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Lo que las guerras le han causado a la naturaleza, según científico

Por: Tatiana Pardo Ibarra. 

El biólogo y conservacionista estadounidense, Thor Hanson, habló sobre el futuro de Colombia.

Cuando el doctor Thor Hanson, experto en biología de la conservación, fue voluntario del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos, en Uganda, ayudó a establecer el programa de turismo de gorilas de montaña en el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi. En medio de esa experiencia, dice, se dio cuenta de que “cualquier esfuerzo de conservación es tan estable y sostenible como el contexto político y social en el que tiene lugar”.

Hanson se volcó entonces a analizar la relación que existe entre la guerra y la biodiversidad, e hizo un llamado a una nueva subdisciplina: la ecología de la guerra. Él la define como un subcampo de la ecología en el que se estudian, de manera más profunda y amplia, las implicaciones ambientales de los conflictos armados en todas sus etapas: los preparativos, la guerra misma y las actividades de posguerra. “Los conflictos armados van más allá de erupciones esporádicas de violencia. Son dinámicos”, señala.

Vamos por el principio: ¿cuáles son las principales relaciones entre la biodiversidad y el conflicto armado?

¡Esta es una gran pregunta! El conflicto armado tiene implicaciones importantes y, a veces, sorprendentes para la biodiversidad. Los preparativos implican una contaminación significativa en la fabricación y prueba de armas, pero también en la degradación de grandes áreas de tierra para la capacitación y el entrenamiento militar. Las guerras erosionan el tejido social y político que protege la biodiversidad, pero también pueden conducir a la recuperación de algunos recursos mediante la reducción de la actividad humana en zonas de conflicto. También es común la extracción de recursos (por ejemplo, madera, diamantes, oro, vida silvestre) para financiar la guerra, el aumento de la caza y la deforestación, el desplazamiento de la población local y el aumento de la producción de narcóticos.

¿Y en la posguerra?

Las actividades de posguerra incluyen, por ejemplo, la restauración, reconstrucción y repatriación, todas las cuales tienen implicaciones para la biodiversidad. Es complicado, pero una cosa está clara: la guerra es extremadamente frecuente en los puntos calientes de biodiversidad (los hotspots deben cumplir con dos condiciones: tener al menos 1.500 plantas vasculares endémicas y haber perdido al menos un 70 por ciento de su superficie original).

De los 40 conflictos activos en 2014, el año más reciente con un resumen revisado por expertos, 34
(85 por ciento) ocurrieron en países que tienen ‘hotspots’ de biodiversidad

Colombia es uno de los países más biodiversos del planeta, ¿cuáles deberían ser las prioridades ambientales tras la firma del acuerdo de paz con las Farc-ep?

Existen increíbles oportunidades para la conservación de la biodiversidad en Colombia, pero también grandes riesgos en la prisa por volver a hacer presencia y desarrollar áreas boscosas que en algún momento estuvieron en poder de las Farc. Además del rol de los profesionales de la ciencia y la conservación –asesorando en políticas y planificación–, señalaré una prioridad importante que a menudo se pasa por alto: es esencial establecer un proceso legal claro y rápido para determinar la tenencia de la tierra en áreas de posguerra.

Hay muchas formas posibles de promover la conservación de la biodiversidad a través de áreas protegidas y la gestión sostenible de tierras públicas y privadas, así como el ecoturismo o las compensaciones por captura de carbono; sin embargo, para que cualquiera de estas ideas sea implementada, los reclamos sobre la tierra deben resolverse de manera clara y permanente. ¡Una de las primeras prioridades de conservación en paisajes de posguerra es el proceso legal!

Thor Hanson

Thor Hanson, biólogo experto en ecología de la guerra.

¿Qué aspectos positivos u oportunidades rescataría?

Las consecuencias ambientales de la guerra son abrumadoramente negativas, y el primer papel para la conservación de la biodiversidad es demostrar que la sostenibilidad puede ayudar a evitar o mitigar el riesgo de conflicto. Cuando ocurren guerras, ciertas oportunidades de conservación pueden surgir de la disminución de las actividades humanas en zonas de conflicto (por ejemplo, la suspensión de la extracción de recursos). En estos casos, la comunidad científica puede ayudar apoyando a la población local y al personal en zonas de conflicto para hacer de la biodiversidad una prioridad junto con otros objetivos de recuperación. Y luego, mantener activa esa ayuda en el periodo de posguerra.

