. Por eso, Leo está convencida de que las charlas y capacitaciones de equidad de género y empoderamiento a las mujeres y a las familias son fundamentales. “Esto es lo que más reclaman las mujeres. Que lleguemos a las veredas, a lo más profundo del campo”. La concejal tiene clara cuál es su perspectiva de futuro en cuanto a la organización de las mujeres en Planadas: “Las quiero ver bien, viviendo bien, educadas y empoderadas como mujeres».

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/educacion-por-la-paz/2020/11/25/si-usted-no-tiene-salud-educacion-una-buena-productividad-una-vivienda-pues-no-va-a-haber-nunca-paz-en-la-vida/

 

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Berracas: las mujeres colombianas víctimas del conflicto armado que construyen la paz en sus territorios

Reseñas/Colombia/Noviembre 2020/Autora: Laura Casamitjana García/eldiariodelaeducacion

  • “En el territorio hay mujeres que le ponen el alma, que son berracas y que sin duda marcan y marcarán la historia”. Una historia precedida por la violencia sin tregua. En las cordilleras que rodean el departamento del Tolima, Colombia, nació el conflicto armado que ha azotado durante tantas décadas el país: allí surgió la “República de Marquetalia”, el hecho histórico que determinaría el nacimiento de las FARC como grupo armado activo. Una trayectoria de hostilidad que ha afectado directamente a la población civil y que, a día de hoy, con la poca implementación de los acuerdos de paz firmados en la Habana en 2016, sus habitantes siguen pagando.

ecesitamos mujeres berracas, que digan: vamos a salir adelante, entre todas podemos”, señala Ángela Patricia Arias. Es una mujer que, pese a su juventud, vivió una época en la que la guerra le tocó de forma directa. Ha vuelto a su territorio, del que tuvo que marchar —el desplazamiento forzado es la victimización por excelencia que ha dejado la actividad bélica—, y ahora lidera un proyecto de desarrollo productivo para las mujeres de la región. “Sé que de cierta manera he logrado sembrar una semilla. Si en algún momento la fundación se retirara, sé que van a quedar mujeres empoderadas que van a poder empoderar a otras”, dice con orgullo la lideresa. Si bien la reputación del Tolima es la de haber sido la cuna de la guerra, las mujeres víctimas-supervivientes toman el timón para reescribir el presente y el futuro: están decididas a que su región sea reparada, a convertir lo marcado por la violencia en el punto de partida de la paz.

El proyecto “Berracas” recoge a través de cápsulas audiovisuales, perfiles de las mujeres y reportajes de la historia personal de diez lideresas sociales de Tolima que trabajan incansablemente por la reconstrucción social en sus territorios. Con la voluntad de tejer un relato polifónico centrado en la narración de las mujeres víctimas del conflicto armado, el proyecto pone énfasis en la historia de vida de las mujeres, las mayores afectadas por la guerra, y las cuales tienen una memoria particular que nunca ha figurado en los discursos históricamente hegemónicos y machistas. Evidenciar las visiones que existen en la sociedad colombiana sobre su propia guerra es clave para contribuir a que la misma sociedad sea capaz de reconocer —a través de las mujeres como símbolo de fortaleza y unidad social— la multiplicidad de voces y miradas sobre el conflicto armado colombiano. Se trata de exponer la memoria y sus voces para poner de relieve que detrás de las cifras y la historia oficial hay personas que han vivido marcadas por la violencia y que trabajan por construir un futuro mejor. En concreto, esas personas históricamente silenciadas: ellas.

“Las mujeres hemos sido vistas como un botín de guerra”, afirma Ángela Patricia. Las estructuras patriarcales y la cultura machista trascienden las dinámicas bélicas y establecen sus lógicas y mecanismos transversales en los cuerpos de las mujeres, reducidas a unidad territorial conquistable: paralelamente al conflicto armado, existe una guerra particular contra las mujeres. Además de ser víctimas del conflicto, son víctimas de la violencia machista, el daño hacía ellas se menciona como un “asunto colateral”, concibiendo la idea de utilizar a las mujeres para infligir daño al enemigo o generar pánico en la población. Su narración, su dolor, se ven abocados a una trinchera de silencio. Pero esos engranajes bélicos que las instrumentalizan quedan marcados en sus vidas para siempre.