¿Por qué el medioambiente debe ser transversal a la construcción de paz?

¡Esto es vital! El movimiento de consolidación de la paz ambiental busca oportunidades para utilizar intereses compartidos en los recursos naturales y la conservación, y así ayudar a construir la buena voluntad entre los adversarios y disminuir la tensión a través de las fronteras en disputa. La gestión de cuencas hidrográficas, la gestión de pesquerías, las áreas protegidas transfronterizas (parques de paz), la investigación cooperativa y los objetivos de conservación de la vida silvestre son algunos de los ejemplos en curso sobre la sinergia entre las prioridades ambientales compartidas y la consolidación de la paz.

En 2009, usted dijo que más del 90 % de los principales conflictos armados entre 1950 y 2000 ocurrieron en países que tienen hotspots de biodiversidad. ¿Esto ha cambiado en los últimos años? ¿Se ha actualizado?

No hemos realizado el análisis con los datos del siglo XXI, y no conozco a nadie que lo haya hecho. Pero, anecdóticamente, la tendencia parece continuar. De los 40 conflictos activos en 2014, el año más reciente con un resumen de conflictos revisado por expertos, 34 (85 %) ocurrieron en países que tienen hotspots, lo que es similar a nuestros resultados de 1950-2000. Se necesitaría profundizar más para obtener el número de cuántos combates actuales están ocurriendo en zonas altamente biodiversas y vulnerables, pero podría decirte que es similarmente alto.

¿Cómo podría usarse la ecología de los conflictos armados para la formulación de políticas, con visión a largo plazo?

Comprender las relaciones entre la guerra y la ecología fomenta una mejor formulación de políticas en todas las etapas, con resultados positivos tanto para las personas como para los recursos naturales. Existe una conexión clara entre los recursos naturales degradados, el sufrimiento humano y la frecuencia de los conflictos armados.

Las estrategias de guerra que reducen el daño ambiental también pueden reducir los costos y salvar vidas (por ejemplo, la eficiencia del combustible mejora la eficiencia de la cadena de suministro). Y las políticas de posguerra que mejoran la gestión de los recursos naturales (por ejemplo, los parques de paz en fronteras) pueden reducir las disputas sobre la tierra y el riesgo de futuros conflictos.

Durante el posconflicto, ¿en qué debería centrarse la investigación ecológica? ¿Qué tan difícil es medir los impactos de la guerra en la naturaleza?

Normalmente hay un vacío de datos muy grande. Lo primero es incluir una evaluación rápida para identificar las prioridades de conservación y las prioridades de restauración. Sin embargo, el esfuerzo debe ser multidisciplinario e incluir una evaluación de las expectativas en las ciencias sociales, las necesidades humanas.
Durante las guerras, la investigación está necesariamente limitada por razones de seguridad, pero las oportunidades se expanden de manera considerable y rápida en la posguerra. Este periodo hay que aprovecharlo.

Fuente de la reseña: https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/como-impacta-el-conflicto-armado-al-medioambiente-393618
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Los obstáculos que enfrentan los docentes rurales en Colombia

Redacción: El Espectador

Un informe de la Fundación Compartir da cuenta de las condiciones en las cuales trabajan los profesores en las zonas más dispersas y golpeadas por el conflicto armado en el país. Poco acceso a la formación, soledad y falta de atención psicosocial hacen parte de su día a día.

El estado de una escuela en el río Raposo, zona rural de Buenaventura (Valle del Cauca)./ Nicolás Sánchez A.

Es un lugar común hablar de las brechas que hay entre el campo y la ciudad en Colombia. Pero, a pesar de que el fenómeno está ampliamente estudiado, la desigualdad persiste y en la educación es quizás uno de los ámbitos en donde más se refleja. Por ejemplo, según el Dane, solamente el 8,4% de las instituciones educativas ubicadas en zonas rurales ofrecen educación secundaria. Otro dato que da cuenta de la desigualdad es el acceso a la educación superior. Según la fundación Compartir tan solo el 20% de los jóvenes que habitan en zonas rurales llega a la educación superior.

Los docentes rurales también padecen las consecuencias de la desigualdad. Tienen que trabajar en zonas geográficas de difícil acceso, lo cual muchas veces los priva de la posibilidad de estar con sus familias. También les toca vivir en medio de realidades como el conflicto armado que sigue afectando varios departamentos del país.

La Fundación Compartir publicó el informe “Docencia rural en Colombia: educar para la paz en medio del conflicto armado”. En el documento quedó consignada la investigación que se desarrolló en 15 municipios que están ubicados en las regiones donde se implementarán los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (Pdet), zonas del país que se estipularon en al acuerdo de paz entre el Estado y las Farc por las afectaciones que la guerra produjo. El estudio se centró en descubrir las condiciones en las cuales trabajan los maestros y rectores rurales.

Hablamos con Marcela Bautista, consultora e investigadora de la Fundación Compartir, quien dio detalles sobre los descubrimientos del informe y planteó algunas soluciones para que mejore la educación en las zonas rurales.

¿Cuáles son los descubrimientos en los municipios donde trabajaron?

El estudio analizó dos variables: las trayectorias de formación de los maestros rurales, docentes y directivos, y comprender las condiciones de vida de los docentes en la ruralidad. Lo que encontramos es que el país tiene grandes desafíos y retos en mejorar el desarrollo profesional de los maestros rurales. Por otro lado, también en asegurar calidad de vida en esas codiciones de permanencia. Si esos maestros permanecen en zonas rurales dispersas, algunas de ellas atravesadas por conflicto armado, es necesario mejorar la calidad de vida.

¿Cómo viven los maestros en las zonas que ustedes estudiaron?

Para poder llegar a esas escuelas rurales los maestros tienen que trasladarse a través de diferentes medios de transporte. Muchas veces no es fácil lograr ubicar viviendas en esas zonas adonde recién llegan y no son de ahí. Muchas de estas regiones tienen problemas de acceso a servicios como el agua, la energía, el internet, la conectividad no es fácil. Algunos de ellos prefieren dejar a sus familias en las cabeceras municipales y trasladarse de lunes a viernes a las escuelas, lo que les genera un sentimiento de soledad. Eso significa que los maestros requieren un acompañamiento importante. Los profesores tampoco cuentan con espacios de tipo cultural, deportivo, bibliotecas o museos donde puedan realizar otro tipo de actividades. En regiones de conflicto armado los maestros tienen que adaptarse a las condiciones, muchas veces tienen que aceptar esos ordenes sociales (impuestos por los actores armados) para poder permanecer en la zona. Hay partes donde la Fuerza Pública no existe, donde no hay entidades del Estado, entonces los docentes se convierten en el único representante del Gobierno porque son empleados públicos y son quienes aseguran la prestación del servicio educativo en esas zonas rurales dispersas, por lo que terminan siendo el único representante de un orden legítimo en el país.

¿Cómo se ven reflejadas esas condiciones en la calidad de la educación que reciben los niños en esas regiones?

Al tener maestros en zonas tan lejanas es muy difícil desarrollar procesos de formación docente. Nosotros trabajamos con las secretarías de Educación de esas regiones y estas tienen las mejores intenciones en algunas ocasiones, no en todas, de desarrollar procesos de formación para los maestros rurales y para los rectores, pero trasladar a los docentes hasta las cabeceras municipales y a las ciudades es supremamente costoso. Desarrollar un proceso de formación en el sitio también es un proceso costoso. Pocas veces los profesores rurales y los rectores pueden asistir a esos procesos de formación. Eso implica que la posibilidad de una capacitación continua, de una cualificación permanente es limitada. Eso afecta el desempeño de los maestros porque el desarrollo profesional docente implica que se esté continuamente en procesos de formación. La alternativa para ellos es la formación virtual, muchos cursan programas en internet o a través de plataformas virtuales o hacen posgrados virtuales, pero la calidad de esos programas no es la mejor. Entonces invierten recursos para una formación que no les garantiza calidad y tampoco impacta sus prácticas en el aula.

¿Qué tan grande es la brecha entre la educación rural y la que se imparte en las ciudades?