“El tema del género ha sido una lucha constante. Nosotras nos vamos ganando los espacios, vamos ganando a través de hacer. Las mujeres son muy capaces de emprender procesos productivos, sociales, educativos. Así que seguiremos con eso, empoderando a más mujeres. Somos las que tenemos mayor capacidad de gestionar y contribuir en el desarrollo municipal, regional, encabezando la construcción de una paz estable y duradera”, concluye la lideresa.

Sus historias y la lucha de las colombianas por la paz inician hoy un recorrido en Catalunya Plural y El Diario de la Educación. En el primer capítulo de sus vidas, Leonoricel Villamil, concejala y lideresa de Gaitania, explica sus pérdidas y su dolor, pero sobre todo, su fortaleza para reconstruir un proyecto productivo con sabor a café tolimense.
Al mismo tiempo, presentamos la primera parte del reportaje “El papel de las mujeres en la construcción de la paz en Colombia”, que detalla la lucha histórica de las mujeres para ser parte de los acuerdos de paz firmados en el país.
“Mujeres víctimas-supervivientes del conflicto armado en Colombia: un modelo de perdón, empoderamiento y reconciliación nacional” es un proyecto de investigación periodística financiado por el Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP) y en el que han participado investigadoras y periodistas de la Universitat Autònoma de Barcelona, de la Universidad del Tolima (Colombia) y de la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (Colombia). Hoy inicia su difusión periodística a través de la cooperación con la Fundación Catalunya Plural, colaboradora del proyecto desde su presentación para financiación, en 2018.

Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/educacion-por-la-paz/2020/11/25/berracas-las-mujeres-colombianas-victimas-del-conflicto-armado-que-construyen-la-paz-en-sus-territorios/

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Colombia: Educación en medio del conflicto para los niños del Catatumbo

América del sur/Colombia/13 Febrero 2020/https://www.laopinion.com.co/

La constante tensión armada en el territorio incide en la educación de los menores que habitan la región.

La situación de orden público no solo tiene en vilo la seguridad de los habitantes de la región del Catatumbo, sino también la educación de los menores, en especial en las zonas rurales. Las instituciones educativas más afectadas son las de  Ábrego, Hacarí, San Calixto, Teorama y Sardinata, en donde en muchas de ellas desde hace algunos días las clases tuvieron que ser suspendidas.

Hugo Cárdenas Vega, fiscal de  la Asociación Sindical de Institutores Nortesantandereanos (Asinort), afirmó que son muchos los docentes que quedaron atrapados en los colegios rurales y que no se han podido desplazar a causa de las problemáticas de seguridad.

“Le hemos solicitado a la Secretaría de Educación que nos facilite los medios para que ellos puedan llegar a los cascos urbanos y así presentarse en las personerías, pero hay impedimentos de las fuerzas irregulares por la movilidad”, precisó el funcionario.

Ahora bien, con el anuncio que dio a conocer el Eln sobre las 72 horas del paro armado que iniciaría el 14 de febrero, Cárdenas Vega aseguró que no expondrán las vidas de los educadores y mucho menos de los niños de estos municipios, por lo que no se llevarán a cabo las clases, incluyendo los cascos urbanos.

Asinort dio a conocer que son al menos 1.200 docentes y 20.000 niños aproximadamente en Catatumbo, que se han visto afectados por el conflicto armado. Además, Cárdenas Vega, también señaló que “existe una presión muy grande con respecto al servicio civil, pues no se ha expedido el acto legislativo del Ministerio de Educación para aplazar la prueba del 23 de febrero y esto también complica las cosas, porque el magisterio también dentro de poco entrará a un cese de actividades.

La Secretaría de Educación departamental, también se pronunció frente a esta situación. La dependencia señaló que entienden el cese de actividades y de igual manera buscan salvaguardar la vida de los docentes y los niños, estando a la espera de que la situación se regule y de esta manera buscar un reajuste que permita la recuperación de las clases.

“El año pasado habíamos gestionado con el Consejo Noruego un material que permitiera a los niños aprender lo que estudian en las aulas pero en casa y esto se hacía con la ayuda de los papás. Se buscó que este material quedara por familias y de esa manera el rector del colegio pudiera hacer una visita al hogar de los niños. Pero en este momento no se ha implementado porque los rectores no nos han dado el debido reporte de lo que acontece en los escuelas y colegios”, precisaron voceros de la Secretaría de Educación.