Las brechas son varias. En la parte rural hay desafíos importantes relacionados, por ejemplo, con la infraestructura: no todos los territorios rurales tienen las sedes educativas que se necesitan, ni donde se necesitan. Hay problemas también con la movilidad, el acceso, de los estudiantes a esas escuelas porque no se garantizan diferentes modalidades de transporte. También hay problemas para garantizar la alimentación escolar de los niños desde febrero hasta diciembre porque los operadores no llegan siempre a tiempo. Nosotros nos centramos en el maestro porque es el centro de la calidad educativa. Si uno analiza el número de años de escolaridad de la población, según los datos que registramos, las personas en las cabeceras municipales y en las ciudades reportan 9.6 años, mientras que en la ruralidad dispersa el promedio son 6 años. La cobertura en educación media en las ciudades está en el 86%, en la ruralidad dispersa está en el 54%. Si miramos el acceso a la educación superior la población rural dispersa presenta las brechas más difíciles, sólo el 20% de esa población se matricula en educación superior. En general, en todas las dimensiones del sector educativo hoy la ruralidad está presentando brechas.

¿Cuáles son las acciones que el Estado podría hacer de manera urgente?

Lo que nosotros estamos proponiendo desde el estudio es: frente a los maestros rurales y los rectores estamos proponiendo tres aportes de política, el primero de ellos es centrar los procesos de formación docente en la ruralidad y para la ruralidad. El país no puede continuar desarrollando procesos de formación desde un enfoque urbano para la educación rural, se requiere que se diseñen y tengan en cuenta las condiciones de los contextos rurales o si no, no va a ser posible garantizar la calidad de la educación en las zonas rurales. Por otra parte, el Estado debe garantizar un apoyo psicosocial y socioemocional a los maestros que están en la ruralidad, especialmente a quienes están en zonas de conflicto armado. Esos son los docentes que finalmente desarrollan los procesos de construcción de paz. Si queremos consolidar escenarios pacíficos es necesario abordar esos temas con los profesores para que ellos lo traten con sus estudiantes para resignificar el conflicto armado. Finalmente, proponemos la creación de un plan de reconocimientos e incentivos específicamente para los maestros y los rectores rurales que permita fomentar el arraigo de los maestros en esas zonas, que no deserten ni se trasladen, y que se reconozca su labor en el día a día porque muchos maestros hacen muchas cosas, pero en soledad y cuando conversábamos con ellos pedían «por lo menos que nos digan que lo estamos haciendo bien», «por lo menos que nos acompañen».

¿Cómo hacer para que esas medidas se materialicen?

Estamos empezando un dialogo con el Ministerio de Educación y esperamos continuar con las secretarías de Educación para que estas recomendaciones que estamos haciendo queden incluídas para el desarrollo profesional de los maestros rurales.

Fuente: https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/los-obstaculos-que-enfrentan-los-docentes-rurales-en-colombia-articulo-864670

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Colombia: Miles de Personas Necesitadas de Protección Urgente

AMNISTÍA INTERNACIONAL

7.000 personas de comunidades indígenas y afrodescendientes de Bojayá, departamento del Chocó (oeste de Colombia) se enfrentan a un peligro mortal y al riesgo de desplazamiento forzado mientras el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el grupo paramilitar Autodefensas Gaitanistas de Colombia intensifican las hostilidades en su territorio.

 

Descarga el informe aquí: https://www.amnesty.org/download/Documents/AMR2302302019SPANISH.pdf

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175 millones de niños en el mundo no tienen acceso a educación preescolar

Redacción: Vatican News

«Falta inversión en la educación de 0 a 6 años en la mayoría de países del mundo», es uno de los datos que refleja el último informe de UNICEF titulado «Un mundo listo para aprender», el cual alerta sobre las consecuencias de este panorama global que afecta a millones de menores.

El problema de la falta de acceso a la educación básica durante los primeros años de vida repercute a nivel global.

El hecho de que 175 millones de niños no estén matriculados en educación preescolar implica graves consecuencias que repercutirán al desarrollo de las futuras generaciones.

Más educación, más desarrollo social 

Así lo afirma el último informe publicado por UNICEF titulado «Un mundo listo para aprender», que denuncia las irregularidades del sistema educativo en países abandonados por la comunidad internacional y busca lograr la anhelada meta de dar prioridad a la educación de calidad en la primera infancia.

Y es que los niños que reciben una educación preescolar adquieren con mayor facilidad habilidades fundamentales como la lectura, la escritura o el cálculo.

Educación preescolar: si eres pobre, no accedes

Por otra parte, según el informe, la riqueza de los hogares, el nivel de educación de las madres o su ubicación geográfica son algunos de los principales factores que determinan la asistencia o no a programas de enseñanza elemental. Sin embargo, el elemento determinante es la pobreza.

En 64 países los niños más pobres tienen siete veces menos posibilidades que los niños de familias más ricas de asistir a las iniciativas formativas de la primera infancia.

Conflictos armados = cierre de escuelas

Cabe destacar el efecto catastrófico que generan los conflictos armados: más de dos terceras partes de los niños en edad preescolar que viven en 33 países afectados por conflictos o guerras no están matriculados en programas de educación infantil.

Paradógicamente, estos son los niños que necesitarían recibir apoyo escolar para superar los traumas sufridos, disponiendo de un lugar seguro para aprender, crear y jugar, lo que supondría una opción de expresar sus emociones.

El problema de la poca inversión

Otra realidad preocupante percibida en el documento de UNICEF es la poca inversión realizada en el sector educativo dirigido a los menores.

Escasez de maestros capacitados

Esta falta de inversión mundial provoca a su vez una grave escasez de maestros capacitados en el ciclo educativo: en los países de ingresos bajos y medianos, donde viven más del 60% de los niños en edad preescolar del mundo, apenas hay un 32% de maestros preparados.

De hecho, sólo hay 422.000 profesores de preescolar enseñando actualmente en países de bajos ingresos. Con el aumento de la población y suponiendo que la proporción ideal de alumnos por maestro es de 20 a 1, el mundo necesitará 9,3 millones de nuevos maestros de preescolar para alcanzar la meta universal.

Algo nada sencillo teniendo en cuenta la situación actual.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es/mundo/news/2019-04/175-millones-ninos-mundo-sin-educacion-preescolar-unicef.html

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Libia pide ayuda a compañías turcas para construir escuelas

África/ Libia/ 05.03.2019/ Fuente: spanish.xinhuanet.com.

El ministro de Educación de Libia, Othman Abdul-Jalil, pidió hoy a las compañías turcas regresar y ayudar a construir escuelas para reemplazar las instalaciones derruidas en el país.

Abdul-Jalil hizo las declaraciones durante una reunión en la capital Trípoli con el embajador turco en Libia, Emrullah Isler, según un boletín del Ministerio de Educación.

Los dos funcionarios discutieron la cooperación entre los dos países, principalmente las becas universitarias para que estudiantes libios viajen a Turquía, dijo.

Los dos funcionarios también acordaron rehabilitar institutos técnicos superiores en Libia y formar docentes libios en el corto plazo, añadió.

La mayoría de las compañías extranjeras en Libia han salido del país desde 2014, cuando se desataron los enfrentamientos violentos entre grupos armados rivales en Trípoli, lo que condujo a la división política imperante en el país.

El país del norte de Africa tiene problemas para brindar servicios básicos a su población, incluyendo educación y atención médica adecuadas, en medio del conflicto armado y la inestabilidad económica.

Fuente de la noticia: http://spanish.xinhuanet.com/2019-02/25/c_137847283.htm

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Amenaza de adoctrinamiento en la educación

Por: José Antequera.

Comenzado el 2019 se releva la ofensiva del partido de gobierno por controlar el pasado para controlar el futuro, asumiendo que su control del presente le da el poder de controlar el pasado, parafraseando a Orwell.

Empezó Duque, a penas el 2 de enero, agradeciendo al director de la CIA el apoyo crucial de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia. Muchos aceptaron la invitación a “discutir”  al respecto, con la “altura y argumentación” que siempre pide José Obdulio. Pero con esa ficción de debate, asistíamos al posicionamiento del relato que ahora le da sentido a su gobierno y a sus medidas, las que han significado que Colombia le voltee la espalda a la región latinoamericana para reajustarse a la jefatura de Trump.

Del mismo relato hace parte la negación del conflicto armado, que se ha vuelto a poner sobre la mesa a propósito del proceso de nombramiento del Director del Centro Nacional de Memoria Histórica, y donde se notó la dificultad de José Obdulio para encontrar un investigador serio que defienda sus “tesis”.

Contra la avalancha de las mismas investigaciones del mismo CNMH, se dice de nuevo que en Colombia lo que existió fue una amenaza terrorista contra la democracia más antigua del continente. Y ello no porque ajá, se trata de otra forma de ver las cosas, sino porque tiene consecuencias, empezando porque se reduce o elimina la obligación del Estado de garantizar verdad, justicia y reparación a las víctimas y al país, reconociendo su responsabilidades y la de sus jefes.