Al momento, se espera que se realice una mesa de educación de emergencia para replantear la forma en que los niños puedan recuperar las clases, pues lo más sensato en el momento es que ellos no se desplacen a las aulas.

Es de entender que la preocupación no es solo de las autoridades y docentes de las instituciones, sino de los padres de familia que temen que a sus hijos les pase algo en las instalaciones educativas. A pesar de esto, colegios como la Institución Educativa Francisco José de Caldas de Tibú, seguirán abriendo sus puertas.

José Belén Molina Rojas, rector (e) dijo que “como funcionarios públicos, debemos nuestro deber de favorecer la prestación del servicio. Nosotros ante el anuncio de los diferentes grupos de un paro armado, estaremos en la Institución como todos los días, atentos a recibir a los estudiantes; otra cosa, es que los padres de familia por lo difícil de la situación no envíen sus hijos”.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.laopinion.com.co/region/educacion-en-medio-del-conflicto-para-los-ninos-del-catatumbo-191774#OP

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Cuando la guerra te saca del aula

Reseñas/África/Mali/30 Enero 2020/elpais.com

Malí ha pasado en tres años de 300 a casi mil colegios cerrados. Todo por culpa de un conflicto que arrebata a los pequeños su derecho a la educación

Dos millones de niños malienses, más de la mitad, están fuera del sistema escolar. Todo por culpa de un conflicto que dura ya ocho años y que va de mal en peor, así que las perspectivas son pesimistas.
1 Dos millones de niños malienses, más de la mitad, están fuera del sistema escolar. Todo por culpa de un conflicto que dura ya ocho años y que va de mal en peor, así que las perspectivas son pesimistas.
El profesor Omar Cissé corrige la escritura de un niño en una escuela montada por Unicef en Mopti para los desplazados del conflicto que vive Malí desde hace ocho años.
2 El profesor Omar Cissé corrige la escritura de un niño en una escuela montada por Unicef en Mopti para los desplazados del conflicto que vive Malí desde hace ocho años.
Columpios sobre un trozo de red en el campo de desplazados. Medio centenar de familias viven en este lugar en casetas improvisadas.
3 Columpios sobre un trozo de red en el campo de desplazados. Medio centenar de familias viven en este lugar en casetas improvisadas.
Una escuela improvisada en el campo de desplazados de Banguetabá, a las afueras de Mopti. En esta tienda reciben nociones básicas para leer y escribir unos 134 niños y niñas.
4 Una escuela improvisada en el campo de desplazados de Banguetabá, a las afueras de Mopti. En esta tienda reciben nociones básicas para leer y escribir unos 134 niños y niñas.Tal y como hacen en sus comunidades, un niño da de comer a las vacas en el campo de desplazados de Banguetabá.5 Tal y como hacen en sus comunidades, un niño da de comer a las vacas en el campo de desplazados de Banguetabá.Una niña aprende a leer en árabe en un aula para desplazados montada por Unicef en el terreno de fútbol de Mopti.6 Una niña aprende a leer en árabe en un aula para desplazados montada por Unicef en el terreno de fútbol de Mopti.Los alumnos practican con juegos en la escuela del campo de desplazados de Banguetabá. Jugar es parte esencial del proceso de socialización de los huidos por el conflicto.7 Los alumnos practican con juegos en la escuela del campo de desplazados de Banguetabá. Jugar es parte esencial del proceso de socialización de los huidos por el conflicto.Mahamadou Hassaye Maïga, director de la escuela Banguetabá B, sujeta una tablet y muestra a cuatro profesores del centro el método pedagógico para trabajar con grandes grupos.8 Mahamadou Hassaye Maïga, director de la escuela Banguetabá B, sujeta una tablet y muestra a cuatro profesores del centro el método pedagógico para trabajar con grandes grupos.Un pequeño se asoma a la puerta de la tienda convertida en escuela para desplazados en este descampado.9 Un pequeño se asoma a la puerta de la tienda convertida en escuela para desplazados en este descampado.Un profesor reclutado entre los propios desplazados enseña nociones básicas a los más pequeños en una escuela improvisada en el terreno de fútbol de Mopti.10 Un profesor reclutado entre los propios desplazados enseña nociones básicas a los más pequeños en una escuela improvisada en el terreno de fútbol de Mopti.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2020/01/22/album/1579696500_585444.html#foto_gal_10

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