Ahora, en cabeza del Representante Edward Rodríguez del Centro Democrático, se propone en el Congreso que los maestros puedan ser multados, suspendidos, despedidos, e inhabilitados, si realizan proselitismo, incitan discusiones políticas o coaccionan a los alumnos a votar por algún candidato o programa. Como obviamente usar los salones de clase para hacer proselitismo  y coaccionar para ello ya está más que prohibido hace rato, y ya existen normas que sancionan a quienes realicen esas conductas, es claro que la iniciativa quiere introducir elementos nuevos a lo existente.

De un lado, se trata de que un maestro, con el sólo señalamiento de una conducta de este tipo, pueda ser suspendido y dejar de recibir salario hasta por 24 meses, para que aprenda él y todos los demás la lección ordenada desde arriba.

Por el otro, la propuesta significa una reinterpretación de las conductas prohibidas. Si el nuevo director del CNMH le da la autorización “académica” al gobierno para tratar de izquierdismo al reconocimiento del conflicto armado, pues enseñar esa versión de la historia podrá ser proselitismo. Si un profesor quiere cuestionar la oda a la Seguridad Democrática que hoy tienen los libros de ciencias sociales de Santillana, también será señalado de promover el odio. Paradójicamente, si un profesor quiere cumplir la Ley 187 de 2017 que ordena que se enseñe la historia “que contribuya a la reconciliación y la paz en nuestro país”, deberá hacerlo poniendo los discursos científicos de Fernando Londoño en “la hora de la verdad”.

El partido de gobierno ha acusado a la FECODE de adoctrinamiento. En realidad es desde el Centro Democrático que se ejerce esa amenaza hoy. En pleno 2019 tenemos que defender la libertad de cátedra que establece la Constitución misma, la memoria como sentido de orientación y el derecho a una educación de calidad, que no puede estar basado en otra cosa que en el pensamiento crítico.

Fuente del artículo: https://colombia2020.elespectador.com/opinion/amenaza-de-adoctrinamiento-en-la-educacion

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“No le tengo miedo a romper el silencio”: Erlendy Cuero

Redacción: Natalia Martínez/Plubimetro

CUARTA ENTREGA DEL ESPECIAL ‘VOCES A PRUEBA DE BALAS’.

Hablé con Erlendy y desde el inicio comprendí que era una mujer guerrera con carácter fuerte, pero risueña y feliz. Trabaja en Afrodes, la organización de afrodescendientes más grande del país. Está radicada en Cali, pero su vida no empezó allí. Sus amores y sus recuerdos más emocionantes y más tristes están en el puerto, en Buenaventura.

Conocí del puerto las historias de sus habitantes en el paro que hicieron en 2016. El paro fue tan grande, que el presidente Juan Manuel Santos tuvo que negociar y fingir que le cumplía a uno de los municipios en donde se hacen más negocios millonarios de Colombia, pero uno de los más pobres, más abandonados estatalmente.

Erlendy nació en Buenaventura. En medio de la pobreza que vivía su comunidad, asegura que tenía para vivir: “No tenía que pagar para comerme un pescado, simplemente iba y lo pescaba. Si quería un banano o un plátano, iba y lo agarraba. Ya cuando uno sale a una gran ciudad, es otra cosa”, cuenta Erlendy, que no muestra tristeza ante todos los hechos dolorosos de su vida, sino que se ríe irónicamente.

Fue desplazada cuando los paramilitares asesinaron a balazos a su papá a finales de los años ochenta. Dice que esto la impactó mucho. Llegó cuando su padre agonizaba y se murió en sus brazos. Ya había perdido a su mamá y tuvo que irse.

“No sabía qué era conflicto armado, ni desplazamiento. Uno no cae en cuenta de lo que le están haciendo, pero hoy puedo decir que sí fui víctima del conflicto y desplazada por la guerra”, cuenta.

Fue víctima de la violencia sexual, del machismo y de la criminalidad. A los 22 años fue abusada. Tuvo que vivir en Cali, en una metrópoli gigante, enfrentando indiferencia. Con dos hijos en brazos, conoció el hambre.

“Uno aguanta, pero no tener para darle un pan a un hijo, o un vaso de agua es muy duro. Me acuerdo que lloraba y lloraba. Intenté suicidarme, decía: ‘Dios, ¿por qué no me llevaste con mis papás?, ¿por qué no me llevas contigo y con ellos?’”. Lloré mucho, señala.

¿Hasta cuándo vamos a llorar?

Nos reuníamos con las comunidades y llorábamos. Contábamos las historias y llorábamos. Un día dije: ‘¿Hasta cuándo vamos a llorar?, ¿hasta cuándo vamos a sufrir?’”, cuenta Erlendy, que empezó a trabajar para dejar de llorar y empezar a hacer.

En 2008 trabajaba en una ONG como secretaria. El presidente de la organización, su tío, no sabía escribir, ella sabía y fue la única salida laboral que encontró. Empezó a vincularse con el trabajo social y nació una líder que lucha por los dineros de las víctimas, por la reivindicación de los derechos de las comunidades afro y contra el microtráfico. Las primeras amenazas llegaron por el machismo y, desafortunadamente, eso la obligó a emprender la huida. Su único pecado fue reivindicar los derechos de las mujeres.

Hay muchas violencias 

Recuerda con un tono de sorpresa y asombro, cómo uno de los esposos de las mujeres con las que empezó a trabajar, la persiguió con un cuchillo por las calles, porque “era una mala influencia para su mujer”. Recuerda que sacar a las mujeres del machismo, le ha costado mucho miedo.

También vivió el dolor de la violencia económica. La pobreza como forma de victimización; el analfabetismo como segregación… Vivió  la violencia urbana, que no es la misma rural, pero que golpea a los mismos: a los pobres. Conoció la violencia sexual y se topó con la violencia étnica y la discriminación a los negros.

“Elegí ser negra… ¡más negra!”: Erlendy

No sabía que era negra. Es raro, pero la realidad es que descubrí que era negra cuando ya era adulta. En una reunión una líder de Afrodes me decía hermana. Yo no entendía por qué si no éramos de la misma comunidad. Hablamos sobre nuestra comida, sobre nuestros ritos, nuestra cultura, nuestra música y dije: ‘Yo soy negra’”, cuenta Erlendy, que empezó a reivindicarse en su etnia.

Se encontró con juicios definitivos sobre su raza. Se encontró con personas que le dijeron que no parecía negra, porque “era bonitica”, porque era ordenada, porque era “limpia”…

“Yo decía que mi familia era negra y a mí me parece bonita. Que los negros no somos cochinos, que los negros somos ordenados e inteligentes. ¡Yo quería ser más negra!”, cuenta Erlendy, que se apropió de los turbantes y conoció la historia de su raza.

“Este pueblo sufre de amnesia. No nos acordamos de nada y una de las cosas que no tenemos muy presente es la esclavitud en Colombia. Fui a Estados Unidos, estudié y volví mucho más consciente de mis ancestros, de su historia, con la mente abierta”, apunta Erlendy, quien asegura que las amenazas llegan de todos lados, hasta de los propios liderazgos.

Si Erlendy no hace daño, ¿por qué la amenazan?

A modo de denuncia, señala que hace cuatro meses una líder social atentó contra ella. La envidia y el recelo por sobresalir empezó a jugar en contra de los líderes.

“Me han amenazado con mensajes de texto, con panfletos, me persiguieron. Hace cuatro meses buscaron sicarios para matarme, una líder social. Y esto es duro de decir, pero muchas amenazas, ¡Dios mío!, (suspira), vienen de la institucionalidad, porque estoy reclamando dineros que se suelen perder”, cuenta Erlendy, quien asegura que no tiene miedo.

Vencer al miedo rompiendo el silencio

Muchos líderes prefieren no ser mediáticos. Prefieren callar y no volverse objetivos. Para Erlendy, la respuesta es la opuesta. “No le tengo miedo a romper el silencio. Si no hablamos, somos blanco fácil. Si nos quedamos callados nadie escucha nuestra voz y es más fácil matarnos. Un líder solo es una muerte segura, si nos unimos, somos muchas ‘Voces a prueba de balas’, señala Erlendy con sonrisa y esperanza.

Líder social
Fuente: https://www.publimetro.co/co/noticias/2018/12/06/especial-voces-a-prueba-de-balas-entrega-4.html
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